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Exégesis de cierta hipótesis comprobable acerca del posible correlato neuronal de la conciencia subjetiva (página 8)


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¿Qué es la escalabilidad?

El confinamiento de la medición de la realidad en la escala macroscópica es una manera de decir que el cerebro, como sistema de medición, carece de escalabilidad al confinarse. Ferrero, en un artículo del 2.003 en Investigación y ciencia, titulado: Información cuántica, estado de la cuestión, decía que la escalabilidad de un sistema físico es la capacidad del sistema para adaptarse a tareas de distinta magnitud. Así mismo, Ynduráin, en su libro Electrones, neutrinos y quarks, explica que el scaling indica lo que cambia una cantidad física al alterar la escala de uno de los parámetros de los que depende.

¿Qué tendría que ver la escalabilidad con la percepción subjetiva?

El observador subjetivo es un sistema físico de medición de información consciente, adaptado a la percepción en determinada escala, la efectiva en el momento en el que el cerebro se encuentre en el peculiar estado morfofuncional correspondiente a la propiedad de la subjetividad.

El observador subjetivo, por su confinamiento, no posee la capacidad de la escalabilidad, por lo que la percepción a simple vista sólo ocurre a simple vista, está confinada en una escala determinada. El confinamiento, la falta de escalabilidad del sistema de medición en el estado morfofuncional de observador subjetivo, explica la efectividad de la subjetividad en la práctica. Por ello, tan interesante será desentrañar el modo de emerger la subjetividad, como el modo de confinarse. El confinamiento en la subjetividad, el hecho de poder percibir solamente lo macroscópico como sujetos conscientes, se debe a la falta de escalabilidad del estado dinámico morfofuncional subjetivo del cerebro como proceso de medición sistemático, es por tanto una cuestión de scaling. ¿Cómo influye la escalabilidad en la física? El scaling es cosa de físicos. Parece ser que indica lo que cambia la magnitud de una medición efectuada en un sistema si cambia la escala de uno de los parámetros de medición.

El scaling en física parece análogo, tenga o no sentido esta analogía, a cómo cambia la percepción al cambiar la escala de medición, por ejemplo, cómo cambian las propiedades de la mente al pasar de escala microscópica a macroscópica (pasando, por ejemplo, de mente consciente pero no subjetiva a mente consciente y subjetiva).

Parece ser que en mediciones físicas groseras, por ejemplo, macroscópicas, el scaling no influye mucho en la práctica en los resultados, pudiendo ser el error despreciable. En mediciones ultramicroscópicas, en las que el margen de error no es aceptable, sí influye de manera importante en los resultados.

Así que la escala influye en la medición. La magnitud medida cambia en función de un cambio en la escala de alguno de los parámetros. Por ejemplo, cuando los físicos hicieron colisionar electrones con protones, a los que hasta entonces consideraban elementales (como se ha dicho más arriba), los resultados de los choques se alejaron de lo previsto. Feynman propuso que se podría tratar de scaling, fruto de haber prejuzgado que electrón y protón se hallaban en una misma escala sin ser así, porque el electrón parece ser que es elemental, y el protón ha resultado no serlo en cambio. Feynman tenía razón. De este modo se empezó a comprobar que el protón no era elemental, como el electrón, sino formado por quarks y gluones (al principio a las partes del protón se las llamó partones, antes de descubrirse los quarks). Y así, al considerar a los protones como no elementales, los cálculos ya se obtuvieron sin tantos errores. Para solucionar este problema con los resultados de los choques entre protones y electrones, entre lo predicho y lo obtenido en la práctica, los físicos necesitaron cambiar la escala, para corregir la diferencia entre ambos, al ser uno elemental, y el otro, no.

¿Cómo amortigua el cambio de escala los errores debidos a la escalabilidad, amortiguamiento del que depende la efectividad del confinamiento en la práctica?

A escala macroscópica, el error en la medición que pudiera ocurrir en uno de los elementos queda amortiguado por una mayoría no errónea, ya que los elementos son suficientemente numerosos. Por ejemplo, ante un plato con comida, a la hora de comer, la mayoría de las neuronas implicadas integrarán como respuesta probable (pues de una probabilidad se trata de nuevo, de modo análogo a lo que ocurre en otros niveles) el comportamiento consistente en ir a comer, y si algunas por error integran lo contrario, quedarán anuladas por una mayoría "decidida" a comer, que será lo que al final se haga con mayor probabilidad, y con un error despreciable (el error correspondiente a las neuronas que llevaban la contraria).

¿Altera el cambio de escala a los objetos mentales?

La subjetividad, en una primera aproximación intuitiva a la solución del problema, emerge y se confina mediante un cambio de escala en el sistema por tanto (el sistema es el cerebro), durante su peculiar y sistemático proceso morfofuncional.

Este cambio de escala probablemente no signifique que el objeto mental cambie de tamaño en el cerebro, no significaría que SOL ocupe una red mayor, por resonancia neuronal, o por algún otro mecanismo neuronal, hasta ser tan intensa que emerja de tanto "empujar desde abajo", como un iceberg. Lo que se modificaría con el cambio de escala es la unidad de medida, no el tamaño del objeto mental, no el número de neuronas correlativas con el significado SOL, por ejemplo. No se agrandaría la red SOL con la adición de más neuronas para que el proceso sea subjetivo, no se representaría SOL con una red creciente para lograr tal fin.

¿Cómo se produce el cambio de escala si no se debe al aumento de tamaño de la red SOL?

El cambio de escala debe de tener lugar porque la integración de S, O y L debe de suponer una nueva escala macroscópica al formarse SOL, y por tanto el cambio de escala se deberá a que de hecho con una red mayor habrá una nueva escala, y además macroscópica respecto de la anterior, cuando las redes S, O y L (las neuronas que las constituyen) se correlacionen para dar lugar a la detectabilidad de la red SOL en determinada escala en la práctica, con un error despreciable, lo cual hará posible la efectividad de la emergencia de SOL (por ejemplo) como objeto mental macroscópico, por el simple hecho de que la red SOL será necesariamente mayor que cualquiera de las redes S, O y L, al ser la suma de ellas (y mayor que las neuronas a que se reduce SOL; la clave es que una red neuronal pueda ser efectiva como unidad morfofuncional del sistema nervioso, por tanto, y a ciertos efectos al menos).

Como una red es un todo, y como una red es de por sí una unidad de medida en la práctica, al integrarse SOL la escala de medida cambia, de hecho, mediante scaling. Ésto implica un cambio en la forma final del fenómeno (de la actividad neuronal como fenómeno), incluyendo la posibilidad de que tenga lugar la percepción subjetiva, por ejemplo. ¿Qué vinculación habrá entre el sujeto y la red SOL? El observador subjetivo se identificará con la red SOL en el momento en que ésta sea efectiva, ya que el observador subjetivo no es un ente concreto dotado de subjetividad, sino que en ese momento será (se identificará con) la percepción consciente y subjetiva de SOL, es decir, el sujeto es un objeto abstracto, en este caso, el objeto SOL (un objeto es lo que un observador, por ejemplo, un sujeto, determina como objeto; el sujeto y el objeto son una sola cosa en este caso, y sin embargo este objeto queda determinado como objeto porque la percepción es un proceso de determinación, ya que se trata de un proceso de memorización, y de determinación objetiva, ya que se trata de un proceso de medición; entonces es una ilusión creer que hay ahí un sujeto determinando el objeto, ésto se dice así en sentido figurado en este caso, por hablar un lenguaje común, afín al sentido común, dada la creencia en la concreción del sujeto a simple vista, la creencia en la concreción del yo que cada uno parece poseer de modo intuitivo natural; todo yo cree ser ese yo; es decir, decimos que el observador determina el objeto, pero no hay un observador haciendo dicha determinación, sino que a dicha determinación se la denomina observador en este caso por la imposibilidad de darnos cuenta intuitivamente de que el sujeto no es concreto a todos los efectos, por ejemplo, al efecto de llevar a cabo una determinación; para que el yo consciente fuese algo concreto a todos los efectos primero habría que ser capaces de meter una caja dentro de sí misma, y no se puede, salvo mediante una convincente ilusión).

¿Por qué es más grande SOL que, por ejemplo, S, O y L? Al pasar, por ejemplo, de circuito a red cambia la unidad de medida, la distancia entre las "rayas de la regla de medir" (porque se pasa de letras a palabras, y son las palabras las que están hechas de letras, no las letras las que están hechas de palabras, al ser la mente un proceso irreversible), y por tanto cambia la escala, de modo que es por éso que SOL es más grande, más macroscópica, que S, O y L, aparte de por lo obvio: SOL constará de más neuronas que S, o que O, o que L. Cualquiera de estas tres redes era más pequeña que la red SOL, y por tanto eran unidades de medida más pequeñas, eran redes, literalmente, más pequeñas, con menos neuronas, simplemente. ¿En qué consiste el entrelazamiento cuántico? El cambio de escala debería consistir en la recreación de un entrelazamiento entre objetos mentales, de algún modo, un trasunto en el terreno de la abstracción de dicho entrelazamiento, de la formación de estados ligados entre objetos abstractos, por ejemplo, entre S, O y L durante la percepción de SOL. Un objeto entrelazado, por ejemplo, un protón, se percibe como si fuera un mismo objeto desde cualquier punto de vista desde el que se le observe (mida) en una misma escala dada, parecerá elemental en todo caso. El entrelazamiento es un fenómeno descrito por los físicos, difícil de asumir intuitivamente pero sin embargo comprobado experimentalmente, mediante el cual dos o más partículas forman estados ligados y por ello a ciertos efectos se comportan como una sola partícula. Los objetos mentales, como las letras S, O y L, o como la información sobre el brillo, la forma y el color de una manzana, son abstractos, no partículas elementales, de modo que en principio un entrelazamiento entre objetos mentales consistiría en una recreación de dicho entrelazamiento en el terreno de la abstracción.

