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La importancia de la fibra dietética en la nutrición del adulto mayor


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Metodología
  4. Resultados y discusión
  5. Conclusiones
  6. Referencias bibliográficas

Resumen

Antecedentes: La fibra dietética es un componente imprescindible en la dieta del adulto mayor para elevar la calidad de vida. Objetivo: revisar y actualizar la información científica que puede avalar el uso preventivo de la fibra dietética de enfermedades no trasmisibles en el adulto mayor. Métodos: se emplearon las palabras claves fibra dietética, fitoquímicos, carotenoides, beta-carotenos, longevidad flavonoides, cáncer, prevención, dieta, para realizar una revisión en las bases de datos disponibles (PubMed, COCHRANE, ESBCO, SCIELO, LILACS, CUMED, MEDNAT, RECU). A partir de los resultados, se buscaron los artículos originales y se analizó la información para relacionar cada uso en la dieta con las investigaciones científicas que pudieran validar su acción preventiva y nutricional.Resultados: A partir de la revisión bibliográfica efectuada en mayo del 2013 se encontraron un total de 75 referencias en las bases consultadas que avalaron las actividades preventivas relacionadas con el cáncer y la obesidad aunque son insuficientes los ensayos preclínicos in vivo en adultos mayores. Conclusiones: Las dietas recomendadas en el adulto mayor para disminuir enfermedades no trasmisibles y elevar la calidad de vida son las que incluyen una alta proporción de alimentos de origen vegetal, entre los que destacan las legumbres, vegetales y frutas como vía de prevención del cáncer. Ellos comparten en su composición una serie de compuestos naturales como los fotoquímicos que se complementan y unen para ayudar al desarrollo de una vida sana. Se deberán incrementar los estudios preclínicos in vivo para validar los resultados.

Palabras Clave:: fibra dietética, fitoquímicos, carotenoides, longevidad, flavonoides, cancer, prevención

ABSTRACT

Background: the dietary fiber is an essential component in the diet of the adult principal to raise the life quality. I confer an objective aspect to : checking and updating the scientific information that can vouch for the preventive use of the dietary illnesses fiber no transmissible in the adult principal. methods: dietary fiber, fitoquímicoses, carotenoideses, beta used the key words themselves – carotenes, longevity flavonoideses, cancer, prevention, diet, to accomplish a revision in the available data bases ( PubMed, COCHRANE, ESBCO, SCIELO, lilacs, CUMED, MEDNAT, RECU ). Starting from the aftermaths, they looked for the original goods and the information to relate each use in the diet with the scientific investigations analyzed that they may validate his preventive action and nutricional.Results: It were found a 89 references total in the bases consulted that they bailed starting from the bibliographic revision once was made in the 2013 .May the preventive activities related to the cancer and the obesity although they are insufficient the essays preclinicians alive in in adult elders. Conclusions: the recommended diets in the adult principal to decrease illnesses no transmissible and lifting the one that include a high alimonies proportion of vegetable origin, among the one that the vegetables, plants and fruits as spare manner of the cancer emphasize are the life quality. They share in his composition repaired natives" series as the photochemical that they complement him and join to help to a healthy life's development.

Key words: dietary fiber, photochemical, longevity

Introducción

Una alimentación balanceada en el adulto mayor permite que el organismo cubra sus necesidades biológicas básicas y previene o reduce el riesgo de padecer ciertas enfermedades a corto y largo plazo.

Vivir compartiendo estilos de vida más sanos en los que se incluyan buenos hábitos alimentarios, ejercicios físicos y otras acciones para evitar la contaminación ambiental, constituyen la clave para evitar el cáncer entre otras enfermedades no trasmisibles.

El efecto que puede ejercer la dieta sobre la salud y en particular sobre el cáncer es un aspecto que se viene estudiando desde décadas recientes, ya hoy confirmado. [1], [2]

En el hombre los hábitos alimentarios están relacionados con la diversidad de culturas, identidad de cada pueblo, estructuras sociales, religiosas, preceptos y tradiciones, elaboradas a lo largo de la historia. Las diferentes culturas han mostrado testimonios de alimentos que se aprecian cual un factor de riesgo para el cáncer, y cómo el bajo consumo o ausencia de otros garantizan de forma general una dieta sana y equilibrada para prevenirlo.

