- Base fisiológica y de formación del hábito motor
- Retroalimentación en el proceso de la preparación deportiva
- Metodología para el control del rendimiento
- Bibliografía
En el estudio de la retroalimentación un requisito de obligada referencia se precisa en el fundamento fisiológico de la formación de los hábitos motores y en su derivación, la activación de los enlaces temporales y sistema nervioso central, que interviene en las tres fases (generalización, concentración y estabilización) en que transcurre este proceso.
El hábito motor es consecuencia de la reiteración de los movimientos específicos reglamentados y se efectúa en respuesta a la influencia ejercida por los diferentes irritadores que actúan desde el exterior; generando a la vez fuentes de excitación dentro del propio organismo del deportista.
En la evolución deportiva de los voleibolistas se forman diferentes actos motores, los cuales luego de un proceso pedagógico de transformación continua en la que intervienen los principios, métodos de entrenamientos y de detección para la corrección de errores, se desarrollan hasta llegar a tener un alto nivel de coordinación.
A estos actos motores que se realizan para el cumplimiento de las diferentes tareas en el voleibol se le denominan hábitos motores, los cuales son sometidos a constantes correcciones. Como regla son actos motores voluntarios de carácter activo.
Con un enfoque fisiológico al referirse a la concepción del hábito motor Zaldivar, B. (1995: 35 y 36) puntualizó…"Es aceptado denominar hábito motor a la parte estructural del movimiento, a su técnica, o de otra forma, al dibujo, a la coordinación del trabajo y su correspondencia con la actividad de las funciones vegetativas, es decir, respiratorias, y de intercambio energético".
Para evaluar la calidad de un hábito motor se requiere de la interpretación del nivel de capacidad y simultaneidad en que se registra la intensidad del esfuerzo físico del voleibolista, durante la coordinación de las acciones motrices ejecutadas para el rendimiento competitivo.
En la ejecución de las acciones específicas del voleibol juega un papel fundamental la actividad del sistema nervioso central, la cual garantiza la coordinación del trabajo de grandes planos musculares que rigen los gestos deportivos.
El efecto de los ejercicios solo es posible percibirlo luego de un sistemático proceso de repeticiones, que permiten como resultado la asimilación de nuevos actos motores y el perfeccionamiento de los movimientos adquiridos por parte de los voleibolistas.
Bajo la influencia del proceso de la preparación deportiva es posible ejecutar un conjunto de ejercicios cada vez con un mayor nivel de complejidad, donde se evidencia la calidad en su precisión, coordinación y creación.
Palabras clave: retroalimentación.
Base fisiológica y de formación del hábito motor
Al nacer el hombre cuenta con un número muy limitados de movimientos de poca complejidad. Sin embargo la gran plasticidad del sistema nervioso central garantiza una gran capacidad para el aprendizaje de nuevas formas de movimientos, condicionados por las variaciones que se presentan en el medio donde se desarrolla el organismo. Esta capacidad de aprendizaje no es la misma para cada sujeto y puede variar en un mismo deportista de acuerdo a la actividad que éste desarrolla.
La base de los diferentes actos motores del hombre se encuentra en los movimientos innatos y adquiridos como resultado del aprendizaje especializado en el transcurso de la vida.
En relación con los mecanismos de coordinación de los movimientos Zaldivar, B. (1995:64) afirmó.
…" En el perfeccionamiento de la coordinación de los movimientos, la importancia fundamental corresponde a la formación de conexiones temporales y reflejos condicionados. Los mecanismos de coordinación de los movimientos, ante compleja forma de adaptación cuando resulta indispensable reaccionar adecuadamente frente a situaciones que aparecen por primera vez, aún no han sido estudiadas adecuadamente".
Actualmente solo es posible establecer interpretaciones aproximadas, sobre la naturaleza y características fisiológicas de los procesos nerviosos que intervienen y definen el desarrollo de la coordinación de los actos motores complejos, la que estará sujeta a la ininterrumpida dirección del sistema nervioso central.
