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Organización y funcionamiento del banco de semilla de frijol (Phaseolus vulgaris L.) Cuba


Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Revisión bibliográfica
  4. Materiales y métodos
  5. Resultados y discusión
  6. Conclusiones
  7. Bibliografía

Resumen

En el Fitomejoramiento participativo, una de las cuestiones fundamentales que se requieren es el genofondo adaptado a las condiciones locales donde se desarrollarán las diferentes especies de estudio, esta investigación se ha realizado en el banco de semillas de frijoles (Phaseolus vulgaris L.), con 74 materiales en el Tejar, la Jocuma a los cuales se les hizo mediciones de grosor y largo del grano, color y forma de los mismos y el peso promedio de 100 granos, con el objetivo de evaluar el comportamiento en condiciones de producción de los materiales antes mencionados, de manera que pudiésemos hacer recomendaciones para mejorar la organización y funcionamiento del banco de germoplasma local de frijol. La investigación concluye fundamentalmente que el color crema claro, es el que presenta mayor longitud del grano, ancho y peso de los granos comparados con los otros colores que presentaban los diferentes materiales estudiados. De acuerdo a la forma los tres parámetros estudiado más significativo ha sido el arriñonado curvo, además análisis de correlación no paramétrica para el conjunto de variables analizadas nos muestran correlaciones intermedias con uno u otro signo, siendo la correlación mas fuerte y con signo positivo entre el largo y el ancho de los materiales para un 99 % de confiabilidad.

Palabras claves:

Fitomejoramiento participativo, banco de semillas, genofondo y sistema formal de semillas.

Introducción

1. 1. Situación de la conservación de la semilla de frijol en el mundo.

Algunos autores plantean que el género Phaseolus tiene unas 180 especies; de ellas, el 70 % son originarias de América, el 20 % de Asia y el resto de Europa (Socorro y Martín, 1998).

El frijol del género Phaseolus está distribuido en todo el mundo. Se cultiva en los trópicos, subtrópicos y zonas templadas. Dentro del género Phaseolus, las especies P. vulgaris L., P. cocinius L., P. lunatus L. y P. acutifolius Gray son las más importantes agronómicamente. Consta de 50 especies, distribuidas exclusivamente en Las Américas; 5 especies domesticadas. Cuatro incluyen a formas cultivadas, la que más se cultiva es P.vulgaris y en la actualidad se cultivan en forma extensiva en todo el mundo (Hidalgo, 1991).

El frijol común (P. vulgaris, L.), tiene su origen en el nuevo mundo, siendo llevada del viejo mundo como planta ornamental. Es considerado uno de los cultivos más antiguos; hallazgos arqueológicos en su posible centro de origen datan de 7000 años, y en Suramérica indican que era conocido por lo menos 5000 años A.E.C (Infante, 1990).

El origen del Phaseolus vulgaris, L. ha sido un tema muy debatido. Sturtevent en 1883 creyó que era originario de alguna región americana, de donde fue distribuido a otros continentes. Candolle en 1890 opinaba que se había originado en Europa, mientras que Bukasov en el 1931 planteó que el área MéxicoGuatemala era el centro de mayor diversificación de la especie, coincidiendo con Vavilov que en 1949 / 50 por métodos fitogeográficos pudo demostrar que el centro de diversidad de P. vulgaris, se localizaba en México y América Central citado por Vieira, (1988).

El origen americano del frijol común se puede fijar, con certeza, mediante los datos obtenidos en cerca de 1 500 puntos aislados (González y Ávila, (1988); Rodríguez y Kuruvadi, (1990).

Pereira, (1990), plantea que el proceso de domesticación redujo la diversidad genética, como lo muestran los patrones de faseolina presente en la forma silvestre y cultivada de la especie. En contraste durante y después del proceso de domesticación, la selección por los agricultores del pasado aumentó la variabilidad genética.

Las formas cultivadas resultaron de por lo menos dos domesticaciones distintas, en Mesoamérica y en los Andes. Constan de dos grupos de genotipo, incluyen tanto a las formas silvestres ancestrales como a sus progenies cultivadas. Gepts, (1991), indica el flujo de genes de frijol silvestre a frijol cultivado y sugiere por lo menos 5 subgrupos dentro del grupo de cultivares mesoamericanos (semillas pequeñas) y 4 subgrupos del grupo de cultivares andino (semillas grandes).

Gepts, (1991), propone dos rutas de dispersión, la primera para los tipos de semilla pequeña y faseolina S, la cual comienza en México, continúa por la costa del Caribe, Colombia y Venezuela y llega eventualmente a Brasil, alternativamente pudo haber comenzado en México, continuar por las Islas del Caribe y de ahí a Venezuela, Colombia y Brasil. La segunda ruta para cultivares de semilla grande y faseolina T comienza en los Andes y llega a Brasil.

