La Ignorancia Puede Ganar
La votación a nivel nacional puede herir al Bien Común por otra razón: la ignorancia. Por ejemplo, la mayoría de los ciudadanos de una nación, realmente no sabe nada sobre cómo manejar sus bosques, su fauna y la política extranjera de su país, porque no tiene acceso a datos importantes, ni la educación o experiencia para manejar bien estos asuntos. El conocimiento profundizado sobre muchos asuntos en un país es compartido, generalmente, solamente por una minoría, que tiene acceso a los datos y el entrenamiento y la experiencia necesarios para entender bien y manejar bien estos asuntos.
Debido a esta ignorancia, la votación de la gente a quienes les faltan muchos datos, educación y experiencia, no parece la mejor manera de gobernar o de decidir muchos asuntos. ¿Cómo se sentiría usted en un avión dirigido por la mayoría de votos de sus pasajeros, en vez de la educación y experiencia de su piloto y navegador? Los aviones vuelan seguros porque son reinos volando, y no son democracias votando.
Cómo decidir asuntos sin votar
Los gobiernos pueden decidir mejor muchos asuntos legítimamente, por ciudadanos bien informados, que por la preferencia general, expresada por la votación de "la gente".
Las decisiones tomadas, usando asesoramiento de expertos, serán sabias SOLAMENTE si no están en conflicto con el Bien Común. Por esta razón, SOLAMENTE las personas motivadas por el Bien Común, y no por un grupo de intereses egoístas, se motivan correctamente para tomar buenas decisiones.
Desafortunadamente, algunos se designan a las posiciones del gobierno por razones políticas (por ej., porque pertenecen al partido que ganó), y no porque tengan la capacidad y el deseo de servir verdaderamente al Bien Común de su Nación.
¿Quién es igual?
Algunos proponen que cada uno vote porque "todos los hombres (y las mujeres) son iguales". En una sección anterior, discutimos que somos solamente iguales en lo que somos (seres humanos), pero no en QUIéNES somos: (aviadores, albañiles, doctores, maridos, esposas). Cada persona, con su propia especialidad, educación, experiencia, inteligencia, habilidad, temperamento, etc., etc., es diferente.
Respecto a muchos asuntos para los cuales se dice que es "la gente" la que debe de decidirlos al votar, algunos conocen bien el asunto por el que están votando, otros no. Algunos saben más. Algunos saben menos. Si toda la gente fuera VERDADERAMENTE igual, todos los ciudadanos votarían por lo mismo. La verdad es que, en cualquier grupo, los que voten lo harán en tantas maneras diferentes como opciones hayan.
Votando por el "menor de dos males"
Hay muchas personas que dicen que, dadas dos opciones malas, hay que votar por "el menor de los dos males". En realidad, si los dos males se diferencian solamente por ser una variación del mismo mal, escogiendo cualquiera de las dos opciones va a llevarnos al mismo fin. No hay diferencia en lo que va a pasar por votar entre manejar el coche hacia el abismo a 10 o a 20 millas por hora, aunque el llegar al precipicio menos rápido parece mejor.
Para hacer firme este punto, vamos a relatar lo que pasó, en los EE.UU., con el progreso del aborto legalizado en ese país. Cuando empezó la batalla en contra de la vida, en los EE.UU., casi nadie hubiera votado para permitir el aborto de un niño al momento de nacer. En ese entonces, todas las leyes de los EE.UU. fueron en contra del aborto intencional. Para conseguir el último fin de los "pro abortos", usaron la estrategia de que es mejor votar por el menor de dos males. Así lo hicieron.
Primero, dijeron los "pro-abortos", que sería mejor legalizar el aborto que forzar a una mujer a sufrir con un niño no deseado, o morir tratando de procurar un aborto ilegal en las manos de un doctor mal entrenado. Ofrecieron dos opciones: el aborto no regulado por la ley, o el aborto regulado por la ley. La gente, pensando que sería mejor controlar los abortos intencionales por una ley, que no controlarlos, votaron por permitir el aborto controlado por la ley, como "el menor de los dos males". (Ahora la ley permitía abortos intencionales).
Entonces ofrecieron los "pro-abortos" otras dos opciones a la ciudadanía: o permitir el aborto durante los primeros tres meses, o permitir el aborto durante los primeros seis meses. La gente, pensando que el menor de los dos males era el permitir el aborto solamente durante los primeros tres meses, votaron así.
Entonces los "pro-abortos" ofrecieron dos opciones más: permitir el aborto durante los primeros seis meses, o durante todos los nueve meses. Otra vez, escogiendo el "menor de los dos males", la gente votó permitir el aborto hasta los seis meses. Así llegó la ley para "controlar el aborto", en los EE.UU., hasta permitir el aborto hasta que nazca el niño, que es la ley actual.
Se permite "elegir el menor de dos males" solamente cuando usted no tenga NINGUNA otra opción. Cuando hablan de votar, algunos dicen que dadas dos malas opciones, hay que votar por una de ellas. Usted realmente tiene una tercera opción. Usted puede elegir no votar.
La Votación No puede Determinar la Verdad
No tiene ningún sentido común que la gente vote sobre lo que es verdad. Algo es verdad o no lo es. Una mayoría de votos no puede cambiar eso.
