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Estilos de vida y prácticas de autocuidado


Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Material y métodos
  4. Resultados
  5. Análisis de los resultados
  6. Conclusiones
  7. Recomendaciones
  8. Referencias bibliografías
  9. Anexos

TESIS

Resumen

Estudio de investigación de tipo descriptivo- correlacional, de corte transversal, que se realizó con el objetivo de conocer la relación que existe entre El Estilo de vida y Prácticas de autocuidado para la prevención de la enfermedad renal en el padre y/o tutor adulto joven del Centro Educativo Privado Ciencia y Arte de la Ciudad de Trujillo-2012.

La población estuvo constituida por 90 padres y/o tutores adultos jóvenes de los cuales se selecciono a 39 de ellos para constituir la muestra del estudio que cumplieron con los criterios de inclusión y exclusión.

Los instrumentos utilizados para recolectar la información fueron: El Cuestionario para la valoración de los Estilos de Vida y El Cuestionario para la valoración de las Prácticas de Autocuidado, ambos instrumentos elaborados por la autora y validados para ser confiables.

Para el análisis de los datos obtenidos se aplicó la prueba estadística chi cuadrado de independencia de criterios (X2) en el programa SPPS versión 18; los resultados evidenciaron que el 69% de los padres y/o tutor adulto joven presentan estilo de vida no saludable, sin embargo el 31% tiene estilo de vida saludable, el 49% tienen buenas prácticas de autocuidado y el 51% tiene malas prácticas de autocuidado. Al relacionar ambas variables se concluye que los Estilos de vida y las Prácticas de autocuidado tienen relación significativa (valor-p < 0.01).

Palabras claves: Estilos de vida, prácticas de autocuidado, prevención, adulto joven, enfermedad renal.

SUMMARY

Study of investigation that was realized by the aim to know the relation that exists between The Ways of life and Practices of autocare for the prevention of the renal disease in the father and / or adult young tutor of the Educational Private Center Science and Art of the City of Trujillo 2012.

The population was constituted by 90 parents and / or adult young tutors of which I select 39 of them to constitute the sample of the study, and that expired with the criteria of incorporation and exclusion.

The instruments used to execute the investigation and to gather the information were: The Questionnaire for the valuation of the Ways of life and The Questionnaire for the valuation of the Practices of Autocare, both instruments elaborated by the authoress and validated to be reliable.

For the analysis of the obtained information there applied the statistical test to himself square chi of independence of criteria (X2) in the program SPPS version 18.

The results demonstrate that the persons have 69 % of not healthy way of life, nevertheless 31 % has healthy way of life, that of the persons encuestads 49 % has good practices of autocare and 51 % has bad practices of autocare. It is so the statistical test of the Chi Cuadrado allows us to conclude that the ways of life of the persons are related to the practices of autocare. (Value – p <0.01).

Key words: Ways of life, practices of autocare, prevention, young adult, renal disease.

Introducción

La enfermedad crónica denota un proceso incurable, con una gran carga social, tanto desde el punto de vista económico como desde la perspectiva de dependencia social; tiene una etiología múltiple y con un desarrollo poco predecible, que obliga a una modificación del modo de vida del paciente y que es probable que persista durante largo tiempo. Es así, que la enfermedad crónica dejada a su evolución natural o con una intervención inadecuada compromete y repercute sobre el estilo de vida del paciente e incluso un alto grado de incapacidad (Caramantin, 2006).

Un buen porcentaje de la población conoce o sabe que la enfermedad cardiaca y el cáncer pueden ser asesinos silenciosos y entienden que el monitoreo de la presión arterial, del Colesterol y otros estudios regulares son críticos para proteger su salud. Sin embargo muy pocos conocen y comprenden que la Enfermedad Renal Crónica (ERC) es otra dolencia frecuente que ataca como el cáncer o como una enfermedad cardíaca, en silencio, y a veces, el paciente reacciona sólo cuando el riñón se encuentra muy enfermo, sin poder revertir el daño causado y lo que es peor, saber que el daño pudo preverse con exámenes simples.

La ERC afecta a 2 de cada 10.000 personas aproximadamente; entre las enfermedades causantes se encuentran: glomerulonefritis de cualquier tipo (una de las causas más comunes), enfermedad poliquística del riñón, la hipertensión arterial, el síndrome de Alport, nefropatía del reflujo, uropatía obstructiva, infección o cálculos en el riñón, nefropatía por analgésicos y la diabetes mellitus que es una de las mayores causantes de esta enfermedad (Daugirdas, 2003).

La ERC se define como una disminución de la función renal, expresada por un filtrado glomerular (FG) o por un aclaramiento de creatinina estimados < 60 ml/min/1,73 m2, o como la presencia de daño renal de forma persistente durante al menos 3 meses; el daño renal se diagnostica habitualmente mediante marcadores en vez de por una biopsia renal, por lo que el diagnóstico de ERC se puede establecer por un FG disminuido o por marcadores de daño renal sin conocimiento de la causa. El principal marcador de daño renal es una excreción urinaria de albúmina o proteínas elevada (DOQI, 2002; Mezzano, 2005).