1.2. Situación de la introducción y conservación de la semilla en Cuba.

Castiñeiras et al., (1992), consideran que esta ruta debe haber sido la vía de introducción de los cultivares cubanos. Colombia parece ser centro de encuentro de los cultivares de origen mesoamericano y andino.

Los cronistas han expuesto la diversidad de plantas cultivadas que encontraron los conquistadores al llegar a Cuba, entre ellas los frijoles del género Phaseolus. Bukasov, (1930); Vavilov, (1962); Rivero de la Calle, (1966); Voyset, (1983), citados por Castiñeiras, (1992), plantearon que en Cuba existía diversidad de Phaseolus. Por su parte Castiñeiras, (1992), en colectas realizadas en diferentes zonas de la isla ha confirmado la amplia variabilidad en los materiales cultivados.

Las primeras introducciones fueron cultivares de semilla grande con faseolina tipo T, que pudieron haber llegado con los indios taínos de América del Sur. Las razas con semilla negra pequeña y faseolina tipo S que prevalece en el germoplasma cubano pueden haber llegado desde México, por la costa norte de América del Sur y el Arco antillano y reintroducidos directamente de México después de la conquista, sin embargo Dacal y Rivero de la Calle en 1984, consideran al golfo de México como el punto menos favorable para llegar a Cuba, a pesar de la corta distancia, las fuertes corrientes del golfo hicieron imposible la navegación precolombina (Castiñeiras, 1992).

El contacto más probable entre Mesoamérica y Cuba pudo haber sido por la vía de la Florida (Castiñeira et al., 1992).

1.3. Los sistemas Locales de conservación de semillas.

Los Sistemas Locales de Semillas son aquellos en los cuales los campesinos, como principales actores en el manejo de los recursos fitogenéticos, conservan, producen, seleccionan e intercambian semillas, tanto de variedades mejoradas como locales, de diferentes cultivos agrícolas. En estos sistemas la diversidad varietal suele ser alta y las actividades de producción, selección e intercambio de semillas se encuentran integradas a la producción agrícola y a los procesos socioeconómicos de las comunidades campesinas.

1.4. El sistema formal de semillas.

Por otro lado, el Sistema Formal de Semillas es aquel donde los recursos fitogenéticos son manejados fundamentalmente por científicos e instituciones públicas y privadas, con un carácter general, distantes de los lugares donde serán aplicadas estas semillas.

1.5. Los sistemas de fitomejoramiento de semillas.

El Sistema de Fitomejoramiento Convencional como componente del Sistema Formal de Semillas, se ha enfocado en la obtención y liberación de variedades de adaptación general lo que ha estimulado el incremento de los rendimientos sobre la base del empleo de altos insumos agroquímicos y la reducción de la agrobiodiversidad.

El Fitomejoramiento Convencional tiene la capacidad de acceder a la diversidad de diferentes partes del mundo, así como de generar y recombinar caracteres a través de diferentes metodologías como mejoramiento por mutaciones, variación somaclonal, hibridación entre otras. En principio, estas metodologías fueron construidas para satisfacer las demandas de agroecosistemas homogéneos bajo condiciones de altos insumos. (Ríos, 2002).

Sin embargo, el Fitomejoramiento Convencional tiene una serie de limitaciones para sistemas agrícolas de pequeña escala en ambientes variables y marginales que han provocado que el impacto desde el punto de vista agroeconómico y socioeconómico en estos sistemas sea baja.

En este modelo, las variedades son obtenidas en estaciones experimentales, en condiciones controladas y con altos niveles de insumos energéticos, que no se encuentran usualmente en las fincas, por lo que los materiales obtenidos por Sistema de Fitomejoramiento Convencional no se adaptan necesariamente a ambientes marginales o de bajos insumos agroquímicos. Por otro lado, los criterios de selección de campesinos y fitomejoradores a menudo difieren, que en ocasiones las características de las variedades no se ajustan a los intereses de los agricultores.

Otro inconveniente del Fitomejoramiento Convencional es que sus variedades son genéticamente homogéneas, lo cual suele no ser una necesidad para campesinos a pequeña escala y no brinda alternativas para la selección intravarietal. Por el contrario, los materiales que poseen alguna diversidad genética pueden ser más adecuados para ambientes variados y heterogéneos, por presentar una capacidad amortiguadora y un aumento del potencial adaptativo, dándoles opciones de selección a los campesinos.

1.6. El fitomejoramiento participativo.

Dadas las limitaciones, surgió en la década de los ochentas el Fitomejoramiento Participativo (FP) como una alternativa para el mejoramiento de plantas y el aumento de la adopción de variedades por los agricultores.

El FP se define como una actividad en la cual, dos actores -el fitomejorador y el agricultor- de una manera colaborativa, trabajan en el mejoramiento genético.

