- Introducción
- Desarrollo
- Concepciones éticas y estéticas
- Concepciones políticas
- Concepciones gnoseológicas y cosmovisivas
- Conclusiones
- Bibliografía
Introducción
Nació el 28 de enero de 1853 quien en la posteridad se convertiría en el cubano más grande de todos los tiempos. Desde muy joven José Martí entendió el momento histórico que le había tocado vivir, comprendió la esencia del español en su tierra dedicando toda su vida a la lucha por la libertad y la emancipación del cubano y del americano en general. Martí fue un gran poeta, un excelente orador, un ensayista cuyas concepciones políticas constituyen una síntesis de todo el pensamiento que le antecedió y un verdadero salto cualitativamente superior a todo el pensamiento de su época.
Existe en este paradigma americano una pequeña parte de su obra, y no por pequeña le resta mérito, que lo diferencia del resto de los grandes hombres de toda la historia de la humanidad. Esta obra fue la "La Edad de Oro". Este trabajo se propone como objetivo la aproximación al análisis del pensamiento filosófico martiano presente en la en su revista "La Edad de Oro"[1]. No se pretende dar respuesta, ni siquiera enfocar la investigación hacia la polémica de si es o no filosofo Martí. Esta obra se publica por primera vez en julio de 1889, New York, Estados Unidos, como una revista mensual dedicada a los niños de toda la América. El Apóstol consideraba a la niñez como la edad de oro, es por esto que titula así su revista. La obra constituye un compendio de cuentos ensayos y poesías de la mejor literatura para niños hasta ese entonces producida según la apreciación del autor.
Son los casos de El Camarón Encantado y Meñique del francés de Laboulaye, y el poema Cada uno a su oficio del filósofo norteamericano Emerson por citar algunos ejemplos de otros autores presentes en la revista. "Este periódico se publica para conversar una vez al mes, como buenos amigos, con los caballeros de mañana, y con las madres de mañana, para contarles a las niñas cuentos lindos con que entretener a sus visitas y jugar con sus muñecas; y para decirle a los niños lo que deben saber para ser de veras hombres." [2]Así describe el insigne cubano el propósito de este escrito. El periódico termina su publicación en setiembre del mismo año debido a contradicciones del editor con José Martí. En la actualidad podemos encontrar los cuatro números editados conformando el libro La Edad de Oro.
La Filosofía vista como la ciencia que estudia las leyes más generales de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento da la posibilidad de sintetizar y generalizar así como la realización de un análisis crítico de todo cuanto existe. En América la evolución de esta ciencia tuvo la peculiaridad de tener un desarrollo no en sistemas gnoseológicos, epistémicos o cosmovisivos generalmente. No así en cuanto al humanismo, a lo ético, a lo estético, a lo pedagógico y lo político reflejado claramente en el desplazamiento temático hacia cuestiones de índole político-social, manifestándose en las luchas por la independencia contra el yugo explotador. La mayor preocupación del filosofar latinoamericano era la idea del cambio social basada en un humanismo diferente en contenido y forma al humanismo europeo. En la revista se manifiesta este fenómeno, su autor se dedica a la formación y transformación del hombre americano y a su desarrollo cultural.
En la Edad de Oro podemos encontrar concepciones estéticas, morales, políticas, gnoseológicas, cosmovisiva, axiológicas y antropológicas. También se evidencia un profundo humanismo caracterizado por su carácter altamente revolucionario.
Concepciones éticas y estéticas
En su ideario presente en la obra se encuentra una estrecha relación entre estética y ética. En cuanto a la primera el Apóstol trata dos categorías fundamentales de dicha ciencia: lo bello y lo feo. Ahora bien, se percibe que le da a estas un gran peso moral, un contenido distinto al conocido hasta entonces en la literatura para niños en América y en gran parte del mundo. Esto se pone de manifiesto al plantear el niño puede hacerse hermoso aunque sea feo; un niño bueno, inteligente y aseado es siempre hermoso. Pero nunca es un niño más bello que cuando trae en sus manecitas de hombre fuerte una flor para su amiga, o cuando lleva del brazo a su hermana para que nadie se la ofenda.[3] Identifica lo bueno con lo moralmente bueno, con lo que el hombre puede aportarle de mejor a esa sociedad en busca de su perfección de una parte, de otra, trata de descubrir la belleza interior de cada mujer y cada hombre.
