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La endeble unión de las coronas castellana y aragonesa (página 2)


Partes: 1, 2

 

b- Isabel I la Católica

Nacida el 22 de abril de 1451 en la localidad abulense de Madrigal de las Altas Torres, era hija del rey castellano Juan II y de la segunda esposa de éste, Isabel de Portugal.

El ingreso de ésta al poder no fue fácil, ni por el camino del derecho dinástico. Su primer pasó hacia el poder fue el acceso al titulo de Princesa de Asturias, y por ende heredera a la corona. Para lograr su cometido debió de humillar a su sobrina Juana, la cual ha pasado a la historia como la Beltraneja, este mote es producto de que se atribuyó su paternidad Beltrán de la Cueva. Enrique IV, temeroso del sector de la aristocracia que apoyaba a Isabel excluye a su hija Juana de la línea sucesoria. Primero este derecho pasó a Alfonso, hermanastro del rey, pero muerto este recayó al fin en Isabel I, la cual debía contraer matrimonio con el consentimiento de su hermano. En 1469 Isabel contrajo matrimonio con su primo Fernando sin tener el consentimiento requerido, por lo que Enrique IV la desheredó, recayendo el derecho sucesorio nuevamente en su hija Juana. Este casamiento para consumarse necesitó de una bula papal falsa que los dispensara por su parentesco dinástico. Tal irregularidad fue solucionada por Sixto IV en 1471.

En 1474 muere se hermano Enrique IV, y ella se proclama «reina y propietaria» de Castilla; Fernando queda reducido a la humillante situación de rey consorte, y eso que él se consideraba, por línea de varón, como el más directo sucesor de Enrique IV. Solo en 1475 se equipara a Fernando con Isabel al otorgarle amplios poderes. La legitimación del poder vino luego de la victoria en la guerra de Sucesión, por medio de su forma de gobierno. De no haber salido victoriosa hubiera sido acusada de usurpación del trono.

c- "unión de las coronas"

El deseo de ambos monarcas de la unión definitiva de las coronas de Castilla y Aragón se manifiesta en el primer testamento de Fernando, en mayo de 1475, en vísperas de la guerra con Portugal, en el cual instituye a la Infanta Isabel, entonces hija única del matrimonio, como su heredera, incluso para Aragón, donde convendría suprimir la cláusula que excluye a las mujeres de la sucesión al trono. Toma estas disposiciones por el gran provecho que de los dichos reinos resulta y se sigue de ser así unidos con estos de Castilla y León, que sea un príncipe rey y señor y gobernador de todos ellos.

La unión dinástica logró transformar la variedad de reinos de la España medieval en un cuerpo político con una sola dirección, una sola diplomacia, un solo ejército.

Pero esta unidad no supuso la fusión ni moral, ni política; ya que cada reino conservó integra su personalidad nacional y toda su estructura institucional. Solo el enlace de ambos monarcas aseguraba un punto de unidad en ese inmenso territorio que funcionaba de manera disonante a uno y otro lado de la actual España.

La unidad monárquica a la que se ha hecho referencia fue muy beneficiosa para Castilla a causa de que este obtuvo barcos y soporte económico, a la vez que ejércitos tanto para hacer frente a los últimos moros, permitiendo la anexión de Granada, como así también posibilito el "descubrimiento de América con toda su riqueza mineral, la cual mantendría viva a España a lo largo de varios siglos.

Para Berenguer, autor de El Imperio de Carlos V, no existió una unidad centralizada en los tiempos de Fernando e Isabel, ya que:

"ni las lenguas, diferentes en parte de los territorios, ni las monedas, ni las vertientes económicas bastante separadas y en distinto grado de crecimiento ? entonces superior en Castilla ?, ni unas estructuras sociales diversas ? ya no sólo entre Castilla y la Corona de Aragón, sino dentro de los propios reinos de esta última ? facilitaban la unión".

Otros autores creen que los Reyes Católicos no crean una España unificada, pero la doble monarquía no es tampoco una simple unión personal.