Uno de los principales retos del FP es precisamente integrar el Sistema Formal de semillas y los Sistemas Locales de Semillas en un solo sistema, lo que facilita a los agroecosistemas el acceso continuo a las variedades de ambos, potenciando la adaptación específica de las variedades como vía para aumentar el rendimiento y bienestar de los participantes sobre la base de una mayor diversificación en los agroecosistemas (Ríos, 2002).

En este sentido se han desarrollado en los últimos años programas de FP cuyas metas potenciales son rendimientos mayores y más estables, liberación y diseminación de las variedades con mayor rapidez, mejoramiento de la diversidad biológica y conservación de germoplasma, así como la identificación eficaz de las necesidades de los usuarios, incremento de la rentabilidad de los cultivos y el fortalecimiento de capacidades y generación de conocimientos para las comunidades agrícolas y los sectores formales de investigación y desarrollo . En muchos de estos sentidos, el FP ha tenido un gran impacto en los últimos años, no solo en ambientes heterogéneos, sino también en ambientes homogéneos (Witcombe, 1999b).

1.7. Las investigaciones en el fitomejoramiento participativo.

Por regla general, las investigaciones relacionadas con el FP comienzan con una etapa de diagnóstico o caracterización de los Sistemas Locales de Semillas en cuanto al manejo de los recursos fitogenéticos en las comunidades participantes. Esto permite determinar la problemática local previa a la intervención de FP, los posibles puntos de entrada de dicha intervención y el inventario de los recursos fitogenéticos manejados por los sistemas locales de semillas, Una vez realizado el diagnóstico, la siguiente fase consiste en promover el acceso a la comunidad de nuevas variedades del cultivo en cuestión. En el caso de Cuba, esto se realiza por medio de las ferias de diversidad, donde los agricultores tienen la oportunidad de seleccionar, a partir de una gran cantidad de materiales, las variedades que se ajusten a sus necesidades e intereses particulares.

Luego, en la tercera fase, los campesinos comparan en sus propias fincas, el comportamiento de las nuevas y antiguas variedades, por medio de la experimentación campesina, lo que les permite determinar, en la práctica, cuáles variedades serán conservadas, descartadas o diseminadas.

El presente trabajo se dirige a caracterizar, como parte del diagnóstico, los Sistemas Locales de Semillas en cuanto al manejo y estado de los recursos fitogenéticos de frijol antes de la selección participativa de los agricultores de la comunidad El Tejar – La Jocuma. Municipio La Palma. Provincia Pinar del Río, en una feria de diversidad. También pretende conocer la lógica de la selección por los agricultores, así como sus características. Por último, se evalúa el impacto de la selección participativa de variedades sobre la adopción de variedades y la diversidad en la comunidad.

El frijol común (Phaseolus vulgaris L.), fue el cultivo seleccionado para el estudio de estas metodologías, por la gran importancia que tiene este grano para la alimentación de los cubanos, por ser un cultivo característico de los pequeños agricultores pero que a la vez ha sido objeto constante de mejoramiento genético por los fitomejoradores.

Además, puede constituir un modelo de cultivo autógamo para este tipo de procesos y del trabajo se derivan otros resultados de importancia como la evaluación de la diversidad genética de las variedades locales de la comunidad de estudio, que forman parte de la diversidad genética de este cultivo en Cuba. Existiendo el siguiente problema a resolver.

Revisión bibliográfica

2.1. El frijol común (Phaseolus vulgaris L.)

El género Phaseolus, perteneciente a la familia de las leguminosas, comprende más de 30 especies y tiene su origen en el continente americano (Debouck y Smartt, 1995). Dentro de estas especies, solo 5 han sido domesticadas, que son Phaseolus. acutifolius A. Gray, Phaseolus coccineus L., Phaseolus lunatus L., Phaseolus polyantuthus Greenman y Phaseolus vulgaris L. (Gepts y Debouck, 1991). Esta última es la especie más cultivada, ocupando más del 85% de las áreas dedicadas a todas las especies de Phaseolus cultivadas en el mundo (Singh, 2001).

El frijol común (Phaseolus vulgaris L., 2n=2x=22) es una especie predominantemente autógama, con niveles muy bajos de entrecruzamiento (menos del 5 %) (Graham y Ranalli, 1997), aunque se ha reportado casos de niveles más altos en determinadas condiciones (Gepts, 1993). Presenta un ciclo anual y es muy diversa desde el punto de vista morfológico con una gran variación en relación a hábito de crecimiento, pigmentación, vainas, semillas y características fenológicas (Singh y col., 1991a).

2.1.1. Origen del frijol común.

Se plantea que existen dos centros principales e independientes de domesticación del frijol común, lo que hace que la diversidad intra-específica del frijol común se divida en dos reservorios principales, los andinos y los mesoamericanos (Gepts y col., 1986).