Se puede justipreciar también su pensamiento estético cuando plantea las cosas de guerra y de muerte no son tan bellas como las de trabajar o al decir: No habría poema más triste y hermoso que el que se puede sacar de la historia americana. En estos fragmentos se aprecia en primer término el lugar que Martí le da a la guerra y a la muerte, claro esta que le hace ver a sus principales lectores que es cosa fea, desagradable al buen gusto. Los esta educando en función de una sociedad civilizada y equilibrada sin la desmedida violencia que percibió en las ciudades europeas y norteamericanas. Esta comparación la completa con las cosas de trabajar, a las que ve y a la vez hace ver como fundamental en la sociedad, no solamente necesario sino también como bueno ante el gusto estético. En segundo lugar le abre la posibilidad al niño de aprehender la realidad lo mas justa posible, mostrándole que lo triste no tiene que ser necesariamente feo, ni lo alegre bello, además de incitarle el estudio sus raíces más profundas.
El Maestro argumenta esta visión estética al plasmar: ¡Oh que sable ¡ eso no es más que para Bebé, para el niño. Y Bebé muy contento volvió la cabeza adonde estaba Raúl, que lo miraba, miraba el sable, con los ajos más grandes que nunca, y con la cara triste, como si fuera a morir:- ¡Oh que sable tan feo¡ ¡ Oh que tío tan malo¡ [4]Se puede fijar bien como dice, para bebe, para el niño. Expresa quien es el niño, el de color blanco, el rico, el que materialmente no le falta nada, sin embargo el de piel oscura, Raúl, el que no tiene ni siquiera buena apariencia, no es considerado un niño. Ante esta magnifica ilustración martiana emerge su humanismo en la postura de bebe quien mantiene sin contradicción alguna este acto negativo moralmente como feo estéticamente.
Lo anteriormente desarrollado no abre la posibilidad de que Martí pierda la noción de lo realmente bello ante la absolutización de tal posición. Es decir, que no pueda ver lo bello debido a que lo moral inunde toda su concepción estética. No, admitir esto seria un terrible error. En el poema La Bailarina Española el cual no esta presente en la obra descansa su eticidad en toda su magnitud. El problema esta aquí en que cambian totalmente los contextos y las audiencias, fenómeno este que el autor no pierde de vista.
Como se pude considerar, la estética martiana e la revista esta estrechamente conectada con su pensamiento moral. Al decir de esta última el ilustre cubano entendía que: "Un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa no es un hombre honrado. Un hombre que obedece a un mal gobierno, sin trabajar para que ese gobierno sea bueno, no es un hombre honrado." Además de educar a las nuevas generaciones, (y a las mas viejas también) el Apóstol utiliza su ética como arma para proyectarse en contra de la atroz censura española, no solo ocultar lo que se pensaba era un delito, sino también pensar, con solo esto se podía ser incriminado en contra de la corona española. Aquí se demuestra la osadía del Maestro, al juzgar como deshonrado a aquel que obedeciera a un mal gobierno sin intentar al mínimo trabajar para cambiarlo.
La estética martiana se presenta como instrumento para caracterizar y transformar la naturaleza del hombre latinoamericano,
"Hay hombres que son peores que las bestias, porque las bestias necesitan ser libres para ser dichosas el elefante no quiere tener hijos cuando vive preso: la llama del Perú se echa en la tierra y se muere, cuando el indio le habla con rudeza, o le pone más carga de la que debe soportar. El hombre debe ser, por lo menos, tan decoroso como el elefante y como la llama. Hay hombres que viven contentos aunque vivan sin decoro. Hay otros que viven como en agonía cuando ven que los hombres viven sin decoro a su alrededor. En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay otros que tienen en si el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos la libertad, que es robarle a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana."
