III.b.1.b. Lectura informativa
Cuando leemos para informarnos, lo que hacemos es armar en nuestra mente un índice de conocimientos, es decir, una lista ordenada de conceptos generales con apuntadores a la información detallada. Decía Einstein: "para qué memorizarlo si lo tenemos por escrito", y tenía razón. Nos gusta un artículo, lo leemos y lo entendemos pero, ¿es necesario que memoricemos su contenido? No. Nos basta saber que existe y dónde podremos encontrarlo. Recibimos un informe, extraemos los datos más relevantes y lo archivamos. Nos pasan un reporte, sacamos las conclusiones y lo guardamos. Visitamos una página de Internet, nos gusta y la ponemos la lista de favoritas. Este mecanismo es el que nos permite tener a nuestra disposición cantidades masivas de información sin necesidad de ocupar recursos cerebrales, que de esta forma podrán ocuparse en otras cuestiones. Si necesitamos el detalle de alguna información, recurrimos a esa lista mental de ideas y una vez localizada recurrimos a la fuente en la que se generó. Por lo tanto, en estos casos serán muy importantes los elementos que nos permitan obtener resúmenes lo más rápida y objetivamente posible.
La lectura informativa está ligada a dos tipos de textos: los impresos por los medios de comunicación, llámense diarios, periódicos, revistas, diccionarios, manuales de referencia, etc., y los que escriben gente como nosotros en cartas, propuestas, informes, correos electrónicos y demás. La diferencia es muy grande. En el primer caso, la información viene clasificada y ordenada, y está estructurada tomando en cuenta la trascendencia de cada una de sus partes. En el otro, es decir, en aquellos en que los textos van dirigidos de persona a persona, éstos no sólo carecen de todo orden temático, sino que, además, en la mayoría de los casos, no cuentan con las consideraciones básicas de sintaxis, semántica, ortografía y redacción.
Para aprovechar el tiempo que le dedicamos a la lectura informativa partiendo de trabajos impresos en publicaciones profesionales, las recomendaciones son sencillas:
1. Revisar el índice.
2. Leer encabezados, subtítulos, gráficas e imágenes.
3. Leer el primer párrafo del texto que describe el tema.
Terminado este punto, tendremos una idea muy clara del contenido y con ello los elementos que nos permitan decidir si le dedicamos más tiempo a la lectura del resto o no.
Pero cuando leamos textos que nos dirija otra persona, tendremos que ser más cuidadosos. Los únicos datos que podremos tomar con la seguridad de entenderlos con rapidez son la fecha y la firma. Para todo lo demás necesitaremos otra estrategia. Dado lo mal que, en términos generales, escribe la gente, la única forma de enterarnos de su contenido será leerlo en su totalidad con todo el detenimiento posible. Recuerda que una cosa es lo que queramos escribir, otra lo que escribimos y otra lo que nos entienden. Sólo cuando coincidan las tres habremos logrado la comunicación correcta. Podríamos recomendar las técnicas de lectura rápida para estos casos, pero para ello sería necesario que, al menos, las palabras se emplearan en su sentido correcto y que estén escritas tomando en cuenta las reglas ortográficas, lo que difícilmente sucede.
III.b.1.c. Lectura para el análisis y asimilación.
Cuando leemos para aprender el detalle de un texto, el factor que determinará el aprovechamiento del tiempo será la concentración. Y esto no es más que la capacidad de circunscribir nuestro pensamiento a un tema determinado aislándonos de interferencias tanto externas como internas. La concentración es un proceso similar al sueño. Nuestros sentidos no dejan de emitir señales al cerebro, sin embargo, éste responderá sólo a aquellas que reúnan ciertas características de intensidad y forma. Una madre, por ejemplo, podrá dormirse profundamente aún y cuando en el ambiente haya ruido, para otros insoportable, pero despertará si su bebé tose o se queja emitiendo sonidos imperceptibles para los demás. La concentración no depende de los estímulos externos o internos que llegan a nuestro cerebro, sino de la capacidad de seleccionar a cuál de ellos le responde.
Esa capacidad de aislamiento estará determinada, en la mayoría de los casos, por el interés natural que sintamos hacia determinado tema. Aquello que nos apasione, provocará que una gran parte de los recursos intelectuales los destinemos a analizar la información y a relacionarla con experiencias previas, para así almacenarla en las capas más profundas de nuestra mente, consolidándola como recuerdo. Este proceso necesita que una gran cantidad de sangre se concentre en el cerebro, debiendo disminuir su circulación por los centros que controlan los sentidos limitando de esa forma sus niveles de percepción. Es por ello que durante periodos prolongados de concentración, los ruidos o los movimientos alrededor nuestro no nos afectan, y al terminar sentimos la cabeza caliente y puede verse enrojecida. Pero el problema es que no siempre nos apasionamos o, incluso, interesamos por lo que tenemos que estudiar. Es más, podríamos decir que son pocas las veces en que eso sucede, lo cual nos lleva a hacernos una pregunta trascendental:
– ¿Podemos asimilar un texto sin necesidad de concentrarnos?
No, definitivamente la respuesta es: no. Si no logramos relacionar la información que estamos leyendo con experiencias previas, no tendremos los elementos básicos para encontrarla cuando la necesitemos. Es como si arrojáramos toneladas de libros a una bodega sin orden o control alguno. La información estaría allí almacenada pero no sabríamos por dónde empezar a buscarla. Eso es lo que hacemos cuando leemos sin concentrarnos.
– Entonces, ¿que hacemos cuando no exista una motivación natural hacia el tema que debemos estudiar? ¿Qué podemos hacer para concentrarnos?
Bueno, partamos de algunas reglas básicas, como ubicarnos en un lugar cómodo, tranquilo, bien ventilado e iluminado, sentarnos ante una mesa amplia en la que podamos distribuir el material de estudio de forma tal que todo nos quede a la mano, no ingerir bebidas o sustancias excitantes o tranquilizantes, etc. Ya sé que todos, con seguridad, las hemos escuchado antes, pero no por ello dejarán de ser válidas. Un medio ambiente agradable siempre será un buen punto de partida, aunque sabemos que muchas veces no es suficiente. Veremos, por lo tanto, algunas recomendaciones para incentivar el proceso intelectual que nos permita establecer mecanismos ágiles y confiables para el almacenamiento y recuperación de la información:
1. Define con anterioridad qué es lo que buscas en el texto: aprenderte fechas, lugares, personajes, procesos o situaciones, sacar un resumen general, analizar su estructura literaria, etc.
2. Piensa para qué te va a servir. Tal vez lo que debas aprenderte no te llame la atención en sí mismo, pero podría significar una de las partes que te estaba haciendo falta en otro proceso de máximo interés para ti.
3. Pregúntate en cada párrafo como encaja lo que acabas de leer con lo que ya sabes. Leer nos permite confirmar nuestros conocimientos y aprender cosas nuevas. Al establecer la diferencia habremos logrado conectar todo aquello que no sabíamos con experiencias previamente adquiridas, con lo cual tendremos los elementos de búsqueda necesarios para un acceso rápido y seguro.
4. Resume mentalmente cada párrafo con una frase. Esto te obligará a razonar lo que acabas de leer. Esta técnica, que se conoce como "resumen conceptual", te permitirá leer nuevamente el texto siguiendo tus propias palabras, logrando así una asimilación mucho más rápida de la idea que pretendía transmitir.
Todos estos puntos requieren de práctica. No se logran de la noche a la mañana. Tal vez pienses al principio que estás leyendo muy despacio, pero recuerda que cuando los domines estarás en capacidad de aprenderte cualquier texto en una o dos leídas como máximo.
III.b.2. El vocabulario
Sea cual fuere el objetivo que persigas al leer, entender el significado de las palabras se impone como requisito básico, sobre todo si lo queremos hacer con fluidez. Es por ello que ampliar nuestro vocabulario será fundamental para aprovechar el tiempo que le dediquemos a la lectura. He aquí algunas recomendaciones importantes en este sentido:
1. No dejes pasar palabra alguna sin estar seguro de su significado. Si tienes duda, investígalo. Con seguridad te servirá más tarde.
2. Siempre que leas, ten un diccionario a la mano, ya sea técnico, si tu profesión te lo exige, o del idioma en general. Esto agilizará el aprendizaje de palabras nuevas.
3. Pon en práctica las palabras que vayas aprendiendo. Sólo así no se te van a olvidar.
4. Fíjate como meta conocer el significado de, al menos, una palabra por día.
Un vocabulario amplio no sólo te permitirá comprender mejor y más rápido lo que leas sino que, además, te servirá para expresar tus ideas de una manera más clara y precisa.
III.b.3. Lectura silenciosa
La enseñanza de la lectura en la educación primaria centra su estrategia en la voz, es decir, en escuchar al alumno para saber si lo está haciendo correctamente o no. Bien visto, tiene sentido, sobre todo en los primeros años en los que la supervisión de los mayores es tan importante. El problema es que en los años subsecuentes siguen insistiendo en que se lea en voz alta. Por supuesto que es importante saber si están dándole la entonación adecuada, si están respetando la puntuación o incluso si no tienen problemas de dicción, pero todo esto sería válido si la lectura se ejerciera única y exclusivamente en público y no a nivel personal. Actualmente los muchachos encaran la lectura no como un ejercicio intelectual sino como un discurso hacia sí mismos, y en ello están sufriendo un vicio que provoca que lean hasta cuatro veces más lento de cómo lo harían si lo hicieran mentalmente. Ese típico murmullo que se escucha en una biblioteca, en donde el silencio debiera ser absoluto, se debe a todas aquellas personas que leen hablando.
Pero, a parte de la velocidad, ¿cuál sería el problema? ¿Qué tiene de malo leer despacio? Bueno, yo diría que mucho. El efecto de leer con lentitud no es solamente que nos vamos a tardar más en terminar un texto, sino que, además, la comprensión del mismo será mucho más pobre. Cuanto más lento leamos más fácil será perder la ilación de las ideas. La percepción de que para comprender mejor debemos disminuir la velocidad es completamente falsa.
La velocidad sí tiene mucho que ver con la comprensión, por lo que, si quieres mejorar en este sentido, haz un esfuerzo por no repetir las palabras que leas en tu mente, y mucho menos con tu boca. Al principio te costará un poco, pero cuando lo logres habrás dado un paso muy importante hacia la productividad en la lectura.
III.b.4. Lectura veloz, rápida y comprensiva.
