- La enseñanza
- Enseñanza y aprendizaje: practica metódica de resultados abiertos
- La enseñanza: poder, autoridad y autonomía
- Orientaciones de la enseñanza
- El aprendizaje
- La didáctica
- Los métodos y las orientaciones de la enseñanza
La enseñanza
a. Características de la enseñanza como acción intencional de transmisión cultural. Teniendo en cuenta los siguientes puntos:
i. ¿Qué implica la enseñanza?
ii. ¿Qué significa responder a intenciones?
iii. ¿Cómo es el saber que se busca transmitir?
iv. Explicar la dimensión socio-política de la enseñanza.
La enseñanza se basa en transmitir distintos conocimientos o saberes, favorecer el desarrollo de una capacidad, corregir y apuntalar una habilidad, y guiar una práctica. La enseñanza responde a intenciones, es decir, es una acción voluntaria y conscientemente dirigida para que alguien aprenda algo que no puede aprender solo, de modo espontáneo o por sus propios medios. Estas intenciones son de doble vía, es decir quien enseña desea hacerlo y quienes aprenden desean aprender. Cuando una persona aprende sola, sin que exista la intención voluntaria y consciente de otro por enseñarle , este hecho deja de ser enseñanza debido a que esa persona aprende algo por medio de la imitación de un ejemplo adulto o repitiendo lo que hacen los otros, esto se llama aprendizaje social o socialización. El saber que se busca transmitir tiene que ser culturalmente valido, socialmente justo y éticamente valioso, es decir que enseñar consiste en la transmisión cultural con intenciones sociales y opciones de valor. La dimensión socio-política de la enseñanza consiste en una democratización del saber, es decir poniendo a este al servicio de los otros individuos y así poder lograr una ampliación de la conciencia, es por esto que sus fundamentos y resultados, en otros términos no permanecen restringidos a la pequeña esfera interpersonal, sino que puede habilitar mayores grados de conciencia acerca del mundo, de este modo la enseñanza puede, agrandar la comprensión de la naturaleza y de la sociedad de quienes aprenden.
b. La enseñanza como mediación social y pedagógica.
La mediación social consiste en que quienes aprenden adquieran las herramientas culturales (ej. El lenguaje) y amplíen sus conocimientos, habilidades y desempeños, es decir, que desarrollen sus potencialidades y capacidades individuales, sociales y culturales. La mediación pedagógica es fértil para comprender que quien enseña no es el centro del proceso de enseñar, quienes enseñan son efectivamente mediadores entre el contenido cultural a transmitir y las características de loa sujetos que aprenden y del contexto particular. En las escuelas, el docente es un mediador entre los conocimientos y los alumnos, adecuando sus propuestas a las capacidades, los intereses y las necesidades del grupo en particular y a las características del contexto socio-cultural específico. Existen distintas vinculaciones las cuales requieren de la mediación pedagógica del profesor para:
Vincular los contenidos generales que se esperan enseñar con las necesidades, la idiosincrasia y la cultura del grupo en particular.
Proponer actividades, discusiones, profundizaciones, ejercicios que favorezcan el tratamiento de los temas considerando las características, los intereses y la cultura de los alumnos.
Favorecer el intercambio entre los alumnos a partir de sus expectativas y concepciones.
Ampliar el conocimiento y las perspectivas particulares, brindando nuevas informaciones y comunicando otros puntos de vista y experiencias.
Vincular la enseñanza al contexto particular y a las situaciones específicas.
c. Relaciones e interacciones reguladas.
i. Noción de actores, de regulación y de interacción.
La relación que caracteriza la enseñanza implica, entonces, a determinados actores (quienes enseñan y quienes aprenden) y componentes involucrados en una dinámica particular, en la que las características y acciones de cada parte del sistema mantienen una interdependencia recíproca. Los actores y componentes centrales de esta práctica, tanto en sus objetivos (visibles) como subjetivos (pensamientos y disposiciones internas), son:
Alguien que enseña, que conoce lo que enseña y que tiene confianza en la. Posibilidad de aprender de los otros.
Alguien que acepta participar de la enseñanza.
Una "materia" o contenido que se busca enseñar, considerado valido y valioso de ser aprendido.
Un ambiente que facilite el desarrollo de la enseñanza y del aprendizaje.
