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Jerarquía urbana de las ciudades del Nordeste Argentino (NEA) periodo 1960-2001

Enviado por fernanda combaz


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Fuentes y métodos
  3. Desarrollo
  4. A nivel regional
  5. A nivel país
  6. Aproximaciones finales
  7. Bibliografía

Introducción

La urbanización es el principal proceso moderno de la implosión demográfica y esta no es otra cosa que "El cambio en la distribución de la población que, en lugar de dispersarse en pequeños grupos y depender de diversos ambientes, se concentran en comunidades industriales o agrícolas con densidades de población relativamente elevadas". (Hampt y Kane, 2003:41)

A nivel socioespacial, América Latina posee una serie de peculiaridades que la distinguen del resto del mundo y la constituyen en una región con identidad propia, aunque su heterogeneidad interna sea grande. El alto nivel de concentración de la población en la ciudad más grande es uno de estos rasgos característicos. (Cuervo González, 2004)

La primacía urbana es un aspecto particular, una expresión concreta de un fenómeno más general, la concentración urbana. La ciudad mayor establece relaciones muy particulares con el resto de la red urbana a la cual pertenece. Estas relaciones se expresan a través de los cambios en el peso relativo de la primera ciudad en dimensiones muy variadas como la población, el empleo, la generación de riqueza, la distribución de poder y la capacidad de innovación cultural, social y productiva. Estas relaciones entre ciudad primada y sistema urbano están regidas por condiciones muy particulares de cada país y de cada momento de su historia. (Cuervo González, 2004:78)

"Tradicionalmente este término, ha sido interpretado como síntoma de disfuncionalidad social o de desintegración de la red urbana. Jefferson (1939) es el primero en utilizarlo, contraponiéndolo a la ley de rango-tamaño o ley de Zipf (1941). El verdadero descubridor de la ley de rango-tamaño fue Auerbach (1913), quien la entendió como una función logarítmica inversa entre el tamaño de la ciudad y su rango". (Cuervo González, 2004:78)

Asimismo la jerarquía urbana como sostiene Vinuesa Angulo (1993), incide en diversos procesos funcionales: a medida que aumenta el tamaño de la ciudad se produce una diversificación de las actividades económicas, al tiempo que se incrementa la demanda de servicios e inversiones en infraestructura de transporte para una mejor accesibilidad. Si bien la jerarquía de los asentamientos poblacionales exige trabajar con diversas variables, en este caso se utiliza la cantidad de habitantes y se designan los centros de acuerdo a una calificación indicadora de jerarquía. (Erbiti, 2008:219)

En el caso particular de Argentina, podría decirse que existe una macrocefalia urbana, si se analiza empleando criterios estadísticos los cuales posicionan a la provincia de Buenos Aires en primer término entre las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires entre las localidades nacionales.

En tal contexto, el objetivo general de este trabajo es el análisis de la Jerarquía urbana de las ciudades del Nordeste Argentino (NEA) periodo 1960-2001. Mediante la aplicación de teorías y modelos cuantitativos, que permitan analizar la evolución y jerarquización existente en el sistema urbano a nivel regional y nacional.

Fuentes y métodos

Para cumplir con los objetivos trazados, se utilizaron datos extraídos de organismos oficiales como el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC): Censo Nacional de Población 1960 Resultados Provisionales, Censo Nacional de Población y Vivienda 1970, Censo Nacional de Población y Vivienda 1980 (estos tres primeros en formato papel); y Censo Nacional de Población y Vivienda 1991, Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001 (ambos en formato digital) para tratamientos estadísticos. En tanto para tratamientos cartográficos los datos provienen del Instituto Geográfico Nacional (IGN).

Para el análisis del fenómeno urbano, se empleó la metodología de: clasificación por número de habitantes, el modelo de Christaller, la Ley de ciudad primada de Jefferson, relación existente entre población ideal y real, cálculo de la Tasa de Crecimiento Intercensal (TCI) y del Crecimiento Relativo Intercensal (CRI).