Estos grupos se caracterizan por semillas pequeñas (menos de 25 g para el peso de 100 semillas) y medianas (entre 25 g y 40 g para el peso de 100 semillas) para el grupo mesoamericano y grandes (más de 40 g para el peso de 100 semillas) para el grupo andino.

Esta relación del peso de las semillas con los reservorios andino y mesoamericano, ha sido corroborado por estudios con caracteres morfológicos (Singh y col., 1991a), faseolinas (Gepts y col., 1986), isoenzimas (Singh y col., 1991b) y marcadores de DNA (Becerra y Gepts, 1994; Khairallah y col., 1990).

Estos dos grandes grupos se dividen a su vez en razas, encontrándose dentro del grupo andino las razas Chile, Nueva Granada, y Perú, caracterizadas todas por semillas de gran tamaño. Dentro del grupo mesoamericano, por su lado, se encuentran las razas Durango y Jalisco, dentro de los materiales con semillas medianas y Mesoamérica, con semillas pequeñas (Singh y col., 1991a) además de las características de las semillas, dichas razas se distinguen entre si además por otra serie de caracteres morfológicos y agronómicos y por su adaptación ecológica específica (Beebe y col., 2000).

2.1.2. Importancia del frijol común.

El frijol común es la leguminosa más consumida en el mundo, donde se producen en la actualidad alrededor de 18 millones de toneladas anualmente en ambientes tan diversos como América Latina, norte y centro de África, China EUA, Europa y Canadá. Dentro de estos, América Latina es el mayor productor y consumidor liderado por Brasil, México y Centroamérica y el Caribe (FAO, 2005).

Desde el punto de vista nutricional, los frijoles se caracterizan por ser fuentes altamente eficientes en proteínas y hierro, lo cual los ubica en una posición aventajada respecto a otros alimentos de origen vegetal. Por ejemplo, se plantea que el contenido de proteínas en las semillas secas frijoles oscila entre 12 y 25 %, proporciones que son significativamente favorables en comparación con los niveles de proteínas de los cereales que sólo contienen entre 5 y 14 %. En cuanto a su aporte energético, los granos secos de frijoles suministran aproximadamente en igual medida que los cereales, pero contienen además una pequeña parte de grasas y una abundante gama de vitaminas y minerales (García y col., 1997). Es por estas razones que el frijol común constituye la leguminosa alimenticia más importante para cerca de 300 millones de personas, que, en su mayoría, viven en países en desarrollo, debido a que este cultivo, conocido también como "la carne de los pobres", es un alimento poco costoso para consumidores de bajos recursos. El frijol se considera como la segunda fuente de proteína en África Oriental y del sur y la cuarta en América tropical. El frijol es especialmente importante en la nutrición de mujeres y niños; además, tiene gran importancia económica, pues genera ingresos para millones de pequeños agricultores, a tal grado que la producción mundial anual es de cerca de US $11 mil millones (CIAT, 2001).

En Cuba el frijol común forma parte básica en la dieta del cubano que los consume casi diariamente, constituyendo la fuente de la quinta parte de las proteínas totales consumidas.

Se estima que en Cuba se produjeron en el año 2002 unas 119 800 toneladas de frijol. Esta producción a pesar de ser superior a la de la década anterior no satisface la demanda nacional, requiriéndose la importación de alrededor de 70077 toneladas en el mercado internacional (FAO, 2005).

Es interesante señalar que la producción nacional de frijol está a cargo fundamentalmente del sector no estatal, que ha estado cobrando importancia en la producción el los últimos años.

La producción de frijol por este sector sucede en condiciones muy diversas y de bajos insumos agroquímicos pues el frijol no se encuentra dentro de los insumos priorizados oficialmente y no recibe asignación de agroquímicos por el estado cubano. En estas condiciones la producción de frijol enfrenta problemas de bajos rendimientos relacionados fundamentalmente con la baja fertilidad de los suelos, la sequía y las afectaciones por plagas y enfermedades (García, 2003).

2.2. Sistemas de semillas.

2.2.1. Sistema Formal de Semillas

El sistema formal de semillas es aquel donde los recursos fitogenéticos son manejados fundamentalmente por científicos e instituciones públicas y privadas.

El Sistema de Fitomejoramiento Convencional, como componente del sitema formal de semillas se ha enfocado en la obtención y liberación de variedades de adaptación general lo que ha estimulado el incremento de los rendimientos sobre la base del empleo de altos insumos agroquímicos y la reducción de la agrobiodiversidad (Ceccarelli, 1994). El Fitomejoramiento Convencional tiene la capacidad de acceder a la diversidad de diferentes partes del mundo, así como de generar y recombinar caracteres a través de diferentes metodologías como mejoramiento por mutaciones, variación somaclonal, hibridación entre otras. En principio, estas metodologías fueron construidas para satisfacer las demandas de agroecosistemas homogéneos bajo condiciones de altos insumos. (Ríos, 2002).

