Estilos de Dirección, Liderazgo, Procesos Grupales y Resultados Competitivos en Equipos de Fútbol (página 3)
Enviado por Julio César Casales F.
En vista de que esta correlación confirma los resultados de Casales y Cols. (2010), y Casales y Cols. (2013), hemos presentado en este trabajo un patrón de análisis similar. Como ya hemos planteado, la Condición de Líder Natural implica recibir un respaldo significativo de manera espontánea por parte del grupo, realizar aportes de significación a la tarea que el grupo realiza e influir y motivar a los restantes miembros para la consecución de la meta. Quiere esto decir, que si el Capitán, quien tiene que cumplir importantes roles definidos por su status formal, dentro de las situaciones de juego, posee además la capacidad de arrastrar al grupo espontáneamente, lograr que estén identificados con él y activar las reservas motivacionales, los recursos y el potencial de la membresía, ello se convierte en un factor decisivo para el incremento de los resultados competitivos del equipo. Este hallazgo es muy importante ya que pone de manifiesto que el rendimiento competitivo de los equipos que colectivamente se mueven en la dirección de un resultado, no depende solamente de las habilidades individuales de los atletas, y del plan técnico-táctico de juego. Al menos, esto resultó ser de esta manera en las condiciones investigadas.
4.1.2) Segundo Caso: Correlación existente entre el Nivel de Integración Sociométrica Funcional (NiF) y los Resultados Competitivos (PJG). Dichos resultados se expresan en la Tabla 3:
TABLA (3):
A) CORRELACIONES ENTRE VARIABLES VINCULADAS CON LA PRUEBA DE HIPOTESIS | |||||
2- Nivel de Integración Sociométrica Funcional Y Resultados Competitivos | – 0.29** |
Como se expresa en la Tabla 3, existe una correlación estadísticamente significativa entre dichas variables, pero en sentido inverso, lo cual indica que a medida que aumenta la integración sociométrica en el plano funcional, existe un decrecimiento en los resultados competitivos de los equipos. En vista de que esta correlación confirma los resultados de Casales y Cols. (2010) y Casales y Cols. (2013), hemos presentado en este trabajo un patrón de análisis similar. Este resultado (como ya se dijo) constituye a nuestro juicio un importante hallazgo, que nos ayuda a la comprensión de determinados aspectos psicosociales del funcionamiento de los equipos en estudio.
Para la interpretación de dicho resultado, debemos comenzar realizando una aclaración importante (dirigida especialmente a quienes no están suficientemente familiarizados con los fundamentos de la metódica sociométrica): El Nivel de Integración Sociométrica Grupal en el Plano Funcional se refiere a las preferencias expresadas por la membresía, en relación con las personas con quienes les gustaría la conformación de un Grupo (ideal) para la consecución de un Objetivo-Meta determinado, como ganar una competencia (en el caso que nos ocupa). De esta forma se obtiene la Estructura de Preferencias del Grupo en función de la ejecución o realización de la tarea especificada. Como es conocido, al Grupo conformado de esta manera se le denomina (desde los tiempos de Kurt Lewin), un Sociogrupo (en oposición al Psicogrupo, que es el estructurado y orientado en función de los sentimientos entre sus miembros). En la literatura sociométrica se sustenta que en la conformación del Sociogrupo las elecciones preferenciales se efectúan sobre la base del valor funcional de los miembros para la solución de los problemas que la tarea grupal plantea. De todo lo anterior se deriva que la Integración Sociométrica (expresada en nuestra hipótesis) no se refiere al grado de unidad (o cohesión) REAL, existente en el Grupo, ni a la calidad de los nexos o vínculos establecidos entre sus miembros en las situaciones de competencia. Eso no fue lo que se midió. Nótese que la pregunta que se formula es bien clara y no da margen a dudas. Se le pregunta a cada individuo (en forma privada): "Con qué miembros de tu equipo te gustaría integrar una selección para participar en una competencia importante, como la discusión de un campeonato". En consecuencia, luego del procesamiento correspondiente, los datos obtenidos reflejan la Estructura de Preferencias y no la calidad de las interacciones existentes entre los miembros en la situación real presente en el Grupo. De hecho, la Estructura de Preferencias no tiene que coincidir necesariamente con la Estructura de la Comunicación Real existente en el Grupo (véase Casales, 2012a). En consecuencia, cuando la Integración Sociométrica es alta, lo que ello significa es que los miembros del grupo prefieren a una proporción significativa de sus compañeros de equipo para la conformación de una selección ideal. Mientras que, si la Integración Sociométrica es baja, lo que ello significa es que la membresía desearía o preferiría conformar su sociogrupo (vale decir, su selección ideal, para la consecución del Objetivo-Meta), con un número significativamente bajo de los integrantes de su equipo, aun cuando de hecho, estos participan en el juego diario conjuntamente con él.
