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Vertedero Municipal Boyeco (Chile) (página 2)

Enviado por Juan Eduardo Herrera


Partes: 1, 2

Como se dijo en un comienzo, la historia de boyeco se remonta al año 1992, fecha en la que inicia su funcionamiento. Los primeros conflictos que provoco en la población fueron resultado de los antecedentes que manejaban sobre las consecuencias para el medioambiente de ubicar en un determinado sector un centro de disposición final de residuos sólidos domiciliarios, nombre técnico del vertedero. Apoyados en dichos antecedentes, la Comunidad territorial Boyeco, que es una organización mapuche, hicieron una agenda de trabajo, en la cual se organizaron para reaccionar contra este realizando marchas, tomándose caminos, pero sin obtener lo que buscaban, que se ubicara en otra parte el vertedero.

Después de dichas acciones, se apaciguaron las reacciones de la comunidad, principalmente, porque el funcionamiento del vertedero fue relativamente bueno los primeros años. Además, cuando se decidió que definitivamente se iba a instalar en el sector, se entablaron mesas de dialogo entre la comunidad y la municipalidad, en las que se pacto un convenio de inversiones y un plan de acción conjunto que permitiera desarrollar el sector, el cual se refiere fundamentalmente a mejoramiento de la infraestructura escolar, mantención y reparación de caminos, pavimentación del trayecto que une a Temuco con Boyeco, avance en los programas de electrificación rural, entre otros proyectos que estaban destinados al sector y que ya fueron materializados. Sin embargo, con el pasar de los años, el tratamiento de la basura comenzó a ser cada vez más deficiente, lo que tuvo por resultado un progresivo aumento del malestar de la comunidad. Esto debido a que, los estudios de impacto ambiental elaborados en la etapa de planificación del proyecto vertedero, previeron erróneamente sus consecuencias. En un lapso de 5 a 8 años, el sector se deterioro lo que estaba previsto para 15, lo que no paso desapercibido para la población. Sin embargo, en el mismo lapso de tiempo, el servicio de salud de la araucania daba sello verde al vertedero, y las deficiencias (deficiencias en el camino de acceso al recinto y en cuanto a la falta de un tipo de maquinaria) encontradas en mayo del año 2000 aparecen como solucionadas en julio del mismo año.

La comunidad volvió a la acción, por motivo de la muerte de Aquiles Epul, un menor mapuche infectado con la bacteria asesina, la cual se habría contagiado en los alrededores del vertedero. La comunidad se unió a la comunidad de Quilako, de Purén, y a la comunidad de Ankúe de gorbea, las cuales también viven cerca de un vertedero. Estas enviaron primero una carta al alcalde de Temuco de la época, Rene Saffirio, exigiendo el cierre del vertedero, y la posterior toma de medidas para que se paleara la situación ambiental del sector, y presentaron un recurso de protección, las cuales, ambas, fueron rechazadas. De aquí en adelante, con el mismo petitorio, se llego a los mas altos niveles políticos, tanto nacionales, así como con algunas importantes organizaciones internacionales, sin obtener una respuesta positiva para la comunidad de parte del gobierno.

Las comunidades antes mencionadas, iniciaron diversas actividades con el fin de exigir a las autoridades el cierre de los basurales, pero ahora con el argumento de que estos se encontraban en tierras mapuches. A este nuevo capitulo del trabajo de las comunidades se unieron diputados y senadores de distintos partidos, destacando entre ellos el senador Alejandro Navarro. Fue en este año que las comunidades comenzaron a ver resultados, que se plasmaron en una primera reunión en la que se resolvió constituir una mesa de trabajo entre las comunidades mapuches y los servicios públicos (Servicio de Salud, Gobierno Regional, CONADI, Asociación de Municipalidades involucradas, CONAMA, Serplac), además de equipos profesionales asesores que fueron invitados por las propias comunidades. En esta instancia se concluyo que se haría una primera parte técnica con la visita a los vertederos cuestionados, y luego de las conclusiones, se realizaría una segunda reunión de negociación para determinar las medidas que se adoptarían para buscar una pronta solución. Sin embargo, el problema persistió, ya que luego de que esta mesa resolvió el cierre del vertedero, este siguió funcionando gracias a la implementación de nuevas tecnologías en el tratamiento de la basura. Pero había algo turbio, ya que la comunidad se llevo una sorpresa en diciembre del mismo año cuando el gobierno regional, a través de la COREMA (Comisión regional del medio ambiente) aprobó en el más absoluto hermetismo la ampliación del plazo del basural Boyeco sin informar a los afectados.

