Exégesis de cierta hipótesis comprobable acerca del posible correlato neuronal de la conciencia subjetiva (página 5)
Enviado por Manuel Fontoira Lombos
El sujeto que percibe es, en principio, el propio proceso de percepción, por tanto, el propio proceso de codificación. No es el sujeto una cosa concreta sobre la que "hacer diana" lanzándole datos, sino un proceso de computación de códigos que a lo largo del proceso además se vuelve subjetivo, así que en principio el sujeto no necesita que sea descodificada la información para que le llegue (en sentido figurado) y que sea efectiva la percepción de manera subjetiva, ya que el sujeto es ese proceso de codificación, pero con la propiedad de la subjetividad sobreañadida. La información en la mente probablemente va codificada, por tanto, no va descodificada; si la información se descodificase, el pensamiento cesaría, pues el pensamiento debe de consistir en la asociación e integración de códigos neuronales, y es que un tren de potenciales de acción difícilmente podrá ser un no-código si ya es un código; una vez que la información abstracta codificada va siendo procesada en el cerebro ya está en la mente, pues es la mente, por lo que no hay que descodificarla para enviarla a la mente del sujeto, es decir, no hay que descodificarla para que la mente manifieste sus propiedades, como la de la subjetividad, o la capacidad de integrar respuestas motoras congruentes.
Para que, en sentido figurado, llegue dicha información al sujeto, es decir, para que dicha información sea subjetiva, lo que debe de hacer falta es que emerja la propiedad de la subjetividad, y no la descodificación de la información mental. ¿Se puede percibir subjetivamente un todo y sus partes a la vez? Según parece sólo se puede percibir el todo como todo, pero no sus partes al mismo tiempo; por ejemplo, si uno observa el agua puede percibir la masa fluida de agua, pero no cada molécula de agua, a pesar de que lo que uno está observando son, de hecho, moléculas. O, por ejemplo, si se contempla una manzana sólo se puede percibir un objeto único e individual, dicha manzana, por la integración en la mente de sus partes (información sensorial sobre forma, color, brillo, movimiento, etc.) pero no se pueden percibir simultáneamente dichas partes separadamente; si se contempla una manzana no se pueden percibir varios objetos a la vez, objeto brillo, objeto color, etc. sino sólo un solo objeto individual, la manzana. Y por supuesto, cuando uno percibe, por ejemplo, el calor del agua caliente, no percibe las neuronas que están codificando dicha información. Ésto tiene que ver con el hecho de que la subjetividad sea experimentada como algo único e individual, como si hubiera un solo sujeto o un solo yo indivisible por mente.
¿Es el sujeto un objeto abstracto?
El sujeto probablemente no es un objeto concreto a todos los efectos, sino sólo a ciertos efectos a escala macroscópica confinada, y con un error despreciable en la práctica. De hecho, al hablar de sujeto se está "cosificando" a un proceso físico sistemático que ocurre en el cerebro con unas características peculiares, y que consiste en la percepción consciente subjetiva. Dicho de otro modo, se está dando por hecho que durante ese proceso de percepción consciente subjetiva hay ahí un yo consciente concreto al ser éso lo que se intuye de manera natural a simple vista. La percepción subjetiva consiste en la práctica, por tanto, y dentro de un margen de error aceptable, en la percepción en forma de ente consciente concreto, único e individual, que es por lo que parece que se caracteriza este tipo de percepción, lo cual no quiere decir que en ese cerebro haya un objeto concreto al que llamar sujeto, o yo, del mismo modo que al formarse la imagen de una manzana y percibir una manzana ésto no implica que haya un fruto (único en individual) dentro del cerebro. La concreción del yo no es más que una ilusión suficientemente convincente (y conveniente), con un error despreciable en la práctica y en determinada escala.
¿Habrá diversas maneras de que tenga lugar la percepción subjetiva?
Parece difícil imaginar un cerebro con percepción subjetiva si la información mental no se integra en un objeto que sea único e individual, dado que ésto parece definir a la subjetividad (y por tanto al sujeto, al yo): la unicidad e individualidad de la experiencia mental consciente subjetiva, la unicidad e indivisibilidad de, en sentido figurado, el yo. Se dice en sentido figurado porque el yo es ilusorio… y sin embargo es un yo consciente concreto lo que cada uno cree que es en sí, paradójicamente… pero también creían los antiguos (y algunos modernos) que es el sol el que gira alrededor de la tierra. De todos modos, por conveniencia evolutiva parece necesario que cada uno se tome a sí mismo por sí mismo dentro de un margen de error, dado que de hecho hay manzanas y tigres en la práctica, a ciertos efectos, y no digamos egos.
¿Es la subjetividad necesaria?
La subjetividad podría ser algo necesario como propiedad posible del sistema nervioso a lo largo de su evolución. Si el cerebro, tras evolucionar en este sentido, es capaz de integrar la información de manera que tal propiedad sea efectiva, habrá subjetividad, y en caso contrario, no.
¿Cómo se explicaría que la subjetividad pueda llegar a ser una propiedad necesaria?
Para entender la presencia de la subjetividad como posible propiedad del cerebro lo que habría que hacer es describir qué hace el cerebro en ese momento, y tratar de usar esa descripción para llegar a una explicación comprobable de dicho modelo descriptivo hipotético. Dicho de otro modo: se trataría de averiguar qué tipo de procesamiento neural peculiar explicaría la particular emergencia de la subjetividad, y cómo, mediante una explicación que fuese compatible para ambas escalas, la microscópica y la macroscópica. Y dado que dicho procesamiento neural peculiar no se conoce, habrá que predecirlo al menos.
¿Qué importancia tiene la equifinalidad, en el caso del proceso mental?
En el cerebro entra una información heterogénea desde el ojo, por ejemplo: roja, verde y azul, y éste es uno de los factores que explicarían que se pueda recrear una imagen heterogénea de la heterogénea realidad externa, algo que parece necesario para integrar comportamientos congruentes con dicha realidad.
Entra información heterogénea en un cerebro homogéneo, que así se va volviendo también menos homogéneo, y más caótico, por este creciente aumento de la complejidad a base de un aumento de su heterogeneidad.
La equifinalidad consiste en que en un sistema se obtenga un mismo resultado final a pesar de ser diferentes las condiciones iniciales.
En los sistemas abiertos, como el cerebro, el resultado final no depende de las condiciones iniciales (un sistema termodinámico abierto es aquél que intercambia materia y energía con el exterior).
Una de las posibilidades funcionales de la masa neuronal cerebral como sistema vivo, la equifinalidad, no parece incompatible con esta complejidad creciente basada en la heterogeneidad, dado que dicha heterogeneidad no es incompatible con la evolución morfofuncional, en cierta medida ordenada, del sistema.
¿Es abstracta toda la información del cerebro?
No toda la información que el sistema nervioso procesa tiene carácter abstracto, no todo lo que el sistema nervioso hace es parte del proceso mental. Por ejemplo: un electrón que gira (o algo así) alrededor de un núcleo atómico en una molécula de agua que forma parte de la sangre que nutre a las células cerebrales no está abstrayendo la realidad para dar lugar a una mente pensante, no significa manzana, ni tampoco el brillo de una manzana. Y dicha molécula de agua, en la sangre que circula por el cerebro, aun cuando no es parte de la mente, sí es parte del cerebro, pues el cerebro es todo el órgano, sangre incluida, y que se sepa la sangre no piensa conscientemente, ningún hecho lleva a concluirlo, ni piensa la glucosa que se oxida en el interior de las neuronas, ni los cromosomas de una neurona, ni los microtúbulos de las neuronas.
¿Cuántas neuronas hacen falta para que haya una mente?
Como la mente es un proceso, y dadas las características biológicas de las neuronas, posiblemente haga falta como mínimo un circuito de al menos dos neuronas para que el proceso mental sea efectivo, para que entre ellas se transmita y procese un mínimo de información abstracta, y que haya mente.
¿Poseen una mente todos los animales con sistema nervioso?
Hay animales con neuronas pero sin circuitos neuronales, como las esponjas, así que tal vez estén en la antesala evolutiva del fenómeno mental y de la propiedad de la conciencia, y por tanto tal vez carezcan de mente y conciencia, a pesar de tener ya neuronas. Por otro lado, animales con circuitos, las hormigas, por ejemplo, posiblemente ya sean conscientes, aunque se desconoce si poseen la capacidad de constituirse en un yo consciente. ¿Puede tener concreción la conciencia? La conciencia se considera aquí, en este ensayo, que es una propiedad de la mente, no la mente, del mismo modo que la liquidez es una propiedad del agua que fluye, no el líquido que fluye: el agua se caracteriza por ser líquida (a temperatura ambiente), y la mente por ser consciente (a temperatura ambiente).
La conciencia, como la vida, es una abstracción: como no hay vida, sino seres vivos, no hay conciencia, sino información consciente. La conciencia es un concepto abstracto. Pretender que la conciencia tuviera existencia concreta y continua posiblemente sería como pretender que un pez de diez centímetros que nadase un metro fuese un pez de un metro.
De modo que el cerebro no produce conciencia, las neuronas no secretan conciencia, sino neurotransmisores.