De lo anterior se deriva que lo que la hipótesis está afirmando es que si la proporción de miembros que se desean o prefieren para la conformación de una selección (ideal) para una competencia importante resulta grande (vale decir, si el sociogrupo está constituido por una proporción significativamente alta de miembros), ello tendrá un impacto desfavorable en los resultados competitivos del equipo en su juego diario. Es decir que, mientras mayor resulte la estructura de preferencias de los miembros de un equipo, con respecto a aquellos con quienes se hace el juego diario, menor será el rendimiento real del equipo en ese juego diario. Ello, sin lugar a dudas, constituye un resultado sorprendente e inesperado, pero de mucha significación, por lo que merece una adecuada interpretación. Desde nuestro punto de vista este resultado debe ser interpretado en el sentido siguiente:
Los mejores equipos, vale decir, aquellos que alcanzan elevados resultados competitivos, son aquellos que resultan muy discriminativos en cuanto a la conformación de su Sociogrupo (un grupo conformado, como ya se dijo, con base en las preferencias de los miembros para integrarse con otros con vistas a la obtención de un Objetio-Meta determinado). Es decir, que se trata de equipos con mucha capacidad para identificar y elegir como preferidos, solo a jugadores realmente claves para el éxito. Discriminan muy bien entre jugadores buenos y mediocres (aquellos que no intervienen decisivamente en el éxito). Por ello, sus sociogrupos resultan muy reducidos ya que incluyen solo a los que más aportes podrían realizar en relación con las cosas que deben hacerse en un juego para ganar. En consecuencia, mientras mayor la capacidad (o predisposición) del equipo para excluir (no preferir) a quienes no realizarían contribuciones de significación, ello estaría asociado con el éxito competitivo. Parece ser que la tendencia de los miembros de un equipo a incluir a muchos en su sociogrupo (grupo ideal) va en detrimento del buen desempeño.
Sin embargo, cualquiera puede preguntarse lo siguiente: ¿Pero qué importancia puede tener esto, cuando en definitiva el sociogrupo constituye un grupo ideal, y no el grupo real que día a día trabaja para la consecución de un resultado?. Esta es una pregunta importante, a la cual responderíamos planteando que desde nuestra perspectiva, esas actitudes muy discriminativas que se expresan en los equipos de alto desempeño al conformar sus sociogrupos, deben constituir solo la punta de un iceberg. Es decir, que tales actitudes deben tener efectos (expresarse) en áreas del funcionamiento del equipo REAL que influyen en el éxito; aunque no sabemos aun (hasta tanto no se profundice en investigaciones subsiguientes), qué procesos específicos intervinientes en el funcionamiento y rendimiento del equipo real se vean favorablemente impactados. Debe tratarse (hipotetizamos) de equipos con estándares de exigencia muy elevados para el trabajo rutinario (estándares elevados de desempeño). Parecería de ayuda evaluar a dichos equipos "en proceso", para identificar qué particularidades los caracterizan. Pueden tener muy desarrollada la capacidad de monitorear rigurosamente, como parte de su rutina lo que hace su membresía para tener evidencia de los procesos efectivos e inefectivos, como la coordinación (interacción) y comprensión adecuadas en las situaciones críticas del juego. Ya que la evaluación de procesos es tan importante, conviene recordar las cuatro mediciones para la efectividad de los procesos destacadas por Wheelan (1994), las que proporcionan un criterio por medio del cual podemos examinar la forma en que trabajan los equipos. Como señala Wheelan, si un equipo ha de trabajar con efectividad, deberá:
a) Trabajar lo suficientemente duro, b) Tener los suficientes conocimientos y habilidades para desarrollar la tarea, c) Contar con una estrategia apropiada para cumplir con su trabajo, y d) Poseer dinámicas de grupo positivas y constructivas entre sus miembros.
