- La lectura
- Orígenes
- Virturdes
- Problemática
- La Escuela
- El hogar
- Los medios audiovisuales de comunicación
- La Sociedad
- Soluciones
- Medidas Correctivas
- Despedida
- Apéndice I: Lecciones
- Lección 1: La técnica de la lectura por bloques
- Ejercicio 1: Serie de números y letras
- Ejercicio 2: Frases al azar
- Ejercicio 3: Comprensión global
- "Viaje a la luna" por Julio Verne (Fragmento)
- Lección 2: Lectura por bloques en columnas
- "Metamorfosis" por Franz Kafka (Fragmento)
- Lección 3: Lectura en página completa
- Recomendaciones
- "El principito" por Antoine de Saint-Exupéry (Fragmento)
Prefacio
Leer es una actividad a la que le dedicamos una gran parte de nuestras horas más productivas. El trabajo, el estudio y toda forma de satisfacción intelectual giran en torno a la lectura que, sin duda, estará marcando en cada caso los límites de las expectativas.
-Pero si yo leo muy bien. ¿A qué viene todo esto? -tal vez te estés preguntando.
Pues quiero informarte que, de acuerdo a estudios realizados, del tiempo que una persona, de nivel cultural medio, le dedica a la lectura, sólo aprovecha, en el mejor de los casos, un 30%. Tan sólo en el movimiento de sus ojos de una palabra a la otra pierde casi la mitad, pero si además las repite con los labios empeorará un 25%. El resto lo desperdicia en releer palabras, frases, párrafos y hasta textos completos una y otra vez porque no los entiende, y en leer información que finalmente deshecha. ¡Imagínate! De cada hora que le dedica a la lectura sólo aprovecha dieciocho minutos. De sesenta, cuarenta y dos minutos de tiempo vital para su desarrollo se tiran a la basura. Ahora, bajo esta perspectiva, vuelve a preguntarte:
-¿Es verdad que leo tan bien?
Probablemente ahora lo dudes. Pero no te culpes. Nos enseñan a leer cuando tenemos cinco o seis años con técnicas apropiadas para esa edad, pero nadie nos dice más tarde que podríamos estar aprovechando mucho mejor las capacidades que nuestro cerebro va adquiriendo con los años. Se desarrolla nuestra capacidad mental, aumenta la cantidad de información y crecen las exigencias, pero nuestra forma de leer se queda estancada en la infancia. Es como si quisiéramos emprender la conquista del mundo con el ejército más poderoso montados en triciclos.
Si quieres conocer tu verdadero nivel de lectura, te sugiero una prueba: suma las horas que en un día le dedicas a la lectura y escribe al final un resumen de lo que eso te dejó. Saca la proporción y aplícala a todos los días de tu vida productiva. Cuando veas el resultado, probablemente te pongas a llorar. Quizás allí encontrarás la causa de muchos de tus objetivos no logrados.
Pero no te preocupes. Si quieres leer mejor, hay muchas formas de lograrlo. Precisamente de eso se trata este libro. Analizaremos la problemática de la lectura, expondremos ideas para que nuestros niños y adolescentes desarrollen el hábito de la buena lectura, y ofreceremos fórmulas y técnicas muy concretas para que tú, como joven o adulto, te conviertas en un lector eficiente. Ahora ya sabes que se puede mejorar. Está en ti aprovechar la oportunidad.
I. La lectura
I.1. Orígenes
El hombre empezó a leer mucho antes de que aprendiera a escribir. Porque leer es, principalmente, interpretar señales del medio ambiente y transformarlas en información de utilidad. El calor, la humedad, algún ruido o movimiento inusual, o tal vez alguna sensación interior, pueden ser los elementos que, sometidos a la lógica de nuestro razonamiento, o de nuestros instintos, pueden darnos la clave para sobrevivir a una determinada circunstancia. Leemos con todo el cuerpo y quien no lo haga con eficiencia, simplemente, desaparecerá.
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