[…] poeta mayor es aquel que tiene ojos para ver la gloria. Es esto lo que rinde la final superioridad de un Darío frente a un Neruda, no obstante ser él a su vez un gran poeta. La superioridad de un Rimbaud vidente frente a un Baudelaire amargo o un Nerval secreto. Es quizá lo único que echamos de menos en el amadísimo Vallejo. La sospecha de que el sufrimiento no sea, quizá, lo más profundo, no obstante su atronadora evidencia rodeándonos.
Fina García Marruz.
Resumen
El presente trabajo realiza un acercamiento temático a la poesía cubana escrita por mujeres a partir del siglo XIX para así establecer conexiones con la obra poética de Fina García Marruz como uno de los más altos exponentes de la lírica cubana del siglo XX. Las poetisas cubanas fueron, a partir del crecimiento de la lírica en nuestro país, acentuando una escritura vigorosa, intensa, que descubrió extraordinarios matices en la percepción, a veces inaudita de la realidad y que exploró, a partir de la variedad temática, la sonoridad y riqueza de nuestro idioma. Basándose en la obra poética de Fina García Marruz esta investigación propone como problema: ¿Cómo se integra la poesía de Fina García Marruz, a partir de sus temas, a la tradición poética femenina de Cuba? El objetivo es determinar qué elementos integran la poesía de Fina García Marruz, a partir de sus temas, a la tradición poética femenina de Cuba, a través de métodos como análisis–síntesis, histórico-lógico y análisis de contenido, siendo la técnica empleada la entrevista en profundidad.
Introducción
La historia de la literatura, ya sea universal o particular, ha usado el acápite confinatorio de "las poetisas" para resumir en pocas líneas el estudio del quehacer lírico femenino que han enjuiciado dentro de un mismo grupo, a todas aquellas que, a su leal saber y entender de nombres, no alcanzaron las tallas masculinas para ser aquilatadas en los epígrafes que definían la tendencia de una época o un movimiento literario.
Uno de los aspectos que ha acentuado el problema y que ha lastrado las reivindicaciones contra las mujeres resulta la automarginación. La marginalidad también trajo como consecuencia que autoras de poco talento o francamente mediocres fueran traídas por los pelos para hacer bulto, en tanto las de alto calibre se veían sometidas a la colectivización emparejadora del término de poetisas.
Muchas creadoras se ofendían al oírse llamadas así y preferían adoptar el apelativo aparentemente dignificado de "poeta", por estimar que "poetisa" se reducía a la nominación que, de hecho, representaba un sinónimo de la emoción domesticada, del lirismo de una casa y excluía lo estimable de las elucubraciones poéticas.
Si se analiza este asunto con serenidad y autoestima no puede aceptarse que el término poetisa tenga nada vergonzoso en sí, ni demerite algo en lo estético; por el contrario, es una tarea de todos despojarlo del matiz de subestimación y reponerlo en el legitimo lugar que le corresponde por su significado y belleza sonora. Por eso no queda más remedio que concordar con Mirta Yáñez cuando tomando como escudo la autoestima de las poetisas, no considera que el termino tenga nada peyorativo en sí y por eso dijera: ¡Poetisas si![1]
A principios del siglo XX, se publicó un texto que reunió, bajo el sonoro título de Florilegio de escritoras cubanas, a más de un centenar de mujeres dadas en ejercer el solitario oficio de la poesía.
La historia de la poesía escrita en Cuba por féminas no pudiera darse a conocer si se perdiera de vista el devenir de la historia cubana, de las intendencias profesionales referidas a la creación como sistema de interrelaciones de las ideas, de la psicología cotidiana y la promoción.
Con la instauración del Romanticismo en el siglo XIX americano, a la mujer literata no le era fácil romper con el anonimato. Para lograrlo debía tomarse licencias que la sociedad estratificada, bajo la gobernatura política y económica de los hombres, no estaba dispuesta a otorgarle. La escritora casi siempre llegaba a convertirse en piedra de escándalo.
Para lograr ser una poetisa reconocida había que despojarse de aquel eterno destino femenino, impuesto por un estado patriarcal mercantil al que le urgía apropiarse de la fuerza de trabajo no reconocida de la mujer y convertirla en un objeto más de la propiedad privada, pero nunca como un sujeto para el conocimiento, el sentimiento o la creación.
El medio concreto en el que se desenvolvían las poetisas románticas cubanas sumaba a los conceptos patriarcales en plena vigencia, la dominación de una metrópoli que se contaba entre las más severas en cuanto a la aplicación de códigos de conducta ligados a la religiosidad cristiana. A ello habría que añadirle la sobreimposición de valores tribales provenientes de las culturas africanas allegadas a América y arraigadas con fuerza en la tierra caribeña.
Entre las poetisas románticas que se vuelve imprescindible mencionar se encuentran Aurelia del Castillo y Úrsula de Céspedes. Las mismas sentaban las bases del posterior grupo modernista del que seria Juana Borrero la figura descollante. Los temas en estas poetisas mantuvieron el amor, la pérdida y la cotidianeidad como elementos fundamentales, aunque la patria y la noción de insularidad comienzan a ser representativa desde los románticos.
Luisa Milanés, escritora posmodernista de reconocida vibración, es una de las poetisas que resalta las voces líricas bayamesas y perteneció al más alto linaje cubano cuando de poesía se trata.
La poesía escrita por las mujeres que han recibido con frecuencia mayúscula el fenómeno de la Revolución, ha refraccionado el impacto de esa mutación. Se puede decir que el discurso poético femenino desde 1959 hasta la fecha es lúcido y analítico como conjunto, y en muchos aspectos es una asimilación más madura, honesta y profesional que la poesía de algunos escritores profusamente publicados.
Para una primaria descripción de la fisionomía generacional de este grupo de poetisas es indispensable asumir que han escrito y publicado su obra dentro del contexto histórico de contradicciones, rupturas y conflictos sociales profundos. Sus vivencias generacionales son prácticamente las mismas que las de sus contemporáneos hombres. El propio suceso social fue quien las colocó en el plano de igualdad en cuanto a experiencia vital, asimilación de conceptos, y, por el hecho de recibir motivaciones semejantes.
Fina García Marruz es otra de estas inefables poetisas que Margaret Randall llama con acierto, nuestras "madres vivientes". Los aportes del proyecto estético de Orígenes, del que también fuera integrante, no sólo significaron una defensa de la identidad, sino además una escuela del rigor en el lenguaje, tal como Cintio Vitier ha comentado al definir la conducta literaria del grupo: […] la misma voluntad de cada uno de integrar sus intuiciones, sus posibles apoderamientos de lo desconocido, en un distinto absoluto poético a partir de dos supuestas radicales: la experiencia y la palabra.[2]
Roberto Fernández Retamar los llama trascendentalistas[3]término que se ajusta al afán generacional de trascender una realidad dada, usando como instrumento la palabra, a la par que proponían sus intuiciones de verdad acerca de los grandes temas de la poesía cubana.
Poetisa de serenidades y honduras conceptuales, Fina García Marruz tiene la rara habilidad de aprehender el detalle menor sin prescindir del tono grave que le es tan afín. Así sucede con su poema La mente en puerta de la iglesia, patético retrato de la locura en una mujer, en el que se transita de la evocación a la implicación personal mediante la introspección crítica que, como al pasar, incluye a todo el género humano en solidaria compenetración y complicidad.
A diferencia del clásico hermetismo atribuido a los trascendentalistas, la poesía de Fina García Marruz es eminentemente diáfana. Su sustento en la memoria y los pormenores modestos de la vida le han permitido el acceso a un discurso poético complejo y claro a la vez. Pero esta poetisa no es una más entre los trascendentalitas de Orígenes, por sí sola y sin la augusta escolta de los poetas que la rodean, es una de las voces liricas mas sobrias y finas, valga la redundancia, de la poesía en la lengua hispana de hoy. Las dos tendencias tradicionales en la poesía cubana eran las de preocupación social y la lírica de artistas filosóficas, aunque Alberto Rocalosano[4]reconoce que los dos grandes temas de la poesía escrita por mujeres en Cuba hasta el siglo XIX son el amor y el dolor. Todas comparecen en una síntesis en las poetisas cubanas de hoy, herederas de la pasión atrevida de Gertrudis Gómez de Avellaneda, del rigor del idioma de Dulce María Loynaz y de la inquietud por trascendencia de la vida humana de Fina García Marruz.
La investigación propone como Problema: ¿Cómo se integra la poesía de Fina García Marruz, a partir de sus temas, a la tradición poética femenina de Cuba?
Objetivo: Determinar que elementos integran la poesía de Fina García Marruz, a partir de sus temas, a la tradición poética femenina de Cuba.
Idea a defender: Las temáticas abordadas por Fina García Marruz en su obra poética responden a los temas desarrollados por la tradición lirica en Cuba, aunque lo hacen desde la peculiar óptica de la poetisa.
Análisis de los resultados
La poesía de Fina García Marruz es eminentemente diáfana. Su sustento en la memoria y los pormenores modestos de la vida le han permitido el acceso a un discurso poético complejo y claro a la vez. Es, además, de las pocas escritoras nuestras que posee una poética explícita y que se ha adentrado en consideraciones de una avasalladora profundidad, hondura real, abandonando la contextualización evidente o la palabra "bonita" pero sin sentido.
Pero esta poetisa no es una más entre los trascendentalitas de Orígenes, por sí sola y sin la augusta escolta de los poetas que la rodean, es una de las voces liricas mas sobrias y finas, valga la redundancia, de la poesía en la lengua hispana de hoy. Las dos tendencias tradicionales en la poesía cubana eran las de preocupación social y la lírica de artistas filosóficas, aunque Alberto Rocalosano[5]reconoce que los dos grandes temas de la poesía escrita por mujeres en Cuba hasta el siglo XIX son el amor y el dolor.
Cuando se leen sus poemas en orden cronológico, se pueden encontrar constantes como la desjerarquización de los temas, la ausencia de rangos en los motivos centrales de sus textos, rasgo que distingue su quehacer de otras poéticas coetáneas de ascendencia romántica y de cualquier otra concepción de mayor o menor importancia en la historia de la lírica cubana.
Su línea de pensamiento tiene en la obra de Martí su fuente primigenia, afinidad que se evidencia en el estilo propiamente dicho de algunos momentos de Las miradas perdidas y de los restantes libros que ha venido publicando a lo largo de los años.
Otra fuente fundamental está en su religiosidad, en el diálogo profundo y entrañable que ha mantenido con el Antiguo y Nuevo Testamento, donde se le revela el simbolismo trascendente de lo real.
Su poesía ha de revelarnos lo que la misma autora llama "la liturgia de lo real, la realidad, pero en su extremo de mayor visibilidad, que es también el de su escape eterno. Lo extraño, lo oscuro es la perdida esencial del instante, la instantaneidad preciosa e irreparable de la vida.
En el plano formal se ha señalado cierto desaliño en la composición de algunas de sus páginas, descuido que viene a poner de manifiesto que lo más importante para ella no es el acabado estructural del texto, sino la aprehensión de lo que constituye la imagen real de lo que canta. En muchos poemas utiliza formas cerradas (sonetos, décimas), en otras tantas formas abiertas, versos dilatados que brotan como un torrente que no quiere ser contenido ni mutilado de ninguna manera. En ocasiones, estamos ante verdaderas páginas de prosa, fluido incesante que va configurando sus contenidos, rotos ya los limites formales.
Sus tres temáticas fundamentales son: la memoria, lo cubano y su religiosidad. Su evocación de Benny Moré, de Bola de Nieve, de Rita Montaner, de las entrañables imágenes de las calles habaneras y de la vida del hogar, con sus habitaciones sombrías o iluminadas, formas de un estilo de vida que esta en el léxico e incluso en la sintaxis de esta poesía y en la manera de adjetivar, tan delicadamente cubanas, va integrando un pensamiento que busca la visión de lo que permanece, de lo inaudito, de lo extraño en esa totalidad fastuosa e inabarcable.
Poetisa de serenidades y honduras conceptuales, Fina García Marruz tiene la rara habilidad de aprehender el detalle menor sin prescindir del tono grave que le es tan afín. Así sucede con su poema La mente en puerta de la iglesia, patético retrato de la locura en una mujer, en el que se transita de la evocación a la implicación personal mediante la introspección crítica que, como al pasar, incluye a todo el género humano en solidaria compenetración y complicidad.
Su pensamiento se inscribe en un realismo trascendentalista, de suma importancia en la concepción de la poesía que trajo el grupo Orígenes a la consolidación de la cultura cubana. Su tratamiento de la lengua y su empleo justo y cuidados, hace de su poética un tributo al español hablado en América.
Conclusiones
La obra de Fina García Marruz se integra, para orgullo de todos los cubanos, dentro la tradición poética femenina de Cuba. Con un "conocimiento encarnado" resuelve el misterio poético en el misterio de la catolicidad. Lo cotidiano es vivencia transmutada en arte y se convierte de este modo la imagen poética parte de la propia existencia. Los temas principales de su obra se resumen en "lo cubano", la memoria y la expresión católica (su religiosidad). Sus imágenes son intuitivas, imaginales. Elementos como la espacialidad se vuelven motivos de develación de los límites de la existencia en su transmutación hacia la poesía. Su obra posee una estatura absolutamente universal, a la altura de los más estremecedores poetas. Cuando se leen sus versos crece el júbilo ante cada frase o poema y es fácil sentir el diálogo íntimo entre la poetisa y su escritura.
Bibliografía
Álbum de poetisas cubanas. Inventario e Introducción de Mirta Yáñez. Editorial Letras Cubanas.
Apreciación de la cultura cubana II. Apuntes para un libro de texto.
Roberto Fernández Retamar: La poesía contemporánea en Cuba (1927-1953). Ediciones Orígenes, La Habana, 1954.
Cintio Vitier. "Recuento de la poesía lirica en Cuba. De Heredia a nuestros días" [1956], en su Critica 1. Prólogo de Enrique Sainz. La Habana, Editorial Letras Cubanas, 2000.
Fina García Marruz. Obra poética, Tomo I. Editorial Letras Cubanas, 2008.
Fina García Marruz. Obra poética, Tomo II. Editorial Letras Cubanas, 2008.
Fina García- Marruz: Hablar de la poesía. La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1986.
Fina García-Marruz, en Diez Poetas Cubanos. 1937 – 1947. Antologías y notas de Cintio Vitier. La Habana, Ediciones Orígenes, 1948.
Florilegio de escritoras cubanas, recopilado por Antonio González Arquejo. La Habana, 1912-1919.
Historia de Cuba. Nivel medio Superior. Editorial Pueblo y Educación.
Olabuénaga Ruiz, José Ignacio. Metodología de la investigación cualitativa, 2da edición. Universidad de Deusto, Bilbao, 1999.
Roberto Hernández Sampier. Metodología de la investigación I y II. Editorial Félix Varela. La Habana 2004.
Sampier Hernández Roberto; Fernández Collado Carlos; Baptista Lucio Pilar: Mc Graw Hill.
Selección y prólogo de José Lezama Lima. Editorial del Consejo Nacional de Cultura. La Habana, 1965.
Sonia Almanzán; Mariana Serra. Cultura Cubana siglo XX. Tomo I. Editorial Félix Varela. La Habana 2006.
The Ethnographic Interview, James P. Spradley, Holt, Rinehart and Winston. USA.1979. La Entrevista en Profundidad según J. Spradley.
http://www.cubaliteraria.com/monografia/grupo_origenes/integrantes/jll.html.
Bibliografía viva: Abel Guerrero Castro. Destacado escritor bayamés.
Anexos
Guía de la entrevista en profundidad:
Entrevista a Abel Guerrero Castro, escritor bayamés.
Fecha: 12 de diciembre del 2013.
Lugar: UNEAC.
Hora: 10.00 a.m.
Objeto: Fina García Marruz.
Objetivo: Profundizar sobre las particularidades e influencias en la obra poética de Fina García Marruz.
Tópico: Particularidades e influencias en la obra poética de Fina García Marruz.
Temáticas:
1- Las poetisas cubanas del siglo XIX.
2- Obra poética de Fina García Marruz.
3- Temáticas o temas fundamentales tratados en la obra de Fina García Marruz.
4- Fina García Marruz y el grupo Orígenes.
Obras publicadas
Poemas, 1942.
Transfiguración de Jesús en el Monte, 1947.
Las miradas perdidas, 1951.
Visitaciones, 1970.
Viaje a Nicaragua, con Cintio Vitier, 1987.
Poesías escogidas, 1984.
Créditos de Charlot, 1990 (Premio de la Crítica 1991).
Los Rembrandt de l'Hermitage, 1992.
Viejas melodías, Caracas, 1993.
Nociones elementales y algunas elegías, Caracas, 1994.
Habana del centro, 1997.
Antología poética, 1997.
Poesía escogida, con Cintio Vitier; Editorial Norma S.A., Bogotá, 1999.
Estudios críticos, con Cintio Vitier, 1964.
Poesías de Juana Borrero, 1967, 1977.
Los versos de Martí, 1968.
Temas martianos, con Cintio Vitier, 1969.
Bécquer o la leve bruma, 1971.
Flor oculta de poesía cubana, con Cintio Vitier, 1978.
Hablar de la poesía, 1986 (Premio de la Crítica 1987).
Temas martianos, segunda serie, 1982.
La literatura en el Papel Periódico de La Habana, con Cintio Vitier y Roberto Friol, 1991.
Temas martianos, (tercera serie), 1993.
La familia de Orígenes, 1997.
Otras ediciones críticas
Poesías y cartas, con Cintio Vitier, 1977.
Textos antimperialistas de José Martí, 1990.
Distinciones
Orden Alejo Carpentier.
Distinción por la Cultura Nacional.
Distinción Raúl Gómez García.
Medalla Fernando Ortiz de la Academia de Ciencias de Cuba.
Medalla 30 Aniversario de la Academia de Ciencias de Cuba.
Distinción 23 de agosto de la Federación de Mujeres Cubanas.
Profesora emérita de la Universidad de La Habana.
Hija adoptiva de Bayamo.
El Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada Federico García Lorca, 2011.
Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, 2011
Autor:
Lic. Aylén Rosa Cuba Rodríguez.
UNIVERSIDAD DE GRANMA
Departamento Marxismo Leninismo
MUNICIPIO BAYAMO
CURSO 2014-2015.
[1] Mirta Yáñez: Álbum de poetisas cubanas, p.5.
[2] Cintio Vitier: Citado por Roberto Fernández Retamar en La poesía Contemporánea en Cuba (1927-1953), Ediciones Orígenes, La Habana, 1954, p. 86.
[3] Roberto Fernández Retamar: Ob. Cit., p. 86- 87.
[4] Alberto Rocalosano: Poetisas Cubanas, p. 15.
[5] Alberto Rocalosano: Poetisas Cubanas, p. 15.