Costumbres alimentarías de pueblos como el japonés o de algunas comunidades africanas con baja incidencia de cáncer de colon se relacionó con el bajo consumo de carnes rojas y el alto de fibras; sin embargo, en el caso de mujeres japonesas que partieron hacia otros países y abandonaron su alimentación tradicional, existía una mayor probabilidad de padecer cáncer de mama. [3], [4]

Los resultados de estudios con poblaciones vegetarianas de diferentes latitudes durante veinte años expusieron un menor riesgo para padecer cáncer, y poblaciones de mujeres vegetarianas que se trasladaron desde Asia o África oriental a Inglaterra, pero que mantuvieron su dieta tradicional con verduras y legumbres, presentaron menor riesgo de cáncer de colon, al compararlas con aquellas procedentes de las mismas zonas, pero que adoptaron la dieta occidental.

Otros datos que han ayudado a confirmar el papel de la dieta en la incidencia del cáncer han sido las observaciones realizadas en la población residente en Creta, al sur de Grecia, y en la parte meridional de Italia. En ellas habría una esperanza de vida entre las más altas del mundo, a pesar de sus limitaciones en los servicios médicos.

El llamado Estudio de los Siete Países realizado en la década del sesenta puso de manifiesto el papel del estilo de vida, el entorno y fundamentalmente la dieta en la salud de estas poblaciones. Por este estudio la dieta mediterránea se ha impuesto como patrón dietético, basada en frutas, verduras y cereales integrales como elementos protectores contra enfermedades crónicas no transmisibles, dentro de las cuales se encuentra el cáncer. Aunque la dieta mediterránea tiene alimentos propios de su entorno —el olivo, la uva y el trigo como sus representantes más significativos— ofrece los productos clave que pueden encontrarse en otras fuentes, pero que indican lo que no debe faltar en una alimentación equilibrada, agradable, sana y con elementos protectores para evitar la enfermedad. [5]

Un desequilibrio en la cantidad y calidad de los alimentos que forman parte de la dieta diaria conlleva a trastornos metabólicos como la obesidad, muy relacionada con enfermedades cardiovasculares, y en particular con el cáncer; pero importa saber que la obesidad se cultiva desde la niñez.

Si en edades tempranas no se consume una dieta variada, equilibrada y en cantidades suficientes para que aporte los nutrientes necesarios en el crecimiento y desarrollo, estaremos fomentando que el niño crezca con tendencia a ser un adulto obeso; sin embargo, nunca es tarde para adoptar nuevos estilos de vida. Aun en la etapa adulta se puede comenzar con patrones dietéticos sanos que nos protejan del cáncer.

El presente trabajo posee como objetivo realizar un estudio de revisión y actualizar la información científica que puede avalar el uso preventivo de enfermedades no trasmisibles en el adulto mayor.

Se empleo como Método indagativo: se emplearon las palabras claves fibra dietética, fotoquímicos, carotenoides, beta-carotenos, longevidad flavonoides, cáncer, prevención, dieta para realizar una revisión en las bases de datos disponibles (PubMed, COCHRANE, ESBCO, SCIELO, LILACS, CUMED, MEDNAT, RECU). A partir de los resultados, se buscaron los artículos originales y se analizó la información para relacionar cada uso en la dieta con las investigaciones científicas que pudieran validar su acción preventiva y nutricional.

La dieta del adulto mayor tiene que aportar otros factores no nutrientes, contenidos fundamentalmente en alimentos de origen vegetal, como protección al estrés oxidativo y la carcinogénesis.

Además de la fibra, los alimentos naturales como frutas, vegetales y legumbres, han sido descritos como agentes protectores para la salud, y en particular contra el cáncer. La ingestión de frutas y vegetales ayuda a un buen suministro de fibra, vitaminas como la C, caroteno, en particular los beta-carotenos, así como otras sustancias llamadas fitoquímicas.

Por otra parte, el consumo de fibras y grasa de origen vegetal son importantes para lograr un equilibrio de nutrientes sanos que garanticen la prevención de enfermedades como el cáncer y la ateroesclerosis de alta incidencia en la población cubana de la tercera edad.

Metodología

La fibra dietética tiene como función arrastrar una parte de las sales biliares que se sintetizan en el hígado a partir del colesterol. Ellas son excretadas a través de las heces en lugar de ser reabsorbidas, y con eso se hace necesario utilizar más colesterol para la síntesis de nuevas sales biliares. La asociación de la fibra con esas sales evita que ellas se encuentren en solución libre, y disminuya su efecto sobre la pared intestinal, que favorece el desarrollo de tumores.

