Alicia a través de las puertas, espejos y ventanas (juego literario)
Enviado por Ibar Federico Anderson
- Resumen
- Introducción, Freud y la psiquis
- Espejos, puertas y ventanas como metáforas literarias de la psiquis. Metáfora 1: Espejos
- Metáfora 2: Puertas
- Interconectando la segunda metáfora con la tercera: Interconectando las puertas con las ventanas
- Metáfora 3: Ventanas
- Conclusiones
- Referencias Bibliográficas
Resumen
Luego de un breve repaso de la psiquis, según la teoría de Freud y Lacan. Nos proponemos jugar con la literatura de algunos reconocidos y prestigiosos autores como Aldous Huxley y Lewis Carrol. El juego literario y arquitectónico de objetos de diseño industrial (espejos, puertas y ventanas) como metáforas literarias de la psiquis humana; permitió establecer paralelismo (analogías-), realizar abducciones y otros juegos de hipótesis en un ensayo de estilo libre.
Nos adentraremos en este trabajo lúdico de interconectar la psiquis y el lenguaje. Arribaremos a tres (3) hipótesis por abducción para ser más creativos en investigación en arte y diseño; por lo cual es necesario (en dicho movimiento dialéctico): primero verse reflejado en los espejos (primer movimiento), atravesar las puertas (segundo movimiento), mirar a través de las ventanas (tercer movimiento).
Abstract: After a brief review of the psyche, according to the theory of Freud and Lacan. We propose to play with the literature of some recognized and prestigious authors like: Aldous Huxley and Lewis Carrol. The literary and architectural game of objects of industrial design (mirrors, doors and windows), as literary metaphors of the human psyche; Allowed to establish parallelism (analogies), to realize abductions and other sets of hypotheses in an essay of freestyle.
We will enter into this playful work of interconnecting the psyche and language. We will arrive at three (3) abduction hypotheses to be more creative in art and design research; So it is necessary (in this dialectic movement): first to be reflected in the mirrors (first movement), to cross the doors (second movement), to look through the windows (third movement).
Palabras clave: Literatura, psicología, diseño, lenguaje.
Introducción, Freud y la psiquis
Es la última de las grandes obras teóricas de Sigmund Freud (1856-1939): El yo y el ello, y otras obras (1923-1925). El autor desarrolla aquí un modelo revolucionario de la psique y de su funcionamiento, conocido como modelo estructural del aparato psíquico, en el que la vida psíquica en su conjunto se define por las relaciones entre tres -3- entidades o instancias diferenciadas: el Ello, el Yo y el Superyó. Los términos originales utilizados por Freud se encuentran en idioma alemán: das Es (el Ello), das Ich (Yo) y das Über-Ich (Superyó). Estos mecanismos psíquicos que controlan toda las actividades del pensamiento y el razonamiento fue traducido respectivamente como: Id (el Ello), el Ego (Yo), y el Superego (Superyó).
El Id (Ello): Su contenido es inconsciente y consiste fundamentalmente en la expresión psíquica de las pulsiones y deseos. Está en conflicto con el Yo y el Superyó, instancias que en la teoría de Freud se han escindido posteriormente de él.
El Ego (Yo): Opera de tres maneras: preconsciente, consciente e inconsciente. Instancia psíquica actuante y que aparece como mediadora entre las otras dos. Intenta conciliar las exigencias normativas y punitivas del Superyó, como asimismo las demandas de la realidad con los intereses del Ello por satisfacer deseos inconscientes. Es la instancia encargada de desarrollar mecanismos que permitan obtener el mayor placer posible, pero dentro de los marcos que la realidad permita. Es además la entidad psíquica encargada de la defensa, siendo gran parte de su contenido inconsciente. El Yo busca la satisfacción de las pulsiones del Ello, pero en lugar de actuar de acuerdo con el principio del placer, opera con el principio de la realidad, por medio del razonamiento inteligente (demorando la satisfacción de los deseos del Ello hasta que pueda hacerse de manera segura y exitosa).