Pero no solo el interior frió del hombre sino también su entorno, en pos de mejorar y de dignificar al latinoamericano. Su apreciación ética se convierte en una crítica revolucionaria capaz de llegar a la esencia de la sociedad cubana en aquel entonces. Era una vía para difundir y guiar por el camino que debía ir la conciencia del criollo. Por otra parte es mediante su ideario moral que se expresa toda la axiología martiana presente en la obra. Pero Martí solo habla de la moral del latinoamericano en comparación con lo que es en la realidad y con el deber ser de la moral, dicta no un conjunto de características por el cual se debe regir infranqueablemente la moral sino como hacer mejor al hombre sin que este tenga que llamar al resto del mundo para que vea sus grandes obras "Las cosas buenas se deben hacer sin llamar al universo para que lo vea a uno pasar. Se es bueno porque si: y porque allá adentro se siente como un gusto cuando se ha hecho un bien, o se ha dicho algo útil a los demás. Eso es mejor que ser príncipe: ser útil."[5] El Maestro va introduciendo en el niño de una forma sutil y elegante como debe ser para la sociedad y para el mismo para ser un hombre de veras, un hombre americano.
Las categorías fundamentales de la ética que el Maestro trata en la revista son lo bueno y lo malo, teniendo gran relación como se ha desarrollado con las categorías estéticas bello y feo. Una ética altamente pragmática, pero no en el sentido de las necesidades prácticas, no con el fundamento de la corriente filosófica del pragmatismo, una ética pragmática en el sentido de las necesidades y las utilidades humanas y desalienadoras. La precisión de este humanismo desalienador en función de las utilidades inherentes al ser americano se evidencia al decir: "Todo hombre tiene el deber de cultivar su inteligencia, por respeto a si propio y al mundo. Lo general es que el hombre no logre en la vida un bienestar permanente sino después de muchos años de esperar con paciencia y de ser bueno. Sin cansarse nunca. El ser bueno da gusto, y lo hace a uno fuerte y feliz."[6] Considera al merecimiento de la a fortuna, a la cual ve como ser bueno fuerte y feliz, del hombre después de haber luchado y esperado por su recompensa que la vida misma le da. De más estaría si no se hiciera referencia al profundo sentimiento de desinterés que inundaba toda la vida del Glorioso Cubano.
Su ética presente en la obra tiene un carácter constructivo la que estaba dirigida a la reformulación moral del ser en su tierra a partir de las peculiaridades del mismo. Una ética crítica, revolucionaria, constructiva utilitarista, humanista y desalienadora sin perder la noción en ningún momento de que le hablaba a los niños (supuestamente, explícitamente iba dirigida a los niños, pero sus mensajes no se limitan solo a los niños, los adultos tenían y tienen mucho que aprender también). Ante el análisis que se ha realizado de la ética martiana se desprende la posibilidad de encontrar nuevas aristas en otras disciplinas que integran todo su pensamiento filosófico en la obra, un ejemplo claro de esto es el tratamiento que le da a la política.
Ya en la segunda mitad del siglo XIX periodo en el que emerge como intelectual y revolucionario José Martí Pérez la política se encontraba en un completo auge. El liberalismo se expandía por todos los países europeos y tomaba nuevas formas mientras que de sete lado del océano este el independentismo adquiría su punto mas elevado representado por el autor de la revista tratada. En él se enarbolaba la síntesis de todo el pensamiento latinoamericano anterior y un punto de partida para las nuevas generaciones. A tal punto que se puede considerar como uno de los padres de la filosofía política americana. Su pensamiento político presente en "La Edad de Oro" es esencialmente independentista, separatista, antimonárquico, liberal y conciliador.
Se evidencia una crítica que sobrepasa a la crítica moral, no la esconde, le habla a los niños con un lenguaje claro, preciso, liviano y sencillo. Una critica abierta en contra del rey, "Los reyes son caprichosos ".[7] Se percata de la naturaleza de la monarquía y de la incapacidad de sus líderes, los reyes, para proporcionarles gozo y alegría a los pueblos " con esos modos que tienen los reyes de mandar nunca llegan los pueblos a crecer "[8] Rechaza el hecho de que los reyes se aprovechan de la ignorancia de los gobernados engañándoles con mitos que reflejen su parentesco con los dioses para mandarlos a matar por guerras inútiles que a fin de cuentas lo que hacen es traer ruinas para sus ciudades, incluso par los vencedores "Los reyes saben que son humanos como los demás: y pelea unos contra otro para tener más pueblos y riquezas: y los hombres mueren sin saber por qué, defendiendo a un rey o a otro." [9]
Se opone a la tiranía y al capricho irracional de sus líderes cuando plantea: "Los países no se pueden gobernar por los caprichos de un tirano, sino por el acuerdo y respeto de los hombres principales que el pueblo escoge para explicar el modo con que quieren que lo gobiernen."[10] Saliendo a relucir una concepción que aunque se refleja el rezago de su contexto al ver a "hombres principales" (esto puede sonar a aristocracia, no se puede descontextualizar al Apóstol, se da cuenta que la sociedad europea y la norteamericana se sumían en la más cruel corrupción, por lo que obligatoriamente necesita crear una sociedad nueva, sin copiar modelos que nada tenían que ver con la realidad cubana) sin embargo estos hombres no gobernarían por la falsa idea de parentesco con un dios o por herencia directa, sino por el consenso del pueblo, el cual diría la forma con que quieran que lo dirijan. Se debe tener una atención principal a esto último, el pueblo no solo dice quien lo va a dirigir sino también la forma con que quieran ser dirigidos, una idea de democracia moderna nunca antes vista, al menos en nuestro continente.