Isabel y Fernando, tenían planeado el extender los dominios ibéricos para afianzar la corona como una potencia internacional, enfrentándose a Francia. Bien es cierto que la línea trazada por Fernando tenía como objetivo la expansión hacia el Mediterráneo, pero con el descubrimiento de América Castilla logró abrirse hacia el Atlántico. Esta última expansión se vio asegurada con la bula "Inter Caetera", es por medio de ella que el Papa Alejandro IV concedió la soberanía de las tierras descubiertas; este mismo Sumo Pontífice fue quien le otorgó a la pareja reales título de Católicos, algunos creen que tal acción se orientó a equiparar a esta monarquía con la francesa que ostentaba el título de Reyes Cristianos.

d- la POLÍTICA matrimonial

La política matrimonial que Fernando desarrolló para con las casas reinantes de Europa persiguió como fin el aislamiento de Francia con la cual había tenido problemas limítrofes en Nápoles y enfrentamientos bélicos en variadas ocasiones. Su hija Isabel se casaría con el príncipe portugués don Alfonso y al enviudar, con su heredero, don Manuel el Afortunado; Juan se casó con Margarita de Austria, hija del emperador Maximiliano I y María de Borgoña; Juana contrajo matrimonio con Felipe de Austria, también hijo del emperador; María se casará con su cuñado, el viudo don Manuel de Portugal; Catalina será la primera esposa de Enrique VIII de Inglaterra. Portugal, el Imperio e Inglaterra, rodeando con sus vástagos al reino francés. El diseño de Fernando no podía ser más perfecto.

Tal política matrimonial entre los reinos de Europa no era propiedad exclusiva de las coronas castellana y aragonesa. Los Habsburgos del Sacro Imperio también tenían un accionar afín al de los reyes con los que luego emparentarían a través de dos de los hijos del emperador Maximiliano I, como ya se ha mencionado anteriormente, esta afirmación se sustenta en una frase que luego se popularizó en los dominios austriacos a lo largo de los siglos XVI y XVII, "que otros hagan la guerra, tú, feliz Austria cásate"; es en ella donde se ve reflejado de manera patente el sustento que movilizó la mayoría de los casamientos entre las Casas reinantes del Viejo Continente.

Capítulo segundo: decadenCia de los sueños de unidad peninsular

a- la muerte de la familia real

Este diagrama trazado por el Rey de Aragón comenzó a tambalear al morir su hijo Juan, heredero a ambas coronas, sin descendencia. Tal situación se vio agravada con la muerte de su segunda hija en el orden sucesorio, Isabel, en 1498. Posteriormente también falleció el hijo de ésta Miguel, primer nieto de los Reyes Católicos. Sin proponérselo y por causa del funesto azar Juana, casada con Felipe el Hermoso, accede al derecho sucesorio de ambos padres y con ella también el que luego sería conocido como el emperador Carlos V, tal situación acaece en 1500. La defunción de su hija Isabel y de su retoño el príncipe Miguel, daban por tierra con los sueños de Isabel I de unificar a toda la península ibérica bajo un mismo poder, acabando de esta forma con eternos enfrentamientos por problemas limítrofes.

Este dominó de muerte, que derrumbó el castillo de naipes construido por Fernando aun no derribaba su última figura. La reina Isabel I murió en 1504, con ella se perdió el bloque de gobierno que había unificado a las "Españas". En su testamento Isabel dijo que:

"la corona de Castilla se asentaba sobre las sienes de su hija Juana aunque, previendo dificultades futuras, se nombraba a Fernando gobernador general del reino"

Esta acción manifestada por la Reina castellana en su testamento demuestra que Fernando no fue más que un rey consorte, ya que de lo contrario la corona hubiera pasado a su persona y no a Juana. A pesar de ser a ésta última a quien asistía el derecho testamentario, Fernando toma la regencia de Castilla argumentando que su hija es incapaz de gobernar. Tal acción de parte de Fernando exalta los ánimos de Felipe el Hermoso quien reclama para si el gobierno en nombre de su mujer. La nobleza castellana se dividió en dos una parte sustentaba el derecho de gobierno de Fernando y la otra el de Felipe; todo ello sumado a la inestabilidad que se vivía en el reino hizo que la nobleza terminará abandonando a Fernando y poniéndose del lado a quien asistían las leyes castellanas, las cuales contemplaban el gobierno por parte del marido de la reina, pero no del padre.