Cartas, protestas, firmas, recursos de protección continúan hasta hoy en la acción de la comunidad relativa al vertedero, optando siempre por su erradicación. Y nadie asume el control de la situación. Probablemente las razones del conflicto tienen que ver con las formas en que se plantea la planificación de la solución, siendo siempre desde arriba, y las participaciones de la comunidad en ese planeamiento no es más que simbólica. Los roles en aquellas mesas están definidos de antemano, y las partes dirigentes no pretenden erradicar el vertedero, así como la comunidad, siempre a través de sus representantes, no quiere ninguna otra solución. Así, el problema se plantea como descoordinación entre las partes constituyentes del conflicto, que consisten principalmente en que cada una actúa individualmente, sin ser capaz de mediar una solución. La clausura comunicacional de cada una de ellas a las opciones planteadas por su contraparte, genera descoordinaciones de procesamiento de información, que se traduce en el accionar errático de ambas en el camino a la solución final del conflicto.

Como hemos visto hasta aquí, las acciones en las que ha participado la comunidad del sector de Boyeco han tenido por única finalidad, a partir del año 2000, el cierre del vertedero. Dicha información ha sido recogida a través de análisis secundarios, principalmente comunicados obtenidos de Internet y de prensa. Sin embargo, en una entrevista realizada a los dirigentes de la comunidad territorial boyeco, en el año 2006, la información obtenida, relativa a la forma de afrontar el vertedero por parte de ellos, fue en parte distinta. En si, no es la comunidad del sector la que reacciona frente al vertedero, sino que son agrupaciones mapuches independientes, que asumen como propia la causa de la comunidad, hablando por ella, y luchando también por ella. La comunidad, desde el año 2001 que no participa directamente en dichas acciones. Hace más de un año que no se incluye en la agenda de ésta una protesta, una carta o cualquier tipo de reacción relativa al cierre del vertedero.

Cuando se les pregunto si apoyaban dicha causa, por supuesto que la apoyan, pero su visión es un poco más amplia, considerando también la idea de tecnificación del vertedero y de inversión en el sector, esencialmente. O sea, los que hablan por ellos exigen el cierre del vertedero en nombre de la comunidad, y no tranzan en su cometido, siendo que la comunidad si lo hace. Este es otro ejemplo de descoordinación, en la que no se considera lo que necesitan los afectados directos, por mucho que se maneje un discurso de que es lo mejor para ellos.

En la actualidad, el traslado del vertedero es lo que esta en el tapete, pero por lo que se ve también se trasladara con él el conflicto, sino se solucionan primero la clase de descoordinaciones de las que he venido hablando. Quizás en una gestión participativa, que englobe a los actores involucrados, principalmente en cuanto a la coordinación entre afectados directos y el resto de los actores involucrados en el conflicto, y en cuanto a la tecnificación del vertedero, se encuentre alguna solución. Esto debido a que, como dije, los involucrados están articulando agendas de trabajo de forma independiente, sin la creación de mesas de planificación participativas. Volveré con esto en la propuesta teórica.

Vertedero, Tecnología y Modernidad

La evaluación tecnológica es propia de la modernización. Esta tiende a politizarse para ser operativa, y se plantea la espinosa cuestión de si las democracias representativas existentes están preparadas para dar cabida a algún tipo específico de gestión participativa de la tecnología. En Chile prácticamente no existe este tipo de gestión tecnológica, ya que las decisiones al respecto se toman "desde arriba" sin incluir a los involucrados directos en los problemas que se pretenden solucionar con el avance tecnológico. Por ejemplo en Boyeco, como antes mencione, la tecnificación del vertedero ha sido muchas veces parte constituyente de las conversaciones de la comunidad con sus representantes. Sin embargo nunca han sido participantes directos de las opciones planteadas, o se les ha capacitado para que puedan decidir al respecto. Como se les dice que va a ser mejor para todos, es aceptado por la comunidad. Sin embargo, todavía no pasa nada.