La fibra también ejerce otros efectos relevantes en la reducción del riesgo de cáncer. En toda dieta existen compuestos potencialmente carcinogénicos, que al mezclarse con la fibra, no pueden reabsorberse en el organismo, y por tanto no producen efectos adversos sobre las células intestinales. Además, las bacterias del intestino fermentan una parte de la fibra dietética y de los productos de este metabolismo bacteriano, y realizan una acción antiproliferativa, por lo que ofrecen mayor protección frente al desarrollo del cáncer de colon. [6], [7]

Es importante tener en cuenta que la fibra se encuentra en los productos naturales en dos formas: soluble e insoluble. Las fibras solubles atraen agua, de ahí que durante la digestión retrasen la absorción de nutrientes en el estómago e intestino. Este tipo de fibra aparece en las legumbres como frijoles, lentejas, garbanzos, en hojuelas de cebada, semillas y frutos secos, así como en algunas frutas y vegetales. La fibra insoluble se halla en el trigo, vegetales y granos enteros, y es la encargada de acelerar el paso de los alimentos por el estómago y los intestinos.

En los últimos años ha cobrado importancia el consumo de alimentos integrales: el salvado de trigo y otros productos, vegetales como la espinaca, cebolla, berro y frutos secos, así como ingerir las cáscaras de frutas en las que sea posible, como fuente de fibra en nuestra alimentación. La fibra garantiza además el suministro de carbohidratos de digestión lenta que mantienen las reservas necesarias de energía para el organismo.

En Cuba existe un alto consumo de dietas hipercalóricas ricas en grasas y carbohidratos a pesar de que es bien reconocido que la grasa animal tiene efectos nocivos contra la salud, y en particular en los procesos cancerosos. Ellas incrementan la producción de ácidos biliares que se excretan de la vesícula biliar al tracto gastrointestinal, se mezclan con las heces y viajan al colon, donde pueden convertirse en carcinógenos o cocarcinógenos; sin embargo, las grasas vegetales, y en particular las insaturadas, son recomendadas en la dieta como agentes protectores.

Dentro de las grasas poliinsaturadas se encuentran los ácidos grasos omega 3, reconocidos protectores de la salud. Son ácidos grasos esenciales que no pueden ser sintetizados por el organismo y deben ser recibidos con la alimentación. Son considerados agentes protectores contra el cáncer de mama, ovario, útero y próstata.

Los ácidos grasos de origen vegetal son, en general, ricos en grasas insaturadas, y se consideran imprescindibles para garantizar el correcto funcionamiento del organismo y como eficientes agentes contra el cáncer. Se hallan en los aceites de soya, oliva, maíz y girasol, los frutos secos como semillas de oleaginosas, y los peces de agua fría conocidos como pescados azules, dentro de los cuales están el jurel, la sardina, el arenque y el atún.

Por su importancia, actualmente se fabrican alimentos enriquecidos con ácidos grasos omega 3 en los países del primer mundo como Francia, Estados Unidos y Alemania.

Los alimentos de origen natural como frutas, vegetales, legumbres y hortalizas aportan a la dieta del adulto mayor y la población en general agua, vitaminas, minerales, y evitan un exceso de grasas y proteínas. Han sido asociadas dietas pobres en frutas y verduras con cáncer de pulmón, laringe, esófago, estómago, colon, recto y páncreas. Estos alimentos son fuentes de antioxidantes naturales. Es por ello que en el mundo se ha investigado el papel de estos antioxidantes dentro de enfermedades de máximo impacto como el cáncer. [9]

El papel de los antioxidantes es capturar y neutralizar las sustancias que son capaces de deteriorar macromoléculas de las células por medio de la oxidación. Los estudios sobre antioxidantes naturales se centran en vitaminas como la E, C, carotenoides, oligoelementos como el selenio y el zinc, y además los fotoquímicos. [10]

Con el aumento del consumo de alimentos refinados y fáciles de comer, el hombre se ha privado de la protección que nos ofrecía la naturaleza, y a la que estaban adaptados nuestros genes por herencia histórica. La ciencia ha comprobado que la dieta hipercalórica y pobre en fotoquímicos y fibra está directamente relacionada con la mayoría de los casos de cáncer y otras enfermedades. Los adultos mayores le dan alta importancia a los productos naturales para la dieta y muestra de ello son los platos típicos cubanos basados en las frutas de estación como el casquito de guayaba y el dulce de fruta bomba.

Actualmente cientos de fotoquímicos son reconocidos con impactos positivos en la salud humana. Ellos son los responsables de los colores vivos y brillantes de las frutas y verduras, y de su sabor. Entre los fitoquímicos podemos encontrar polifenoles como los lignanos, taninos y flavonoides, además de isotiocianatos y antocianos.