La conciencia no parece que sea un ente concreto, no se puede extraer del sistema nervioso y depositar sobre una mesa, como sí se puede hacer con los neurotransmisores… con el equipo científico adecuado. Es una propiedad, una característica, una cualidad peculiar de un sistema, que lo define, que lo distingue de otros sistemas, propiedad que a su vez es una abstracción que el observador hace a partir del comportamiento diferenciado de un sistema dado. ¿Puede otorgar la conciencia concreción a los abstractos objetos mentales a algún efecto al menos? Por la propiedad de la conciencia, los objetos mentales abstractos que conforman la mente parecen no idénticos a su sustrato, a las neuronas que los codifican, de modo que, por ejemplo, cuando se produce la percepción consciente y subjetiva de una manzana, cada uno que lo haga puede comprobar que dicha percepción consiste en la efectividad de la imagen de la manzana solamente, no de la manzana y de las neuronas que probablemente la codifican. De este modo, esa imagen mental de una manzana parece tener concreción, entidad de por sí, patencia de por sí, como si la manzana no fuese reducible a partes menores, al efecto al menos de la efectividad de la percepción de dicha manzana como algo concreto. Ésto es lo que a mí me parece que define a la propiedad de la conciencia, el que un objeto representado no parezca idéntico a su sustrato, a su soporte.
Aunque se trate de algo ilusorio, el que un objeto mental no sea idéntico a su sustrato, dado que las neuronas están ahí aunque no se perciban, el hecho de percibir las cosas así parece lo más conveniente desde un punto de vista evolutivo, pues para sobrevivir parece más conveniente tomar a la imagen de una manzana por manzana, o al tigre por tigre, que por neuronas, así que el hecho de que la mente se fundamente en un error, en una interpretación ilusoria de la realidad, ha resultado ser lo más conveniente para que el cerebro resulte útil para la supervivencia de una especie, dado que la percepción sí tiene sentido a escala macroscópica, que es la misma escala en la que tiene sentido hablar de supervivencia, de tigres, de manzanas, de comer y no ser comido, etc. Para que la imagen de un árbol en una fotografía fuese consciente, para que la fotografía fuese un ser consciente como ocurre con el cerebro, sería preciso que de algún modo no se viese el papel fotográfico sobre el que está representado el árbol, como si el árbol, su imagen, tuviese entidad propia de por sí, concreción a determinada escala (la macroscópica, en este caso). Dada esta ilusoria pero convincente y conveniente concreción a escala en la práctica, a continuación es posible que tenga lugar la recreación de una interacción sistemática con otros objetos similares. Por ejemplo, es posible que los objetos mentales, concretos a ciertos efectos, que consituyan las letras, formen palabras como resultado de su interacción, palabras que serán también concretas a ciertos efectos, y las palabras frases, y es posible que objetos mentales como brillo, forma, etc. interactúen a escala también (o representen dicha interacción con un error despreciable en la práctica a ciertos efectos) para formar un todo y recrear la imagen mental de una manzana, por ejemplo.
¿Son la conciencia y la autoconciencia lo mismo?
Autoconciencia quiere decir que uno sea consciente del yo, así que, más que una propiedad, la autoconciencia es el significado de un contenido simbólico dado en la mente, es una cuestión semántica. Dicho significado es el de la autorreferencia, que se diría que facilita además la reflexividad, o capacidad de reflexionar, o lo que es lo mismo, el que un sujeto, en la práctica (y aunque sea de manera ilusoria), no sólo se dé cuenta de las cosas, sino que se dé cuenta de que se da cuenta de las cosas. El significado yo, dada la concreción de los objetos mentales a ciertos efectos en la práctica, fácilmente se puede tomar por un yo consciente concreto en la práctica, y de hecho éso es lo que ilusoriamente cualquiera de nosotros creemos ser en esencia y en concreto. En la esquizofrenia parece ser que se pierde esa capacidad para poder concebir la propia existencia como la de un ente consciente único e individual, un yo, y, mira por dónde, curiosamente, al final van a ser los que padecen una esquizofrenia, los que supuestamente tienen dificultad para percibir correctamente la realidad, los que van a estar a fin de cuentas más cerca de la verdad sobre el yo: que su concreción es ilusoria en el fondo. ¿Por qué es continuo el pensamiento, si las sinapsis son discontinuas? La experiencia mental consciente y subjetiva de cada uno es efectiva a simple vista como una experiencia continua (salvo cuando uno se duerme profundamente, como es evidente).
Del mismo modo se percibe que la vida es algo continuo, ya que los seres vivos que nacen van sustituyendo a los que mueren antes de que mueran todos. La subjetividad posiblemente se experimenta como algo continuo, entre otras cosas, quizá porque cuando las neuronas correlativas con la subjetividad en un momento dado se van desintegrando al cabo del tiempo del grupo neural correlativo con la subjetividad y regresando a la actividad neural no subjetiva, van siendo sustituidas por otras que se van incorporando "a la subjetividad". Y quizá también por la falta de resolución con el cambio de escala (al pasar de la neurona como unidad funcional efectiva a la red como unidad funcional efectiva) que impide percibir conscientemente a simple vista el carácter cuantificado de dicho proceso de integración y desintegración de partes al todo a escala microscópica, a escala neuronal, del mismo modo que la falta de resolución impide percibir el salto de fotogramas individuales en el cine, por lo que el movimiento de la figura en la pantalla de cine se percibe como continuo, no a saltos.
¿Son el símbolo YO y el sujeto lo mismo?
Si en un momento dado, al tener autoconciencia, el contenido de la mente es autorreferencial, se refiere al propio yo y lo significa, entonces, al ser ese contenido información consciente, el sujeto se puede identificar intuitivamente con esa idea de significado autorreferencial, y llegar a la convicción ilusoria según la cual el sujeto es un yo consciente, un ente concreto único e indivisible, simbolizado, por ejemplo, por el símbolo YO, en vez de llegar a otra convicción más lógica, pero menos práctica, según la cual el sujeto es una multiplicidad de neuronas que se integran en una red macroscópica, dando lugar a simple vista por el cambio de escala a esta ilusión de la concreción del yo por la falta de resolución del sistema a escala macroscópica, que probablemente sería la conclusión correcta en este caso, aunque difícil de alcanzar mediante una intuición basada en el mero sentido común, quizá por ser lo microscópico, las neuronas, imperceptible a simple vista.
¿Son la idea de una manzana y el sujeto lo mismo?
Si el contenido de la mente, aquéllo sobre lo que se piensa, fuese una manzana (simbólica), en vez del símbolo YO, en tal caso, por costumbre, sentido común, y de modo intuitivamente natural, no se identificará al sujeto con la manzana en caso de que dicho pensamiento se vuelva subjetivo, y no se tendrá la convicción de que un sujeto es una manzana consciente, en vez de un yo consciente. Ésto, que parece obvio, es paradójico, sin embargo, porque del mismo modo que al concebir conscientemente el significado del yo a partir del símbolo YO u otro símbolo autorreferencial equivalente el sujeto se puede identificar a sí mismo con dicho significado autorreferencial, entonces al concebir el significado manzana a partir de la simbólica representación mental de una manzana el sujeto debería poder identificarse también con una manzana, en vez de con un yo, la idea de manzana también podría ser autorreferencial al volverse subjetiva. Es más, si se piensa en yo y en manzana a la vez de manera subjetiva, por sistema se tenderá a concebir que lo que está ocurriendo es que un yo percibe una manzana, cuando tranquilamente se debería poder concebir también que se trata de una manzana que percibe un yo.
Y sin embargo la intuición de la que disponemos por sentido común nos impide que tal paradoja se produzca, tal vez por una mezcla entre la tendencia natural innata en ese sentido (que incluye algo fácil de aprender y aprehender: la manzana no forma parte de uno, está ahí fuera y puede pasar dentro de uno al comerla) y el entrenamiento cultural recibido. Evidentemente es conveniente que nos comportemos así, porque es lo congruente con la realidad macroscópica que un yo decida comerse una manzana y no que una manzana decida comerse un yo. ¿Cómo se consigue concreción a ciertos efectos durante la percepción subjetiva? Dicha concreción de la idea de yo, o de manzana, o de lo que sea, es ilusoria, pero efectiva a ciertos efectos, gracias, entre otras cosas, a que dicha percepción, aunque inconcreta, es de todos modos real (efectiva, patente, detectable) al emerger con efectividad, con patencia, con detectabilidad. También ayuda el que quede confinada a gran escala (que sea patente sólo a escala macroscópica), lo cual no sólo no impide que el yo siga siendo una experiencia consciente, es decir, no idéntica a su sustrato, las neuronas, sino que además logra ahora, por la falta de resolución a escala macroscópica que hace que las partes (las neuronas) sean en la práctica un todo (el yo), que el yo sea una experiencia única e irreducible (individual, indivisible), es decir, emerge con un aspecto ilusorio pero efectivo de concreción, de ente con entidad de por sí: el yo. El yo emerge pareciendo que es lo que es, que es eso que es solamente, y que no es reducible a otra cosa, tanto por su patencia, como por su falta de identidad con su soporte y por su aspecto único e irreducible (individual), todo ello además fácilmente representable por un símbolo con significado autorreferencial, como es YO.
