- Los Reyes Católicos
- La decadencia de los sueños de unidad peninsular
- El renacer de un idea
- Conclusión
- Anexos
- Bibliografía
Introducción:
A la muerte de Isabel la Católica la unidad peninsular, tan ansiada por ésta, se ve en peligro de desvanecerse, producto ello de las segundas nupcias de Fernando el Católico con Germana de Foix. En tal contrato matrimonial el rey aragonés acepta declarar heredero de su corona al hijo nacido de tal matrimonio, lo cual volvía a desmembrar y desvincular a las coronas de Castilla y Aragón. A esto se le suma la disputa por el mando de Castilla entre Fernando y Felipe el Hermoso, padre y marido de Juana la Loca, respectivamente.
Este tema no ha sido tratado en profundidad por ninguna de las obras consultadas, tanto en material impreso como en soporte informático, y solo algunas hacen mención al tema como casi un acto irrelevante en la transición del gobierno de los Reyes Católicos al de Carlos I de España. Es por ello que he creído conveniente el seleccionarlo para a través de diferentes fuentes bibliográficas poder reconstruir someramente un momento histórico de crucial importancia tanto para Europa.
Una de las desventajas que posee esta cuestión es que las obras analizadas se explayan demasiado en el descubrimiento de América y en la Reconquista, dejando eclipsado las luchas intestinas por la herencia monárquica, esto es a causa de la imposibilidad de obtener una obra especifica que profundice sobre el tema en cuestión. A su vez los escritos que puede brindar la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes pecan de antiguos y por ende se corre el riesgo de la desactualización. Tal falencia se intentó solucionar por medio de los medios que facilita actualmente la Internet.
Para lograr concretar lo anteriormente expuesto se aplicó la técnica cualitativa de observación documental, ya que por medio de la obra de varios historiadores se intenta reconstruir este momento en la historia del siglo XVI.
A lo largo de los capítulos que componen la monografía se muestran la gesta y el desarrollo de esta idea de unidad, hasta llegar al punto de inflexión, la muerte de Isabel I, es allí donde tales ideales casi se esfuman en luchas por el poder e intentos de legitimación. Por medio de este trabajo se intentará mostrar la importancia que tuvieron las segundas nupcias de Fernando II para la historia europea, y cuales fueron los intereses que la motivaron. Luego se muestra como la figura de Carlos I va tomado mayor importancia, hasta convertirse en el legatario de uno de los imperios más grandes de la historia.
Capítulo primero: "Los reyes CATÓLICOS"
Luego de siglos de luchas dinásticas y de matrimonios arreglados para asegurar la paz entre ambas coronas, que compartían el territorio de la actual España, la verdadera unión y consolidación parece vislumbrarse en la figura de los reyes, que por su accionar serían honrados con el título de "Católicos" por el Papa, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón. Tal boda fue planificada con el fin de ampliar el poder de las coronas y asegurar de manera definitiva el fin de las luchas por el territorio peninsular. Además tal unión dio como resultado la suma de fuerzas necesarias para expulsar a los últimos moros que se encontraban en el territorio, dando fin de esta manera a la Reconquista.
A- Fernando II el Católico
Fernando era hijo de Juan II de Aragón y de Juana Enriquez. Las Cortes de Calatayud le juran como heredero de la corona de Aragón en 1461, tras la muerte de su hermanastro Carlos, el príncipe de Viana. Antes de su matrimonio conocemos algunas aventuras amorosas del joven galán con una tal Aldonza Roig. Como resultados de estos amores nacerán dos hijos naturales: Alfonso -que será nombrado años más tarde arzobispo de Zaragoza y virrey de Aragón- y Juana.
En 1468 se firma un protocolo entre los futuros esposos por el que Fernando se compromete a actuar en estrecha colaboración con Isabel I de Castilla y adoptar las decisiones en común. El enlace no satisface a Enrique IV por lo que se realizará de incógnito. Fernando parte a tierras castellanas en octubre de ese año y el día 19 se celebrará el matrimonio, oficiado por el arzobispo Carrillo quien proporciona a la pareja una dispensa papal falsa, necesaria debido a tener como antepasado común a Juan I de Castilla. Esta situación será regularizada por Sixto IV en 1471. Los siguientes meses serán de absoluto aislamiento para los esposos que ven como la mayoría de los nobles toman partido por la infanta Juana en la carrera por el trono castellano.
Durante del matrimonio también mantuvo relaciones extraconyugales, naciendo dos hijas llamadas María de Aragón que pasarían sus días en un convento de agustinas de los alrededores de Madrid.
La muerte de Enrique IV 1474 posibilitó la ascensión al trono de Isabel, su autoproclamación de Reina de Castilla sorprendió a su consorte. En 1475 se ambos conyugues firman la Concordia de Segovia, en ella se estableció la absoluta igualdad entre ambos en el ejercicio del poder real – a pesar de que el nombre del rey debe anteceder al de la reina, al igual que las armas de ambos-, norma que también se seguirá posteriormente en Aragón. Tal contrato manifiesta la intención de ambos monarcas de poner en marcha una política de consolidación del poder real. En tal situación se comienza a ver a los esposos reales como un bloque consolidado.
Luego de los Tratados de Alcaçovas, que finalizan la Guerra de Sucesión, será difícil diferenciar el accionar de Isabel del de Fernando, tanto en Castilla como en Aragón.
En 1479 se produce el deceso de Juan II, y la posterior coronación de Fernando como rey de Aragón, de aquí en más los consortes reales se pondrán como objetivo la consolidación del imperio monárquico. Las funciones de Fernando estaban vinculadas con las relaciones externas de los reinos, por su parte Isabel tenía a cargo los asuntos internos de ambos reinos.
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