Sin embargo, el Fitomejoramiento Convencional tiene una serie de limitaciones para sistemas agrícolas de pequeña escala en ambientes variables y marginales que han provocado que el impacto desde el punto de vista agroeconómico y socioeconómico en estos sistemas sea bajo (Almekinders y Elings, 2001). En este modelo, las variedades son obtenidas en estaciones experimentales, en condiciones controladas y con altos niveles de insumos energéticos, que no se encuentran usualmente en las fincas, por lo que los materiales obtenidos por Sistema de Fitomejoramiento Convencional no se adaptan necesariamente a ambientes marginales o de bajos insumos agroquímicos (Ceccarelli, 1994). Por otro lado, los criterios de selección de campesinos y fitomejoradores a menudo difieren, por lo que en ocasiones las características de las variedades no se ajustan a los intereses de los agricultores. Otro inconveniente del Fitomejoramiento Convencional es que sus variedades son genéticamente homogéneas, lo cual suele no ser una necesidad para campesinos a pequeña escala y no brinda alternativas para la selección intravarietal. Por el contrario, los materiales que poseen alguna diversidad genética pueden ser más adecuados para ambientes variados y heterogéneos, por presentar una capacidad amortiguadora y un aumento del potencial adaptativo, dándoles opciones de selección a los campesinos (Almekinders y Elings, 2001). Por otro lado, las variedades modernas disponibles no tienen los requerimientos agro – ecológicos y culturales para los pequeños agricultores y no son apropiadas para el gusto culinario de estos (Bellon, 2003), además de problemas como falta de adaptación a la baja fertilidad de los suelos, malezas o sequía (Buerlye y Husain, 1993 y Maurya y col., 1988).

2.2.2. Sistemas Locales de Semillas

Los Sistemas Locales de Semillas son aquellos en los cuales los campesinos, como principales actores en el manejo de los recursos fitogenéticos, conservan, producen, seleccionan e intercambian semillas, tanto de variedades mejoradas como locales, de diferentes cultivos agrícolas. En estos sistemas la diversidad varietal suele ser alta y las actividades de producción, selección e intercambio de semillas se encuentran integradas a la producción agrícola y a los procesos socioeconómicos de las comunidades campesinas. (Almekinders y Louwaars, 1999).

El crecimiento poblacional, la degradación medioambiental y la integración de los sistemas físicos, biológicos y socioculturales en una escala global, han incrementado dramáticamente en los últimos siglos, especialmente en los últimos 50 años. Con los recursos productivos poniéndose más escasos y disputados, la atención se ha focalizado en el valor potencial de los conocimientos y sistemas locales como una alternativa a los sistemas modernos e industriales (Soleri y Cleveland, 2002).

De acuerdo con lo anterior, los sistemas locales de semillas de frijol son particularmente importantes en Cuba considerando que una gran proporción de la producción nacional está en manos del sector no estatal, caracterizado por ambientes heterogéneos y baja disponibilidad de insumos químicos (García, 2003), así como un escaso acceso al sistema formal de semillas (Martín y col., 2003).

2.3. Fitomejoramiento participativo.

El Fitomejoramiento Participativo (FP) surgió en la pasada década como una alternativa metodológica para el mejoramiento genético en los países en desarrollo en respuesta al hecho de que el mejoramiento convencional de las instituciones formales del sector, habían tenido un impacto limitado en el mejoramiento genético dirigido a ambientes variables y económicamente marginales de los pequeños agricultores (Lipton y Longhurst, 1989; Kerr y Kolavalli, 1999). De manera general, el FP se define como una actividad en la cual los que los agricultores comparten algunas o en todas las responsabilidades del desarrollo o la evaluación de cultivares (Almekinders y Elings, 2001; Witcombe y col., 1996, Atlin y col., 2001).

Los agricultores se pueden involucrar en varias etapas y de varias formas. Pueden ser consultados en la decisión de variedades completas en la estación experimental o pueden ser evaluadas por ellos en sus propias fincas (Maurya y col., 1988, Joshi y Wibcombe 1996).

El trabajo con variedades terminadas ha sido definido por Witcombe y col. (1996) como selección participativa de variedades y la evaluación en finca como experimentación en finca (Ríos y col., 2002).

En otra variante, los agricultores pueden intervenir en la selección fenotípica dentro de poblaciones segregantes (Sthapit y col., 1996; Ceccareli y col., 2000; Rosas, 2001) lo cual ha sido definido por Witcombe y col. (1996) como fitomejoramiento participativo, aunque también se considera la selección participativa de variedades dentro del FP (Ríos y col.,2002).