Ahora, como se puede ver, los problemas teóricos y prácticos al respecto pueden parecer abrumadores. La estructuración cognitiva, de los sujetos involucrados, y la estructuración institucional hacen que el cambio tecnológico sea complicado, pero no imposible. Esto debido a que los cambios tecnológicos, como cualquier otro cambio, son difíciles de asimilar.

Ciertos estudios de casos históricos muestran que es posible en principio modificar las trayectorias tecnológicas mediante la acción concertada de diversos actores. Como se puede ver en la empiria, los proyectos de aprendizaje social deben considerarse como ámbitos en los que: se especifican las tecnologías a utilizar, se definen las necesidades sociales, y se ponen a prueba las representaciones de los usuarios. Estos proyectos requieren que se facilite toda la información a todos los participantes y si queremos que sean operativos, seguramente habrá que crear imaginativas instituciones no controladas por ningún grupo de poder o de presión, que tengan influencia real a la hora de configurar el control político sobre la tecnología, control político como gestión tecnológica.

La tecnología es, de hecho, un factor endógeno, que se adapta y se selecciona por los requerimientos y necesidades de la sociedad. La viabilidad de una tecnología no solo depende de factores económicos, sino también de los sociales, éticos y políticos. Por lo tanto, a la hora de desarrollar innovaciones tecnológicas en cuanto al tratamiento de la basura, aquellos que son directos afectados, deben tener un papel que jugar en el.

Es la coordinación, otra vez, entre los afectados directos y sus representantes la cual puede llevarnos a encontrar algún tipo de solución al conflicto, sin trasladar el problema a otro lado u obviar el problema, como lo han hecho últimamente los representantes políticos de la comunidad.

Propuesta Teórica

En lo que va del trabajo se ha hablado principalmente de la acción de la comunidad en torno al vertedero, y de las descoordinaciones a la hora de planificar soluciones entre los actores involucrados en el conflicto. Y es desde este marco que surgen los supuestos de este trabajo.

Aquí nos interesan principalmente dos puntos: los distintos ámbitos de acción en los que participa la comunidad, y la relación que existe entre la comunidad y sus distintos representantes sociales y políticos. Es desde ellos que es posible observar la situación en la que se encuentran los principales actores, sociales y políticos, del conflicto, así como también plantear una alternativa para su solución.

Así, el primer punto mencionado interesa para conocer la situación de la comunidad en la actualidad, principalmente en cuanto a las consecuencias que ha tenido para su calidad de vida la instauración del Vertedero Boyeco y como reaccionan ante ello. Dicha situación esta más o menos clara, ya que es común a la mayoría de las comunidades que tienen vertederos cerca. Sin embargo, de acuerdo a como la enfrenten en la actualidad se puede observar si el vertedero sigue siendo un problema, o el problema ahora son sus consecuencias. Es decir, la comunidad de Boyeco sigue actuando, de una u otra forma contra el vertedero. La pregunta es hasta qué punto lo han asumido, hasta qué punto sigue siendo la base de acción de la comunidad. Mi supuesto es que dicha comunidad, se ha ido adaptando a su "realidad", y en la actualidad, con su acción, buscan palear más las consecuencias de vivir cerca de un vertedero, que luchar por el cierre de este.

En directa relación con este primer supuesto se encuentra el segundo punto antes mencionado, relacionado con la relación entre la comunidad y sus representantes sociales y políticos. Estos han seguido trabajando para solucionar el problema de los habitantes de Boyeco, pero no ya con promesas relativas al cambio del vertedero, o no principalmente, sino a través de la entrega de distintos programas y proyectos relativos a palear las consecuencias antes nombradas (contaminación de agua, aire, tierra, microbasurales, fauna carroñera, etc.). Es a través de estos proyectos que la comunidad sigue actuando contra el vertedero, ahora en la forma de la urbanización del sector, de formas de cultivo alternativas, de uso de fertilizantes y abonos constantes, entre otras.

La situación que se plantea puede vislumbrar una alternativa para su solución buscando algún punto de coordinación entre los actores involucrados en el problema, y creo que dicho punto puede encontrarse en la gestión participativa, a través de lo que Wilke llama Sistemas de Deliberación. Este concepto será utilizado para proponer dicha alternativa. Además, para la observación de la descoordinación de la que he hablado a lo largo del trabajo, se ocupara a Le-Bert y su Principio de Asimilación.

Le-Bert y El Principio de Asimilación

Para desarrollar las ideas que se han presentado hasta el momento encuentro que una excelente base desde la cual partir seria la hipótesis general de Juan Le-Bert en su trabajo titulado "Discursos Ambientales: Premisas Teóricas para el Dialogo en torno al Ambiente". En él, el autor plantea la idea de que los conflictos ambientales se intensifican cuando existen descoordinaciones entre los involucrados. Nos dice que "se establecen condiciones de agudización de los conflictos ambientales desde el punto de vista de la comunicación social, si los entornos delineados por los sistemas que ejercen mayor presión sobre el ambiente no son susceptibles de asimilar información proveniente de los otros sistemas o agentes participantes, directa o indirectamente afectados por los conflictos ambientales previamente tipificados".

De acuerdo a esta hipótesis general, una idea que surge de las observaciones realizadas en el sector es el hecho que si existe una descoordinación entre los actores involucrados en la realidad el vertedero Boyeco. Como hemos visto, las agrupaciones y organizaciones que solidarizan con la situación de la comunidad de Boyeco piden su cierre inmediato y las medidas necesarias para compensar el daño que se ha hecho a la tierra y a la comunidad. Por otro lado, el cierre definitivo de Boyeco, de un momento a otro, no es factible para el gobierno regional, y los plazos alternativos que plantea este para su cierre no satisfacen a quines realizan las peticiones. En estas dos posturas que existe una descoordinación, que se refiere principalmente a las acciones a corto plazo que debería realizar una de las partes (gobierno regional) para satisfacer a la otra (representantes sociales de la comunidad).

Sin embargo, existe otra descoordinación, la que involucra las necesidades de la comunidad, los afectados directos por el vertedero, y que actúan paralelamente a este conflicto suscitado entre el gobierno y las instituciones, agrupaciones y organizaciones que hablan por las comunidades mapuches en general. Estos últimos apelan a derechos políticos instaurados en la constitución del estado, y no dejan de tener razón, pero la comunidad que vive en el sector no puede vivir esperando soluciones que involucran cambios profundos, y el gobierno no puede satisfacer la demanda de estos a corto plazo, por el simple hecho de que es ilusorio que una instalación como un vertedero se cierre en 30 días y se reinstale en otro sector. Además, dicha reinstalación no soluciona el problema, ya que lo más probable es que se traslade también este, debido a que las descoordinaciones van a continuar.

Esta clase de descoordinaciones creo que han sido las causantes de tantas irregularidades y de tantos discursos que no se han concretado en propuestas reales para la solución del problema de la comunidad. Por ejemplo, hace menos de un mes que el Municipio de Temuco presentó un estudio de impacto ambiental en la CONAMA para trasladar el vertedero de la comuna a un terreno emplazado a 14 kilómetros hacia el norte de la comuna, aledaño a las localidades de Lautaro y Galvarino, en una superficie boscosa de 64 hectáreas, cedido por la Forestal Mininco. Pero esto tuvo distintas repercusiones: por un lado, entre los pobladores del sector Boyeco hay dos posturas, la de aquellos que viven del vertedero y los que no. Los últimos están satisfechos con la medida, sin embargo los primeros perderán su actividad productiva, lo que no deja de ser significante si consideramos que son gente que vive en los niveles socioeconómicos mas bajos; por otro lado, 14 días después de que el alcalde presentara dicho estudio, satisfaciendo así a todos aquellos que lucharon todos estos años por el cierre de Boyeco, el consejo de defensa del estado, que vendría a hablar por el gobierno central, presento una demanda al municipio por los perjuicios ambientales ocurridos en el sector del vertedero. Es decir, hace 8 años que la pelea por su cierre se ha llevado hasta la misma Moneda, y una vez que se toman las medidas necesarias para llegar a una solución, a nivel regional, interviene el gobierno central, y con su intervención retrasa el inminente traslado del Vertedero. No es que la demanda no sea valida, al contrario, pero con dicha situación se ejemplifican muy bien las descoordinaciones presentes en Boyeco.

