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Un acercamiento al texto narrativo desde la contemporaneidad


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Bibliografía

Resumen:

El artículo ofrece un análisis del cuento La muñeca negra de José Martí, insertado en la Revista La Edad de Oro, desde una óptica muy contemporánea y a partir de la contextualización en el enfoque cognitivo, comunicativo y sociocultural, de las técnicas de lectura y la comunicación. También se tuvieron en cuenta las estrategias para el análisis y la comprensión textual referente a: qué dice el texto, qué opino del texto y para qué me sirve el texto, el cual entronca con la teoría del Dr. José Ramón Montaño Calcines en su concepto: cómo, para qué y por qué leer textos narrativos.

Abstract: This article deals with the analysis of The Black Doll story written by José Martí in The Golden Age, review taking into account a current approach, from the contextualization of the sociocultural, communicative and cognitive approach, the reading techniques and the process of communication. Strategies analysis were also tasking into account for the textual comprehension: what the text reads, what I think about the text and what for the text is important for me, which they are related with Dr. José Ramón Montaño Calcines theory about the concept: how, what for and why to read narrative texts.

INTRODUCCIÓN.

La muñeca negra, es un cuento publicado por el Héroe Nacional José Martí, en los Estados Unidos en el siglo XIX en la revista La Edad de Oro, para los niños y jóvenes de América, su América. Esta exige hoy una nueva mirada a las puertas del siglo XXI en el que nuevos cambios y transformaciones operan en el mundo actual.

Enseñar a leer, como uno lee es un problema difícil según Camila Henríquez Ureña, por ello una nueva lectura e interpretación desde la contemporaneidad a partir de un enfoque cognitivo, comunicativo y sociocultural, desde las técnicas de lectura y la comprensión textual sustentado en la teoría del doctor José Ramón Montaño Calcines, cómo, por qué y para qué leer textos narrativos, permite reflejar en su análisis las diferentes realidades socioculturales, históricas, estética y psicológicas perfectamente válidas para la realidad textual presente en la obra.

Según, Angelina Roméu Escobar todo texto constituye un enunciado comunicativo coherente, y al mismo tiempo portador de un significado que cumple con una determinada función comunicativa, en un contexto establecido y que se produce con una determinada finalidad que permite dar cumplimiento a ciertas tareas comunicativas para la cual el emisor (en este caso su autor) se vale de diferentes procedimientos comunicativos y selecciona también los medios lingüísticos más apropiados.

Teniendo en cuenta lo anterior, Martí cumple con este enunciado comunicativo, portador de un mensaje con una finalidad educativa, deja implícita una enseñanza para los niños y jóvenes de la América. En él se narra una historia transcurrida en un tiempo y espacio determinados por él, mediante la intervención de personajes protagónicos y no protagónicos, portadores todos, de un gran significado. En resumen, es un hombre de talla universal y un caso singular en su labor como escritor.

Los tiempos actuales exigen nuevas miradas a su quehacer literario desde un mundo unipolar, hegemonista y globalizado en el que la vigencia de su pensamiento adquiere un valor insoslayable, es como si lo expresado por el héroe se hubiese escrito ayer o recientemente, como si su obra y su legado guiara constantemente: sus temas, son nuestros temas.

La figura de este pensador y luchador no solo se proyecta en Cuba, sino también en América y en otras partes del mundo. Es un escritor que como expresan los grandes estudiosos de su obra, cobra plena vigencia en los albores del siglo XXI.

Grandes figuras al referirse a él y a su obra expresan que como hombre y como revolucionario, tiene muy pocos pares legítimos en la historia. Honrarlo, honra. Evocarlo, enaltece, y evocarlo hoy es enaltecerlo estudiando la vida y obra, honrarlo es ahondar en él y ella, desde posiciones actuales, desde nuevas concepciones, enfoques y sobre todo, desde una perspectiva americanista y muy cubana, es necesario desde su obra, influir en las nuevas generaciones para mantener las conquistas logradas, como dijera el héroe en su carta a Federico Henríquez y Carvajal la patria será agonía y deber, nunca triunfo.

Una gran deuda de gratitud con el Maestro se tiene hoy, estudiar su obra desde una visión contemporánea es un deber de cubano, mantener lo que se tiene, que es en síntesis por lo que luchó, es, ha sido, y será siempre un deber sagrado.