Estas técnicas, también conocidas como lectura dinámica, fueron desarrolladas a mediados de los años 50´s en los Estados Unidos, y parten de la idea de que nuestra mente puede interpretar cualquier detalle de lo que la vista abarca en cada movimiento ocular, dándonos la capacidad de asimilar bloques completos de palabras cada vez que nuestros ojos se muevan sobre un texto. Esto, por supuesto, incrementa la velocidad de lectura, pero además, mejora la comprensión. Los procedimientos tradicionales de lectura dejan, entre palabra y palabra, grandes espacios de tiempo ocioso que nuestra mente utiliza para desviarse hacia el primer estímulo exterior o preocupación interior. Con las técnicas de lectura por bloques de palabras, fundamento de la lectura dinámica, aprendemos a tomar directamente del texto, el sentido de cada frase, disminuyendo las posibilidades de distracción y aumentado las capacidades de concentración.
El aprendizaje de estas técnicas se ha visto favorecido últimamente con la aparición de programas para computadoras, como el ReAd 21, que en tan sólo cinco horas, una por día, le permite al usuario mejorar su velocidad y comprensión de lectura dos, tres y más veces de la que tenía originalmente. Hemos incluido dentro de los apéndices de este libro toda la información relacionada con este software, incluyendo su fundamentación teórica y conceptual, para que puedas leerlo con detenimiento, pero, con la idea de que puedas iniciarte ahora en este tipo de técnicas y, con el tiempo y el ejercicio, ponerlas en práctica, te explicaré otras formas de aprenderlas.
III.b.4.a. Ampliar el rango visual
"Toda palabra que podamos visualizar es susceptible de ser interpretada" ¿Te parece correcta esa aseveración? Bien, abre entonces un libro, ponlo delante de tus ojos y fija tu vista en el punto medio de las dos páginas, a lo largo y a lo ancho. Ahora trata de leerlas, empezando por el extremo superior izquierdo, sin mover tu vista del centro. ¿Difícil, no? Lógico, porque si bien nuestro campo visual es muy amplio y capta todas y cada una de las palabras, nuestra mente está "entrenada" para interpretarlas sólo cuando la atención se fija en una de ellas. ¡Imagínate qué desperdicio!
Uno de los secretos de la lectura rápida está precisamente allí, en la amplitud de nuestro rango visual y mental, y para conseguirlo te pondremos algunos ejercicios que te permitirán agrandarlo al tamaño que tu decidas.
En la primera lección vas a empezar con bloques de número y letras. Fija tu vista en el asterisco que aparece arriba de cada uno de ellos y trata de visualizar las tres letras ubicadas, cada una, a la izquierda, al centro y a la derecha. Por ejemplo, en el siguiente bloque deberás identificar las letras S, M y J:
*
S90383578M85848383J
III.b.4.b. Comprensión instantánea de frases
Una vez que tu visión periférica se haya ampliado, trataremos de que aprendas a comprender cada bloque casi en forma simultánea al momento en que lo tengas ante tus ojos.
En los ejercicios de este tipo, reemplazamos los números y las letras por frases, que no tendrán relación alguna entre sí. Aquí deberás fijar tu vista en el asterisco y tratar de visualizar cada bloque como un conjunto, no como una sucesión de palabras. Cuando lo logres, cada frase se convertirá, prácticamente, en un ideograma, es decir, en un símbolo con un significado único. Ejemplo:
*
Hombres necios que acusáis a la mujer
III.b.4.c. Comprensión global
Llegado este momento, ya estarás en condiciones de poner en práctica la técnica de lectura por bloques para leer textos completos. Nosotros tenemos identificadas dos modalidades de lectura: por columna, es decir la que se lleva a cabo para leer diarios, periódicos, revistas, etc., y por página completa, que es la que utilizamos para libros, documentos, manuales, etc. La diferencia entre ambas radica en la secuencia de lectura. Cuando leemos por columna, cada bloque es un línea que iremos leyendo uno a uno de arriba hacia abajo. Al terminar la primera continuamos con la siguiente a mano derecha y procedemos de la misma forma, y así sucesivamente hasta terminar el texto. Ejemplo:
___1___ ___5___
Estoy sentado junto a la comenzaron a armar el gran
___2___ ___6___
alcantarilla aguardando a que alboroto y no pararon de
___3___ ___7___
salgan las ranas. Anoche, cantar hasta que amaneció.
___4___
mientras estábamos cenando,
Al leer por página completa tendremos que dividir visualmente cada línea en dos, de manera que la secuencia de lectura empezaría por la parte izquierda y seguiría por la derecha de la misma línea, para continuar con la siguiente de la misma forma y así, sucesivamente, hasta el final del texto. Ejemplo:
_____1_____ _____2_____
Este apodo no tiene la malicia que las / gentes imaginan, y va usted a saber su /
_____3_____ _____4_____
origen: Como todos los niños pobres, / yo no tuve juguetes costosos ni /
_____5_____
diversiones presumidas. /
Comprendidos ahora los principios básicos de la lectura dinámica, podrás pasar al APÉNDICE I: LECCIONES para ponerlos en práctica.
III.b.4.d. Preguntas más frecuentes sobre la lectura dinámica
Pregunta.- ¿No es preferible leer con lentitud para entender mejor?
