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El trabajo social de grupo. Herramienta para la promoción de la participación social


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía

Resumen

El presente artículo es una aproximación teórica que aborda como desde el trabajo social de grupo es posible propiciar la participación juvenil en las transformaciones de la comunidad.

Hace referencia a cómo los trabajadores sociales pueden utilizar las técnicas grupales en la finalidad de facilitar la comunicación, desarrollar la capacidad de participación, enseñar a pensar activamente, desarrollar capacidades de cooperación, intercambio, responsabilidad, autonomía y creación, crear una actitud positiva ante los problemas y favorecer la integración social del individuo, aspectos importantes para propiciar la participación comunitaria.

Introducción

Trabajar en grupo posibilita la participación social, ya que se crea un clima de confianza que favorece la incorporación y, por tanto, se crean las condiciones que sirven de soporte fundamental, no solo para el desarrollo de habilidades, sino también para actuar comprometidamente, lo que su vez se traduce en una actitud responsable y en el crecimiento personal.

El grupo puede proporcionar una retroalimentación más rica y variada de la que puede aportar un solo individuo a otro, incrementa las expectativas de cada persona ante el problema y hace disminuir la ansiedad del sujeto al enfrentar la tarea, al ver que no está solo y que otros enfrentan un problema similar.

Al origen de un grupo le es atribuible siempre alguna intención, ésta puede ser más o menos formal, con una proyección pro social o no. Ahora bien, si se pretende poner en práctica alguna estrategia para lograr efectos modificadores al interior del mismo, hay que tomar en consideración que el grupo se consolida como entidad en la misma medida en que tal intencionalidad adquiere algún sentido para todos y cada uno de sus miembros, autorregulando su comportamiento en pos de la actividad que los sustenta para la consecución del propósito o meta que está vinculado con dicha intencionalidad.

Trabajar en grupos tiene múltiples ventajas tanto para las personas como para las instituciones donde esta modalidad se pone en práctica. Se trabaja con menos tensión, se comparte la responsabilidad, el enfrentamiento a los problemas es menos angustioso, se genera confianza y seguridad, en fin surgen nuevas formas de enfrentar el problema.

Desde esta perspectiva los grupos constituyen escenarios importantes para el desarrollo del comportamiento individual. A criterio de Doménech (2006), los grupos pueden verse como "subsociedades en las que tiene lugar la interacción social" (p-10).

Es aquí donde se ubica el concepto de pequeño grupo; Olmsted (1986), citado por Doménech (2006), como: "una pluralidad de individuos que se hayan en contacto los unos con los otros, que tienen en cuenta la existencia de unos y otros, y que tienen conciencia de cierto elemento común de importancia" (p-10). Estos grupos operativos son el elemento indispensable del Trabajo social de grupo.

Desarrollo

En la bibliografía existen numerosas definiciones de trabajo social de grupo. No obstante, la autora asume el concepto dado por (De Robertis y Pascal 1987: 11-12) que lo define como un "método que ayuda a los individuos y a los grupos a aumentar sus capacidades de funcionamiento social a través de experiencias en el grupo. Su fin es permitirles hacer frente mejor a sus problemas como personas, como grupo o como comunidad"

El trabajo social de grupo posibilita generar espacios de construcción social donde los protagonistas crean formas significativas de resolución de sus problemas. En este sentido ayuda a los individuos a mejorarse en su funcionamiento social, a utilizar mejor sus potencialidades, encontrar recursos, elegir entre varias alternativas y promover la participación de sus miembros.

Ander-Egg (2009), explica que el trabajo social de grupo. "es uno de los tres métodos clásicos de la profesión a través del cual, utilizando la situación de grupos, se ayuda a que los individuos miembros de un grupo puedan satisfacer sus necesidades psicosociales y progresar desde el punto de vista emotivo e intelectual de modo que puedan alcanzar los objetivos del grupo y contribuir a un mejor funcionamiento de la sociedad". (p-258).

Para este autor, el trabajo social de grupo es una forma de acción social que puede perseguir propósitos muy diversos, cuya finalidad es el crecimiento de los individuos en el grupo, a través de éste y de su desarrollo hacia tareas específicas y como medio para actuar sobre ámbitos sociales más amplios.