La noción de regulación es fértil para comprender que estos actores y estos componentes mantienen relaciones dinámicas y mutuamente influyentes. La regulación implica el permanente ajuste e influencia de cada parte, no solo los aspectos visibles sino también las intenciones educativas y las disposiciones internas. Así, el sistema se desarrolla en permanente equilibrio dinámico. Quienes aprenden delinean, también, el curso de las interacciones, ya sea desde su disposición afectiva, ya sea desde sus intereses, ya sea desde sus capacidades previas, orientando en buena medida el curso del proceso. Las interacciones entre los actores no son azarosas sino reguladas, conforme al ajuste de intercambios entre los miembros, a un orden de acciones y a reglas dinámicas de juego en torno a las actividades y a los propósitos que se persiguen.
d. La enseñanza como una secuencia metódica de acciones.
La enseñanza como una secuencia metódica de acciones
La enseñanza es una forma específica de relación entre las personas. Como acción intencional, la enseñanza busca el logro de resultados de aprendizaje. La enseñanza no es algo que ocurra de modo espontaneo ni presenta una acción puntual. Implica una actividad sistemática y metódica, con fases a lo largo de un tiempo. La enseñanza implica un tiempo y un proceso, sigue una lógica y se conforma por una serie de etapas. En la enseñanza familiar, un adulto enseña a un niño de forma gradual según las capacidades previas del niño. En la enseñanza escolar o en la académica, los contenidos o la materia de la enseñanza son más diversificados y complejos, por lo cual la enseñanza será organizada y conducida de modo más metódico. Los pasos formales orientaron por décadas el accionar de los maestros y profesores. Hoy sabemos que, en verdad, estos "pasos" son muy variables, según sean los propósitos de la enseñanza, el contenido, las características de los alumnos o del grupo, el contexto o ambiente. La secuencia metódica no debe ser entendida como un reglamento o código rígido, sino como un marco de actuación básico, de ordenamiento lógico y pedagógico, pero flexible y adecuable a las características de los alumnos y a la dinámica del proceso en el contexto particular.
Enseñanza y aprendizaje: practica metódica de resultados abiertos
La enseñanza busca promover el aprendizaje, sin embargo no existe una relación lineal o de "causa y efecto" entre ambos polos de esta relación. No toda enseñanza logra el resultado de aprendizaje que persigue a todos y cada uno de los aprendices. Quienes creen en los efectos fijos o totalmente previsibles y se encuentran con esta diversidad, suelen hablar de "resultados no previstos" de la enseñanza. Aunque el proceso de enseñanza este bien organizado, los resultados de aprendizaje pueden variar de modo significativo entre un alumno y otro, entre un grupo y otro. Mientras que la enseñanza es conducida por quien enseña, el aprendizaje incluye toda una gama de relaciones e interacción entre las personas y dentro del grupo. Los intercambios grupales enriquecen y potencian el aprendizaje, pero también pueden obstaculizarlo o llevarlo en otra dirección. Mirando la cuestión desde otra óptica, el reconocimiento de la diversidad de resultados de aprendizaje no debe ser entendido como una debilidad o limitación de la enseñanza, sino como una fortaleza. Ella muestra que existe un amplio espacio de posibilidades para enseñar, orientadas por el profesor y enriquecidas por los alumnos. Para lograr buenos resultados hay que considerar las siguientes acciones:
Guiar y apoyar a los alumnos para que trabajen y piensen por sí mismos.
Ayudar a problematizar los contenidos que se abordan.
Promover el intercambio entre los estudiantes y el trabajo cooperativo.
Favorecer la participación en diversas actividades.
Facilitar que los estudiantes puedan participar de la planificación de sus actividades de aprendizaje y de la valoración sus progresos.
Habilitar y estimular el proceso de transferencia de los aprendizajes de las prácticas, en el contexto particular en el que se encuentran.