También se opone a la excesiva explotación física y espiritual a que estaban sometidos los pueblos bajo la égida del rey. "En todos los pueblos vivían hombres así, con el rey y los nobles como sus amos, y la gente de trabajo como animales de carga, sin poder hablar, ni pensar, ni creer, ni tener nada suyo, porque a sus hijos se los quitaba el rey para soldados, y su dinero se lo quitaba el rey en contribuciones, y las tierras, se las daba todas a los nobles el rey."[11] Como se aprecia el abuso era extremo, insoportable. Los pueblos eran una fuente de riquezas para los nobles y el objeto de todo maltrato. No solo no eran dueño de su fruto de trabajo, de su pensar, de su creer, sino tampoco de sus descendientes. Les ilustra estas atrocidades a los niños para que pudieran apreciar
Hace una justa observación del panorama americano al decir que: "En América se vivía entes de la libertad como la llama que tiene mucha carga encima. Era necesario quitarse la carga, o morir." Reconoce que era imprescindible ir a la lucha. Estaba claro que la única vía para ser verdaderamente libres era ir a la guerra, a la lucha social por la independencia, en busca del decoro y del respeto al americano. Pero el sabio Maestro como ya se ha dicho anteriormente no pierde de vista que le habla a los niños, potenciales hombres americanos. Por supuesto que en una revista para niños no iba a potenciar la violencia ni la guerra aunque esta fuese la más justa, del mundo, tenía bien claro que el futuro de estos seres dependía en gran parte de la educación que recibieran en su edad de oro.
Ante este fenómeno propone una nueva solución, algo utópica e ideal pero que en resumidas cuentas representaba una respuesta que contrastaba con su auditorio. En realidad utilizaba la pedagogía para educar desde sus más modestos a los niños americanos en función de una sociedad verdaderamente civilizada y equilibrada. Consistía en proponerles a los niños una conciliación entre los elementos que conformaban la sociedad. Una compensación de la sociedad a partir de la concienciación por las partes que la conforman de la necesidad que existe de que los que tengan riquezas la compartan con los que no tienen nada. Este elemento de arreglo entre pobres y ricos no se extrae infundadamente, Martí decía en una ocasión en Méjico estando en una disputa filosófica "Yo vengo a esta discusión con el espíritu de conciliación que norma todos los actos de mi vida."[12] Después de analizar esta posición en la revista se aprecia que también intenta conciliar a ricos y pobres. Esto se manifiesta en Bebé y el señor don pomposo cuando Bebé que es rico y no le falta nada materialmente le da a su primo Raúl que "no tiene tíos largos que le compren sables" y es extremadamente pobre el sable de oro que le habían recién regalado. El rico comparte con el pobre y el pobre no es tan pobre ni el rico tan rico.
Esta posición se puede juzgar de filantrópica, pero de qué otra forma le habla el Maestro a los niños sino es con el amor como lenguaje y soporte universal de cambio. En el cuento de Bebé todavía puede discutirse este consenso al relacionarlo con los lazos afectivos que unen a estos dos niños, eran primos. Donde no es discutible es en el cuento llevado a la poesía titulado "Los zapaticos de rosa". Una niña rica que se escapa del área de la playa de los ricos y va a la playa de los pobres y al llegar percibe a otra niña en condiciones infrahumanas y dice:
¡Se parece a los retratos
Tu niña ¡dijo: ¿ Es de cera?
¿Quiere jugar? Si quisiera
¿Y por qué está sin zapatos?