Tal vez los equipos muy poco discriminativos en la conformación de sus sociogrupos, que integran a muchas personas (a pesar de no ser las óptimas), sean también muy poco exigentes, poco "criticones" y permisivos en áreas relacionadas con el éxito de los equipos que compiten, como por ejemplo (por citar cualquier ejemplo), la dedicación de muchas horas de prácticas adicionales en el terreno de entrenamiento, algo que sucede en los equipos que no son muy exigentes consigo mismos, y que tiene, según expresan los entrenadores de los equipos de alto rendimiento, consecuencias desfavorables en los resultados competitivos. (Ganan menos partidos).
También puede ser que los equipos muy poco discriminativos (poco exigentes) en la conformación de sus sociogrupos se estén moviendo más bien sobre la base de sus afectos y sentimientos, y no sobre la base del valor funcional de los otros para realizar aportes de significación para la consecución del objetivo-meta. Con esto no queremos en modo alguno negar la importancia de la cohesión grupal. La cohesión, como conjunto de fuerzas que atrae a los miembros de un grupo, motiva a sus integrantes a una participación activa dentro del mismo. Los grupos cohesivos ejercen más influencia que los menos cohesivos, y estos factores facilitan un mejor desempeño grupal. Sin embargo, como demuestran diversas investigaciones, una cohesión mayor no siempre lleva a un mejor desempeño. Un equipo cohesivo pero sin talento, sigue siendo un equipo sin talento.
En definitiva, los criterios anteriormente expresados, utilizados como fundamento para la interpretación del resultado alcanzado, nos sirven de base para la realización de nuevos estudios que nos permitan argumentar estos hallazgos sobre bases empíricas más firmes, aún cuando este hallazgo se ha visto confirmado en dos series de estudios anteriores (Casales y Cols., 2010 y Casales y Cols., 2013).
4.1.3) Tercer Caso: Correlación existente entre el Nivel de Integración Sociométrica Emocional (NiE) y los Resultados Competitivos (PJG). Dichos resultados se expresan en la Tabla 4:
TABLA (4):
A) CORRELACIONES ENTRE VARIABLES VINCULADAS CON LA PRUEBA DE HIPOTESIS | |||||
3- Nivel de Integración Sociométrica Emocional Y Resultados Competitivos | – 0.35** |
Como se expresa en la Tabla 4, la correlación entre estas variables resultó significativa pero en sentido inverso, de conformidad con lo hipotetizado, lo cual significa que mientras más estrechos los lazos emocionales entre los jugadores (mientras mayor nivel de integración del Psicogrupo), peores resultan los resultados competitivos. Este resultado se corrobora con los datos del estudio de Casales y Cols. (2013). En efecto, de acuerdo con nuestra interpretación de este hallazgo, los equipos que persiguen metas elevadas en una competencia han de trabajar duro, no solo en las competiciones, sino además durante toda la etapa preparatoria previa (sesiones de entrenamiento), con vistas al logro de elevados estándares en la competencia. Fuertes ligas (vínculos) emocionales entre los jugadores pueden comprometer las exigencias recíprocas relacionadas con los esfuerzos a realizar y la dedicación necesaria. De manera que resulta comprensible que los equipos que subordinen los lazos afectivos al objetivo esencial de su razón de ser como grupo, alcanzarán los mejores resultados, mientras que en aquellos en los que las relaciones funcionales se vean comprometidas por los vínculos emocionales entre los miembros, se alcanzarán peores resultados. Parece recomendable entonces establecer una distancia psicológica, y no involucrarse demasiados en relaciones afectivas, si se desean altos estándares competitivos.
4.1.4) Cuarto Caso: Correlación existente entre las Actitudes Grupales hacia las Dimensiones del Estilo del Director Técnico y los Resultados Competitivos de los Equipos (PJG). Dichos resultados se expresan en la Tabla 5:
TABLA (5):
A) CORRELACIONES ENTRE VARIABLES VINCULADAS CON LA PRUEBA DE HIPOTESIS (Actitudes Grupales hacia las Dimensiones del Estilo del Director Técnico y Resultados Competitivos) | ||||||
4) Actitudes Grupales hacia el Grado de Autoritarismo del DirectorTécnico Y Resultados Competitivos | +0.14 * |
Como se expresa en la Tabla 5, las actitudes grupales hacia la variable estilo de dirección del Director Técnico, solo se encuentran significativamente correlacionadas con los resultados competitivos en lo que se refiere a la dimensión de Autoritarismo. Por tanto, mientras más favorables resulten las predisposiciones (actitudes) existentes entre los miembros de los equipos hacia la dimensión del comportamiento de su DT vinculada con el problema de la participación permitida a la membresía en el proceso de toma de decisiones, ello producirá efectos más positivos en los resultados alcanzados por el equipo.
4.2) Resultados de significación no relacionados con la hipótesis, pero de mucha importancia por su conexión con la variable de Resultados Competitivos de los equipos.
4.2.1) Correlaciones entre los Resultados Competitivos de los equipos (PJG), y la Proporción de jugadores que satisfacen alguna de las Dimensiones de la Condición de Líder de Grupo (Pd).
PJG—Pd: + 0.25 **
Como se observa existe una correlación directa y significativa entre dichas variables, lo cual indica que mientras mayor resulte la proporción de miembros del equipo que satisfaga al menos alguna de las exigencias de la condición de líder de grupo, mejores resultarán los resultados competitivos alcanzados por los equipos (la proporción de juegos ganados).
Como ya hemos expresado, la Condición de Líder Natural implica Recibir un Respaldo o Aceptación significativa de manera espontánea por parte del grupo, Realizar Aportes de significación a la tarea que el grupo realiza e Influir y Motivar a los restantes miembros para la consecución de la meta. Quiere esto decir, que la presencia de líderes naturales o miembros que satisfagan alguna de las exigencias de esta condición, que en consecuencia posean la capacidad de arrastrar al grupo espontáneamente y activar las reservas motivacionales, los recursos y el potencial de la membresía, ello tendrá un impacto favorable en el incremento de los resultados competitivos del equipo. Este hallazgo es muy importante ya que pone de manifiesto como afirmamos más arriba, que el rendimiento competitivo de los equipos no depende solamente de las habilidades individuales de los atletas, y del plan técnico-táctico de juego. Se requiere de miembros que activen y motiven a los demás, y con suficiente capacidad para nuclear al grupo como equipo.
4.2.2) Correlación existente entre la Experiencia Competitiva de los atletas y los Resultados Competitivos de los Equipos (PJG). Dichos resultados se expresan en la Tabla 6. Como se recordará, en nuestro estudio fueron consideradas 4 dimensiones relacionadas con la Experiencia Competitiva de los atletas.
TABLA (6):
CORRELACIONES ENTRE LA EXPERIENCIA COMPETITIVA DE LOS ATLETAS Y RESULTADOS COMPETITIVOS DE LOS EQUIPOS | ||||||
1ra Dimensión: Total de campeonatos previos en los que ha participado cada miembro del equipo (Ex) Y Resultados Competitivos | +0.27** | |||||
2da Dimensión: Promedio de campeonatos individuales previos en los que ha participado la membresía del equipo (Exp1) Y Resultados Competitivos | +0.74** | |||||
3ra Dimensión: Promedio de campeonatos individuales previos en los que ha participado la membresía del equipo en los últimos 5 años a nivel nacional (Exp2) Y Resultados Competitivos | +0.46** | |||||
4ta Dimensión: Proporción de miembros del equipo con experiencia internacional (Exp3) Y Resultados Competitivos | +0.28** |
Como se expresa en la Tabla, todas las dimensiones relacionadas con la experiencia competitiva de los atletas se encuentran significativamente correlacionadas de forma directa en todas sus dimensiones, con los resultados competitivos alcanzados. Por tanto, mientras mayor resulte la experiencia de los jugadores, ello producirá efectos más favorables en el resultado alcanzado por el equipo; aunque la experiencia de mayor significación la constituye el Promedio de los Campeonatos Individuales Previos en los que ha participado la membresía del equipo.
Este constituye un resultado importante, en vista de que la experiencia competitiva se encuentra estrechamente relacionada con el dominio de factores técnico-tácticos del juego, que intervienen decisivamente en el desempeño. Tal es el caso de la efectividad de los pases, de los centros, de la precisión en los tiros al área y de los tiros de esquina, de las asistencias, de los fueras de juego incurridos, de la posesión del balón y las llegadas al área (en las que interviene una alta habilidad para desmarcarse), de las faltas cometidas y etcétera. Para el dominio de todos estos aspectos técnico-tácticos que intervienen en el rendimiento competitivo, la experiencia constituye un pilar fundamental. Esta es la razón por la que la experiencia competitiva de los jugadores aparece significativamente correlacionada con el desempeño del equipo. Pues la experiencia permite que se mejoren importantes aspectos técnico-táctico intervinientes en el desempeño. El entrenamiento técnico-táctico debe basarse en esas cuestiones, los Directores Técnicos lo saben, pero la experiencia constituye también un recurso muy valioso para su desarrollo.
4.2.3) Correlaciones entre los Resultados Competitivos de los equipos (PJG), y el Nivel de Escolaridad de los jugadores (Esc). Una correlación positiva y significativa.
PJG—Esc: + 0.19 *
Este resultado pone de manifiesto que el nivel de escolaridad repercute positivamente en los resultados competitivos alcanzados. Resulta obvio que una mejor comprensión y aprendizaje de las estrategias y de los aspectos tácticos de las situaciones de juego, así como la capacidad para comprenderse mutuamente en situaciones críticas del juego, son factores relacionados con el nivel cultural de las personas en general y su escolaridad en particular, por ello, dicho nivel repercutirá favorablemente en los resultados competitivos. Sin embargo, esto no significa en modo alguno, que personas con bajos niveles generales de instrucción (bajo grado de escolaridad formal), no puedan ser excelentes jugadores. De hecho, en nuestro estudio lo único que se controló fue el grado de escolaridad alcanzado "en la escuela". Pero el nivel intelectual de una persona (algo que sin dudas interviene en diversas situaciones de juego de este deporte), es algo que se desarrolla a través de las experiencias vitales de los seres humanos en los diferentes contextos con los que interactúa a lo largo de su vida, por lo que trasciende al concepto de grado de escolaridad formal alcanzado, si bien este último es algo que contribuye. Además, los seres humanos adquieren mucho conocimiento empírico, de manera que la escuela no constituye el único camino para el mejoramiento de la instrucción, pues la formación autodidáctica existe, y la experiencia vital constituye un factor básico en el aprendizaje. Sirvan estas ideas para fijar nuestra visión acerca de un tema complejo y polémico. De todos modos, el estudio desarrollado por Konter (2012) puede ser ilustrativo de la importancia de este factor. El objetivo de su investigación consistió en determinar si las diferencias de percepción entre jugadores de fútbol soccer en relación con las Bases de Poder con que cuentan sus directores técnicos, depende de los niveles educacionales de los atletas. La muestra estuvo constituida por 165 Directores Técnicos de fútbol soccer y 870 jugadores de este deporte. Los resultados pusieron de manifiesto diferencias significativas de percepción, dependientes de los niveles educacionales de los jugadores, en relación con el uso del poder coercitivo. Sin embargo, no existieron diferencias significativas en lo referente a la percepción del uso de los poderes de referencia, legítimo y de experto. Los resultados del estudio también pusieron de manifiesto que las diferencias de percepción en relación con las bases de poder del liderazgo entre Directores Técnicos y jugadores podrían crear problemas de comunicación y rendimiento.
4.2.4) Correlaciones entre los Resultados Competitivos de los equipos (PJG), y la Proporción de Jugadores de Alto Desempeño sobre la base de Goles Anotados en la Competencia Previa.
PJG—JgCp: + 0.92**
Este resultado pone de manifiesto que mientras mayor la Proporción de Jugadores de Alto Desempeño sobre la base de Goles Anotados en la Competencia Previa, presentes en los equipos, mayor es la proporción de partidos ganados. Se trata de la correlación más alta, de manera que constituye el factor de mayor significación en el desempeño competitivo de los equipos. Esta es la razón por la cual los DT persiguen a estos jugadores, cuyas contrataciones (en los clubes profesionales en el extranjero) ascienden a altas sumas de dinero. Ellos hacen la diferencia, de acuerdo con las percepciones de los DT, toda vez que los jugadores estelares dominan importantes aspectos técnico-tácticos intervinientes en el desempeño. Dominan muy bien los aspectos decisivos para ganar los juegos.
4.2.5) Correlaciones entre los Resultados Competitivos de los equipos (PJG) y la Proporción de Goles anotados en la Competencia Actual (PgCa)
PJG—PgCa: + 0.68**
Como es lógico suponer, se trata de una correlación positiva. Los resultados de la competencia estudiada en esta oportunidad, se encuentra en gran medida influida por la proporción de goles que en cada partido anotan sus jugadores.
RESUMEN
Finalmente podemos plantear que los resultados competitivos del campeonato estudiado han estado significativamente relacionados con Factores Psicosociales como la Condición de Líder del Capitán de los equipos, el Nivel de Integración Sociométrica Grupal, tanto en el plano Funcional como Emocional, las Actitudes Grupales hacia la Dimensión del Estilo del DT, relacionada con el problema de la participación permitida al grupo en el proceso de Toma de Decisiones, así como la Proporción de Jugadores dentro de los equipos que desempeñan algunos roles de liderazgo informal, aspectos relacionados con habilidades y recursos para inyectarle a otros la motivación que se necesita para activar (estimular) su potencial y reservas internas en la dirección hacia la meta. Esta última constituye también (sin dudas) una variable de naturaleza psicosocial pues se encuentra relacionada con el proceso de influir en las personas.
Pero los resultados competitivos también dependen de factores vinculados con variables relacionadas con la experiencia de los jugadores y las competencias, habilidades y destrezas individuales de estos, que influyen en su capacidad para realizar aportes de significación para el éxito competitivo, que pueden incluir desde el ataque y la anotación de goles, la defensa y la realización de las coordinaciones requeridas en la competencia.
Otro factor que no puede ser desestimado se refiere a la capacidad general (de tipo cognoscitivo) que desarrollan las personas a través de la educación y la escolaridad (aunque también por otras vías), pues se trata de un deporte que no solo requiere fuerza física en los contactos (y encontronazos), resistencia para contrarrestar el agotamiento y destrezas como la rapidez (velocidad), la agilidad (y astucia) para hacer fintas y desmarcarse de otros. Además de todo esto, se trata de un deporte que requiere usar el pensamiento (y la inteligencia), e implica determinadas dosis de creatividad; y en estas cuestiones el nivel de escolaridad (en la medida en que contribuye al desarrollo cognoscitivo), constituye un recurso muy valioso para el logro de buenos resultados. Aunque debemos insistir en que muchos jugadores desarrollan este recurso sin tener necesariamente altos grados escolares, pues la praxis constituye un elemento decisivo para tal desarrollo.
Debe tenerse presente además que el rol de los factores relacionados con las habilidades y competencias de los atletas y los factores psicosociales puede ser diverso y depender de situaciones específicas (en este caso eventos competitivos concretos). Dos estudios diferentes ponen de manifiesto esta particularidad, por ello no se puede hablar aún de regularidades en cuanto al rol de cada uno de estos grupos de factores. Los factores decisivos, quiere decir, significativamente correlacionados con los resultados de los equipos en los estudios de Casales y Cols. (2010) y Casales y Cols. (2013) resultaron ser una combinación de Factores vinculados con las habilidades de los atletas en las situaciones de juego, relacionadas con la Proporción de Jugadores de Alto Desempeño y la Experiencia Grupal Competitiva Previa de los integrantes de los equipos; así como Factores Psicosociales (Condición de Líder del capitán del equipo y los Niveles de Integración Sociométrica Grupal Funcional y Emocional). Sin embargo, aun cuando los factores decisivos en los resultados competitivos en el presente estudio (Campeonato Centenario del Fútbol Cubano), resultan también una combinación de estos grandes grupos de factores, existen sin embargo, algunas diferencias en cuanto al rol de algunos elementos específicos dentro de los factores generales.
5.1) Los resultados competitivos de los equipos que se mueven en la dirección de una meta compartida, dependen de una combinación de factores psicosociales; factores relacionados con las competencias, habilidades o destrezas de los atletas (con impactos en el plan técnico-táctico del juego); así como factores socio-demográficos.
5.2) Los factores psicosociales que de manera significativa afectan los resultados competitivos, resultaron ser los siguientes: El grado en que el capitán del equipo sea percibido como un verdadero líder de grupo; la proporción de jugadores que desempeñan algunos roles de liderazgo informal dentro del equipo; el nivel de integración sociométrica grupal, tanto en el plano funcional como emocional, pero en una relación inversa; y finalmente, las actitudes de la membresía de los equipos con respecto a la dimensión del estilo de dirección de su Director Técnico, vinculada con el problema de la participación permitida al grupo en el proceso de toma de decisiones.
5.3) Con respecto a la integración sociométrica puede decirse que los equipos que alcanzan elevados resultados competitivos son aquellos cuya membresía posee actitudes muy críticas y discriminativas en cuanto a la integración de su Sociogrupo y su Psicogrupo, lo cual indica la jerarquía que se le concede a las relaciones funcionales, y la importancia de no involucrarse demasiado emocionalmente con los demás, pues ello puede interferir con las exigencias que deben ejercerse entre pares con vistas al alcance de los objetivos.
5.4) Las actitudes muy críticas que se expresan en los equipos de alto desempeño al conformar sus sociogrupos y psicogrupos probablemente constituyan una expresión del perfil psicosocial característico del mismo (su "mentalidad grupal"), que interviene en el desarrollo de los procesos rutinarios asociados con el éxito, que regularmente llevan a cabo. Tal vez se trate de equipos con estándares muy elevados de desempeño durante el trabajo rutinario, o quizás tengan muy desarrollada la capacidad de monitorear y exigir rigurosamente, como parte de su rutina, lo que hace su membresía, para tener evidencia de sus procesos efectivos e inefectivos. Investigaciones ulteriores deberán estudiar qué procesos específicos intervinientes en el rendimiento del equipo real se vean favorablemente impactados con tal tipo de actitudes o "mentalidad de grupo".
5.5) Puede ser que los equipos muy poco discriminativos en la conformación de sus sociogrupos y psicogrupos, que en consecuencia integran a muchos de sus miembros, sean también muy poco exigentes, tolerantes y permisivos en aspectos de su funcionamiento relacionados con el éxito competitivo. También puede ser que dichos equipos posean la tendencia de estarse moviendo más bien en la dimensión de sus afectos y sentimientos, y no sobre la base de la evaluación del valor funcional de los otros para realizar aportes de significación con vistas a la consecución del objetivo-meta de ganar la competencia.
5.6) En cuanto a los factores vinculados con las competencias, habilidades o destrezas individuales, el elemento decisivo que afecta los resultados competitivos lo constituye la proporción de jugadores de alto desempeño, presentes en cada equipo, sobre la base del promedio de goles anotados en la competencia previa. Este resultó ser el factor que más fuertemente correlacionó de manera positiva con el desempeño del equipo. Parece ser que los atacantes de alto nivel hacen la diferencia.
5.7) En cuanto a los factores sociodemográficos relacionados con la experiencia competitiva de los jugadores y sus niveles de escolaridad (instrucción formal), el estudio `puso de manifiesto que todas las dimensiones relacionadas con la experiencia individual y promedio de los jugadores de los equipos se encuentran significativamente correlacionadas en forma directa con el desempeño de estos, así como los niveles de escolaridad de la membresía, por su contribución al desarrollo de las capacidades y funciones cognoscitivas intervinientes en las situaciones de juego, al tratarse de un deporte en que no solo intervienen la fuerza, las habilidades y destrezas físicas, sino a su vez el razonamiento y la inteligencia.
5.8) La experiencia competitiva y la proporción de jugadores estelares constituyen valores esenciales en los equipos, por sus nexos con importantes aspectos técnico-tácticos vinculados decisivamente con el desempeño competitivo. Nótese que las correlaciones más fuertes con el desempeño competitivo encontradas en todo el estudio son precisamente las de 0,92**, relacionada con la proporción de jugadores estelares, y la de 0.74** relacionada con la experiencia competitiva promedio del equipo.
5.9) Las conclusiones presentadas se circunscriben a las situaciones estudiadas, de manera que habrán de ser comprobadas con respecto a su idoneidad de generalización. Por tanto resulta necesario continuar con el análisis de estas cuestiones en investigaciones ulteriores, lo cual posibilitará contrastar las hipótesis sobre bases empíricas mas firmes.
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Autor:
Dr. Julio César Casales F.
Dip. Adriana Barrios C.
Institución: Facultad de Psicología, Universidad de la Habana
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