La enseñanza: poder, autoridad y autonomía
La enseñanza no escapa al análisis de las formas de poder y autoridad, lo que ha llevado a importantes disputas pedagógicas. Quienes enseñan poseen un determinado saber, buscan transmitírselo a otros, es decir, que otros lo aprendan. Unos saben y otros necesitan aprenderlo, quienes enseñan tiene así, un papel de autoridad, la cual puede ser formal o impuesta, o puede construirse legitima por el reconocimiento de su capacidad, competencia y saber, o por la valoración que le asignen quienes aprenden. En los ambientes de enseñanza formal, la autoridad formal del profesor se ve reforzada a través del poder de las evaluaciones, de las reglas de la disciplina, de las normas y sanciones. Las críticas a estos ambientes y a las formas de relación autoritarias han impulsado la construcción de alternativas de enseñanza y de aprendizajes ricos, humanizados y democráticos. Algunos tienden a confundir autoritarismo y autoridad pedagógica. En estos casos, constituyen una negación del acto de enseñar y, al mismo tiempo, del hecho mismo de aprender.
Orientaciones de la enseñanza
La enseñanza entendida como instrucción: Destaca la mediación del adulto o profesor como transmisor de un conocimiento o modelizador de una práctica.
La enseñanza entendida como una guía: Destaca la guía sistemática y metódica por parte del adulto o profesor y el papel central de la actividad de quienes aprenden, a través de la observación directa de fenómenos, la búsqueda y la indignación activa, la resolución de problemas, la reflexión activa y la inventiva.
Estas dos grandes concepciones no deben ser comprendidas como modelos rígidos, fijos o cerrados en sí mismos. En la realidad las prácticas de enseñanza no adoptan rígidamente uno y solo uno de estos grandes enfoques. En su lugar, asumen una orientación general en un momento dado o con mayor énfasis, pero integrando momentos de la otra orientación en la secuencia metódica de enseñanza.
La enseñanza siempre implica intenciones de transmisión cultural de una muy variada gama de contenidos y del desarrollo de diversas capacidades en quienes aprenden.
La enseñanza implica necesariamente la propuesta de una secuencia metódica de acciones, sea con mayor orientación hacia la instrucción o hacia la guía, en la que quienes aprenden puedan elaborar su aprendizaje, a través de la reflexión interna o en la actividad participativa.
Cualquiera sea la decisión de quienes enseñan, esta deberá contemplar la coordinación de un sistema de relaciones reguladas entre quienes aprende, quienes enseñan, los contenidos que se enseñan y el ambiente.
Sea como instrucción o como guía, la enseñanza siempre tiene implícita la dinámica entre autoridad y autonomía, y sus resultados son previsibles pero variados y abiertos.
Siempre es necesario que quienes enseñan reflexionen sobre estas cuestiones, ampliando la visión y la conciencia en la acción de enseñar, y adoptando decisiones válidas y valiosas en función de una buena enseñanza.
El aprendizaje
Lo que somos, sabemos y hacemos, es gracias al aprendizaje que adquirimos a lo largo de nuestra vida. Los seres humanos aprendemos siempre, en todo momento, no solo en la niñez, sino también, en la edad adulta, en la vejez. Las personas deben aprender para poder incorporarse y participar en la vida social. Aprendiendo se puede lograr una adaptación activa en el medio, desarrollando capacidades para extraer de él máximas posibilidades y para expresar necesidades y potencialidades personales.
El aprendizaje podría definirse como algún cambio o modificación en las conductas previas de un individuo, siempre que éste no sea el resultado de la maduración a cambios vitales, es decir, que cuando un adulto mayor posee dificultades para caminar o no puede correr más rápido, son cambios de conductas que no obedecen al aprendizaje.
El aprendizaje puede sucederse de modo espontáneo, o sea que no hace falta que otra persona enseñe al individuo. Todos los aprendizajes humanos se desarrollan con la influencia del medio en relación con otras personas, como la imitación de otro individuo. Muchos aprendizajes desarrollados a lo largo de la vida requiere de la actividad intencional de otros que enseñan.
LA DINÁMICA INDIVIDUAL Y SOCIAL DEL APRENDIZAJE
El aprendizaje implica un resultado individual, su desarrollo requiere siempre de una mediación social activa. La mediación social y cultural es una condición crítica para facilitar el aprendizaje individual.
El aprendizaje es resultado de un proceso activo, participativo y social.