Sobre este aspecto Zaldivar, B. (1995: 64) refirió…"La dirección del movimiento, la regulación de la actividad de los órganos internos y el intercambio de energías, son elementos o aspectos de una compleja unidad de coordinación de funciones que asegura la actividad muscular".
No obstante, las insuficiencias e irracionalidad en el quehacer metodológico sobre el control y regulación de la automatización, durante el proceso del entrenamiento de los movimientos a partir de experiencias motoras anteriores, puede ser un obstáculo para la creación de nuevas acciones con estructuras análogas, siendo una fuente negativa para la transferencia de hábitos.
La base fisiológica de la formación de los hábitos motores constituye la formación de los enlaces temporales mediante la actividad reflejo-condicionada. Estas formas de enlaces garantizan la creación de nuevos movimientos y nuevas combinaciones, sobre la base de las acciones motrices adquiridas anteriormente.
Por consiguiente en la formación de los hábitos motores, los enlaces temporales tienen un componente aferente o sensorial y un componente eferente o motor.
Durante la formación de los hábitos motores tienen un gran significado los enlaces temporales de orden superior que se establecen durante la influencia no solo del primer sistema de señales, sino a través del segundo sistema de señales. Así para la enseñanza de un movimiento no solo se utiliza la demostración del mismo, además la explicación de su ejecución; lo que posibilitará el fortalecimiento de dichos enlaces y la creación de dicho hábito. En este contexto se inserta la retroalimentación como elemento metodológico determinante.
El hábito motor representa un conjunto de acciones motoras compuesta de varios elementos o fases relacionadas en un acto motor único. En los deportes acíclicos la consecutividad de las fases de movimientos es variable mientras que en los deportes cíclicos las mismas mantiene una repetición regular en cada ciclo del movimiento.
En el proceso de formación de los hábitos motores las fases independientes de movimientos pudieran representar diferentes componentes del acto motor constituyendo un grupo de reacciones en cadenas que se manifiestan en forma de determinado estereotipo dinámico.
El estereotipo dinámico motor es característico para aquellos movimientos en los cuales la consecutividad de las fases del movimiento mantiene un orden invariable (deportes cíclicos).
En otros tipos de deportes en los cuales está presente la modificación externa del movimiento en relación con las nuevas situaciones existentes, como por ejemplo en los juegos deportivos, el estereotipo dinámico como forma estable del movimiento no se forma.
En consideración a lo anteriormente expresado Zaldivar, B. (1995: 21), consideró que…" La preparación táctica tiene como base fisiológica el perfeccionamiento de los procesos de la actividad nerviosa superior, la que propicia que pueden ser resueltas con gran dinamismo, efectividad y exactitud los innumerables problemas motores que surgen en la actividad deportiva; una óptima preparación táctica asegura la mejor utilización de la preparación técnica y de la preparación física".
Fases de la formación de los hábitos motores
La actividad motora del hombre se caracteriza por su gran variabilidad. Una gran parte de los nuevos actos motores adquiridos gracias a la plasticidad del sistema nervioso central tienen lugar por la vía de extrapolación. En la formación del hábito motor se diferencian algunas características que pueden ser agrupadas en tres fases.
El tiempo que se dedica a la enseñanza del movimiento y al paso de una a otra fase depende en gran medida de la maestría del pedagogo deportivo, de las particularidades individuales del atleta, la experiencia motora, la edad y el deseo o motivación que presente el mismo. Se distinguen en la formación de dicho hábito las fases de generalización, concentración y estabilización.
En la primera fase es característica la irradiación de los procesos de excitación, lo cual condiciona la generalización de la reacción de respuestas y la utilización de planos musculares innecesarios que provocan descoordinación del movimiento. El sujeto durante esta fase no diferencia sustancialmente las particularidades de los diferentes elementos del movimiento y solo tiene sobre él una representación general del mismo.
En la segunda fase se observa un predominio de la concentración de los procesos nerviosos. Por consiguiente se mejora la coordinación y se utilizan más racionalmente los planos musculares necesarios para garantizar el movimiento.