De acuerdo con el pensamiento de Sigmund Freud, desde la perspectiva del psicoanálisis, el Ego (Yo) es un probador de la realidad, la inteligencia, la razón y el conocimiento de causa y efecto para aumentar la libido, las gratificaciones y poner freno a la pulsión de muerte1. También es la instancia psíquica que une el Ello con el mundo exterior y hace de puente entre el Ello (Id, en alemán) y el Superego (Superyó), el cual es la conglomeración de un conjunto de mentes grupales que forma una psique ideal. Este puente es lo que hace de una persona un individuo. Para Freud, el yo puede estar compuesto de dos partes principales; un sistema de percepción y un conjunto de ideas inconscientes sobre la realidad que se vive. El Ego (Yo) utiliza los rasgos que lo identifican y los ideales del Superego (Superyó) para controlar los instintos animales del Ello (Id).
El Superego (Superyó): Instancia moral, enjuiciadora de la actividad yoica. El Superyó es para Freud una instancia que surge como resultado de la resolución del complejo de Edipo y constituye la internalización de las normas, reglas y prohibiciones parentales. Una personalidad que sólo contara de Yo y Ello sería totalmente egoísta, se comportaría de manera eficaz pero poco sociable; por lo que el Superyó es una especia de guardián moral. De acuerdo con Freud, el Superyó también compara las acciones del Yo con un Yo-Ideal de perfección y luego recompensa o castiga al Yo en consecuencia. Por desgracia, el Superyó es en ocasiones demasiado severo en sus juicios.
Espejos, puertas y ventanas como metáforas literarias de la psiquis. Metáfora 1: Espejos
Juguemos a que existe alguna manera de atravesar el espejo; ( ) ¡Apuesto a que ahora me sería muy fácil pasar a través! – Mientras decía esto, Alicia se encontró con que estaba encaramada sobre la repisa de la chimenea, aunque no podía acordarse de cómo había llegado hasta ahí. Y en efecto, el cristal del espejo se estaba disolviendo, deshaciéndose entre las manos de Alicia, como si fuera una bruma plateada y brillante.
Un instante más y Alicia había pasado a través del cristal y saltaba con ligereza dentro del cuarto del espejo. (Carroll, 1871: pp.12-13)
A través del espejo y lo que Alicia encontró allí es una novela infantil escrita por Lewis Carroll en 1871, digna de ser analizada por sus metáforas y enseñanzas para el diseño. Es la segunda parte del libro primero: Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas.
1 Las pulsiones de vida y su contrapartida, las pulsiones de muerte son dos categorías de pulsiones que Sigmund Freud introdujo en el contexto de su segunda tópica freudiana, expuesta en su obra titulada Más allá del principio de placer (1920).
La metáfora de Alicia a través del espejo y su relación con el estadio del espejo2 (en francés: le stade du miroir) el psicoanalista francés Jacques Lacan (1901-1981), es un concepto de la teoría del psicoanalista que designa una fase del desarrollo psicológico del niño comprendida aproximadamente entre los seis y los dieciocho meses de edad. El estadio del espejo es descrito en el ensayo de Lacan «El estadio del espejo como formador de función del yo», el primero de sus Escritos (1966), considerado uno de sus trabajos más importantes; se trata de aquella etapa en la cual el niño se encuentra por primera vez capacitado para percibirse, o más exactamente, percibir su imago corporal completa en el espejo. En esta fase, de acuerdo a la teoría lacaniana, se desarrollaría el Ego (Yo) como instancia psíquica.
El Ego (Moi, en francés) según Lacan es una instancia del registro de lo imaginario y por eso mismo una especie de alienación (el sujeto se ve en su Ego). La formación del mismo según Lacan implica una primera triangulación entre la madre, el infante y el objeto. El Ego del sujeto se constituye a partir de una percepción especular en un otro (casi siempre la madre o quien cumpla la función materna). La fase sería, según Lacan y en este momento temprano de su obra, universalmente perceptible en el desarrollo de todos los seres humanos, constituyendo para el autor un hito fundacional del Ego y del sujeto. Nos permite asociarlo al das Ich (Yo) freudiano.
El Ego (Moi) lacaiano o das Ich (Yo) freudiano a temprana edad, es Alicia mirándose a través del espejo (pero sin cruzarlo, sin atravesarlo). En efecto, en este trabajo definimos al le stade du miroir como la metáfora de Alicia a través del espejo (el estadio del espejo lacaniano).
2 Aunque el fenómeno fue estudiado con anterioridad, es Lacan quien, hacia 1935-36 apunta a las implicaciones del estadio del espejo para la formación del yo. Esta etapa del desarrollo es descrita en su ensayo El estadio del espejo como formador de la función del yo, el primero de sus Escritos (1966) y que es considerado uno de sus trabajos más importantes.
Figura 1: Ilustración original de John Tenniel en el libro A través del espejo y lo que Alicia encontró allí (Macmillan Publishers. Reino Unido. Publicado en 1871).
Alicia al atravesar el espejo pasa al otro lado, a un anti-mundo, en efecto:
Espejo. ( ), la importancia de los espejos deriva de la antigua creencia de que la imagen reflejada y el modelo real están unidos en una correspondencia mágica ( ) La mirada hacia un antimundo ha sido a menudo elaborada literariamente (por ejemplo, L. Carroll, «Alice Behind the Mirrors»; ( )
La interpretación simbólica de la psicología profunda enlaza con el papel del espejo ( ) (Biedermann, 1993: 178-179).
Psicología que la hemos investigado -brevemente- en el trabajo del médico psiquiatra y psicoanalista: Jacques-Marie Émile Lacan.
Se encontró frente al arco de una puerta sobre la que estaba escrito "REINA ALICIA", en grandes caracteres; ( )
-¿Dónde está el criado que debe responder a la puerta? -empezó a rezongar enojada.
-¿Qué puerta? -preguntó lentamente la rana.
Alicia dio una patada de rabia en el suelo: ( ) – ¡Esta puerta, pues claro! ( )
-¿Responder a la puerta? -dijo-. ¿Y qué es lo que le ha estado preguntando? (Carrol, 1871: 140-141)
Figura 2: Alicia y la rana
Nuevamente es Alicia a través del espejo (1871), en la genial obra e Lewis Carroll, enfrentándose a la puerta, ese objeto del diseño pre-industrial (objeto de pasaje entre ambientes de la arquitectura, entre espacios internos y entre el espacio externo).
«La puerta significa una entrada -como el puente significa el paso- a un espacio en sentido metafórico» (Biedermann, 1993: 384)
Aldous Huxley, de la elite intelectual británica de posguerra, educado en la Universidad de Oxford; observó que uno de los caminos para evitar la percepción conformista estaba en los estados mentales alterados inducidos por la mística o la religión. Escribió una de sus obras más trascendentes Las puertas de la percepción (1954), el título proviene de una cita de William Blake contenida en su obra El matrimonio del cielo y el infierno 3
Si las puertas de la percepción se purificaran todo se le aparecería al hombre como es, infinito.
Pues el hombre se ha cerrado sobre sí mismo hasta ver todas las cosas por las estrechas rendijas de su caverna (Blake, 1792: 327)
Huxley no fue un místico, pero quiso experimentar los estados elevados descriptos por William Blake y otros místicos orientales (y en la mezcalina -como droga– encontró un atajo químico para inducir dichos estados alterados de la percepción)4.
Un día de primavera de 1953, Huxley tomó la droga por primera vez -entonces no era ilegal- en su casa de Los Ángeles, EE.UU. Las cosas cotidianas a su alrededor cobraron nuevas significaciones, según cuenta Tom Butler-Bowdon en 50 Clásicos Espirituales (2007); por las descripciones que brinda el propio Huxley, se deduce una narración literaria, metafísica y teológica con matices artísticos y espirituales cercanos al éxtasis espiritual descripto en las religiones orientales.
Huxley explica que la disminución de azúcar en el cerebro inducida por la mezcalina debilita la actividad habitual del ego. (Butler-Bowdon, 2007:166/67)
Pero si el Ego (Yo) es, para la psicología, la instancia psíquica a través de la cual el individuo es consciente de su propia identidad. El Ego (Yo), por último, es el equilibrio que permite que el hombre pueda satisfacer sus necesidades dentro de los parámetros sociales.
3 Blake, William (2009). «El matrimonio del cielo y el infierno. Una fantasía memorable [plancha 14]». En Jordi Doce. Ver un mundo en un grano de arena (poesía) (en bilingüe inglés–castellano). Madrid: Visor Libros.
4 La mezcalina, un extracto vegetal de un cactus, el peyote, que había sido consumido y venerado desde tiempos inmemoriales por los mexicanos porque producía experiencias visionarias (alucinaciones). Esta droga, inhibía la producción de enzimas que regulan el suministro de glucosa en el cerebro. La persona o individuo que la consume ve el mundo con un estado de percepción alterado.
La pregunta psiquiátrica (hipótesis) es: ¿la mezcalina5 ingerida por Huxley y sus efectos bioquímicos, antiguos efectos6 narcóticos, desatan el Id (Ello) freudiano, suprimiendo el Ego (Yo) y el Superego (Superyó)? Hay indicios farmacológicos para suponer que este alcaloide psicoactivo, de uso tanto medicinal como ritual entre los indígenas americanos y extendido mundialmente como enteógeno7 y complemento de diversas prácticas, entre las que se encuentran la meditación y la psicoterapia psicodélica: ¿haya desatado el Id (Ello) de Huxley?
Dicho de un modo sencillo: ¿es probable que se suprimió la consciencia y pre- conciencia desatando la inconciencia en Huxley? ¿Por cuál razón o grupo de razones esto sería relevante para el diseño? La respuesta es fácil: la importancia radica en los estudios relacionados a la creatividad de la mente y los puntos de contacto entre el arte y el diseño con el genio creativo. En esencia, la naturaleza humana no escapa a ello.
Pues, aunque muchas acciones del diseño puedan ser metodológicamente evidenciadas de un modo consciente, por un método o un proceso llamado de caja transparente muchas -incluso las más creativas- son sublimaciones del inconsciente o de caja negra (Christopher Jones: 1976). Fuente de todo tipo de inspiraciones, analogías y metáforas; esta es la mayor riqueza de la psiquis profunda.
En algunos sitios se usa en psicoterapia, aunque su uso principal es como psicodélico. Aun siendo una de las drogas más potentes en cuanto a efectos psíquicos.
5 La mescalina es un alcaloide del grupo de las feniletilaminas con propiedades alucinógenas, tiene posibles aplicaciones médicas de mucha relevancia en campos como la psicología y la psiquiatría (esquizofrenia).
6 La mescalina ha sido usada, al menos, desde hace 5.700 años por nativos del continente americano. Esto la convierte, posiblemente, en el más antiguo alcaloide usado.
7 Se utiliza en contextos espirituales, religiosos, ritualísticos y chamánicos además de usos recreativos, lúdicos o médicos.
Siendo el Id (Ello) la más antigua de las instancias psíquicas. Es la instancia más vinculada con lo inconsciente y la más trabajada en enfoques catárticos. En el recién nacido todo es Id (Ello), es el polo instintivo y espontáneo de la estructura de la personalidad. Y funciona a través del principio del placer de la persona. Georg Groddeck (1866-1934) médico psicoanalista y especialista en lo psicosomático, fue el primero en enunciar este concepto en sus cartas a una amiga en El libro del Ello (1923).
Algunos psicoterapeutas investigan y realizan trabajos sobre la sexualidad, la muerte, con drogas psicotrópicas o trabajos chamánicos como maneras innovadoras de boicotear el Id (Yo) y Superego (Superyó) que todos llevamos dentro. Retomar el contacto con esta división tripartita de la psiquis o mente humana creada por Sigmund Freud, es continuar desarrollando la capacidad de sostener una teoría y praxis muy válida de nuestro cuerpo-mente, lo cual es el origen y fundamento de casi absolutamente todas las nuevas maneras de hacer psicoterapia.
Así que no olvidemos que todo viene del inconsciente, aunque no se hable de él y parezca no estar en el aquí y ahora. El inconsciente es omnisciente de nosotros mismos y está presente de manera continua en todas nuestras acciones, pensamientos y emociones (incluso este artículo es una expresión de él, del inconsciente de su autor y la necesidad de manifestarse).
Interconectando la segunda metáfora con la tercera: Interconectando las puertas con las ventanas
Alicia ( )
-Estoy segura de que, si como o bebo algo, ocurrirá algo interesante -se dijo-. Y voy a ver qué pasa con esta botella. ( )
¡Y vaya si la hizo crecer! ( )
-¡ya basta! Espero que no seguiré creciendo De todos modos, no paso ya por la puerta… ( )
Ahora el Conejo había llegado hasta la puerta, e intentó abrirla, pero, como la puerta se abría hacia adentro y el codo de Alicia estaba fuertemente apoyado contra ella, no consiguió moverla. Alicia oyó que decía para sí:
-Pues entonces daré la vuelta y entraré por la ventana. (Carrol, 1865: 32-33, 35)
Figura 3: Alicia atrapada en la ventana
Quien mira a través de una ventana abierta, ( ) No hay objeto más profundo, misterioso, fecundo, tenebroso, y radiante que una ventana ( ) lo que pasa detrás de un vidrio. En ese agujero negro o luminoso vive la vida, sueña la vida, sufre la vida. XXXV Las ventanas. El Spleen de Paris. (Baudelaire, 1855: pp.121-122)
«Ventanas, en la simbología, aberturas para dejar entrar la luz sobrenatural» (Biedermann, 1993:474)
¿Es correcto suponer -por analogía- si el Ego (Moi) lacaniano o das Ich (Yo) freudiano a temprana edad, es Alicia mirándose a través del espejo (Hipótesis #1); por correspondencia el Superego (Superyó) son las puertas capaces de relacionar el inconsciencte del Id (Ello) con la conciencia del Ego (Yo)?
En efecto Hipótesis #2: Las puertas del Superyó (Das übar-Ich) vinculan el mundo exterior -consciente- del Yo (Das Ich) con el mundo interior -inconsciente- del Ello (Das Es).
Por lo cual solo queda una opción y es que el Id (Ello) que no logra atravesar del nivel inconsciente al nivel consciente del Ego (Yo), solo sea una ventana por la cual accedemos al mundo exterior: Hipótesis #3.
Por lo cual al haber quedado conformada la triangulación: espejos-Ego (Yo), puertas- Superego (Superyó) y ventanas-Id (Ello).
Esto demuestra que en términos arquitectónicos: estamos atrapados en nuestro mundo interior Yoico (consciente) en el cual solo nos vemos reflejado en un espejo. Podemos salir caminando -de a ratos- por las puertas, pero nos vemos obligados a regresar inmediatamente (el paseo metafóricamente al mundo exterior, que proviene del inconsciente, no dura mucho). El único modo de escapar por un período de tiempo más prolongado es mirar, observando a través de las ventanas.
Pero uno no camina a través de las ventanas (ni estás devuelven el reflejo como los espejos).
Traduciendo el juego de metáforas literarias de las cuales hemos obtenido las hipótesis (por abducción): el diseñador que intenta ser creativo está literalmente atrapado en su mundo consciente -yoico-. Por momentos, fugaces, podría tener rayos de inspiración (no confundirlo con la etapa pre-consciente).
Hay abundantes casos, cuya recopilación podría conformar una sólida teoría psicológica sobre la hipótesis #3. Por lo cual, los rayos de inspiración necesariamente deberían provenir del inconsciente. Si suceden de modo consciente (no es la pre- consciencia) es la consciencia procesándolos a modo de analogías.
Para algunos la inconsciencia es donde se encuentra la fuente de muchas de las grandes inspiraciones. Entonces: ¿Cómo mirar -de un modo consciente- a través de las ventanas para obtener una fuente de ideas creativas? Cuando la inspiración escasea.
Solo hay un modo lógico de cruzar las ventanas: la abducción (analogía). Originaria de los matemáticos antiguos en Mesopotamia y los cálculos egipcios; pero fue Platón en su República quien dio a esta noción un carácter de trascendencia que ha llenado las páginas del lenguaje filosófico al comparar la idea del Bien (con mayúsculas) con el Sol, en su famosa alegoría de la caverna. Concepto que aparece en el Libro VII del volumen IV: República, de su obra completa en 9 volúmenes llamada: Diálogos. En efecto: «( ) el poder del sol; ( ), es la Idea del Bien» (Platón, República VII 516b-516c: 342)
El estudio más detallado de la noción lógica lo hizo Aristóteles en Metafísica (Circa: 335-322 a. C) donde llama la «( ), la entidad de cada cosa es ( ) «lo semejante»» (Aristóteles, G 1003d 33: 166).
Filosofía que la epistemología de Karl Popper le reclama como fuente de inspiración de las hipótesis científicas.
Quizás uno de los más grandes estudiosos de la analogía -también llamada abducción en lógica- fue el semiólogo Charles Sanders Peirce (1839-1914). Pierce en Collected Papers (1931), dice Esther Díaz en Metodología de las Ciencias Sociales (1997), nos habló sobre la abducción y su fecundidad para producir hipótesis científicas. Sostiene Esther Díaz que: «( ), la fertilidad o creatividad aumenta decididamente ( ) y alcanza su nivel máximo en la inferencia abductiva» (Esther Díaz, 1997: 57). Esto no solo es de importancia para la investigación científica (por la creatividad), sino para la investigación en diseño (que deberá ser de notable creatividad también).
Igualmente Klimovsky en Descubrimiento y creatividad en ciencia (2000) sostiene que este tipo de inferencia sería -a la par de una lógica del descubrimiento- capaz de llevar al científico -yo le incorporo diseñador- a un momento de su investigación que ningún otro tipo de juego lógico podría producir, a saber, la creación de hipótesis (las más fructífera de todas).
De este modo dejamos la puerta abierta para la continuación de este artículo. Para concluir esta primera parte, en este artículo diremos que a las hipótesis se arribó por abducción.
Díaz, E. (1997). Metodología de las Ciencias Sociales. Buenos Aires: Editorial Biblos. Huxley, A. (2009). Las puertas de la percepción. Barcelona: Editorial Torre de Viento.
Klimovsky, G. (1994). Las desventuras del conocimiento científico. Una introducción a la epistemología. Buenos Aires: A-Z Editora.
Peirce, Ch. S. (1988). El hombre, un signo. Barcelona: Grijalbo.
Referencias electrónicas:
Aristóteles (1994). Metafísica. Madrid. Editorial Gredos SA [en línea]. Consultado el 21 de febrero de 2017 en < https://enblancoe.files.wordpress.com/2013/11/aristoteles- metafisica.pdf >
Baudelaire, Ch. P. (1869). El Spleen de París. Francia: Feedbooks [en línea]. Consultado el 21 de febrero de 2017 en < http://www.elortiba.org/pdf/Baudelaire- spleen-de-paris.pdf >
Butler-Bowdon (2007). 50 Clásicos Espirituales. Barcelona: Amat [en línea]. Consultado el 21 de febrero de 2017 en < https://books.google.com.ar/books?id=MM0C41uqzSMC&pg=PA164&lpg=PA164&dq
=aldous+huxley+las+puertas+de+la+percepcion&source=bl&ots=thIA0tNS9f&sig=S TriQt9BoH-Y_XhiYlhmzEcI1Xk&hl=es- 419&sa=X&ved=0ahUKEwjvqrTA_8XOAhWFIpAKHURGBlQ4ChDoAQhTMAk#v=one page&q=aldous%20huxley%20las%20puertas%20de%20la%20percepcion&f=false >
Carroll, L. (1871). Alicia a través del espejo. España: Ed. Gaviota [en línea]. Consultado el 21 de febrero de 2017 en < https://birrell.org/andrew/alice/lGlass.pdf >
Carroll, L. (1865). Alicia en el país de las maravillas. España: Ediciones del Sur [en línea]. Consultado el 21 de febrero de 2017 en < https://www.ucm.es/data/cont/docs/119-2014-02-19- Carroll.AliciaEnElPaisDeLasMaravillas.pdf >
Freud, S. (1923). El yo y el ello. Volumen XIX Obras completas. Londres: Standard Edition [en línea]. Consultado el 21 de febrero de 2017 en < https://agapepsicoanalitico.files.wordpress.com/2013/07/yo-y-ello.pdf >
Groddeck, G. (1923). El libro del Ello. S/L: Vision Press [en línea]. Consultado el 21 de febrero de 2017 en < https://nytz.files.wordpress.com/2012/07/0071923el-libro-del- ello-georg-groddeck.pdf >
Platón (1986). Diálogos. Obra completa en 9 volúmenes. Volumen IV: República. Madrid: Gredos [en línea]. Consultado el 21 de febrero de 2017 en
Autor:
Ibar Federico Anderson.
Titular Cátedra Integración Cultural 1. Facultad de Bellas Artes. Universidad Nacional de La Plata. Argentina.