Uno de los principales retos del FP es precisamente integrar el Sistema Formal de semillas y los Sistemas Locales de Semillas en un solo sistema, lo que facilita a los agroecosistemas el acceso continuo a las variedades de ambos, potenciando la adaptación específica de las variedades como vía para aumentar el rendimiento y bienestar de los participantes sobre de la base de una mayor diversificación en los agroecosistemas (Ríos y col., 2002). En este sentido se han desarrollado en los últimos años programas de FP cuyas metas potenciales son rendimientos mayores y más estables, liberación y diseminación de las variedades con mayor rapidez, mejoramiento de la diversidad biológica y conservación de germoplasma, así como la identificación eficaz de las necesidades de los usuarios, incremento de la rentabilidad de los cultivos y el fortalecimiento de capacidades y generación de conocimientos para las comunidades agrícolas y los sectores formales de investigación y desarrollo (Sperling y col., 2001). En muchos de estos sentidos, el FP ha tenido un gran impacto en los últimos años, no solo en ambientes heterogéneos (Ceccarelli, 1994; McGuire y col., 1999), sino también en ambientes homogéneos (Witcombe, 1999b).

Por regla general, las investigaciones relacionadas con el FP comienzan con una etapa de diagnóstico o caracterización de los Sistemas Locales de Semillas en cuanto al manejo de los recursos fitogenéticos en las comunidades participantes. Esto permite determinar la problemática local previa a la intervención de FP, los posibles puntos de entrada de dicha intervención y el inventario de los recursos fitogenéticos manejados por los sistemas locales de semillas (Witcombe, 1999a), Una vez realizado el diagnóstico, la siguiente fase consiste en promover el acceso a la comunidad de nuevas variedades del cultivo en cuestión. En el caso de Cuba, esto se realiza por medio de las ferias de diversidad, donde los agricultores tienen la oportunidad de seleccionar, a partir de una gran cantidad de materiales, las variedades que se ajusten a sus necesidades e intereses particulares (Ríos y Wright, 2000).

Luego, en la tercera fase, los campesinos comparan en sus propias fincas, el comportamiento de las nuevas y antiguas variedades, por medio de la experimentación campesina, lo que les permite determinar, en la práctica, cuáles variedades serán conservadas, descartadas o diseminadas.

El acceso a la diversidad varietal se realiza por medio de las llamadas ferias de diversidad, que son eventos en los cuales los agricultores tienen la oportunidad de seleccionar materiales de un cultivo dado (variedades terminadas, familias, líneas), dentro de una amplia gama de materiales sembrados en un mismo campo. Las parcelas experimentales para las ferias se establecen preferiblemente en las localidades donde habitan los agricultores que van a seleccionar y muchas veces son organizadas por la comunidad. Se procura además que las condiciones de las parcelas sean similares a las de los sistemas productivos de la zona, para que se pueda observar el comportamiento real de cada material en las condiciones para las cuales serán seleccionadas. Los materiales son seleccionados libremente por los agricultores según sus criterios particulares de selección y luego de la cosecha, pequeñas cantidades de semillas de los materiales seleccionados son entregadas a los agricultores, quienes comienzan por si mismos el proceso de experimentación evaluando las nuevas variedades en las condiciones específicas de sus fincas (Fé y col., 2003).

Las ferias de diversidad son eventos en los cuales los campesinos, fitomejoradores y demás actores involucrados con el manejo de las semillas a nivel local, tienen la oportunidad de seleccionar materiales de un cultivo dado, dentro de una amplia gama de materiales sembrados en un mismo campo. Para el día de la feria se selecciona el momento en que la mayoría de las variedades se encuentran en un estado de madurez fisiológica que permita que sean comparados por los seleccionadores. Estos materiales se presentan en el campo identificados solo con número para ocultar su procedencia y no predisponer a las personas que van a seleccionar Almekinders, C., Elings, A. Collaboration of farmers and breeders: Participatory crop improvement in perspective. Euphytica. 2001, vol. 122, no 3, p. 425-438.

Materiales y métodos

3.1. Ubicación geográfica.

La presente investigación se realizó en la comunidad El Tejar – La Jocuma, ubicada en la porción norte del municipio La Palma, provincia Pinar del Río.

3.2. Descripción del banco de semilla de frijol.

El banco de semillas de la Jocuma en el Tejar en la Palma tiene conservadas las semillas en envases de pomos plásticos y de cristal, el cual cuenta con 255 materiales que provienen del INCA, de ferias de la Palma y otros municipios, y oriundas de la zona de estudio.

3.3. Listado de los materiales utilizados en la investigación.

Estos materiales presentan diferentes colores los cuales se encuentran el color café con las siguientes variedades 10, camella, 33, 19, 138, 110, 3, 46,22.EL color negro 59, 8, 27, 74, 11, 507, 26, 6, 17, 518, vaina morada, 4, 12, 5, 111, 216, 97, 208, 45, 35, 11, 54, 3, 30, 51, 64, 68, 17, 72, 21, 41.Color rojo 31, 16, 18, 32, vaina roja, 1, 45, 38, 7, 18, 25, 4, 13, 75, 49, 50.Color café oscuro 90, 40, 531.Color crema claro 60, 94, 207, 86, 30.Color crema oscuro 42, Fabora, 24, 23, 37, Canella, 35, 32, 6, 2.