En la misma se perfecciona el análisis de la información que llega para los diferentes sistemas sensoriales y en especial por los propios receptores del aparato motor, además los diferentes elementos del movimiento exigen una gran atención por parte del ejecutor. El proceso de concentración de la excitación se garantiza por la activación de los procesos de inhibición condicionada, en particular la inhibición diferenciada.
En la fase de estabilización se produce la automatización del movimiento y la completa coordinación del mismo. La atención en esta fase puede estar dirigida a la solución de otros elementos de mayor complejidad. Una importante característica de esta tercera fase es la economía del esfuerzo, este hecho se explica por la aparición de una mayor coordinación de los movimientos.
En esta óptica Zaldivar, B. (1995: 38) expresó…"Es importante tener en cuenta, además, que en la medida que el movimiento alcance un mayor nivel de profundización más difícil será introducir correcciones o modificaciones en su realización durante el desarrollo de futuras acciones motoras, cuando se presente la necesidad de modificar la estructura técnica de la acción motora".
Retroalimentación en el proceso de la preparación deportiva
Argumentos acerca de la evolución histórica de la retroalimentación fueron imposibles de registro. Sobre este aspecto interioricé que el origen de este proceso se remonta a los primeros estadios de la antigüedad, cuando el hombre primitivo de forma intuitiva mediante la imitación del proceder de sus semejantes, lograban la adquisición de los conocimientos.
Este acontecimiento promovió el convencimiento para considerar que la forma visual fue la primera manifestación de retroalimentación, con incidencia en el desarrollo cognoscitivo de la humanidad.
Luego en el curso de la transformación experimentada por el hombre surge el segundo sistema de señales; mediante la articulación de la palabra se alcanza un nivel superior de comunicación, apareciendo la forma verbal y con el perfeccionamiento de la ciencia pedagógica se integra al proceso, el modo cinestésico y las respectivas combinaciones.
La retroalimentación es un elemento determinante en la relación pedagógica de la actividad deportiva, siendo definida como…"Condición sine quan para cambios de comportamiento a largo plazo-es decir, el aprender en si-son las retroalimentaciones (retroinformaciones, feedback), con cuya ayuda se pueden valorar tanto el efecto como el éxito del comportamiento". Grosser. M y Neumaier, A (1986:86).
Piéron, M (1988:125), con el término retroacción, la definió como…"la información proporcionada al aprendiz con el fin de ayudarle a repetir los comportamientos adecuados, eliminar los comportamientos incorrectos y alcanzar los resultados pretendidos".
Se advierte la prescripción hacia lo individual orientada al comportamiento motor. Probablemente este modo interpretativo de la retroalimentación o feedback en la teoría del aprendizaje tradicional, es el punto de referencia para la rectificación de errores y el proceder para las ejecuciones correctas, que tradicionalmente se aplican en el voleibol.
El feedback significa literalmente retro – alimentación, la respuesta que recibe el deportista sobre sus actuaciones en la que se establece un determinado nivel de comunicación entre el pedagogo y los voleibolistas en el ámbito de la actividad deportiva.
Abarca las consecuencias de las actuaciones comunicativas. El proceso de comunicación quedaría incompleto si no se produce una respuesta del receptor que indique que éste ha comprendido el mensaje.
Se debe considerar que en el proceso de la comunicación se va produciendo una reducción o distorsión del mensaje a partir de lo que se quiere decir, lo que se dice, lo que se oye, lo que se escucha, lo que se comprende, lo que se retiene y lo que se reproduce.
El feedback sería por tanto el efecto de retorno o respuesta del mensaje, en el cual se contemplan las consecuencias de las manifestaciones comunicativas. El proceso de comunicación quedaría incompleto al no producirse una respuesta del receptor que indique que el deportista ha comprendido el mensaje.
Durante la aplicación del feedback las funciones del emisor y receptor se intercambian alternativamente, el emisor se convierte en receptor y este en emisor.
