Descargar

Guatemala: Reforma a la ley del divorcio


  1. Introducción
  2. Marco teórico
  3. Conclusiones
  4. Recomendaciones
  5. Bibliografía

Introducción

El matrimonio y por lo tanto la familia es el centro sagrado de la mayoría o de todas las sociedades. En el contexto latinoamericano y muy especialmente en Guatemala, la familia es más que un nido hasta los 18 años. Es el lugar donde se comparte todo, por lo tanto la unión que han tenido los padres es sagrada y respetada por todos. Esto se incrementa ante las leyes de Dios dentro de la iglesia evangélica, independientemente de su denominación. Sería un problema que los matrimonios ya formados tuvieran que llegar hasta el límite del divorcio. La iglesia no está preparada y necesita estarlo, con mayor razón por el decreto aprobado en agosto pasado por el Congreso de la República. En el presente escrito se partirá de este decreto para evaluar causas y consecuencias del divorcio. Llegando a conclusiones puntuales y recomendaciones para la iglesia evangélica contemporánea, en ayuda a su pastoral a personas en vías de o divorciadas.

El ministerio de predicación y consejería en mi iglesia puede mejorar su aporte al tema del divorcio, desde la prevención, la atención en el proceso de divorcio y la pastoral después de un divorcio. En base al decreto 27-2010 promulgada por el congreso de la República.

Marco teórico

Definición:

El artículo resume lo que el decreto de ley expresa, que ahora no es necesario que los dos cónyuges estén de acuerdo para solicitar el divorcio. Es más rápido en su ejecución y los efectos legales también, así:

En el decreto se eliminan las sanciones que en el Código Penal se establecen para las mujeres que después de divorciarse no esperan un año para contraer matrimonio. De León comentó: "Un hombre puede contraer matrimonio un día después de su divorcio; sin embargo, las mujeres debían esperar un año para rehacer su vida"[1]

El artículo presenta la facilidad con que las personas podrán disolver la unión sagrada del matrimonio. Además, las consecuencias sociales debido a la prontitud con las parejas pueden conseguir otro/otra, según el caso.

Para conocer el verdadero sentido del divorcio es necesario entender primero qué significa el Matrimonio, ante Dios y ante la ley. Esa unión sublime y sagrada que tiene vivas a las mayorías de las sociedades, dando origen a las familias, por lo tanto se recurre a la exposición de Stanley J. Grenz:

La unión voluntaria de un hombre y una mujer en un lazo social y sexual con respecto al cual tienen la intención de que duren toda la vida, y que se debe caracterizar por la fidelidad, la confianza, el amor y la entrega. El matrimonio ha funcionado tradicionalmente como el contexto primario para la procreación y crianza de los hijos, también con el fin de proporcionarles lo necesario para su bienestar[2]

El autor ha definido de manera certera, la intención de dos personas para procrear juntos a sus hijos. Dentro de los márgenes bíblicos, se espera que sean el medio para que conozcan a Dios y por lo tanto den evidencia de una auténtica vida cristiana.

Por lo tanto el divorcio será: "La eliminación legal de la relación matrimonial, que al menos en la mayoría de las sociedades actuales incluye el derecho a volverse a casar con otra persona"[3] Por lo que los exégetas no se terminan de poner de acuerdo si será en todo caso legal el divorcio o no. Por lo que han recurrido a textos bíblicos para apoyar la disolución legal del matrimonio.

Causas

La mayoría de profesionales señalan que las causas del matrimonio en la actualidad son diversas, depende de qué tan abiertas sean las leyes del país, así serán múltiples las causas del divorcio. No precisamente van acorde a la Biblia las causas por las que se divorcian, actualmente son cuestiones de gustos, caprichos y mal entendimiento de lo que en realidad significa el matrimonio. Juan Boonstra lo critica de la siguiente manera, al hablar que el divorcio actualmente tiene razones sin sentido para ejecutarse, dejando sentado que han olvidado el sentido del verdadero matrimonio:

El matrimonio es vitalicio – hasta que la muerte intervenga. No pude destruirse por esas tontas razones que a veces aducen: que los esposos no se llevan bien, que no se entienden, que se insultan con frecuencia, que han encontrado otro amor, que les impide avanzar socialmente, que no andan bien con los parientes y otras trivialidades de la vida diaria.[4]

El autor escribe lo anterior dejando claro que el matrimonio no debería romperse a menos que sea por razones bíblicas. Hace una comparación de la cultura actual con la cultura del tiempo del Antiguo Testamento.