En el texto de Le-bert se citan los modelos del inconciente de Lefebvre, que dan cuenta de la distancia entre los discursos ideológicos que dejan de tener relación con el nivel de la experiencia o de realidad vivida por el sujeto. Este autor presenta dos formas en las que se presenta dicha contradicción: Por una parte presenta las contradicciones que son asimilables, o que parecen tales, en y por la representación, y aquellas que no. De acuerdo a este planteamiento, en Lefebvre se encuentra una polaridad entre los sistemas de representación y la realidad, realidad que "para Lefebvre puede entenderse como la relación entre… sistemas representacionales y entornos sociales en los que se sitúan tales sistemas". Esta idea se relaciona con el escenario en que esta ubicada la comunidad, como directos afectados del vertedero. La comunidad vendría a ser los "asimiladores" y el gobierno regional y los representantes de las comunidades indígenas serian quienes producen las nuevas representaciones que la comunidad asimila.. Ahora, ambas sistemas de representación presentan una forma distinta para solucionar el problema.

Al no participar activamente en ninguno de los planes de solución del problema, la comunidad de boyeco, los directos afectados por el problema, han tomado como asimilables las contradicciones que les presentan sus representantes, y por ende, con las nuevas imágenes que han sido planteadas, tanto por dichos representantes, como por los representantes políticos, ya no actúan contra la base del problema, que vendría a ser el vertedero, sino que contra cada una de las consecuencias que ha tenido para la comunidad su instalación. Así, cada una de ellas se ha constituido en una necesidad que hay que satisfacer. Con esto tenemos que en vez de seguir a sus representantes sociales en el petitorio por el cierre, necesitan agua potable a cambio del agua contaminada, piden inversión para la urbanización, es decir, buscan la mejora en su calidad de vida como prioridad, mas que la erradicación del vertedero.

Un buen ejemplo son las temáticas que tratan en los proyectos que presentan, que tienen que ver principalmente con la satisfacción de las necesidades producidas por las consecuencias del vertedero.

Otro ejemplo, respecto a la idea de asimilación, es el cambio de actividad productiva en la comunidad,. Algunas personas que viven en los alrededores del vertedero se han volcado al trabajo en él, siendo que antes su subsistencia se basaba principalmente en la actividad agrícola. De ellos unos trabajan para la empresa, mientras que otros, realizan una especie de pseudo reciclaje, en condiciones rusticas, generalmente utilizando herramientas construidas por ellos mismos, y sin ningún tipo de protección contra el bombardeo infeccioso que significa caminar entre la basura. Esto evidencia que en parte de la comunidad la idea del vertedero ya no es tan mala, o podría ser peor, porque a pesar de todos los perjuicios que ha traído al ambiente, ahora tienen un ingreso gracias a el. Otro punto que marca esta idea tiene que ver con la pobreza de los individuos del sector. Cuando eran agricultores eran de los pequeños, y cuando la tierra murió, y para trabajarla había que resucitarla, muchos optaron por otras posibilidades de mantener a la familia. La migración a la ciudad fue más marcada que en cualquier comunidad rural que no tenga ninguna relación con un vertedero.