El cultivo estudiado es el frijol (Phaseolus vulgaris L.), por su importancia económica y alimenticia en Cuba y por constituir un modelo de estudio de cultivos autógamos. Otro de los motivos por los que se seleccionó este fue por la experiencia que poseen los agricultores cubanos y en la comunidad de estudio, donde el 100 % de los agricultores siembran frijol para su alimentación y venta del mismo en sus fincas. Los materiales utilizados para la medición del grano de frijol fue el pie de rey y los aspectos medidos fue el largo y ancho ha cada diez granos de cada material estudiado, también se tomo el color y la forma de cada material.

3.4. Descripción de los métodos evaluativos empleados.

Cuantitativamente se determino el peso de cada 100 granos.

Se realizó preguntas al productor que atiende el banco de semilla que es el único que existe en La Palma, donde se le preguntó la procedencia de los materiales utilizados en la investigación, una parte de ellos fueron tomados:

  • Del Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA), 40 variedades

  • 20 de ferias organizadas en varios municipios de la provincia de Pinar del Río

  • 10 naturales del municipio de La Palma

  • Las 4 restantes eran sembradas por sus antepasados donde el continúo sembrándolas hasta alcanzar los 255 materiales que hoy presenta el banco de semilla de donde solo tomamos 74 variedades para el estudio de este.

Estas variedades fueron sembradas en el mes de septiembre del 2012.

Datos climáticos de la zona de estudio:

  • Promedio de lluvia de 162.9 mm

  • la temperatura de 26.6 C0,

  • Humedad Relativa de 83 %.

3.5. Descripción de los análisis estadísticos empleados.

Como instrumento estadístico se utilizó el análisis de correlación para ver la correspondencia entre los factores estudiados.

Resultados y discusión

Para el análisis de los resultados obtenidos comenzaremos por los aspectos relativos al color y la forma de los materiales.

4.1. Comportamiento de los materiales por colores.

En la figura 1, nos muestra los colores de los materiales que estuvieron representados en la muestra del estudio. Los colores fueron café, negro, rojo, café oscuro, crema claro y crema oscuro.

Esta característica propia de los materiales lo diferencia de forma marcada entre si, llegando incluso a determinarse el origen o lugar de procedencia a través de la forma y el color, además de otras características productivas como el rendimiento y la resistencia a determinados factores.

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Figura 1. Comportamiento de los materiales tomando como referencia el color.

Los valores de longitud de los materiales oscilan desde 10.61 mm para los materiales de color negro, hasta los 13.37 para los materiales crema claro.

De forma general, si analizamos el largo promedio en (mm) de todos los materiales de la muestra, los materiales de color crema claro, son los de mayor longitud con 13.37 mm, es un largo considerablemente grande para nuestras condiciones de producción y las condiciones climáticas, ya que la evaluación se realizó para la primera cosecha de frijol, de las dos que hay determinadas en Cuba.

El siguiente material con muy buenas condiciones para el largo, son aquellos que tienen un color café oscuro, con una media de 12.25 mm. Es motivo de análisis, que los dos materiales que mayor largo presentan en toda la muestra no se corresponden con los materiales que generalmente son utilizados por los productores como material de propagación, siendo un indicador que puede influir notablemente en los rendimientos del cultivo.

Cuando analizamos el ancho promedio de todos los materiales, todo la muestra tiene comportamientos muy similares, a excepción de los materiales crema claro, que sobrepasan al resto de la muestra, con valores de 7.54 mm, aproximadamente un milímetro más ancho que el resto de la muestra, lo que le confiere a los materiales con ese color, muchas posibilidades para ser seleccionados desde el punto de vista productivo.

Cuando analizamos la siguiente variable, que se identifica como el peso del grano en (g), también los materiales café claro tienen un comportamiento superior, es decir, hasta tres gramos para el peso de la muestra, siendo este otro aspecto que influye notablemente sobre los rendimientos del cultivo y que le confiere ventajas de selección sobre el resto de la muestra.

4.2. Análisis de comportamiento de los materiales según su forma.

La forma es una de los aspectos propios de cada variedad de frijol y que pueda estar marcada por las características genotípicas de cada material. Generalmente estas formas son conservadas por las diferentes derivaciones genéticas y difícilmente pueden lograrse cambios sustanciales en las mismas.

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Figura 2. Comportamiento de los materiales según su forma.