Existe un importante conjunto de conocimiento y de experiencias que muestran que lo individual y lo social son aspectos integrados en una sinergia: un polo potencia al otro. Las dinámicas entre los polos individuales y los sociales del aprendizaje, se desarrolla de diferentes mediaciones y adoptan diversos significados. Acá nombraré seis maneras en las que se desarrolla la dinámica:
La mediación social activa en el aprendizaje individual a través de una persona o grupo que apoya ese aprendizaje: en el aprendizaje familiar, los niños aprenden con la mediación de los padres, de un adulto, los niños se apoyan en una personar o en un grupo para lograr el aprendizaje. En el ámbito escolar es el profesor el que se encarga de guiar, de enseñar, y de orientar al alumno. En otros ámbitos sociales un tutor, un coordinador o entrenador es el que apoya a la persona para que aprenda.
La mediación social activa en el grupo de pares: el aprendizaje se da en su grupo de pares, o sea en el grupo de alumnos, equipos deportivos, etc. Para ser más claros, como dice el texto, el aprendizaje se expande de los intercambios participativos en la interacción grupal horizontal. En estos intercambios se logra el aprendizaje de modos de relación social, así como también se construyen conocimientos, habilidades cognitivas y formas de pensamiento.
La mediación social en el aprendizaje a través de herramientas culturales: cuando no haya una persona que le enseñe al individuo, éste aprende por medio de herramientas culturales, objetos, máquinas, como libros, videos, bibliotecas o herramientas de información. Los libros, los videos y las herramientas informáticas, al tener un lenguaje distinto y formas de representación, amplían la comprensión cultural y las habilidades cognitivas.
Las organizaciones sociales como ambientes de aprendizaje: las organizaciones sociales son mediadores activas en el aprendizaje individual y colectivo. Aquí no hace falta una persona que enseñe, ya que las personas adquieren conocimiento por el sistema colectivo de aprendizaje el foco.
Aprendizaje del contenido social: la participación en la sociedad ampliada implica aprender las formas de relaciones socio-culturales propias de la cultura local. Estos aprendizajes se desarrollan a lo largo de la vida en forma de socialización de los miembros de la cultura. Estos dichos aprendizajes son los que permiten construir la identidad personal.
Aprendizaje para ser un aprendiz social: estos aprendizajes implicas la capacitación de lo aprendido para seguir aprendiendo siempre en forma autónoma. Aquí el aprendiz individual desarrolla nuevos aprendizajes aprovechando sus conocimientos y capacidades previamente aprendidas.
Tanto en la enseñanza como instrucción como en la enseñanza como guía, la división entre lo individual y social permanecen como una división artificial.
La ecología del aprendizaje se entiende como el sistema social, ambiente, recursos e interacciones que facilitan las condiciones de aprendizaje, o sea, el aprendizaje no deprende ni se desarrolla solo por la acción de quienes enseñen.
EL APRENDIZAJE REQUIERE ESFUERZOS NIVELES Y TIEMPOS DE APRENDIZAJE
Se presenta al aprendizaje como un proceso feliz.
El aprendizaje sin discusión alguna, permite y facilita el desarrollo personal a lo largo de la vida, la integración al medio y la mejora social. Aprender no es fácil. Aprender nos beneficia, ganamos algo aprendiendo pero muchas veces para lograr esto es necesario perder ciertas cosas.
Los maestros y profesores para involucrar a los alumnos en el esfuerzo de aprender, deben:
Inducir el interés, el asombro y los desafíos prácticos sobre los contenidos que enseñan, en lugar de preocuparse de transmitirlos linealmente.
Proponer tareas significativas y relevantes.
Desarrollar una interacción intensa con quienes aprenden.
Dar apoyo, seguimiento y rápida retroalimentación a las tareas.
Orientar en forma personalizada y situada.
Inducir la reflexión y las respuestas en forma de preguntas y sugerencias en lugar de dar instrucciones, correcciones o respuestas hechas.
Se puede distinguir:
Aprendizaje de baja intensidad: no se requiere mayor comprensión. Quienes aprenden ajustan sus comportamientos a las prácticas del grupo o a las expectativas de quien enseña con escaso esfuerzo intelectual.
Aprendizajes de intensidad media: se requiere la comprensión de significados que se aprenden y el desarrollo de habilidades para aplicarlos en diferentes situaciones dentro del ambiente de aprendizaje. Estos aprendizajes requieres de mayor esfuerzo cognitivo.
Aprendizajes de alta intensidad: se requiere el análisis reflexivo, la generación de hipótesis, la identificación de distintas alternativas de acción posibles, la toma de decisión o la elaboración de soluciones, incluyendo cuestiones de valoración o compromiso ético.