En una encuesta realizada por el periódico "Nuestro Diario" refleja que la mayoría de personas coinciden que la problemática en el matrimonio antes del divorcio es la comunicación. Porque se les preguntó ¿Qué aconseja para evitar el divorcio?, las respuestas en lista fueron las siguientes: "El respeto, no discutir, dialogar, llevarse bien, sinceridad, ser honesto, confianza, comunicarse"[5] La comunicación y la confianza emergen como principales causas de la ruptura matrimonial.

Referencias bíblicas

Ante esto las personas recurren a textos citados en ambos Testamentos de la Biblia, compete analizar de mejor manera las ordenanzas dadas por Jesús y por Pablo en el Nuevo Testamento, porque sintetizan lo que el Antiguo Testamento decía y lo transforman para la sociedad en la que viven y la iglesia local a la que aplica. En este análisis, será necesario atender lo que Esly Carvalho resume de la ley mosaica y su implicación para los israelitas antes de Cristo:

En verdad, el divorcio que Moisés estableció apuntaba a proteger a la mujer. Al hombre que quería abandonar a su mujer le exigía que diera a la mujer repudiada una carta (escrita) de divorcio, para que ella pudiera eventualmente volverse a casar sin ser considerada adúltera[6]

Entonces, la necesidad nace para proteger a la parte dañada o que podría presentar deficiencia en un futuro. El motivo era el contexto de predominio varonil en la forma de pensar y en las relaciones en la sociedad. Véanse los textos siguientes:

  • 1. Mateo 5:32: "Pero yo os digo que todo el que repudia a su mujer, a no ser por causa de infidelidad, la hace cometer adulterio; y cualquiera que se casa con una mujer repudiada, comete adulterio"[7] Jesús está hablando en el Sermón del Monte del adulterio. En esa línea del pensamiento saca a relucir el tema del repudio, en este punto no para enfatizarlo, sino para darle prioridad y el verdadero lugar al matrimonio. Como se ha citado anteriormente, las razones eran nefastas para dar carta de divorcio de un hombre a una mujer. Pero Jesús coloca como principal y única razón válida para este acto, el adulterio. Pero en este verso sólo se habla de repudiar, no precisamente de dar carta de divorcio. Sin embargo, Jesús ilustra el hecho que existe una razón válida para dejar en libertad a una mujer.

  • 2. Mateo 19:3-9 Donde Jesús da la correcta enseñanza de lo que significa en realidad estar divorciado y el proceso que debe seguirse. Valorando no el divorcio, sino la suprema unión del matrimonio en la mente de Dios. Lo observa bien Guy Duty, explicando lo siguiente:

En los versículos 4 – 6 Jesús fue más allá de la ley deuterocanónica… Jesús al volver la cuestión al momento originario les estaba enseñando que el fundamento del matrimonio estaba en el propósito del Creador de que el hombre y su mujer se considerasen una sola carne.[8]

Lo único que irrumpe este vínculo sagrado será la infidelidad de parte de la esposa (cuestión cultural), para poder dar carta de despido o divorcio legal. En esto mismo Guy, concluye: "El propósito original del matrimonio entre hombre y mujer sigue en vigor, excepto cuando media fornicación… Se considera dureza de corazón que un judío se divorciase de su mujer, salvo cuando había fornicación de por medio"[9]

  • 3. Algunos autores han tratado de involucrar Romanos 7:1-4, sin embargo, no está hablando del divorcio como acto legal de dos personas vivas. Por lo tanto, en el presente no se le dará estudio, se cita sólo por motivos de referencia. Otros asocian 1 Corintios 7, para implicar el divorcio; sin embargo, sucede lo mismo que en Romanos. Hablan de la muerte del cónyuge para estar en libertad de casarse.

Se analizado bíblicamente el tema del divorcio teniendo como única causa de legalidad la infidelidad. Pero en el contexto en que la iglesia local funciona las razones varían, probablemente por haberse casado con un no cristiano, por tener diferentes metas o aspiraciones, por diferencias económicas o raciales que no se manejan adecuadamente. A esto es a lo que la iglesia debe responder, porque todos los resultados se hallan en su seno y no hace nada o hace poco por pastorearlos.