Las opciones de tratamiento incluyen métodos para corregir los trastornos bioquímicos, problema que suele controlarse con medidas conservadoras, estas comprenden el uso de fármacos, dieta y restricción de líquidos. Sin embargo, cuando se hace evidente el empeoramiento de los síntomas urémicos, está indicado un tratamiento más agresivo, en estos casos se utiliza las llamadas terapias de sustitución renal siendo la diálisis y el trasplante del riñón los dos métodos para sustituir la función renal perdida (Potter, 2004).

La opción más adecuada es la realización de un trasplante renal que en nuestra realidad no es muy accesible por múltiples factores, tal es así, que el paciente pasa el resto de su vida dependiente de un tratamiento que cualquiera sea el elegido (hemodiálisis o diálisis peritoneal) tiene sus propios riesgos, que muchas veces conllevan a complicaciones que ponen en peligro su vida y la calidad de vida a pesar de su supervivencia (Cruz, 2002).

En los diferentes grupos poblacionales existen creencias, costumbres, actividades, prácticas y prejuicios que influyen en la salud, y si hablamos del grupo de los adultos jóvenes en donde el imaginario social de que un individuo joven es un individuo sano, unido a la idea de que los avances técnicos de la medicina todo lo pueden, genera en los jóvenes un sentimiento de omnipotencia frente a la enfermedad que procura este alejamiento del discurso institucional sobre la prevención; en este contexto referencial conciben a la enfermedad como un momento puntual, transitorio y de fácil resolución.

Los seres humanos cambian y crecen en diversos aspectos durante el período de los 20 a los 40 años, edades límite aproximadas que la mayoría de los estudiosos han establecido para definir al adulto joven. Durante estas 2 décadas se toman muchas de las decisiones que han de afectar al resto de la vida, con respecto a la salud, la felicidad y el éxito del individuo; para la sociedad, estos años son los más importantes de toda la vida. El tipo de alimentación, hábitos nocivos como fumar o tomar alcohol, como afrontan estados de estrés, todas estas opciones de las formas de vida pueden tener un impacto primordial en el funcionamiento físico en el presente y futuro (Fernández, 2006).

El enlace entre la conducta y la salud, señala la relación entre los aspectos físicos, intelectuales y emocionales del desarrollo. Lo que la gente hace, influye en cómo se siente. Aún cuando la gente sabe la verdad, acerca de los buenos hábitos de salud, su personalidad, su ambiente social y su estado emocional a menudo pesan más que el estar enterado de lo que deberían hacer y los lleva a una conducta que no es saludable.

En la actualidad, existe evidencia científica de que los factores de riesgo de enfermedades crónicas se establecen durante la infancia y la adolescencia; la adopción de un estilo de vida saludable parece deseable desde edades tempranas existiendo un consenso cada vez mayor hacia la prevención. La experiencia educacional indica que la mejor etapa para inculcar los hábitos que se espera tenga una persona adulta, corresponde a la edad pre escolar, esto denota la importancia de los padres en la formación de sus hijos (González, 2008; Chiang, 2003).

Se afirma que el estilo de vida es un patrón multidimensional de acciones que la persona realiza a lo largo de la vida y que se proyecta directamente en la salud, es determinado por la presencia de factores de riesgo y/o de factores protectores para el bienestar, por lo cual debe ser visto como un proceso dinámico que no solo se compone de acciones o comportamientos individuales, sino también de acciones de naturaleza social (Marriner, 2011).

Nola Pender es la autora de un modelo que se ha aplicado principalmente a la modificación de comportamientos en la adolescencia y que integra conceptos propios del ámbito de enfermería y de la psicología de la salud. Este modelo considera que el comportamiento saludable viene determinado por tres grandes grupos de influencia: los factores personales (como la personalidad, la edad o el sexo) y la experiencia previa con relación al comportamiento, elementos que son difícilmente modificables; las variables socio cognitivas, como la percepción de beneficios y de barreras de la acción (valoración de los pro y contra de llevar a cabo la acción), la autoeficacia percibida y los elementos emocionales y afectivos; los factores interpersonales y contextuales, como las influencias recibidas durante el proceso de socialización, la norma social, la relación con los contextos en los que el individuo se encuentra inmerso (familia, escuela, trabajo) entre otros (Hernández, 2009).

El estilo de vida saludable es el conjunto de patrones conductuales o hábitos que guardan una estrecha relación con la salud en un sentido amplio, es decir, con todo aquello que provee el bienestar y desarrollo del individuo a nivel biopsicosocial. Por su parte, por estilo de vida de riesgo se entiende el conjunto de patrones conductuales, incluyendo tanto conductas activas como pasivas, que suponen una amenaza para el bienestar físico y psíquico que acarrean directamente consecuencia negativas para la salud o comprometen seriamente aspectos del desarrollo del individuo (Rodrigo, 2004).