Respuesta.- Hagamos un ejercicio simple. Tomemos un párrafo cualquiera y tratemos de leerlo a una velocidad de una palabra por minuto. ¿Crees tú que entenderíamos algo? Estoy seguro que no. Y eso sucede porque perderíamos la ilación de la lectura. Los textos se convierten en una serie de palabras aisladas colocadas una al lado de la otra, sin coherencia alguna. Las técnicas tradicionales de lectura, es decir, las que toman palabra por palabra, funcionan correctamente cuando aprendemos a leer a los cinco o seis años. El problema es que crecemos, nuestro cerebro se desarrolla muchas veces más, y seguimos leyendo como cuando éramos niños. Al leer de esa manera siendo adultos estamos desperdiciando grandes capacidades de nuestra mente. La lectura dinámica no es una forma de leer más rápido, sino de leer mejor.
Pregunta.- ¿No se pierde el goce por la lectura leyendo tan rápido?
Respuesta.- En primer lugar debemos entender a la lectura dinámica como a un automóvil. Aún y cuando éste pudiera tener la potencia para ir a 220 Km. por hora, difícilmente se nos ocurriría llegar a ese límite dentro de la ciudad. Habrá lugares donde podremos ir rápido y otros en los que deberemos ir despacio. Así, conociendo las técnicas de la lectura dinámica, la velocidad se puede regular de acuerdo al texto que uno tenga enfrente. En algunos casos son las palabras, y su relación con el argumento, las que le dan relevancia a una obra, como por ejemplo la poesía, u otros en los que, por la complejidad de su contenido, necesiten de análisis más pausados. Pero, ¿qué porcentaje del tiempo total que le dedicamos a la lectura representan estos casos? En términos generales, a menos que nuestra actividad diaria así lo exija, la mayor parte de lo que leemos tiene como objetivo principal adquirir información, es decir, percibir y asimilar las ideas que otros pretenden transmitirnos, y es aquí donde la velocidad adquiere su importancia. Al momento de abrir un libro deberemos preguntarnos qué es lo importante en él: sus palabras o sus ideas, y allí tomar una decisión. Sólo quien no tenga opciones no podrá hacerlo. La lectura dinámica no es más que una herramienta. Dependerá de ti cómo usarla.
Pregunta.- Si yo leo a gusto con las técnicas tradicionales de palabra por palabra, ¿para qué debería aprender las de lectura dinámica?
Respuesta.- Si podemos caminar, ¿para qué se inventaron los automóviles? Si podemos sumar, ¿para qué existen las calculadoras? Si podemos hacer manualmente cada una de sus funciones, ¿para qué utilizamos las computadoras? La vida modernas, nos guste o no, exige eficiencia e, insisto, de eso se trata la lectura dinámica. Podemos seguir leyendo como cuando teníamos cinco años y nadie podrá reclamarnos algo, pero, si la vida está compuesta de tiempo, ¿no te daría lástima desperdiciarlo?
IV. Despedida
Bien, pues he concluido. Lo que he expuesto aquí es mi percepción de la lectura en nuestro mundo, a finales del siglo veinte. Todo lo que has visto ha sido el producto de muchos años de trabajo. Debo confesarte que cuando lo vi terminado y resumido en estas pocas páginas me dio tristeza. ¿Será tan poco lo que aprendí en todo ese tiempo? No lo sé. Dependerá de ti la respuesta. Lo que me consuela, fuera de toda duda, es la certeza de un esfuerzo honesto por aportar algo positivo a nuestra sociedad, y el hecho irrefutable de que, independientemente de los resultados, en su desarrollo he vivido una extraordinaria experiencia. Gracias por permitírmelo.
Eduardo Rhó
Apéndice I: Lecciones
EVALUACIÓN INICIAL
A continuación encontraras un texto. Léelo lo más rápido que puedas tratando de asimilar todo. Antes de empezar toma la hora, prestándole atención a los minutos y segundos.
Toma el tiempo inicial: _______
"La isla del tesoro" por R.L. Stevenson
(Fragmento)
Sería la una y media de la tarde cuando los dos botes de La Española se fueron a tierra. El capitán, el caballero y yo estábamos discurriendo acerca de la situación, en nuestra cámara de popa. Si hubiera soplado en aquellos momentos la brisa más ligera, hubiéramos ca¡do, por sorpresa, sobre los seis rebeldes que se nos había dejado a bordo, hubiéramos levado anclas y salido a alta mar. Pero el viento faltaba de todo punto, y para completar nuestro desamparo, vino Hunter a traernos la nueva de que Hawkins se había metido en uno de los botes y marchándose con los expedicionarios de la isla.
Jamás nos ocurrió poner en duda la lealtad de Hawkins; pero sí nos pusimos en alarma por su vida. Con la excitación en que aquellos hombres se encontraban, nos parecía que sólo una casualidad podía hacer que volviésemos a verle vivo. Corrimos sobre cubierta. El calor era tal que la brea que unía la juntura de los tablones comenzaba a burbujear, derritiéndose; el nauseabundo hedor de aquel sitio me ponía verdaderamente malo, y si alguna vez hombre alguno absorbió por el olfato lo gérmenes de mil enfermedades infecciosas, ese fui yo, sin duda, en aquel abominable fondeadero. Los seis sabandijas estaban sentados en proa, refunfuñando, a la sombra de una vela. Hacia la playa, podíamos divisar los botes, sujetos a tierra, y a un hombre de los de Silver, sentado en cada uno de ellos. Uno de aquellos dos conjurados se divertía silbando el Lilibullero.