Desde esta perspectiva el feedback como circuito de regulación, es una comunicación que se establece durante la preparación deportiva del equipo, donde se facilita la información sobre cómo son percibidos y entendidos sus modos de comportamientos. Se obtiene información sobre el efecto que causa el mensaje emitido y ello permite corregir de nuevo el rumbo de su actuación.
En las relaciones interpersonales o en el modo de interaccionar durante el proceso de entrenamiento del voleibol, en reiteradas ocasiones las informaciones trasmitidas están distantes, alejadas del objetivo propuesto. El feedback sería una forma de ayudar a plantear la posibilidad de cambios en la conducta motriz que nos acerque al objetivo.
La retroalimentación por tanto, para el voleibol, es un objetivo central de la dinámica de grupo.
Un colectivo de voleibolistas en desarrollo, que comparten un objetivo común, el propósito de aprendizaje pueda ser alcanzado, es requisito necesario la cohesión del grupo, siendo imprescindible la existencia de patrones de comunicación maduros y un proceder metodológico para la aplicación del feedback, que de forma satisfactoria responda a las exigencias de significación táctica demandada por las situaciones simplificadas del juego.
En esta perspectiva de actuación pedagógica, para que exista un proceso de comunicación circular, donde contemple como fuente de origen a los sujetos protagonistas, se hace necesario la actuación autónoma de los voleibolistas, lo cual favorece el desarrollo del proceso de aprendizaje.
En este contexto un papel significativo le corresponde a las irritaciones relacionadas con la palabra, sobre la cual Zaldivar, B. (1995: 63) se pronunció…"Dentro del grupo de agentes estimuladores encargados de desencadenar la acción motora, un importante lugar corresponde a las irritaciones relacionadas con la palabra. El efecto desencadenador puede estar generado por una instrucción u orden oral directa, emitida por otra persona; pero también puede ser el resultado de otros factores internos o externos".
El proceso de las irritaciones relacionadas con la palabra, tienen como finalidad detectar y determinar a través de la toma de decisión las correcciones de los procesos nerviosos y de toda la actividad del organismo de los voleibolistas, adecuándolas a las posibilidades de un resultado de éxito esperado por el equipo de voleibol.
En un grupo deportivo, para que sus relaciones y rendimientos competitivos progresen, es necesario que exista feedback, ya que permitirá apoyar y estimular los comportamientos positivos de los miembros del grupo y también corregir comportamientos motores que no favorezcan ni al deportista ni al grupo.
Al interpretar el proceso de la retroalimentación para la rectificación de errores Zaldivar, B. (1995: 64), fundamentó…"Los mecanismos encargados de la corrección de los movimientos y las reacciones de adaptación que aparecen en el organismo para asegurar su realización, deben de enmarcarse en la cibernética de la retroalimentación".
Las correcciones sensoriales pueden ser internas y externas. Las internas informan sobre el trabajo de carácter muscular, y otros sistemas del organismo; las externas aportan la información de la actividad en el medio externo.
La retroalimentación interna durante la ejecución de la actividad física nace en los sistemas sensoriales propioceptivo, vestibular e interoceptivo, mientras que las correcciones externas tienen su origen en los sistemas sensoriales, visual, auditivo y táctil.
Un gran significado para el perfeccionamiento de las habilidades deportivas radica en la información indirecta, que llega del pedagogo o algún otro sujeto que observe el movimiento, lo que permite realizar observaciones más profundas a partir de la utilización de medios especiales. Esta información indirecta es más útil cuando llega al atleta con urgencia, es decir, durante la realización del movimiento o inmediatamente después del mismo.
Sobre el método de rectificación en las acciones de juego, Mahlo. F (1974:25) describió…"Pensamos que el mejor método para deducir los diversos componentes de las acciones de juegos consiste en descubrir el origen de los errores".