No podemos decir que existe un único estilo de vida saludable, lo que implicaría que solo existe una manera sana de realizar nuestras acciones cotidianas, sino que dentro de una determinada sociedad hay muchos estilos de vida que lo son.

En la mejor forma de vida posible, siempre coexisten factores favorables juntos con otros de riesgo; sin embargo a pesar de esta relatividad puede considerarse que un estilo de vida es saludable, en su conjunto, cuando ayuda a aumentar las expectativas y la calidad de vida y hace menos probable la aparición de enfermedades e incapacidades. En la actualidad, sabemos que ciertas conductas implican riesgos para la salud como: fumar tabaco o tener sobrepeso, etc; en cambio, la favorecen: realizar ejercicio físico regular o seguir una alimentación equilibrada (Banet, 2004).

Diversos estudios han demostrado una asociación entre el estilo de vida de la población, la prevalencia de la enfermedad cardiovascular y la tasa de mortalidad por esa causa; dentro del estilo de vida nocivo se han citado, entre otros, la dieta inadecuada, el sedentarismo, el consumo de tabaco, los que en conjunto constituyen importantes factores de riesgo. Actualmente, asociado a la dieta inadecuada, el aumento de la obesidad infantil constituye un serio problema de salud pública; al ser un factor de riesgo no solo de enfermedad cardiovascular sino de otras enfermedades crónicas del adulto como diabetes, hipertensión arterial son las principales causantes de la Enfermedad Renal Crónica (Chiang, 2003).

Durante los últimos años, diferentes modelos teóricos han incorporado variables explicativas que permiten estudiar empíricamente y operativizar un estilo de vida que promueva la salud. Si revisamos los estudios más recientes, podemos decir que las variables identificadas de forma más clara y relacionadas con un estilo de vida saludable son las siguientes: no consumo de sustancias toxica (drogas, alcohol, tabaco), revisiones medicas periódicas, adhesión terapéutica, control de estrés, hábitos de prevención y ergonomía, conducta sexual, actividades de ocio y tiempo libre, higiene personal, hábitos de descanso, actividad física, hábitos alimentarios adecuados (Hernández, 2009).

La meta de enfermería es ayudar a que las personas se cuiden a ellos mismos, desarrolla la idea de promover una salud óptima sustituye a la prevención de la enfermedad; por lo tanto promoción de la salud comienza con gente básicamente sana y busca promover medidas individuales o comunitarias que ayuden a desarrollar estilos de vida más saludables, dentro de lo que sus condiciones de subsistencia se lo permitan (Marriner, 2011).

Para cuidar la vida y la salud se requiere del desarrollo de habilidades personales, para optar por decisiones saludables, lo cual constituye uno de los cinco componentes de la promoción de la salud (PS), establecidos en la Primera Conferencia Internacional sobre PS, en Ottawa-Canadá, donde se dijo que: "la promoción favorece el desarrollo personal y social en la medida que aporte información sobre el cuidado, educación sanitaria para tomar decisiones informadas y se perfeccionen las aptitudes indispensables para la vida; de esta manera se aumentan las opciones disponibles para que la gente pueda ejercer un mayor control sobre su salud y el medio social y natural, y así opte por todo aquello que propicie la salud." Las estrategias y mecanismos para desarrollar dichas habilidades se relacionan con la autogestión, la educación e información y el autocuidado, mediados por la comunicación (Ottawa, 1986).

En relación a los autocuidados, es importante señalar que los mismos se refieren a todas aquellas acciones que el individuo emprende por sí mismo y que se encuentran orientadas a la prevención de las complicaciones derivadas de una enfermedad, para fines del estudio los autocuidados evaluados están en función de la prevención de la Enfermedad Renal Crónica.

El fomento de los autocuidados es el conjunto de actividades que, al acentuar los aspectos positivos ayudan a que la persona haga uso por si misma de los recursos que conservan o mejoran su bienestar general, así como la calidad de su vida. Esto hace referencia a las acciones que realiza el sujeto encaminadas a permanecer sano y que no requiera la participación del personal asistencial (Barreto y Fermin, 2004).

Desde una perspectiva teórica, para hablar de autocuidados se hace necesario hacer referencia a Orem y su teoría de Autocuidado, a través de la cual define este concepto como el cuidado de uno mismo, dado por uno mismo y para uno mismo. Esta definición denota el componente intencional que tienen las acciones dirigidas a cuidarse, diferenciándose de las acciones instintivas o "mecanismos programados" (según lo denomina Orem), que tienen un carácter automático (Novel, 2000).