Mira: ¡la mano le abraza,
Y tiene los pies tan fríos ¡
¡Oh, toma, toma los míos:
Yo tengo más en mi casa ¡
¡Si, Pilar; dáselo¡ y eso
También, ¡tu manta ¡tu anillo¡
Y ella le dio su bolsillo,
Le dio el clavel, le dio un beso.
Aquí si no hay ningún parentesco, la niña es justamente una desconocida que necesita ayuda económica, pero la niña rica no se limita al frio acto de darle el bolsillo o los zapatos, también le da un beso. Es esto justamente lo que deseaba el Apóstol que fuera la sociedad latinoamericana, una gran familia armoniosa en donde todos se ayudasen de forma recíproca. Lamentablemente en términos políticos esto no es viable, pero al menos intentó trabajar desde la política con los niños, adaptando su inmensa cultura al lenguaje de los más pequeños. A partir de una cosmovisión que le garantizaba utilizar el saber par llegar de forma genial al niño.
Concepciones gnoseológicas y cosmovisivas
Su pensamiento estético, ético y político se encuentran interrelacionados con su cosmovisión y con la gnoseología con la cual intenta demostrarles a los niños la importancia de tener una visión propia del mundo y de lo necesario y rico que es el conocer. Utiliza el especto racial para introducirle al niño lo que representan los que no le interesan saber. "Los que no quieren saber son de raza mala." Ilustra con este razonamiento la realidad racial de los países latinoamericanos, y es exactamente así, lo racial constituía una herramienta para, medir la condición de ser humano. "La mirada no debe ser azul, porque el azul engaña y abandona, como la nube del cielo y el agua del mar; y el color no debe ser blanco, porque la tierra, que da todas las hermosuras, no es blanca, sino de los colores de bronce de los anamitas " Otro elemento que se va más al fenómeno racial que al gnoseológico pero que esta presente la cosmovisión martiana en torno al racismo. Se opone al modelo de hombre perfecto y superior europeo, blanco de ojos azules.
Analiza la naturaleza del hombre y su posición ante la inmensidad del mundo que lo circunda " el hombre se ve pequeño ante la naturaleza que lo crea y lo mata, y siente la necesidad de creer en algo poderoso, y de rogarle, para que lo trate bien en el mundo, y para que no le quite la vida." Tal vez sin darse cuenta, describe la esencia de las raíces sociales de la religión, y con toda seguridad la causa primera y última del maltrato y el abuso a que está sometida la dignidad del hombre americano bajo el dominio europeo. "La superstición y la ignorancia hacen bárbaros a los hombres en todos los pueblos."
Vuelve al fenómeno exponiendo la imperiosa necesidad de que los niños conozcan el mundo " es necesario que los niños no vean, no toquen, no piensen nada que no quieran explicar " Intenta prepararlos para la vida, para que se formen como los hombres que necesitan estas tierras. Se preocupa porque estos tengan una visión lo más científica del mundo, plantea que: " las estrellas no son, por supuesto, ni flores de luz, como parece de aquí abajo, sino grandes como este mundo: y dicen que en las estrellas hay árboles, y agua, y gente como acá " trata de acercar a los mas pequeños con los últimos adelantos de la ciencia, esto ultimo es muestra de ello.
Recurre a los métodos religiosos de santificar a los hombres verdaderamente buenos, sin alienarlos ni desnaturalizarlos de su realidad " los hombres que desean saber son santos: los hombres deben aprenderlo todo por si mismos, y no creer sin preguntar, ni hablar sin entender, ni pensar como esclavos lo que le mandan a pensar otros " Solo un hombre con el ingenio del Maestro podía percatarse en su contexto lo beneficioso de poner en práctica lo mejor de la praxis religiosa.