Las diversas combinaciones de las acciones tácticas como nivel superior de los sistemas práctico de ejecuciones, precisan de control pedagógico para solucionar los problemas detectados en las situaciones de juego. En ella se puntualizan los errores que en estas condiciones, afectan el rendimiento competitivo del equipo.
Al puntualizar sobre la actuación pedagógica en el proceso de rectificación Barrios. J y Ranzola, A (1998:77), precisaron…"El entrenador tiene que dominar la metodología de la enseñanza y la especificidad de cada técnica para actuar consecuentemente en la detección y corrección de errores".
En esta precisión se puede deducir que con independencia del nivel de los discípulos, el pedagogo determina el error a partir del patrón técnico de los deportistas elite.
Además, en gran medida los errores que se manifiestan pueden estar inducidos por el alto nivel de exigencia implícita en las tareas orientada a los jugadores, al desconocerse en ellos sus verdaderas potencialidades…"Antes de efectuar la corrección es necesario tener claro cuales son las causas y el grado de estabilización de los errores, ya que de ellos dependen las medidas de carácter metodológico–pedagógico". Harre, D (1983:278)
La preparación táctica de los equipos de voleibol impone determinar el fundamento del error reiterado, a partir del resultado final de cada situación de juego; lo cual es garantía para la adopción de medidas efectivas.
Sobre la base de las insuficiencias detectadas en la estructura del movimiento, Barrio, J y Ranzola, A. (1988) agruparon a los errores en típicos (comunes), principales e importantes y automatizados; en una visión cerrada a la consecución de un patrón técnico ideal.
Sería mejor concebir la agrupación de los errores en dos dimensiones, los casuales que están presente durante el desarrollo de los entrenamientos y juegos, siendo inseparable de los mismos; y los errores fundamentales que tienen su cimiento en la activación del pensamiento creativo y operativo.
Respecto a la rectificación de errores Ozolin, N. G (1983:142), expresó…"La capacidad que tienen los deportistas de valorar la justeza de realización de la técnica estudiada, de encontrar sus errores y corregirlos, constituye una importante condición de una enseñanza exitosa".
Criterio válido, si los voleibolistas han sido instruidos para evaluar el origen del error bajo la óptica de las causas motivadoras del resultado. Opuesto a la visión que suele transferírseles de valorar en la estructura externa de la técnica sus deficiencias.
Se reconoce al voleibolista como sujeto de su propia transformación, en esta dirección se precisa su capacitación. Función que debe cumplir el pedagogo deportivo, a la cual no siempre se le brinda la necesaria atención
Es usual la concepción que muchos pedagogos deportivos tienen de distinguir los errores que manifiestan de forma individual los voleibolistas del equipo, en la configuración de la estructura externa del movimiento.
Relacionado con este argumento, refirió Donskoi D. D (1988:302),…"Los errores son desviaciones de las características de los movimientos, que se salen de los límites permisibles y que disminuyen considerablemente el resultado del ejercicio".
Es inferida la manifestación del error en el voleibol a un área más profunda que la referida al modelo ideal del movimiento, con base en el resultado final de la acción con el balón, el carácter colectivo, de cooperación y comunicación de los jugadores en la solución de cada situación de juego.
Elemento reforzado en una de las conclusiones del estudio realizado por Sánchez, J; y Andux, C (1997:39), quienes al referirse a la estimación principal para la corrección de errores precisaron…"radica en el postulado del modelo de estructura de movimiento ideal, lo cual es contradictorio con las manifestaciones psicofisiológicas que inevitablemente se suceden en el sujeto y que se explican en las fases del hábito motor".
Valoración vinculada con una de las conclusiones del trabajo de diploma de Pérez K (1996:42), cuando en su propuesta para determinar el nivel de rendimiento competitivo expresó:
…"Los objetivos analizados en este estudio, demuestran la existencia dirigida en lo fundamental a la estructura de movimiento ideal de un modo individual, traspolada de la manera mecánica de una metodología aceptada de los deportes cíclicos y considerando que el voleibol tiene sus propias características y lógica interna, parece más acertado considerar el trabajo técnico dirigido a la función de cooperación que exige el propio juego, por eso se estima que la situación de juego es el eje central de la dirección de este proceso".
La evaluación de la estructura técnica es incompatible con la función de cooperación, cohesión y comunicación establecida en cada situación de juego en el voleibol; realidad que hace inconcluso el proceder de la retroalimentación al tomar de referencia el comportamiento aislado de elementos que conforman la habilidad práctica, sin considerar la incidencia del grupo en ese contexto de juego.
Al respecto Andux, C (1996:3) refirió…"la incidencia primordial de las causas de los errores en los deportes de equipo radica en el ámbito de la corteza; por eso el papel esencial de los pedagogos es, ante todo, ver y corregir lo que no se ve".
Esta reflexión, induce a ubicar el origen de las causas de los errores en el resultado final de la acción de grupo, lo cual presupone en los voleibolistas la activación del pensamiento (sensaciones, percepciones y representaciones).
El propio autor reveló…"Las propias correcciones de errores en general se hacen de modo individual, cuando realmente debe prevalecer el reclamo al colectivo para resolver en conjunto la exigencia que se sitúa". Andux, C (1998:44)
La corrección a lo individual aísla el comportamiento motor del ámbito de juego en que se produce, ignorándose el modo participativo de los integrantes del equipo en ese contexto de relación e intencionalidad práctica de grupo. Esta estrategia significada en los cánones tradicionales de la pedagogía, propicia el control en el aprendizaje motor con núcleo del problema localizado en la configuración del modelo técnico.
En esta estimación se precisa el esquema de comportamiento referenciado por el Oña Sicilia. (1998), en cuya estructura se fundamenta el proceder del feedback, que apreciado desde una óptica de perspectiva psicológica incorpora al control del aprendizaje motor, el rol imprescindible que cumplen los procesos mentales. Sin embargo, ello se manifiesta con solidez y objetividad, sólo cuando se reconozca su influencia reflejada en el resultado de las situaciones de juego, y no en el comportamiento aislado de una ejecución técnica. (Esquema No 1).
Precisamente, la nueva reglamentación en la puntuación le imprime solidez a la tendencia de transformar radicalmente la concepción estratégica del juego de voleibol; aspecto que trasciende al modo de preparar a los equipos.
Por tanto, la exigencia en la intención táctica cumple un papel protagónico condicionado al desarrollo del pensamiento creador de los jugadores, realidad por la cual el resto de los componentes de la preparación deportiva se subordinan a la exigencia propuesta.
La retroalimentación concibe, que corregir significa rectificar la dirección hacia el objetivo, en ese dominio se orienta la intervención pedagógica y la colaboración del grupo en función de cumplir con la meta deseada.
La intervención pedagógica oportuna y precisa del pedagogo en la rectificación es puntualizada por Mahlo, F (1983:28), quien señaló…"sostiene y orienta útilmente la auto información, y desarrolla al mismo tiempo el pensamiento táctico creador".
Una función importante a cumplir por la retroalimentación en los entrenamientos de voleibol, es corregir las fallas de los jugadores a partir del análisis objetivo de la insuficiencia resultante en cada situación de juego. La calidad durante las ejecuciones tiene que estar en relación directa con el objetivo fijado, expresado en un resultado concreto.
Grosser, M y Neumaier, A (1986:99) afirmaron…"Las frecuencias e integridad necesarias para las retroinformaciones dependen, además del nivel de dominio del deportista, de la complejidad y de la dificultad de la tarea motora (técnica deportiva)".
En el voleibol además de los elementos expresados para la frecuencia en la retroalimentación; se adjuntan la localización de las causas naturalezas del error, su reiteración condicionada al efecto final de la situación de juego y las medidas de rectificación que deben ser adoptadas.
Referente a la transmisión de la información se precisó…"Las retroinformaciones que se dan inmediatamente después de acabar el movimiento: llamadas informaciones rápidas, tienen una importancia decisiva para el perfeccionamiento de la técnica deportiva, para la mayoría de los deportes". Grosser, M y A. Neumaier, (1986:95).