Consecuencias

Las consecuencias primarias son sufridas por los cónyuges y muchas veces por los silenciosos hijos. Como postura en esta investigación, se consideran a los hijos como los más afectados. Los especialistas afirman:

"De seguro mis papis se pelearon por mi culpa, porque me porté muy mal o no saqué buenas notas"… Este sentimiento es real y puede llegar a ser muy conflictivo para ellos. Ante una separación, los niños abrigan la idea de que hicieron algo muy malo que enojó a sus padres y los condujo a separarse.[10]

Los hijos, independientemente de la edad, retienen el sentimiento de culpa o de más dolor, porque son los que ven en tercera persona cómo se separa lo que una vez fue su hogar. Según el mismo artículo es más difícil en adolescentes, porque tienen consciencia de las magnitudes de lo que esto ocasiona. Constantemente tienen reacciones naturales como reacción a lo sucedido: "… Suelen sentirse amenazados; son conscientes que no tienen algo y su reacción conlleva a un sentimiento de abandono, ansiedad, angustia, depresión, sentimiento de amenaza, temor búsqueda de apoyo y necesidad de afecto"[11] dependiendo del carácter del niño y de su forma de expresar lo que siente.

Otros especialistas añaden reacciones más prácticas de los niños que sufren la ruptura del matrimonio de sus padres, dando comprensión a este tipo de expresiones en base a lo que se vive en el hogar, al hablar de su reacción en sentimientos, dicen: "…esto lo expresa de diversas maneras: bajas calificaciones, aislamiento, berrinches para hacerse notar, manipulaciones, trastornos de sueño, y apetito, depresión o agresividad"[12] Entrevista realizada a varios especialistas en psicología.

Otra revista de circulación libre dirigida a los jóvenes, da una explicación lógica y práctica de lo que debe hacerse en caso de que los padres estén en el proceso de divorcio:

Por dura que sea una situación, pensá que todo es temporal: llegará la paz y la tranquilidad después de la tormenta, tené una actitud positiva y no te dejés llevar por el sentimiento de culpa, evita tomar partido en discusiones y peleas… aunque suene egoísta, pensá que los problemas de adultos deben ser resueltos por ellos mismos. Lo mejor es que procurés concentrarte en los tuyos, pues tu vida continúa, respetá sus decisiones, busca ayuda profesional y comentá lo que sentís-[13]

Son consejos que pueden dar salida y parte de ayuda a los jóvenes que están sufriendo un proceso de divorcio entre sus padres. Lo que no se comenta y se tiene como norma de vida, es que lamentablemente lo que los hijos observan en casa, a eso están condicionados para repetirlo. ¿Qué implicaciones puede tener esto dentro de una iglesia? Probablemente tenemos jóvenes o niños hiperactivos que se les critica y condena sin saber qué sucede realmente. Pueden tenerse personas en crisis y shock cuando se hable con ellos, puede haber abandono de cargos o ministerios, irresponsabilidad en otros casos.

Qué hacer

Cómo se vio en los resultados de una encuesta en 2004, lo principal era fortalecer la comunicación en la pareja. Para esto se pueden implementar charlas de parejas, ejercicios de comunicación entre ellos de manera preventiva en matrimonios formados.

Atender consejería antes de llegar a esta decisión, pero como líder el divorcio no es una salida a menos que sea un caso extremo de infidelidad o que hayan factores demasiados fuertes que obliguen a esto, el famoso pastor John F. MacArthur Jr, dice: "Yo nunca he aconsejado a persona o personas a divorciarse. Lo más que he llegado a hacer es a decir que es admisible. La respuesta a ese permiso tiene que ser únicamente entre ellos y Dios"[14] Que como persona experimentada no ve el divorcio como salida, pero sí debe hacerse algo para prevenirlo o pastorearlo.

Es necesario reforzar la predicación con temas y citas de personas que presenten consejos para fortalecer el matrimonio. Preparar estudios bíblicos a cerca de la familia, la comunicación, el matrimonio, la crianza de los hijos. En cuanto a los niños, expertos piden que se evite o No recomiendan:

Usarlos como "mediador" para mandarse mensajes, darles responsabilidades que no les corresponden (asumir el papel de padre ausente o cuidar de sus hermanos), decirle al niño que si reza mucho o si se porta bien sus papás van a regresar. Esto sólo lo desilusionaría y podría poner en peligro su fe[15]

Si los expertos clínicos lo recomiendan, cuánto más debería hacer la iglesia en proveer un clima de aceptación para ellos. Corregir por visitas y charlas algunas prácticas erradas estando ya divorciados. Incluso, puede formarse un grupo de apoyo a divorciados con personas casadas o matrimonios fuertes, para que se sienta en aceptación el padre o la madre divorciada. No tratar sólo de espiritualizar la situación, porque se le crearán falsas expectativas al niño y por lo tanto puede desviarse de la fe auténtica en Dios, no por culpa de Dios, sino por una irresponsabilidad de la iglesia que intenta minorizar el daño o taparlo con una oración.

