Descargar

Gestión de la comunicación, una práctica en medio de condicionamientos (página 2)


Partes: 1, 2

Y si gana alguien de personalidad panóptica? ¿Y si la casa de altos estudios está plagada de injusticias, de vocaciones frustradas, de personas que corren de un lado a otro para sobrevivir con sueldos de a migajas? ¿Cómo se promoverá desde ella el avance irresistible hacia la sociedad de la información, el aprendizaje y el conocimiento por más tecnologías que se incorporen?

Uno, como persona o como institución, no salta por encima de su sombra y a menudo ésta pesa mucho.

El camino hacia esa humanidad y a esas instituciones ideales no es una carretera abierta, rodeada de jardines y rematada por arco iris. En todo este juego de ilusiones tecnológicas suele quedar fuera la reflexión sobre el poder. Quede claro: no parto de ninguna actitud tecnófoba, escribo estas páginas en una Mac, saco buen provecho de la red, puedo mantener constantes relaciones con amigos por el mundo, participo en sistemas de educación a distancia. Pero no por eso me dejo arrastrar por las ilusiones tecnológicas.

Las formas de poder social e institucional condicionan, cuando no determinan, lugares en la estructura que no se solucionarán por la magia de ningún llamado a la libertad o a la búsqueda de conocimientos. Y, en todo caso, cuando existen sanas intenciones de lograr esos ideales, el esfuerzo social, institucional, es inmenso. Retomo el caso de los locutorios. Para que la gente vaya a ellos a buscar información, a aprender, se necesita una labor pedagógica a escala de toda la comunidad, una política nacional de educación permanente, una producción y mediación de materiales para ponerlos a disposición de grandes mayorías de la población, es decir, todo lo que no tenemos y lo que no supo ofrecer EDUC-AR (aclaración necesaria: el Ministerio de Educación está tratando de salvar lo único salvable de ese descalabro: unos 80.000 documentos digitalizados, producidos por universidades y otros centros educativos del país y del extranjero).

Y las formas de poder social e institucional condicionan, cuando no determinan, la gestión de la comunicación en las organizaciones, pregonada también en nuestro tiempo como un camino para entrar a la sociedad de la información, el aprendizaje y el conocimiento. Acerquémonos a ella desde el ideal. Me refiero a la gestión de: Información, redes, medios, momentos comunicacionales, conversaciones, imagen a lo interno y a lo externo, puntos de encuentro (entre los integrantes de la institución y de la institución con sus interlocutores), relación con otras instituciones, relación con los medios, relación con los interlocutores, relación con la sociedad.

En todo ello son posibles las siguientes funciones:

de monitoreo de información sobre los temas de la institución,

de monitoreo de personas que pueden aportar al tema,

de monitoreo de instituciones que trabajan sobre el tema,

de procesamiento de información recogida en los puntos anteriores,

de distribución de esa información en la institución,

de construcción de la memoria de la institución,

de concreción de esa memoria en documentos,

de distribución y uso de la memoria,

de consolidación y articulación de redes, como usuarias y productoras de información, de conocimientos y de tecnología,

de monitoreo interno para ubicar información útil al conjunto de la institución,

de concreción de esa información en documentos,

de distribución y uso de esa información,

de escucha: de la comunidad de la institución, de otras instituciones,

de los interlocutores directos, de la sociedad en general,

de investigación: para inventario de instancias de comunicación vinculadas a la institución (medios, oficinas de gobierno, agencias…),

para conocimiento de otras instituciones, para conocimiento de los interlocutores;

de producción de materiales para comunicación interna,

de producción de materiales para comunicación interinstitucional,

de producción de materiales para comunicación con los interlocutores,

de producción de materiales para los medios (incluido Internet),

de evaluación de resultados de la gestión de la comunicación.

Obsérvese que he colocado el ideal de la gestión en cuanto tal, no el expresado en aquello de la solidaridad, de la fidelidad, de la hermandad dentro de la organización. Mi argumento es que esas funciones ideales están condicionadas, cuando no determinadas, por el ejercicio del poder, que bien puede incluir una ignorancia supina de lo que significa comunicar.

No se practica (ni se permite la práctica) de lo que no se percibe o se percibe mal. La gestión de la comunicación va ligada al desarrollo de la mirada comunicacional, que hemos caracterizado como: "… la capacidad de reconocer en las instituciones y en la sociedad en general, lo que significan el intercambio y la negociación de significados, de saberes y de puntos de vista, la interacción y el interaprendizaje, las tácticas de la palabra y el juego del diálogo, la interlocución y la escucha. Todo esto a través de las relaciones presenciales o bien mediadas por recursos verbales, visuales, verbal visuales y lo que posibilitan hoy las tecnologías de la información y de la comunicación".

Detengámonos, a modo de ejemplo, en las funciones de monitoreo. Hace unos meses, un ex presidente del país declaró: "un presidente no tiene tiempo de pensar". Para eso están los ministros pero ellos, tragados también por la gestión cotidiana, pueden caer en idéntico atolladero, y así sucesivamente. La función de monitoreo significa detener el vértigo de la gestión para ver qué sucede alrededor, para pensar. No son comunes las organizaciones que cuentan con tal función, porque el poder cree que no la necesita, porque ni siquiera se la imagina, porque las viejas maneras de ser y de gestionar no la incluyen. Hay un constante desliz, en el caso de la comunicación y de otros frentes de la organización, hacia el puro gestionador, caracterizado por reaccionar sobre la marcha y a partir de sus saberes y experiencias, a menudo envejecidos por años de rutina.