El aprendizaje no se produce de manera instantánea, o sea que requiere de tiempo. La enseñanza y el aprendizaje requieren de una secuencia sistemática y metódica de actividades.
El aprendizaje es siempre un cambio de comportamiento duradero. Pero un aprendizaje puede ser reemplazado por otro, e inclusive se puede desaprender. Todas las personas tienen las posibilidades de aprender constantemente. El aprendizaje es siempre un resultado individual, que varía de persona a persona.
Las características individuales inciden en mayor grado cuando el nuevo aprendizaje tiene que ver más con destrezas físicas o habilidades técnicas o con estilos personales. Las experiencias previas incides en mayor grado cuando el nuevo aprendizaje requiere de conocimientos o habilidades preliminares. El interés y las necesidades personales inciden siempre, pero pueden ser estimulados por la enseñanza.
El aprendizaje moviliza todas las áreas de la conducta, la cognitiva, la afectiva y la social.
EL APRENDIZAJE COMO CONSTRUCCIÓN ACTIVA
Aunque el aprendizaje requiera de la mediación social, implica siempre un proceso de construcción y reelaboración según los sujetos que aprenden.
En el aprendizaje interviene el filtro activo de los sujetos en la construcción de su propio conocimiento, este filtro es su propia mente y su propia cultura.
El sujeto que aprende, selecciona, transforma y reconstruye las informaciones integrándolas, o no, a la estructura de conocimientos y habilidades que posee y adecuándolas para la resolución de sus necesidades, expectativas, experiencias personales y contexto cultural.
El ideal del aprendizaje como construcción implica el reconocimiento de que todo individuo es el agente activo en el intercambio con el ambiente y se distancia de la idea que solo es receptor pasivo del conocimiento transmitido. Toda la gama de aprendizajes implica una construcción desde la actividad explícita y objetivamente observable hasta la actividad interna de la reflexión.
John Dewey en el año 1930 expresó que nadie puede decirle a otra persona como debe pensar, por lo que fundamentó que la tarea más importante de la educación es brindar la oportunidad para el desarrollo consciente y serio del pensamiento reflexivo. Esto incluye el pensamiento como actividad lógica, y el desafío de pensar, la revisión de las propias creencias y el enfrentar los problemas éticos.
APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO
Los aprendizajes son comportamientos con durabilidad y se incorporan al repertorio de comportamientos de la persona. Por más que un comportamiento sea reemplazado por otro, ambos tienen una estabilidad en el tiempo. La memoria se pone en juego en esta duración, la cual es indispensable para asegurar la continuidad de lo aprendido y para seguir aprendiendo. No se podría aprender si no estuviese la conservación de la experiencia previa, ya sea sensorial o apoyada en las representaciones mentales y la comprensión.
El aprendizaje significativo es opuesto al aprendizaje repetitivo, producto de la memorización mecánica. Esto es posible si el que aprende relaciona las informaciones y el significado del contenido en el que trabaja y los vincula con sus conocimientos previos, y así los comprende.
La búsqueda del aprendizaje significativo tiene implicaciones directas con la enseñanza. La cual posee las siguientes condiciones básicas:
El contenido que se enseña debe guardar un orden lógico y se debe presentar de modo estructurado, o sea que no debe ser arbitrario, desordenado ni tampoco confuso. El proceso fracasa cuando el contenido no muestra coherencia, presenta datos sueltos o sin orden alguno, o informaciones descontextualizadas, lo que impide comprenderlo.
El contenido que se enseñe debe poder ser asimilado por el que aprende. Esto es que quien aprende pueda relacionar el nuevo contenido con sus conocimientos o experiencias previas y por ende integrarlos a su marco de comprensión.
Lo que se aprende y el modo como se lo enseña debe relacionarse con los intereses de quienes aprenden. Si el contenido es de interés o es presentado despertando el interés, quienes aprendan tenderán a buscar comprenderlo y aún a profundizar en su conocimiento o mejorar su asimilación.
Lo que se aprende debe tener aplicabilidad al contexto particular o mismo puede ser transferible a las prácticas de quienes aprenden. O sea que los conocimientos, habilidades o valores pueden ser entendidos y valorados por su capacidad de utilización.