Se consideraron las provincias de Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones que integran la región NEA, siguiendo el mismo criterio para el análisis de las localidades, departamenos y localidad cabecera. En tanto para la esfera nacional se consideraron 24 unidades (23 provincias más Ciudad Autónoma de Buenos Aires).

Previo al uso de los datos, estos fueron analizados, normalizados y homogeneizados para los censos 1960, 1970, 1980, 1991 y 2001, a fin de salvar inconvenientes propios de las fuentes emisoras de los mismos.

En este caso se emplea el término homogeneización siguiendo el trabajo realizado por Lindenboim y Kennedy. (2004) Dinámica urbana argentina". 1960 – 2001. Reconstrucción y análisis de la información necesaria, para determinar la reconstrucción "hacia atrás" de las unidades consideradas urbanas (2000 o más habitantes) tomando como parámetro los datos de población urbana del censo de 2001[1]Se intenta así, que dichos datos sean aptos de comparaciones y posibilitar así la observación apropiada de la evolución.[2]

Como fue expresado en párrafos anteriores, el análisis de la población se realizó a distintas escalas de trabajo:

  • I. A nivel regional: localidades, departamentos.

  • II. A nivel país: capitales provinciales y provincias.

Al abordar el análisis de jerarquía se empleó:

  • Clasificación por número de habitantes: permite calcular la relación existente entre las localidades con respecto de la primera (RT1) y segunda (RT2), que a su vez deriva en el cálculo del coeficiente de relación entre la población real y la ideal relacionados siempre a la primer (CR1) y segunda (CR2) localidad de importancia.

  • El modelo de Christaller sostiene que la organización del sistema de asentamientos es jerárquica según diferentes niveles.

  • La ley de ciudad primada de Jefferson (1939), para determinar el predominio de una ciudad por encima de las otras.

  • El cálculo de: la Tasa de Crecimiento Intercensal (TCI) que determina el valor del crecimiento de una población entre dos fechas, en relación con la población media y expresada por cada 1.000 habitantes y además la Tasa de Crecimiento Relativo medio anual Intercensal (CRI), que expresa el valor del crecimiento en relación con la población que le dio origen expresado en porcentaje.

Una vez obtenidos los datos, estos fueron representados mediante programas informáticos en tablas, gráficos y mapas que se observan en el anexo y que contribuyeron con el análisis propuesto en el objetivo de este trabajo.

Desarrollo

"(…) la obra de Vapñarsky fue la neta conciencia de que el análisis de los procesos, para tener validez científica, requiere una definición rigurosa de las entidades involucradas en esos procesos y de los procesos mismos.

(…) De ahí su preocupación por temas como la definición censal de localidades, con relación a la cual produjo algunos de sus aportes más conocidos. Estaba claro que la definición de localidad a partir de un criterio jurídico (es decir, la localidad como municipio) era inadecuada para el análisis de ciertos procesos, por lo cual proponía otros dos criterios alternativos: el criterio físico (la localidad como aglomeración, la así llamada "mancha urbana") y el criterio interaccional (la localidad como comunidad local, como conjunto de individuos vinculados por redes de interacciones cotidianas cara a cara).

(…) En lo que respecta al criterio físico, Vapñarsky elaboró la cuidadosa definición de localidad aplicada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) en los censos nacionales de población de 1991 y 2001. Esta definición permite establecer comparaciones rigurosas, tanto entre distintas localidades como a lo largo del tiempo." (Domínguez Roca, 2010).

Las unidades componentes del sistema urbano nacional tienen una configuración física que no suele ser estática. Esto significa, que su contorno, superficie y población correspondiente se modifican con el tiempo.

Al definir una unidad como urbana a partir del criterio físico (aun manteniendo su nombre), puede contener a través del tiempo elementos constitutivos cambiantes y, por lo tanto, no comparables. El conocer la dinámica de las unidades que conforman el sistema urbano nacional, se convierte en requisito indispensable para cualquier acción o intervención pública. Por ejemplo: estimar la población futura ya sea con propósitos vinculados con el mercado de trabajo, con los problemas habitacionales o de dotación de infraestructura.