El Rey aragonés enemistado con su yerno decide abandonar la regencia de Castilla, abdicando en Felipe, y viaja a sus tierras patrimoniales. En este momento es donde se quiebra la unidad de gobierno que propugnaron Fernando y aun más Isabel, ya que cada territorio fue gobernado independientemente del otro. Tal desvinculación se marcó aun más con las segundas nupcias de Fernando II con Germana de Foix en 1505; tal boda perseguía por parte de Fernando la renuncia de los derechos del reino francés sobre Nápoles, territorio en disputa por ambos reinos, y el título de rey de Jerusalén, donación que retornaría a Francia en el caso de que el matrimonio no tuviese descendencia, como así sucedió. Por su parte Fernando se comprometía a nombrar heredero al posible hijo del matrimonio. Todo lo antes dicho, incluido el enlace y sus condiciones fue parte de lo estipulado en la paz de Blois.

b- la muerte de Felipe y la segunda regencia de Fernando

Felipe luego de haber recluido a su esposa, comienza a gobernar como Felipe I, pero la muerte lo sorprende el 25 de septiembre de 1506 a los veintiocho años de edad. Esta muerte tan inesperada traerá a la memoria el consejo de Philippe de Nanteuil:

"y os advierto, Señor, para vuestro bien, que no hay príncipe en el mundo que deba cuidarse más que vos?No hay que comer fuera. Y, como las viandas de Fernando no son propias para vuestra complexión ni compuestas para vuestro apetito, creo que nunca iréis a comer con él y haréis bien"

Es en tales palabras en donde se ve el recelo que los allegados a Felipe I sentían hacia Fernando II, a tal punto de pensar en que el suegro podría envenenar a Felipe para hacerse con la corona castellana.

Al morir Felipe, contando su hijo mayor Carlos con 6 años, Fernando a pedido de la nobleza vuelve a aceptar el gobierno de Castilla, esta vez sin compartirlo con nadie, ya que su hija seguía recluida y sin saber nada de lo que acontecía a su alrededor. El gobierno de Felipe provocó una alteración social que terminó dividiendo la aristocracia, la mayoría de esta soñaba con volver a las andanzas a la paz impuesta por los Reyes Católicos, recordemos que Isabel I obtiene el derecho sucesorio a causa de esta división de la aristocracia que dejó sin poder a su hermanastro Enrique IV (1454 ? 1474).

En el otoño de 1509 se encierra a Juana en Tordesillas al ser declarada loca -locura por razones de Estado más que cuestiones psíquicas, posiblemente- y ese mismo año fallece el pequeño Juan, hijo de Fernando y Germana (3 de mayo de 1509). Este personaje histórico que murió muy joven ostento sobre si la corona aragonesa mientras vivió, haciendo patente la total y permanente independencia que en aquellos momentos se vivían.

Además, otra variable hacia inviable que Juana heredara la corona de su padre, la ley Sálica. Parecía que la muerte estaba empeñada en quitar cualquier escollo que impidiese la unificación de la actual España en la persona del emperador Carlos V.

Capítulo tercero: el renacer de un ideal

a- el ocaso de un gobernante

En sus últimos años de su reinado surgen dudas sobre a quien heredar la corona aragonesa, en una primera instancia fue a su nieto Fernando, pero luego modificó su testamento convirtiendo en legatario a su nieto Carlos, el futuro emperador Carlos V. Esto ocurrió porque Fernando sentía una predilección por su homónimo a causa de que este había sido educado en la Península, a diferencia de Carlos, que a pesar de los deseos de Fernando de tenerlo a su lado, su abuelo paterno Maximiliano I se empeña a retener a su nieto, y a no dejarlo salir de los Países Bajos. Tal postura por parte de Maximiliano I se fundamenta en que este deseaba preparar a su nieto para sucederlo en las funciones de emperador del Sacro Imperio.