EL PROFESOR Y EL APRENDIZAJE ESCOLARIZADO
Muchas de las dificultades que se presentan en el aprendizaje escolar no deberían adjudicarse sólo a las características de los estudios sobre el aprendizaje ni a sus limitaciones, sino que habría que analizar el contexto escolarizado. Las escuelas cumplen con la importante función social de incluir a los niños, jóvenes y adultos. La extensión del aparato escolar ha posibilitado la democratización del acceso a la participación social y a herramientas de conocimiento.
Desde el punto de vista social, las desigualdades de calidad y la exclusión de amplios sectores de la población respecto de sus beneficios, sigue siendo una agenda pendiente.
Desde el punto de vista de la enseñanza y del aprendizaje la crisis no es menor. Más allá del importante esfuerzo que realizan muchos maestros y profesores, el aprendizaje escolar se caracteriza por una estructura de relaciones y procesos que en más de una ocasión lo alejan de constituirse en un ambiente fértil para el aprendizaje.
La didáctica
Nadie puede enseñar lo que no sabe, lo que no conoce. Pero conocer no es suficiente ya que también hay que pensar para qué enseñarlo, cómo enseñarlo.
LA DIDÁCTICA Y LOS PROFESORES
Si bien cualquier persona puede enseñar a otros, los docentes, ejercen esta tarea como profesión, en el ámbito de la enseñanza formal, o sea en las escuelas, institutos, academias. En esta profesión, la enseñanza supone una racionalización y una especialización de un determinado saber y de sus prácticas.
Los profesores tienen un saber y pueden disponer de conocimientos y métodos de trabajo para el logro de fines.
Como en todo ejercicio de una profesión, una buena parte del oficio de enseñar se desarrolla en las experiencias prácticas: actuar en contextos concretos, atender una diversidad de sujetos, trabajar sobre distintos contenidos, elaborar alternativas prácticas, aprender de la propia experiencia. Se trata de la capacidad de reflexionar y decantar la propia experiencia.
Cualquier profesión se apoya en un cuerpo de conocimiento y algunos criterios y reglas de acción prácticas.
Los profesionales se basan en principios y reglas generales de intervención, en criterios generales. Estas normas o criterios generales, varían a lo largo del tiempo, enriquecidos por nuevos conocimientos y experiencias prácticas, pero en sí mismas siempre existen. La docencia también requiere de principios y criterios básicos de intervención. El docente necesita contar con normas básicas generales para la acción práctica de enseñar, a partir de las cuales pueda construir su propia experiencia. Esta es la contribución que debe brindar la didáctica.
En las últimas décadas se han podido diferenciar dos polos en la profesión docente, por un lado el tema de definir la docencia como una sema-profesión, dados los marcos político-burocráticos de los sistemas escolares; por otro lado entenderla como una actividad de intelectuales críticos.
Primer polo: este sostiene especialmente el bajo desarrollo de la formación de los docentes y su inserción en el ejercicio laboral dependiente en instituciones burocráticas. Ambos problemas obedecen a razones extra-didácticas. La sociedad selecciona, clasifica, distribuye y evalúa el conocimiento educativo considerado público y el papel que se asigna a la docencia en estos marcos políticos-institucionales.
Segundo polo: se basa en una saludable reacción tanto contra las lógicas político-burocráticas, pero también contra la definición de normas y métodos de enseñanza vistos como el resabio de los enfoques tecnicistas de enseñanza. La propuesta política y pedagógica consistiría en destacar y sostener el papel de intelectuales críticos de los docentes, la comprensión de la complejidad de la enseñanza y la autonomía profesional del profesor.
Estos y otros desarrollos han contribuido a recuperar la enseñanza en su potencial para la construcción de un proyecto educativo emancipador, crítico y participativo. También se ha destacado la necesaria autonomía reflexiva de los docentes para comprender y operar en situaciones complejas, irrepetibles y cambiantes.
Junto a esto se decretó en fin de la didáctica como cuerpo estructurado de conocimientos y de normas generales de acción, muchas veces considerada como resabio del tecnicismo o por su incapacidad para abordar lo complejo. Sostener estos enfoques a ultranza plantea nuevos y serios problemas. Esto llevaría a confiar a una suerte de providencialismo, en que algunos docentes más reflexivos, más formados y más críticos podrían hacer avanzar la enseñanza, es desmedro de los otros. En el mejor de los casos esto haría imposible distinguir la acción didáctica (como práctica sistemática y social) de la producción artística individual.