Trabajar en función de la educación de niños y jóvenes es una tarea que engrandece y ennoblece a hombres y maestros, en ellos tiene cifrada las esperanzas la Revolución, el relevo de la vieja generación, de la generación actual de cubanos, los dirigentes del mañana, el talón de Aquiles de cualquier sociedad, por eso, estudiar la obra del Maestro se considera una deuda de gratitud que se tiene, pues válido es recordar que un error en Cuba, es un error en América, es un error en la humanidad.

DESARROLLO.

La Edad de Oro es una revista publicada en 1889 por José Martí en cuatro números mensuales con dos ilustraciones que él mismo escogió, en la ciudad de Nueva York a partir del mes de julio del propio año, y de la que solo se publicaron éstos, pues el autor renuncia a ella, al querer convertirla en propaganda religiosa demostrando su fidelidad a la causa revolucionaria y sus profundos ideales.

Cada publicación estuvo dirigida a los niños y jóvenes de la América según lo expresa en el prólogo del libro: "Para los niños es este periódico, y para las niñas, por supuesto… El niño ha de trabajar, de andar, de estudiar, de ser fuerte, de ser hermoso, aunque sea feo…Para eso se publica la EDAD DE ORO: para que los niños americanos sepan cómo se vivía antes, y se vive hoy en América, … Los niños deben saber lo mismo que las niñas, para poder hablar con ellos como amigos cuando vayan creciendo… lo que queremos es que los niños sean felices…" (pág 1)

De manera que, parafraseando a Cintio Vitier, lo importante es saber que los niños que se vestían como Piedad, Pilar, o Nené Traviesa, tienen los mismos sentimientos que los de hoy y que Meñique sigue siendo un ejemplo para los muchachos del presente y del futuro.

Precisamente La muñeca negra aparece publicado en el número cuatro de la revista, volver sobre ella desde los nuevos enfoques enaltece y honra la obra del Maestro, pues los tiempos cambian, pero las ideas se trasmiten y cobran mayor fuerza y empuje cada día, lo importante: saber captar el mensaje, descifrarlo, en otras palabras, decodificar lo comunicado por el héroe en cada una de sus páginas.

La perdurabilidad y universalidad del amor, la desigualdad social y racial, , el amor humano y familiar, los valores humanos: amistad, solidaridad, altruísmo, fidelidad y la presencia de símbolos en la obra, son puntos de partida para la realización de análisis e inferencias, así como, los nuevos enfoques y teorías en el análisis literario actual.

Las cuatros ideas anteriores se consideran temas que a la luz del siglo XXI son necesarios debatir en las aulas con niños y jóvenes. Teniendo en cuenta los disímiles cambios operados en Cuba y en América, el relato constituye un análisis necesario en las clases de lengua española y literatura para el fortalecimiento de las ideas y valores en la sociedad.

La desigualdad social y racial se ha hecho cada vez más latente en los pueblos de América, si el maestro analiza el cuento desde esta perspectiva puede precisar que desde sus inicios, Martí mostró una sociedad dividida en clases sociales cuando expresa: "La criada fue al jardín, y se pinchó el dedo por cierto, por querer coger, para un ramo que hizo, una flor muy hermosa… El cocinero está haciendo un pastel, y recortando en figuras de flores los nabos y las zanahorias, y le devolvió a la lavandera el gorro…" (pág 182)

El relato no se enmarca en ningún país en particular, puede ser cualquiera de América y del mundo capitalista y globalizado de hoy, las diferencias sociales se explicitan conforme a los personajes secundarios de la criada, el cocinero y la lavandera.

La madre y el padre de Piedad (personajes principales del relato junto a Piedad) tienen una mayor solvencia y status social que el cocinero, la lavandera y la criada, estos trabajan para los padres de la niña, infiriéndose una sociedad clasista. En otras de sus páginas se comunica entre líneas que es la madre la que se ocupa de la educación de sus hijos, la que lleva el peso de la crianza, no así el padre, este se encarga del sustento familiar y de la casa, es el cabeza de familia, el que ha mantenido por años el hogar, el que trabaja, el que trae el dinero.