Hay que aclarar que "El criterio físico había sido adoptado para definir 'localidad' ya desde el primer censo nacional argentino de población, realizado en 1869. Pero fue cien años después, para el censo de 1970, cuando ese criterio por primera vez se explicitó. Al explicitárselo, se introdujo el término "aglomerado" para referirse a una localidad física que atraviesa límites de provincias, departamentos o partidos, o áreas de gobierno local (municipio, comunas, jurisdicciones de comisiones de fomento, etc., terminología esta que varía de una provincia a otra)…. Una localidad se define como porción de la superficie de la tierra caracterizada por la forma, cantidad, tamaño y proximidad entre sí de ciertos objetos físicos artificiales fijos (edificios) y por ciertas modificaciones artificiales del suelo (calles), necesarias para conectar aquellos entre sí. Brevemente, una localidad se define como concentración espacial de edificios conectados entre sí por calles". (Lindenboim, 1997:4).

Javier Lindenboim (1997:1) dice que: "Sin embargo, la naturaleza de la información provista por los Censos de Población dista de reflejar adecuadamente tal fenómeno. Cambios en la denominación de las unidades urbanas, subdivisión de los departamentos o partidos, modificación de los nombres de estos, aplicación de criterios no uniformes para la delimitación de las localidades, modificaciones en la configuración territorial de las ciudades, ausencia de publicación -en ocasiones- de la nómina definitiva de ciudades y pueblos del país, así como la existencia de ciertos errores en la publicación de datos por localidad son algunos de los motivos por los cuales el estudio del fenómeno urbano en Argentina se ve limitado de manera singular.

Asimismo "Un dato básico como es el del total de la población que reside en un ámbito urbano, se constituye en el eje y soporte de variadas decisiones. La formulación racional de planes de vivienda, la planificación de la ejecución de obras de infraestructura, la atención de las situaciones originadas en el mercado de trabajo, etc., requieren todas ellas contar con fuentes homogéneas y confiables de información poblacional. Las limitaciones mencionadas más arriba, sin mencionar que en las últimas décadas no hubo, necesariamente, uniformidad en los criterios de delimitación e identificación de las ciudades, muestran la necesidad de salvar tal tipo de inconvenientes."

Dado el criterio físico, "(…) es esperable que una localidad evolucione de tal forma que su "envolvente" se modifique y, por lo tanto, también cambien su superficie y sus componentes".

"(…) Además de los elementos de naturaleza conceptual y metodológica, hay otros de carácter aparentemente formal pero de impacto no menor. Uno de ellos es el vinculado con los cambios en la toponimia de las localidades. Una mirada sobre las nóminas de localidades de dos o más censos, puede arrojar la convicción de que hay nuevas ciudades o que otras han desaparecido, cuando puede tratarse sólo de cambios en la denominación que las identifica." (Lindenboim, 1997: 7).

Dicho autor con Damián Kennedy en su trabajo "Dinámica urbana argentina". 1960 – 2001. Reconstrucción y análisis de la información necesaria." (Lindenboim y Kennedy. 2004) Expresan que la homogeneización de los datos de la población urbana era la solución al problema de la (in) comparabilidad. ¿De qué se trata? Consiste en la reconstrucción "hacia atrás" de las unidades consideradas urbanas. Es decir, el mismo consiste en la reconstrucción, para censos anteriores (para este caso 1960, 1970, 1980, 1991), de las localidades tal cual se encuentran delimitadas físicamente en un determinado censo para este trabajo es el correspondiente al año 2001, de modo de hacer a dichos datos comparables entre sí en el tiempo y permitir, en consecuencia, la observación de la evolución de las aglomeraciones.

En otros términos, una localidad puede verificar distintas combinaciones de los mismos. Y esto vale, obviamente, no sólo respecto a las modificaciones sucedidas en el último período intercensal, sino en toda su "historia". Todo esto implica que la actual composición de las localidades urbanas según el censo 2001 sea consecuencia, probablemente, de trayectorias muy variadas.