La rectificación en situaciones simplificadas del juego en voleibol, adquiere igual magnitud, al garantizar las impresiones sensoriales obtenidas mejor precisión y concentración en la información, promoviendo una asimilación de conocimiento más consciente y objetiva, que le imprime velocidad al aprendizaje.
La función orientadora del pedagogo deportivo es la de ubicar al grupo de voleibolistas en la reflexión de sus propios errores; entonces la ejecución no se convierte en la reiteración ciega e irreflexiva, sino de participación activa, consciente y creativa.
En cuanto a las informaciones tardías, expresaron Grosser, M y Neumaier, A (1986:97)…"las llamadas informaciones retardadas, tienen mucho menos eficacia para la corrección y la estabilización del movimiento que las informaciones inmediatas y rápidas".
Las informaciones retardadas por acumulación de fallas, se convierten para los pedagogos deportivos en la observación de los errores repetidos, que afectan el resultado para después convertirlo en objetivo del entrenamiento.
Con respecto a la información proporcionada por el pedagogo deportivo Piéron, M (1988:127), expresó…"depende ampliamente de la habilidad del enseñante en la identificación de los errores, pero también de la estimulación de su impacto sobre una futura realización, de determinar las causas y de encontrar los mejores medios para reducirla y, más aún, anularlas".
Para el pedagogo resulta significativo tanto detectar el error, como discernir el momento de intervención, evaluar el entorno de la situación de juego en que se provocó y aplicar el procedimiento que corresponda para su erradicación.
Relativo la función que cumple el feedback Piéron, M (1988:125), afirmó…"Las conclusiones de Bilodeu (1969), son claras en cuento a la función del feedback en el aprendizaje, que mejora tan sólo cuando hay feedback, y deja de mejorar, o se deteriora si este se suprime".
La rectificación en voleibol, no se debe significar en la observación externa de los movimientos, pues los errores tienen como base el razonamiento referido a la actuación sobre un resultado esperado; y su reiteración se convierte en objetivo de la unidad de entrenamiento.
La personalidad de los voleibolistas en pos de la excelencia en el rendimiento competitivo se cultiva, gracia al papel que cumple el proceso pedagógico.
Los voleibolistas tienen virtudes o defectos que los acompañan desde sus primeros pasos en la formación deportiva; pero el cultivar lo primero y corregir lo segundo, es lo que engendra una personalidad deportiva destacada.
Metodología para el control del rendimiento
Para el control y evaluación del rendimiento competitivo de los equipos que participaron en los Juegos Nacionales Escolares del año 2009, se utilizó un estadígrafo específico para el deporte de voleibol; elaborado por el Dr. C. Jorge Luís Ramos Leiva. En su aplicación fueron objeto de control las acciones positivas y negativas del comportamiento de los complejos 1 (KI) y 2(KII); a través de las signos (+) y (-). Se determinaron el rendimiento y la eficacia mediante el siguiente procedimiento.
El valor de la eficacia se evalúo en por ciento.
Para el control diario del entrenamiento deportivo del equipo de voleibol 15 –16 años masculino del 2002, se concibió para la parte principal de la unidad de entrenamiento, la proyección de un objetivo táctico, que fue precisado a través de un ejercicio en situación simplificada del juego, al que se les situó un nivel de exigencia porcentual plasmado en el objetivo, en cuyo cumplimiento se representó la evaluación.
Esta alternativa promueve el control diario y sistemático del rendimiento que se manifiesta en estas condiciones, posibilitando a la vez la evaluación de las progresiones que se experimentan; en síntesis permite obtener conocimiento de un rendimiento deportivo real del equipo, para enfrentar las exigencias de las competiciones programadas. Para su procesamiento se utilizó el valor porcentual.
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Autor:
MSc. Conrado Reyes Savón.
Coautor:
MSc. Grismel Portuondo Bartelemi
Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte
Facultad de Santiago de cuba
República de Cuba