Para el cónyuge divorciado, también hay algunas recomendaciones que han sido tomadas de forma intermitente de Jim Smoke: no trate de ser ambos padres para sus hijos, no obligue a sus hijos a desempeñar el papel del padre ausente, sea el padre que es, sea franco con sus hijos, no menosprecie a su ex cónyuge delante de sus hijos, no convierta a sus hijos en agentes secretos que informan sobre las actividades actuales del otro padre.[16]

En su tesis, José Luis Soto, expone ideas personales de lo que se debería hacer como pastor – anciano de una iglesia en caso de tener un hijo de padres divorciados: "Impartir un ciclo de estudios sobre pasajes[17]Brindar cursos sobre paternidad responsable a parejas jóvenes y prematrimoniales a parejas prontas a casarse. Estar dispuesto a dar consejería, orar por y conocer el problema"[18]

De esto se deriva un sinfín de detalles que se pueden implementar en la iglesia local, para mejorar el esfuerzo menor que actualmente están haciendo. Todo esto puede incrementarse en los próximos años o meses, debido a esta ley que, como muchos llaman, divorcios exprés, puede traer consigo. Es interesante notar que el proceso anterior no se ha derogado, el que lleva un año o más de proceso legal, que al mismo tiempo gasta más dinero. Qué persona deseará ese proceso, cuando se le ofrece uno más corto y con menos cantidad de recursos invertidos. Pero, al igual que el anterior, sigue dando los mismos resultados sociales, familiares y eclesiales, sólo que con mayor rapidez.

Conclusiones

El divorcio desde la perspectiva bíblica, únicamente es válido cuando exista un caso de infidelidad debidamente comprobado. En referencia bíblica, por parte de la esposa, pero como aplicación contextual, de parte de cualquiera de los cónyuges.

El divorcio ante las leyes puede darse por cualquier motivo que provoque no querer estar junto a su pareja en calidad de convivencia y procreación de una familia estable.

Los hijos son los más dañados en este proceso, son quienes sufren más la separación de sus padres y presentan más reacciones y sentimientos encontrados, siendo expuestos a tan grande realidad.

La iglesia local ha decaído o ha ayudado poco en su pastoral hacia las personas en trámite de divorcio o ya divorciadas, especialmente a los hijos. Optando por los procesos comunes que psicológicamente y emocionalmente no son los adecuados, perturbando de esta manera la fe y la superación del problema por parte del hijo.

La iglesia puede enderezar su rumbo en cuanto a la pastoral del divorcio, dependiendo de su contexto social, económico y legal.

Recomendaciones

No importa únicamente el efecto en una iglesia cualquier, es el daño fuerte que provoca a la sociedad y su crecimiento. Leyes como estas traen beneficios a la igualdad de género y otros derechos que las personas reclaman, pero ninguno de los implicados es consciente de lo que provoca en sus hijos y personas cercanas. Como iglesia, liderazgo, pastor o miembro, es necesario estar informado de los cambios en leyes que las autoridades del país realizan. Evaluando de qué forma afecta a la vida y desarrollo de la iglesia y de las familias de la iglesia. Debe informarse de los procesos que con este cambio deben seguirse para recurrir a un divorcio legal y todo lo que implica en temas legales.

Debe conocerse el contexto donde se ministra, en el sentido social; cómo ven las personas el divorcio, cómo lo acepta o rechaza la familia y la sociedad. Qué efectos de presión social pueden tener los hijos o el cónyuge separado. En el sentido económico, si las personas tienen acceso a los recursos para poder mantener a su familia o no. En el sentido ministerial, qué tan informados y cimentados en la Biblia están los involucrados en el proceso. Son arraigados a tradiciones o prácticas evangélicas que probablemente no sean científicamente del todo correctas.

Conocer también el contexto familiar, porque a veces la sociedad o comunidad es muy general. Las familias tienen prácticas singulares y forma de pensar un poco diferentes de las demás familias del lugar. Entonces, evaluar qué tanta apertura existe para el diálogo, la información profesional y la remisión de casos especiales a verdaderos profesionales en la materia.

Debe acceder a las recomendaciones e ideas que arriba se menciona, los consejos que los diferentes medios de comunicación masivos y literatura expresan. El consejo de personas experimentadas en la materia o de personas que estudian los resultados dependiendo del proceso que se haya seguido en las personas. Además el líder debe ser sabio para incluir estos temas en las charlas, predicaciones, reuniones y demás medios.