"De puntillas, de puntillas, para no despertar a Piedad, entran en el cuarto de dormir el padre y la madre. Vienen de la mano, como dos muchachos. El padre viene detrás, como si fuera a tropezar con todo. La madre no tropieza, porque conoce el camino. ¡Trabaja mucho el padre, para comprar todo lo de la casa, y no puede ver a su hija cuando quiere!…" (pág 181)

En el relato cuando el padre de Piedad entra en la habitación de la niña el autor lo expresa de la siguiente manera corroborando también lo antes expuesto:

"El cuarto está a media luz, una luz como la de las estrellas, que viene de la lámpara de velar, con su bombillo de color de ópalo… Pero se ve, hundida en la almohada, la cabecita rubia. Por la ventana entra la brisa,… le da en el cabello la luz. Y la madre y el padre vienen andando, de puntillas… ¡Al suelo, el tocador de jugar! ¡Este padre ciego, que tropieza con todo!… (pág 182).

Teniendo en cuenta la lingüística del texto, el adjetivo ciego semánticamente adquiere en el relato una significación y connotación diferente, no es ciego de visión, ni por la oscuridad de la habitación de Piedad o porque el cuarto esté a media luz, nada de esto es lo que lo hace tropezar con todo, según lo describe su autor en el párrafo anterior. Aquí el adjetivo ciego reitera lo antes expuesto sobre el padre de Piedad, y atendiendo al contexto se refiere a la falta de costumbre, por tanto, no es el cabeza de familia ni el padre quien se ocupa diariamente de la educación de su hija.

Es muy relevante lo que se ha podido significar desde esta oración interrogativa con matiz exclamativo, en la relación sintagmática "este padre", el pronombre demostrativo (este) en función adjetiva que califica al padre y "padre ciego" que se reitera en la oración subordinada "que tropieza con todo" modifica también a padre, el cual se reproduce en el pronombre relativo que (el padre), su antecedente, (el padre tropieza con todo), no así la madre que está acostumbrada y conoce cada objeto del cuarto de su hija y no tropieza, por lo que desde esta categoría lexical (adjetivo) se infiere que es la madre la que lleva o juega el rol protagónico en la educación de los hijos, y no el padre.

En la estructura sintagmática La muñeca negra que da título al cuento, se sugieren rasgos puramente raciales y sociales a través del adjetivo negra, que modifica al sustantivo núcleo (La muñeca), el autor a través de él caracteriza e individualiza al sustantivo muñeca. La presencia del color negro denota discriminación.

Otra muestra de lo social se explicita en la descripción que hace el autor de las costumbres de la época, es el cumpleaños de Piedad y todo en la casa gira en torno a ella, por ejemplo:

"…La primera era la criada, con el delantal de rizos de los días de fiesta, y la cofia de servir la mesa en los días de visita: traía el chocolate con crema, lo mismo que el día de año nuevo, y los panes y los dulces en una cesta de plata: luego venía la madre, con un ramo de flores blancas y azules…" (pág 185).

En el texto predomina la narración y la descripción pues la intención del autor es mostrar al narratario el ambiente donde transcurre la diégesis del cuento, la magistral descripción de la habitación de Piedad, cuando los padres entran en ella, difieren de los rasgos de la sociedad cubana actual en cuanto a la educación familiar, que en Cuba, es tarea de ambos cónyuges, este lo hace con elocuentes metáforas e imágenes de gran belleza y emotividadad, cargada de ternura y delicadeza, una muestra de ello es:

"… Él dice que siempre que le llega por la ventana el olor de las flores del jardín piensa en ella… la ve venir, venir despacio, como en una nube…" (pág 181).

"Pero la niña no se ha despertado. La luz le da en la mano ahora, parece una rosa la mano." (pág. 182).

Es minucioso en la descripción de los juguetes de la niña y de su habitación, con gran cuidado y delicadeza desde la posición de un narrador no marcado implícito y al mismo tiempo omnisciente o suprasciente.

"… En una silla está el baúl… lleno de almendras y de mazapanes…El costurero está en otra silla… (pág. 182).

El ambiente es agradable, feliz, familiar, colmado de ternura y amor de los padres hacia la hija, mensaje que se trasmite desde los comienzos del relato cuando este piensa en ella y el autor lo refiere en una de sus páginas:

"… la ve venir despacio, como en una nube, y se le sienta al lado, le quita la pluma, para que repose un poco, le da un beso en la frente,… es sueño no más,… como esos que se tienen sin dormir… y que después tiene más fuerza y escribe mejor. Y la niña se va, se va despacio por el aire, que parece de luz todo: se va como una nube."(pág. 181).