De forma general, el frijol presenta una forma arriñonada, es su forma más típica o característica, aunque pueden presentarse variaciones dentro de la misma forma arriñonada y también cambiar de aspecto o forma. En la muestra seleccionada se presentaron, arriñonado recto, pequeño cuadrado, arriñonado curvo y ovoide.

En la figura 2, observamos que los arriñonados curvos, a pesar de su forma son los de mejor comportamiento en cuanto a la variable largo del granos, con valores promedio de 12.43 mm y la peor comportamiento, como su nombre lo indica, es la forma pequeño cuadrado con solo 9,05 mm.

Cuando se analiza el ancho promedio, observamos que es esta misma forma los arriñonados curvos, los que tienen un mejor comportamiento con 7.21 mm, aventajando a veces por más de una unidad a la forma de peor comportamiento, que es la pequeña cuadrada.

Muy similar el comportamiento de la variable peso promedio de la muestra, donde los arriñonados curvos, con su valor de 3.1 g, sobrepasan los valores obtenidos por el resto de los materiales observados en el experimento.

4.3. Análisis del largo de los materiales.

El largo promedio de un material de frijol, puede estar influido por las condiciones propias de desarrollo del cultivo, donde el nivel de manejo para cada situación, puede hacer oscilar los valores medios de una muestra seleccionada. Factores tales como la nutrición de la planta, el estado fitosanitario y las condiciones prevaleciente a la hora del cuaje del grano, pueden influir en el largo, ancho y peso de la muestra de frijol seleccionada, independientemente de que estas son variable que tienen a ser mantenidas por los materiales en condiciones normales.

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Figura 3. Comportamiento del largo de los materiales para toda la muestra.

Como se observa en la figura 3, los materiales de la muestra, un total de 74 materiales, tienen un largo promedio de 11.06 milímetros. Estos los clasifica como frijoles con un largo medio, destacándose en este aspecto, los materiales café claro con valores de 13.37 mm.

Si tomamos como ejemplo, el color de los materiales que generalmente se producen en la zona, en el caso del frijol negro, los materiales donde se puede seleccionar en el banco de semilla, solo llegan a 10.61 mm, muy distante del valor medio del material de comparación y en el caso de los frijoles rojos, que son los otros materiales que se propagan con frecuencia, el valor es un poco más elevado, llegando a 11.15, pero también en desventaja con relación a los materiales café claro.

4.4. Análisis del largo promedio para las forma.

Estas cuatro formas encontradas en el experimento no son necesariamente las únicas formas en las que podemos encontrar a los materiales de frijol, pero fueron las más representativas para este caso.

Muchas veces, este es un aspecto tomado en consideración por los productores a la hora de seleccionar el material de propagación, aunque no lo relacionen directamente con el rendimiento o la calidad propia del grano.

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Figura 4. Largo promedio de los materiales atendiendo a su forma.

El valor medio para esta variable atendiendo a la forma es de 11.63 mm, muy similar a los valores presentados por la forma arriñonado recto, que es la forma más común del material de propagación en la zona de estudio.

Se quedan por debajo de la media de los materiales estudiados, la forma ovoide y la forma pequeño cuadrado, esta última algo distante de la media de la muestra y mucho más alejada del valor máximo en poder de la forma arriñonado curvo.

4.5. Análisis del ancho promedio de los materiales atendiendo a la forma.

El ancho medio de un material de frijol también es una variable fuertemente vinculada a la variedad de que se trate, pero aspectos relacionados con el desarrollo del grano, pueden influir en los valores medios de la misma.

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Figura 5. Ancho promedio atendiendo a la forma de los materiales.

Los valores medios observados en esta experiencia para el total de la muestra, atendiendo a su forma, fue de 6.41 mm.

Según se puede observar en la figura 5, esos valores medios son muy similares a los presentes en la forma arriñonado recto, estando muy cercanos en este caso, la forma ovoide y algo más distantes los pequeños cuadrados. Este comportamiento es muy similar al observado en la variable anterior, es decir, el largo promedio de los materiales, siendo quizás una norma de comportamiento para los aspectos de forma de los materiales.

4.6. Análisis del ancho promedio de los materiales atendiendo al color.

Siendo el color una característica que generalmente indica la variedad o material y hasta su lugar de origen, ambos aspectos deben estar fuertemente relacionados a la hora de su comportamiento dentro de una muestra.

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Figura 5. Ancho promedio de los materiales atendiendo a su color.

El ancho promedio de los materiales atendiendo a su color fue de 6.67 mm para todos los materiales de la muestra.

Este valor es muy próximo al valor que presentan los materiales de color rojo y superior al valor alcanzado por los materiales con coloración crema oscuro, pero muy distante de los valores alcanzado por los materiales crema claro.

El comportamiento de esta variable es bastante estable para todas las coloraciones presente en la muestra, con la sola excepción de los materiales crema claro que tienen un comportamiento muy superior.

Partes: 1, 2
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