Esperar era una locura, así que decidimos que Hunter y yo iríamos a tierra en el serení en busca de informes y para explorar el terreno. Los botes se habían recargado sobre su derecha, pero Hunter y yo remamos recto en dirección de la estacada marcada en nuestro mapa. Los centinelas y los guardianes de los esquifes parecieron desconcertarse un tanto con nuestra aparición. El Lilibullero cesó de oírse y pude ver a ese par de alhajas discutiendo lo que debían hacer. Si se hubieran marchado para avisar a Silver lo que ocurría, abandonando sus botes, es claro que las cosas hubieran pasado de muy distinta manera; pero supongo que tenían sus órdenes, y, en consonancia con ellas, decidieron permanecer tranquilamente en donde estaban, y muy luego oímos que la música del Lilibullero comenzaba de nuevo.
Había en aquel punto una ligera curva en la costa y yo no perdí tiempo, remando, cuan fuertemente pude, para ponerla entre los hombres de los esquifes y nosotros, de tal suerte que, antes de que llegásemos a tierra, ya nos habíamos perdido mutuamente de vista. Salté, por fin, a la playa, y púseme a correr tan a prisa como podía atreverme a hacerlo, desplegando sobre mi cabeza un gran pañuelo de seda blanco, para evitar la insolación y con un buen par de pistolas, enteramente listas, por precaución, contra cualquier sorpresa.
No había recorrido aún cien yardas cuando llegué a la estacada.
He aquí lo que había en ella: una fuente de agua limpia y clara brotaba casi en la cumbre de la colina; sobre ésta, y encerrando la fuente, por supuesto, se había improvisado una espaciosa cabaña de postes de madera, de manera de poder encerrar una o dos veintenas de hombres, en caso de apuro, y con troneras para mosquetes por todos lados. Al derredor de esta cabaña habíase limpiado un espacio considerable, y para completar la obra, se había levantado una empalizada bastante fuerte, como de seis pies de elevación, sin ninguna puerta o pasadizo, con resistencia y fuerza para no poderla echar por tierra sino con tiempo y trabajo; pero bastante abierta para que no pudiera servir de parapeto a los sitiadores. Los que estuvieran en posesión de la cabaña podían llamarse dueños del campo y cazar a los de afuera como perdices. Lo que se necesitaba allí era una vigilancia continua y provisiones, porque a menos de una completa sorpresa, los sitiados podían sostenerse muy bien contra un regimiento entero.
Toma el tiempo final: _______
Traduce la diferencia entre el tiempo inicial y final a segundos y utilízala en la siguiente fórmula:
663 x 60
————————— X 100 = Palabras por Minuto
No. de segundos (P.P.M)
Toma nota del resultado final. Te servirá para evaluar tus avances.
Cada uno de los ejercicios de las tres lecciones que veremos a continuación deberá practicarse no menos de cinco minutos consecutivos, descansando uno antes de pasar al siguiente. En total no deberán excederse los treinta minutos de trabajo por sesión. Como recomendación general, coloca el libro de forma tal que tu mirada se dirija hacia abajo y a una distancia de tus ojos que te permita enfocar cómodamente cada bloque. Esto disminuirá las posibilidades de cansancio visual.
LECCIÓN 1: La técnica de la lectura por bloques
Ejercicio 1: Serie de números y letras
Recuerda que tu vista no debe moverse del asterisco. Concéntrate bien en cada bloque y no pases al siguiente antes de lograr una representación mental nítida de las tres letras. Cuando termines los cinco vuelve a empezar con el primero:
*
D10293848F10293848G
*
E71637589R71637589T
*
Y63758912U63758912I
*
Q94857573W94857573E
*
B75891258G75891258T
Ejercicio 2: Frases al azar
Este ejercicio tiene la finalidad de adiestrar a nuestra mente en la comprensión instantánea de bloques de palabras. Empezando por el primero, fija tu vista en el asterisco, y sin mover tus ojos trata de entender el contenido de la frase que viene abajo. Cuando lo hayas logrado sigue con el bloque de abajo, y así, sucesivamente hasta el último. Repite la misma secuencia, tratando de hacerlo cada vez a mayor velocidad, hasta completar los cinco minutos recomendados.
*
dice. Adiós. Mundos
*
en los caminos tenía mi
*
nuevos, aires nuevos,
*
Adiós. Hermosa palabra
*
Adiós. ¡Cómo es posible
*
en mis años mozos la
*
cuando es uno el que la
*
mencionarla; yo, que
*
yo, que ignoré amistades
*
no recordarla! Yo, que
Ejercicio 3: Comprensión global
El objetivo de este ejercicio es asimilar todo el texto utilizando la técnica de lectura por bloques. De la misma forma que en el anterior, fija tu vista en el asterisco y no leas las palabras. Visualiza el bloque como conjunto. El secreto de esta técnica está en el ritmo. Ve bajando tu vista de asterisco en asterisco lo más rápido que puedas en periodos constantes de tiempo. Si no alcanzaste a entender algún bloque, no te detengas. Sigue con el mismo ritmo hasta el final. Si no comprendiste el texto globalmente, repítelo un poco más despacio.
"Viaje a la luna" por Julio Verne (Fragmento)
*
-¿Ha visto alguna vez la
*
Luna? -le preguntaba
*
irónicamente un profesor a
*
uno de sus alumnos.