Dos y dos o son cuatro. Dejar a la gente votar sobre cuánto son dos y dos no va a cambiar nada.
La Votación y la Iglesia
Algunos piensan que la Iglesia Católica, confiada por Dios con la responsabilidad del Bien Común Sobrenatural del mundo entero, debe de funcionar como una democracia. Después de la discusión anterior, el lector puede entender mejor por qué la sabiduría de la Iglesia dice "no", al funcionar en materias doctrinales y morales como una democracia. El propósito de la Iglesia es preservar las verdades contenidas en el "Depósito de la Fe", confiado a Ella por Jesucristo Dios, para transmitir estas verdades a toda la humanidad, hasta el fin del mundo. La Iglesia, dirigida y protegida (solamente en su doctrina) por la infalibilidad de Dios, nunca podría mejorarse por sujetar sus decisiones morales o doctrinales a una mayoría de votos de la humanidad caída.
En conclusión, parece que la votación sirve mejor para decidir cuestiones de conveniencia, si se confina la votación a la gente directamente afectada por el asunto. Cuando el asunto está relacionado a cosas de moralidad, mejor buscar la voluntad de Dios, oyendo lo que dice la Iglesia, y no solamente las opiniones de la gente que tan fácilmente cambian y, muchas veces, se oponen a la voluntad de Dios.
CAPÍTULO VIII … La "Calidad de Estadista" y la JUSTICIA
DEFINICIÓN: La "Calidad de Estadista" es el arte de gobernar bien.
PROPÓSITO: El propósito de esta calidad es resolver puntos en disputa, solamente según el Bien Común de los ciudadanos de un país.
FUNDAMENTO: El Fundamento de esta "Calidad de Estadista" es la justicia y el valor.
EJEMPLO: Santo Tomás Moro (de Inglaterra) tenía esta "Calidad de Estadista", porque tenía el valor de oponerse a la injusticia y la inmoralidad de su rey.
ABUSO: La "Calidad de Estadista" es abandonada por los que piensan que es más importante complacer a los que le eligieron, que complacer a Dios.
DISCUSIÓN
Cualquier país tiene sus grupos de intereses especiales. Muchas veces, estos grupos se oponen sobre opciones. Es común oír al ganador de una elección democrática decir que él representará a "todos", pero eso no tiene ningún sentido, cuando se relaciona a la representación de cada uno los intereses individuales de los ciudadanos. Si una persona elige no votar por un candidato, es porque piensa que el candidato no representará su interés o creencia en un área importante. ¿Cómo puede la gente ser representada en algo por una persona que crea lo contrario?
Por la misma razón podemos decir que ningún grupo de gente puede representar los intereses individuales de otros grupos. Dado cualquier tema o área de interés, es seguro que van a encontrar oposición entre algunos de estos grupos. Unos grupos pueden desear utilizar los árboles para construir casas. Otros grupos no quieren que los árboles sean tirados, porque un búho vive en sus ramas.
Como se puede ver, NINGUNA persona, ni NINGÚN grupo de gente, puede representar los intereses individuales de todos. La única manera que un hombre en el gobierno pueda decir que él representa los intereses de cada uno, es si coloca el Bien Común de todos los que él representa sobre los intereses especiales de sí mismo, y de los que lo eligieron. Tales personas tienen la "Calidad de Estadista". Tales personas forman un especie de ser humano verdaderamente en peligro de extinción.
Hombres con la "Calidad de Estadista"
El reto de un hombre de "Calidad de Estadista" es oír los argumentos de todos lados, respecto a una situación y, como un juez justo, decidir cuál es la mejor opción para servir al Bien Común de todos los afectados, incluso si va en contra de los intereses de los que lo eligieron. Por otra parte, alguien que no toma en cuenta el Bien Común de todos los afectados, con sus decisiones, sino que decide SOLAMENTE por los intereses de aquellos que le eligieron, para mantenerse en su posición de autoridad, se le llama un "político".
Por Bien o por Mal, con Votación, lo más Grande Triunfa
De un modo u otro, una nación es gobernada por una mezcla de políticos, hombres de "Calidad de Estadista", y por varios grupos de diferentes intereses particulares. ¿Cómo es posible resolver las diferencias entre estos grupos al votar?
El mejor ó peor resultado de dejar a todos los miembros de estos grupos (o sus representantes) decidir sus conflictos de intereses al votar, será que los grupos más grandes vencerán a los más pequeños. Esto presenta una pregunta importante. ¿Si siempre triunfan los intereses de los grupos más grandes en una democracia, qué protegerá los intereses JUSTOS de los "más pequeños"?
La Justicia Protege
La protección de las minorías en una nación depende, en gran parte, de la justicia de sus leyes y cómo las hacen cumplir. Por ejemplo, si la justicia de una nación se basa sobre los Diez Mandamientos de Dios, cada persona tendrá una verdadera base de protección en la ley de su país, porque los Diez Mandamientos ponen límites a lo que "la gente", incluso el gobierno mismo, pueden tratar de imponer por su "gusto".
Si la base de gobernar de un país permite la injusticia, esta falla de tener un límite justo a lo que se puede legalizar, aunque sea impuesto por un rey o por "la voluntad de la gente", daña no solamente a los ciudadanos afectados, sino a la seguridad de todos/as de una nación, porque nadie puede sentirse protegido por las efímeras leyes de su nación.