Los flavonoides son pigmentos que les confieren el color amarillo a frutas y verduras. Se hallan en las partes más jóvenes y expuestas al sol, pues la luz solar favorece su síntesis. Tienen un efecto protector a través de la reacción con numerosas enzimas del organismo. Algunas afectan la actividad de sustancias cancerígenas y facilitan de esta forma su eliminación, y además impiden el crecimiento de células tumorales.

Se deberá garantizar en la tercera edad, donde los procesos de recambio celular están deprimidos y existe un incremento de estrés oxidativo, una dieta rica flavonoides como la soya, verduras de hojas verdes como la espinaca, lechuga y col, entre otras.

El consumo de frutas maduras, sobre todo los cítricos, son abundantes en estos fitoprotectores concentrados en su cáscara. Las uvas y sus subproductos como el vino tinto son ricos en fitoquímicos como los antocianos, responsables de su característico color rojo-violáceo.

Los vegetales de la familia crucífera poseen flavonoides, vitamina C, mineral y fitoestrógenos, estos últimos asociados con los llamados cánceres hormona-dependientes. La palabra crucífera se aplica a una familia de vegetales que florecen en forma de cruz. Algunas especies son ornamentales, pero para nuestra buena suerte muchos son comestibles. Desde la pasada década del setenta aparecieron los primeros estudios que apoyaban los beneficios anticancerígenos de las crucíferas, pero en la actualidad son ubicadas en lugar privilegiado de la dieta.

Estos vegetales tienen efectos protectores adicionales al ser ricos en fibras, de ahí que ayuden a evitar la constipación y la irritación de la pared intestinal. Son miembros de esta familia de crucíferas la col y sus parientes como la coliflor, nabos y col de Bruselas, y se reconocen dentro de los alimentos que más nos protegen contra el cáncer. Las causas para esta afirmación están basadas en que se les responsabiliza por la eliminación de estrógenos, factores desencadenantes del cáncer de mama, pulmón, ovario, estómago y colon. [11]

El ajo, la cebolla y otros miembros del género Allium son ricos en sulfuros y otras sustancias protectoras.

Los terpenos, contenidos en muchos condimentos y responsables de su sabor, son útiles agentes químicos preventivos del cáncer. Una dieta que contemple condimentos naturales proporcionará una variedad de sustancias que promueven la salud y protegen contra las enfermedades crónicas.

El cacao se considera un alimento rico en fitoquímicos antioxidantes, con efecto protector, y el té verde lo es en flavonoides, capaces de fortalecer las defensas inmunológicas del organismo para enfrentar enfermedades crónicas.

Resulta por tanto evidente que una comida multicolor de alimentos naturales debe formar parte de una dieta sana y equilibrada.

La salud hormonal es la clave contra el cáncer de mama, ovario, útero, próstata y testículo. Las mujeres son más afectadas por el cáncer del sistema reproductor que los hombres. Se ha reconocido que el correcto funcionamiento hormonal podría terminar con 95% de todos ellos.

Los fitoestrógenos son fitoquímicos con estructura similar a la de los estrógenos. En las plantas tienen papel antioxidante, mientras que en animales y humanos se cree que funcionan como antagonistas y sustitutos de los estrógenos. Por ello son considerados como estrógenos benignos y protectores.

Estas sustancias vegetales activas que reproducen en el organismo características propias de las hormonas, inhiben además la proliferación de células cancerígenas ya existentes.

Los fitoestrógenos más estudiados están en grandes cantidades en alimentos como el trigo, frutas, leguminosas y verduras. Se considera que las lentejas, garbanzos y frijoles en general, son una buena fuente de fitoestrógenos.

El consumo de productos derivados de soya como el yogur, leche y queso puede ser un factor protector para el cáncer, así como para impedir su desarrollo y garantizar una longevidad segura.