Por lo que pueden ser valoradas dos ideas fundamentales en el trabajo social de grupo:

  • a) El crecimiento y desarrollo de los individuos mediante la experiencia del grupo.

  • b) El empleo del grupo por sus miembros para propósitos sociales que ellos mismos consideran deseables.

Es desde esta perspectiva que se sustenta la presente investigación. El objetivo del trabajo social de grupo radica en fomentar la participación social, la socialización para asumir roles protagónicos, modificar la conducta y lograr la realización personal.

Los principios del trabajo social de grupo al decir de Kopnoka, se fundamentan en el:

  • Reconocimiento del problema del grupo, relaciones y diferencias propias de cada grupo.

  • Aceptación plena de cada individuo.

  • La interrelación se debe dar entre el grupo y el profesional.

  • Estimular la relación interpersonal, ayuda y cooperación entre los miembros.

  • Incrementar la participación individual dentro del grupo y la búsqueda de soluciones colectivas.

  • Desarrollar periódicas programaciones y evaluaciones.

  • Posibilitar el desarrollo del grupo o partir de sus propias conductas. (Doménech, Y, 2006: 41-42)

Teniendo en cuenta estos principios, el trabajo social de grupo se desarrolla en tres fases:

  • ESTUDIO: Recolección de datos del grupo en sí, y del medio en el que están inmersos empleando técnicas individuales y grupales. (Técnicas como observación, entrevistas, cuestionarios, etc.)

  • DIAGNÓSTICO SOCIAL: Sistematizar los datos recogidos sobre la vida de las personas y el grupo, que permiten establecer las características del grupo y sus problemáticas, el tipo de relaciones que existen entre los miembros y cuales son las alternativas y prioridades para la intervención.

  • TRATAMIENTO: Búsqueda de soluciones a la problemática mediante la ayuda institucional, autoayuda, rehabilitación o promoción.

El trabajo social de grupo se ha desarrollado con una gran diversidad de propósitos, tales como:

  • Recreativo y de tiempo libre;

  • Rehabilitación, para recuperar capacidades u orientar comportamientos;

  • Educativo-correctivo, para ayudar a las personas con problemas de conductas;

  • Socialización, en el sentido de adquirir valores y modos de ser útiles para la vida en sociedad;

  • Prevención, para anticipar problemas antes de que ocurran.

Para la presente investigación se deben potenciar los dos últimos propósitos.

La habilidad del trabajador social para guiar las actividades del grupo, sin imponer criterios, constituye un factor importante para lograr el cumplimiento efectivo de las tareas, de ahí que este se haga responsable de la realización satisfactoria de las mismas y los miembros del grupo, definan el consenso, no como unanimidad, sino como una condición en la que cada uno acepta las decisiones del grupo.

En su condición de líder el trabajador social, tiene que lograr hacer más productivo y creativo el potencial humano con que trabaja, ello exige ante todo identificar las barreras que frenan el trabajo creativo. De ahí que las funciones a desarrollar en relación con el grupo estén orientadas a:

  • Sensibilizar y motivar a las personas.

  • Fomentar y establecer una cultura de responsabilidad compartida en el cumplimiento de los objetivos y metas y la contribución a ello de cada uno de los miembros del grupo.

  • Establecer espacios que canalicen y propicien las sugerencias de los miembros del grupo y faciliten que la información fluya libremente en todas las direcciones.

  • Ayudar a establecer prioridades.

  • Facilitar la participación.

  • "Lograr que los integrantes del grupo se constituyan en agentes de movilización dentro de su contexto social y que, a la vez, movilicen a participar en actividades comunitarias" (Doménech, Y 2006: 54).

El modo de participación de un trabajador social en el grupo debe ser:

  • Como observador objetivo: ya que puede entender mejor las necesidades del grupo, sin imponer su visión.

  • Como un participante: a partir de que debe ganarse la aceptación del grupo.

  • Como un catalizador: entre el grupo y los elementos externos.

La intervención del trabajador social puede hacer posible que el grupo modifique su realidad conflictiva de forma progresiva, flexible y negociada para llegar a una mejora de su calidad de vida, no sólo en beneficio propio, sino en beneficio de toda la comunidad.