*
-No, señor -respondió el
*
alumno con mayor ironía-.
*
Pero confieso que he oído
*
hablar de ella.
*
Hasta cierto punto la
*
alegre respuesta del alumno
*
podría aplicarse a la
*
mayoría de los seres
*
sublunares. Cuántas
*
personas han oído hablar de
*
la Luna… pero no la
*
vieron nunca, por lo menos
*
a través de un anteojo o un
*
telescopio! Cuántas no han
*
posado la vista jamás en un
*
mapa de su satélite!
*
Cuando se hecha una hojeada
*
a un mapa selenográfico, en
*
seguida llama la atención
*
una particularidad.
*
Contrariamente a la
*
disposición seguida en la
*
Tierra y en Marte, los
*
continentes ocupan más el
*
hemisferio Sur del globo
*
lunar. Estos continentes no
*
presentan esas líneas
*
terminales, tan limpias y
*
regulares que dibujan
*
América Meridional, África
*
y la península india. Sus
*
costas angulosas,
*
caprichosas y profundamente
*
dentadas, abundan en golfos
*
y penínsulas. Recuerdan en
*
seguida el enmarañado
*
laberinto de las islas de
*
Sonda, las cuales se hallan
*
divididas excesivamente. Si
*
alguna vez existió la
*
navegación en la superficie
*
de la Luna, debió ser
*
extremadamente difícil y
*
peligrosa, y hay que tener
*
compasión de los marinos y
*
los hidrógrafos selenitas;
*
a éstos cuando trazaban los
*
planos de sus accidentadas
*
costas, y a aquéllos,
*
cuando
*
bordaban los fondeaderos
*
peligrosos.
*
También se observar que
*
sobre el esferoide lunar,
*
el polo Sur es mucho más
*
continental que el polo
*
Norte. En este último no
*
existe más que un ligero
*
casquete de tierras separadas
*
de otros continentes por
*
vastos mares. Hacia el Sur,
*
los continentes cubren casi
*
todo el hemisferio. Por
*
tanto es muy posible que
*
los selenitas hayan
*
enarbolado ya su pabellón en
*
uno de sus polos, mientras
*
los Franklin, los Ross, los
*
Kane, los Dumont d'Urville,
*
y los Lambert no lo hayan
*
conseguido todavía en ese
*
punto desconocido del globo
*
terrestre.
*
En cuanto a las islas, son
*
numerosísimas en la
*
superficie de la Luna. Casi
*
todas oblongas o
*
circulares, y como trazadas
*
a compás; parecen formar un
*
amplio archipiélago como a
*
ese grupo encantador
*
arrojado entre Grecia y
*
Asia Menor, que la
*
Mitología de otros tiempos
*
animó con sus más
*
interesantes leyendas.
*
Evoca, involuntariamente,
*
los nombres de Naxos,
*
Tenedos, Milo, Cárpatos, y
*
los ojos buscan el navío de
*
Ulises y el cliper de los
*
argonautas.
*
Esto, por lo menos, era lo
*
que reclamaba Michel Ardan;
*
era un archipiélago griego
*
lo que veía en el mapa. A
*
la vista de sus compañeros,
*
menos imaginativos, el
*
aspecto de aquellas tierras
*
les recordaba las tierras
*
desmembradas de Nuevo
*
Brunswick y de Nueva
*
Escocia, y allí donde el
*
francés encontraba las
*
huellas de los héroes,
*
aquellos americanos
*
escogían los puntos
*
favorables para el
*
establecimiento de
*
factorías que
*
favoreciesen el comercio
*
y la industria lunar.
Lección 2: Lectura por bloques en columnas
Ejercicio 1: Serie de números y letras
De la misma forma que en la Lección 1, fija tu vista en el asterisco y trata de identificar las tres letras. Empieza por la columna de la izquierda, de arriba hacia abajo, y luego, de la misma forma, con la derecha:
* J1029384876D1029384876M * Q1637589125W1637589125E * Y2583547872J2583547872L * W9937857593G9937857593I * Z3948575738A3948575738Q | * C1029384876D1029384876W * Z3948575738A3948575738Q * Y2583547872J2583547872L * W9937857593G9937857593I * J1029384876D1029384876M |
Ejercicio 2: Frases al azar en columnas
Este ejercicio es similar al de la lección anterior, pero ahora lo seguiremos en forma de columna. A partir de aquí los textos ya no tendrán la guía del asterisco arriba del punto medio del bloque. MIRA LOS BLOQUES. NO LEAS LAS PALABRAS. Recuerda repetir la misma secuencia durante cinco minutos, tratando de hacerlo cada vez a mayor velocidad.
generaciones unidas por
una mano en el hombro,
por la necesidad de
compartir ese instante y
por el deseo de que
fuera eterno; hijo y
padre caminando juntos,
una imagen para el
recuerdo. Sin darse
cuenta, llegaron a una
vida y los pensamientos
que le dieron a su ida
trascendencia al grado
dictado su propia carta
sentencia de muerte.
Para una sociedad que
acostumbrada a caminar
internacional, pero la
enorme cantidad de sus
flores sembradas en el
alrededor del monumento
emergencia en el lugar
Ministerio del Interior;
convirtiendo en una
verdadera amenaza.
hombro con hombro en el
mismo sentido, tal vez
amigos como siempre. Tal
vez por eso nos habían
llevábamos tan bien.
el otro una honestidad y
un compromiso a prueba
de fuego, y eso Jorge,
es lo primero que debes
buscar en una persona.