La enseñanza y la acción docente en las instituciones educativas no pertenecen al mundo de las decisiones privadas sino a una acción pública con consecuencias sociales significativas.
En la didáctica como campo de conocimientos, no hay disciplina que no tenga que superar conflictos en su evolución. No siempre los conflictos evolutivos implican la muerte de las disciplinas misma. Entonces es necesario resaltar dos cuestiones básicas, por un lado la necesidad de formar a docentes capaces de reflexión y de elaboración de alternativas, fortaleciendo su juicio y su papel de profesionales-intelectuales en la organización de la cultura; por otro lado está la necesidad de contar con criterios básicos de acción didáctica, que orienten las prácticas de enseñanza y permitan elegir entre alternativas adecuándolos al contexto y a los sujetos, y contribuir a la transformación de las prácticas en los ámbitos educativos.
La didáctica tiene un importante papel en la investigación, la experimentación y la sistematización de propuestas, criterios y métodos de enseñanza y de acción docente.
FUENTES Y DESARROLLOS DE LA DIDÁCTICA
Un punto de partida para la definición de la didáctica es la cuestión de la base normativa de la enseñanza, es decir, de la concentración de criterios de acción y estructuras básicas para su realización. La didáctica genera, así conocimientos fuertemente comprometidos con las prácticas intencionales de enseñar, expresados en proyectos, diseños y secuencias metodológicas.
La base normativa no implica entender que el conocimiento didáctico es un mero conocimiento técnico o una lista simplificada de prescripciones. Se trata, en cambio de estructuras teórico-interpretativas, metodológicas y de acción apoyada en tres fuentes sustantivas:
Los valores y concepciones pedagógicas: como brújula que orienta el proyecto educacional, necesariamente humanístico y político. La reflexión filosófica y pedagógica en términos de la cultura, la transformación social, la construcción de sociedades más justas y del papel de los sujetos de la educación constituyen una toma de posición básica ante el desafío de enseñar a otros.
El conocimiento disponible por las investigaciones: que brindan la explicación y la comprensión de los procesos de aprendizaje, de enseñanza, de comunicación y de desarrollo del conocimiento.
Las prácticas concretas: en las que se construyen alternativas de conocimiento y de acción para la enseñanza.
En este trabajo pasaremos a reconocer los siguientes puntos:
La tradición clásica: el diálogo socrático es un referente de las formas de vínculo entre el maestro y alumno y de la forma de alcanzar:
El conocimiento a través del diálogo.
La reflexión para el desarrollo de la conciencia.
El lenguaje como expresión y desarrollo del pensamiento, lo que también guió la enseñanza de la retórica en la antigua Roma y la acción educativa de los jesuitas, en la Edad Media.
A mediados del siglo XVII cuando la didáctica se constituye como un campo particular, con la obra de Comenio, en especial en su Didáctica Magna. La didáctica surge como ámbito de organización de las reglas del método, como método único para enseñar todo. Comenio instaló en el origen del pensamiento didáctico algunas líneas centrales:
Enseñar a todos, cualquiera sea su origen y condición.
Partir de la experiencia sensible, valorizando el papel de los sentidos para el conocimiento y el desarrollo.
Adecuar la enseñanza a los procesos de la naturaleza, para la comprensión del mundo, en lugar de alejarse de ella.
Instalar la visión de la enseñanza como método.
En el siglo XIX la obra de Herbart enfatizó el papel de la instrucción, como base del desarrollo humano y de la razón, a través de pasos formales de la enseñanza:
La etapa de la claridad o mostración.
La etapa de asociación o comparación.
La etapa de generalización.
La etapa de aplicación.
La renovación de la escuela activa: el siglo XX marcó un giro en el desarrollo didáctico, generando un amplio movimiento. La Escuela Nueva significó un movimiento de reacción contra el autoritarismo, el formalismo, el intelectualismo pasivo, el alejamiento de la vida en las escuelas. Su propuesta se trata cuestiones como:
La actividad de los alumnos como centro del aprendizaje.
El papel de la reflexión.
La consideración de las necesidades y los intereses de los alumnos, desplazando la enseñanza como disciplina e instrucción.