En la idea "y que después tiene más fuerza y escribe mejor" expresa cómo el amor de los hijos inspira energía, vitalidad y fuerza para trabajar, es un incentivo para la vida de todo padre. La presencia del amor filial engendra ese motivo que se reitera en la narración, por tanto, el tema del amor es un leitmotiv en su obra, por un lado el amor de los padres a Piedad, por el otro, se reitera en la frase de Piedad cuando habla con su muñeca y expresa:

"Leonor: tú no tienes mucho pelo; pero yo te quiero así, sin pelo, Leonor: tus ojos son los que quiero yo, porque con los ojos me dices que me quieres…" (pág. 185).

El juguete nuevo, la muñeca nueva de seda y porcelana, que Piedad divisa cuando su padre la lleva en brazos, esta no le dice nada, no le habla, no le siente el corazón al tocarla:

"Los ojos era lo que le miraba ella: y le tocaba en el lado del corazón: ¡Pero, muñeca, háblame, háblame! Y la muñeca no le hablaba…" (pág 187)

Y piensa en la otra, en su muñeca negra, fea, sin trenzas, en esa que a fuerza de tanto peinar y jugar ya no tiene casi pelo, pero que le habla y la quiere.

En el texto, se contraponen las parejas sintagmáticas muñeca negra / muñeca blanca (de seda y porcelana), la primera simboliza los valores humanos, la segunda representa el desdén de Piedad por lo banal, lo trivial, esa muñeca que es bella, rubia, (tiene el pelo como el sol), con su vestido rosado y los ojos azules, sin embargo todo esto le resulta indiferente, insignificante, fútil, ella es fiel a sus convicciones, a sus principios, a las ideas en las que cree y defiende, rasgo identitario de la perdurabilidad y universalidad del amor.

En el nombre de Piedad, está representado el símbolo de la virtud, de esa virtud que inspira devoción, amor, ternura, y que la hace virtuosa, su nombre es emblema de devoción a las cosas santas, y santo es el amor y el cariño que Piedad le profesa a sus padres, y a todos, y en especial a su muñeca negra, siente lástima por el daño que pudieran causarle, se siente contrariada y disgustada, pero además hay abnegación en ella, todo lo anterior tiene como sustento el amor al prójimo, infieriéndose que ella representa al desposeído, al hombre negro, discriminado, explotado, humillado, con la cual se identifica y se solidariza, en ello hay un denominador común: el amor humano.

El empleo de los colores es un rasgo permanente en la obra. En él se insiste mucho en el azul y blanco, a través de preciosas imágenes, símiles y metáforas grandilocuentes, es común leer expresiones como:

"… flores blancas y azules, ni una flor colorada en el ramo, ni una amarilla..," (pág. 185)

"… Luego dijo que sintió como que en el pecho se le abría una flor, y como que se le encendía en la cabeza un palacio, con colgadura azules de flecos de oro, y mucha gente con alas…" (pág. 186).

"… En la casa hay algo: porque si no, ¿para qué está ahí, al pie de la cama, su vestidito nuevo, el vestidito color de perla, y la cinta lila que compraron ayer y las medias de encaje?" (pág. 185)

Está presente en el relato la pureza del cariño, de las ideas y del amor. Para ella lo primario es el amor y en lo que cree, así lo es también para el autor del relato. Además se apoya en otras tonalidades como el rosado, el verde, entre otros, por ejemplo, para describir la muñeca nueva expresa:

Es como el sol el pelo, mamá, lo mismo que el sol! ¡ya la vi, ya la vi, tiene el vestido rosado! ¡dile que me la dé, mamá: si es de peto verde, de peto de terciopelo!…" (pág. 186)

La presencia de la flor en el relato es otro de los símbolos como muestra de la delicadeza, del cariño, de la amistad y del amor que les profesa a todos por igual:

"Piedad le llevó al cocinero una dalia roja, y se la prendió en el pecho del delantal: y a la lavandera le hizo una corona de claveles, y a la criada le llenó los bolsillos de flores de naranjo, y le puso en el pelo una flor, con sus dos hojas verdes…" (pág. 187).

El relato finaliza con la conversación que sostiene Piedad con su muñeca, la que ha puesto fea de tanto pasear y andar con ella, de peinarla tanto. En ella se concreta el mensaje o idea principal del cuento: los sentimientos de amor al prójimo, latente también en la figura del Héroe, su profundo humanismo, muestra los indiscutibles valores de la esencia humana, reafirmado en Piedad cuando le expresa a su muñeca que la quiere mediante la forma pronominal "te (te quiero)" con un matiz exclamativo y que se reitera en la oración subordinada de causa (porque no te quieren), en la que el Maestro explicita razones y motivos por los que Piedad la quiere: "¡te quiero, porque no te quieren!" En ella hay dos ideas que se contraponen, que son diametralmente opuestas: amor / desamor, su profundo amor, es decir, el profundo amor de Piedad por su muñeca negra, está precisamente en el desamor de los que no la quieren, en aquellos que no son capaces de amarla, de valorarla por lo que es y por lo que representa.

"Ven, pobrecita: ven, que esos malos te dejaron aquí sola: tú no estás fea, no, aunque no tengas más que una trenza: la fea es esa, la que han traído hoy, la de los ojos que no hablan…"

Conclusiones.

En resumen, como valoración final del cuento se puede inferir que en él se ahonda en la esencia humana mediante el amor, cualidad inherente a todos los seres humanos del planeta, este enseña a amar al prójimo, a los padres, a los hijos, a luchar por la ideas en las que uno cree, el amor es el resorte que mueve al hombre, solo el amor, según Silvio Rodríguez, engendra la maravilla, lleva implícito una reflexión para que los más jóvenes, capten el mensaje que se deriva de la lectura del texto, el cual encierra un alto valor humano, su preocupación por los humildes, por los que nada tienen. Se ha incentivado con este el trabajo para la educación en valores tales como: humanismo, el profundo altruísmo, la solidaridad, la amistad, entre otros.

Este es un tema que se ha reiterado constatemente en la vida y obra del Maestro, desde la propia intertextualidad en La Edad de Oro el cuento es comparable con Los zapaticos de rosa, que se incluye en el número tres de la propia revista y Bebé y el Señor Don Pomposo del primer número, en ambos se expresa, como en Piedad, la preocupación por los humildes, por los pobres, en la primera de ellas, la bondad de Pilar por la niña es símbolo del desamparo y el abandono de los pobres, demostrando un ejemplo de altruismo y sagrado valores humanos, que se materializan en los Versos Sencillos del propio héroe cuando expresa:

Con los pobres de la tierra

Quiero yo mi suerte echar,

El arroyo de la sierra

Me complace más que el mar.

Finalmente, todo acto de interpretación no tiene por qué ser válido, lo importante es demostrar que las diversas lecturas e interpretaciones derivadas de cualquier análisis son correctas, adecuadas y aceptadas si son verificables por la realidad textual del cuento que se analiza.

En este relato se cuenta una historia del siglo XIX y hoy, en el XXI lo importante es saber que los tiempos cambian pero las ideas cobran fuerza, no obstante, lo trascendental es decodificar lo comunicado por el autor, captar la esencia del mensaje, descifrarlo y por supuesto aplicar el contenido ideológico, la idea trasmitida a la contemporaneidad, aún cuando los sentimientos de hoy son los mismos de ayer y serán los de mañana, lo que cambia es el contexto sociocultural.

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Autor:

Lic: Raúl Enrique Tamayo Pizarro

Categoría científica: Máster en Ciencias de la Educación.

Categoría docente: Profesor Auxiliar

UCP ¨Blas Roca Calderío"

Filial Universitaria Pedagógica Bayamo. Granma.

Lic: Caridad Fonseca Aguilar

Categoría científica: Máster en Ciencias de la Educación.

Categoría docente: Instructor.

UCP ¨Blas Roca Calderío"

Filial Universitaria Pedagógica Bayamo. Granma.

Lic: René Pedro Castro González

Categoría docente: Profesor Asistente

Filial Ciencias Médicas Bayazo, Granma

Universidad de Ciencias Médicas Celia Sánchez Manduley

Universidad de Ciencias Pedagógicas

"Blas Roca Calderío"

Filial Pedagógica Bayamo.