Dionisio estaba en las
realmente entusiasmado
por la popularidad que
alcanzada en el exterior
ser igual. Ese exceso de
confianza le hizo llevar
cometer errores que ella
creer que ese hombre, no
sentado a su lado, ya no
formara parte de la idea
historia nacional. Esa
Ejercicio 3: Comprensión global en columnas
En este ejercicio se pondrá en práctica las técnicas de lectura veloz para comprender un texto presentado en forma de columnas. Recuerda: MIRA LAS FRASES, NO LEAS LAS PALABRAS. Hazlo lo más rápido que puedas. Si no entendiste el texto, repítelo un poco más despacio.
"Metamorfosis" por Franz Kafka (Fragmento)
Al despertar Gregorio Samsauna mañana, tras un sueño intranquilo, encontróse en su cama convertido en un monstruoso insecto. Hall base echado sobre su duro caparazón de su espalda, y, al alzar un poco la cabeza, vio la figura convexa de su vientre oscuro surcado por curvadas callosidades, cuya prominencia apenas si podía aguantar la colcha, que estaba visiblemente a punto de escurrirse hasta el suelo.
Innumerables patas, lamentablemente escuálidas en comparación con el grosor
ordinario de sus piernas, ofrecían a sus ojos el espectáculo de una agitación sin consistencia.
-¿Qué me ha sucedido?
No soñaba, no. Su habitación, una habitación de verdad, aunque excesivamente reducida, aparecía como de ordinario entre sus cuatro harto conocidas paredes.
Presidiendo la mesa, sobre la cual estaba esparcido un
muestrario de paños -Samsa
era viajante de comercio-,
colgaba una estampa ha poco
recortada de una revista
ilustrada y puesta en un
lindo marco dorado.
Representaba esta estampa una señora tocada con un gorro de pieles, envuelta en una boa también de pieles, y que, muy erguida, esgrimía contra el espectador un amplio manguito, asimismo de piel, dentro del cual desaparecía su antebrazo.
Gregorio dirigió luego la
vista hacia la ventana; el
tiempo nublado (sentía
repiquetear en el cinc las
gotas de lluvia) infundióle
una gran melancolía.
LECCIÓN 3: Lectura en página completa
Ejercicio 1: Series de números y letras en página completa
Este ejercicio es muy parecido al equivalente en columnas. La única diferencia será la secuencia de lectura. Ahora nuestra vista deberá moverse por los bloques de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo. Toma en cuenta que los bloques en esta lección serán más anchos que en las dos anteriores.
* J1029384876D1029384876M * Q1637589125W1637589125E * Y2583547872J2583547872L * W9937857593G9937857593I * Z3948575738A3948575738Q | * C1029384876D1029384876W * Z3948575738A3948575738Q * Y2583547872J2583547872L * W9937857593G9937857593I * J1029384876D1029384876M |
Ejercicio 2: Frases al azar en página completa
Este ejercicio es igual al que hiciste en el de columnas, pero, como lo mencionamos, la secuencia de lectura variará: de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo.
ese estado. -Julio -le dijo que
dijo el director con una pluma
sonrisa forzada haciendo que
un gran esfuerzo por sentir a
contener su ira -el empleado
estado de cuenta de que le
nuestro principal objetivo es
cliente estaba mal informado
sumado, y usted quiere que
que con toda calma le dijo
pero como usted sabe, no
las computadoras son tan
humanas como nosotros y,
como tal, pueden saber lo
equivocarse. Le voy a decir
recomendamos unir todos
las nuestras para que no sea
Hizo una pausa, se y se fue
apoyando sus manos sobre
el escritorio e inició lo que a
sistema financiero del mundo
equivocarse? Yo le voy a dar
responder: No tanto por lo
lejos como lo voy a utilizar
mandar yo a usted si no sé
decir, ya gritando. Pero no
la oficina del director. A no
amigos y no iba a decir lo
permitir que se le cayera
cometiera semejante error
injusticia. Era obvio que la
despedir a Roberto antes
que pelearse con una mujer
empresa transnacional.
que por sus deseos de ir a
escalar posiciones. En el
mejor desarrollando las
sistemas, haciendo que la
programas o resolviendo el
metido entre cables, viendo
circuitos y monitores, o sea
que sentado en esa silla
interminables y que nunca
aburridas juntas en las que
que trataban temas que él
interesaban; pero sus ideas
Ejercicio 3: Comprensión global en página completa
En este ejercicio pondremos en práctica la lectura veloz para asimilar textos escritos en página completa como: libros, manuales, documentos, etc. Como ayuda hemos dividido cada línea en dos, separándola con diagonales, y arriba de cada parte colocamos un número que se refiere a la secuencia que deberás seguir.