El carácter ilusorio de la concreción del objeto mental emergente es indiscriminable por la falta de resolución del sistema en ese sentido, debido al cambio de escala y al confinamiento en dicha escala, que impide al todo (el yo) ser a la vez partes (neuronas) a simple vista, o una cosa, u otra, pero no las dos a la vez. ¿Son patencia y conciencia lo mismo? Una representación mental consciente es real, es decir, por ejemplo, la percepción consciente y subjetiva de una parte de la realidad, una manzana, por ejemplo, es patente para un sujeto dado, que probablemente responderá afirmativamente si se le pregunta si percibe una manzana que tiene ante sí. Aunque sea ilusoriamente, para ese sujeto será patente que está percibiendo una manzana. Pero es que todo lo real es real, así que el problema con la explicación de la propiedad de la conciencia no es que la experiencia consciente sea real, sino que sea consciente, que sea real conscientemente, es decir, sin identidad, por ejemplo para un sujeto, entre lo patente y su sustrato, entre un objeto mental abstracto, como la imagen mental de una manzana y las neuronas que representan dicha imagen mediante su integración en una red neural dada que codifica dicha información, pues el sujeto afirmará que percibe la manzana, no la manzana y las neuronas que la codifican en su cerebro. Una silla también es real, se apoya en el suelo y de ahí no pasa, pero inconscientemente para el suelo y la silla. No hay que confundir la efectividad (patencia, realidad, detectabilidad, el hecho de que algo tenga lugar) de la mente con el hecho de que la mente posea la propiedad de la conciencia (la propiedad de que los objetos mentales no sólo sean efectivos, sino que además lo sean pareciendo ser efectivos de por sí a escala, con entidad propia, con concreción, como si a simple vista fuesen irreducibles).
Por tanto, la conciencia no debería ser lo que otorga efectividad a la mente, pues efectiva ya se supone que es, en general y por definición, como también se supone de todo lo que forme parte de la realidad.
Por la conciencia lo que ocurre es que la efectividad de los objetos mentales parecerá suya de por sí, es decir, que los objetos mentales parecerán lo que parecen ser y no otra cosa, como si fuesen concretos, y por tanto no reducibles a partes menores (y desde el punto de vista evolutivo parece lo más conveniente, tomar a los objetos mentales por concretos de por sí, no como abstracciones en el cerebro, y, así, al tomarlos por concretos se interpretarán como tales, y se podrán integrar comportamientos congruentes dirigidos a una realidad tomada como algo concreto "ahí fuera", y a escala, en la práctica).
Por esta propiedad las interacciones entre objetos mentales también conseguirán parecer interacciones entre objetos mentales concretos, como si los objetos mentales fuesen a su vez los elementos de un sistema (como las letras al formar palabras), y no lo que está ocurriendo fundamentalmente en el cerebro (a escala microscópica en este caso, al ser la neurona la unidad funcional fundamental del sistema nervioso), que es la interacción sistemática entre neuronas. ¿Qué es la abstracción? Un objeto mental, como la imagen mental, por ejemplo, visual, de una manzana, no es esa parte de la realidad que representa, una manzana, sino su representación, su trasunto, su abstracción, pues éso quiere decir abstracción: un objeto abstracto es un objeto que representa a otro a ciertos efectos, pero sin ser ese otro objeto, de manera que ambos objetos no se identifican, no son idénticos, no coexisten en un solo ente, son dos cosas, no una cosa, uno identifica al otro, pero no se identifican.
El objeto mental manzana es abstracto por partida doble, por un lado no es idéntico a la manzana sobre la mesa, y, además, por ser consciente, tampoco es idéntico a su sustrato, las neuronas que conforman o recrean la manzana mental. ¿Es conveniente la conciencia desde el punto de vista evolutivo? La imagen mental de la manzana posiblemente sea conveniente tal como se configura, conscientemente, pues a un individuo seguramente le conviene pensar sobre las manzanas que le interesa comer, no sobre lo que hacen sus neuronas. De este modo el comportamiento del individuo se puede dirigir hacia la manzana sobre la mesa, que es lo conveniente. Y no digamos si lo que se acerca es un tigre. Al lograr que la imagen mental posea esa concreción de por sí al ser consciente, también en consecuencia se toma por algo concreto a la manzana sobre la mesa, se piensa sobre las cosas como si fuesen concretas, y de ese modo se puede obrar congruentemente en consecuencia con una realidad macroscópica que precisamente es concreta a ciertos efectos a escala macroscópica, por ejemplo, al efecto de actuar con adaptabilidad en pro de la supervivencia.
Tal vez por selección natural se hayan visto favorecidas estas tendencias. Quizá por éso la conciencia haya sido una propiedad con éxito evolutivo, pues permite interactuar con el entorno no sólo con rapidez, que como se ha visto es una ventaja del sistema nervioso frente al sistema hormonal para algunas funciones, sino además como si el entorno estuviera ahí de manera concreta a gran escala, que es lo conveniente, dado que en la práctica, dentro de un margen de error aceptable, así es a simple vista, pues a simple vista tiene sentido, desde el punto de vista de la evolución, de la selección natural, de la adaptabilidad y de la mera superviviencia, que un herbívoro huya de un tigre, y que un tigre dé caza a un herbívoro, por lo que tiene sentido que se perciban así las cosas, aunque en el fondo todo éso no sea lo que está ocurriendo ahí.
¿Cómo surgen por intuición las ideas del dualismo y del solipsismo?
Un sujeto consciente, por la propiedad de la conciencia, creerá ilusoriamente que la manzana que percibe es la manzana que contempla, no su representación en su cerebro, la percibirá y localizará fuera de sí, no dentro de su cabeza (por supuesto que dicha ilusión es además lo más conveniente desde el punto de vista evolutivo, para ese individuo como ente macroscópico, a ciertos efectos). Además, el sujeto, por la propiedad de la subjetividad, creerá ilusoriamente que él mismo no es esa imagen mental que cree percibir, sino un ente subjetivo concreto y capaz de percibir dicha imagen mental. De ésto quizá provenga la intuición posiblemente errónea sobre la dualidad mente- cerebro, y también la idea del solipsismo.
¿Qué ventaja supondría la subjetividad desde el punto de vista evolutivo?
Se diría que el control subjetivo del comportamiento parece aportar mayor finura a algunos movimientos. Por ejemplo, si uno intenta abrir una puerta con una llave sin control subjetivo, de modo automático mientras uno piensa en otra cosa, encontrará que tardará más que si lo hace procurando que el yo "tome el control" (en sentido figurado), o que incluso no será capaz por torpeza. De modo que la subjetividad podría tener algunas ventajas también en algunos casos, al permitir integrar ciertos tipos de comportamientos, que quizá le resultarían inútiles a una mosca, o a una hormiga, pero que posiblemente marcarán la diferencia en el caso del ser humano u otros tipos de animales similares. También ocurre lo contrario: cuando el yo "toma el control" de algunos comportamientos éstos se llevan a cabo peor. Por ejemplo, si un surfista tuviese que esperar a que "su yo" decidiese cada movimiento de su cuerpo para permanecer en equilibrio sobre la tabla de surf en la cresta de una ola, se caería mucho antes que si lo hiciera "dejándose llevar por su instinto" y reservando al yo sólo para "disfrutar del momento" (que tampoco parece una mala forma de aprovechar el yo). Parece haber un lugar y un momento para cada cosa, en una realidad tan compleja y con tantas posibilidades. ¿Son el sujeto y el objeto mental una sola cosa? Nótese que en el caso del sujeto sí parece haber coexistencia en un solo ente del sujeto tomado objetivamente como ente y del objeto mental que en un momento dado es objeto de la percepción subjetiva. Por ejemplo, si tiene lugar la percepción de una manzana, el sujeto es ese proceso de percepción subjetiva de una manzana, es ese pensamiento, y por tanto, es ese proceso de formación de la idea mental de una manzana, dicho de otro modo, es esa "manzana mental".
Desde este punto de vista, y tal como dejó escrito Schrödinger en su libro Mente y materia: "Sujeto y objeto (mental) son una sola cosa", que sería como decir que la observación (en sentido figurado: el observador) y el contenido mental de dicha observación son una sola cosa. De modo que si se está dando, por ejemplo, la percepción subjetiva del objeto mental manzana, el sujeto y el objeto manzana probablemente sí son idénticos, una sola cosa, y en tal caso el dualismo cartesiano y el solipsismo carecerían de sentido. Antes que Schrödinger, Hegel ya había dicho que la realidad es un proceso, que el conocimiento se basa en la relación entre sujeto y objeto, y que ambos se identifican al reconvertirse el objeto en sujeto, idea que reexpresó diciendo: "Todo lo real es racional y todo lo racional es real". Para Hegel el sujeto es un "espíritu absoluto" que es a la vez conciencia y su objeto, una razón que comprende la realidad. ¿Por qué cuesta entender que sujeto y objeto puedan ser una sola cosa? La intuición no permite interpretar así las cosas por sentido común: cualquier sujeto cree ser algo así como un yo único e individual, concreto, un espectador u observador independiente de la realidad, no un yo-manzana, y mucho menos aun creerá una persona que es una manzana- observador o una manzana-yo. Por éso resulta difícil aprehender esta idea sobre la identificación entre sujeto y objeto mental.