A nivel regional

El modelo de Christaller sostiene que la organización del sistema de asentamientos es jerárquica según diferentes niveles. Los centros urbanos tienen tamaños y funciones distintos: existen regularidades en el tamaño, la distancia y la especialización funcional, relacionados con una división del espacio según modelos geométricos en áreas hexagonales y jerarquías de núcleos, los más pequeños dentro de los mayores. La función principal de la ciudad es la de ser centro de abastecimiento de bienes y servicios para el territorio que la rodea (áreas complementarias), tales servicios centrales son de orden superior o inferior, lo que conduce a una jerarquía de centros según tipos de servicios ofertados por la ciudad como se observa en los mapas A y B. Cada centro suministra los bienes propios del nivel inferior y los que corresponden a su propio nivel. Por lo tanto, las relaciones que se establecen entre los diferentes asentamientos son fundamentalmente verticales y ascendentes y se organizan en el ámbito nacional. La teoría integra también aspectos económicos y espaciales.

Cecilia Erbiti (2007) en sus diferentes trabajos en urbanización sostiene que las ciudades además de ser encrucijadas de la historia, son centros de organización, decisiones y actividad económica que ejercen a través de determinadas funciones. Estas últimas constituyen la razón de ser de una ciudad y se modifican con el tiempo. A medida que los sistemas económicos y sociales, gracias a los avances tecnológicos, fueron ampliando sus áreas de influencia, las ciudades se encuentran inmersas en un sistema que funciona según un orden lógico más complejo, donde cualquier cambio de posición impacta diferencialmente en los elementos e interrelaciones que lo sustentan.

En este marco "los procesos de urbanización son series de transformaciones que se van generando a lo largo del tiempo, mediante las cuales algo que no lo era adquiere el carácter de urbano" (Erbiti, 2007:2). Estos procesos pueden estudiarse desde dos perspectivas resultantes del cambio de escala: transformaciones de una región (difusión de lo urbano en el territorio) y crecimiento espacial de las ciudades (producción del espacio urbano).

  • a. Localidades

En Argentina, aunque sólo a partir del censo de 1970 se lo explicita, ya desde el primer Censo Nacional de Población y Vivienda el criterio adoptado es el físico.

Este establece que "una localidad se define como porción de la superficie de tierra caracterizada por la forma, cantidad, tamaño y proximidad entre sí de ciertos objetos físicos artificiales fijos (edificios) y por ciertas modificaciones artificiales del suelo (calles), necesarias para conectar aquellos entre sí. Brevemente, una localidad se define como concentración espacial de edificios conectados por calles" (INDEC, 1994). Así definida, la localidad técnicamente se denomina aglomeración.

No toda población concentrada (que vive en un aglomerado) forma parte de la población urbana. Los criterios para determinarla son de los más variados y arbitrarios a la vez.

Nuestro país considera como población urbana, "desde el censo de 1914 a la Población en localidades de 2.000 ó más habitantes" (Lindenboim, 1997) y al conjunto de dichas localidades como las unidades constitutivas del sistema urbano nacional. Por el otro, se considera población rural al resto de la población, que comprende la población en localidades menores a dicho valor (población rural aglomerada o agrupada) y la población en campo abierto (población rural dispersa). (INDEC, 1999)

Cuando en una región tiene lugar un proceso de urbanización, crece más rápidamente la proporción de población que vive en las ciudades; estas, como generadoras de innovaciones, centros de decisiones y mayor parte de las actividades, incrementan su protagonismo en la estructuración del territorio regional.

De la observación de las tablas 1 a 4 y los respectivos mapas (1 a 5), resulta que la localidad/ciudad que ocupa el primer lugar desde ahora denominada "ciudad principal", para todos los casos y años, es la capital provincial, en donde los servicios y acceso a diferentes oportunidades laborales son más relevantes. A su vez la segunda ciudad en jerarquía se mantiene constante en las provincias de Corrientes, Formosa y Misiones para todo el periodo.

En la provincia del Chaco, la localidad de Villa Ángela para el año "60, ocupa el segundo lugar; para el año "70 el tercero y el cuarto orden para el resto de los años observados. Estos datos además fueron graficados (ver anexo) teniendo en cuenta la relación existente entre las localidades con respecto de la primera (RT1) y segunda (RT2).

Del computo anterior deriva el cálculo del Coeficiente de Relación (CR1-CR2) que permite deducir la relación existente entre las localidades con respecto de la primera (RT1) y segunda (RT2). Hay que tener en cuenta que "La población estimada de las distintas ciudades del sistema se calcula a partir de la población real de la primera ciudad. Puede suceder, sin embargo, que todas las ciudades -excepto la primera- estén perfectamente equilibradas en cuanto a sus tamaños y que el hecho de que se tome siempre la primera ciudad como referencia, nos haga pensar que todo el sistema está desequilibrado, cuando en realidad, únicamente es esa primera ciudad la que tiene un tamaño anormal. En el caso de las provincias que nos ocupa, esto tiene un cierto grado de veracidad por cuanto existe mucho más equilibrio en los valores observados a partir de la segunda ciudad." (Foschiatti, 1997)

Este último facilita la comparación de la distribución jerárquica de las ciudades de un sistema urbano en la realidad, con respecto a su distribución ideal. En la región de estudio, se cumple la ley de ciudad primada de Jefferson (1939); no así la ley de rango-tamaño o ley de Zipf (1941), ya que las ciudades de segunda y más jerarquía presentan una población menor a la que debería poseer para que se cumpla dicha ley (ver gráficos del anexo).

  • b. Departamentos

Los departamentos son la segunda subdivisión territorial (división catastral) en la Argentina, después de las provincias.

En las cuatro provincias observadas se cuenta con un total de 76 departamentos repartidos de la siguiente manera: 25 para Chaco (que en 1992 se creó el último departamento "2 de Abril"); 25 para Corrientes; 17 para Misiones y 9 para Formosa. En la tabla 5 del anexo, se puede apreciar la lista con sus respectivas cabeceras.

Cabe recordar que esta segunda división territorial a su vez se compone de municipios (sistema de ejidos colindantes) quedando de esta manera cubierto todo el territorio provincial.

Siguiendo la modalidad del trabajo los datos de la población urbana correspondientes a estos, fueron analizados tomando como parámetro los censos antes mencionados. Dicho resultado se puede apreciar en las tablas 6 a 9, en los mapas 6 a 10 y en los gráficos derivados del análisis de las relaciones existentes entre el primer (RT1) y segundo (RT2) departamento de cada provincia además del cálculo derivado entre la población real y la ideal de los mismos que se encuentran en el anexo.

Para este nivel de análisis se debió en primer lugar, homogeneizar los datos, ya que solamente en los 2 últimos censos del periodo estudiado para el caso de Chaco existía el departamento 2 de Abril, que antes de 1992 su jurisdicción correspondía a los departamentos 12 de Octubre y Fray Justo María de Oro. (Ley provincial 3814 del 9/12/1992) o como también, se denominaba Presidente de la Plaza (Art. 3 de la Ley provincial 3814 del 9/12/1992) al hoy Presidencia de la Plaza.

Así también se pudo observar que no siempre la cabecera departamental es la ciudad primada, en el departamento San Cosme de Corrientes su cabecera, de igual denominación, no cuenta con el umbral mínimo de 2000hab., para ser considerada localidad el mismo es alcanzado por Paso de la Patria (ciudad turística por sus balnearios). Otro ejemplo es en Formosa donde El Potrillo dentro del departamento Ramón Lista alcanza el umbral y no así la cabecera Gral.Mosconi y en el departamento Tapenagá en Chaco ninguna de las localidades llegan al umbral (ver mapas 1 a 5 de localidades en el anexo).

Al aplicar la ley de rango-tamaño o ley de Zipf (1941), se observa que en las cuatro provincias del NEA, sus departamentos presentan un comportamiento similar al registrado en las localidades; lo que era de esperar teniendo en cuenta que generalmente las ciudades analizadas corresponden a cabeceras departamentales.

A nivel país

"(…) la proporción de población que reside en ciudades es, desde hace varias décadas, elevada. Pese a ello tal proporción ha seguido creciendo, fenómeno que se reproduce, más allá de las especificidades regionales, en las diversas jurisdicciones político-administrativas (provincias) que lo componen. A comienzos de los años '90, alrededor de 9 de cada 10 habitantes residían en tales ámbitos. Entre otras importantes razones, ésta es una que pone en evidencia la relevancia del estudio del llamado fenómeno urbano".

La premisa de la que se parte es que el conjunto de la población -su crecimiento y distribución- es, sin lugar a dudas, el resultado acumulativo de acciones y circunstancias personales en cada situación concreta de lugar y tiempo." (Lindenboim, 1997)

Un informe realizado a solicitud del Fondo de población de las Naciones Unidas en Argentina (UNFPA, por un equipo de investigadores del CENEP, que fue publicado en diciembre de 2009, consigna que "(…) Las tendencias agregadas de la población se refieren a colectivos y sus principales elementos son: el tamaño, el crecimiento, la estructura por edad y sexo y la localización de la población.

Tradicionalmente tales aspectos concentraban la preocupación pública y la atención de los expertos y los gobiernos, al punto que parte importante de las políticas de población procuraban alcanzar directamente objetivos a nivel macro como, por ejemplo, las metas cuantitativas en materia de crecimiento, o bien la búsqueda -todavía vigente y más propia de la Argentina aún- de una "equilibrada distribución" de la población en el territorio (…)" (Pantelides y Moreno, 2009:26).

  • a. Capitales provinciales

En párrafos anteriores se expuso que en el proceso de urbanización crece más rápidamente la proporción de población que vive en las ciudades; debido a que estas son apreciadas como "generadoras de oportunidades".

Al crecer las relaciones entre ciudades de un mismo nivel jerárquico, crean un flujo entre centros de un mismo rango, lo que da lugar a estructuras organizadas. Entre los integrantes se crean relaciones de intercambio establecidas en la complementariedad que está determinada por el tipo de actividad, el tipo de empresas, sus relaciones, la especialización y funciones de cada ciudad dentro de la red (Precedo Ledo, 1996). Cada ciudad se inserta, a la vez, en varias redes.

¿Pero que es la jerarquía urbana? "(…) a medida que aumenta el tamaño de la ciudad se produce una diversificación de las actividades económicas, al tiempo que se incrementa la demanda de servicios e inversiones en infraestructura de transporte para una mejor accesibilidad. Si bien la jerarquía de los asentamientos poblacionales exige trabajar con diversas variables, en este caso se utiliza la cantidad de habitantes y se designan los centros de acuerdo a una calificación indicadora de jerarquía…" (Erbiti, 2008: 218).

La República Argentina ha sido una de las que mostró un proceso de urbanización más incipiente y acelerado en el contexto Latinoamericano como se aprecia en tabla adjunta.

  • Tabla 10. Porcentaje de población urbana en la Argentina en el periodo 1960-2001.

1960

1970

1980

1991

2001

%

72

79

83

88

90

Fuente: elaboración propia con datos de los Censos Nacionales.

Este proceso es de marcada primacía urbana como se aprecia en la tabla 11 para el año 1960 y tabla 12 para el año 2001 a su vez graficadas y representado en el mapa 12.

La macrocefalia argentina se observa entre la ciudad de Buenos Aires y el resto de las ciudades argentinas que, tras alcanzar un máximo relativo hacia mediados de los 70", tiende a estabilizarse o disminuir. El sostenido proceso de urbanización, es impulsado a partir del modelo agro-exportador e incrementado durante la sustitución de importaciones. Situación que también se observa en los gráficos RT1, RT2, CR1 y CR2.

Siguiendo la metodología, se analizó la relación existente entre la población de la capital provincial y resto de la provincia (ver tablas y graficos en anexo) para los años extremos del periodo 1960 y 2001, donde se advierte que aquellas ciudades que en 1960 ocupaban los primeros puestos como Capital Federal (44%), San Juan (42%), Mendoza (40%), para el año 2001 "pierden población", ya que en este cuentan en orden con 20%, 18% y 7%. En tanto otras "ganan población" como es el caso de La Rioja (28%), Ushuaia (33%) y San Luis (23%) para el 60" en tanto para el 2001 50%, 45% y 44% respectivamente. Solo por mencionar algunos datos extraídos de la tabla 13.

  • b. Provincias

La provincia es la primera subdivisión de territorio nacional y es la unidad federal que constituye el país. Conforme a la Constitución de 1853, reformada en varias oportunidades y la última en 1994, la Argentina es una república federal compuesta por 23 provincias, y en sus inicios contaba con 14 provincias y 9 Territorios Nacionales que a partir de la década del "50 se convirtieron en provincia, en 1991 Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur fue el último territorio en hacerlo.

Para este trabajo se considera como provincia a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la misma no tiene carácter de provincia, sino de ciudad autónoma con atribuciones similares que una provincia, siendo además la Capital de la República es por esto llamada Capital Federal. Está comprendida al oeste y norte por la Avenida General Paz, al este por el Río de la Plata y, al sur, por el Riachuelo.

La urbanización en Argentina es el reflejo del proceso de aglomeración de población en el mundo a comienzos del s.XIX, donde la concentración de esta se volcó a los sistemas urbanos. Entre las razones posibles de este fenómeno en Argentina se contaría con:

  • desde antes del surgimiento como Estado Nacional, la tendencia a la concentración de actividades en la región pampeana, esto planteó un proceso de desigualdad en la distribución de la población y de las actividades económicas;

  • la inmigración trasatlántica hacia los centros urbanos, en particular, hacia las provincias que contenían a Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Rosario. Además del flujo de inmigración interna de zonas rurales hacia zonas urbanas debido a condiciones económicas y sociales desfavorables. Este último aspecto también reflejado en toda América latina.

El sistema urbano argentino en 1947 reflejaba la configuración espacial propia de la etapa agro-exportadora, con predomino absoluto de la región pampeana y participación minoritaria de las economías regionales tradicionales: NOA, Cuyo y NEA.

Si bien a través de la historia se pueden observar diferentes políticas que intentaron modificar la característica de primacía del sistema urbano argentino, éstas no modificaron dicha situación.

Haciendo un poco de historia recordemos que durante los 70" surge la propuesta de regímenes de promoción industrial en provincias extra-pampeanas, pero su implementación se concreta una década más tarde en dos provincias del Noroeste como Catamarca y La Rioja, dos de Cuyo San Juan y San Luis y un régimen especial en un territorio nacional patagónico Tierra del Fuego.

En tanto a partir de los 90", se ha producido un manejo discrecional y arbitrario de los fondos de Coparticipación Federal y de los Aportes del Tesoro Nacional en desmedro de la ciudad de Buenos Aires y de la Región Pampeana. También se establecieron sobresueldos diferenciales, especialmente en áreas de frontera o rurales. Estrategia que no modificó la característica de primacía del sistema urbano argentino (Velázquez, 2006).

El sistema urbano en 2001 muestra una situación bastante diferente, ya que las ATIs[3]se encuentran mucho más distribuidas entre las diferentes regiones argentinas. Si bien el área pampeana sigue concentrando la mitad de las ciudades intermedias y grandes, por primera vez todas las provincias argentinas cuentan con ciudades intermedias (Velázquez, 2006).

El mapa 11 refleja la distribución de la población en las provincias. Además de realizarse los gráficos de RT1 y RT2, CR1 y CR2 en los cuales se aprecia las tendencias antes descriptas.

La dinámica demográfica de un territorio es un elemento importante en relación con el crecimiento económico y desarrollo social. Este crecimiento es consecuencia del crecimiento natural o vegetativo (diferencia entre el número de nacimientos y defunciones de una población) y del balance migratorio (diferencia entres inmigraciones y migraciones que se dan en el territorio observado). Se lo obtiene mediante cálculos basados en datos estadísticos intercensales.

Cabe señalar que el Crecimiento Relativo Intercensal (CRI), expresa el valor del crecimiento en relación con la población que le dio origen expresado en porcentaje (%). A su vez la Tasa de Crecimiento Intercensal (TCI), determina el valor del crecimiento de una población entre dos fechas, en relación con la población media y expresada por cada 1.000 habitantes.

Para este trabajo se tomaron los datos de la población en el periodo intercensal 1960-2001 (41 años), para el país por provincias y sus respectivas capitales.

Partes: 1, 2
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