Las acciones que se realizan dirigidas a cuidarse son aprendidas, y en este aprendizaje influyen múltiples factores (creencias, hábitos, nivel de conocimiento, grupo social, etc.) que determinan tanto el tipo, como la cantidad de autocuidados que cada uno se aplica así mismo. Para que el aprendizaje se asimile hay que integrar las acciones de autocuidado entre las acciones cotidianas, y de esta forma el autocuidado pasa a formar parte del estilo de vida personal, convirtiéndose en una acción automática que contribuye a elevar el autoconcepto y la estima personal (Novel, 2000).

La teoría de Orem, permite un abordaje integral del individuo en función de situar los cuidados básicos como centro de ayuda al ser humano a vivir feliz durante más tiempo, es decir a mejorar su calidad de vida. Para Orem enfermería orienta sus acciones directamente al autocuidado expresando que "el autocuidado es indispensable porque cuando se ausenta este autocuidado, la enfermedad y la muerte se puede producir" (Marriner, 2011).

El autocuidado entonces es un acto propio del individuo que sigue un patrón, una secuencia y cuando se lleva a cabo eficazmente, contribuye en forma específica a la integridad estructural, al funcionamiento y al desarrollo del ser humano; el autocuidado es el conjunto de acciones positivas y prácticas que precisan para su realización de una elección, una decisión.

El autocuidado como una práctica de dimensión individual y colectiva es una herramienta para avanzar en los objetivos del desarrollo humano pues permite que el proceso de cuidados no sea un hecho aislado y limitado a medicación y atención, sino que supera el ámbito Biológico y se adentra en la subjetividad de cada individuo para hacer posible el reconocimiento de su especificidad, promover el autoestima y autonomía para llegar a un estado en el que su autocuidado sea el resultado de una valoración individual, que recupera el valor de las acciones correctivas y que promueva la generación de una nueva conciencia respecto de lo saludable y lo no saludable (Novel, 2000).

Para llegar hacia esta nueva conciencia colectiva requiere de un proceso de promoción e inserción de un nuevo sentido para el autocuidado. El concepto de autocuidado se explica, como una contribución constante del individuo a su propia existencia: "como un conjunto de acciones intencionadas que realiza o realizaría la persona para controlar los factores (internos o externos) que puedan comprometer su vida y su desarrollo posterior" (Marriner, 2011).

Oren señala tres tipos de requisitos de autocuidado que deben de ser contemplados a la hora de valorar la necesidad, el tipo y la cantidad de los mismos:

Autocuidado Universal: llamados también necesidades de base, son comunes a todos los seres humanos durante todos los estadios de la vida, dan como resultado la conservación y promoción de la salud y la prevención de enfermedades específicas, son conocidos como demandas de autocuidado para la prevención primaria, que comprenden: la conservación de ingestión suficiente de aire, agua y alimento, suministro de cuidados asociados con los procesos de eliminación, mantenimiento del equilibrio entre la actividad y el descanso, entre la soledad y la interacción social, evitar riesgos para la vida, funcionamiento y bienestar, promover el funcionamiento y desarrollo de los seres humanos dentro de los grupos sociales de acuerdo con las potencialidades, las limitaciones conocidas y el deseo de ser normal.

Autocuidado del desarrollo: promover las condiciones necesarias para la vida y la maduración, prevenir la aparición de condiciones adversas o mitigar los efectos de dichas situaciones, en los distintos momentos del proceso evolutivo o del desarrollo del ser humano: niñez, adolescencia, adulto y vejez.

En relación a la desviación de la salud: se refiere, cuando una persona a causa de su enfermedad o accidente se vuelve dependiente y pasa a la situación de receptor de autocuidado, el cual tiene como objetivos prevenir complicaciones y evitar la incapacidad prolongada después de una enfermedad denominándoles demanda de autocuidado para la prevención secundaria.

No se han encontrado investigaciones que relacionen las variables en estudio, presento a continuación dos estudios de referencia en relación a las variables estudiadas:

Gómez y Lucumi (2004), realizó un estudio con el objetivo de determinar, según género, los patrones de conglomeración de algunos factores de riesgo de comportamiento en personas de 18 a 29 años de dos áreas urbanas de Bogotá, mediante la utilización de una encuesta, se determinaron en 1.465 adultos jóvenes los patrones de conglomeración en cuatro factores de riesgo de comportamiento: a)consumo de alcohol, b) bajo consumo de frutas y verduras, c) inactividad física en tiempo libre y d) consumo de tabaco. Los resultados13,9% de los adultos jóvenes no tenía ningún factor de riesgo; 35,5% tenía uno; 32,9% dos y; 17,7% tres o cuatro; el consumo agudo de alcohol fue el factor de riesgo más frecuente en los patrones de conglomeración en hombres; en mujeres lo fue la inactividad física en tiempo libre, además, en las mujeres tener dos o más factores de riesgo de comportamiento estuvo asociado con estar separada o divorciada; en los hombres se asoció con haber trabajado como principal actividad realizada en los últimos 30 días. Se concluyó que  las combinaciones de los factores de riesgo de comportamiento estudiados y los factores asociados a su nivel de conglomeración presentaron patrones diferentes en hombres y en mujeres. Estos hallazgos enfatizan la necesidad de diseñar intervenciones que sean sensibles a las diferencias de género.

Pardo y Nuñez (2008), en su estudio sobre Estilo de vida y salud en la mujer adulta joven, estudio de intervención de tipo cuasi-experimental, con mediciones antes y después de la aplicación de una estrategia de promoción de la salud, con enfoque sanitario dirigido a modificar el estilo de vida como aspecto importante en el fortalecimiento de la salud, se realizó en una muestra de 100 mujeres adultas jóvenes, entre 20 a 40 años de edad afiliadas al sistema de seguridad social integral, el instrumento que se aplico fue la encuesta: ¿Cómo es mi estilo de vida?, creado por la sociedad de cáncer de Canadá en 1986; los resultados indicaron que en la medición del estilo de vida entre el pre y post test, el 50% de las mujeres pasaron de tener un estilo de vida "bueno" a "excelente"; por lo tanto, la estrategia de promoción de la salud aplicada modifico positivamente el estilo de vida de un grupo de mujeres adultas jóvenes de una red social y económicamente deprimida, y fortaleció los procesos de salud de las personas.

Para lograr un mayor impacto en el objetivo de mejorar la salud, "la educación para la salud es el instrumento más eficiente", para Mainieri (2011), la educación ha demostrado ser en la práctica el mejor camino para lograr modificaciones en la conducta de los individuos, y los niños, ser los más capaces y receptivos para aprender e incorporar lo aprendido; cuando se les enseñó a no tirar basura en las calles, se limpiaron las ciudades; cuando se les enseñó a lavarse las manos, disminuyeron las parasitosis y se controlaron mejor las epidemias; cuando se les enseñó a preservar especies en extinción, disminuyeron los animales en cautiverio.

Así existen múltiples ejemplos positivos de que los niños han influido en el cambio de conducta de los adultos; lo que no han aprendido ni modificado es lo que no se les ha enseñado, o lo que se les ha enseñado mal. De un niño que no recibe ninguna información acerca de lo que puede sufrir al caer en una adicción, y que ve a sus padres e ídolos que fuman, celebran ingiriendo licor y comen en exceso, no se puede esperar más que incorpore lo aprendido en sus hábitos de vida, y que se modernice consumiendo drogas más actualizadas y alimentos populares entre su generación.

La educación de adultos, en cuanto a conductas se refiere, requiere esfuerzos extraordinarios, pues ya tienen incorporado su estilo de vida, en cambio, los niños aprenden con mayor facilidad y con poco esfuerzo. Por tal motivo, la propuesta es destinar el mayor esfuerzo y energía a la educación para la salud de los niños, y que esta se inicie tan temprano como sea posible, y siempre antes de que el niño asuma un estilo de vida o conducta inapropiada. Aunque los padres del niño son los responsables de educarlo, y lo hacen en la medida de sus posibilidades, es imprescindible educar a los padres para que eduquen a sus hijos, pues quien no ha tenido la oportunidad de recibir un conocimiento, no puede transmitirlo.

Martinez, H y cols. (2011), refiere que a pesar del gran incremento en la incidencia y prevalencia de la enfermedad renal crónica terminal (ERCT), la mayoría de los sujetos en estadios tempranos de dicha enfermedad no son diagnosticados ni tratados de manera oportuna, por lo tanto, no reciben medidas de nefroprotección de forma temprana, y en consecuencia, la enfermedad renal crónica terminal continúa incrementándose; por consiguiente, enfocar la atención hacia la prevención (primaria o secundaria), en lugar de continuar tratando las complicaciones tardías de la ERC, es un área de oportunidad que debe explotarse.

La detección oportuna del daño renal crónico en grupos de alto riesgo permite establecer medidas para detener o retardar la progresión de la falla renal, sin embargo, algunos factores de riesgo de progresión del daño renal, estrechamente asociados con hábitos negativos de estilo de vida, no son adecuadamente controlados. Es probable que una intervención múltiple pueda influir de manera positiva sobre variables negativas del estilo de vida y en la participación más activa de los pacientes en su propio cuidado y con ello contribuir a la mejor preservación de la función renal en la ERC temprana y disminuir la carga global de la etapa terminal.

Por todo lo antes mencionado, se puede resumir, en que la importancia para la prevención de la enfermedad renal se encuentra en la educación que se brinde para el fomento de los hábitos de vida saludables y las practicas de autocuidado orientadas a la prevención de la enfermedad, esos temas básicamente son brindados en programas educativos a cargo del personal de Enfermería, como parte del equipo de salud, y que gracias al desarrollo de las diversas especialidades en esta profesión, la especialidad en nefrología da mayor énfasis en identificar estilos de vida insalubles y prácticas de autocuidado deficientes en el manejo de las principales causas de la enfermedad renal, como lo son: la diabetes mellitus, la hipertensión arterial y las infecciones de vías urinarias.

La enseñanza para el fomento de la salud es indispensable en la asistencia de enfermería, estando dirigida al fomento, conservación y restauración de la salud, así como a la adaptación a los efectos residuales de las enfermedades; al brindar información educativa se resalta la importancia de que la presencia de un nuevo conocimiento positivo, cambia y trae resultados beneficiosos a su salud, las personas sentirán un deseo de tener la presencia del enfermero(a) como educador-orientador de sus conductas.

PROBLEMA:

  • ¿Qué relación existe entre el estilo de vida y las prácticas de autocuidado para la prevención de la enfermedad renal en el padre o tutor adulto joven de los niños del Centro Educativo Privado Ciencia y Arte. Trujillo-2012?

OBJETIVOS:

OBJETIVO GENERAL:

  • Determinar qué relación existe entre el estilo de vida y prácticas de autocuidado para la prevención de enfermedades renales en el padre o tutor adulto joven de los niños Centro Educativo Privado Ciencia y Arte. Trujillo-2012.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

  • Identificar el estilo de vida que tiene el padre o tutor adulto joven de los niños del Centro Educativo Privado "Ciencia y Arte". Trujillo- 2012.

  • Valorar las prácticas de autocuidado para la prevención de la enfermedad renal en el padre o tutor adulto joven de los niños del Centro Educativo Privado "Ciencia Arte". Trujillo-2012.

Material y métodos

El presente estudio de investigación se ajusta a un tipo de estudio descriptivo correlacional y de corte transversal. Se desarrolló con los padres o tutores adultos jóvenes que tienen a un hijo estudiante en el Centro Educativo Privado Ciencia y Arte, de la ciudad de Trujillo – 2012.

2.1.- POBLACIÓN EN ESTUDIO

La población en estudio estuvo constituida por 90 padres o tutores adultos jóvenes que tienen inscritos a sus hijos en el Centro Educativo Privado Ciencia y Arte de la ciudad de Trujillo.

2.2.-MUESTRA

En cuanto al tamaño de la muestra representativa por análisis estadístico se tuvo un total de 39 participantes en el estudio.

edu.red

2.3.-UNIDAD DE ANÁLISIS

Cada padre o tutor adulto joven que tiene inscrito a su hijo en el Centro Educativo Privado Ciencia y Arte de la Ciudad de Trujillo.

Criterios de Inclusión:

  • Padre o tutor de ambos sexos de 20 a 40 años que tuvieron en el momento de la investigación por lo menos un hijo estudiando en el Centro Educativo Privado Ciencia y Arte de esta ciudad de Trujillo .

  • Padre o tutor adulto joven de los niños del Centro Educativo Privado "Ciencia y Arte" que aceptaron participar voluntariamente en la investigación.

Criterios de Exclusión:

  • Padre tutor adulto joven de los niños del Centro Educativo Privado "Ciencia y Arte", con diagnostico de cualquier nefropatía crónica ya establecida.

2.4.- INSTRUMENTOS DE RECOLECCIÓN DE DATOS.

A.- CUESTIONARIO PARA LA VALORACIÓN DEL ESTILO DE VIDA.

Elaborado por la autora en base a los conceptos y supuestos principales planteados en el Modelo de Prevención de la Salud de Nola Pender (anexo 1).

Consta de 30 afirmaciones, considerando 3 modos de respuesta:

  • Siempre

  • A veces

  • Nunca

El puntaje máximo del cuestionario fue de 90 puntos y el mínimo de 30 puntos. Para los ítems 3,14, 15, 16, 20, 21, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29 y 30 los valores son:

  • Siempre: 3 puntos

  • A veces: 2 puntos

  • Nunca: 1 puntos

Para los ítems 2, 13, 17, 18, 19 y 22, los valores son

  • Siempre: 1 punto

  • A veces: 2 puntos

  • Nunca: 3 puntos

El estilo de vida en los padres y/o tutores adulto jóvenes, se categorizó en:

  • Estilo de vida saludable: Valores comprendidos entre 61-90 puntos.

  • Estilo de vida no saludable: Valores comprendidos entre 30-60 puntos.

B.- CUESTIONARIO PARA LA VALORACIÓN DE LAS PRÁCTICAS DE AUTOCUIDADO.

Elaborado por la autora en base a los conceptos y supuestos principales planteados en la Teoría del Déficit de Autocuidado de Dorothea Orem (anexo 2).

Consta de 18 afirmaciones, considerando 3 modos de respuesta:

  • Siempre

  • A veces

  • Nunca

El puntaje máximo del cuestionario fue de 54 puntos y el mínimo de 18 puntos. Para los ítems 1, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 15 y 16, los valores son:

  • Siempre: 3 puntos

  • A veces: 2 puntos

  • Nunca: 1 punto

Para los ítems 2, 13, 14, 17 y 18, los valores son

  • Siempre: 1 punto

  • A veces: 2 puntos

  • Nunca: 3 puntos

Las prácticas de autocuidado en los padres y/o tutores adulto joven, se categorizó en:

  • Buenas prácticas de autocuidado: Valores comprendidos entre 37-54 puntos.

  • Malas prácticas de autocuidado: Valores comprendidos entre 18-36 puntos.

2.5.- CONTROL DE CALIDAD DE DATOS

PRUEBA PILOTO

Con la finalidad de hacer los ajustes necesarios en el instrumento para hacer mayor su comprensión por el padre y/o tutor adulto joven, se aplicó los dos instrumentos a un total de 30 padres de familia de otro centro educativo, una muestra similar a la del estudio.

VALIDEZ

Los instrumentos aplicados, fueron validados en su contenido mediante el juicio de expertos en la materia, en este caso por 1a enfermera con grado de Magister en Salud pública y otra enfermera Especialista en la atención al adulto en terapia nefrológica que tienen más de 5 años de experiencia en el área referida. Sobre las bases de las sugerencias brindadas se reajustó el instrumento para su mayor claridad y precisión.

CONFIABILIDAD

Para evaluar la confiabilidad de los instrumentos, se utilizó la estadística de Alpha de Cronbach la cual dio un valor de 0,81% para el CUESTIONARIO PARA LA VALORACIÓN DEL ESTILO DE VIDA y de 0,72% para el CUESTIONARIO PARA LA VALORACIÓN DE LAS PRÁCTICAS DE AUTOCUIDADO, los cuales tienen indicadores de ser confiables (anexo 3).

2.6.- PROCEDIMIENTO

Se solicitó el permiso para efectuar la investigación, al Director del Centro Educativo Privado Ciencia y Arte, y de esta manera, permitirnos aplicar los instrumentos de recolección de datos a los padres de familia seleccionados.

Se procedió a identificar a los participantes para la muestra de estudio y se les explicó los objetivos de la investigación solicitándose por ello su consentimiento para la aplicación de los instrumentos, el horario en el que se realizó la mencionada actividad fue a la hora de salida de sus hijos del centro educativo, el tiempo aproximado para la aplicación de los dos instrumentos de recolección de datos fue en promedio 10 minutos.

Finalmente se correlacionaron las variables en estudio mediante las técnicas estadísticas descritas a fin de analizar los resultados para su posterior informe.

2.7.- TABULACIÓN Y ANÁLISIS ESTADÍSTICO

Los datos obtenidos por los instrumentos de medición, fueron debidamente copiados y en una base de datos en el programa Excel, que posteriormente exportamos al programa estadístico, en el cual se aplicó la prueba estadística chi cuadrado en el programa SPSS versión 18.

2.8.- CONSIDERACIONES ÉTICAS

Se tuvo en cuenta los siguientes principios éticos:

  • PRINCIPIO DE RESPETO A LA DIGNIDAD: cuando el padre o tutor decidió voluntariamente su participación en la investigación.

  • PRINCIPIO DE BENEFICENCIA: Los participantes como entrevistados no fueron expuestos a situaciones y experiencias que les fuera perjudicial. Así mismo, la información obtenida fue anónima siendo usada solo para fines de la investigación.

  • PRINCIPIO DE JUSTICIA Y CONFIDENCIALIDAD: La información recolectada durante la investigación se mantuvo en estricta confidencia, la cual no fue accesible a otras partes que no estuvieran involucradas en la investigación.

2.9.- DEFINICIÓN DE VARIABLES

A.- VARIABLE INDEPENDIENTE: ESTILOS DE VIDA

  • DEFINICIÓN CONCEPTUAL:

El estilo de vida es un patrón multidimensional de acciones que la persona realiza a lo largo de la vida y que se proyecta directamente en la salud. (Pender, 2002).

  • DEFINICIÓN OPERACIONAL:

Es el puntaje de las respuestas que obtuvo cada participante en el instrumento aplicado y se cuantifico de la siguiente manera:

-Estilo de vida saludable: Valores comprendidos entre 61-90 puntos.

-Estilo de vida no saludable: Valores comprendidos entre 30-60 puntos.

B.-VARIABLE DEPENDIENTE: PRACTICAS DE AUTOCUIDADO

  • DEFINICIÓN CONCEPTUAL:

El autocuidado consiste en la práctica de las actividades que las personas maduras, o que están madurando, inician y llevan a cabo en determinados periodos de tiempo, por su propia parte y con el interés de mantener un funcionamiento vivo y sano, y continuar con el desarrollo personal y el bienestar mediante la satisfacción de requisitos para las regulaciones funcionales y del desarrollo (Orem, 2001).

  • DEFINICIÓN OPERACIONAL:

Es el puntaje de las respuestas que obtuvo cada participante en el instrumento aplicado y se cuantifico de la siguiente manera:

-Buenas prácticas de autocuidado: Valores comprendidos entre 37-54 puntos.

-Malas prácticas de autocuidado: Valores comprendidos entre 18-36 puntos.

Resultados

TABLA N°1

DISTRIBUCIÓN DE 39 PADRES O TUTORES ADULTOS JÓVENES SEGÚN LA VALORACIÓN DE LOS ESTILOS DE VIDA EN LA PREVENCIÓN DE LA ENFERMEDAD RENAL.

C.E.P CIENCIA Y ARTE .TRUJILLO-2012.

edu.red

FUENTE: Datos obtenidos de la aplicación del cuestionario y procesados en el programa SPSS 18.

En la tabla Nº1, se observa que el 69% de los encuestados llevan un estilo de vida NO saludable seguido de un 31% con estilos de vida saludable.

GRAFICO N° 1

DISTRIBUCIÓN DE 39 PADRES Y/O TUTORES ADULTOS JÓVENES SEGÚN LA VALORACIÓN DE LOS ESTILOS DE VIDA EN LA PREVENCIÓN DE LA ENFERMEDAD RENAL.

C.E.P CIENCIA Y ARTE .TRUJILLO-2012.

edu.red

FUENTE: Datos obtenidos de la tabla 1.

TABLA N°2

DISTRIBUCIÓN DE 39 PADRES O TUTORES ADULTOS JÓVENES SEGÚN LA VALORACIÓN DE PRÁCTICAS DE AUTOCUIDADO EN LA PREVENCIÓN DE LA ENFERMEDAD RENAL.

C.E.P CIENCIA Y ARTE .TRUJILLO-2012.

edu.red

FUENTE: Datos obtenidos de la aplicación del cuestionario y procesados en el programa SPSS 18.

En la tabla Nº2, se observa que el 49% de los encuestados tienen buenas prácticas de autocuidado seguido de un 51% con malas prácticas de autocuidado.

GRAFICO N°2

DISTRIBUCIÓN DE 39 PADRES Y/0 TUTORES ADULTOS JÓVENES SEGÚN LA VALORACIÓN DE PRACTICAS DE AUTOCUIDADO EN LA PREVENCIÓN DE LA ENFERMEDAD RENAL.

C.E.P CIENCIA Y ARTE .TRUJILLO-2012.

edu.red

FUENTE: Datos obtenidos de la aplicación de la tabla 2.

TABLA N° 3

CORRELACIÓN ENTRE EL ESTILO DE VIDA Y LAS PRÁCTICAS DE AUTOCUIDADO DEL PADRE O TUTOR ADULTO JOVEN PARA LA PREVENCIÓN DE LA ENFERMEDAD RENAL.

C.E.P CIENCIA Y ARTE .TRUJILLO-2012.

edu.red

FUENTE: Datos obtenidos del programa SPSS 18.

En la tabla Nº 3 se muestra la relación entre el Estilo de Vida y las Prácticas de Autocuidado para la prevención de la enfermedad renal en el Padre o tutor adulto joven, esta relación es significativa.

GRAFICO N ° 3

CORRELACIÓN ENTRE EL ESTILO DE VIDA Y LAS PRÁCTICAS DE AUTOCUIDADO DEL PADRE O TUTOR ADULTO JOVEN PARA LA PREVENCIÓN DE LA ENFERMEDAD RENAL.

C.E.P CIENCIA Y ARTE .TRUJILLO-2012.

edu.red

FUENTE: Datos obtenidos de la Tabla 3.

Análisis de los resultados

En la tabla y grafica Nº 1 se presenta la distribución de 39 padres o tutores adultos jóvenes según la valoración de los estilos de vida en la prevención de la enfermedad renal, se observa que el 69% de los encuestados llevan un estilo de vida NO saludable seguido de un 31% con estilos de vida saludable.

Es importante considerar el estilo de vida de las personas porque estos comportamientos propios de cada individuo pueden tener un impacto primordial en el funcionamiento físico presente y futuro, más aun en el adulto joven que en muchas ocasiones desempeñan un rol de padres, pues existe evidencia científica de que los factores de riesgo de enfermedades crónicas se establecen durante la infancia y la adolescencia; por lo tanto, la adopción de un estilo de vida saludable parece deseable desde edades tempranas existiendo un consenso cada vez mayor hacia la prevención (Fernández, 2006; González, 2008).

Nola Pender afirma que el estilo de vida debe ser visto como un proceso dinámico que no solo se compone de acciones o comportamientos individuales, sino también de acciones de naturaleza social.

Partes: 1, 2
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