Destaca la superioridad del conocer ante la fuerza bruta, sin absolutizarlo. Por lo que considera que también es bueno ser fuerte "Antes todo se hacia con los puños: ahora, la fuerza esta en el saber, más que en los puñetazos; aunque es bueno aprender a defenderse porque hay gente bestial en el mundo, y porque la fuerza da salud, y porque se ha de estar pronto a pelear, para cuando un pueblo ladrón quiera venir a robarnos nuestro pueblo." Con lo que si está completamente en desacuerdo es con el no hacer nada, con la indiferencia que algunos pueblos y hombres se identificaban, así planteaba que es "¡Mejor es morir abrazado por el sol que ir por el mundo, como una piedra viva, con los brazos cruzados¡"
De manera educativa le muestra al niño como eran los hombres al principio "La vida del hombre está allí desde que apareció por primera vez en la tierra, peleando con el oso y el rengífero, para abrigarse de la helada terrible con la piel, acurrucado en su cueva el salvaje imita la gruta de los bosques o los agujeros de la roca: luego ve el mundo hermoso, va imitando en la madera y la piedra de su casa lo que le parece hermosura cada pueblo crece imitando lo que ve a su alrededor, haciendo sus casas como las hacen sus vecinos, enseñándose en sus casas como es, si de clima frío o de tierra caliente, si pacífico o amigo de pelear, si artístico o natural, o vano y ostentoso." Puede que accidentalmente le estuviera hablando al niño desde la antropología, no teorizando sobre una cultura en especifica, pero si de forma general a todas las culturas. Este razonamiento de que cada cultura imita a otra es una idea clara del Difusionismo antropológico representado por Fran Boas, el error o la limitación de este autor es que niega el carácter inventivo y creador de las culturas. Sin embargo el cubano más ilustre de todos los tiempos ve este fenómeno como natural, como parte de la existencia humana en busca de la supervivencia sin negar el carácter original y altamente creador del hombre.
Lo anteriormente explicado es solo una parte de su magnifica interpretación del desarrollo de la sociedad. Otra parte clara es que reconoce la materialidad del mundo y de la estrecha relación entre esa materialidad y la subjetividad del hombre. Se percibe como plantea que la forma de construir la casa puede dar la noción geográfica, el grado de desarrollo social e incluso el carácter y la personalidad de este ser. Es decir, que esa información subjetiva va a estar expresada en una materialidad y que a la vez esa subjetividad va a estar condicionada por esa objetividad.
"La Edad de Oro" constituye una revista para niños en la que se expresa de forma simbólica el sentir del hombre americano, una serie de signos utiliza el autor para ilustrar la necesidad más urgente que tenia nuestra América, la lucha por la independencia y la construcción de una sociedad justa. La obra también es objeto de divulgación científica, palmándose todos los adelantos o por lo menos los más significativos del siglo XIX. Una vía para llevarle a los más pequeños una cultura universal y para armarlos y educarlos ideológicamente.
Luego de realizar la siguiente investigación sobre el pensamiento filosófico martiano presente en la revista "La Edad de Oro" se arriban las siguientes conclusiones:
1. "La Edad de Oro" es una obra con un enfoque fundamentalmente eticista.
2. En la ética y estética martiana presentes en la obra podemos encontrar pragmatismo, pero no en el sentido de las necesidades materiales sino en el sentido de las necesidades humanas, de esta forma su pensamiento ético converge con la ética marxista.
3. Al respecto de las concepciones políticas y de lucha de clases Martí reconoce la máxima clasista "quien vence a quien" esto se evidencia en el articulo "Tres Héroes", presentando puntos de contacto con el pensamiento marxista. El Maestro no pierde de vista en ningún momento que le habla a los niños, potencialmente futuros hombre americanos, por lo que propone una solución, una determinada concesión entre clases donde el rico comparte con el pobre, manteniéndose un determinado equilibrio entre clases y así el rico no es tan rico ni el pobre tan pobre, eso se evidencia en el cuento "Bebé y el Señor don Pomposo" y en el poema "Los zapaticos de rosa."
4. En la obra podemos encontrar una cosmovisión unida a la gnoseología caracterizada por las particularidades latinoamericanas.
5. La estética, la gnoseología y la cosmovisión martiana expresadas en la obra mantienen en esencia un matiz fundamentalmente ético.
Martí Pérez, José: "La Edad de Oro", Editorial Gente Nueva, La Habana, 1964.
Autor:
Juan Carlos Ramírez Sierra
Universidad de Oriente
[1] Mart?, Jos?: ?La Edad de Oro?, p?g.
[2] ?dem. p?g. 7
[3] Ib?d.
[4] Ib?d.
[5] Ib?d.
[6] Ib?d.
[7] Ib?d.
[8] Ib?d.
[9] Ib?d.
[10] Ib?d.
[11] Ib?d.
[12] Mart?, Jos?: O.C., T. 28, P?g. 326