Las frutas, vegetales y hortalizas son fuente de sustancias como los carotenoides, compuestos con excelentes propiedades antioxidantes. La mayoría de ellos se transforman en vitamina A dentro del organismo. El más estudiado es el beta-caroteno, aunque otros como el licopeno y la luteína brindan una protección similar o superior para la salud. Se recomienda el uso de los carotenoides para un mejor funcionamiento, junto con los fitoquímicos y las vitaminas. Aparecen en alimentos como la zanahoria, la calabaza, la papa, el tomate y otras frutas, y verduras de hojas verdes, amarillas, naranjas y rojas como las espinacas, el bróculi, el mango, la fruta bomba y el melón. Los beta-carotenos o provitamina A se han relacionado con la disminución del riesgo de padecer cáncer de pulmón. [11]

El tomate es una maravillosa fuente de protección al organismo. Contiene cientos de compuestos fitoquímicos distintos, algunos de los cuales le proporcionan sus características organolépticas de olor, textura y sabor. Es una fuente de licopeno, sustancia con poderosa acción anticancerosa. Se ha reconocido su papel en la disminución del riesgo de padecer cáncer de próstata.

Es constituyente del tomate, además, la luteína, que de todos los carotenos es la más reconocida fuente de prevención contra el cáncer, fundamentalmente de colon. Son fuente de luteína la espinaca, la lechuga y la naranja.

Resultados y discusión

A partir de la revisión bibliográfica efectuada en mayo del 2013 se encontraron un total de 89 referencias en las bases consultadas que avalaron las actividades preventivas relacionadas con el cáncer y la obesidad aunque son insuficientes los ensayos preclínicos en adultos mayores donde se incorporen a la dieta el uso de la fibra dietética para prevenir enfermedades no transmisibles.

Conclusiones

Las dietas recomendadas en el adulto mayor para disminuir enfermedades no trasmisibles y elevar la calidad de vida son las que incluyen una alta proporción de alimentos de origen vegetal, entre los que destacan las legumbres, vegetales y frutas como vía de prevención del cáncer. Ellos comparten en su composición una serie de compuestos naturales como los fotoquímicos que se complementan y unen para ayudar al desarrollo de una vida sana.

AGRADECIMIENTOS

Agradecimiento a la Cátedra de Medicina Natural y Tradicional de la Filial de Ciencias Medicas de Morón y a los alumnos ayudantes que colaboraron en el proyecto.

Referencias bibliográficas

  • 1 American Association of Cereal Chemists Report.Dietary Fiber Definition Committee.2001.The definition of dietary fiber.Cereal Food World 46(3):112-126.

  • 2 Brooks S, Kearns P. Nutrición enteral y parental. En: Ekhard E, Ziegler EE, Filer LJ. Conocimientos actuales sobre nutrición. 7ma Ed. Washington DC: OPS/OMS ILSI Press; 1997. p. 567-576.

  • 3 Montemerlo H. identificación del paciente en riesgo nutricional. En: Montemerlo H, Menéndez AM, Slobdianik NH editores. Nutrición enteral y parental. Buenos Aires Argentina Abbott Laboratorios: 1999.p.77-86

  • 4 Van Eys J. Beneficts of nutritional inter-vention on nutritional status, quality of live and survival. Int J Cancer Suppl; 1998; 11:66-8.

  • 5 Cox J. Nutrition. En: Siberry G, Iannone R. Handbook. 15th Ed. The Johns Hopkins Hospital. St Louis Mosby-Year Book 2,000.p. 481-518.

  • 6 Hambidge KM, Kreebs NF: Nutrition and feeding. En: Merenstein G.B. Kaplan D.W. Rosembreg A: Handbook of Pediatric 18th ed. New York Lange 1997.p. 50-85.

  • 7 Karp G. Cell and Molecular Biology. Concepts and Experiments. 3 edición. John Wiley and   Sons, New York 2002: 671-702.

  • 8 Alberts B, Bray D, Johnson A, Lewis J, Raff M, Roberts K, Walter P. Essential Cell Biology. An Introduction to the Molecular Biology of the Cell. Garland Publishing, New York 1998: 571-591.

  • 9 Hearsley LE, Han SY. JNK regulation of oncogenesis. Mol Cells 2006; 21 (2): 167-173.

  • 10 Zhang S, Tsai S, Lo SC. Alteration of gene expression profiles during mycoplasma-induced malignant cell transformation. BMC Cancer 2006; 6 (1): 116.

  • 11 Bekaert S. Telomere length: the biological clock reviewed. BioTech International 2005; 17 (5): 8-10.

 

 

Autor:

Anabel Cepero Rodríguez 1,

Dewar Torrecilla Silverio 2

 1. Filial de Ciencias Médicas de Morón.Ciego de Ávila.Cuba. .

2. Hospital Provincial Roberto Rodríguez. Morón. Cuba.

Facultad de Tecnología de la Salud | Revista Cubana de Tecnología de la Salud

| ISSN: 2218-6719 RNPS: 2252

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