Fernando atormentado con la idea de que la corona que ostentaba cayera en una dinastía externa, puso todas las esperanzas en su hijo con Germana, pero que como vimos falleció. Por causa de presiones externas, sobre todo de Maximiliano, Fernando modificó su testamento a favor de Carlos. A el Rey de Aragón ya no le quedaban excusas que pudieran evitar la llegada de una nueva dinastía a los reinos peninsulares, ya que mientras Juana era la destinataria de la corona Fernando se escudó en la ley Sálica, pero al ser su nieto mayor quien pide el derecho sucesorio y no poseyendo ningún otro familiar cercano a quien elegir, el viejo monarca se quiebra ante la presión del Sacro Imperio Romano.

Al llegar 1515, Carlos quedó emancipado oficialmente en Bruselas y envía un embajador a España para que se conozca allí su mayoría de edad. Un año luego de este acontecimiento Fernando emprende un viaje a Andalucía, es en ese viaje en donde el 22 de enero de 1516 la muerte lo sorprende en los territorios de Extremadura.

b- la concreCión de un ideal

Tras la muerte de su abuelo materno, Carlos se proclama Rey de las Coronas de Castilla y Aragón, aunque con prudencia ordenó que su nombre fuera antecedido por el de su madre en la corona de Castilla, esto fue producto de que el consejo de Castilla consideraba que: "sería una falta al honor y respeto debidos a la reina tomar el titulo de rey mientras ella viviera". Carlos increíblemente favorecido por los avatares del destino se hallaba coronado Rey de unas tierras que en su vida había visto. Pero la legitimación del poder legado por su abuelo no fácil, ya que en ambos testamentos el viejo monarca había intentado favorecer a su nieto Fernando, el Habsburgo hispanizado.

Para Fernández Luzón, "la locura de su madre fue para el Emperador una mera ventaja política, que le permitió hacerse con el poder sin cortapisas".

Las Cortes estaban en contra de él ya que era un monarca extranjero que pretendía hacerse con el poder, con los reinos, y su población, con el solo derecho de sangre. Para acallar las revueltas que comenzaban a levantarse en la aristocracia su madre salió en defensa del título real de su hijo exigiendo: "que no la revolviese nadie con su hijo, que todo lo que tenia era suyo"

Una herramienta utilizada para la legitimación de sus derechos, fue el casamiento con su prima Isabel de Portugal, la cual permitió "la consolidación de la dinastía extranjera, al tiempo que contribuía a la "hispanización" del primer Habsburgo español". Con el hijo de ambos, Felipe II, la ansiada unificación hispano- lusitana, se vería concretada al fin.

El título de Emperador le llegaría con la muerte de su abuelo Maximiliano en 1519, aunque el Papá Clemente VII lo coronaría como tal en 1530. Con estos títulos Carlos I de España o V del Sacro Imperio Romano Germánico heredó una basta porción de territorio de territorio Europeo, además de las tierras americanas anexadas a la corona castellana.

De su padre, Felipe el Hermoso, Carlos recibió "los estados más prósperos y civilizados de Europa y de su madre, Juana la Loca, la primera potencia mundial, pero preñada de conflictos".

Pocos años antes de morir Carlos comenzó inició una serie de abdicaciones: aunque conservó el título imperial, el 12 de septiembre de 1556 trasmitió sus funciones a su hermano Fernando I de Habsburgo, cedió a su hijo Felipe II los Países Bajos (1555) y los reinos españoles (1556) y se retiró al monasterio de Yuste (en la localidad cacereña de Cuacos de Yuste), donde el 21 de septiembre de 1558 falleció. Pocos meses antes había abdicado formal y definitivamente como emperador en su hermano Fernando.

Conclusión:

Luego de indagar en las obras de diversos autores sobre el tema, se puede afirmar, de manera parcial, que la unión de las Coronas no se dio con el casamiento de Isabel I de Castilla con Fernando II de Aragón, ya que cada uno fue consorte del otro en su respectivo reino, sin una consecuente unificación de cortes, moneda y lenguaje, tal como argumenta Berenguer. Prueba de ello es que a la muerte de la Reina esta "unidad" provisoria y superflua en varios aspectos se disuelve, dando lugar al surgimiento de una nueva dinastía que sucedió a los Trastámara en Castilla, la de Habsburgo.