Para poner en marcha un grupo el trabajador social debe considerar un los siguientes aspectos:

Los objetivos o aspiraciones del grupo: o sea los móviles o motores que permitirán que el grupo vaya caminando hacia el cambio deseado.

La cohesión: la tendencia a mantenerse unidos y de acuerdo. Esta es una condición necesaria para la eficacia del trabajo en grupo y para la satisfacción de las necesidades afectivas de sus miembros. Es además, un índice de la situación del grupo y de su grado de madurez.

Las normas: los acuerdos implícitos o explícitos entre los miembros del grupo. Sobre qué comportamientos deben poner en práctica los individuos del grupo, a fin de mantener la cohesión interna.

La comunicación: el trabajador social en su rol de dinamizador debe facilitar la comunicación entre los miembros del grupo, y lograr que ésta sea clara, funcional y permanente. En toda comunicación, pero sobre todo cuando se trata de formas no verbales, puede haber una mala comunicación entre el mensaje transmitido y el mensaje recibido. La mejor garantía es verificar esas percepciones directamente con la persona en cuestión.

Resultan sumamente importantes los roles a desempeñar por el trabajador social en el grupo entre los que destacan:

El rol de animador-facilitador-movilizador-concientizador ya que facilita el acceso a ámbitos de participación social, fomentando la creación de grupos y organizaciones, asesorando a la gente para que puedan a través de sus organizaciones crear actividades que sirvan para mejorar las condiciones de vida.

Doménech (2006) enfatiza que: "El trabajador social ocupa un lugar central en el seno del grupo; por un lado es el representante de una institución u organismo que le confiere mandato y por otro es un profesional con sus conocimientos y competencias" (p-48).

Como profesional, está destinado a ayudar a las personas en desventaja social y económica, a salir de su condición de necesidad con la propia ayuda de ellos, para su propio desarrollo como persona y luego traducirlo al desarrollo y transformación de la comunidad. Como representante de una institución, resulta un factor de vital importancia en la promoción de la participación social.

En el momento de la ejecución de las acciones planificadas el trabajador social debe desempeñar uno de los roles más importantes, el de motivador que deberá estar siempre ejerciendo para que las personas sientan que su participación es vital y que esta ayudará para que ellos tengan oportunidad de adquirir ciertas destrezas, habilidades y/o conocimientos.

Se considera que en un grupo "el rol principal del trabajador social, es el de ser animador, catalizador o facilitador del grupo, ya sea que procure el desarrollo personal de los integrantes, pretenda realizar una tarea o busque alcanzar alguno de los propósitos específicos. En otras palabras hay un rol permanente y básico que subyace a todos los otros roles específicos".[1]

Al asumir el rol de coordinador debe considerar las cuestiones antes señaladas y replantearse, si fuese necesario, nuevas maneras y desde las perspectivas más loables aplicar las técnicas grupales para acceder al logro del objetivo planteado.

Debe tener en cuenta además, las experiencias anteriores que tienen los miembros del grupo en dinámicas de este tipo ya que pueden existir prejuicios con respecto a la aplicación de determinadas técnicas. Una mala experiencia anterior puede entorpecer el trabajo, como también una buena experiencia ya vivida puede viabilizar el mismo.

Es importante también, conocer las expectativas que tienen los miembros del grupo y su disposición a colaborar durante el desarrollo de la actividad o taller donde se aplicará el procedimiento diseñado.

Otro rol significativo del trabajador social es el de educador. Desde aquí se ejerce una función proactiva, al no esperar por el grupo, se da información orientadora, aporta elementos ante las carencias de la vida grupal, es decir toma la iniciativa en todo lo que se corresponda y da pautas de acción e interacción.

Como educador deberá evaluar sistemáticamente lo que está aconteciendo en el desarrollo del grupo, ir viendo las fortalezas, debilidades y errores. Los cuales podrán mejorarse sólo en la medida que la evaluación sea un proceso constante que no se deje para el final del programa, ya que ahí no habrá posibilidad de corregir lo que se encuentre deficiente.