La Práctica de la Justicia
La justicia, para servir al Bien Común, no puede dejarse "dividir", es decir, servir a algunos y a otros no. La justicia, para servir al Bien Común, debe de servir y proteger a todos en una nación, no solamente a algunos. Si los que gobiernan pueden tratar a ALGUNOS de sus ciudadanos con justicia, pueden decidir tratar a otros con injusticia, y nadie está seguro. Es por eso que decimos que la justicia debe de ser "indivisible". La justicia debe de servir a CADA UNO igualmente, para proteger la inocencia o castigar la culpabilidad, en quienes quiera que sea encontrada.
Sabemos, por experiencia, que las leyes cambian en una nación. Si la base de su justicia es la efímera "voluntad de la gente", esta base inestable va a producir leyes a veces para lo mejor, y a veces para lo peor. Por ejemplo, las leyes de los EE.UU., por muchos años, protegieron fuertemente a los niños nonatos, pero ahora protegen a los que matan a estos mismos niños.
De esto podemos ver que se necesita algo, aparte de la inestable "voluntad de la gente", para proteger los inalterables derechos justos de todos los ciudadanos. La única base que sirve para proteger a todos, sin alterarse, es una base formada por las inalterables leyes de Dios, y sostenida por hombres con "Calidad de estadista".
CAPÍTULO IX… IGLESIA y ESTADO
DEFINICIONES: El Estado, como la Iglesia, son "cuerpos perfectos", es decir, que cada uno tiene todo lo necesario, en sí mismo, para cumplir con su razón de existir. En la tierra, La Iglesia es la parte visible del eterno Cuerpo Místico de Cristo, instituida por Cristo mismo para la salvación de la humanidad. El Estado es una institución temporal, implícita en la Creación de Dios y formada por la gente para lograr su Bien Común.
PROPÓSITO: La Iglesia y el Estado sirven para satisfacer dos peticiones expresadas en el Padre Nuestro: "Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo."
FUNDAMENTO: En cualquier Estado, la relación entre la Iglesia y el Estado depende de la relación con Jesucristo, entre los que gobiernan el Estado, y los que gobiernan la Iglesia.
EJEMPLO: Un ejemplo de una buena relación entre la Iglesia y el Estado era en el Ecuador católico durante la presidencia de García Moreno. Durante esa época, el Estado profesaba su fidelidad a Jesucristo, y cooperaba con la Iglesia, para servir al Bien Común de sus miembros.
ABUSO: La relación correcta entre La Iglesia y el Estado (unión de principios morales y separación de responsabilidades) puede ser abusada por la mala conducta de los representantes de cualquier lado. Los representantes de la Iglesia no deben de usar el poder del Estado para imponer la Fe, ni tratar de controlar los asuntos del Estado, y el Estado no debe de fomentar un sentimiento anti-católico entre sus ciudadanos, ni tratar de controlar los asuntos de la Iglesia.
DISCUSIÓN
El Padre Nuestro hace dos peticiones: "Venga a nosotros tu reino" y "Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo." El Reino de Dios Trino no se confina solamente a su Iglesia. Por haber creado todo, todo pertenece al Dios Trino. La Iglesia Y el Estado tienen la misma obligación de conformarse a la autoridad Divina de su Creador. Los que gobiernan al Estado tienen la misma obligación de someterse al Creador, como los que gobiernan a la Iglesia.
Es deber del Estado el convertirse en la "Ciudad de Dios", donde se santifica el nombre de Dios, y se hace Su voluntad "así en la tierra como en el cielo." Eso es posible solamente cuando haya una buena relación entre ambas "Sociedades Perfectas": la Iglesia y el Estado.
La Iglesia y el Estado son "Sociedades Perfectas"
Que la Iglesia y el Estado son "sociedades perfectas", significa que cada uno tiene toda la autoridad y todos los recursos necesarios para: (1) servir a sus miembros, para (2) gobernarse a sí mismo, y para (3) cumplir con su razón de existir. En este sentido, cada uno es independiente. El Estado no necesita otro Estado para cumplir con sus deberes, y la Iglesia Católica no necesita otra iglesia para cumplir con sus deberes.
Cada una de estas dos sociedades tiene su propia área de responsabilidad. El Estado existe principalmente para servir al bien temporal de algunos hombres, y la Iglesia para servir al bien espiritual del todos los hombres. De los dos, la IGLESIA tiene una preeminencia, siendo fundada directamente por Dios-Jesucristo para la salvación eterna de todos, mientras que cada Estado se funda indirectamente por Dios (directamente por hombres) para el bien temporal de algunos.
La Iglesia misma enseña que ninguna Sociedad Perfecta tiene el derecho de controlar las cosas por las cuales no es del todo responsable. Las religiosos no deben de ocupar cargos de poder mundano. Nuestro Señor, mientras reconoció el poder mundano de Poncio Pilatos, no ocupó ninguna posición estatal para establecer sus enseñanzas. Mas, nuestra experiencia nos enseña que el deseo de poseer un poder mundano, o riquezas, aunque sea para alcanzar algún propósito aparentemente bueno, muy fácilmente corrompe a cualquiera. Por eso, la Iglesia prohíbe a sus sacerdotes y monjas el ocupar posiciones de poder político del Estado.