Un entrelazamiento, por ejemplo, el entrelazamiento entre dos fotones, consiste en una correlación no local entre ellos (eseguida se verá qué significa ésto).

Y parece ser que para que dos partículas subatómicas procedentes de un foco común coherente (coherente no en el sentido de congruente, como hasta ahora, sino en otro sentido que enseguida se aclarará) se entrelacen han de ser de la misma especie, por ejemplo, fotones.

Parece ser que es necesario un foco común coherente para que los fotones se entrelacen. ¿Qué es una correlación no local? Al ser no local la correlación entre dos fotones entrelazados les ocurre algo al unísono a ambos, con dependencia entre lo que le ocurre a uno y a otro, pero de manera no local, sin estar uno cerca de otro, así que no pueden estar en contacto, y por tanto no pueden tener una vinculación causal directa como explicación de la correlación en este caso: lo que causa un cambio en uno no puede ser la causa que produce el cambio en el otro, y sin embargo, ambos cambian como si dicha causa fuese común, lo cual no es posible, al ser su correlación no local, al estar separados en ese instante y por tanto no poder estar a la vez en contacto con un mismo agente causal en el momento de la medición de ese cambio.

El concepto de correlación es matemático, aunque aquí se está utilizando de una manera más general, en el sentido de dependencia o vinculación no causal.

En el caso del entrelazamiento se solapa el concepto general con la idea matemática. Los matemáticos definen la correlación entre dos fenómenos como la existencia de una dependencia entre ellos, por ejemplo, una dependencia en función de una proporcionalidad directa o inversa. Una proporción es una igualdad entre razones, por ejemplo: A/B=C/D, de modo que A depende de C porque A aumenta si C aumenta, A depende de D, porque A aumenta si D disminuye, etc. El establecimiento de una correlación entre fenómenos es una descripción del fenómeno, no permite confirmar una relación causa-efecto con seguridad en todo caso, por éso se usa la correlación para describir algunos fenómenos al margen de cuestiones sobre las causas, y la correlación no local en particular como descripción de lo que ocurre durante el contraintuitivo fenómeno del entrelazamiento, y es que en la escala de la mecánica cuántica no está clara la vinculación causal de las interacciones, al ser tan extrañas.

Los estadísticos afinan más la idea de correlación, definiéndola como la teoría que trata de estudiar la dependencia que existe entre las dos variables que intervienen en una distribución bidimensional. Pero aquí se va a hacer un uso más prosaico de la palabra correlación, para prevenir en lo posible un mayor sopor del que ya pueda estar provocando toda esta cantidad de texto. ¿Es no local la correlación entre neuronas? Las neuronas no mantienen entre sí una correlación no local, su correlación es local, por lo que de entrada se presenta esta primera dificultad: explicar cómo las neuronas conseguirían recrear una correlación no local.

En un circuito de neuronas A-B-C, A establece sinapsis con B, y B con C. La vinculación entre A y B se puede considerar una relación causa-efecto en la práctica con un error despreciable a escala neuronal. En cambio, la vinculación entre A y C es de correlación. Las neuronas intercalares, como la neurona B en el circuito de este ejemplo ideal, establecen en el cerebro un sistema de correlaciones. La correlación entre A y C es a distancia, pero local, pues están conectadas a través de B. Entre neuronas la acción a distancia, pero local, se produce básicamente mediante neuritas (axones y dendritas), formación de circuitos, sinapsis y transmisión de potenciales de acción. La acción a distancia puede tener lugar a mucha distancia, pues hay axones de un metro, pero aun así seguirá siendo local, por lo dicho. ¿Cuál es la causa del entrelazamiento? No hay causalidad en el entrelazamiento, hay correlación no local; Ynduráin ha dicho: "¿Qué causa la emisión y/o absorción de partículas? ¿Qué mecanismo está detrás (de éste y de otro tipo de procesos similares)…? … La respuesta es: ninguno… tenemos que considerar tales procesos como irreducibles a otros". En palabras de Freeman Dyson: "… (tras dominar el lenguaje formal de la mecánica cuántica, hay que) reconocer que nada hay que entender".

Sólo cabe la mera descripción de fenómenos que no sólo son contraintuitivos, sino que se reducen a sí mismos, carecen de mecanismo interno, no hay un qué ni un por qué para ellos, carecen de explicación, sólo hay un cómo. Con la experiencia consciente subjetiva ocurre algo parecido, no hay un porqué (ya que se fundamenta en un sistema de correlaciones, un sistema neuronal), sólo un cómo, sólo la descripción del modo en el que el proceso físico sistemático dinámico correlativo con dicha experiencia evoluciona para que sea posible en la práctica la efectividad del sujeto como ente ficticio pero real. Dicho "cómo" sería, de entrada, el siguiente: la propiedad de la subjetividad debería emerger mediante el cambio de escala en el sistema, y el cambio de escala debería ser la recreación de un entrelazamiento. Esto es lógico, y necesariamente debería haber un tipo peculiar de correlación neuronal compatible con este hecho.

Esta recreación de un entrelazamiento debería tener lugar entre los objetos mentales implicados en la experiencia subjetiva en un momento dado, y no entre los objetos mentales no implicados en la experiencia subjetiva en un momento dado.

Si el fundamento del yo consciente es un cómo, y no un qué ni un porqué, difícilmente será el yo algo concreto a todos los efectos, o algo con esencia de por sí. ¿Por qué es difícil intuir la correlación no local? Aunque una correlación es un tipo de relación matemática entre dos entes matemáticos, en general se podría considerar como una expresión de la dependencia entre dos sucesos, una vinculación, que no aclarará si es relación (causal) o no, simplemente describirá su vinculación, su dependencia. Por ejemplo: en la práctica sí se puede establecer una relación causal entre el virus de la gripe y la gripe con un error despreciable. En cambio, entre la lluvia y la gente con paraguas bajo la lluvia no se podría establecer una relación causal, así que en este segundo caso sólo se podría plantear una correlación.

En el ejemplo de la lluvia y la gente con paraguas, la correlación ha de ser local: la gente con paraguas ha de estar allí donde esté lloviendo. Lo que no tendría sentido sería una correlación no local entre la lluvia y un individuo con un paraguas, como pudiera ser: siempre que llueve en Londres don Salustiano Romerales, de Sevilla, que nada sabe sobre Londres, abre su paraguas a la misma hora en Sevilla, donde la lluvia es una maravilla. Algo así, una correlación no local, sería contraintuitiva y no tendría sentido. La correlación no local ya les pareció absurda a Einstein, Podolsky y Rosen, que fueron los que predijeron la posibilidad de la correlación no local (entrelazamiento) entre partículas subatómicas (en 1.935) como parte de la mecánica cuántica. Como la correlación no local parece absurda, parece ser que la presentaron como forma de demostrar que la mecánica cuántica no podía ser la mecánica que explicase la naturaleza en la escala fundamental, ya que la idea del entrelazamiento se derivaba de la propia mecánica cuántica.

Resulta que se ha comprobado que la correlación no local es auténtica, que es un fenómeno verdadero. Por ejemplo: entre fotones se produce en ocasiones una correlacion no local: algo inimaginable, contrario a la intuición, extraño, pero, ¿qué se le va a hacer? cierto y comprobado. Einstein volvió a tener razón una vez más, y a pesar de Einstein. ¿Qué es la interferencia de ondas? La interferencia de ondas consiste en que dos ondas, dado un punto geométrico del medio por el que se transmiten, si inciden a la vez en dicho punto suman sus efectos en dicho punto. La interferencia se basa en el principio de superposición, según el cual el valor de la perturbación producido por las dos ondas al llegar a la vez a un punto es el mismo valor que el que producirían cada una de las ondas por separado. Si la amplitud de una onda en un punto vale X, y la otra vale Y, la superposición de ambas ondas en ese punto valdría X+Y. Si una onda causada por una piedra en un charco mueve hacia arriba una distancia X a una hoja de árbol que está flotando (distancia X que es la amplitud de la onda que golpea a la hoja en un punto, es decir, la altura que alcanza a partir del nivel de reposo), y una segunda onda provocada por una segunda piedra llega a la vez que la primera a la hoja (es decir, procedentes de focos coherentes, no en el sentido de congruentes, sino en el sentido de dos piedras que caen a la vez con un error despreciable en ese "a la vez" en esa escala) y la sube una altura Y, la altura final de la hoja será X+Y, por superposición de las dos olas.

Con ondas en un charco es fácil visualizarlo, con ondas electromagnéticas, que se mueven por el vacío, es más difícil, al no percibirse el agua, pero la idea es la misma, siendo el vacío el agua (es más fácil visualizarlo si se entiende que el vacío no es la nada, sino campos de energía con poca energía y poca materia, pero conformando un "entramado" geométrico –espaciotemporal- real, aunque poco activo en lo que a interacciones entre partículas elementales se refiere, es decir, el vacío sería algo así como materia poco probable, no la nada, o, a simple vista, desde un punto de vista clásico, espacio y tiempo vacíos de sucesos), y las ondas se suman al interferirse mutuamente, al establecerse una interferencia entre ellas.

De modo que el principio de superposición explica el fenómeno de interferencia.

¿Qué es la superposición de estados?

Ambas olas del charco, X e Y, estarán en un estado de superposición (una superposición de estados) desde el punto de vista de la hoja cuando la mueven juntas hacia arriba. Para la hoja no habrá diferencia entre una ola y otra, estarán superpuestas a todos los efectos desde el punto de vista de la hoja, serán para ella un ente único. En el vacío no hay agua, de modo que cuesta un poco más visualizar el estado de superposición entre ondas concretas.

Supóngase que el agua fuese invisible para la hoja flotante: en este caso la hoja se encontraría ascendiendo X+Y, en un momento dado, sin saber cómo, pues estaría en el vacío, y únicamente podría concluir que sube no por el empuje del agua, sino por encontrarse, la hoja, en un estado de superposición X+Y, al comprobar que sube una altura X+Y (desde un punto de vista meramente geométrico), sin más datos sobre el suceso. Si no se percibiese el agua, lo único que le quedaría a la hoja, para explicar este patrón de comportamiento, de acuerdo con el cual unas veces asciende X, otras Y, y otras X+Y, sería hablar de su situación no como hoja flotando en agua que se mueve, sino como hoja en un estado: el estado de la hoja; un estado de la hoja sería el estado X, otro, el estado Y, y otro el estado X+Y, el estado de superposición.

La descripción del cambio de su situación dentro de una geometría dimensional sin otra explicación (sin agua), lo explicaría la hoja intuyendo a su propia evolución como un cambio de estado (que no hay que confundir con cambio de escala). ¿Qué parámetros permiten describir a una onda? Como decía Cicerón (en referencia a la "gente sabia"), Vivere est cogitare, vivir es pensar. La física a veces es tan abstracta que resulta difícil ponerse en el lugar de los sucesos para pensar acerca de ellos y comprenderlos. Cuesta empatizar con los electrones. Ésto ocurre también con las ondas. Para visualizarlas, un truco consiste en trasladar lo que ocurre en cuatro (según parece) dimensiones a dos, en una gráfica sobre un papel; resulta útil imaginar que una onda es una línea sinuosa sobre un papel. Haciendo ésto, se entiende que una onda, representada por una sinusoide en un papel, tenga periodo (tiempo en volver a una misma altura que la de partida), frecuencia (número de vueltas alrededor de un punto durante un periodo de tiempo dado; la frecuencia es la inversa del periodo), amplitud (altura del punto máximo midiendo desde el punto de reposo), etc.

¿Qué es la sincronización de ondas? Dibujadas dos ondas iguales en paralelo en el papel, también se entiende que si ambas consisten en una línea sinuosa que sube y baja y vuelve a subir y bajar, el punto más alto, al que llamar pico (si se toma la línea por la parte convexa), y el más bajo, al que llamar valle (si se considera la parte cóncava), pueden coincidir en la onda de arriba y en la paralela que está debajo, o pueden no coincidir picos de una y picos de la otra. Si dos ondas coinciden por todos sus picos, estarán sincronizadas, es decir, en fase (y así pueden tener distinta amplitud pero igual frecuencia). Si dos neuronas contiguas coinciden por los picos de sus oscilantes potenciales de acción estarán sincronizadas en fase, y posiblemente codificarán lo mismo. Por tanto, la sincronización en fase difícilmente será el correlato neural de, por ejemplo, la concurrencia temporal entre S, O y L cuando SOL sea efectiva como parte de la percepción subjetiva, ya que S, O y L deben ser distintas (códigos distintos) para que SOL sea efectiva, y por la sincronización en fase se volverían iguales, y no emergería SOL. ¿Qué es la sincronización de fase (que no hay que confundir con la sincronización en fase)?

Ahora supóngase que las dos ondas paralelas que se han dibujado en el papel no tienen la misma frecuencia; por ejemplo, que la de arriba esté a 2 Hz (2 ciclos por segundo, considerando al tiempo en abscisas, en el eje de coordenadas horizontal –y la amplitud en ordenadas, en el eje vertical-) y la de abajo a 3 Hz. En este caso, si cada onda conserva su forma, no pueden sincronizarse en fase, no pueden hacer coincidir todos sus picos y valles, lo cual no quiere decir que no puedan superponerse, coincidir en un punto del espacio, sumar sus amplitudes en ordenadas, sólo quiere decir que no pueden sincronizarse, coincidir en el tiempo sus picos y valles en abscisas; ahora bien, si una va a 2 Hz y la otra a 3 Hz, aunque no puedan sincronizarse sin homogeneizar sus frecuencias (en cuyo caso dejarían de ser cada una un posible código distinto), sí que pueden acoplarse de otro modo en función del tiempo, a lo largo de abscisas; ese modo consiste en hacer coincidir, cada cierto número de vueltas, uno de sus picos; en este ejemplo: cada dos vueltas de la onda a 2 Hz, y cada 3 vueltas de la onda a 3 Hz, ambas coincidirían por un pico.

Dicha coincidencia de cierto pico ocurriría cada cierto número de vueltas, es decir, habría una diferencia entre sus frecuencias constante entre ambas en tal caso (una diferencia de fase constante, que dicen los físicos) y por tanto un acoplamiento en función del tiempo, una concurrencia temporal. Este fenómeno se denomina sincronización de fase, y podría hacer posible la concurrencia temporal entre redes sin necesidad de sincronización en fase (no hay que confundir, por tanto, sincronización en fase o sincronización a secas con sincronización de fase).

El requisito para que la sincronización de fase ocurra es la emisión de ambas ondas en coherencia (otra acepción de la palabra coherencia, por tanto, distinta a la de congruencia), es decir, la emisión de las ondas desde focos coherentes para que pueda tener lugar la sincronización de fase. Para que el foco sea coherente debe tener lugar la emisión en fase, a la vez, de manera que al menos el primer pico de ambas ondas al comienzo de la emisión de ambas esté sincronizado en fase (el resto de los picos de ambas ondas no lo estarán, salvo un pico de cada onda cada cierto número de vueltas u oscilaciones), para que así se produzca la sincronización de fase cada cierto número de vueltas, que será un número de vueltas constante para cada onda pero distinto al número de vueltas constante de la otra onda. ¿Qué consecuencias tendría para el cerebro la diferencia entre la sincronización y la sincronización de fase? Para que dos ondas estén en sincronización de fase no es necesario por tanto que estén en fase o sincronizadas (la fase es el área debajo de un pico o de un valle, delimitada, por ejemplo, por la línea de base), sino que lo que hace falta es que coincidan sus fases poniéndose en fase, periódicamente, cada cierto número constante de vueltas. Para que se produzca una interferencia entre ondas, las ondas deben ser coherentes, y por tanto deben ser emitidas por focos coherentes, es decir, emitiéndose ambas ondas en fase (en fase en el primer pico, al comienzo de la emisión).

Para que haya un entrelazamiento, un estado cuántico coherente, los focos deben ser coherentes, y por tanto no es necesaria la sincronización para el entrelazamiento, así que tal vez para la recreación de un entrelazamiento entre objetos mentales no haga falta que las neuronas se sincronicen, que estén en fase a lo largo de su descarga, pero sí que presenten sincronización de fase. En la literatura internacional es frecuente que el término coherente se utilice también como sinónimo de sincronización, por lo que debe quedar claro que en este ensayo el término coherente no se refiere aquí a la sincronización en fase, sino a la sincronización de fase, que son dos cosas distintas. ¿Qué es un foco coherente? En el ejemplo del charco, para que las ondas provocadas por las dos piedras que caen en el charco se interfieran entre sí deben ser emitidas a la vez (lo que previamente se ha denominado también, como se recordará, en concurrencia temporal). Si una piedra cae el lunes, y la otra el martes, no podrán interferirse sus ondas bajo la hoja, no dará tiempo, porque las ondas no permanecerán tanto tiempo en el charco, cuando se produzca la segunda la primera habrá desaparecido; debe ser coherente la emisión, deben ser emitidas a la vez (foco coherente) dentro de una escala de tiempo, las dos piedras deben caer a la vez, con un error despreciable para ese "a la vez" en la escala en la que la superposición de ambas ondas vaya a ser efectiva en la práctica, se sobreentiende, y lo mismo en el caso de la subjetividad, si resulta que al final el entrelazamiento entre objetos mentales va a consistir en la recreación de una superposición entre los estados de los objetos mentales (en función del tiempo). Un estado de un objeto mental sería, por ejemplo, el estado S, y otros estados los estados O y L, por ejemplo.

Para que las ondas del charco se superpongan bajo la hoja no es necesario que estén sincronizadas, es suficiente con que sean coherentes (que el foco sea coherente, es decir, en su caso, que las piedras caigan "a la vez"), para que sus fases coincidan al menos una vez, no todas, porque con que lo hagan una vez es suficiente (e incluso aunque no sea exactamente por sus picos, ya que en determinada escala la fase no es un punto, es un área, como se recordará, ya que la superposición puede ser más o menos constructiva o destructiva, es decir el resultado de la suma puede medir más o menos al final, dependiendo de las partes de las pendientes de las fases por las que se sumen).

Sólo han de coincidir una vez bajo la hoja, situación para la que, dicho desde el punto de vista de la hoja (en sentido figurado, por tanto): sólo es necesario que la hoja esté en el estado adecuado (el estado de X, o el Y, o el estado de superposición X+Y) para que se verifique uno de sus estados posibles al medirlo (al medir su altura a partir del estado de reposo en un momento dado). Y con la subjetividad ocurrirá lo mismo: sólo es preciso que una red dada esté en el estado adecuado una vez, el estado S, O o L, o estado SOL, para que se verifique efectivamente un resultado u otro, la efectividad de uno u otro estado, durante el proceso de percepción. ¿Es el entrelazamiento una interferencia? Aczel cuenta en su libro, Entrelazamiento, que la superposición consiste en la interferencia de una partícula consigo misma, y que el entrelazamiento consiste en la interferencia de un sistema consigo mismo (un estado cuántico coherente). Ésto no es fácil de entender.

Quizá se esté refiriendo a algo como lo que sigue: las partículas son una contraintuitiva dualidad onda-corpúsculo; a la hoja de árbol se la ha considerado un cuerpo idealizado, una partícula (si se acepta que antes se había idealizado el suceso acaecido a la hoja y se había imaginado todo el rato que la onda de agua la empujaba por debajo en un punto adimensional sin rotación, o sea, transformando mentalmente a la hoja en una partícula). Si a la hoja se la considera una onda, o dicho de otro modo, si su comportamiento, su cambio de estado, se identifica con el comportamiento del agua en ese punto en el que coinciden, entonces el movimiento de la hoja sería lo mismo que el del agua, y el estado X sería lo mismo que la altura del agua en un momento, y el estado Y sería la altura del agua en otro momento, y el estado X+Y sería una superposición del estado X e Y del agua en ese punto en un mismo momento, o lo que es lo mismo, una suma del agua consigo misma, no de dos ondas bajo la hoja, sino de una onda consigo misma, pues es la misma agua la que sube en X+Y (y el instante es el mismo), o desde el punto de vista de la hoja sería una interferencia de la hoja consigo misma, que es lo que parece que viene a decir Aczel sobre la superposición. En cuanto al entrelazamiento, consiste en la interferencia de varias hojas formando un sistema de hojas, de modo que aunque las hojas no llegan a interaccionar entre sí, sí que se correlacionan al estar sobre la misma ola (en un mismo estado), de modo que suben y bajan a la vez si están en el mismo estado del charco.

En tal caso, entre las hojas habrá correlación, y si dicha correlación consiste en la interferencia de un sistema consigo mismo, habrá un entrelazamiento, una correlación entre las hojas por superposición de los estados, no de las hojas. Ferrero aclara que un estado entrelazado es un estado cuántico coherente, con interferencia de un sistema consigo mismo. ¿Será posible la recreación de estados cuánticos en el cerebro, y de su superposición? Hofstadter apuntó en su momento que una neurona puede formar parte de más de un símbolo mediante la superposición y el entrelazamiento de los símbolos. Ésto significa en la práctica que es posible que una neurona puede formar parte de más de una red (una sospecha que diversos autores han expresado por su cuenta en ocasiones, y que también se deriva de diversas ideas expuestas en este ensayo, como se verá a continuación).

Los símbolos, en efecto, parecen una recreación de un estado similar (sea isomorfismo, o analogía sin sentido) a un estado cuántico, el estado S, el estado O, el estado L.

Dichos estados tal vez puedan superponerse y entrelazarse entonces, a ciertos efectos al menos.

Por ejemplo, el estado morfofuncional consistente en la percepción subjetiva de la palabra SOL tal vez se deba a la superposición de los estados S, O y L (a una recreación de dicha superposición de estados en el terreno de la abstracción, como se sobreentiende). La forma en la que una neurona podría formar parte de más de un símbolo sería mediante la pertenencia a redes diferentes en instantes diferentes, que sería como decir que una neurona estaría en un estado morfofuncional diferente en instantes diferentes (algo que parece inevitable, de hecho, dado el ciclo de carga y descarga neuronal), estando su estado definido, entre otros parámetros, por el estado de su relación y correlación con las neuronas con las que mantenga sinapsis en proximidad o a distancia (o ambas).

Si las neuronas pueden estar en diferentes estados, también las redes podrán, y entonces parece que tendría sentido la superposición de los estados de las redes también, como cuando se superponen varios símbolos (S, O y L) en un solo símbolo (SOL).

El modo en el que una neurona, por ejemplo, una neurona en el estado S (una de las neuronas de la red en estado S, como se sobreentiende) podría estar en otros símbolos a la vez, por ejemplo, en el estado O y L también (como ocurre en el estado SOL), sería mediante un fenómeno de correlación neuronal que consistiese en la recreación de un estado ligado entre las neuronas de la red S con las de las redes O y L, la recreación de un estado cuántico coherente, y que, como ya se puede ir adivinando, no necesitará entonces consistir en la sincronización de las neuronas de la red S con las neuronas de las redes O y L, sino en otro tipo de actividad neuronal, posiblemente una sincronización de fase neuronal.

No digamos Eureka todavía, prosigamos con la deducción y comprobemos si ésto tendría sentido. ¿Qué es un estado producto? Según explica Aczel, en su libro, para que se produzca un entrelazamiento entre los elementos de un sistema cuántico ha de darse en el sistema, en primer lugar, una superposición de los estados observables de dichos elementos. Dada una partícula, en un estado X, o en un estado Y incompatible con el estado X (incompatible de tal modo que si la partícula está en X, la probabilidad de observarla en Y sea nula), entonces, si se produce la superposición de X e Y, constituyendo un estado producto X+Y, al observar ahora la partícula se la encontrará en X e Y con una probabilidad no nula (y aun a pesar de ser incompatibles antes de estar X e Y superpuestos). Cuando X e Y no están superpuestos, la hoja de árbol que flota en el charco está en X o en Y, pero cuando están superpuestos, la hoja está en X y en Y, en X+Y, el estado producto de X e Y.

Como una hoja en un charco no es un objeto cuántico, la probabilidad de estar en X e Y cuando se la detecta en el estado X+Y es del 100%, pero parece ser que con las partículas subatómicas la cosa no tiene por qué ser así: si se hacen mediciones sucesivas de una partícula en el estado X+Y no se la encontrará en el estado X o Y, sino en X+Y, pero no con una probabilidad del 100%, sino de acuerdo con su propio reparto de probabilidades, un tanto por ciento para X y otro tanto para Y. Ésto parece absurdo, pero no lo es, porque lo que quiere decir es que, tras la superposición de X e Y, la probabilidad de encontrar la partícula en un estado que no sea X+Y, cuando está en el estado X o en el estado Y, será nula. Ésto quiere decir que si se diseña un experimento para detectar partículas en el estado X, también será posible encontrarlas en el estado Y con un experimento para Y, pero no en otro estado, aunque se diseñen experimentos para detectar otros estados, mientras que si X no está superpuesto con Y, al diseñar un experimento para detectarla en X, si se la detecta en el estado X la probabilidad de encontrarla en Y sería nula, por éso no es absurdo lo que se acaba de decir, aunque sea contraintuitivo en comparación con lo que nos lleva a pensar la intuición acostumbrada sobre charcos y hojas y demás objetos clásicos. Más aun: cuando la hoja esté en X, estará en Y si X e Y están superpuestos en el estado X+Y, de modo que si se sigue la ola X para ver que ocurre cuando toque a la hoja, se verá que la hoja estará entonces en el estado X+Y, y lo mismo si se sigue a la ola Y.

Estos comportamientos contraintuitivos relacionados con el fenómeno del entrelazamiento, por absurdos que parezcan, parece ser que han sido comprobados experimentalmente varias veces. Por ejemplo: en el artículo de Molina, titulado Experimento en el Danubio, fotones entrelazados, publicado en Investigación y ciencia, en el año 2.004, se relata alguno de ellos. Se trata de comportamientos contraintuitivos, porque una persona se puede sentar en la silla X, o en la silla Y, pero no en las sillas X e Y a la vez, cosa que sí pueden hacer los fotones, parece ser, o algo parecido. Es contraintuitivo también porque, en el caso de la hoja, el estado de la hoja es el del agua que tiene debajo, hay un medio que transmite la perturbación que agita a la hoja y determina el estado producto de la hoja, pero en el caso de un fotón no hay agua "debajo", sólo vacío, por éso es tan contraintuitivo y difícil de entender el estado producto también. ¿Qué es una superposición de estados producto? Aczel sigue explicando el entrelazamiento, y expone que dado un sistema cuántico compuesto, que sería un sistema constituido por 2 partículas (como mínimo, o más), en él podría haber un estado producto X+Y, y otro estado Z+W, de modo que si es efectivo el primer estado producto y se detecta la partícula 1 en X, la partícula 2 estará en Y, y si es efectivo el segundo estado producto y se detecta la partícula 1 en Z, la partícula 2 estará en W.

En caso de producirse ahora una superposición de estados producto, por ejemplo: (X+Y)+(Z+W), este nuevo estado producto sería ya un estado entrelazado, de acuerdo con esta definición del entrelazamiento.

El estado entrelazado implicaría el entrelazamiento de las dos partículas, que entonces estarían entrelazadas, quedaría establecida entre ellas una correlación no local, lo cual tendría como significado práctico el caso siguiente como ejemplo (siguiendo la explicación de Aczel): en caso de detectarse una partícula en el estado X, la otra sólo podría detectarse en Y aun siendo efectiva la superposición de estados producto, y si la partícula 1 se encuentra en el estado Z, la 2 sólo se podrá detectar en el estado W. Es una situación extraña, porque intuitivamente uno tendería a suponer que durante la superposición de estados producto si la partícula 1 está en X, la otra lógicamente podría estar en Y o W, pero parece ser que no ocurre así en la práctica de hecho a escala cuántica, sino que quedan verdaderamente entrelazadas en el caso de producirse un estado cuántico coherente. Las dos partículas quedan entrelazadas mediante una superposición de estados producto del sistema, que provoca una correlación no local entre las partículas, y supone que, a ciertos efectos, se comporten como una sola partícula, y sin necesidad de que haga falta demostrar un vínculo causal entre ellas, ya que el que la partícula 2 no pueda estar en W cuando la primera está en X, sino sólo en Y, es una forma de decir que la partícula 1 y 2 son ahora una sola partícula al efecto de comprobar el estado (X+Y+Z+W).

De modo que si se sabe que las dos partículas están entrelazadas, y se encuentran cada una en un extremo del universo, y se diseña un experimento para detectar la primera en X, se tiene la garantía, en caso de detectar a la otra con dicho experimento en otro punto el universo, de encontrarla en Y, no en W, sin necesidad de comunicación entre ambas, por el simple hecho de estar entrelazadas, dando la impresión de haberse comunicado entre ellas a velocidad mayor que la de la luz de un punto a otro del universo. No lo habrán hecho; la trampa estriba en que el experimento sólo detecta X, y por tanto sólo detecta Y, y no W; no habrá habido comunicación instantánea por tanto; así que lo misterioso no es la transmisión de información instantánea, la teleportación, ya que no se produce, aunque en la práctica ocurre como si se produjera, dentro de un margen de error aceptable; lo misterioso es que la superposición de estados producto sea cierta, por lo dicho antes: porque el medio es el vacío; de modo que lo difícil de visualizar es que la correlación sea no local, porque no se puede visualizar, por una sencilla razón: es inimaginable a simple vista para el común de los mortales.

Ésto ya no se puede visualizar con el ejemplo de la hoja, así que hay que tomarlo al pie de la letra, porque parece ser que es lo que se ha comprobado que ocurre (por ejemplo, con fotones entrelazados). Hay que entenderlo tal como se cuenta. Si se suman X+Y+Z+W, en el caso de las hojas, si la primera hoja está en X, la segunda hoja se verá en Y, y si la hoja primera está en Z, la hoja segunda se verá en W.

Parece ilógico, ya que X, Y, Z y W están todos juntos, por eso resulta contraintuitivo el entrelazamiento, pues sería algo así como si X e Y estuviesen unidos por un hilo extra a las hojas 1 y 2 por su lado, y Z y W por el suyo, y claro, no habría tal hilo en el charco, ni sería visualizable.

De momento no hay explicación para el hecho, sólo descripción, y éste no es el momento de especular sobre las posibles explicaciones si las hubiera. Únicamente queda, por el momento, la aceptación del entrelazamiento como un comportamiento así de extraño, propio de la mecánica cuántica, y que, por muy contraintuitivo e incomprensible que resulte, forma parte de la naturaleza esencial de la realidad tal como se la conoce en este momento. ¿Se puede recrear en el cerebro una superposición de estados producto? Es posible que las neuronas recreen este comportamiento, a pesar de lo contraintuitivo que es (éso a las células no tiene por qué "importarles"), de manera correlativa con la emergencia de la subjetividad, es posible que tenga lugar una recreación de un estado cuántico coherente, una recreación de una superposición de estados producto en el terreno de la abstracción a escala maroscópica (sea analogía sin sentido o isomorfismo) en correlación con algún tipo de comportamiento neuronal compatible con esta posibilidad, de tal manera que el hecho suponga en la práctica un entrelazamiento de objetos mentales particulares (redes) que así sean patentes a escala macroscópica con aspecto macroscópico y confinado, y de tal modo que presenten carácter único e individual. Nadie habría enseñado a las neuronas a comportarse de ese modo, pero es que tampoco nadie ha enseñado a las moléculas de agua a recrear en un charco a escala macroscópica una interferencia de ondas bajo una hoja mediante la variación de las posiciones entre las moléculas dependiendo de la presión mecánica transmitida en su seno al caer en el charco dos piedras de modo coherente (cayendo a la vez, en fase) y aunque las olas no estén después sincronizadas en fase (es decir, en este ejemplo, aunque las piedras tengan distinto diámetro).

¿Y si para recrear un estado cuántico coherente entre objetos abstractos macroscópicos (como S, O y L) se recurriese a una entrada en coherencia entre objetos microscópicos, las neuronas (sea ésto un isomorfismo o una analogía sin sentido)? ¿Y si ésta fuese la clave para entender la posibilidad de la emergencia del yo consciente como fenómeno? ¿Cómo se recrearía una superposición de estados producto en el cerebro? Supóngase el estado producto S+O+L. Supóngase que una partícula 1 u objeto mental elemental (irreducible a ciertos efectos en una escala dada) 1 está en el estado S (si se está pensando en S, si éste es el objeto del pensamiento, entonces el objeto 1 u objeto S sería también el estado mental S, del mismo modo que la hoja, cuando no se veía el agua, se identificaba con el estado del agua y por tanto la hoja se podía identificar con su estado en algunos casos). Supóngase también unas partículas 2 y 3 en los estados O y L.

Si SOL es efectivo como objeto subjetivo, la probabilidad de encontrar las partículas S, O y L en otro estado que no sea el estado SOL será nula (por la especificidad de la información consciente, es decir, si se descarga la red SOL la forma efectiva será SOL, no otra, pues ésta es la única posible para esta red en ese momento si es la que se verifica, ya que es la efectiva en ese momento).

Que sea nula la probabilidad de encontrar a S, O y L en un estado distinto a SOL durante la efectividad de SOL como objeto subjetivo no sólo es inevitable por la especificidad neuronal, sino que además curiosamente es análogo a lo que ocurría en un estado entrelazado. De modo que sorprendentemente el estado SOL es análogo a un estado entrelazado en la práctica de hecho, desde este punto de vista. En la práctica será nula la probabilidad de percibir algo distinto a SOL al activarse la red SOL (por la especificidad de la información consciente).

Así que de este modo sí puede estar teniendo lugar la recreación de una superposición de estados producto en el terreno de la abstracción, mediante la interacción retroactiva entre las redes S, O y L y su concurrencia temporal a ciertos efectos con un error despreciable en la práctica en determinada escala. Ésto no sería otra cosa que la recreación en el terreno de la abstracción, en un sistema no lineal, del comportamiento de un sistema lineal. Si ésto es cierto, debería tener explicación, y además demostración, la cual consistiría en la posibilidad de detectarse lo que la posibilidad de esta recreación de una superposición de estados producto permitiría predecir como consecuencia lógica, que sería, básicamente, la existencia de actividad neuronal en sincronización de fase entre las neuronas, por ejemplo, de S y O, y las de O y L, y en correlación con la subjetividad, con la percepción subjetiva de SOL.

¿Qué es la diasquisis?

Las neuronas posiblemente podrían llevar a cabo esta recreación de una superposición de estados producto gracias a sus propiedades morfofuncionales, que incluyen la retroacción descrita previamente, quizás por reentrada, y que probablemente incluyan también la posibilidad de su concurrencia temporal mediante sincronización de fase, que es la hipótesis presentada en el artículo mencionado en el prólogo y cuya exégesis constituye este ensayo. Además, para que esta recreación sea posible, las neuronas precisan disfrutar de la propiedad de la diasquisis entre neuronas. La diasquisis consiste en la conexión morfofuncional entre regiones separadas del cerebro, conexión a distancia, y con la posibilidad de integrarse en un todo mediante correlación local a pesar de dicha distancia. Márquez describe la diasquisis en uno de los capítulos del Tratado de Fisiología humana de Tresguerres, en su edición del año 2.000. Según cuenta Márquez, cuando se ejecuta una tarea mental correspondiente a una zona cerebral determinada no sólo se activa esa zona. Así que la diasquisis supone en la práctica una anulación de la separación espacial entre regiones neuronales dispersas por el cerebro, que al funcionar a la vez, en red, y por la diasquisis, actúan en la práctica como si estuviesen todas en el mismo sitio y momento, en el mismo estado, en la misma red, de modo que al correlacionarse entre sí se comportan como un todo desde el punto de vista morfofuncional en determinada escala, como una red neural. La diasquisis es posible gracias a las neuronas intercalares, y también gracias a que una neurona puede hacer sinapsis con otra alejada, al ser las neuritas largas.

La diasquisis hace posible no sólo la organización en red, sino también la correlación local entre neuronas, necesaria para recrear una correlación no local en el terreno de la abstracción. Sin correlación local entre neuronas no habría interacción entre neuronas, y sin interacciones, y muchas, no habría un sistema suficientemente complejo como para que tuviese lugar la recreación en el terreno de la abstracción de cosas como la correlación no local.

De hecho, existe evidencia diversa del acoplamiento de las descargas neuronales simples independientemente de la distancia entre las neuronas (véase, por ejemplo: Canolty RT et al. Oscillatory phase coupling coordinates anatomically dispersed functional cell assemblies. Proc. Natl. Acad. Sci.

U.S.A. 2.010; 107: 17356-17361).

Esta actividad a distancia daría lugar a la aparición de las redes neurales funcionales macroscópicas que se observan en los cerebros de los mamíferos (véase, por ejemplo: Mesulam MM. Large-scale neurocognitive Networks and distributed processing for attention, laguage, and memory. Ann Neurol 1.990; 28: 597-613; y véase al respecto también el trabajo de Varela citado más abajo en el Epílogo), aunque todavía no se sepa exactamente cómo.

¿Cómo tendría lugar el confinamiento en la escala macroscópica durante la recreación de una superposición de estados producto en el cerebro?

La probabilidad de encontrar el objeto mental-partícula S en un estado distinto al estado S, mientras SOL está siendo efectivo como percepción subjetiva, es nula. Es fácil de asumir, S es parte de SOL, es parte del estado producto SOL. Si SOL fuera análogo a un estado entrelazado, y la partícula S estuviera en el estado S, las partículas O y L deberían estar en los estados O y L con una probabilidad no nula, y tendrían una probabilidad nula de estar en otro estado que no fuera el subjetivo con el que se identifica el estado SOL en ese momento (dado que sujeto y objeto son una sola cosa). Es decir, el estado SOL es reducible, pero constituye un todo a ciertos efectos en determinada escala y con un error despreciable en la práctica, se comporta como una sola partícula, un solo yo consciente. Ésto es análogo a lo que ocurre durante un entrelazamiento, como se ha visto más arriba. Por tanto, la probabilidad nula del objeto mental-partícula SOL de estar fuera del estado morfofuncional denominado SOL es la clave para conseguir que el fenómeno sea efectivo a escala macroscópica y confinada: no puede dejar de ser macroscópica y confinada mientras SOL sea efectivo, así de simple, porque SOL es una red macroscópica de hecho, y la probabilidad de la partícula SOL de ser detectable en otro estado es nula, pues la actividad sináptica es verdadera, ocurre si ocurre, y es específica. Como es nula la probabilidad de estar en otro estado si está en ese estado (es nula la probabilidad de ser falsa la efectividad de la descarga de un potencial de acción que se está produciendo donde se está produciendo y cuando se esté produciendo) de ahí que el objeto esté confinado, confinado en SOL, en el estado SOL, y por tanto en la escala SOL.

Como SOL es una red macroscópica, es una escala confinada macroscópica. Por éso la emergencia y el confinamiento de la subjetividad puede ocurrir, y así es cómo ocurre, probablemente. ¿Por qué sería nula la probabilidad de encontrar una red en un estado distinto al estado en el que está? En el caso del objeto S, como no es una partícula a todos los efectos, sino sólo un conjunto numeroso de neuronas recreando el comportamiento de una partícula a ciertos efectos en determinada escala y con un error despreciable en la práctica, la razón por la que S corresponde sólo a ese grupo de neuronas no se debe a que sea una partícula (que no lo es a todos los efectos, o dicho de otro modo, no lo es), sino que se debe a que la S sólo puede ser conformada por el grupo de neuronas que se configuren con esa forma, pues las formas configuradas por las neuronas están organizadas no de cualquier manera en el cerebro, sino, entre otras cosas, con especificidad espaciotemporal, en un lugar específico y en un momento específico, conformando, probablemente, un código específico, único e irrepetible.

El estado S debe corresponder entonces a una red neural integral dada, de modo que esa red tampoco estará en otro estado en ese momento, porque sólo tiene una forma en cada momento, por su especificidad, y además de su especificidad también por su carácter proposicional (verdadero), irreversible (caótico), no ergódico (no repetitivo) y mnésico (memorístico). ¿Cuál podría ser el correlato neural de la subjetividad? Aparte de la diasquisis, para la percepción subjetiva de SOL parece necesaria la existencia de tres redes, cada una codificando específicamente cada letra, algo posible por la especificidad espaciotemporal de las redes y por tanto de lo que las redes significan con sus códigos.

Además, las redes S, O y L deberían estar conectadas entre sí por sinapsis recíprocas, tal vez por reentrada.

Estas redes además deberían poder activarse de este modo retroactivo con preferencia, deberían ser vías facilitadas de antemano, para que la integración de SOL esté facilitada; dicha facilitación requeriría por un lado una predisposición innata, genética, a dicha facilitación, y por otro lado el aprendizaje de dicha facilitación gracias a la plasticidad de las sinapsis, a la interacción con el medio, y al fenómeno de la memoria.

La predisposición genética de las redes y su disposición adquirida ha sido revisada recientemente por Stam y Straaten en un artículo en el que revisan el modelo sobre la organización de las redes neurales (Stam C. J., Straaten E. C.

W. The organization of physiological Networks. Clinical Neurophysiology 2.012; 123: 1067-87).

La correlación entre las redes S, O y L (o entre las redes forma, brillo, color, etc., de una bola de billar roja), tal vez reentrando cada red en sincronización de fase de sus señales simples con las señales simples de las otras redes, haría posible la compatibilización de las tres redes (compatibles: que sean verdaderas al mismo tiempo, coherentes entre sí), y haría posible también la simultaneidad (concurrencia temporal) de su activación, simultaneidad posiblemente efectiva a escala macroscópica (en forma de yo consciente que percibe SOL, o que percibe bola de billar roja y todo lo que ello signifique) por la falta de resolución a escala macroscópica con un error despreciable en la práctica de manera correlativa con esa sincronización de fase entre las señales simples de las redes implicadas y de manera correlativa con el resto de la actividad neural correlativa necesaria a escala microscópica. De modo que la sincronización de fase entre señales corticales simples podría ser una pieza necesaria para completar el "puzzle" que permitiría comprender cómo surge el yo consciente.

De este modo podría tener lugar la integración a ciertos efectos de las redes S, O y L en una sola red SOL, en particular al efecto de la emergencia de la propiedad mental de la subjetividad. Las redes S, O y L, al integrarse en SOL, y como cada red es un estado, si lo hicieran mediante una entrada o reentrada transitoria en sincronización de fase entre sus neuronas, las neuronas estarían entrando en interferencia entre ellas (para que haya interferencia los focos deben ser coherentes, y no es necesario que estén sincronizados –en fase-, y quizá la reentrada talamocortical tuviese alguna influencia en este extremo). En consecuencia, los estados de las redes S, O y L, en el estado SOL, se estarían superponiendo, y lo estarían haciendo mediante una recreación del fenómeno de superposición (la recreación de la interferencia de un sistema consigo mismo, la recreación de un entrelazamiento). Y si se superponen, se suman, es decir, se integran, con lo cual tal vez sea así como la nueva red, SOL, conseguiría ser efectiva como red, mediante este nuevo e hipotético mecanismo de formación de redes neurales que se está describiendo y proponiendo y que debería incluir la sincronización de fase transitoria entre señales neuronales simples de redes compatibles en corteza de asociación. Téngase en cuenta que esta sincronización de fase hipotética que se está proponiendo debería tener lugar neurona a neurona, es decir, entre señales simples, y por tanto debería ser detectable entre señales simples, no mediante la detección de la actividad de grupos neuronales grandes, sino neurona a neurona, mediante microelectrodos capaces de detectar la actividad neuronal neurona a neurona, técnica que está en la actualidad disponible (véase, por ejemplo: Acuña C, Pardo J. Ventral premotor cortex neuronal activity matches perceptual decisions. Eurpean Journal of Neuroscience 2011; 33: 2338-48; o véase también, por ejemplo: Pardo J, Acuña C. Bases neurales de las decisiones perceptivas: papel de la corteza premotora ventral. Revista de Neurología 2014; 58: 401-410). ¿Tiene sentido esta hipótesis? Las redes S, O y L no serían compatibles ni se integrarían si no se superpusieran. Se percibe SOL, y SOL es reducible a neuronas que hacen algo, por tanto la recreación de la superposición (la entrada en coherencia) debería ser cierta.

Así mismo, S, O y L no se superpondrían si fuesen incompatibles, así que deben ser compatibles (deben estar interconectadas por sinapsis, de modo facilitado, retroactivo, etc.). Curiosamente, los estados deben ser compatibles para que haya un entrelazamiento, así que, hasta ésto se cumpliría de manera análoga también en esta hipotética recreación del entrelazamiento en el cerebro. ¿Es compleja la subjetividad? Supóngase que las neuronas fuesen capaces de llevar a cabo una recreación de un estado entrelazado en el que ciertas redes constituyesen a ciertos efectos estados producto que se superpusieran, constituyendo sistemas de redes de complejidad creciente. Al percibirse SOL subjetivamente ha de estar teniendo lugar la recreación de un estado producto S+O+L, mediante la integración de las redes S, O y L. El estado entrelazado efectivo en ese momento sería el equivalente de la mente subjetiva en ese momento. Y ahora hay que percatarse de otro detalle: cuando la mente subjetiva esté siendo efectiva, y SOL esté siendo efectiva como percepción subjetiva (en sentido figurado: cuando el sujeto sea consciente de estar pensando en la palabra SOL), el sujeto no puede limitar el contenido de su conciencia subjetiva a la palabra SOL, o a una bola de billar, o a una manzana, sino que estará ocupando su mente subjetiva con un gran número de objetos a la vez, ya que torrentes de datos estarán incorporándose a su subjetividad, no sólo SOL, sino también sonidos, olores, sabores, recuerdos, sentimientos, ideas más o menos abstractas asociadas a SOL, y un largo etcétera, la mesa de billar, el árbol del que cuelga la manzana, etc. De modo que aunque se esté utilizado SOL, o manzana, o bola de billar como ejemplos simples para ir describiendo cómo hipotéticamente funcionaría el cerebro, debe quedar claro que se sobreentiende que el cerebro es más complejo que el ejemplo expuesto. Así que el análogo a un estado entrelazado llamado subjetividad consistiría en diversos estados producto superpuestos en ese momento. La prueba es que no se podría ser subjetivamente consciente sólo de SOL, o sólo de una bola de billar, etc., por mucho que uno se empeñase: la subjetividad es compleja a pesar de su aparente simplicicad. No se puede mirar a la bola de billar sobre la mesa de billar y percibir sólo a la bola.

Por otro lado, es lógico que sea así de compleja, ya que es una propiedad emergente, y la emergencia de propiedades y objetos depende de la complejidad del sistema.

Gracias a que la subjetividad es fundamentalmente compleja es posible que emerja, y gracias a la emergencia es posible que la subjetividad compute lo simple también, como la relativamente simple palabra SOL (relativamente, porque parece una, un solo objeto, un objeto simple, pero estará formada por los miles o millones de neuronas que la codifiquen).

SOL será perceptible subjetivamente precisamente gracias a que se integra con el resto de los contenidos de la subjetividad, gracias a que dicha red neural adquiere la propiedad de la subjetividad mediante la integración peculiar con otras redes.

¿Se conocía ya la posibilidad de la sincronización de fase entre señales simples corticales, y su posible correlación con la subjetividad?

Hasta ahora no se había predicho ni se había observado la existencia de sincronización de fase entre neuronas de áreas de asociación corticales compatibles, que yo sepa. Es posible que Elías Manjárrez haya observado sincronización de fase en niveles subcorticales, según me comunicó en una ocasión y si yo he entendido bien lo que me dijo (tuvo la amabilidad de cartearse conmigo), lo cual indica que, dado que los niveles subcorticales son más primitivos que los corticales, en dichos niveles la sincronización de fase entre señales simples podría ser una preadaptación que a lo largo de la evolución podría haber terminado haciendo posible la emergencia de la subjetividad cuando dicha sincronización de fase entre señales simples ocurriese en un terreno lo suficientemente complejo, la corteza de asociación, un fenómeno quizá con la complejidad suficiente como para correlacionarse ya con la subjetividad, por la peculiar estructura morfofuncional de la corteza, que incluiría por un lado su tamaño, y por otro su compleja estructura telencefálica, incluyendo probablemente la reentrada entre varios niveles y las demás piezas del "puzzle" que se han ido mencionando a lo largo del ensayo.

La sincronización de fase entre señales complejas (no entre señales simples) sí había sido descrita, por Varela y colaboradores, en trabajos como el que se cita a continuación: Varela FJ, Lachaux JP, Rodríguez E, Martinerie J. The brainweb: phase synchronization and large-scale integration. Nat Rev Neurosci 2.001; 2: 229-39. Pero la que interesaría para el correlato neural de la subjetividad probablemente sea la sincronización de fase entre señales simples, que se propone aquí como hipótesis al respecto, ya que no había sido predicha previamente, que se sepa, ni observada, según parece, de ahí que se considere oportuno hacer pública esta idea.

¿Se conoce ya el correlato neural de la subjetividad?

No se conoce el correlato neural de la subjetividad, no se ha comprobado cuál es. Si fuera cierto que existe tal sincronización de fase transitoria entre señales simples de redes compatibles en corteza de asociación en correlación con la subjetividad, para que dicha actividad hipotética fuese la explicación o la clave de la explicación de la emergencia de la subjetividad interesaría que fuera compatible con la descripción de dicha emergencia tal como se ha hecho aquí, como algo dependiente de un cambio de escala y un confinamiento en el sistema durante la percepción a simple vista, y además debería tal descripción tener sentido de algún modo como la recreación de un entrelazamiento de objetos mentales para su unificación en ese todo único e individual a simple vista que es el sujeto, el yo consciente. Veamos cómo a continuación.

¿Cómo superar las dificultades que debe afrontar la hipótesis aquí propuesta, desde el punto de vista de la lógica, para que tenga sentido; cómo compatibilizar a una hipotética sincronización de fase entre señales simples corticales con una posible recreación de un entrelazamiento cuántico entre objetos mentales?

Para que la recreación de un entrelazamiento entre objetos mentales en el cerebro tenga sentido como descripción a escala macroscópica del modo en que emerge la subjetividad, tiene que ser compatible con la hipótesis según la cual la sincronización de fase transitoria entre señales simples corticales sería una pieza clave para la explicación a escala microscópica del hecho (lo cual por otro lado convierte a la hipótesis en algo comprobable científicamente, y falsable), y para que tenga sentido tiene que ocurrir también que la compatibilidad entre ambos suponga además ese cambio de escala que se intuye, de microscópica a macroscópica, y ese confinamiento en dicha escala durante la efectividad de la subjetividad, dado que la propiedad de la subjetividad es efectiva o detectable a escala macroscópica confinada, es decir, sólo a simple vista, que se sepa.

Si la emergencia de la subjetividad se explicase por la formación de un cierto tipo de red neural peculiar en corteza de asociación mediante cierto mecanismo de correlación neural hipotético, siendo la clave la sincronización de fase entre señales simples, el cambio a una escala macroscópica sería fácil de entender, dado que una red es de hecho macroscópica respecto de las neuronas que la constituyen, que son, de hecho, microscópicas. En cambio, parece más difícil entender el confinamiento en dicha escala, del que dependería que dicha correlación neuronal se pudiese describir como la recreación de un entrelazamiento y que así la hipótesis tuviese sentido. Veamos cómo. El cerebro presenta una estructura morfofuncional compleja.

Gracias a dicha complejidad y peculiaridad, en el cerebro posiblemente se configura la recreación de una superposición de estados en el terreno de la abstracción, con el resultado de la formación de estados producto (por ejemplo, el estado producto S+O+L). Supóngase que un estado producto en el cerebro fuese una red que está entrando transitoriamente en sincronización de fase de sus señales simples con las neuronas de otra red compatible, por ejemplo, supóngase que S+O+L fuese transitoriamente un estado producto por sincronización de fase entre las señales simples de S, O y L. Cuidado, no por sincronización de fase entre las neuronas de S con las de S, las de O con las de O y las de L con las de L, sino entre las señales simples de cada red con las de las otras redes. Dicho estado producto, dicha red SOL (por ejemplo) recién formada, definiría una nueva unidad de medida (por ejemplo, SOL sería una nueva unidad de medida). Dicha nueva unidad de medida definiría también una nueva escala por tanto, que sería macroscópica por dos razones, uno, por ser SOL una red neural macroscópica (las redes neurales son macroscópicas), y, dos, por ser SOL macroscópica respecto de S, O y L, al ser más grande. De modo que otra de las claves que haría posible la emergencia de la subjetividad sería la propia estructuración morfofuncional de la corteza en redes neurales como unidades funcionales a ciertos efectos de hecho. Dicha escala macroscópica definida por, por ejemplo, la red SOL podría ser la efectiva durante la subjetividad si la red SOL fuese el correlato (parte del correlato, se sobreentiende) neural de la subjetividad en un momento dado (es decir, si, por ejemplo, S, O y L, redes compatibles, presentasen sincronización de fase transitoria entre sus señales simples y se formase así la red SOL).

Por supuesto que, además de la reentrada entre S, O y L por sincronización de fase transitoria (transitoria porque tendría lugar sólo mientras durase la efectividad de SOL) entre sus señales simples, SOL necesitaría cruzar el umbral de emergencia (en la práctica, ésto precisaría que el estado producto fuese no sólo S+O+L, que se pone como ejemplo ideal para ir avanzando en la deducción, sino, tal vez, S+O+L+un número indeterminado y difícilmente predecible de objetos mentales necesarios para lograr la complejidad suficiente como para cruzar dicho umbral de emergencia de la subjetividad). Por tanto, parte de la clave de la emergencia de la subjetividad, parte de la respuesta, reside también en la complejidad propia del cerebro. Si SOL (en referencia tanto a la palabra-estado-partícula SOL perceptible a simple vista como a la correspondiente red neural SOL correlativa) consiguiese ser efectiva como percepción subjetiva, y dado que SOL sería S+O+L, entonces la probabilidad de que tuviese lugar la percepción consciente y subjetiva de la palabra SOL fuera de la escala determinada por la red SOL debería ser nula si fuese la recreación de una superposición de estados producto. Y debería ser nula, dicha probabilidad, porque recuérdese que un estado producto implicaba la probabilidad nula de la detección de, por ejemplo, S, O o L fuera de S+O+L durante la efectividad del estado producto, aun cuando previamente fuesen incompatibles, es decir, por ejemplo, aun cuando previamente no estuviesen correlacionadas mediante sincronización de fase entre sí sus señales simples mientras el estado producto no fuera efectivo (lo cual, por cierto, cumpliría el requisito de la hipótesis de ser falsable para que tuviese carácter científico, pues no debería detectarse sincronización de fase entre esas neuronas en ausencia de un estado producto recreado entre ellas; y por otro lado: como una neurona puede pertenecer a más de una red, habría que estar seguros antes de confirmar que una neurona dada no estaría formando parte de algún estado producto sin identificar, en caso de observarse sincronización de fase de manera imprevista). Y obsérvese que ésto tiene sentido para SOL tanto tomada como palabra, es decir, como objeto mental, abstracto, como si se toma como red neural, es decir, como estructura morfofuncional a base de neuronas e interacciones sinápticas correlativas con dicho objeto mental, porque como palabra la S, la O y la L juntas sólo significan SOL, pues no pueden significar MANZANA, y con SOL tomada como red neural debería ocurrir lo mismo, por la especificidad de la codificación espaciotemporal de la actividad neuronal (hé aquí el quid). Por tanto desde ambos puntos de vista dicha probabilidad será nula (y la hipótesis aquí presentada sería compatible tanto con la explicación de la subjetividad a base de sincronización de fase entre señales simples, como con la descripción de la subjetividad como un fenómeno emergente peculiar), y por tanto el confinamiento de S, O y L en SOL tendría que ser efectivo necesariamente, por lógica, y en consecuencia el confinamiento en la escala macroscópica que SOL determina tendría que ser efectivo (como así ocurre de hecho).

Como se ve, la especificidad de la codificación neuronal es crucial.

El que este razonamiento sea válido tanto para SOL como palabra, como para SOL como red neural, hace a la explicación a escala microscópica del correlato neural de la subjetividad, basada en la predicha sincronización de fase transitoria entre señales simples de redes compatibles en corteza de asociación, compatible con la descripción a escala macroscópica de la emergencia de la subjetividad basada en la recreación en el terreno de la abstracción de un entrelazamiento entre objetos mentales quod erat demonstrandum. Así que, como de hecho somos efectivos con la forma de yoes conscientes en la práctica, sería sorprendente que la sincronización de fase transitoria entre señales simples de corteza de asociación, durante la efectividad de la subjetividad, no estuviese ahí esperando para ser descubierta por alguien con los medios técnicos adecuados y un poco de… "olfato".

¿Cómo conseguiría ser nula la probabilidad de SOL de estar en un estado distinto a SOL por la especificidad de la red neural correspondiente, tanto desde el punto de vista de SOL como objeto mental, como desde el punto de vista de SOL como red neural correlativa, y de ese modo justificar el confinamiento en la escala macroscópica?

Mientras SOL (por ejemplo) sea efectiva como forma de percepción subjetiva, la probabilidad para la palabra-objeto mental SOL de estar siendo subjetiva por la actividad de otra red que no sea la red SOL será nula (porque no se pensará en SOL si se activa la red MANZANA, sólo si se activa la red que simboliza y significa específicamente SOL). La palabra SOL no estará en otro estado que no sea el estado red-SOL (que sería un estado producto S+O+L) mientras la percepción subjetiva de SOL sea efectiva. La probabilidad de SOL de ser parte de la subjetividad durante la actividad de otra red que no sea SOL, o durante la inactividad de la red SOL, será nula, por la especificidad espaciotemporal de la red SOL, que codifica específicamente SOL (la red que codifica SOL sólo codifica SOL, sólo es información consciente referente a SOL, no a MANZANA).

Dicha probabilidad de estar SOL en otro estado que no sea S+O+L, será nula. SOL podría entonces ser algo así como la recreación de un entrelazamiento entre S, O y L, y, por tanto, S+O+L podría ser efectivo como la recreación de un estado producto a escala macroscópica con un error despreciable en la práctica, ya que por ser nula la probabilidad de tener otra cosa que SOL en S+O+L, el fenómeno podría ser efectivo como análogo a dicha superposición de estados producto, pues dicha probabilidad nula es el requisito para tener una superposición de estados producto, un entrelazamiento, o una recreación del mismo en este caso.

De este modo no sólo la subjetividad sería efectiva como propiedad emergente con el cambio de escala (cambio de escala que tiene sentido por el hecho de ser, la red SOL, macroscópica respecto del estado anterior), sino que, además, si fuera nula la probabilidad de SOL de estar en otro estado que no fuera SOL, es decir, el estado S+O+L (otro estado que no fuera SOL podría ser, por ejemplo, el estado S, O y L), la subjetividad estaría, de hecho, confinada en la práctica en dicho estado y por tanto en dicha escala macroscópica, y con un error despreciable a ciertos efectos en la práctica en determinada escala. De modo que SOL estaría confinada (por ejemplo, a simple vista, por la pérdida de resolución temporal y el confinamiento, SOL parecería una sola cosa, una sola palabra, un solo concepto en referencia a un solo objeto, el sol, no una multiplicidad de neuronas, ni de letras, ni de conceptos, ni de soles, ni de yoes) y así la percepción subjetiva estaría confinada, y de este modo la experiencia consciente subjetiva, con su peculiar carácter de unicidad e individualidad, podría ser efectiva, quod erat demonstrandum. Usted ya habrá notado que, de hecho, sí puede ser efectivo como un yo consciente que percibe el entorno (o no estaría leyendo este ensayo).

¿Es lógica la hipótesis aquí propuesta?

La hipótesis que describe a la propiedad mental de la subjetividad como resultado de la recreación de una superposición de estados producto en el cerebro, y que trata de explicar el hecho mediante un correlato neural que por deducción lógica debería incluir la predicha sincronización de fase transitoria entre señales neuronales simples de redes compatibles en corteza de asociación en correlación con la percepción subjetiva, por todo lo dicho, parece lógica.

¿Es comprobable esta hipótesis?

Parece lógico intentar comprobar en un laboratorio si esta hipótesis es correcta o no. La hipótesis sería comprobable mediante la detección de la actividad neural predicha en correlación con la percepción subjetiva, y falsable mediante la ausencia de dicha actividad en presencia de percepción subjetiva. Es una hipótesis científica, por tanto.

Se podría buscar esta actividad predicha, por ejemplo, en las áreas V1 y V2 de corteza occipital, pues en ellas parece ser que podría codificarse la forma y el color de un objeto perceptible como un todo.

¿Cómo se explicaría entonces la emergencia de la subjetividad?

Si esta hipótesis fuera correcta, la sincronización de fase transitoria entre señales neuronales simples de, por ejemplo, V1 y V2, haría posible la concurrencia temporal de, por ejemplo, forma y color, conservando su heterogeneidad, para formar parte de un todo único e individual, por ejemplo, de la idea que un sujeto, por ejemplo, Newton, se formaría sobre una manzana que cae por efecto de la gravedad, pero conservándose la heterogeneidad de la forma respecto del color, y así quedaría resuelto el problema de cómo podría surgir la propiedad mental de la subjetividad. Es lógico.

Epílogo

¿Cómo se resumiría la idea central de este libro en una exposición final, en caso de que no haya quedado clara todavía?

Como dijo Einstein, lo importante es no dejar de hacerse preguntas, y como quizá dijese un primo de Sócrates, que citase a su primo ilustre para darse importancia (en vez de procurar ser útil), sólo sé que no sé todo.

En la época de Sherrington se investigaba la fisiología del sistema nervioso. ¿Qué investigadores se ocupaban de esta investigación? Pues Sherrington, por ejemplo. Se paraban en la fisiología de la visión especialmente, quizá por ser un sentido que se experimenta con gran intensidad, que permite un "contacto" con la realidad tan intenso como para que la realidad parezca algo muy… real, es decir, muy patente, muy efectivo, muy detectable, algo nada virtual o irreal, desde luego, y a la vez por ser más accesible a la investigación que otros contenidos de la mente, por estar localizado su procesamiento en gran parte en una vía neural concreta que va desde los ojos hasta la corteza occipital, que está "a tiro", por decirlo así. Si uno percibe como sujeto consciente, o sea, subjetivamente, por ejemplo, una bola de billar roja que uno tiene delante de sí encima de una mesa de billar, percibirá en cada instante a toda esa bola roja como un… todo, objetivamente, como algo, único e individual, o dicho de otro modo, único e indivisible (una sola bola y que sólo parece ser éso, una bola, no otra cosa u otras cosas), redondo y rojo por toda su superficie, un objeto sin interrupciones en la continuidad de ese todo y de esa superficie redonda, y de esa rojez.

Nótese que también la rojez, una de las partes de las que sabemos que consta ese objeto mental en forma de bola de billar redonda y roja, constituirá a simple vista un todo único e individual, indivisible en partes menores durante su percepción como un todo (y más claro quedaría ésto aun si se pudiese percibir la bola sólo por su rojez). La continuidad, unicidad e individualidad de la rojez de esa gran superficie, percibida de ese modo, tendría que deberse a que la percepción de la rojez, en ese instante en que dicha rojez fuese percibida como un todo continuo, único e individual, tendría a su vez que deberse a una integración de ese proceso de percepción en función del tiempo, no del espacio, ya que la superficie de la bola tiene una extensión dada, y su representación en el cerebro también tiene lugar en un grupo de neuronas con una extensión dada en el espacio del cerebro. Ésto quiere decir que la rojez, para tener unicidad e individualidad de por sí a simple vista con un error despreciable en la práctica a escala macroscópica, no estaría integrada en un punto del espacio. Por tanto, la rojez debería estar integrada en un punto del tiempo para ser un todo. Ese punto es el ahora, el tiempo presente, que es el punto en el que el yo consciente se diría que se mueve a lo largo de la línea del tiempo para ser efectivo, como ya analizó Husserl en su momento.

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