Elegir la mejor estrategia para prevenir los divorcios y al mismo tiempo poder dar mejor consejería a las personas que lo necesitan. Cada caso es diferente, por lo tanto, la estrategia para la superación del problema puede y debe variar.

Bibliografía

Boonstra, Juan S., Hogar y Familia en el siglo XX, Barcelona: Libros Clie, 1988.

Carvalho, Esly Regina, Cuando se rompe el vínculo, Buenos Aires: Ediciones Kairós, 2001.

Cojulún, Belka J., Los niños y el divorcio, artículo publicado en "El Periódico", Guatemala, martes 15 de febrero de 2005.

Duty, Guy, Divorcio y Nuevo Matrimonio, Puerto Rico: Editorial Betania, 1975.

Encuesta, sección: Caras y opiniones, Nuestro Diario, Guatemala, 12 de abril de 2004.

Grenz, Stanley J., y Jay T. Smith, Diccionario de Bolsillo de Ética. Miami: Editorial Unilit, 2008.

Ismatul, Oscar, Congreso facilita trámite de divorcio, 06 de agosto de 2010,

MacArthur Jr., Jonh F., Divorcio y Nuevo Matrimonio, Biblioteca de Estudios Teológicos, Santo Domingo: Editorial Bíblico Dominicano, 1968.

Pérez, Luis, El amargo adiós de mis padres. Artículo publicado en la Revista "Aula 2.0, No. 30" de Prensa Libre, Guatemala 30 de mayo de 2006.

Ruiz, Vivian, Víctimas del divorcio, Artículo publicado en Prensa Libre: Guatemala, miércoles 1 de marzo de 2002.

Smoke, Jim, Cómo crecer por el Divorcio, Gran Rapids: Editorial Portavoz, 1995.

Soto Sánchez, José Luis, El problema del niño de Padres Divorciados, tesis para maestría, Seminario Teológico Centroamericano, 1981.

 

 

Autor:

Nestor Abdiel Morales Palacios

[1] Oscar Ismatul, Congreso facilita tr?mite de divorcio, 06 de agosto de 2010,

[2] Stanley J. Grenz y Jay T. Smith, Diccionario de Bolsillo de ?tica, (Miami: Editorial Unilit, 2008): 108.

[3] Ibid., 42.

[4] Juan S. Boonstra, Hogar y Familia en el siglo XX, (Barcelona: Libros Clie, 1988): 268.

[5] Encuesta, secci?n: Caras y opiniones, Nuestro Diario, Guatemala, 12 de abril de 2004. En base a datos de la municipalidad capitalina que indican que hasta el 29 de febrero del a?o 2004 se hab?an registrado 182 divorcios, mientras que el a?o 2003 hubo mil 222 casos.

[6] Esly Regina Carvalho, Cuando se rompe el v?nculo, (Buenos Aires: Ediciones Kair?s, 2001): 72.

[7] Todos los textos b?blicos ser?n tomados de La Biblia de las Am?ricas, a menos que se indique por medio de nota al pie lo contrario.

[8] Guy Duty, Divorcio y Nuevo Matrimonio(Puerto Rico: Editorial Betania, 1975): 74.

[9] Ibid., 77-78.

[10] Vivian Ruiz, V?ctimas del divorcio, Art?culo publicado en Prensa Libre: Guatemala, mi?rcoles 1 de marzo de 2002: 37.

[11] Ibid.

[12] Belka J. Cojul?n, Los ni?os y el divorcio, art?culo publicado en ?El Peri?dico?, Guatemala, martes 15 de febrero de 2005: 31.

[13] Luis P?rez, El amargo adi?s de mis padres. Art?culo publicado en la Revista ?Aula 2.0, No. 30? de Prensa Libre, Guatemala 30 de mayo de 2006: 8-9.

[14] Jonh F. MacArthur Jr., Divorcio y Nuevo Matrimonio, Biblioteca de Estudios Teol?gicos, (Santo Domingo: Editorial B?blico Dominicano, 1968): 45.

[15] Cojul?n, Los ni?os y el divorcio: 31.

[16] Jim Smoke, C?mo crecer por el Divorcio, (Gran Rapids: Editorial Portavoz, 1995): 51-53.

[17] Deuteronomio 6:6-9, Proverbios 4:1; 22:6; Mateo 19:7 y siguientes; 1 Corintios 7; Efesios 5:22-6:9; Colosenses 3:18-21; 1 Timoteo 3:12-13; Tito 1:6-9.

[18] Jos? Luis Soto S?nchez, El problema del ni?o de Padres Divorciados, tesis para maestr?a, Seminario Teol?gico Centroamericano, 1981: 54-55.