El propósito del Estado es buscar el bien temporal de sus ciudadanos, de la mejor manera posible, (ojalá poniendo en práctica los principios de Nuestro Señor). Si no es correcto para la Iglesia el manejar directamente las responsabilidades del Estado, es también incorrecto para el Estado a manejar directamente las responsabilidades de la Iglesia. Por eso, sería un gran error si el Estado tratara de manejar los asuntos espirituales de la Iglesia. Por ejemplo, sería incorrecto que el Estado dijera a la Iglesia cómo administrar los Sacramentos.
El propósito de la Iglesia es proclamar, predicar, enseñar y vivir el evangelio de Nuestro Señor. Mientras que la responsabilidad de la Iglesia es la de predicar los principios de Nuestro Señor al Estado, depende de los laicos el ponerlos en practica, si ocupan un cargo de autoridad en el Estado. Sería un error si los religiosos de la Iglesia trataran de controlar directamente la manera en que el Estado pone en práctica estos principios, para conseguir el Bien Común de sus ciudadanos, en el orden temporal.
Al mismo tiempo, la responsabilidad de la Iglesia y del Estado de fomentar el Bien Común de los hombres crea campos de intereses mutuos. Un área obvia del interés mutuo es la perfección con la cual las leyes escritas del Estado determinan la culpabilidad o inocencia del acusado (la justicia de las leyes con respecto al asesinato, robo, aborto, etc., mas la misericordia debida, según las circunstancias). Tales áreas de responsabilidad mutua parecen mejor servidas con la COOPERACIÓN entre la Iglesia y el Estado. Sin embargo, una cooperación fructífera entre Estado e Iglesia depende de la verdadera catolicidad de los ciudadanos (su verdadero amor a Dios y al prójimo), la de los que gobiernan el Estado, así como la de los que representan a la Iglesia.
Debido a los efectos del pecado original en toda la humanidad, las relaciones
entre la Iglesia y el Estado están, a veces, lejos de ser perfectas, así que esto ha influido a muchos Estados a creer que la separación "completa" de la Iglesia y el Estado es mejor que una cooperación en áreas de intereses mutuos. Curiosamente, para prevenir una guerra entre Estados, estos mismos Estados piden a la Iglesia su cooperación.
La Relación Normal de la Iglesia y el Estado
El trabajo de la Iglesia, mientras que es, sobretodo, para el bien sobrenatural de todos los hombres, también promueve el bien natural de los hombres. La vida en la tierra es ciertamente más pacífica para todos cuando los hombres desean tratarse con caridad y justicia, por el amor de Dios.
Por otra parte, el trabajo del Estado, mientras que es sobretodo para el bien temporal de los hombres, también puede promover su bien espiritual. Por ejemplo, el Estado, por sus leyes, puede ofrecer a la Iglesia un ambiente tranquilo para predicar las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo y para distribuir los Sacramentos.
Tanto el Estado como la Iglesia, reciben su autoridad del mismo origen, Dios. El Estado, como la Iglesia trata con los mismos seres humanos, hechos de carne y espíritu. Por eso, parece normal que busquen una manera de cooperar para el bien de todos.
Puesto que los hombres no pueden ser divididos en cuerpo y alma mientras que viven en la tierra, el bien temporal del hombre (servido, sobretodo, por el Estado) no se puede separar totalmente de su bien espiritual (servido sobre todo por la Iglesia). Por lo tanto, es natural que lo que Dios ha hecho responsable del bien temporal del hombre coopere, en vez de oponerse a lo que Dios ha hecho responsable por el bien espiritual del hombre.
Un católico es miembro de ambas sociedades, Iglesia y Estado, y no debemos tratarlo como si fuera dividido en dos partes (cuerpo y alma). El alma, con todas sus potencias espirituales (el intelecto, la voluntad, etc.), sirve al "ser humano" entero (alma y cuerpo) para que viva mejor en la tierra y consiga su salvación. Semejantemente, la Iglesia, con sus potencias espirituales (enseñanza divina, y sacramentos) es para servir a todos los del "cuerpo social". El impedir que la Iglesia ejercite su propia influencia en el Estado para que todos vivan mejor (con más tranquilidad) en la tierra, y que lleguen a su salvación, es poner en peligro el Bien Común de una nación.
"Separación"
Para hablar de la relación correcta entre la Iglesia y el Estado, hay que definir lo que significa la "separación" entre el Estado y la Iglesia. La Iglesia misma reconoce que estas dos sociedades son "perfectas", y como tal, enseña que cada una tiene su propia área de independencia. Si el Estado, o la Iglesia, manejara las responsabilidades de la otra, sería una forma de "sobre control" en contra del orden correcto que debe de existir entre esas sociedades perfectas.
Al mismo tiempo, la Iglesia enseña que el alcance de la felicidad humana depende de poner en práctica las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo, porque es Dios, y que el alcance del Bien Común depende de la manera en que se les pone en práctica. Por eso, la paz y tranquilidad que se encuentra entre el Estado y la Iglesia, depende de la aceptación entre sus miembros de los principios de convivir revelados por Dios. Con eso entendido, podemos decir que la mejor relación entre el Estado y la Iglesia es el reconocer la separación de responsabilidades, pero la unión de principios para convivir.
En lo actual, lo que se entiende por "Separación" entre el Estado y la Iglesia no es la separación de responsabilidades (como enseña la Iglesia), sino que la mejor manera de gobernar es con una separación de principios. La "Separación" ahora significa que las enseñanzas de Nuestro Señor no deben de influenciar a las decisiones del Estado, de ninguna manera.
No Hay "Separación Total" entre el Estado y Alguna Creencia
Cada Estado se deja manejar por algunos principios filosóficos: que sean los principios de Nuestro Señor, enseñados por su Iglesia, o los principios del socialismo, o los principios del humanismo, o del comunismo, o la "voluntad de la gente", etc., etc. Cuando haya una separación total entre la Iglesia y el Estado (es decir que el Estado no siente ninguna obligación de cooperar con la Iglesia, en la formación de las leyes pertenecientes a lo moral), eso siempre resulta en que el Estado imponga su estilo de "fé" y "moralidad" con sus leyes, y con las enseñanzas en las escuelas publicas, sobre el cuerpo social que gobierna.
Por ejemplo, el gobierno de los Estados Unidos REQUIERE que su dogma religioso oficial, el HUMANISMO, (evolución, los "derechos homosexuales", etc.), se enseñe a todos los estudiantes dentro de las escuelas públicas, pero prohíbe a esas mismas escuelas presentar a los estudiantes las fallas del humanismo, aún menos los Diez Mandamientos, formulados para toda la humanidad por Dios, ni los hechos que demuestran que vivimos en una creación hecha por un poder infinito que se llama "Dios".
Donde existe la llamada "separación" entre el Estado e Iglesia, los gobiernos "laicos" ahora animan el aumento de la homosexualidad, el divorcio y la práctica del aborto electivo, por hacer estas prácticas legalmente protegidas, y por enseñarlas como "opciones legítimas" en las escuelas públicas de esos gobiernos, sin dejarles a los estudiantes una oportunidad de estudiar "el otro lado de la moneda".
La única manera que una relación normal entre Iglesia y Estado puede existir, es por la conversión de los ciudadanos, incluyendo los que gobiernan la nación, a la enseñanzas de Nuestro Señor, mientras que los que representan la Iglesia también practiquen las mismas enseñanzas.
De estas realidades nos hacemos unas preguntas: ¿si es impropio que la Iglesia imponga sus creencias sobre cualquier población, por qué es aceptable que el Estado imponga las suyas sobre la misma población? ¿Qué es mejor para el Bien Común de una nación: que la mayoría de los estudiantes reciban sus enseñanzas morales del Estado, o de la Iglesia?
"Separación Total" Y Unión Falsa entre Estado/Iglesia, Ambas Malas
La cooperación apropiada entre la Iglesia y el Estado sirve para refrenar lo malo. El resultado de evitar que la Iglesia de Dios coopere con el Estado en la formación de sus leyes, es que el mal se refrena menos. Que el bien común de los ciudadanos de una nación resulte dañado en la última instancia por una "separación completa" entre el Estado y la Iglesia, se puede ver por el nivel que la legalización del divorcio, aborto y los falsos "derechos humanos" están destruyendo la unidad familiar en naciones donde se practican estas desviaciones y, consecuentemente, están dañando a sus miembros. Si fuera posible tener una relación propia entre la Iglesia y el Estado, tales vicios trágicos no se habrían convertido en la "ley común" de estas naciones.
Por otra parte, muy mal puede ser el resultado si los representantes de falsas religiones se unen con el poder de un gobierno.
La experiencia demuestra que las mayores religiones protestantes pierden sus valores morales al pasar el tiempo, permitiendo que los mismos vicios sean legalizados en países dónde se practica la "separación completa" de la Iglesia y el Estado. La Iglesia Anglicana, formalmente unida al gobierno de Inglaterra, cuando al principio se separó de la Iglesia Católica, sostuvo la enseñanza moral de la Iglesia Católica en muchos temas, pero eso ya se ha cambiado.
Por ejemplo, el gobierno de la Iglesia Anglicana, y de Inglaterra estaban una vez contra el aborto (como el gobierno de los Estados Unidos). Pero ahora, porque la Iglesia Anglicana permite el aborto, el gobierno de Inglaterra legalizó el aborto, tan libremente como el gobierno de los Estados Unidos, que no tiene ninguna unión entre la Iglesia y el Estado.
El propósito de formar una unión de cooperación entre la Iglesia y el Estado es para preservar la moralidad cristiana en una nación, para su propio bien. La inmoralidad del aborto está prosperando en Inglaterra como dentro de los Estados Unidos. El resultado de separar completamente la Iglesia (que enseña según lo que enseñó Nuestro Señor Jesucristo) del Estado, parece resultar tan malo como la unión del Estado con una religión fundada por los hombres.
En cualquier caso, el "menor de los dos males" sigue siendo un mal. Sabemos por experiencia que cualquier situación malvada, si no se corrige, conducirá a un mayor mal al pasar del tiempo, tal como una infección pequeña, si no se está limpiando, conducirá a una infección extensa.
La experiencia de varias naciones democráticas demuestra que, donde la Iglesia no puede influenciar al gobierno del Estado en asuntos morales, esa nación terminará, eventualmente, por legalizar el divorcio, el aborto, y otras formas de licencia, exigidas por sus ciudadanos, como los "derechos civiles de la humanidad".
Infalibilidad y Estabilidad
Dios dio a su Iglesia el regalo de la infalibilidad para ayudar a toda la humanidad, a los hombres y a sus gobiernos. Las naciones, en las cuales sus ciudadanos y gobiernos se separan de esta dirección, niegan a sus países una base necesaria de fuerza moral, de estabilidad pública, y de unidad nacional.
Mencionamos "estabilidad pública" porque en los asuntos morales, cuando son definidos por la infalibilidad de la Iglesia, se quedan definidos para siempre. Por otra parte, en los países "democráticos" los asuntos morales que son definidos por la mayoría de votos, realmente nunca son definidos. Cuando gana un grupo que propone su estilo de moralidad (o inmoralidad), el otro lado trabaja más enérgicamente, para asegurar su victoria en el voto siguiente.
Por esta razón, los países cuyas leyes se basan en "la voluntad de la gente" tendrán una carencia de estabilidad, con respecto a asuntos morales, y desarrollan el pensamiento, entre sus ciudadanos, de que la moralidad es algo cambiable, según lo que quiere una simple "mayoría de la gente". Pero como hemos presentado anteriormente, esa "mayoría de la gente" solamente refleja una mayoría de los que votan, que nunca son todos, y por eso, el votar para determinar la moralidad de algo, en vez de pedir una definición infalible de la Iglesia, es llegar, solamente, a una definición no confiable y, por ello, inconstante.
Problemas que resultan de una "Separación Total"
Un problema penoso conectado con la separación de la Iglesia y el Estado, surge cuando los hombres elegidos a una posición del gobierno, toman su "juramento de hacer cumplir todas las leyes existentes". Si algunas de estas leyes en su país se oponen directamente a los Mandamientos de Dios, (tales como la ley en los Estados Unidos que legaliza la matanza de un niño no nacido), los que ocupan los cargos de autoridad en el gobierno se encuentran sujetos a decidir como van a cumplir con las leyes civiles que se oponen a las leyes de Dios. Si existiera una relación apropiada entre la Iglesia y el Estado, esto no sucedería.
Otro problema penoso del que nos damos cuenta por la experiencia es que la llamada "separación de la Iglesia y del Estado" conduce a la separación de los Mandamientos de Dios de las leyes del gobierno, desarrollando un pensamiento de que ni los Diez Mandamientos de Dios deben influir en el manejo de eventos diarios en la vida pública. El resultado de esto, en un país democrático, es influir primero a los representantes gubernamentales del pueblo, y luego a los miembros de una nación, a pensar que es aceptable separar la "Iglesia" del "Estado" en sus propias vidas; en otras palabras, separar el manejo de la vida espiritual/personal (servir a Dios) de la vida pública (servir al pueblo sin Dios), viviendo una "doble vida" como si fuera posible separar el alma del cuerpo y seguir viviendo.
Frecuentemente en los Estados Unidos se oye a un político católico decir que se opone al aborto como un "católico", pero apoyará al aborto legalizado como un político. Es, debido a esa división entre lo que un hombre DICE que cree como individuo, y lo que HACE el mismo hombre en su vida pública, que muchas leyes malvadas están siendo aprobadas. Si lo que creemos no influye en todas nuestras decisiones y acciones, ¿A dónde vamos?
¿Soldado o Cobarde?
¿Cómo vamos a pensar de una persona que dice que ama a Dios, pero no defenderá a Sus Mandamientos, ni a los inocentes?
Imagina como será el día en que llegue esta persona frente a Dios, y oiga a Nuestro Señor Jesucristo, que va a juzgar a todos, decirle: "Te di vida para ser mi soldado. Morí en una cruz para permitirte ganar la recompensa más grande posible que un ser humano puede ganar – la vida y felicidad eternas. Te di mi Iglesia para enseñarte, mi Madre y los sacramentos para consolarte, y un ángel de la guardia para defenderte. Permití que te eligieran a un cargo público, para ser uno de los privilegiados que llevan Mi autoridad. Pero, en vez de usar estos regalos para defender a la más inocente de mis criaturas, tú me abandonaste, cuando les negaste tu apoyo, para ganar la aprobación y votos de los hombres. Tú conseguiste tu recompensa cuando te eligieron….."
Los deberes del Estado hacia Dios
Dios creó a la humanidad, de tal manera, que un ser humano, además de la Iglesia, necesita a la familia y al Estado para conseguir su bienestar completo. Por eso, decimos que Dios es el autor, no solamente de individuos, sino también de la familia y del Estado.
El hecho de que Dios sea el autor del Estado, significa que el Estado, como cada ser humano creado por Dios, tiene ciertas obligaciones hacia su Creador. Puesto que los hombres tienen el deber de obedecer los Diez Mandamientos de Dios, por las mismas razones, el Estado, gobernado por hombres, tiene ese mismo deber. Puesto que los cristianos tienen un deber de tratar de implementar las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo hacia todos los hombres, un Estado formado por cristianos tiene la misma obligación de implementarlas. Puesto que Cristo prohíbe específicamente a los correctamente casados divorciarse y casarse otra vez, el Estado cristiano tiene una obligación de no oponerse a lo que Jesucristo (el Rey de toda la humanidad, y de todas las naciones) enseñó específicamente.
TODOS LOS ciudadanos tienen el deber de agradecerle a Dios por su existencia, y el Estado comparte el mismo deber de sus ciudadanos de agradecer y adorar a Dios. El hecho actual de que entre los ciudadanos del Estado existan varias creencias, no quita al Estado su obligación de reconocer públicamente la soberanía de Dios sobre los miembros del Estado, sobre sí mismo, ni de su obligación de no oponerse a los Mandamientos de Dios. El Estado debe de reconocer sus obligaciones para con Dios en su constitución, que es el fundamento de todas su leyes.
La Dignidad de una Nación Católica
Si una nación cristiana está verdaderamente unida a Dios, se reflejará en sus leyes, en la vida virtuosa de su gente, y en la fidelidad de los oficiales de su gobierno en fomentar y no oponerse a las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo. Ya que la dignidad de un individuo depende de hacer la voluntad de Dios en todos sus quehaceres, privados y públicos, así es que la dignidad de una nación depende de la fidelidad de su gobierno, de buscar y servir a la Voluntad Divina, en todos sus quehaceres, secretos y públicos.
Justicia y orden correcto
Según lo mencionado antes, solamente hay dos tipos de "sociedades perfectas". En el orden natural, cada verdadero Estado es una sociedad perfecta, porque es capaz de servir al Bien Común, al nivel natural de sus miembros.
En el orden sobrenatural, hay solamente una sociedad espiritualmente perfecta, porque Cristo es su Creador y Cabeza: la Iglesia Católica. Porque la Iglesia es sobrenaturalmente perfecta (aunque sufre de la imperfección de sus miembros), es capaz de responder a TODAS las necesidades sobrenaturales de la humanidad.
Puesto que hay solamente una religión fundada directamente por Dios Jesucristo, posiblemente sería mejor llamar a las demás religiones "asociaciones religiosas".
La base de la perfección en la Iglesia Católica es totalmente divina, y por eso, es completa. La base de todas las "asociaciones religiosas" es imperfecta, siendo basada sobre una mezcla de la enseñanza de nuestro Señor Jesucristo y de varias opiniones humanas de sus fundadores. Es por eso que hay tantas religiones no católicas, cada una diferente de las demás, según las opiniones de sus fundadores.
Tomando todo eso en cuenta, uno puede ver la injusticia de poner una sociedad perfecta, llamada Iglesia Católica, al mismo nivel espiritual que una multitud de "asociaciones religiosas" imperfectas. Aunque hay en el mundo varios Estados independientes (naciones), y es justo tratar a cada Estado independiente como a cualquier otro Estado, tratar a la Iglesia (como la cual no hay igual), como si fuera una de las muchas asociaciones religiosas, será tan injusto como tratar al Estado como si fuera nada más uno de muchos sindicatos laicos.
En justicia, hay que respetar la fundación de ambos, Iglesia y Estado, como son: sociedades perfectas en su poder de cumplir con sus obligaciones hacia Dios y los hombres en sus campos de responsabilidad. El grado en que cada sociedad cumple realmente con sus responsabilidades, Dios lo ha puesto en manos humanas. Así sea.
En Conclusión…
Solamente la Caridad puede transformar la Ciudad del Hombre en la Ciudad de Dios.
El conformar su conducta a sólo obedecer leyes, aunque por una temporada produce un estándar aceptable de la conducta, no inflama su caridad. Es hacer algo solamente porque TENEMOS que hacerlo. El deber de obedecer formaba una gran parte del estándar de vida que se encontraba en el "Antiguo Testamento".
Jesucristo dio a la humanidad un nuevo estándar de comportamiento, que podemos llamar el estándar de la virtud. La virtud fluye por dentro de nosotros. No se impone. No es caridad ayudar a alguien porque TENEMOS que hacerlo. Es caridad, solamente, si el acto se hace voluntariamente, por amor a Dios y al prójimo.
Por esta razón, podemos decir que Cristo nos dio un estándar MÁ S ALTO que el de simplemente obedecer reglas. La práctica de la virtud nos hace más felices que lo que podría hacernos el simple obedecer reglas. Si los hombres desean vivir bajo la más feliz de las condiciones, lo harán al ampliar la práctica de la virtud. El Estado y la Iglesia, ambos, tienen su papel en establecer este estándar más alto de conducta entre sus ciudadanos.
Mientras que ni el Estado ni la Iglesia pueden obligar a sus miembros a la virtud, sino solamente por la ley, es, por la presencia de Jesucristo dentro de su Iglesia, y así presente en el mundo, que hombres de buena voluntad logran la práctica de las virtudes naturales y sobrenaturales. Haremos nuestra parte como católicos si vivimos nuestras vidas según el estándar de la virtud, la expresión más grande de lo que es la caridad.
Piensa cómo será vivir en una sociedad en la cual el estándar de conducta entre todos sus miembros es la práctica de la virtud, especialmente la caridad.
Que Dios conceda a nuestra Nación suficientes santos entre nosotros, aquí en la tierra, que algún día la Ciudad de Dios sea más visible que la Ciudad del Hombre.
"Si el Señor no edificara la casa, en vano trabajan los que tratan de
edificarla"
¡Viva Cristo Rey!
HAY DOS CIUDADES…
EN LA CIUDAD DEL HOMBRE………,.,.,,.,.,.,.,.,..,.,., EN LA CIUDAD DE DIOS.,
.,.,.,.,. Se Maneja::,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,,.,.,.,.,.,..,.,.,.,.,.,.,.,Se Maneja:
.,La Voluntad de la Gente….,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,. ,.,.,.,.,La Voluntad de Dios
.,.,.,.,.,.,.,., |.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,..,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,., |
.,.,.,.,.,.,Errores.,.,.,.,.,.,.,.,.,…..,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,., Verdades
.,.,.,.,.,.,.,., |.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,..,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,., |
.,..,,Leyes Permisivas.,.,.,.,.,.,.,……..,.,.,.,.,.,.,.,..,.,.,.,.,.,.,La Ley Natural
.,.,.,.,.,.,.,., |.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,., |
.,.,.,.,Desobediencia.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,…….,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,., Obediencia
.,.,.,.,.,.,.,., |.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,., |
.,.,.,.,.,. Licencia.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,…,.,.,.,.,.,.,.,., Verdadera Libertad
.,.,.,.,.,.,.,., | ,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,., .,.,.,.,.,.,.,.,.,.,,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,. |
.,.,.,.,.,.,.,Vicio.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,…..,.,.,..,.,.,.,.,.,.,.,., Virtud
.,.,.,.,.,.,.,., |,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,., |
.,.,.,.,., Egoísmo.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,…….,.,.,.,.,.,.,.,.,Justicia
.,.,.,.,.,.,.,., | ,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,,.,.,.,.,.,., |
.,.,.,.,., Aspereza.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,,.,.,……,.,.,.,.,., Caridad
.,.,.,.,.,.,.,., | ,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,,.,.,.,.,.,., |
.,.,.,.,., Rebelión.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,…..,.,.,.,., Orden
.,.,.,.,.,.,.,., | ,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,,., |
.,.,.,.,.,.,.,Caos.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,……,.,.,., Paz
En La Ciudad del Hombre;
Para formular sus leyes, el gobierno busca "LA VOLUNTAD DE LA GENTE," que contiene varios ERRORES humanos, que resultan en la formulación de LEYES PERMISIVAS, que animan a hombres a DESOBEDECER los Diez Mandamientos de Dios, transformándose en hombres de VICIO, que reconocen solamente a sus intereses EGOÍSTAS. Esto resulta en que la gente empiece a tratarse con ASPEREZA, produciendo una reacción de REBELIÓN, que es la fundación del CAOS.
En La Ciudad de Dios:
Para formular sus leyes, el gobierno busca la VOLUNTAD de DIOS, encontrando VERDADES DIVINAS que resultan en la formulación de leyes según la LEY Natural y Sobrenatural de Dios que, al ser OBEDECIDAS, conducen a una LIBERTAD verdadera, a través de la cual la práctica de VIRTUDES, tales como la JUSTICIA y la CARIDAD, establece un ORDEN en la sociedad, que permite que se alcance la PAZ.
BIBLIOGRAFÍA
Mucho de lo que fue escrito en este libro fue influido por las siguientes Encíclicas de la Iglesia Católica:
Papa Pío IX: "Quanta Cura" y "Sumario de Errores".
Papa Leo XIII: "Rerum Novarum" (La Condición de los que trabajan); "Satis Cognitum" (La Unidad de la Iglesia); "Immortale Dei" (La Base Cristiana del Estado); "Humanum Genus"; "Libertas Humana" (Libertad Humana).
Papa San Pío X: "Pascendi Dominici Gregis" (Sobre la Doctrina de los Modernistas); "Lamentabili Sane" (La Condenación de los Errores de los Modernistas).
Papa Pío XI: "Quadragesimo Anno" (La Reconstrucción del Orden Social); "Comunismo Ateísta"; "Quas Primas" (El Reinado de Cristo); "Mortalium Animos" (El Fomentar un Verdadera Unidad Religiosa); "Cassti Connubii" (Matrimonio Cristiano).
Papa Pío XII: "El Cuerpo Místico de Cristo"; "Humani Generis" (Con Respecto a Opiniones Falsas); "Sertum Laetitiae" (A la Jerarquía Americana); "La Función del Estado en el Mundo Moderno".
Las referencias a la historia Mexicana fueron tomadas de:
"Our Lady of Guadalupe and the Conquest of Mexico" ("Nuestra Señora de Guadalupe y de La Conquista de México") por Warren Carroll, Christendom Educational Corporation, 1983.
Biografía de Autor: Nacido en Montclair, New Jersey, EEUU en 1934. Graduado de la Universidad de St. Mary"s Collage, California, en 1962 (Matemáticas; Idiomas). Se casó con Irene Villicaña Alcazar in 1962, y tienen nueve hijos y 46 nietos (la ultimo cuenta).
Fue empleado por IBM por 27 anos; Después de jubilarse, fue Maestro de Matemáticas al nivel de preparatoria en los EEUU y en México.
Publicó artículos varias veces durante los últimos 40 anos en diferentes publicaciones y revistas católicas en las EEUU. La Cinta de Medir, un texto de civismo en ingles para estudiantes de la prepa, se usa en la escuela católica de correspondencia mundial llamada: Our Lady of Victory, ubicada en Post Falls, Idaho, EEUU.
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Frank Denke
Colón 490
Zapopan; Jalisco
Autor:
Frank D. Denke
México
29/09/08
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