Tal vez la unificación de gobierno los reyes la planearon en la figura de su hijo Juan, el cual mantendría la Casa de Trastámara en el gobierno, a la vez que emparentaba con una de las dinastías más importantes como eran los Habsburgos, sin significar ello una anexión de las tierras españolas al patrimonio que los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico ostentaban para si.

Pero el fatídico destino, como se ha visto en el respectivo capítulo, truncó este plan, dando, luego de una seguidilla de muertes en la familia, el derecho a la herencia de sus padres a Juana, posteriormente conocida como "la Loca". Tal situación se contraponía con los intereses de Fernando y las leyes que regían las sucesiones en su reino.

Al morir su madre, Juana la hereda, pasando a gobernar su marido en nombre suyo. Viendo esta situación Fernando trata de salvar a su reino de caer en manos extranjeras, por lo que se casa con Germana de Foix en un intento desesperado de tener un vástago que redima a una dinastía que estaba naufragando. Además la ley sucesoria aragonesa, la ley Sálica, impedía que una mujer tomara el trona, para salvaguardar que la dicha corona se asentara en sienes extranjeras.

Por la forma en que Fernando actuó luego de la muerte de Isabel es lícito pensar que este no estaba convencido de esta fusión de poderes, y que cuando vio que la situación se puso adversa a sus intereses patrimoniales no dudó un instante en abandonar la tarea unificadora y dedicarse a asegurar que su corona no cayera en poder de un rey flamenco.

Es por la manera de accionar independientemente de cada reino lo que hace pensar que de ninguna modo se pudo dar tal unidad, desde la cual los historiadores comienzan a contar la monarquía española, ya que un reino se pudo desligar del otro sin sufrir ningún crisis ni guerra de por medio.

Solo creo que se puede hablar de una unidad patente cuando Carlos I asume al trono tanto por parte de su abuelo Fernando como de su madre Juana, la cual le entrega la potestad de gobierno. Es en este momento en el que un mismo Rey rige de manera homogénea ambas partes de la actual España. Es durante su gobierno que se acallan las voces secesionistas que permanecieron en las sombras durante el reinado de sus abuelos y que a la muerte de esta aprovecharon la disputa entre Felipe I y Fernando II para lograr separarse de Aragón volviendo, por el lapso que duró el gobierno de Felipe a las divisiones de la corte y las riñas de poder que caracterizaron el gobierno de Enrique IV.

La figura de Carlos I, es la única con el suficiente poder y derechos dinásticos, como para que ninguna de las cortes de los respectivos reinos lo rechacen, y que la población de cada Castilla y Aragón lo vean como su legitimo soberano, y no como un Habsburgo invasor. Muestra de ello es que la casa de Habsburgo luego de la separación de los territorios del Sacro Imperio, a comienzos del reinado de Felipe II, toma un nombre particular dentro del territorio español, los "Austrias". Esta casa que con su fundación unificó España, perdurará hasta el año 1700.

Tal como lo explica Babelon en su obra, a Carlos I "le corresponderá la gloria de de haber realizado finalmente la unión de esos reinos de la Península, tan atentos a sus libertades individuales, la unión que han preparado desde hace tiempo, con su matrimonio en 1469, los Reyes Católicos". Es en esta frase en donde se observa que la unificación no fue obra de los Reyes Católicos, ni de Carlos I sino que fue un proceso con avances y retrocesos, que luego de una profunda crisis que sobrevino a la muerte de la Reina Isabel I, daría como resultado la conformación de una entidad política llamada Monarquía Hispánica, la cual vincularía desde el reinado de Carlos I a las Coronas castellana y aragonesa.

Anexos

BIBLIOGRAFÍA:

Libros:

  • BABELON, Jean; "Carlos V"; Buenos Aires, Losada, 1952 291pp
  • BELENGUER, Ernest, "El Imperio de Carlos V. Las coronas y sus territorios"; Barcelona; Península; 2002 492 pp.
  • Vicens Vives, Jaime (Director), "Baja Edad Madia. Reyes Católicos. Descubrimiento" en "Historia de España y América. Social y Económica" Vol. II, Barcelona, Vicens Vives, 1979 553pp.
  • Vicens Vives, Jaime; "Fernando el Católico. Príncipe de Aragón, Rey de Sicilia (1458 ? 1478)"; Madrid, Consejo Superior de Investigación Científica, 1952 508pp.

Revistas:

  • BRANDARIZ, Gabriel, "La tormentosa historia de los príncipes de Asturias" en "Clio. Revista de Historia", Madrid, Noviembre de 2005, Año V, Nº 49 22-33pp.
  • FERNANDEZ LUZÓN, Antonio; "las mujeres de Carlos V" en "La Aventura de la Historia", Madrid, Octubre de 2005, Año VII, nº 84, 90-95pp.
  • REYES, Luís, "España en los Países Bajos. Huellas Profundas" en "la Aventura de la Historia", Madrid, Febrero de 2005, Año VI, Nº 76, 53-59pp.

páginas de internet:

  • "Felipe el Hermoso", Obtenido el día 9 de Junio de 2006 en http://www.artehistoria.com/frames.htm?http://www.artehistoria.com/historia/personajes/5678.htm
  • "Isabel la Católica", Obtenido el día 9 de Junio de 2006 en http://www.artehistoria.com/frames.htm?http://www.artehistoria.com/historia/personajes/5750.htm
  • PEREZ, Joseph; "La época de Isabel I. Biografía", Obtenido el día 9 de Junio de 2006 en http://cervantesvirtual.com/portal/isabel_I/include/pisabel_biografia.jsp?nomportal=isabel_I
  • "los Reyes Católicos. Fernando V (1479-1516)". Obtenido el día 9 de Junio de 2006 en http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/fernando.shtml
  • Heras Balbás, Esteban de las. "Las Mujeres de Carlos V". Obtenido el día 9 de Junio de 2006 en http://canales.ideal.es/especiales/carlosV/mujeres.html
  • "Fernando el Católico". Obtenido el día 9 de Junio de 2006 en http://www.artehistoria.com/frames.htm?http://www.artehistoria.com/historia/personajes/5751.htm
  • "Germana de Foix". Obtenido el día 9 de Junio de 2006 en http://www.artehistoria.com/frames.htm?http://www.artehistoria.com/historia/personajes/6235.htm
  • "Germana de Foix". Obtenido el día 9 de junio de 2006 en http://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/germana.htm

origen de los mapas:

  • BELENGUER, Ernest, "El Imperio de Carlos V. Las coronas y sus territorios"; Barcelona; Península; 2002 492 pp.

Índice Onomástico

Alejandro IV, Papa

9

Isabel de Aragón, Reina de Portugal

8, 10

Alfonso de Castilla

8

Isabel I de Castilla, Reina

6, 7, 8, 9, 10, 11, 15, 16

Beltrán de la Cueva

8

Isabel de Portugal, Reina de España

13

Carlos I de España o V del Sacro Imperio Romano Germánico

6, 7, 9, 10, 12, 13, 15, 16

Juan de Aragón y Castilla, príncipe de Asturias

10

Catalina de Aragón

10

Juan de Aragón, Infante

12

Clemente VII, Papa

13

Juan II de Aragón, Rey

7, 8

Concordia de Segovia

9

Juana la Beltraneja

7, 8

Enrique IV de Castilla, Rey

7, 8, 12

Juana la Loca, Reina de Castilla

6, 10, 11, 12, 13, 15

Enrique VIII de Inglaterra, Rey

10

Ley Sálica

12, 15

Felipe I el Hermoso, Rey

6, 10, 11, 14, 16

Manuel I de Portugal, Rey

10

Felipe II, Rey

13, 16

María de Aragón, Reina de Portugal

10

Fernando II de Aragón, Rey

6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 15

Margarita de Austria, Infanta

10

Fernando I de Habsburgo, Emperador

12, 13, 14

Paz de Blois

11

Germana de Foix, Reina de Aragón

6, 11, 15

Reconquista

6, 7

Guerra de Sucesión

8

Sixto IV, Papa

8

 

Datos del Autor:

Federico Javier Asiss González

Egresado del Instituto Pre-universitario Colegio Cewntral Universitario "mariano Moreno" dependiente de la UNSJ. Cursa 1º Año de la Carrera de Historia en la facultad de Filosofia, Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de San Juan

Categoría: Historia

Partes: 1, 2
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