Para generalizar la gestión de la comunicación que presentamos como ideal, es necesario un enorme esfuerzo de pedagogía en torno a ella, que sólo se concreta si existe una voluntad política en dirección a la democratización y la participación. Entendemos aquí pedagogía como la tarea cotidiana de incorporar a la gestión la dimensión del aprendizaje de otras formas de relacionarse, de actuar, de decidir. Proceso largo, en el cual se comienza a ceder poder. Esto no es algo natural, no sobreviene por una evolución obligatoria; la tendencia más bien es a retener y perpetuar poder, como hemos podido apreciarlo y vivirlo en no pocas experiencias institucionales.

La comunicación es el lado más sensible de una organización. Todo cambio, toda rutina envejecida, se reflejan en ella. Por eso resulta ilusorio pretender transformar la opacidad y la dureza de los viejos códigos de gestión y de relación a partir de su gestión. Variable dependiente, variable sujeta a los vaivenes de las jerarquías y de las políticas; variable atada a la inercia: "el que se mueve pierde". Recuerdo a un colega que trabajaba en un juzgado: "Mi política de comunicación, le dijo el primer día de labor el juez, es no comunicar".

¿Para qué seguimos formando comunicadores? ¿Para qué continuamos impulsando ideales de gestión? ¿Para qué insistimos en la búsqueda de relaciones diferentes con el apoyo de la comunicación? ¿Tiene sentido aspirar a transformaciones con nuestra participación cuando todo viene desde otras variables, ligadas al poder?

Tiene todo el sentido. Los últimos cincuenta años en América Latina y en el país han abierto el camino a valiosos desarrollos en nuestro campo, en apoyo a la educación, a la promoción de la salud, a lo rural, a la comprensión de las organizaciones, a la lectura de la cultura mediática. Si algo se ha aportado en todo ese período, es a una comprensión de la complejidad de la sociedad, en la cual entra con toda fuerza la complejidad de lo comunicacional. Contamos con ricas experiencias, con marcos teóricos y metodológicos, con materiales, con personas capacitadas.

La presencia del poder, el reconocimiento de nuestra condición de variable dependiente, no nos hace muy diferentes de lo que sucede con otros ámbitos disciplinares o de la vida misma. Las organizaciones, la sociedad, son el espacio de la contradicción. En ellas nos movemos y moveremos siempre. Desde nuestra práctica, desde nuestra capacidad de gestión, nos corresponde formarnos lo mejor posible en todos los frentes señalados más arriba.

Ninguna magia, entonces, con este milagro comunicacional de fin de siglo y de comienzos de éste. Las tecnologías no nos hacen solidarios, no nos humanizan en dirección a la democratización y la participación. Todo depende de los seres humanos y de los códigos institucionales puestos en juego, de la inserción en el contexto, de la voluntad de redistribución del poder y de los movimientos sociales y grupales para lograr esto. Todo, incluidas la gestión de la comunicación y nuestra práctica profesional.

Los posibles aportes estarán en relación siempre con los espacios de gestión en los cuales nos insertemos. El problema suele ser que cuando se abren oportunidades nos encontramos con las manos vacías de recursos para trabajar. De modo que continuamos insistiendo en los ideales de una comunicación diferente, sostenidos por el largo camino recorrido en América Latina y en nuestro país.

Bibliografía

Alba, Luis; Gazitúa, José Miguel; Cubillos, Julio. Tres enfoques sobre el nuevo gestor de la información, CEPAL, CLADES, Santiago de Chile, 1997.

Aranes, José Ignacio. "La comunicación institucional en la Administración pública: entre la lógica autista instrumental y la democracia", en Zer, Revista de Estudios de Comunicación, Universidad del país vasco, diciembre de 1966. pp. 201 a 213.

Castells, Manuel. La sociedad red, Ed. Alianza, Madrid, 1997.

CINDA. Administración universitaria en América Latina, Ed. CINDA, Santiago de Chile, 1995.

Echeverría, Rafael. Ontología del lenguaje, Ed. Dolmen, Santiago de Chile, 1996.

Flores, Fernando; Winograd, Terry. Hacia la comprensión de la información y la cognición, ordenadores y conocimientos fundamentales para el diseño del siglo XXI, Ed. Hispano Europea, Barcelona, 1989.

Mattelart, Armand. La invención de la comunicación, Ed. Siglo XXI, México, 1995.

McKee, Neill. Social Mobilization and Social Marketing in Developing Communities,

Ed. Southbound, Tailandia, 1992.

Najmanovich, Elisa. "El lenguaje de los vínculos, de la independencia absoluta a la autonomía relativa", en Redes, el lenguaje de los vínculos, Elina Dabadas y Elisa Najmanovich compiladoras. Ed. Paidós, Buenos Aires, 1995. pp. 33 a 76.

Prieto Castillo, Daniel. "Comunicar la investigación", ponencia presentada a las Jornadas de Investigación de la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, agosto de 1997.

Prieto Castillo, Daniel. Mediación pedagógica y nuevas tecnologías, Ed. ICFES, Bogotá, Colombia, 1995.

Sander, Beno. "Gestión educativa y calidad de vida", OEA, Buenos Aires, 1994.

Universida de Federal de Santa Maria. Ministério da Educacao e do Desporto, Plano de gestao UFSM 1994/1997, princípios, objetivos, estratégias, acoes, Ed.

UFSM, Sant María, Brasil, 1994.

 

 

 

 

Autor:

Daniel Prieto Castillo

Lic. en Filosofía. Doctor en Estudios Latinoamericanos (UNAM). Especialista en comunicación social. Investigador, docente, periodista. Fundador y director de la Especialización en Docencia Universitaria (Universidad Nacional de Cuyo – Mendoza, Argentina).

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente