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Biografía de Celestina Cordero Molina


  1. Introducción
  2. ¿Dónde está Celestina?
  3. Similitudes y contrastes en la vida de Celestina Cordero Molina y Rafael Cordero Molina
  4. Cronología de datos históricos encontrados relacionados a Celestina Cordero Molina
  5. ¡Justicia para Celestina!
  6. Bibliografía

Introducción

Los caminos trazados en la historia son muchas veces caminos forzados e imprecisos. Esta realidad se ve plasmada en lo que fuera la gesta histórico-educativa de quien fuera maestra y educadora licenciada por el gobierno de Puerto Rico, Celestina Cordero Molina.

Con relación a la biografía de Celestina Cordero Molina, se debe decir que las biografías existentes sitúan el comienzo de vida de Celestina Cordero Molina en algún punto al final del siglo XVIII. Es en este dato, donde comienza la ambigüedad con relación a la figura de Celestina. Una de estas biografías que ilustraban la vida de Celestina lo era la dada en el libro de texto Puerto Rico: Mi gran comunidad de Alicia Vizcarrondo. La autora indica lo siguiente con relación a Celestina:

"Celestina Cordero Molina, nació en San Juan, en un hogar de artesanos, a finales del siglo 18…"

Así es como a los cientos de niños y niñas que estuvieron durante sus años de escuela elemental, se le presenta la vida de Celestina. Así es, como el Departamento de Instrucción Pública presentó lo que fue la vida de Celestina en las páginas de la historia oficial de Puerto Rico. En la misma biografía no hay lugar exacto de vivienda, ni fecha ni dato que certifique que realmente existió. Pero no es de extrañar que tal información permanezca oculta en el olvido y el silencio histórico, ya que Celestina representaba a una porción de la población más discriminada para entonces. Celestina era mujer, soltera, negra, libre e independiente. Características que ocasionalmente incomodaban a los estadios de poder que imperaban en la sociedad predominantemente masculina.

¿Dónde está Celestina?

Los libros de historia elemental, intermedios y superiores siempre destacan la gesta histórica de hombre y mujeres ilustres de nuestra historia. Pero si le damos un vistazo a los mismos, nuestra historia con el tiempo se ha ido blanqueando y dejando en el olvido histórico a ciento de negros, mulatos y mujeres que contribuyeron al fortalecimiento de nuestra sociedad puertorriqueña. Es así como les llega la historia que se ofrece a los estudiantes. Tal es el caso del desconocimiento sobre la vida de quien fuera una de las primeras luchadoras por la educación en Puerto Rico.

La vida de Celestina comienza según los datos extraídos del Archivo Eclesiástico de Puerto Rico, los cuales indican que Celestina Cordero Molina nació el 6 de abril de 1787 y que fue bautizada el 22 de abril del corriente año. La pequeña celestina fue bautizada por el cura José Antonio Espelera de la Iglesia Católica de la ciudad de San Juan. Como se ha documentado extensamente, en el pasado, quien hacia evidente la existencia de un ser humano en la sociedad era la Iglesia. Esto lo hacía por medio de los bautizos. Unas veces eran individuales y otras veces colectivos. La Iglesia bautizaba a todos los niños así fueran blancos, negros libres o esclavos. Con los bautizos de la población, la Iglesia aseguraba la continuidad de la fe católica y el engordamiento de las arcas eclesiásticas. Ya que por medio de los bautizos la Iglesia devengaba un por ciento monetario el cual estaba denominado como ofrendas para la causa cristiana.

Para evidenciar tal gesta, la Iglesia llevaba registros de los bautizos y también de casamientos y defunción. Estos registros están divididos en el Archivo Eclesiástico de Puerto Rico en tres diferentes tomos. Los de los blancos, lo de los negros libres llamados "morenos libres" y los de los esclavos. Según se desprende de los archivos de casamientos que posee la iglesia católica, no existe evidencia de que Celestina fuera casada y el acta de defunción de Celestina la cual está fechada el día 18 de enero de 1862, expresa que ella murió a la edad de 76 años, que era soltera, vecina de San Juan y feligrés de la Iglesia Católica. Esta evidencia confirma la teoría de que fue célibe al igual que su hermano Rafael, quien tampoco tiene evidencia de descendencia y casamiento.

Los padres de Celestina fueron Lucas Cordero y Rita Molina, esclavos libres que vivieron parte de su vida en San Juan, luego se mudaron a San Germán y luego volvieron a San Juan. De la vida de Rita Molina, madre de Celestina, no hay mucha evidencia, solo que tuvo tres hijos, dos mujeres y un varón, y que se dedicó a la crianza de sus vástagos y a las tareas del hogar. Además que fue de gran ayuda para su esposo en el oficio artesanal. Del padre de Celestina, Lucas Cordero se sabe que fue artesano y maestro tanto de sus hijos como de otros niños más. Fue de su padre y madre que Celestina tomó y formó su amor por la educación y enseñanza.

La vida de Celestina transcurrió dentro de su hogar los primeros años de vida. En aquella época había muy pocas escuelas en Puerto Rico y solamente los varones podían asistir. Evidencia de esto es lo que expresa Díaz Soler en su libro Puerto Rico, desde sus orígenes hasta el cese de la dominación española. En el mismo Díaz Soler expone que Siete decimas partes de la población no sabía leer ni escribir. La educación de la juventud estaba totalmente abandonada, tanto para hembras como varones. Igualmente estaba abandonada la enseñanza de las primeras letras y para el 1808 solo existían dos escuelas de ese nivel en la capital dotadas por el ayuntamiento y alguna que otra de carácter privado. [2]

Celestina aprendió a leer y a escribir en su hogar junto a sus padres. Fueron ellos quienes le enseñaron y le inculcaron el amor hacia los libros y al estudio. Poco a poco, a través de la lectura, fue enriqueciendo los conocimientos que tato su padre como su madre le trasmitieron hasta lograr instruirse por sí misma. Como producto de su enseñanza comenzó la tarea de enseñar a niñas a leer y a escribir sin importar su color o condición social y fue para el año 1820 que fundó en San Juan una de las primeras escuelas de niñas en Puerto Rico.[3] Luego ya de adulta, su vida tomó otro giro. Celestina se hace presente en los escenarios públicos al comenzar los procesos para formar oficialmente una escuela la cual estaría en disposición de las niñas de San Juan.

Similitudes y contrastes en la vida de Celestina Cordero Molina y Rafael Cordero Molina

La educación en Puerto Rico tiene como marco de referencia más de un siglo de historia. Tanto la educación formal como la educación informal han ayudado en el desarrollo de la sociedad puertorriqueña desde sus inicios en la colonización hasta el presente. Pero, el proceso como se da dicha educación es lo que marca la diferencia entre una educación integral y una mera alfabetización.

En el pasado, los procesos de educación se miraban desde la perspectiva de cuantas personas sabían leer y escribir. También en el pasado, hubo un tiempo en que se penalizaba tanto al negro o negra como a su amo, el hecho de que supiera leer y escribir. El castigo iba dirigido al esclavo y multaban al amo. La instrucción del esclavo debía ser meramente en las sagradas escrituras y en la obediencia al blanco. Evidencia de esto se encuentra en el libro de la Historia de la esclavitud de Puerto Rico donde dice el autor Coll y Toste:

"La mayoría de su enseñanza estaban asociadas al aprendizaje de la obediencia al blanco, a la iglesia y al Estado siendo esclavos. Esto con la idea de hacer de los morenos libres unos ciudadanos de más provecho a la sociedad" [4]

Dada esta realidad en la sociedad puertorriqueña, muchos niños negros y niñas negras se vieron faltos de una educación oficial que les ayudara en su futuro. Pero, gracias a la educación informal de las familias negras estos niños y niñas tuvieron la oportunidad de desarrollarse socialmente. El caso de los negros y negras libres no era muy distinto a los esclavos. La población libre hasta el 1770, no tenía la oportunidad de poder ir a una escuela formalmente y educarse.

Luego de la ordenanza de Muesas, la población libre tuvo una alternativa adicional en el aspecto de la educación, pero aun así el escenario hogareño era una alternativa viable para muchas familias en la instrucción de sus hijos e hijas. Este era el caso de Celestina y Rafael Cordero Molina.

La familia Cordero Molina estaba compuesta por cinco integrantes. Los padres, Lucas Cordero y Rita Molina, una hermana adicional cuyo nombre aparece borroso en las actas, pero puede decirse que se conocía como Gregoria o Georgina, Celestina y Rafael. Todos criados por sus padres e instruidos en las sagradas escrituras, aprendieron a leer y a escribir. Además de esto, fueron enseñados en otros oficios que le garantizaban su seguridad económica, como es el caso de Rafael. Para Celestina, la enseñanza era su vocación, aunque siendo mujer negra y libre se encontraba en desventaja con relación a sus pares de oficio, las mujeres maestras blancas.

La familia Cordero Molina de San Juan, se mudó a San Germán y fue allí que los hermanos Cordero realizaron sus primicias en la vocación del magisterio. Mudándose tiempo después, Rafael y Celestina a San Juan, donde cada uno comenzó a instruir a niños y niñas en las primeras letras, la historia sagrada y a escribir.[5]

Celestina Cordero y Rafael Cordero eran pertenecientes a la población libre negra de la Isla, y por consecuencia ambos padecieron los sinsabores del racismo, el menosprecio y la injusticia hacia sus personas. Rafael por ser negro, Celestina por ser mujer y negra. Pero esta realidad no dejó, de que ellos se establecieran en la ciudad de San Juan como agentes de cambios sociales. Aunque, la historia oficial solo dio a conocer a Rafael en el proceso, Celestina fue quien está reconocida en los documentos oficiales del Cabildo y el Archivo eclesiástico como la gestora de la escuela y como maestra licenciada por ambas instituciones. No así su hermano Rafael. El reconocimiento de Rafael está presente en los textos de estudios sociales y de historia de Puerto Rico, pero las acciones que están documentadas en el Cabildo de San Juan, son todas de Celestina.

Celestina, en su desarrollo como maestra y en su gesta como educadora, tuvo en su cargo hasta 116 niñas en su escuela.[6] Fue Celestina quien promovió acciones a favor de oficializar su escuela (en la que trabajaba su hermano Rafael), de igual forma hay evidencia de su labor como maestra de experiencia y su función activa de la sociedad. Función que quería dejar documentada y hacerla presente en la historia social y educativa de la Isla.

Evidencia de esto son las Actas del Cabildo de san Juan. Las Actas señaladas son las del 10 de febrero de 1917, 28 de febrero de 1820, 26 de junio de 1820, 3 de julio de 1820, 10 de julio de 1820, 8 de agosto de 1820, 18 de septiembre de 1820, y el 25 de septiembre de 1820.

Muy al contrario de su hermana, Rafael según datos encontrados en el documento biográfico realizado por Lorenzo Puente Acosta en 1868 quien dice que:

"el maestro Rafael nunca escribió ni dejó nada que evidencia su labor como maestro"

Esto relacionado a documentos escritos, diarios o documentos de pedido oficial al gobierno de Puerto Rico. Aun así, su labor es más reconocida[7]que la de Celestina quien fuera una mujer de acción ante el gobierno en su pedido de oficializar su escuela y su profesión de maestra.

Celestina y Rafael Cordero, se dedicaron de lleno a su vocación de maestros. Ambos fueron célibes, nunca se casaron ni dejaron descendencia. Se dedicaron en cuerpo y alma a la enseñanza de niños y niñas y ninguno recibió más recompensa que, en el caso de Rafael una mensualidad pagada por el gobierno y un premio de cien pesos dado por la Sociedad Económica de Amigos del País y en el caso de Celestina, luego de varios años de lucha continua con el gobierno que se le diera oficialmente el puesto de maestra y se oficializara su escuela.

Los dos hermanos Cordero murieron en condición de pobreza y no dejaron ninguna prueba escrita de su vida. A ambos se le conocen por otras personas. En el caso de Celestina se conoce de su existencia por los documentos del Cabildo de San Juan, que señalan su vocación de maestra y por la mención breve de ella en las distintas biografías realizadas del maestro Rafael.

Además, Celestina fue una de las primeras mujeres negras libres en solicitar una licencia de maestra en el Cabildo. Lo que posiciona y ubica a Celestina en la historia educativa de Puerto Rico como pionera en el campo educativo social con relación a la defensa de los derechos de las niñas sean blancas o negras, ricas o pobres a merecer una educación.

Cronología de datos históricos encontrados relacionados a Celestina Cordero Molina

1769 – La población libre hasta esta fecha no tenía la oportunidad de poder ir a una escuela formalmente y educarse.

1770 – Se reglamenta oficialmente la instrucción en Puerto Rico por mandato del gobernador Don Miguel Muesas. Los niños que podían asistir eran los blancos, pardos y morenos libres según el documento. Los esclavos no estaban contemplados en el documento ni las mujeres.

6 de abril de 1787 – Nace Celestina Cordero Molina

22 de abril del corriente año – Es bautizada Celestina en San Juan.

22 de noviembre de 1799 – Actas del Cabildo. Número 89. Se discute la creación de cuatro escuelas para niñas en Puerto Rico.

10 de febrero de 1817 – Actas del Cabildo. Núm. 119. Celestina solicita dotación para escuela de niñas. Celestina hace presente que hace quince años se ocupa de la enseñanza de niñas y que para la fecha de pedido tenía a su cargo 116 discípulas. Pedía que se le dotara cómo a las otras cuatro escuelas. La misma es denegada por el Cabildo de San Juan.

28 de febrero de 1820 – Acta del Cabildo. Núm. 9. Celestina solicita plaza oficial de maestra de niñas en la ciudad de San Juan.

26 de junio de 1820 – Acta del Cabildo. Núm. 26. Celestina junto a otras dos mujeres están compitiendo por la plaza vacante de maestra de niñas en San Juan.

3 de julio de 1820 – Acta del Cabildo. Núm. 27. Celestina es nombrada maestra en propiedad en San Juan.

10 de julio de 1820 – Acta del Cabildo. Núm. 28. Jefe político hace observaciones sobre el nombramiento de Celestina y su sueldo a devengar.

8 de agosto de 1820 – Acta del Cabildo. Núm. 33. Nombramiento oficial como maestra de Celestina.

18 de septiembre de 1820 – Acta del Cabildo. Núm. 39. Se discute como se ha de depositar el sueldo de Celestina según se detalla en las leyes del reglamento económico, político de las provincias y se discute el sueldo que recibirá según "los de su clase"

1820 – Celestina abre su escuela para niñas en San Juan

18 de enero de 1862 – Muere Celestina a la edad de 76 años. Soltera, vecina de San Juan y feligrés de la Iglesia católica.

15 de julio de 1868 – Muere Rafael

¡Justicia para Celestina!

Celestina Cordero Molina es la gran ausente de nuestra historia como pueblo puertorriqueño. Esta figura femenina ha quedado en las páginas silenciosas de la historia como una simple línea de referencia en la biografía de quien es llamado el Maestro Rafael.

A Celestina Cordero Molina, es hora de hacer justicia en nuestra historia como pueblo. Es ella quien fuera la gestora de los inicios de la educación para la población negra en Puerto Rico y es paradójicamente quien no aparece en los libros de referencia biográfica y de historia de Puerto Rico. Por otro lado, nos llama la atención de que el sistema educativo de Puerto Rico tiene conocimiento de ella, pero se le ha negado el reconocimiento de su gesta educativa en el desarrollo de la sociedad puertorriqueño. Este conocimiento se hace evidente en el texto escolar de estudios sociales que era utilizado en tercer grado llamado Puerto Rico: Mi gran comunidad de Alicia Vizcarrondo. Este texto que ya está fuera del material curricular utilizado en las escuelas de Puerto Rico, tenía en sus páginas parte de la historia de Celestina Cordero Molina. Pero la presencia de esta mujer seguía siendo ambigua y con grandes lagunas históricas.

En la actualidad a Celestina Cordero Molina no se le conoce tanto como a su hermano Rafael Cordero Molina, llamado históricamente "el maestro Rafael" Es esta realidad la que lleva a meditar el por qué a Celestina se le deja en el olvido y se engrandece la figura de Rafael, siendo esta la que hace todo los acercamientos con las instituciones gubernamentales para poder establecer una escuela y poder practicar su vocación de maestra.

El nombre de Celestina y gesta educativa, así como su aportación a la historia de Puerto Rico no está presente en los libros de historia de nuestra sociedad. Solo una mención tímida de Celestina aparece en ocasiones como grieta fina en la historia del maestro Rafael, su hermano menor quien siguió los pasos de su hermana en la instrucción de niños pobres en San Juan. Del maestro Rafael hay un sinfín de información bibliografía, de la cual mucha se basa en datos no oficiales y marcados por la falta de verdadera investigación.

La biografía del maestro Rafael muestra realidades pero se pierde en ocasiona al ocultar las verdades de cómo el llega él a la gesta educativa, la cual fue gracias a su hermana mayor Celestina Cordero Molina. Ya es hora de hacer presente esta figura femenina en la historia de nuestro pueblo. Ya es hora de hacer justicia a quien fue nuestra primera gran luchadora por los derechos a la educación de los niños y niñas pobres de la sociedad puertorriqueña de entonces.

Bibliografía

Fuentes primarias

Como parte de la investigación se visitó el Archivo General de Puerto Rico y el Archivo Parroquial. Esta actividad se realizó con el propósito de buscar documentos primarios que evidencien la existencia de Celestina y la fundación de la escuela de niñas. En ambos Archivos los documentos a ver son:

  • Las Actas oficiales como Actas del Cabildo de San Juan, Actas de nacimiento, Actas bautismales, Actas de defunción y Archivos generales relacionados a la formación de escuelas en la Isla.

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***Esta biografía es producto de los datos extraídos de la Tesis de Zulmarie Alverio Ramos. En búsqueda de la maestra Celestina Cordero Molina dentro de la memoria social de Puerto Rico. UPR Rio Piedras. 2005.

 

 

Autor:

Zulmarie Alverio

 

[1] La autora tiene una maestría en Currículo y Enseñanza en Historia de la Universidad de Puerto Rico. Recientemente se graduó de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico y se desempeña como investigadora de temas jurídicos, sociales e históricos de Puerto Rico. Fue Editora de la Revista de Derecho Puertorriqueño para el año 2010.

[2] Díaz Soler, L. (1999). Puerto Rico, desde sus inicios hasta el cese de la dominación española. Editorial de la UPR. Puerto Rico.

[3] El nombre y lugar de la escuela pasó al olvido ya que no existe evidencia de donde fue establecida la escuela como tal. En el Archivo General y el Eclesiástico dicen que tal vez fue en la misma casa donde vivían Celestina y Rafael, en la calle Luna.

[4] C. Coll y Toste, Historia de la esclavitud en Puerto Rico, En Cuchi Coll, I. Compiladora, San Juan, Sociedad de autores puertorriqueños, 1972. p. 30

[5] Los documentos que evidencia esta información la posee el Archivo Eclesiástico de Puerto Rico. La publicación o el acceso a estos es por permiso especial, ya que están siendo utilizados en el proceso de canonización de Rafael Cordero. (2005)

[6] De estas 116 niñas que Celestina educó no existe evidencia de sus nombres en los registros y archivos consultados. Contrario a Rafael que en las biografías oficiales se hace alusión sus diferentes discípulos como por ejemplo Alejandro Tapia.

[7] En la actualidad todos los estudiantes saben de Rafael gracias al cuadro pintado por Francisco Oller que lo inmortalizo en la historia educativa de Puerto Rico como el maestro de maestros.