Precisamente debe de ser la propiedad de la conciencia, que posiblemente se define por ser la propiedad que impide la identificación entre mente y sustrato, y la de la subjetividad, que permite tomar al objeto mental por un todo único e individual, lo que dificulta la identificación entre sujeto y objeto, pues al localizar intuitivamente al objeto mental, la manzana, por su concreción aparente (y conveniente, por otro lado), fuera de uno mismo, y al ser efectivo el fenómeno consciente como ente único e individual por la propiedad de la subjetividad, se establece una dicotomía entre lo externo y lo interno en el terreno de la abstracción, idealizando lo interno en forma de yo-observador sin contenido (algo absurdo), y distinto a lo observado con contenido, y ambos con aparente concreción, algo conveniente para obrar en consecuencia hacia lo observado (para comer la manzana), pero ilusorio, y con tendencia a relacionarse con el desarrollo de un concepto dualista de la mente. Resulta difícil aprehender esta idea sobre la identificación de sujeto y objeto mental porque cualquier persona cree en la aparente concreción de su yo como algo verdadero. Pero el sujeto, en tanto que objeto concreto, en tanto que ente, es un objeto cuya entidad es recreada en el terreno de la abstracción, no es concreto en esencia (como pueda serlo, tal vez, un fermión).
No hay un sujeto de manera concreta a todos los efectos, sino un proceso de percepción subjetiva que aparenta ser un yo concreto a simple vista a ciertos efectos, y con un error despreciable en la práctica, y no a todos los efectos, y por tanto, si no hay sujeto a todos los efectos, no lo hay, sólo lo parece, como no hay gente en una pantalla de cine, sólo lo parece. En la realidad "externa al cine", en la "pantalla de cine de la realidad en la que vivimos", son cuatro las dimensiones y todo es más complejo e impredecible, y todo tiene la posibilidad de no haber sido filmado previamente, y por ello parece más… real… que lo que se ve en una pantalla de cine plana, pero la "cantidad de realidad", de efectividad, es la misma, si se piensa en ello, más allá de los convencionalismos al respecto (según los cuales lo que ocurre en el cine no se consideraría tan real como la "vida misma", por ser ficción; pero que sea ficción no le resta ni un ápice de efectividad, ni se la otorga a la "vida misma"). ¿Es el sujeto como una partícula? La mente subjetiva se diría que es, fundamentalmente, un proceso de integración en función del tiempo de la actividad de una multiplicidad neural, logrando en la práctica la efectividad en determinada escala (a simple vista, o escala macroscópica confinada) del mensaje mental como ente particular (con aspecto de partícula, de cosa única e indivisible, puntiforme, adimensional y sin rotación) en un instante dado, en cada instante en que tal propiedad sea efectiva de hecho con un error despreciable en la práctica, como si hubiese, en cada instante, un solo sujeto individual consciente por cerebro observando la realidad macroscópica a su alcance. ¿Es real lo abstracto, o es irreal? Un objeto abstracto es real, pues es detectable, aunque sea abstracto. Por ejemplo, la representación de una manzana en el cerebro es real, pues el sujeto individual realmente percibe visualmente como sujeto la patente presencia como parte de la realidad de dicho objeto mental.
Aunque real y objetivo, el objeto mental, presente de manera patente durante la percepción del mismo, es abstracto. Dicho objeto abstracto es la representación en el cerebro de una manzana, dicho de otro modo, no es la manzana lo que está en el encéfalo, sino su representación, su abstracción.
La manzana representada en el cerebro es un objeto abstracto, y es real, pero no es una manzana comestible, sino una representación, una abstracción, una manzana real, pero falsa, ficticia, pues se tratará, como mucho, y en primer lugar, de un código que configurará una manzana, que la recreará mediante la integración de una red de neuronas con ese significado. Dicho objeto mental será, en definitiva, una forma pasajera o transitoria adoptada por ese sistema morfofuncional de neuronas mediante su cambio de estado, una forma de esa materia (y "forma de la materia" es otra manera de denominar a la información).
La "manzana mental" emergerá conforme cambie la forma del cerebro en ese sentido, como emerge una forma reconocible en la pantalla de un ordenador conforme la disposición de los pixels va siendo la correcta. En segundo lugar, el objeto mental manzana es abstracto porque no es un objeto concreto de por sí, aunque al sujeto se lo parezca ilusoriamente, y no lo es al ser reducible a la partes que interaccionan para configurarlo, que son las neuronas implicadas.
Es decir, el objeto mental manzana es abstracto porque no es una manzana aunque lo parezca, y porque no es un objeto concreto aunque sea un objeto que parece concreto en determinada escala, sino que es un conjunto de neuronas interaccionando. ¿Qué es la "reabstracción"? De modo que el objeto mental manzana es abstracto por partida doble.
Y aun habría un tercer nivel de abstracción en la mente, que consistiría en la "reabstracción" de un objeto mental abstracto al simbolizarlo con otro objeto mental nuevo. Por ejemplo, si el objeto mental manzana, constituido por sensaciones visuales, olfativas, etc., es simbolizado por el objeto mental denominado "la palabra MANZANA", pues dicha palabra, que será información consciente también, en cierto modo reabstraerá al anterior objeto mental, el objeto mental manzana.
¿Es virtual la mente?
La palabra MANZANA, aunque abstracta, es real, como todo lo real, es decir, es patente, detectable, efectiva, y por tanto no es irreal ni virtual. Es esta evidente detectabilidad, esta innegable patencia de la experiencia mental de cada uno en lo que al yo concierne, lo que tal vez lleve fácilmente a confundir intuitivamente los conceptos de realidad de la mente (presencia patente del objeto mental), y concreción de la mente (que un objeto mental a ciertos efectos pase por irreducible a determinada escala con un error despreciable en la práctica). El que los objetos mentales sean efectivos como concretos en la práctica, el que la idea de una manzana sea para el sujeto esa idea y no la idea y las neuronas que la conforman, se diría que es lo que define a la propiedad de la conciencia, como característica, y no la patencia de lo mental, pues la patencia es algo propio de todo lo real, no sólo de la mente. Y no hay que olvidar que lo abstracto es objetivamente real, aunque no sea verdadero en su concreción a todos los efectos (a cualquier escala), a diferencia de las partículas elementales (que se sepa).
¿Cómo se detecta lo real?
Todo lo real es real, en general, que se sepa, es detectable, y es detectable mediante una interacción, por una medición, un cambio en la magnitud de algún parámetro de un sistema como resultado de esa interacción con el sistema utilizado como aparato de medida y el cambio de estado consecuente en el aparato. Por ejemplo, cuando se detecta un electrón no se detecta directamente la partícula, sino el cambio de estado en el sistema tras la supuesta interacción de dicha partícula con otras partes del sistema (por ejemplo, la presencia de un electrón se puede hacer patente tal vez con un voltímetro en un tubo de rayos catódicos, pero no por la contemplación directa de dicha partícula, de forma que todo lo real lo es supuestamente, y a partir de la evidencia disponible).
¿Si la efectividad depende de la interacción, cómo es posible la percepción consciente subjetiva sin una dualidad mente y cerebro para que haya una interacción entre ambos?
Si se dice que no hay dualidad sujeto-objeto en la mente, ¿con qué interaccionarían entonces los objetos mentales para ser conscientemente patentes para un sujeto; si no podrían interactuar con el sujeto, cómo se explicaría la presencia de la conciencia como propiedad efectiva de hecho durante el proceso mental subjetivo? Posiblemente la interacción que tiene lugar es la que se verifica entre unos objetos mentales y otros, precisamente gracias a la propiedad de la conciencia, por la que los objetos consiguen ser efectivos como si fuesen efectivos de por sí a escala, como si fuesen concretos de hecho, con un error despreciable en la práctica. Este hecho, sumado a la propiedad de la subjetividad, por la que el objeto mental adquiere unicidad e individualidad, hace posible la ilusión según la cual la patencia del proceso mental tiene lugar como si hubiese un sujeto concreto percibiendo la escena, cuando de lo que probablemente se trata es de que el proceso mental patente es consciente y subjetivo, que suena parecido pero no es lo mismo, de tal manera que lo patente cuando es patente con conciencia y subjetividad parece concreto, con entidad de por sí, y además dicha entidad posee carácter único e individual, como si hubiese ahí un ente individual dándose cuenta de las cosas conscientemente, lo cual, a ciertos efectos, así ocurre en la práctica con un error despreciable, pues cada uno de nosotros creemos ser un sujeto, un individuo único con una percepción consciente de lo que nos rodea, pero la concreción de dicho yo consciente es ilusoria, como lo es la de la figura que parece moverse con aparente unicidad e individualidad en una pantalla de cine.
¿Es la vida lo mismo que la conciencia?
A veces es preciso andarse con rodeos para describir alguna propiedad biológica. Sin ir más lejos, para describir la propiedad biológica de la vida es preciso andarse con rodeos, porque con la propiedad de la vida ocurre lo mismo que con la de la conciencia: es una abstracción. No se puede extirpar de un ser vivo la vida para colocarla sobre una mesa y ver en qué consiste en concreto para captar su esencia. Dicho de otro modo: no existe la vida, sino los seres vivos, como suelen decir los biólogos. Con la conciencia ocurre lo mismo: no existe la conciencia, sino los seres conscientes, y siendo más precisos, la información consciente.
Para definir la propiedad de la vida no se puede llevar a cabo una descripción concreta de la vida, sino que hay que hacer referencia a las propiedades o características o cualidades propias de los seres vivos, por ejemplo: los seres vivos son aquéllos que nacen, crecen, se reproducen, mueren, etc. Hay diversas definiciones de la vida, y en general se suele considerar a la vida como aquella propiedad peculiar de los seres vivos, que son los que se caracterizan por presentar, por ejemplo, reproducción, nutrición, organización, crecimiento, propósito específico, excitabilidad, motilidad y adaptabilidad. Habiendo visto cómo se define la vida, parece claro que la conciencia podría definirse como una propiedad de un sistema con ciertas características. Con la conciencia hay que llevar a cabo el mismo ejercicio, dado que tampoco se puede extirpar del cerebro para colocarla sobre la mesa de exploración para una descripción concreta. La conciencia se debería describir a partir del grupo de características o propiedades (cualidades propias o peculiares) que definirían a la información procesada en el tejido nervioso, de tal manera que dicha información pueda ser categorizable como consciente, o dicho de otro modo, de tal manera que la mente disfrute de la propiedad de la conciencia, y otro sistema sin estas cualidades, no. ¿Es la efectividad una cualidad necesaria para que un sistema sea consciente? Para que la conciencia sea posible, probablemente sea necesario que la mente sea efectiva, como característica primera. Ésto podría parecer una perogrullada, ya que es evidente la patencia de la experiencia consciente desde el punto de vista del yo, y se presupone, pero es que la experiencia consciente forma parte de la realidad, y la realidad, con o sin conciencia, se caracteriza precisamente, y por definición, por la patencia, por lo patente de su presencia (lo cual aunque no sea una perogrullada, no deja de ser una tautología, pero es que lo de la patencia de lo patente no es un asunto que haya quedado resuelto). La mente es información abstracta, pero es patente porque lo abstracto también forma parte de la realidad.
Por efectividad de la mente se entiende la detectabilidad de la información abstracta, pues efectivo significa real, detectable, patente, que tiene lugar, que tiene efecto (y no hay que confundir "tener efecto" con "hacer efecto", por ejemplo, si uno está enfermo, toma un medicamento y se cura, lo que hace efecto es el medicamento, y lo que tiene efecto es la curación).
Efectivo es lo contrario de irreal, indetectable, virtual, latente.
¿Significa efectivo lo mismo que eficaz?
No hay que confundir la palabra efectivo con la palabra eficaz; un fármaco, si cura, es eficaz, no efectivo. Lo que sería efectivo, en el caso de la curación, sería la curación; lo eficaz es lo que hace efecto, el fármaco; lo efectivo es lo que tiene efecto, la curación. Lo real es lo que tiene efecto, lo que tiene lugar, lo que ocurre, lo efectivo, lo detectable, lo patente.
¿Es la mente una realidad virtual?
Lo que no ocurre no es detectable, así que no es real. Al no ser detectable se lo denomina irreal, o virtual, o latente. Por esto mismo, cuando se denomina realidad virtual a las imágenes por ordenador, se comete un error similar al de calificar como efectivo a un fármaco que cura; se trata de errores que llevan a la confusión, y, por tanto, a la dificultad en la transmisión de un mensaje, o a conclusiones equivocadas. Ha de quedar claro que las imágenes por ordenador en sentido estricto no son virtuales (aunque sí en sentido figurado), ni tampoco las imágenes mentales son virtuales, ya que dichas imágenes mentales son detectables, son reales, son patentes, por ejemplo, son perceptibles de manera evidentemente patente. La expresión realidad virtual es, de hecho, contradictoria y absurda, aunque se utilice en sentido figurado y como oxímoron, al hacer referencia a las imágenes generadas con un ordenador, por ejemplo. ¿Es real, detectable, toda la realidad? La realidad conocida, lo detectado hasta ahora, parece formado esencialmente por partículas elementales (descritas mediante la mecánica cuántica) y sus interacciones. Las propias partículas elementales son elusivas a la hora de tratar de comprenderlas desde la ontología, pues no se detectan por ellas mismas, sino por los efectos en los sistemas de medición que producen las interacciones de dichas supuestas partículas.
La realidad es fundamentalmente incomprensible desde un punto de vista intuitivo hasta el momento, por su carácter contraintuitivo. Las partículas elementales son incomprensibles de manera racional, son inimaginables. Su naturaleza y comportamiento son extraños, a pesar de ser lo que seríamos en esencia, de acuerdo con lo comprobado hasta ahora. Algunas partículas elementales son tan elusivas a la detección que se denominan, de hecho, virtuales. Por ejemplo, los fotones que intercambian las moléculas orgánicas en una "cascada" de reacciones bioquímicas, en una célula, pueden ser virtuales o indetectables, si los campos electromagnéticos que intercambian los fotones están superpuestos, si es acertada la descripción del mecanismo de transferencia de Förster (un campo y una partícula parece ser que son lo mismo, y ésta sería la justificación de esta rareza, en este caso).
Y éste es sólo un ejemplo de los problemas a la hora de definir qué es la realidad, de manera que el propio concepto de realidad está en permanente revisión. ¿Es necesaria la capacidad de abstracción para que un sistema se pueda considerar consciente? Por abstracción se entiende aquí a la referencia al carácter representativo, o inconcreto, de la información consciente. Lo concreto es aquéllo que es lo que es y no es otra cosa, aquello que es de por sí. Lo concreto no es, por tanto, reducible a otra cosa a todos los efectos. Cuando se percibe una manzana se toma por concreta en la práctica, pero sólo al efecto de su percepción a simple vista, ya que por lo demás, dicha percepción objetiva carece de concreción, pues, por ejemplo, es reducible a un procesamiento neural basado en la complejidad y la multiplicidad, de modo que dicha manzana mental no sería concreta desde cualquier punto de vista, es decir, en cualquier escala, a diferencia de lo verdaderamente irreducible, como las partículas elementales, que sí parecen ser concretas a cualquier efecto.
Tanto los fermiones, o electrones, neutrinos y quarks, como sus bosones y sus interacciones son irreducibles a otra cosa, que se sepa, como aclara Ynduráin en su libro Electrones, neutrinos y quarks.
De modo que la concreción de la manzana a simple vista es real, pero no lo es a todos los efectos, así que no lo es, sólo lo parece a simple vista (una digresión lógica y evidente a partir de esta afirmación sería que por tanto tal vez no sería preciso ser concreto para existir; pero la contra-argumentación también lógica subsiguiente sería: si algo inconcreto existe, será contingente, y por tanto, ¿se puede considerar que existe algo que es contingente y que en consecuencia no es eterno? Ésto llevaría al concepto de eternidad como necesidad lógica de algún modo, dado que se diría que de hecho, y también de algún modo, existimos, o llevaría al menos a la idea actual de algunos físicos según la cual podría tener lugar el "plegamiento de dimensiones", tal vez incluida la del tiempo, lo cual quizá haría posible la existencia al margen del tiempo y sin que nada físico ocurra por tanto… pero todo ésto ya es excesivamente especulativo, inimaginable e incomprensible, así que volvamos con el cerebro, acerca del cual, dentro de nuestros límites, poseemos bastante certeza sobre su existencia en el interior del cráneo de la mayoría de las personas). ¿Es necesaria la sensibilidad para que un sistema sea consciente? Por sensibilidad se entiende que el sistema que ha de procesar información consciente en representación de algo tiene necesariamente que reaccionar ante ese algo cuando lo tenga delante, y al menos en un número significativo de ocasiones. La sensibilidad, evidentemente, depende de dos factores fundamentales: los órganos de los sentidos, y la excitabilidad celular. La sensibilidad depende de la propia vitalidad, y de la forma en que los seres vivos han evolucionado. Así que sin vida, sin actividad bioquímica, y sin una evolución natural de ciertas formas orgánicas en particular, formas de órganos de los sentidos en concreto, y por tanto con receptores sensoriales, difícilmente se podría estar hablando aquí de la conciencia como propiedad de la mente, posiblemente.
¿Es necesaria la especificidad para que un sistema sea consciente?
Otra propiedad característica de la mente para que haya conciencia debería ser la especificidad. Por especificidad se entiende que el sistema nervioso ha de dar cuenta de lo que da cuenta, y viceversa, no ha de dar cuenta de lo que no da cuenta, así que debe conocer lo que conoce y como lo conoce, sin confundirse. Ésto es fácil de entender también: los ojos, por ejemplo, responden a la luz específicamente, y los oídos a los sonidos, no a otra cosa, etc.
¿Es necesaria una cuantificación de la información abstracta para que haya conciencia?
Por cuantificación se hace referencia a que la información abstracta que se procesa en el cerebro es medible físicamente, cuantificable. No puede ser de otro modo, ya que lo que el cerebro genera, conduce, transmite y comunica son impulsos nerviosos bioeléctricos que pasan de una neurona a otra, es decir, pasan de uno en uno, de manera cuantificada, potencial de acción a potencial de acción (ésto da pie a que la información pueda ir codificada, por otro lado). La cuantificación de la información mental posiblemente se produzca de diversas maneras, y en diversas escalas, no sólo mediante la transmisión de la información potencial a potencial en cada sinapsis. Por ejemplo, se ha comunicado la posibilidad de la existencia de un cuanto de conciencia de 12,5 ms, por debajo del cual no sería posible discriminar dos objetos auditivos como distintos. La fuente bibliográfica para este dato es la siguiente: Kristofferson A.B. Quantal and deterministic timing in human duration discrimination. Ann N.Y. Acad. Sci. 1.984; 423: 3-15.
¿Es necesaria la codificación para que un sistema sea consciente?
Con codificación se quiere decir que dicha información mental, por estar cuantificada, puede organizarse en forma de código y así disponer de símbolos a los que adjudicar, de manera innata, adquirida, o ambas, un significado, como el de manzana. Dicho código puede formarse, evidentemente, gracias la estabilidad del sistema, dado que cada neurona disparará de un momento a otro un tren de potenciales de manera igual, dentro de un margen de error aceptable, a como lo había hecho previamente. El pensamiento es la computación de símbolos, y éso es lo que hace el cerebro, computar símbolos.
¿Es el ismorfismo necesario para que haya conciencia?
Isomorfismo quiere decir que un objeto mental con un significado es isomórfico con el objeto concreto al que representa, que tiene su misma forma. Ésto no es del todo cierto, pero, al establecerse un significado, se da por cierto en la práctica… e incluso hasta cierto punto ésto es literalmente cierto en algunos casos, como se sabe por la forma del homúnculo de Penfield. En otros casos lo de la misma forma se referirá no a una igualdad literal entre la forma de un objeto y la de su representación en el cerebro, sino a que la representación en el cerebro será constante, la misma (el mismo código), y por tanto igual para ese objeto de un momento a otro, y compatible.
¿Qué es el isomorfismo?
El isomorfismo, en su definición matemática, consiste en la correspondencia biunívoca entre dos conjuntos de cosas. El concepto de isomorfismo indica que, dados dos conjuntos, 1 y 2, entre sus elementos se establece una correspondencia biunívoca, lo cual quiere decir que a un elemento A, del conjunto 1, le corresponderá el elemento B, del conjunto 2, y no otro, lo cual implica una interacción peculiar, sistemática, entre 1 y 2. Habrá un isomorfismo, entre 1 y 2, si al evolucionar 1, por ejemplo, si en 1 tiene lugar una interacción entre A y A´, entonces, al observar 2, se comprobará que a la vez habrá tenido lugar en 2 una interacción entre B y B´ con correspondencia biunívoca. En tal caso, 1 y 2 serán isomórficos.
¿Es posible el isomorfismo para el sistema nervioso?
En la práctica existe la posibilidad del isomorfismo entre sistemas, en general, y el cerebro en particular es un sistema capaz de lograr dicho isomorfismo en la práctica con un error despreciable en la escala en la que dicho isomorfismo sea efectivo (detectable). Por ejemplo: cuando un objeto cae por su peso, se percibirá que cae, en condiciones normales, y en ausencia de algo que lo impida, y, así, el comportamiento subsiguiente será congruente con la realidad tal como está ocurriendo y como se percibe que está ocurriendo: que un objeto está cayendo, en este caso.
¿Es la posible capacidad para el isomorfismo del sistema nervioso una analogía sin sentido?
Bertalanffy trata el asunto de los isomorfismos en la naturaleza en su Teoría general de sistemas, donde previene contra la confusión entre los isomorfismos y las "analogías sin sentido". En este ensayo se podrían estar planteando analogías sin sentido que podrían estar pasando desapercibidas, por ejemplo: ¿tiene que ver el carácter particular de la subjetividad, al que se ha hecho mención previamente, y por tanto su aspecto a simple vista de objeto mental con carácter único e individual (irreducible), con el carácter también particular (irreducible) de las partículas elementales, o se trata de una mera analogía sin sentido? Esa capacidad del cerebro para establecer un isomorfismo efectivo como tal a simple vista con un error despreciable en la práctica, sea o no una analogía sin sentido, posiblemente sea un rasgo útil desde el punto de vista evolutivo, y posiblemente sea una de las razones por las que el sistema nervioso ha sido seleccionado como sistema para controlar el comportamiento motor en animales con capacidad de movimiento motriz autónomo (que son los animales que necesitan sistema nervioso) mediante el recurso a información consciente.
¿Es necesaria la coherencia para tener conciencia?
La coherencia, entendida en esta ocasión como congruencia, o ausencia de contradicción, es también importante, pues entre otras cosas hace posible que un significado sea el adecuado al objeto del entorno (a la parte de la realidad del entorno que se toma por objetiva) representado. Por ejemplo, si el cerebro otorgase el significado pera al objeto mental manzana, el resultado probablemente terminaría por no ser conveniente a ciertos efectos… y no digamos si confundimos manzana y tigre.
¿Es necesaria la compatibilidad para que un sistema manifieste la propiedad de la conciencia?
La compatibilidad tiene que ver con la coherencia/congruencia, y tiene que ver con que el objeto mental no sólo ha de ser coherente con el objeto representado: no sólo el cerebro ha de pensar en una manzana si se ve una manzana, sino que además ha de ser compatible, ha de pensarse en una manzana no sólo si se trata de una manzana, sino además cuando se trate de una manzana, ambos objetos han de ser coherentes entre sí para ser compatibles.
¿Se pueden hacer predicciones correctas sobre un sistema conociendo sus propiedades de manera correcta?
La conciencia y la subjetividad son propiedades del sistema nervioso, como la suma es una propiedad de la aritmética. Si un sistema está organizado y es suficientemente estable, resultará posible encontrar patrones de comportamiento constantes a partir de los cuales abstraer sus propiedades, y predecir resultados en mediciones sobre el sistema con un error despreciable. Por ejemplo: se puede predecir que 1+1 será mayor que 1 en el sistema aritmético, y se puede predecir, por la propiedad de la conciencia, que, si un individuo consciente pone una mano sobre la llama de una vela, apartará la mano. ¿Puede tener percepción subjetiva una hormiga? La información consciente transmitida entre neuronas a escala microscópica no debería ser considerada subjetiva, pues la subjetividad parece una propiedad emergente, dado que sólo tenemos percepción subjetiva a simple vista, a escala macroscópica (confinada), y por tanto la subjetividad parece depender de cierta complejidad para emerger, para volverse algo detectable, amén de cierta estructuración morfofuncional probablemente específica, y de la efectividad de cierta escala (macroscópica, dado que no somos capaces de percibir a simple vista lo microscópico). Dicha complejidad y peculiaridad una sola sinapsis probablemente no la aportará. Un sistema nervioso con cierta complejidad, como el de una hormiga, también procesa información, y posiblemente consciente, como revela su comportamiento, así que su comportamiento habrá de ser considerado consciente, aunque rudimentario en comparación con otros. Sin embargo, es dudoso que una hormiga perciba la realidad como sujeto. En caso de que no, sólo su comportamiento sería consciente. Es posible que una hormiga no posea una mente subjetiva, y por tanto difícilmente tendrá, por ejemplo, sentimientos, o algo así como un yo consciente de sus emociones y que sufra por ello… y menos aun empatía y que por tanto sufra por sus congéneres, o quizá sí, ¿quién sabe?
Para saberlo habría que comprobarlo, y para comprobarlo habría que saber qué comprobar (entre otras cosas, y posiblemente, una sincronización de fase transitoria entre señales neuronales simples, como se ha dicho en la introducción y se dirá más adelante en este ensayo). Puede ser consciente un protozoo? Un protozoo, un ser vivo unicelular, se comporta como un ser vivo individual pero sin sistema nervioso, un ser vivo que no procesa información abstracta. ¿Será al menos consciente el comportamiento de un protozoo, como quizá ocurre con el de una hormiga? Un protozoo, como ente, también se basa en la autoorganización, y su comportamiento se puede considerar por tanto propositivo, pero no parece que integre su comportamiento integrando información abstracta, por lo que no debería poder ser considerado consciente. Mírese más de cerca un protozoo, un "globito gelatinoso" al microscopio óptico, hasta distinguir los objetos que lo componen: un gran montón de moléculas (estados ligados de átomos), un montón de objetos proteiformes que chocan entre sí millones de veces por segundo en función de su afinidad, avidez y cohesión. Algunas de las moléculas de la membrana del protozoo actúan como receptores de los estímulos del medio externo al protozoo, el charco en el que flota y vive, por ejemplo. Si un receptor de la membrana del protozoo responde a un estímulo específico, dicho receptor cambiará de estado, pero dicho cambio de estado, a diferencia de lo que hacen las sinapsis, y, aunque el cambio de estado en el protozoo también suponga una comunicación de información que preludia un posible comportamiento propositivo (propositivo, pero no consciente), el cambio de estado en el protozoo no supone una abstracción del entorno, y por tanto no supone una toma de conciencia del medio.
Cuando colisionan las moléculas que configuran el proceso físico sistemático llamado protozoo (vivo), la cadena de cambios moleculares mantienen al protozoo comunicado con el medio, pero el protozoo no se abstrae del entorno, se continúa con él, y sin abstracción no parece que pueda haber conciencia (y tampoco subjetividad, entonces). ¿Por qué el proceso vital de un protozoo no supone una abstracción de la realidad que le rodea? Supongamos que un estímulo (por ejemplo, una molécula de alimento flotando en una charca), al que se podría llamar E1, choca con la molécula P1 de la membrana del protozoo, receptora específica de E1. P1 cambiará a un nuevo estado conformacional, el estado P2. P2 ahora choca con otra molécula dentro del protozoo, con Q1, específica a su vez para la interacción con P2. La información que P2 comunica a Q1 no es información codificada que abstrae a P1, sino que únicamente comunica a Q1 información sobre el estado de P2. Para Q1, P1 es un desconocido ya, no ha sido codificado por el sistema y por tanto no hay ya un símbolo representativo de P1 y con ese significado, y también E1 será ya un desconocido. Aunque P2 es P1 en otro estado, no es P1, por lo que Q1 no va a poder dar cuenta de P1 a la siguiente molécula de la cadena con la que Q1 se encuentre a continuación. Q1 tampoco será E1, ni su representación, sino el siguiente eslabón de una cadena de información concreta: E1-P1-P2-Q1-etc. La secuencia de comunicación de información que empieza en el medio continúa en el protozoo, y dicho proceso informativo hace posible la integración de un comportamiento propositivo, por la congruencia de todo el sistema, por evolución filogenética y ontogenética en ese sentido de las piezas en juego (por conveniencia evolutiva), pero dicha información difícilmente se podrá considerar consciente, pues, de entrada, no abstrae el entorno, se continúa con él, de modo que el comportamiento, aunque se ajusta al entorno de un modo categorizable a usos prácticos como propositivo, lo hace inconscientemente, de manera mecánica y ajustada mediante diversos sistemas de regulación, pero de manera incontrolada, es decir, inconsciente (ni siquiera de manera refleja).