La evaluación permitirá identificar claramente todos los aspectos que se están cumpliendo y modificar en la marcha lo que aparentemente no está dando frutos.

Utilizar el trabajo social de grupo como herramienta para el logro de los objetivos propuestos, permite que se refuercen los valores del individuo, ubicándolo en la realidad social que le rodea para promover su cooperación y responsabilidad en una acción integradora del proceso de desarrollo.

Se convierte así en un instrumento esencial en la motivación para el cambio, que a través de la participación grupal, proporciona el agrado de sentirse miembro de una sociedad a la cual pertenece y respeta y con la que va a contribuir para alcanzar mejores niveles de vida.

Entre las técnicas de trabajo grupal que pueden ser utilizadas por el trabajador social se destacan aquellas que se usan para que las personas participen en el conocimiento de un hecho o problema, investiguen o propongan vías de solución. También las que se utilizan para animar, desinhibir o integrar a los miembros del grupo o participantes.

Son herramientas educativas, abiertas, provocadoras de la participación para la reflexión y el análisis. Toman en cuenta la realidad cultural e histórica de los grupos con los cuales se trabaja, sus códigos de comunicación, sus tradiciones, sus valores, sus luchas, su lenguaje. Deben ser entendidas, según Doménech (2006) como "el conjunto de medios y procedimientos que permiten al grupo desarrollar sus objetivos" (p-75).

Los trabajadores sociales deben conocer que las técnicas grupales tienen la finalidad de facilitar la comunicación, desarrollar la capacidad de participación, enseñar a pensar activamente, desarrollar capacidades de cooperación, intercambio, responsabilidad, autonomía y creación, crear una actitud positiva ante los problemas y favorecer la integración social del individuo, aspectos importantes para propiciar la participación comunitaria.

Conclusiones

De modo que utilizar la metodología del trabajo social de grupo como una herramienta para la promoción de la participación de los jóvenes en la transformación social de la comunidad, le permitirá a éstos trascender de la relativamente cómoda posición de apatía, pasividad y transferencia de responsabilidades a otros, hacia una postura más activa, de asunción de responsabilidades y capacidades de protagonismo en la vida comunitaria.

De manera general, los temas abordados en este capítulo no resultan un fin en sí mismos, sino que constituyen las bases y los puntos de partida para el desarrollo de acciones diseñadas por los miembros de la comunidad, especialmente sus jóvenes. Acciones que están encaminadas a estimular el compromiso y desempeño de responsabilidades para el logro de objetivos compartidos, articulados en una red de apoyo e intercambio que facilite la implementación de procesos legítimamente participativos y que responden a sus intereses. Estas acciones deben ser construidas sobre la base de los recursos que puede identificar y movilizar la comunidad fortaleciendo así su relativa autonomía, su identidad y su lugar dentro de la estructura social mayor que la engloba y enriquece.

Bibliografía

  • Ander-Egg, E. (1982). Metodología y práctica del desarrollo de la comunidad. El Ateneo. México.

  • _____________ (1995). Diccionario de trabajo social. Argentina. Ed. Lumen/Humanitas.

  • De Robertis y Pascal. (1987). La intervención colectiva en Trabajo Social con grupos y comunidades. El Ateneo. Buenos Aires.

  • Domínguez, M y Cristóbal, D. (2004) La participación social desde la perspectiva de la juventud cubana. En Linares, C; Moras P., Emilio y Rivero, Y (comps.) "La participación. Diálogo y debate en el contexto cubano". Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello. La Habana.

  • Domínguez, M. (2003). Juventud Cubana y Participación: Desafíos de una Nueva Época. En La Sociedad Cubana. Retos y Transformaciones. Compilación CIPS, La Habana. (Documento en formato digital).

  • Konopka, G. (1968). Trabajo social de grupo.. Ed. Euroamérica. Madrid.

 

 

Autor:

Lic. Rita Machin Reyes

Centro: Ministerio de Trabajo Y Seguridad Social

País Cuba

Enviado por:

Noralydis Rodríguez Washington

 

[1] Ezequiel Ander-Egg. Diccionario del Trabajo Social. Editorial Brujas. Córdoba, Argentina. Pág. 261.