Las innovaciones y el desarrollo de experiencias participativas en la enseñanza.
La revolución cognitiva versus el impacto tecnicista: a mediados del siglo XX Piaget y Bruner realizaron estudios sobre el desarrollo cognitivo y sus consecuencias para la educación. Ambas producciones generan un nuevo movimiento que replantean la enseñanza y su papel en el desarrollo del pensamiento. Este movimiento afirma el papel activo del individuo, la enseñanza significativa, el desarrollo intelectual, el aprendizaje por investigación, exploración y solución de problemas, el aprendizaje ético de la reciprocidad de la cooperación y la enseñanza como proceso de intercambio y construcción de significados. El movimiento fue responsable de la generación de experiencias de organización del currículo escolar orientado al desarrollo cognitivo y de la cultura.
La perspectiva práctica: se produce en el campo didáctico un movimiento que apunta a recuperar la vida real de las escuelas, en su diversidad y complejidad, y en las experiencias concretas que se desarrollan en las aulas. Este movimiento enfatiza la importancia de construir alternativas metodológicas de enseñanza a partir del análisis de las prácticas en las que participen los docentes, en distintos contextos y en el desarrollo reflexivo de la experiencia. El movimiento es amplio y variado. Sus contribuciones para el desarrollo de la enseñanza se expresan en:
La valorización de la práctica como fuente de experiencia y desarrollo.
La importancia de los intercambios entre los sujetos.
El papel del docente como constructor de la experiencia, rechazando la visión de un técnico.
La diversidad de situaciones en las aulas y su complejidad, así como en sus dimensiones implícitas.
La dimensión artística en el proceso de enseñar.
La perspectiva socio-cultural: esta corriente de producciones, destaca la visión de la enseñanza como un fenómeno social y cultural que requiere ser pensado desde una escala más amplia que el aula misma. La instrucción se convierte en una ciencia de la enseñanza. La enseñanza debería incorporar la dinámica del aprendizaje, tal como se desarrolla en el ambiente social. El docente interactúa didácticamente con el grupo o con estudiantes individuales frente a libros de textos, guías de trabajo o andamiajes culturales en espirales de reciprocidad. El aprendizaje del grupo es entendido como un producto social mismo. La didáctica ya no trata de un método único para enseñar, como nos planteaba Comenio. La didáctica es el campo para la recuperación de algunas certezas básicas para la acción docente, en el desarrollo de criterios y diseños de enseñanza.
DIDÁCTICA GENERAL Y DIDÁCTICAS ESPECÍFICAS
La didáctica general se ocupa por el análisis y la formulación de criterios y metodologías en las distintas orientaciones de la enseñanza y en los diferentes aprendizajes que se busca alcanzar. Para ello se basa en tres fuentes, las concepciones pedagógicas, el conocimiento explicativo y desarrollos de la experiencia práctica; y produce alternativas metodológicas de acción para la mejora de la enseñanza y el apoyo sistemático a quienes propone enseñar.
Reducir la enseñanza a la mirada exclusiva de la transmisión de disciplinas o contenidos particulares, implica el riesgo de abandonar la perspectiva integral y en las distintas dimensiones, en especial, desde las intenciones educativas más relevantes.
Toda buena enseñanza deberá ser capaz de atender simultáneamente todos los factores. Aún en la enseñanza de destrezas físicas, como entrenar un deporte, pone en juego el pensamiento.
La enseñanza, debería valorar los aportes del pensamiento estricto y el pensamiento laxo como conocimientos capaces de hacernos ampliar la comprensión del mundo.
Las enseñanzas intelectuales desarrollan también destrezas y capacidades técnicas y las que son artísticas desarrollan habilidades de razonamiento.
Los profesores deberán contar con marcos amplios de enseñanza, propio de la didáctica general, más allá de los desarrollos específicos.
La didáctica general reconoce dos grandes tipos de conocimientos presentes con mayor o menor énfasis en todas y en cualquier disciplina, lo que permite su tratamiento general:
Contenidos algorítmicos: de carácter analítico, válido, verdadero por definición y general para cualquier espacio y personas. Incluye desde los conocimientos matemáticos hasta las proposiciones científicamente verdaderas. Este tipo de conocimientos se vinculan con las prácticas de manera determinantica.
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