"Adiós Federico" por Eduardo Rhó
(Fragmento)
____1____ ____2____
Adiós. Hermosa palabra cuando es uno el que la dice. / Adiós. Mundos nuevos, aires nuevos, sueños nuevos:
____3____ ____4____
libertad. Adiós. ¡Cómo es posible no recordarla! / Yo, que en mis años mozos la repetía cada mañana; yo, que
____5____ ____6____
ignoré amistades y amoríos, riquezas y nostalgias / sólo por mencionarla; yo, que en los caminos tenía mi casa,
____7____ ____8____
mi refugio, mi paraíso, mi campo de batalla, mi razón de ser; / yo, que siempre tuve al mundo por patria; sí, yo,
____9____ ____10____
el mismo yo, sumergido ahora entre estas cuatro montañas, / ignorado por todos, empapado de odios, curtido
____11____
de rabias; sí, yo Federico, ¡¿cómo pude olvidarla?! …
Recomendaciones
Como habrás visto, cada modalidad de lectura tiene consideraciones especiales, pero existen varias reglas muy importantes que aplican sea cual fuere el caso:
1. Empieza con textos sencillos en cuanto a tema y estilo, para aumentar de complejidad poco a poco.
2. No te detengas aún y cuando no hubieras entendido el bloque. Si por ello el texto perdió su sentido, repite la lectura en su totalidad. Recuerda que estás aprendiendo. No es el momento de preocuparte por la velocidad todavía.
3. Mantén un mismo ritmo de lectura. Tus ojos deberán moverse de bloque en bloque en periodos de tiempo similares. Si sentiste no haber entendido el texto en su totalidad, disminúyelo, pero si no, auméntalo. La única manera de avanzar es forzando a tu mente. Trata siempre de mantenerte en el límite de tu velocidad y tu comprensión.
4. Practica todo lo que puedas. Trata de aplicar estas técnicas en cualquier texto que llegue a tus manos. Sólo así lograrás la velocidad de lectura y el nivel de asimilación que estés buscando.
Lectura por columna
Toma un periódico y escoge un artículo cualquiera. Con un lápiz traza una línea tenue que divida a cada columna por la mitad. Empieza a leer sin quitar tu vista de esa línea. Cada renglón debe ser considerado como un bloque, por lo tanto, moviendo tus ojos de arriba hacia abajo, rítmicamente, uno por uno, podrás leer todo el texto sin problemas en pocos segundos. Con la práctica, por supuesto, no hará falta dibujar esa línea, ya que tu mente habrá aprendido a establecer el justo medio al momento mismo de visualizar la columna.
Lectura por página completa
Toma un libro y, partiendo del primer capítulo, divide cada renglón en bloques del tamaño que hayas estado practicando. Para ello traza con un lápiz pequeñas diagonales entre palabra y palabra, y rayas horizontales en la parte superior central de cada bloque (recuerda el ejercicio de la Lección 3). Entonces, empieza a leer el texto fijando tu vista únicamente en las líneas horizontales, de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo. Con el tiempo aprenderás a identificar los bloques, y su zona central, casi automáticamente.
EVALUACIÓN FINAL
Ahora veremos tus avances. A continuación encontraras un texto. Léelo lo más rápido que puedas tratando de asimilar todo utilizando las técnicas que acabas de aprender. Antes de empezar toma la hora, prestándole atención a los minutos y segundos.
Toma el tiempo inicial: _______
"El principito" por Antoine de Saint-Exupéry (Fragmento)
Cuando el misterio es demasiado impresionante, no es posible desobedecer. Aunque me pareciera absurdo, a mil millas de todo lugar habitado y en peligro de muerte, saqué de mi bolsillo una hoja de papel y una pluma. Pero en ese momento
recordé que yo había estudiado sobre todo geografía, historia, cálculo y gramática, y (ya un poco malhumorado) le dije al caballerito que no sabía dibujar. Me respondió:
-No importa. Dibújame una oveja.
Como nunca había dibujado una oveja, rehice para él uno de los dos únicos dibujos que yo era capaz de hacer. El de la boa cerrada. Me quedé maravillado cuando oí que el caballerito me respondió:
-¡No! ¡No! No quiero un elefante dentro de una boa. Una boa es muy peligrosa y un elefante es muy grande. En mi casa todo es pequeño. Yo necesito una oveja. Dibújame una oveja.
Dibujé nuevamente.
Él miró atentamente, después:
-No, ésa ya está muy enferma, Haz otra.
Volví a dibujar.
Mi amigo sonrió gentilmente, con indulgencia.
-Mira bien… No es una oveja, es un carnero. Tiene cuernos. . .
Rehíce otra vez mi dibujo. Pero lo rechazó como los anteriores:
-Ésta es muy vieja. Quiero una oveja que viva mucho tiempo.
Impaciente ya, porque tenía necesidad de comenzar a desmontar mi motor, garabateé este dibujo:
Y le largué:
-Ésta es la caja. La oveja que tú quieres está adentro.
Pero quedé muy sorprendido al ver iluminarse el rostro de mi joven juez:
-¡Exactamente como la quería! ¿Crees que le haga falta mucha hierba a esta oveja?
-¿Por qué?
-Porque en mi casa todo es pequeño…
-Seguramente alcanzará. Te he regalado una oveja pequeñita.
Inclinó la cabeza sobre el dibujo:
-No tan pequeña como ésa… ¡mira! se ha dormido…
Y fue así como conocí al pequeño príncipe.
** FIN DE FRAGMENTO **
Toma el tiempo final: _______
Traduce la diferencia entre el tiempo inicial y final a segundos y utilízala en la siguiente fórmula:
296 x 60
————————— X 100 = Palabras por Minuto
No. de segundos (P.P.M)
Autor:
Eduardo Rhó
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |