Una cuántica fácil. Nueva versión de La cuántica y sus razones (página 3)
Enviado por Fandila Soria Martínez
Sabido es que para los electrones, sus componentes orbitales han de girar dos veces por cada una de la de precesión. Ello ocurre también para otros valores en giromagnéticas de otros fermiones. Es la razón de área para el flujo. Una consecuencia de la relación entre giro de las masas y el campo magnético que engendran, aparte la dispersión del flujo magnético con la distancia.
La inclinación de espín en el electrón hace que el flujo magnético exterior que atraviesa el área de la "espira" sea la mitad del correspondiente para el área encerrada si la espira-órbita estuviese en el plano ecuatorial, es decir paralela con el de precesión (Larmor).
La combinación de estas "velocidades curvas" da su valor a la "carga" cinética, establecida según las resultantes de giro-traslación, la una para la masa y con arreglo a una frecuencia (De los componentes de la órbitas quarks), y la otra para la "carga" en sí, o capacidad de la carga propia en movimiento de generación del campo eléctrico.
La razón carga/ masa es importante para la formulación cuántica.
Masa y carga se relacionan con la velocidad ecuatorial y el flujo magnético, y las tres juntas constituyen tres variables fundamentales de la energía. Entre las tres definen el estado o situación de cada elemento no libre.
Ondas y partículas gozan de un mismo estatus. Todas son ondas partícula, su movimiento es oscilatorio y sus parámetros comparables. La gran diferencia radicaría en su velocidad, de razón inversa a su masa.
Los subelementos de la onda como tal, no fermiónica, las cargas que le procuran el campo eléctrico, cargas compensadas en la onda pura, bosones, spin 0, poseen una masa tan sumamente pequeña, que a los efectos es cero (1 para la formulación). Hoy por hoy son indetectables individualmente, y su energía (Como unidades), no cuenta en la dimensión Planck, ni por encima de ella. Su masa es ínfima y su velocidad muy alta.
Sin embargo las partículas masivas, aquellas que se dice poseen masa en reposo, en comparación son muchísimo mayores que esas hipotéticas sub-Planck y sí que cuentan como tales para ésta nuestra dimensión.
No obstante, las ondas electromagnéticas con su velocidad fija, c, las otras con sus velocidades variables, y por debajo de c (Con arreglo a la relación De Broglie), pueden variar su masa pero no su carga que en grandes aglomeraciones es neutra e invariable.
La onda electromagnética adquiere masa impropia interna con la frecuencia, o relativista (Lo que es un decir), pero solo es una forma de distinguirla de la masa en reposo que para ellas no existe, la onda en reposo no tiene sentido.
El incremento de esta masa se da como resultado y según el incremento de su frecuencia (Interna, se supone). La partícula masiva puede variar su masa relativa en las traslaciones con la velocidad, la que no suele incorporar a su masa propia, siendo en realidad "energía adquirida de intercambio".
Dentro de un ámbito "complejo", las subpartículas pueden modular sus variables sin que ello suponga un cambio global para la partícula que las aloja.
No podría esperarse algo distinto de un sistema cerrado en que la energía se conserva.
Para el electrón, cuyas velocidades internas son las correspondientes a la onda electromagnética, de velocidad c, y cuya razón giromagnética se compensa con el número de spin, el resultado es bien simple: su carga es equivalente a su energía por la velocidad ecuatorial del flujo magnético dividido por la velocidad de la luz al cuadrado.
Sin embargo no es ésta una relación general que nos procure variaciones de carga reales, la carga varía a saltos cuánticos. Solo nos informa de su valor en una situación posible dada, campo externo B =1, órbita circular para todos los elementos, de tal manera que las variables en realidad solo lo son por un tiempo e interfuncionales, quedando al cabo la carga invariante.
Resulta complejo pero así nos aparece. Las posibles variaciones se equilibran entre ellas, aparte decir que sean muy pequeñas.
4-5. "Cargas cinéticas" de los quarks
Las cargas que llamamos cinéticas no son sino el efecto multiplicador de la carga real. Es decir el incremento del campo eléctrico, su densidad o flujo, adquirido por la rotación de los quark en sus órbitas reales.
Las cargas propias o generadoras de campo son las que poseen como elementos libres en "reposo".
Por eso dichas cargas propias son independientes del movimiento externo a ellas, no así los campos que por su movimiento puedan generar.
La carga del protón vendrá dada por la suma de las cargas de sus quarks
Los elementos menores se suponen neutralizados.
Como decimos, la carga cinética no es real, aunque para los efectos signifique que el campo eléctrico varíe en densidad como si la carga fuese mayor.
Para valores distintos de B la velocidad angular es distinta pero la relación q/m no se altera, de tal forma que la q no varía, como no sea cuantizada con valores distintos de la masa, lo que viene a significar que estaríamos ante una partícula distinta.
La proporción de las "cargas" cinéticas quarks con respecto a la "carga" cinética global del protón, viene definida por el flujo magnético externo que atraviesa las órbitas de sus tres quarks, y cuya relación es de 2/3 a 1/3 a favor del quark up. Pero para el cálculo de dichas cargas no necesitamos de tal proporción, que nos queda implícita.
4-6. Carga de protón y neutrón: suma de "cargas cinéticas" de sus quarks
4-7. Velocidades angulares
( Parámetros que se expecificarán más adelante)
El resultado de carga del protón no podría ser otro, pues la sumatoria de las 3 cargas componentes habría de dar un cuanto. La carga está cuantizada según la del electrón, e, por comodidad y debido a sus dimensiones ideales. En su orden (El de los quarks) y, al menos en lo macro, la materia se rige por su cuantía como unidad básica.
La cosa ya no está tan clara si existen elementos o partículas menores que el fotón en que sus energías elementales serán muy diferentes y por tanto también las cargas-energía, como ocurre a nuestro anillo primario.
Sin embargo el mecanismo del proceso no ha de ser otro y los cuantos pueden ser divisores, siempre en proporción, para obtenerse un cuanto distinto.
No se entendería de dónde surge la carga total de una partícula como el protón que proceda de unos elementos de cargas-masas tan exiguas.
Ello implica que no solo la masa de los quarks es variable cuantificadamente, sino que también habrían de serlo, en proporción sus "cargas". Así se explica (Aunque de forma más compleja) el cambio de "sabor", el intercambio de masas entre quarks distintos, y sus variaciones eléctricas dentro del protón.
La interacción entre tres elementos y los muchos virtuales de su "vacío interno" nos dan este sorprendente resultado.
El factor g y el número de spin para el anillo primario, así como la velocidad de Larmor, cumplen con valores equiparables a los demás componentes electrónicos, ya que en esencia también se trata de ondas de velocidad c.
Se observa que el valor calculado para la "carga" , es mucho menor que la del electrón, lo que nos indica que para masas menores, por debajo del electrón, e no es la carga elemental sino un múltiplo.
4-9. Frecuencia de los quarks
Al igual que hicimos para el electrón, consideremos que los quarks se componen de anillos primarios ?, que es como decir que constan de un número determinado de cuantos h para su energía. No otra cosa. No nos planteamos por ahora cual sea su estructura.
Relaciones másicas que nos aportan unas frecuencias internas del quark en su avance por el anillo electrónico, el número de oscilaciones rotacionales que lo constituyen. Cada oscilación de onda supone un giro del anillo primario.
El mismo resultado se obtiene aplicando la ecuación de la energía.
Nótese que estas frecuencias no son todas iguales como ocurría para los supuestos componentes internos del electrón en que sus velocidades lineales son las mismas e iguales a c.
En los cálculos se comprueba que la relación carga/masa de partículas concretas se conserva. Esto se refiere a masas propias en un campo magnético externo (Para 1 Tesla). Si dicho campo es de distinta cuantía, no existirá la misma relación qE/m = , o no podría darse un mismo valor para una misma velocidad interna, y serían la masa y/o la velocidad angular las que variarían.
De aquí sacamos algunas conclusiones:
Que lo que una masa up o down crece o decrece, la de los contrarios lo crece o decrece en igual proporcion o cuantía, según unos mecanismos determinados que no vienen al caso.
Que la carga interna pese a todo no es variable como no sea "a saltos cuánticos".
De tal forma las interacciones internas en la partícula permanecen equilibradas pese a su movida, para que los resultados globales sean invariables.
Por razones muy parecidas, estos equilibrios ocurren en el interior de los núcleos atómicos cuando neutrones y protones entran en liza. Mención aparte la del decaimiento radiactivo que más obedece a pequeños desequilibrios de base en sus mal-combinaciones (Cuantos imperfectos).
Carga y masa se relacionan en el interior a través de la energía, por medio de la velocidad lineal-curva y la velocidad circular de giro. De las tres: energía, masa y carga, es difícil de dilucidar cual impone su cuanto a las otras. Aunque más parece una solución de compromiso. Sus márgenes de relación han de estar dentro de unos límites, tal vez impuestos por el resto de partículas y los valores clásicos mínimos (La longitud, el tiempo y la masa de Planck).
La consideración teórica de que los quarks puedan componerse de anillos-fotón como sus elementos mínimos, de forma parecida al electrón, les permitiría como para éste la emisión recepción de fotones, algunos en dirección a los compañeros, originando un doble puente: dos ondas en sentido contrario, emitida y absorbida, que en conjunción se atraen fuertemente debido sus campos magnéticos internos muy cercanos y superpuestos, en oposición, originando la fuerza fuerte, y también las atracciones eléctricas alternantes en conjunción "elástica"
Los gluones se comportarían como dos "ondas alargadera", para cada quark, prolongación de sus propios elementos, "ancladas" a ellos en orbitaciones comunes y de su misma naturaleza, ondas en permanente interacción y con cierta elasticidad según la distancia posible entre las tres subpartículas. En realidad quarks y gluones constituirían un todo encadenado.
Como tales, los gluones vendrían a ser como larguísimas orbitaciones entre cada dos quarks. Así se explicaría que los quarks no puedan existir independientes.
La sopa de quarks gluones, ya en forma "gaseosa" o "líquida", se circunscribiría al espacio ocupado por los tales componentes, y según la separación entre los quarks no saldría del supuesto recinto, interaccionando de manera más o menos estrecha.
Es de suponer, según sugerimos antes, que la cromodinámica sea el resultado de unos llamados colores, conjunción de unas frecuencias de las dobles ondas gluones, que los definan.
Según las masas de los quarks las velocidades en sus órbitas serán distintas, en eso consistiría la interacción, la cromodinámica que procuraría la tensión justa de la no expansión ni reducción para el equilibrio en la largura de los gluones.
El caso de los gluones es algo diferente a lo que a veces se publica. La onda electromagnética efectivamente no presenta un campo magnético cara al exterior pues éste se va reciclando mutuamente con el campo eléctrico. Tampoco presenta campo eléctrico "hacia afuera". Pero ambos campos existen aunque en el ámbito externo no se manifiesten o apenas si lo hagan. Si las dos ondas se acercan y/o se entreveran lo bastante (Bose Einstein) se afectarán mutuamente de sus respectivas electromagnéticas.
En el caso de la onda partícula polarizada circular, el campo magnético interno ha de ser semejante al producido por un solenoide, solo que dicho campo acompaña a la onda sin poder rebasarla ni "salir" de ella. Solo una pequeña parte rodea y retorna al fotón. Serían esos los campos magnéticos y eléctricos de los dos componentes gluón, que, de sentido opuesto, se atraerán fuertemente, cuando las ondas con origen en los quarks circulen paralelas entre sí (Muy cerca o entreveradas) y en sentido contrario.
Encontrar la frecuencia de la onda conformante del quark, o equivalente única como más simple, y por tanto su energía interna y su masa, significa partir de la ecuación para una onda simple y terminar en la de onda partícula (Por hacer esa distinción).
4-10. Estructura del protón
4-11. Introducción al spin
Calculamos el ángulo de spin 1/2 como de 54,7o mediante la consideración de órbitas circulares estacionarias para los quarks. El valor de este ángulo se conserva aún con la cinemática orbital e interacciones internas, para un campo magnético exterior fijo. Como sabemos, la velocidad angular de las órbitas estacionarias según spin es 2 veces la del protón.
Ello se debe a la inclinación de spin, que origina que la proyección sobre el eje z del momento angular sea de ½. Aunque se refiera a la consideración teórica de órbitas estacionarias, protón en reposo, el efecto spin siempre está presente y en condiciones normales sus valores no varían.
(En la figura las órbitas se ven elípticas pero son circulares).
Para las órbitas dinámicas, con movimiento de onda a su vez, como si fueran partículas, el ángulo debido a una elongación consecuente supone un factor a la hora de calcular las velocidades angulares, lo que se cuantifica en relación a la velocidad angular del protón en su conjunto. Para ello ha de tenerse en cuenta que el giro ondular-spin es 2 veces el del protón, al tiempo que son necesarias las dos vueltas para que el quark vuelva a su posición de partida.
La inclinación extra de la onda quark respecto a la de la órbita estática es de 30o (la mitad de 60o: una mitad para la parte positiva y otra para la negativa pues la inclinación es simétrica al plano ecuatorial del protón y respecto al centro común de giro; y son 3 veces las que la "órbita" de elongación negativa ecuatorial atraviesa el ecuador: 3x60o = 180o, la longitud de onda interna, en grados, del protón). Ambos ángulos, el de inclinación debida al spin y el de onda no se afectan entre sí pues ocurren en distinto plano.
Ya se observa que las ondas quarks en sus órbitas aparecen enrocadas sobre sí mismas de forma que giran en torno al centro común, que es el del protón. Por si no fuera bastante van describiendo una circunvalación sesgada según la inclinación de spin. El resultado es el de unas ondas sui géneris de apariencia distinta a las ondas convencionales.
El quark down extiende-alarga su onda con arreglo a su radio orbital, menor que el de los up. Él se trasladará en su órbita en sentido contrario a sus compañeros up (Carga negativa), pero las tres avanzan en conjunto en la misma dirección. No podría ser de otra manera, pues las cargas contrarias entre up y down harán que se arrastren conjuntamente atraídas entre sí. El down avanza de manera retrógrada respecto a sus compañeros. Aparte, el giro propio del down lo es en el mismo sentido que lo hace su órbita (Carga negativa).
Sin embargo el giro propio de los up es retrógrado respecto al de su propia órbita en el protón (Carga positiva)
Con respecto a la consideración ficticia de órbita estacionaria o inmovil, en la cinética la velocidad angular de la curva onda se incrementa respecto a la estacionaria, al abarcar una frecuencia mayor que 1 con lo que la angular global del protón que constituyen tambien lo hace.
Los quarks se mueven según órbitas-ondas inclinadas, las cuales lo hacen a su vez en el sentido ecuatorial del protón a al mismo tiempo según las velocidades angulares relativas ya vistas.
El problema resulta a la hora de calcular las velocidades tangenciales pues es difícil establecer un radio para las órbitas quarks y para los propios quarks. Por si fuera poco ambos radios se presentan como con cierta variabilidad según las interacciones entre ellos, pues sus características difieren.
De este hecho nacen los cambios de sabor por intermedio de los bosones W.
No obstante, es posible establecer unos radios para los quarks y sus órbitas en protón y neutrón obviando esos efectos, según masas propias y masas cinéticas y suponiendo una velocidad fija para cada elemento y por tanto unos radios también fijos.
Serán las velocidades angulares las que cambien sin más influencia en radios ni velocidades propias, sino solo en las masas.
Sin embargo, como decimos, los radios calculados no son absolutos ni mucho menos, existe una pequeña variación cuando se consideran las ondas partículas de los quarks conformantes de las partículas fermiones.
4-12. El radio del protón, base de cálculo para los radios-órbita quarks
Como manera de cálculo, o una herramienta de base, supondríamos de principio que el radio del protón es el mismo que el de la órbita del quark up teórica estacionaria, ya que éste constituiría en su movimiento la corteza o capa más externa de la partícula. Sin embargo y sin que ello afecte al spin, los radios efectivos para la órbita-onda son menores, como veremos.
Las longitudes de onda-partícula quark para frecuencia 1 son igual a la longitud de la onda dividida por la raíz de 2, como luego demostramos. O también, "la longitud de ángulo" de un giro completo (O de medio), dividida por la raíz de 2.
Por otro lado para que la velocidad angular de la órbita quark "cuadrase" con el radio del protón, la velocidad angular habría de ser:
Veamos el radio del protón de una forma analógica (Valor figurado del radio quark up):
Este radio de la órbita quark up "cero sobre r" solo es figurada o de paso, no real. Una base de partida para los cálculos posteriores. En él solo se han tenido en cuenta el factor 2 para transformación de la velocidad angular por la inclinación de las órbitas y el ángulo de la órbita onda, no otra cosa. Pero como se verá, dicho radio irreal, según nuestra teoría, queda reducido por el efecto de compresión debido a la precesión de spin. (Ley de Biot Savart aplicada a una partícula) (Comparación con el efecto depresivo sobre las aspas de una batidora al girar en un líquido o en el interior de un tornado).
4-13. Las longitudes de onda para frecuencia 1 (Equilibrio)
¿Cómo se explican esos valores para las longitudes de onda que hemos empleado en la anterior "demostración" anterior?
Las longitudes de onda interna del protón y la de avance de la onda-órbita-quark se diferencian proporcionalmente en un factor 2 de principio, porque así lo hacen sus velocidades angulares (Página anterior).
Pero los radios para las órbitas-onda de avance de ambas partículas también se reducen ligeramente debido al precesional de spin (Como luego se expone).
Sin embargo la proyección de spin sobre el eje z no varía, que siempre es ½ para los fermiones, en nuestro caso. Suponemos que la cuantización va intrínseco tal efecto.
Onda fotón:
Onda quark up:
4-14. Decremento del radio ecuatorial debido al giro precesional del spin
4-15. Órbita de la onda quark en el protón
La onda más sencilla para el quark resulta ser de una frecuencia f = 1,5 como condición necesaria para que puedan darse las dos vueltas quark por cada giro del protón, de tal forma, el quark presenta el mismo estado en 2 x 2p = 720o
Pensar en órbitas encadenadas de tipo estacionario (Figuras siguientes) no nos resuelve el problema, pues el quark no avanzaría como onda, lo que no concuerda con la precesión.
4-16. Representación gráfica de la onda protón libre:
En dicha onda se representan las componentes de los dos quarks up y del down en su avance común (La del down, en rojo y más pequeña).
Según una gráfica frontal, son muy difíciles de inferir las ondas internas del protón con su geometría en volumen y los ángulos que separan entre sí los tres quarks. Una aproximación. No ocurre así con la onda partícula, cuya "frontalidad" permite una visión más realista.
4-17. Velocidades angulares
Como ya vimos cuando las cargas de protón y neutrón:
Pero este acortamiento ocurre en consonancia con el decremento de la onda órbita quark tanto como el que corresponde al spin en sí mismo.
4-18. Momento angular cinético en la órbita-onda quark
Por lo común, el momento angular total de una partícula es su momento angular
orbital más su momento angular de spin.
J = L + S
Para el quark up, responsable último del campo magnético del protón y para un campo magnético exterior fuerte, los ángulos de spin, el propio o intrínseco de la partícula y el momento orbital poseen aproximadamente el mismo águlo respecto al campo exterior.
El paralelismo de ambos espines se dará o no según las interacciones entre los campos magnéticos. Los espines no tienen por que estar alineados exactamente.
4-19. Radio de la órbita-onda del quark up
La onda de la órbita dinámica, quark up, varía respecto a la supuesta de radio protón con arreglo a la frecuencia interna (O estado excitado) y al decremento de radio debido a la precesión de spin (Encogimiento de las órbitas). Para la órbita del quark up podemos calcularlo a partir del radio del protón, que teóricamente le hubiera correspondido, aplicándole tal reducción o encogimiento. Un radio verosímil para el quark up.
El radio del protón, o de otra partícula, se considera como el equivalente al de una esfera de carga igual a la de la partícula. Podría suponerse que la órbita cinética del quark up diese lugar a la superficie esférica exterior de influencia del protón:
Pero debido al encogimiento según la cinética de giro eso no se cumple.
Radio, que es menor al del protón
Para calcular el radio de la órbita onda del quark down, hemos de tener en cuenta que la superficie descrita correspondiente a la onda quark up y la del quark down, están en proporción a sus "cargas cinéticas". La proporción de áreas supone la proporción de flujos y de cargas efectivas por tanto.
Esta proporción ya viene implícita en la carga correspondiente a ambos quarks.
4-20. Radio de la onda del quark down
Si definimos la carga como el volumen de una esfera correspondiente con dicha carga, y la relación entre la del quark up y la del down de 2/3 a 1/3, es de suponer la misma relación si en lugar de esferas suponemos las superficies circulares:
Lo visto hasta ahora respecto a protón y quarks, de poco nos serviría para la integración global si hay que tener en cuenta los gluones.
Es posible que los gluones actúen sobre los quarks en direcciones ortogonales como término medio respecto al radio del protón, y que la fuerza fuerte solo actué transversalmente (Cos 90 =0); que para nada influya en la deformación si el equilibrio existe. Los gluones serían como un seguro. Como un aro elástico para que no se extralimiten de su ámbito.
También es posible que quarks y gluones actúen como un todo, lo que no reste individualidad a los componentes.
O puede que la llamada fuerza fuerte obedezca a otras causas (¿Como la gravedad cuántica?).
4-21. Velocidades de los quarks up y down
La velocidad de los quark es la de su onda trayectoria, es decir la angular de la onda multiplicada por el radio correspondiente. Sin embargo esto no es exacto, influyen otros factores que hacen que las velocidades no sean tan simples de calcular. La "velocidad de la trayectoria" y la de la onda partícula quark pueden ser distintas.
Si partimos de lo que llamamos frecuencia másica, podemos encontrar la longitud de onda del quark media y aplicarla a la ecuación de Broglie.
Para ello hemos de suponer lo que se dio en llamar extensión de la masa. Es como concebir que la llamada masa impropia, o debida a la velocidad también se distribuye por toda la órbita (Como si se tratase de la multiplicación de la masa propia del elemento que orbita en un periodo).
La masa resultante queda extendida a toda la trayectoria de la órbita para un periodo, lo mismo que la masa propia quarks.
Es decir, la cantidad de masa propia del quark up en movimiento es su masa cinética:
Longitud curva de la órbita quark up teniendo en cuenta ? =1,5 (Una vuelta) por 2 vueltas para cada vuelta del protón:
No podemos olvidar que las frecuencias que hemos supuesto solo son la referencia mínima de equilibrio sin tener en cuenta el grado de excitación de la partícula o las interacciones.
La velocidad del quark up según Lorentz sería:
Formulación más apropiada para la onda del quark up como partícula libre, si ello pudiera darse.
Como vemos según nuestros cálculos, la velocidad es menor que la de Lorentz como corresponde al quark up por ser una partícula ligada. Si libre, podría serlo con una velocidad muy muy próxima a la de la luz. Ello viene a indicar la naturaleza ondular de los quarks libres, que en el interior del protón colapsan a ondas partícula más masivas.
Pese a las apariencias, las velocidades angulares suelen ser más útiles.
Como se ha visto con las figuras para las ondas-órbitas, cada paso del quark sobre el ecuador del protón supone un decremento de 60o en su ángulo-longitud de onda estática circular. La frecuencia interna es de f = 1,5 para órbita quark, por lo que la longitud curva de la onda se incrementa, y por tanto pasar a una velocidad angular, respecto a un circulo de f =1 significa obtener los resultados ya vistos.
La órbita se comprime en su recorrido, que es más larga que para un "ciclo" abarcando 180o del protón en cada vuelta. Su trayectoria por tanto no es la de una onda circular simple (f = 1) sino de frecuencia 1,5.
4-22. La inducción
El campo eléctrico en tres dimensiones daría lugar a una especie de condensado Bose-Einstein originador del campo magnético, siendo éste como su eclosión vertical.
El doble giro, el propio de los quarks y el de su traslación por la órbita, puede originar dos efectos: el de abombamiento para salida hacia fuera del campo magnético debido a la presión relativa del condensado, o el de depresión, según el signo.
El spin como tal es un concepto, una dirección. El giro que lo define viene dado por las magnitudes que lo sustentan, asimilables a ondas, que es lo que son. Es por eso que ha de tratarse de un movimiento roto- traslacional en precesión tan pequeño como se quiera, un diferencial matemático. No es realmente el spin el que está en liza sino los momentos angular y magnético que son su razón de ser.
El movimiento rototraslacional, ondas, ejercería una presión hacia el eje centro si la carga es negativa o una depresión en caso contrario. Ambos dan lugar a un campo magnético. Es por ello que campos magnéticos opuestos se anulan.
En este punto, sería bueno comentar el porqué de la llamada regla del tornillo o del sacacorchos.
Según ciertas investigaciones, el universo posee un giro a izquierdas, de tal forma que el giro negativo de una partícula supondrá que ésta, o su c. magnético o eléctrico, tienda a avanzar en el sentido de la expansión (Positivo). Por el contrario el giro positivo (A derechas) de una partícula o elemento, tendería a que sus campos eléctricos o magnéticos avanzaran en sentido contrario de la expansión (Negativo). No importará para donde se oriente la partícula en el espacio pues la expansión ocurre desde cualquier punto en todas direcciones. axxon.com.ar/not/183/c-1831008.htm
Ambas combinaciones de giro-traslación darían lugar a campos magnéticos y eléctricos interrelacionados según lo que se entiende por el concepto de inducción.
La precesión provoca que la distribución magnética debida al spin y por tanto el momento correspondiente sea el de Borh, como puede observarse según la superposición en el sentido del eje z (Se considera la distribución en el tiempo debida al giro precesional).
Hacemos mención ahora de los elementos mesones, aquellos que constan de un quarks y un antiquarks. Se trata de bosones que también interaccionan con la fuerza fuerte. Aparte eso, son más masivos que los bosones gauge, y mientras estos poseen spin entero, los mesones también pueden carecer de spin (Mesones pseudoescalares).
5-1. La conjunción quarks
¿Por qué los quarks no ocuparían un mismo estado orbital?
Es decir, por qué cada uno posee su propia órbita.
Los tres quarks no podrían estar circulando en una misma órbita porque:
– Los estados posibles de los fermiones vienen definidos por cuatro números discretos, los números cuánticos. Con ellos se define un modelo en tres dimensiones.
– El número cuántico principal, n, define el estado de energía principal, capa o nivel del elemento en órbita, es decir velocidad y masa.
– El número cuántico orbital, l, se refiere a la magnitud del momento angular según órbita o subórbita.
– El número cuántico m describe la orientación magnética en el espacio del plano de la órbita del elemento, con referencia a un campo externo o conjunción de otros externos.
– El número cuántico de espín magnético, ms, de valor +1/2 o -1/2 para fermiones según la dirección del espín.
Para cada número cuántico, salvo el ms, sólo están permitidos determinados valores enteros.
Dos fermiones, como es el caso de los quarks, no pueden permanecer en el mismo estado si para ambos todos los números cuánticos son iguales.
Por eso los dos quarks up no pueden ocupar la misma órbita, ya que, aparte los demás números cuánticos, la orientación magnética sería la misma. Ambos habrán de ocupar dos órbitas diferentes, con la condición añadida de que la repulsión mutua sea equilibrada. Es decir, que la distancia entre ellos, inter-órbitas, sea la máxima posible (Máxima separación entre ambos elementos) contando con la presencia del quark down por cuya atracción los tres andan equilibrados, según se vio anteriormente.
La perspectiva nos hace ver el anillo Down (Rojo y más pequeño) en horizontal. Realmente se inclina, según el spin, como los otros.
Para encontrar la frecuencia interna o número de repetición de anillos-elementos, fip, del protón, y que para el electrón llamamos fie, habríamos de seguir un método similar al que seguimos para éste.
Para el protón la cosa difiere pues aunque también se trate de tres elementos, uno es distinto a los otros dos y los tres de mayor masa. Sin embargo el resultado es similar.
Si los quarks se componen de fotones, no de forma literal, es decir, de cuantos mínimos h, correspondientes a anillos como supusimos para el electrón, al igual que en éste podemos hallar el número equivalente de que se componen, sin más que dividir las masas. O lo que es equivalente obteniendo la relación de energías.
Suponer la partícula como compuesta de gammas no quiere decir que en su interior no aparezcan combinaciones "fotónicas" de rango distinto, más virtuales que otra cosa. A efectos globales el resultado es el mismo.
Indagar qué ocurre en el interior de los protones y sus quarks es peliagudo, por cuánto aún no se ha podido acceder a ellos, ni menos aún "demostrar" la estructura de los segundos.
Ocurre, que los quarks, como fermiones que son, también presentan individualmente una precesión de Larmor propia. La cosa se complica.
El momento magnético de spin quark viene dado por:
Existe una dependencia entre momento quark y momento protón a través de un momento "comodín": el magnetón nuclear, con el que se relacionan, y que en la estimación de medidas surge casi de forma obligada.
Es un barión componente del núcleo atómico.
Está formado por dos quarks down y un quark up.
Como fermión que es, posee spin ½.
Recordemos los dos conceptos de masa para los quarks que ya vimos con el protón: la masa propia y la masa cinética.
¿Qué ocurre con ese exceso de masa que no se aprecia en la partícula pese a su composición?
¿Dónde va a parar este resto masivo para conseguirse la masa propia del neutrón?
Si recordamos la transmutación entre quark down y quark up por intermedio del bosón W, la cantidad de masa perdida en el proceso resulta ser la diferencia entre ambos, e igual a esta masa "perdida".
De tal coincidencia podría deducirse que la caída de masa teórica hasta la masa propia del neutrón correspondiera a lo que se llama energía de enlace.
¿Por qué en la unión protón-neutrón sería éste último el que sufre tal decaimiento y no lo hace el protón? Seguramente porque el protón es estable y el neutrón no lo es. ¿Pero en qué se trasforma dicha energía? En las fuerzas de unión, en el potencial que las mantiene: en el reparto de energía interna común que hace que los quarks de protón y neutrón puedan presentar cierto solapamiento en sus órbitas para que la unión se comporte como lo que es.
Pero la pérdida masiva respecto a la masa teórica del neutrón más parece que sea la génesis de una emisión de onda provocada sobre el vacío, como pueda ser la del bosón W, superior por tanto que la propia masa perdida, en parte intercambio eléctrico magnético para la atracción entre ambos hadrones. Ello ocurrirá en los quarks más próximos de la conjunción.
6-1. Interacción débil
Se dice que los bosones w y z median la interacción nuclear débil para el cambio de sabor de leptones y quarks. Lo que no se dice es, por qué causa ha de producirse dicho cambio, qué es lo que lo origina. Los cambios de masa, velocidad y demás variables propias ocurren de una manera espontánea porque así es el juego de la materia cuando los cuantos no son redondos. La forma de expresión en el progreso expansivo. En otro orden, geométricamente, el número por ejemplo no es un número exacto como no lo es la relación entre el incremento de la longitud de la circunferencia expansiva con el de su radio. Son peculiaridades evidentes pero no entendibles para la "exactitud" del ser material.
Los cambios de sabor de los quarks vienen implícitos en el funcionamiento de la propia estructura del protón por ejemplo.
Las órbitas quarks son distintas para up y para down, con la particularidad que dichas órbitas se solapan. Cíclicamente up y down se aproximan demasiado en las zonas de confluencia, y la atracción mutua de sus cargas opuestas los hace avanzar como en tándem, en conjunción, a una velocidad intermedia, menor que la correspondiente al quark up y mayor que la que corresponde al down.
Pero dichas velocidades son inapropiadas dentro del hadrón correspondiente, tanto para el uno como para el otro con arreglo a su radio y características en su nivel de orbitación. Tras el "cruce" ambos quark no van con arreglo a sus masas. Es algo semejante a lo que ocurre a los electrones en sus cuantificados niveles de energía, solo que en estos el cambio de velocidad no es tan notable.
La masa del down no soporta esa velocidad Vo, más alta, y se desintegra parcialmente, según la ecuación de la estabilidad (Ver Apéndice), en una cantidad que es el origen para el bosón w. Lo contrario ocurre para el up que es deficitario de masa para encarar la nueva velocidad más lenta. Para frenarse y orbitar según lo hace el down, el up ha de ralentizarse adquiriendo masa, cierta masa parcial del bosón w. El up necesita precisamente la masa que el down ya no soporta, para intercambiar con éste sus estados orbitales y no salirse de madre, que se diría, pues los compañeros quarks no se lo permiten, la estructura general de la partícula manda. Si la desintegración es tan espontanea se debe la inestabilidad de los quarks individuales. Mucho más inestable es el down, el protagonista, que el up, el receptor, que es casi estable.
El quark up y el down son partículas inestables (Ver Apéndice, pag. 89)
Igual ocurre en el protón que en el neutrón cuando el equilibrio de las órbitas se rompe, es decir, cuando se solapan. Pero no pasa a mayores, pues no deja de tratarse de una transformación interna.
La masa del bosón W es mucho mayor que la expulsada-desintegrada del quark down. Esta masa expulsada ha de recoger el exceso hasta la del bosón del vacío, de forma similar a como se crean fotones por la inducción o movimiento de una carga en aceleración sobre partículas gamma o de otro tipo en estado libre (Vacío).
Pero eso no es todo, pues si aplicamos nuestra ecuación de la estabilidad de las partículas, el bosón W ya formado resulta ser estable.
Avanzando en los decimales puede observarse alguna pequeña discrepancia, necesaria sin duda para que puedan ocurrir las desintegraciones posteriores.
Alguna interacción posterior será precisa para que la dicha estabilidad del bosón deje de serlo.
Pensamos que el W interacciona en su avance con el quark up al que cede el equivalente de masa que precisa y lo transforma en down. De aquí surgiría la inestabilidad definitiva para el bosón.
A partir de ahí sus cuantos másicos dejan de ser redondos, con lo que el bosón se desestabiliza hasta el punto de desintegrarse en dos partículas estables: electrón y neutrino electrónico por ejemplo, más la aniquilación del resto que vuelve al vacío. Es la emisión beta.
El dibujo que sigue da una idea intuitiva de la transformación:
De forma casi idéntica también ocurrirá en la simbiosis protón neutrón pese a la inestabilidad de este último, si admitimos que los quarks componentes son compartidos por ambos. Las órbitas de las ondas-partícula solapadas se cruzan ordenadamente. Como consecuencia ocurre el cambio de identidad recíproco entre ambos nucleones.
Al tiempo han de darse la creación de piones con base en los propios quarks, de dirección según su signo.
Ambos procesos, para bosón W y pion, ya sea entre quarks del protón o del neutrón o entre los de ambos nucleones, se dan sucesivamente pero no a la vez, de forma que siempre habrá un bosón W o un pion en el aire, como una pelota que se van turnando los componentes quarks, de unos en otros entre sus propios "equipos" y los contrarios.
La parcial desintegración del down significa una radiación, una onda partícula de masa aparentemente desorbitada, cuando lo cierto es que da lugar a una perturbación en el vacío interno del hadrón, por lo que W se supone compuesto de elementos mínimos.
La masa de la onda es proporcional a su frecuencia.
El exceso de masa para el neutrón, 0,5277966119 · 10 -27 Kg, no coincide con ningún elemento, solo es una diferencia entre masas cinéticas quarks.
Esa masa "emitida" como equivalente energía sería el requisito para que el neutrón entre en consorcio con la otra partícula. El protón como tal es estable y no necesitaría que el neutrón lo estabilice, es éste quien precisará la estabilización. Pero como es lógico ambos han de adaptarse el uno al otro. El resultado: una composición nueva que es estable. Las dos ceden entre sí para constituirse en un múltiplo de cuanto de energía-masa con todas las de la ley.
Ya sabemos que el secreto de la estabilidad es el de un compromiso entre masa y energía, de manera, que ninguna, en su relatividad mutua, sobrepase a la otra. "La masa como energía interna y la energía propiamente hablando, han de permanecer en un equilibrio equivalente para que la una no tire de la otra y la estructura se rompa".
Se dice que el neutrón es neutro eléctricamente, sin embargo no con exactitud, la suma de sus cargas es algo superior a cero. Entonces, ¿por qué el neutrón actúa como neutro?
Hagamos unos cálculos someros:
Como ya expusimos para el protón la carga de un elemento de la partícula orbitando en su interior, será su masa por la velocidad angular de la órbita u onda corpúsculo correspondiente.
Para las relaciones que siguen, nos referiremos a partículas estáticas, sin traslación ni giros, salvo los interiores de los quarks en sus órbitas.
Para el neutrón:
Esto significa que protones y neutrones poseen muy aproximadamente la misma velocidad angular.
Las cargas cinéticas quarks de protones y neutrones se han supuesto comunes para ambos:
Se asignaron 2/3 de carga e al quark up y -1/3 al quark down porque cuadrase sobre 1, la carga supuestamente unidad. Pero los valores de carga totales que se obtienen van en función del valor de e no de 1, es decir, fracciones absolutas de e.
Tampoco se tuvo en cuenta que a igualdad de velocidades angulares, es la masa la que define la mayor o menor cuantía de la carga, y en el caso de los quarks más pareciese que fuera al contrario.
El radio de la órbita del down vendrá a ser igual para el neutrón que para el protón salvo alguna insignificancia. La relación 3 a 1 para los radios de las órbitas quarks nos permiten escribir:
6-2. Inestabilidad del neutrón y estabilidad del protón-neutrón
Como queda establecido en el APENDICE (Estabilidad de las partículas), el protón es estable mientras que el neutrón es inestable.
Veamos como la estructura protón-neutrón también obedece a la estabilidad por la no discrepancia entre su energía interna y la de desintegración
Edes = Ein lo expresa claramente
La unión se comporta como una nueva partícula estable con la salvedad antes dicha del exceso de masa del neutrón. El trasvase o mutuo "compartir" de elementos supone unos cuantos de masa y energía acordes entre sí, de forma que no sobresale ninguna de las dos.
Demostremos el porqué de la masa, para el pion (Positivo) dentro de la unión protón y neutrón.
6-3. El pion
La masa del pion libre, positivo o negativo, viene a ser 273 veces la del electrón.
Se supone que el pion surge como composición de un quark y un antiquark (Antidown y up para pion positivo), sin más pega o inconveniente que el establecimiento del antiquark, es decir el paso del down a antidown, la misma partícula pero de carga opuesta.
Si los quarks son compartidos por neutrón y protón, significa que pasen de uno a otro, por el estilo de cómo se trasiegan los electrones en las composiciones químicas, salvando las diferencias, pues que estos lo hacen en giro global sobre las partículas a unir. El cambio del signo de la carga se daría en el cambio de giro relativo en su traslación para neutrón-protón, lo que no ocurriría con el electrón que ha de trasvasarse por el vacío sin cambio de giro normalmente.
De forma análoga al bosón W, el pion nace de la desintegración parcial del quark down por ser éste el más propicio debido a su mayor inestabilidad. Pensamos que el pion ha de formarse con los propios quarks de "valencia", o sea, desde los componentes principales.
La frecuencia de la onda resultante, la del el pion, es la que le aportan los dos quarks. El pion se desintegra con rapidez porque el consorcio quark-antiquark acaba por separarse cada cual por una órbita.
Las frecuencias de los dos quarks y antiquarks responsables de la del pion serían de sentido opuesto en su conjunción, de ? y ?", por lo que la portada por el mesón será la de la diferencia de ambos: la del antiquark menos la del quark: fid – fiu.
El quark down con signo positivo actúa como antiquark y las frecuencias de down y up se restan.
La masa de la parcial desintegración del quark down, originaria de la de la onda del pion propiamente dicha (Masa cinética), habrá de multiplicar a la masa resultante.
Así el pion se compondría de una parte masiva, quark y antiquark, insignificante frente a la masa total, y de la masa cinética o impropia de onda partícula "semejante" al fotón en torno a quark y antiquark.
6-4. El bosón w
Para que el quark down pase a quark up porque así se lo exige la interacción, la masa desintegrada del quark down será:
La frecuencia o número de masas gamma que la componen:
Busquemos la velocidad correspondiente al bosón W según su masa, con la ecuación de la onda partícula.
Si comparamos esta velocidad con la correspondiente al quark down, constatamos que la de éste es mayor. El bosón no podrá salir impelido hacia adelante sino lateralmente o hacia atrás.
Estabilidad e inestabilidad de las partículas
La estabilidad o no estabilidad de las partículas va de acuerdo con la diferencia entre su energía de aniquilación o desintegración y su energía interna.
El número de cuantos energéticos y másicos (los productos mc2 y hfi) teóricamente habría de ser el mismo, pero en muchos casos varían el uno del otro como hemos visto. Las inestables no pueden ser partículas definitivas sino de tránsito o en combinación con otras cuyo cómputo global cumpla de alguna forma con la exactitud de los cuantos, es decir con la correlación equivalente entre lo que entendemos por energía y la masa. El decantado en cualquiera de ambos sentidos supone un estorbo para el ser "definitivo", su estabilidad.
Para que el número o asociación de cuantos en partícula quede definido hemos de conocer los cuantos elementales h y m?, y las respectivas frecuencias en que se hallen.
El valor de éstas habrían de ser números enteros, lo que en la realidad no se cumple, debido a nuestros sistemas de unidades en los que los cuantos mismos no son redondos, y se integran en unidades aparentemente dispares, ni las velocidades, la fragmentación material y la evolución "matemática" del espacio tiempo son coincidentes. Paradojamente una cierta disyunción es el seguro para la evolución material y su variabilidad.
Si a esto se añade que la matemática nunca es real, entre otras cosas porque nuestros sistemas operativos de unidades nunca pueden ser exactos, hemos de valernos de funciones aproximadas y sus integraciones, que nos dificultan una teoría real.
Puede observarse que la frecuencia másica es equivalente en su contexto con la frecuencia energética y que para la frecuencia de onda partícula masiva existe una relación con la frecuencia fotónica, con arreglo a la velocidad de la masa de que se trate y c la velocidad fotónica.
Implícitamente quedan admitidas velocidades mayores que c para masas menores que la del fotón.
Según vemos en las relaciones siguientes, la energía para la onda partícula puede tomar cualquier valor según n2, siendo n = v/c, es decir n=1 para la onda electromagnética. Pero no podría darse la unidad absoluta, sino solo como una referencia.
Gravedad macro y gravedad cuántica
El origen de la expansión no es otro que la existencia de una inmensidad de elementos en un espacio libre, que se mueven interaccionando unos con otros y provocando en consecuencia una presión. Un continuo aumento de volumen.
La llamada materia normal es nuestra dimensión, aquella a que pertenecemos como seres vivos y la menos abundante, tal vez porque sea la más complicada, la más difícil de establecer por la Naturaleza. Nuestro ámbito queda establecido en ella y es en la que nuestro margen de tolerancia vivencial queda inscrito. Más allá de éste no nos es dado precisar otra materia, pues sólo percibimos de forma constatable lo que nos es tangible, las dimensiones acoplables a nuestros sentidos, o a través de nuestras instrumentos, para aquello que es sincrónico a nuestra sincronía o cuantificable según nuestros propios "cuantos biológicos". El resto solo puede ser cuantificado de manera indirecta y según extrapolaciones de nuestra mente. No obstante la materia normal como una combinación lleva sobre sí misma todo el bagaje elemental del que procede.
Ciertamente, a través de la tecnología podemos ir un poco más lejos, pero nuestros instrumentos y máquinas, por muy sensibles o potentes que fueren, no superarán ciertos límites, los impuestos por las propias dimensiones materiales que los constituyen.
Seguramente puedan construirse, como ya se vislumbra, artefactos autónomos inteligentes con los recursos nano o mega tecnológicos, capaces por sí mismos de conectarse a lo infra o a lo supra y subir o bajar en la escalera de las dimensiones para aportarnos su información. Una información, que, descodificada, nos traduzca aquellas vivencias "sentidas" por los tales robots más allá de lo que nosotros podemos "vivenciar". Mientras tanto, para la interpretación de esos mayores o menores medios oscuros (Por lo invisibles), solo nos valdremos de elucubraciones o razonadas hipótesis matemáticas de aquello que sea allende las dimensiones de Planck o los lejanos límites del macro universo.
Si bien traspasar estas desbordantes fronteras para su conocimiento no nos precisa de urgencia en nuestro devenir cotidiano, si constituyen un reto necesario para la superación de nuestras limitaciones y saciar en lo posible nuestras ansias de saber y de trascendencia.
La ciencia es un avance continuo en el saber y sus aplicaciones, que se adecuan a las necesidades del ser humano, y en su aprovechamiento práctico le otorgan poderes inauditos. Sus leyes y directrices se asientan sólidamente en su corroboración práctica y bien que nos valen. Sin embargo muchos de sus fundamentos quedan oscuros por no desvelarnos a ciencia cierta en que se fundan. Así, las más de las veces, se nos descubren como buenas aproximaciones, o como resultados empíricos no del todo explicables. Ir a la base del fundamento siempre requiere afinar más, lo que significa: la exploración de lo antecedente, lo profundo, lo desbordante o el futurible.
Si la gravedad se descubre como la fuerza debida a la presión de las dimensiones menores sobre las mayores en la expansión, materias menos masivas sobre más masivas, no es menos cierto que en la realidad se trate de un efecto mutuo, sólo que, en el sentido creciente ha de ser más efectiva, la energía va decreciendo (El agua del mar soporta al barco, pero un mar de barcos no soporta el agua).
Ya dijimos que en la lógica de la teoría, la infra-materia oscura es presionada por la energía-materia oscura, o no tan oscura, (Masa y velocidad, que no otra cosa, es decir, algo con energía propia, o "acorralada" que llamamos masa, en movimiento) al igual que lo hace con la materia normal. Sin embargo la propia energía oscura presionará sobre sus mismos elementos o la expansión no podría darse, la relatividad para el incremento del espacio ocupado sería una quimera. Esto significa que la distinción energía masa solo es relativa.
Existe cierta aversión a considerar que toda partícula posee masa. No se suele entender el porqué de unos bosones llamados Higgs como el origen de la masa. Por más que se nos explique nadie podrá darnos norte de la masa del propio Higgs, salvo que la masa ser repartiera por igual en una sucesión inconcreta e inacabable. Y si la masa como concepto de concreción material no es universal de qué estaríamos hablando de nada en movimiento o del movimiento oscilatorio de unos algos a los que llamamos masa.
La sutilidad de la masa nula para ciertos bosones, nos haría suponer unas ondas sostenidas de forma natural, que no existen. Ningún móvil puede poseer un movimiento indefinido y una transmisión oscilatoria no decadente, no partícula; no hay campos que la soporten. Vendría a ser algo parecido al calor, o radiación calorífica, que va decayendo conforme se aleja de su fuente.
En la atracción gravitatoria entre masas, el intríngulis, la clave del sentido de la fuerza siempre atractiva estaría en la diferencia de presiones entre el entorno exterior y el intermedio entre ellas. Ha de existir una depresión entre las masas para que la presión oscura en los entornos pueda presionarlas haciendo que se junten.
En superposición de los campos de energía-materia oscura correspondiente a dos o más masas (Sus remansados halos en el medio "vacío"), a mayor acumulación de los campos oscuros que se solapan en el espacio intermedio, la presión expansiva es menor que la que genera el campo en los entornos opuestos para cada masa, cuando en apariencia habría de ser lo contrario.
Esta aparente contradicción no lo es. Los mediadores de la fuerza gravitatoria, a los que llamamos gravitones, han de tener, como ondas partícula, las propiedades de atracción grávica, pues poseen una pequeña masa, ínfima respecto a nosotros, y además una atracción o repulsión electromagnética mutua pese a su neutralidad externa, que será válida cuando estén muy próximos entre sí.
Si con la superposición o solapamiento de los campos oscuros, su densidad se incrementa en el intermedio de las masas, no es menos cierto que en su gran mayoría los gravitones atravesarán las masas sin acción alguna debido a la vacuidad dominante, hasta salir por el lado opuesto. Otros serán reflejados por la propia masa. De esa forma una gran cantidad se enfrentarían masivamente unos con otros en el intermedio, en sentidos contrarios. El efecto será el de repulsiones generalizadas de los elementos gravitones y la depresión consecuente.
El número de gravitones que traspasan la materia dependerá de la masa y su densidad. En un agujero negro todos los gravitones se pierden hacia su interior originando una corriente convergente que todo lo arrastra.
El dibujo pretende exponer el efecto depresivo intermedio, aunque en la realidad se trate de interacciones muchísimo más numerosas que las que se expresan.
Por otro lado, el producto G · m, constante universal gravitatoria por la masa, significa la superficie formada por todos los elementos del objeto, a efectos de la presión gravitatoria en sentido radial, desde el exterior hacia su centro, con su traspasado debido a la cierta vacuidad frente a los agentes gravitatorios o de presión.
La fuerza elemental gravitatoria, G, es aquella que se ejerce debida a la presión oscura sobre la superficie efectiva de la mórula o estructura más simple de acreción. Esta superficie viene a ser el módulo de dicha constante (Prescindiendo del factor 10 -11), porque dicha superficie delimita la acción sobre ella. Tendremos ocasión de volver sobre ello.
La superficie efectiva de una masa para la presión oscura será la del número de sus elementos por la superficie que oponen a la presión. El producto G · m significa por tanto el valor de la superficie válida total para la acción gravitatoria.
G es adaptable como valor a cualquier dimensión macro en que la masa se componga de agrupaciones y sub-agrupaciones de 6,67 ·10-11, pues este valor siempre cumple con el porcentaje mínimo de materia macro respecto al vacío.
Si pudiésemos colocar en un plano todos los elementos de una masa, y considerando el paralelismo para las líneas de presión, más se parecería a una vela de impulsión solar. Dicha vela sería exageradamente más amplia que el cuerpo esférico.
Surge el interrogante de si la presión oscura será igual de efectiva contra ese supuesto plano extenso que sobre la masa esférica. La respuesta es que sí, porque la mayor parte de los infra componentes oscuros (Gravitones) penetran sin dificultad toda la masa, ya que el vacío lo ocupa casi todo.
8-1. El concepto de masa
Repetimos de nuevo, por lo fundamental, nuestro concepto de masa.
Al igual que la energía la masa es una frecuencia (fi) o frecuencia másica interna, multiplicada por el cuanto elemental de masa ().
La masa cuántica es una extensión o multiplicado de otra elemental en su probabilística de presencia "casi instantánea" (En un periodo), moviéndose como onda partícula.
No siempre la masa elemental queda referida al cuanto fotónico sino también a otro que sea menor.
El desconcierto surge al considerar la masa macro, que se compone de masas cuánticas. En comparación, el movimiento macro es relativamente nulo o muy pequeño.
En una masa "solida" no ha lugar como conjunto las altísimas revoluciones de la masa cuántica. Su cuantificado parte del átomo, de consideración cuántica, como una sumatoria de valores concretos.
Según relación de masas con respecto a m?, he aquí las fi´s de partículas como electrón, protón y los quarks up y down.
8-2. La gravedad cuántica y la fuerza fuerte
La diferencia de presión oscura para la atracción gravitatoria entre partículas o subpartículas no sólo cumple con la yuxtaposición de los campos oscuros más sutiles, sino que en los ámbitos cerrados en que se desenvuelven, nos aparece como un motivo nuevo a considerar para el decremento el de la depresión interna con respecto a la exterior.
Tengamos una pequeña bolsa de papel abierta por los extremos. Al soplar por una de las aberturas podrá observarse como las paredes se aproximan arrugándose hacia el interior (efecto Venturi).
Como ya se dijo, los campos magnéticos de las partículas vienen generados por la rotación de sus pequeñísimos componentes-carga, lo que supone un flujo interno a gran velocidad, pero de líneas ordenadas, que circulan por el ámbito intra-partícula para salir y volver compensadas según un ciclo continuo.
En analogía con el efecto Venturi, el fluido magnético a alta velocidad por un interior "cuasi cerrado" provoca una caída de presión con respecto a sus entornos, lo que da lugar a unas fuerzas resultantes de empuje desde el exterior que tienden a mantener unidas a las subpartículas y demás constituyentes. El resultado una fuerza de acercamiento difícil de cuantificar pero de un altísimo valor a todas luces. La velocidad de ese remolino emergente en líneas magnéticas viene a ser de un orden algo mayor que la de la luz y su densidad relativamente alta, por lo que las fuerzas originadas por las diferencias de presión no han de ser menores precisamente.
Aparte las diferencias dimensionales entre los campos oscuros externo e interno de una partícula, sin olvidar el relativo galimatías material que pueda existir en el interior, tal diferencia de presión relativa tiene su origen en que el movimiento "aleatorio" (Caos) en el medio externo vacío supone una presión, mientras que el movimiento magnético-eléctrico (O general) ordenado del interior, significa una depresión; una tendencia a succionar el flujo exterior, como también podría decirse.
Tal efecto significaría una condensación hasta ciertos límites de la propia partícula. Pese a eso los quarks tenderían a desprenderse con las interacciones. Si ello no pasa, es, porque hay una fuerza que hace que no ocurra, la fuerza fuerte.
Los movimientos dentro de las partículas, aparte los correspondientes a las subpartículas, han de comprender: los flujos magnéticos como más fundamentales, y los eléctricos de entrada y de salida que pensamos les sean proporcionales, o lo que es lo mismo, mutuamente inductivos.
Pero no se crea que negaremos la existencia de gluones; más bien pensamos, que pudieran entenderse como integrantes de seguridad para ese estatus depresivo. De naturaleza electromagnética seguramente, y causados por la propia agitación quark han de contribuir también a la depresión interna. Pero según la cierta transversalidad de los gluones respecto a los quarks, la acción real de esta fuerza fuerte sería casi perpendicular a la gravitatoria debida a la presión externa, como un aro elástico que mantiene a las tres partículas equidistantes y en un margen de alturas convenientes.
Tampoco nos contradecimos con la fuerza débil y la existencia de piones y bosones W compuestos de quark y antiquark, para el decaimiento o cambio de sabor-masa y las emisiones alfa y beta.
Pero suponiéndolo, no es comprensible que la fuerza fuerte sólo sea el resultado de esa interacción de gluones entre los quarks, cuando dicha fuerza es tan grande. Estos solo serán, como elásticas uniones entre los quarks para que no escapen y se mantengan en sus límites.
Nos queda por referir otra fuerza, que tal vez sea decisiva en la formación y origen de las granulaciones primarias de materia y que también contribuye a la fuerza de unión. Nos referimos a la fuerza de desviación por "el efecto magno", y a como cualquier elemento que gire y se traslade a gran velocidad, aun si la densidad del medio espacio fuese pequeña, tiende a describir una trayectoria curva (Positiva o negativa).
¿Hasta qué punto en las grandes densidades primigenias sería ésta la causa de la reunión de elementos en pequeños espacios curvos, donde se asocian?
Concluir que la fuerza fuerte no sea el resultado único de la Cromodinámica sino de un cúmulo de efectos, sería temerario. Pero mejor que se diga que ambas consideraciones puedan ser equivalentes complementarias.
8-3. Presión de vacío y presión interna
El teorema de Bernoulle referido al movimiento de fluidos por una tubería, nos dice que:
La fórmula refleja la caída de presión relativa por efecto de la velocidad en un fluido. Para el caso que nos ocupa, la depresión debida a la velocidad en el ámbito interno de una partícula, el tercer miembro, por insignificante, bien se puede despreciar, sobre todo en ambientes poco grávidos. Por lo que:
El decremento de presión, —P, es directamente proporcional a la velocidad al cuadrado y la densidad del fluido, partido por dos, menos una constante.
Posiblemente el valor de P pueda variar según los medios vacíos. Sin embargo en amplios ambientes locales será en gran aproximación constante.
P podría obtenerse a partir de la ley de Newton como un promedio de la fuerza gravitatoria entre masas separadas, según distancias distintas, al considerar que la densidad oscura será menor en grandes espacios desprovistos de masas, pues estas acumularían en sus proximidades más densidad oscura en el espacio. Con arreglo a los valores de fuerza obtenidos podría inducirse un valor general para la presión oscura. (Según la deformación del espacio por la presencia de una masa como decía Einstein).
¿Pero cómo obtener la densidad oscura absoluta si supusiéramos un fraccionamiento sin límite para el "vacío"? ¿Existirá un valor concreto, no obstante, el límite respecto a nuestro macro? Ahí entraría la consideración de los infinitos, su comprensión, o el mecanismo real de lo "ilimitado o no ilimitado" como relativo.
Sin embargo, obtener la densidad interna de la partícula no presentará grandes problemas.
El cálculo de P lo haremos según la ley de Newton:
F = G M · m / d²
Para ello definimos el apantallamiento total o no, superficial e interno, de la masa, donde los gravitones impactarían o interaccionarían con ella.
Se = Superficie efectiva de las masas para la presión oscura, o sumatoria de las superficies componentes a este cometido de sus elementos frente a la presión oscura, restando la correspondiente a los espacios vacíos.
F = P · Se = Presión oscura sobre m.
8-4. La constante de gravitación G
La acreción mínima de materia macro en el espacio vendrá dada por la aglomeración de seis aglomeraciones más pequeñas sobre una central, siete en conjunto, de ámbitos curvo-esféricos teóricos, como puede apreciarse en las figuras:
Estructura octaédrica centrada
La acreción material de muchos elementos sucesivos, mínimos de aglomeración, comporta la masa.
Las direcciones espaciales de esa mórula primera siempre presentan el mismo ángulo de orientación respecto a la vertical relativa (35,26o) con las sucesivas acreciones.
Con un poco de imaginación este orientado puede apreciarse en nuestros dibujos, sin más que ver como las mórulas van tomando el mismo sesgo las unas con las otras y de una en otra.
Acreción material macro
Si llenamos una caja de "bolas" se observa lo que decíamos antes. El conjunto puede considerarse como un aglomerado mayor de mórulas unidad, presentando todas ellas el mismo ángulo hacía la acreción progresiva en la caja aunque en direcciones propias repetidas según su posicionamiento en la estructura global. Por muy compacto que sea el conjunto macro puede ser considerado como una aglomeración de mórulas de siete unidades.
Realmente ni se trataría de bolas ni nada por el estilo, y mucho menos compactas. Dicha consideración solo obedece a la teoría y lo que nos concierne son sus superficies "como planas" más que otra cosa.
8-5. Cálculo del módulo de G
La mórula de acreción y su posicionado estándar da pie para el cálculo de la constante de gravitación.
Este valor sería demasiado grande, ya que el vacío de la materia viene a ocupar un 99,999 %.
Aplicando tal porcentaje, la proporción consecuente de materia nos abocará a una superficie real de "choque" para los elementos-fuerza del vacío igual a:
El por qué serían 11 los decimales , puede que tenga que ver con las 11 dimensiones. Lo interesante es que este valor se da como cierto en la obtención experimental de G.
Su valor por tanto:
La superficie efectiva primaria o unidad es la de G, pues esta constante significaría por igual la fuerza que la superficie, elementales, es decir la presión oscura efectiva sobre la mórula.
El valor de G fue calculado, y se calcula, para la macro materia. Según nosotros para masas compuestas donde pueda darse la acreción según agrupaciones fermiónicas de volumen curvo-esférico. Para las ondas libres, no ya las ondas-partícula que también conforman las masas, habría que plantearse cuál será el efecto gravitatorio.
El número de masas cuánticas para lo macro es inmensa comparada con la de un elemento micro. Algo así como 1 comparado como 10 n. Y n suele ser desde muy grande a desmesurado. Si el gravitón viene a ser comparable en masa a una partícula de masa 10-70 ha de actuar según choque elástico de uno a uno de igual o casi igual dimensión. Nada que ver con las innumerables masas de 10 -70 de que se compone una masa normal, la que obedece a la ley de Newton y la constante G = 6 67 7384 · 10-11.
La gravedad cuántica planteará problemas en cuanto a la definición de sus masas y su dimensionado, y por tanto en cuál será la G adecuada. Es lo que nos proponemos resolver para la gravedad entre dos fotones y de un fotón frente a una masa macro. Antes de eso proponemos una relación entre gravedad, como presión de los elementos libres sobre un masa macro-micro como es el protón y la fuerza fuerte.
Tengamos dos masas, M y m.
Si m y M representan la cantidad de unidades de masa y G es la unidad de fuerza gravitatoria (Sobre mórula de acreción), la superficie efectiva para la presión oscura sobre la masa:
La presión grávica sobre m, de masa más pequeña que M, con respecto a M será mayor que la que afecta a M, que es más grande que m, con respecto m. Sin embargo la densidad oscura válida para la gravitación en torno a una masa es mayor cuanto más grande sea dicha masa.
En el solapamiento oscuro de las masas (Mayor densidad) la presión oscura es menor que en las partes opuestas sin solapamiento. Las partículas oscuras son menos libres cuanto mayor sea la densidad de ellas de que formen parte.
Allá donde d² sea igual a M, o a m, la presión será 1. Suponiendo la no influencia de otras masas.
A una distancia infinita no habría presión. Algo tan indeterminado como el límite de la inmensidad.
A una distancia cero, que corresponde con el centro de la masa, la presión sería infinita. Ello podría interpretarse como la máxima posible, o más bien, como la característica última del infinito profundo, el punto infinitesimal sin límite en la pequeñez.
La ausencia de masa, 0/d², significaría la ausencia de presión sobre algo inexistente, pero no la inexistencia de materia oscura, como es lógico. La presión seguirá existiendo entre los propios elementos oscuros. Eso sí, sólo se hará expresa para nosotros si la materia normal está presente. La verdad de Perogrullo.
Concluimos, que toda masa es arrastrada gravitacionalmente y de forma relativa hacia la masa mayor. Es decir, la presión actúa de las zonas oscuras menos densas hacia las más densas. Lo que explica que a más masa más inercia.
Así, podemos obtener una presión oscura relativa a un lugar sin más datos que una masa y la distancia desde ella al sitio de que se trate. Se puede pensar que también hubiera de tenerse en cuenta el influjo gravitatorio de otras masas. Sin embargo dicho influjo ya está presente en la yuxtaposición de los campos oscuros de las masas. Sólo sería precisa una corrección de los incrementos o deformaciones de masas debidos a tales influencias gravitacionales "extras".
Para el caso que nos ocupa, el de unas pocas partículas pertenecientes a una masa, este hecho es despreciable, pues la partícula también sufriría las variaciones.
Se sobreentienden valores medios para velocidad y densidad.
Para la presión oscura en el interior de una masa, M / d², el valor de d será el del radio correspondiente al punto considerado desde el centro de la masa, y la masa, la de la esfera interior con dicho radio.
La presión oscura quedaría como:
Para simplificar, supongamos a nuestro protón en la superficie terrestre (Z= 0). Frente R, rp sería insignificante.
La cantidad resultante, con factor 1039, coincide con la apreciación relativa para la fuerza fuerte. Las unidades de P son en pascal que para la superficie unitaria equivale a F, en Newton. Si la fuerza fuerte es la mayor que existe, puede equipararse con la presión oscura del vacío. La fuerza fuerte sería mantenida en equilibrio con la presión oscura del vacío.
Sin embargo esta presión de vacío no podrá considerarse absoluta sino relativa a las fuerzas fundamentales, en la medida que nosotros podemos apreciar, ¿pues hasta dónde llega la profundidad del vacío? Eso sí, cualquiera que sea, será relativo a cualquier otro. El que nos interesa, será, el que cumple con nuestra materia normal, sin afinamientos más profundos (O más elevados), pues nosotros no somos seres del vacío.
En cuanto a al término ? g z, la z viene referida a la altura o distancia según el radio de la órbita quark, o sea, según el radio del protón. Se supone que la atracción grávica mínima viene procurada por la masa central.
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