El protozoo es un eslabón en una cadena, no forma una cadena paralela que representa a otra cadena de manera real, sensible, específica, cuantificada, codificada, abstracta, isomórfica, coherente, compatible, etc., es decir, el protozoo es información, como todo, pero no conoce su entorno, y por tanto no usa ese conocimiento para ajustar su comportamiento procesando dicho conocimiento en paralelo para integrarlo con el resto de las piezas en el resultado final, el comportamiento.
El protozoo procesa información con algunas de las características necesarias para que su comportamiento se pueda considerar propositivo (que es una característica de los seres vivos en general, seres con capacidad para la autoorganización, no una caracaterística de los seres conscientes en particular), y por tanto el protozoo está vivo, pero sus características no son suficientes como para que, además de propositivo, su comportamiento se pueda considerar consciente, o basado en el procesamiento de información consciente como parte del proceso de integración de ese comportamiento. ¿Es el ser humano siendo consciente de la realidad lo mismo que el universo siendo consciente de sí mismo? Esta idea es un tópico en los relatos de ciencia ficción. Aunque el universo sea información, es dudoso que sea conciencia, dadas las posibles características que un sistema precisaría para ser considerado consciente, estando el fenómeno de la conciencia posiblemente limitado en principio a los sistemas nerviosos formados por, al menos, circuitos, como grado mínimo de complejidad (hay sistemas nerviosos sin circuitos, parece ser, como los de las esponjas, que, por tanto, tal vez carecerían de conciencia). Como la conciencia es la propiedad de un sistema dado, hablar de "conciencia universal" o "cósmica" sería como hablar de "liquidez universal", o de "rojez universal", sería absurdo, por intuitivo que le pareciera a algunos. Por éso un ser humano no debería ser considerado como el universo siendo consciente de sí mismo. Sería como decir que una rosa roja sería el universo siendo rojo, o que un río sería "liquidez cósmica", o incluso que habría una "liquidez cósmica" al margen de los ríos.
Y además, no sólo un ser humano no es todo el universo, sino que ni siquiera ese ser humano será consciente de todo el universo, sino sólo de una parte, por lo que por esta otra razón tampoco parece tener sentido esa afirmación propuesta por los autores de ciencia ficción y que tanto juego da a veces. ¿Es la mente del calamar como la del hombre? Ramón y Cajal dejó escrito, en 1.899, en su Manual de Histología normal (página 620) que el tamaño y disposición de las células nerviosas, así como de sus expansiones, no parece referirse de un modo bien evidente con determinada modalidad funcional. Hay tipos diversos de neuronas en el cerebro que se pueden clasificar en tipos diversos, dependiendo del criterio utilizado, incluso en cientos de tipos. Pero a pesar de su diversidad no son muy distintas entre sí al microscopio. En ésto se distingue, parece ser, el cerebro humano del cerebro de otro grupo de animales no mamíferos que también lo tienen relativamente grande: los cefalópodos; así que tal vez los cefalópodos, a pesar de la inteligencia que demuestran los pulpos, tengan una mente ajena a la humana, o tal vez no.
¿Qué quiere decir que la experiencia subjetiva sea, además de macroscópica, confinada?
La experiencia mental consciente y subjetiva es macroscópica, pues lo que se percibe a simple vista no es microscópico. Además, dicha percepción macroscópica está confinada en dicha escala macroscópica, pues no es posible percibir lo microscópico en ningún caso a simple vista, ya que cae fuera de la capacidad de resolución de la percepción. Por ejemplo, el confinamiento es lo que impide a un sujeto contar en milésimas de segundo, a simple vista, siendo capaz de llegar sólo hasta las décimas de segundo (aproximadamente), cuando, precisamente, las neuronas funcionan en el rango de las milésimas de segundo, que es la escala en la que son medibles los potenciales de acción (algo que por otro lado no deja de ser hasta cierto punto una prueba del cambio de escala de medición en el terreno de la abstracción en el cerebro que posiblemente se debe de verificar durante la emergencia de la percepción subjetiva).
¿Tiene sentido la expresión popular tener la mente en blanco?
Para que sea efectiva la experiencia consciente subjetiva posiblemente hay que ser consciente de algo, como anticiparon Epicuro y Locke entre otros.
En palabras de Zeki, extraídas de su artículo La imagen visual en la mente y en el cerebro, publicado en Investigación y ciencia en 1.992: "… no hay razón para separar de la conciencia la adquisición de conocimiento visual". Dicho de otro modo: sin objeto (mental) probablemente no hay sujeto (que es otra forma de decir que sujeto y objeto son una sola cosa, porque el sujeto es un objeto). ¿Qué es la inconsciencia? La inconsciencia, de acuerdo con la experiencia clínica, por ejemplo, observando cómo hacen su efecto los anestésicos, supone, básicamente el cese de la secreción de neurotransimores en las sinapsis, y por tanto el cese de la transmisión sináptica.
Por supuesto que si las neuronas mueren la inconsciencia será irreversible.
El proceso mental y su correlato neural
¿Es lo mismo el funcionamiento en red que la localización de funciones en diferentes áreas cerebrales?
La lesión de zonas cerebrales específicas se asocia a una pérdida funcional específica. Sin embargo, en la práctica, en el cerebro vivo no lesionado, dichas regiones no funcionan exactamente como las piezas de un mecanismo, por ejemplo, las regiones no funcionan como piezas independientemente, sino sólo si se conectan, de modo que lo que importa es el todo, la red, que es cambiante, no dónde se localice una función. O dicho de otro modo, se trata de algo así como un mecanismo pero sin piezas fijas. En el cerebro en funcionamiento no es suficiente con que haya una región con una función específica, sino que dicha función esté ubicada temporoespacialmente en el lugar y momento adecuados, conectada en el momento adecuado con otras regiones y activa, de lo contrario, la consideración de la especificidad funcional de dicha región carecería de sentido. La especificidad funcional de una región sólo tiene valor si dicha región se imbrica como eslabón efectivo en una cadena dinámica en un momento dado. Dicho de otro modo: en el cerebro sólo cuenta lo que está ocurriendo, una región sólo es una región si está funcionando como región, lo cual sólo es posible si ocurren dos cosas: si dicha región está funcionando, y si lo está haciendo en red con el resto de las regiones que le dan sentido a su efectividad como región con especificidad funcional.
Es importante tener esta concepción del cerebro como algo dinámico, cambiante, en red, y no hay que olvidar que hablar de la mente sólo tiene sentido si se hace en referencia a su carácter morfofuncional: la mente no es la posibilidad de pensar, sino el proceso del pensamiento en su curso efectivo, en gerundio. Al hacer referencia a regiones que actúan en red, que constituyen un entramado que actúa como un todo en la práctica, a pesar de ser reducible a varias regiones distintas, hay que tener en cuenta que además dicha red está constituida por alguna región funcional que puede estar dispersa por diferentes regiones espaciales del cerebro. ¿Es importante la sincronización neuronal para el funcionamiento en red? Damasio, en su libro El error de Descartes, cuenta que la actividad simultánea en distintos lugares conecta las partes de la mente separadas. Se sobreentiende que quiere decir que las conecta en un todo. Damasio también dice: "… (la) integración mental se crea a partir de la acción concertada de sistemas a gran escala mediante conjuntos sincronizados de actividad neural en regiones separadas del cerebro".
El propio Damasio aclara: "… la sincronización es una parte importante del mecanismo… de ligazón… de las partes de la mente que se integran… pero la sincronización (no trata de ser la)… explicación (última de esta ligazón)". La sincronización, como la reentrada, debe de formar parte de dicha simultaneidad en parte, pero la clave de la formación de redes en el cerebro, en el caso de ese todo que es lo subjetivo, no parece que puedan ser sólo la sincronización y la reentrada, por una serie de razones.
¿Son las neuronas osciladores acoplados?
Ya desde los trabajos de Sherrington sobre la integración de la función visual se le otorgó su posible importancia a la sincronización neuronal, a la "concurrencia temporal" de la actividad neuronal, a la descarga de los potenciales de acción de neuronas distintas a la vez, para explicar de algún modo la simultaneidad de la diversa experiencia sensorial, y que, por ejemplo, se puedan percibir de una vez todas las partes de una imagen visual. Sherrington trataba de averiguar, en particular (entre otras cosas) cómo es que usamos dos ojos para ver pero percibimos una sola imagen (supuestamente como resultado de la fusión o integración de las imágenes captadas por los dos ojos en una, dado que la imagen final contiene características que suponen la suma de ambas, como el carácter estereoscópico de la imagen del que carece la percepción monocular). Según Strogatz y Mirollo (1.989), cualquier sistema de osciladores acoplados (sistemas de osciladores interconectados y con frecuencias características) como parece el caso de las neuronas, se autoorganizan espontáneamente.
En cierto modo se estaba proponiendo a la sincronía como oposición natural al caos. Poincaré fue un precursor en el desarrollo de este tipo de ideas.
¿Hay un algoritmo cortical básico?
Las neuronas, a pesar de su diversidad, hacen más o menos lo mismo básicamente: generar, conducir y transmitir potenciales de acción en trenes, ya sea en respuesta a estímulos, o bajo la modulación por estímulos.
Según Mountcastle (1.978), la estructura de la corteza cerebral es uniforme en todas las regiones, grosso modo. Las variaciones no son tantas como para justificar la versatilidad funcional del cerebro a partir de las diferencias locales. Este hecho llamó la atención de Hawkins, que le dedicó al asunto un libro hecho a medias con Blakeslee, titulado Sobre la inteligencia (2.005). Según Hawkins, en todas las partes de la corteza se ejecutan las mismas operaciones, el algoritmo cortical básico es el mismo: mover patrones (de trenes de potenciales de acción). De modo que la heterogeneidad de la mente ha de estar en los códigos, no en las operaciones que los mueven.
Para que los códigos sean distintos la clave, me parece a mí, debe de estar en parte en las condiciones iniciales del proceso, en el hecho de ser las entradas de información en el sistema distintas: los receptores sensoriales son distintos, y de ahí debe de proceder o ahí debe de comenzar la riqueza y complejidad de la mente. A simple vista es posible distinguir en un ramo de rosas blancas una rosa roja por su color, y también es posible en un concierto distinguir al oboe por su timbre, y no hay motivo para pensar que en la corteza haya neuronas que de modo innato (genético) sepan tomar conciencia de un oboe. Lo que esta idea del algoritmo cortical básico conlleva entonces es que la corteza es más o menos la misma por todas partes, por lo que si una región es capaz, con años de aprendizaje a partir del nacimiento, de identificar a un oboe, mientras que otra región es capaz de identificar a la rosa roja entre las rosas blancas de un ramo, ello debe depender de la configuración específica de las redes implicadas en cada caso, de la conformación circunstancial de estados sinápticos relativos, de cada código ad hoc.
Que el algoritmo cortical básico sea el mismo se diría que hace posible que el cerebro sea, precisamente, un sistema adaptable a la cambiante realidad; él mismo es cambiante (es parte de la realidad también). Su complejidad es relativamente grande, de ahí que si se logra un equilibrio entre complejidad y adaptabilidad, también podría acabar siendo adaptable en la práctica, con presumibles ventajas en lo que a la conveniencia evolutiva se refiere, como así se observa que está ocurriendo.
¿Qué es un sistema integral?
Las redes neurales parecen comportarse como grupos neurales integrales. Un sistema integral es aquél que persiste como un todo aun a falta de algunas de sus partes en la suma.
Por ejemplo, la vida es un fenómeno integral porque aunque mueren seres los que nacen los sustituyen en ese todo que es el fenómeno vital.
Lo mismo ocurre con la subjetividad: como las correspondientes neuronas correlativas se van desintegrando del grupo e integrándose al irse deshaciendo y formando redes, el sujeto sigue teniendo a simple vista aspecto integral, persiste en la práctica como un todo, por ejemplo, como un observador consciente único e individual.
¿Es la subjetividad una propiedad emergente?
Crick, tras terminar de investigar el A.D.N., se volcó en la búsqueda del correlato neural de la experiencia consciente personal. Su idea básica era la siguiente: la conciencia es una propiedad emergente del cerebro. Se quiere sobreentender aquí que se estaba refiriendo a la experiencia consciente y subjetiva en particular, a la emergencia de la propiedad de la subjetividad por tanto, a la emergencia del yo consciente. Si es así, hay que estar de acuerdo, en principio. Si el yo consciente es un objeto emergente, hay que tener en cuenta que la propiedad de la subjetividad ha de emerger al integrarse cierta información abstracta en el cerebro de cierta manera peculiar, propia de este sistema en particular (de ahí que dicha propiedad aparezca en este sistema y no en otros), y que por tanto debe de consistir en algún tipo de actividad neural integral peculiar, lógicamente. Al emerger la propiedad de la subjetividad, al emerger el sujeto consciente como un todo, de tal manera que resulte patente como ente consciente concreto, único e individual, con un error despreciable en la práctica a ese efecto a escala macroscópica (al efecto de la patencia del yo consciente), cierta información cerebral abstracta debe de estarse pergeñando, e integrándose o al menos correlacionándose de algún modo peculiar las neuronas implicadas, de tal manera que se formen redes macroscópicas efectivas como un todo caracterizado por poseer entidad única e individual a simple vista, y dentro de un margen de error aceptable para que tenga lugar dicho efecto en la práctica. ¿Cómo tiene lugar la integración neuronal? Los mecanismos de integración neuronal conocidos son diversos.
Véase algún ejemplo de cómo se integra o suma la actividad neuronal en el cerebro: en la escala neuronal, cuando la actividad de, por ejemplo, dos neuronas, converge en una tercera, es decir, si dos neuronas A y B hacen sinapsis en una tercera neurona C, entonces C integra la actividad de A y B. De este modo, habrá circuitos convergentes, divergentes, etc., con distintas funciones posibles en el sistema nervioso en cada caso, como pueda ser la de aumentar el contraste de la señal sensorial en el primer caso, o la de aumentar la intensidad de la señal sensorial, por reclutamiento neuronal, en el segundo caso, etc. Otro ejemplo de un mecanismo de integración básico en el sistema nervioso: en un circuito A-B-C (obsérvese la notación empleada), la neurona B actúa como neurona intermediaria, o intercalar, o internuncial, entre A y C, así, B integra o suma la actividad de A y C al formarse circuitos (aparte de participar en la dotación de coherencia o congruencia a los circuitos). El sistema nervioso se conecta con el resto del cuerpo, básicamente, e integra en un todo el funcionamiento del organismo, sobre todo en lo referente a la homeostasis y el comportamiento. ¿Son importantes las neuronas internunciales? El asunto de las neuronas internunciales (o intercalares, o intermediarias, como es el caso de la neurona B en el circuito A-B-C) es más importante de lo que parece: resulta que en los sistemas nerviosos más primitivos no había neuronas internunciales. Por ejemplo, algunos de los primeros animales con neuronas, los espongiarios (esponjas de mar), parece ser que no tenían circuitos neuronales, sino que las neuronas conectaban (y conectan) directamente al estímulo con la respuesta (muscular), sin intermediarios. Conforme la evolución avanzó y el sistema nervioso se fue haciendo más complejo, aparecieron los circuitos, "entrometiéndose" neuronas intermediarias o internunciales entre estímulo y respuesta, como es el caso de B en el ejemplo idealizado A-B- C.
La presencia de neuronas intermediarias dota de versatilidad a las respuestas, lo cual aparentemente podría haber supuesto una ventaja para la supervivencia, por lo que, aunque no hayan desaparecido las esponjas (aún existen) ello no ha impedido la aparición de otras líneas animales con otras características, por ejemplo, animales con neuronas intercalares y que terminen teniendo un gran cerebro.
¿Qué tiene que ver el cerebro con las neuronas internunciales?
El cerebro, a fin de cuentas, no es otra cosa que algo así como una gran masa de neuronas internunciales: la mente es una "gran pérdida de tiempo" entre estímulo y respuesta (como atestigua este ensayo), pérdida de tiempo que hasta el momento no termina de impedir la supervivencia de los seres afectados por esta peculiaridad evolutiva. Ryle, en su libro El concepto de lo mental, afirmó que los procesos mentales son "disposiciones a la conducta", y según Hilary Putnam, la mente son las funciones que median entre la entrada sensorial y la salida motora. Para George H. Mead, el pensamiento (la inhibición temporal de la acción) es una preparación para la acción social.
¿Cuál es el estatus de las neuronas internunciales en el cerebro en la actualidad?
En la actualidad, de todos modos, oficialmente se denominan neuronas intermediarias en la corteza cerebral sólo al 20% de las neuronas: el 80% son neuronas piramidales y el 20% internunciales. Ese 20% consiste en pequeñas neuronas inhibitorias (las células piramidales son excitatorias) de acción local, mientras que los axones de las neuronas piramidales actúan a distancia en otras zonas del sistema nervioso más allá de la corteza.
Pero si uno lo piensa, casi todas las neuronas son internunciales, pues están intercaladas como intermediarias entre la célula que detecta el estímulo, como puedan ser las de la retina, y la célula que ejecuta la respuesta, neuronas piramidales incluidas, aunque ésta sea un forma de hablar poco académica en la actualidad, ya que oficialmente sólo se considera que son internunciales ciertos tipos de neuronas (las neuronas inhibitorias de acción local). ¿Cuál es la causa de la experiencia mental subjetiva? En un circuito A-B-C, A no es la causa de C, sino el correlato. Por tanto, la secuencia A-B-C, que va de A a C, no es un teorema que demuestra C a partir de A según el principio de causalidad. La actividad de C no se explica a partir de la actividad de A, pues A no es la causa de C, sino su correlato, pues no se relacionan directamente, se correlacionan.
Extrapolando esta idea a la escala de las redes: en el caso de que una red [A-B-C] (obsérvese el tipo de notación empleada) fuese en un momento dado el correlato de la subjetividad, dicha red no sería tampoco la causa de la subjetividad, ni la demostración de la causa por la que la subjetividad es efectiva.
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