De lo antes mencionado se desprende la idea que esta clase de asimilaciones son las que generan las descoordinaciones entre los actores involucrados en el conflicto, agudizándolo, en vez de avanzar en su solución. Gracias a las descoordinaciones están donde están. Descoordinaciones entre ellos y sus representantes sociales, entre ellos y sus representantes políticos, y entre ambos tipos de representantes. Y todas ellas relacionadas con un problema en particular, el vertedero Boyeco. Por ende, hay que terminar con ellas, y es desde hay que surge la idea de gestión participativa, como opción de solución.

Gestión Participativa

Como se dijo en los apartados anteriores, la comunidad vive en la asimilación de las nuevas imágenes presentadas por los sistemas de representación. Dichos sistemas se asocian a sistemas de creencias y a maneras de representación de los sujetos, por los que si se produce una transformación radical o una crisis de tales sistemas, esta trae consigo la crisis total del sujeto. Con esta idea, la adecuación de tales sistemas representacionales a la situación social o realidad es lo más importante para mantener la estabilidad de los mismos sistemas. Esa estabilidad se consigue permitiendo el flujo de significación de la información y comunicación entre los sistemas/actores del conflicto, es decir, gobierno regional, representantes sociales, y comunidad. De no conseguirse, los sistemas se enfocan en mantener su coherencia interna, y no dejan pasar información acerca de la complejidad social, por lo que no la reducen.

Probablemente, en las mesas de dialogo en las que se ha tratado de solucionar la situación de Boyeco, el panorama haya sido como el antes planteado. Todos los integrantes de dichas mesas están enclaustrados en sus propias propuestas. Ninguno esta dispuesto a ceder parte de sus petitorios, por lo que el bien común se disuelve en el "enfrentamiento" de las partes. No son capaces de asimilar información de los otros sistemas involucrados.

Una alternativa a este problema son los sistemas de deliberación. Estos se constituyen en acciones concertadas, comisiones, mesas redondas, asociaciones de naturaleza diversa, que son descritas como las instancias que superan y reemplazan las prácticas de un Estado expansivo. Estos ya se realizan en la búsqueda de solución del problema de Boyeco, pero su estabilidad se ve constantemente comprometida, o no se logra, y creo que es lo primordial para que lleguen a funcionar realmente.

Wilke dice que la estabilidad de los sistemas de deliberación se logra "cuando existen reglas capaces de aportar a la definición de compromisos aceptables. Esas reglas pueden estar orientadas a intercambios puros, a formas de reciprocidad o a una distribución justa de los costos y beneficios de una decisión colectiva (o de una determinada solución). En cada caso se requiere, ante todo, de una limitación voluntaria de la libertad de acción de cada participante, a fin de que los intereses seguramente divergentes de otros participantes, así como las consecuencias de las propias acciones, sean tomadas en cuenta Pero aún hay algo más en juego. Ahí donde un número limitado de actores corporativos en un área determinada —un sector político, económico o un área tecnológica— se han adaptado tranquilamente al cumplimiento de las reglas que limitan las acciones egoístas o arbitrarias, puede desarrollarse un modelo de identidades organizativas, competencias y esferas de interés mutuamente aceptado". Considero que en el caso que nos compete, el problema se encuentra en el hecho de que ninguna de las partes limita voluntariamente sus libertades de acción en búsqueda del bien común, y por ende las agendas individuales de las partes son la meta, y cada una de ellas busca el bien común. Un bien común con dos visiones. Creo, también, que esto ocurre por un tema de confianza y validez hacia los entes políticos, como veremos a continuación..

El mismo autor, hablando desde los estudios empíricos de Wayntz y Scharpf, nos dice que se han establecido en la esfera política distintas formas de redes de políticas públicas, cuya innovación fundamental consiste en lograr procesos de acuerdo y coordinación entre actores tradicionalmente competitivos o indiferentes entre sí. Todos los involucrados en la acción política tienen en común la búsqueda del orden, o la necesidad del control de su propensión al caos. En tanto se presenten condiciones favorables (para las cuales existe a menudo la percepción de una competencia externa amenazante) y toda vez que este tipo de "coordinación negativa" apunte a una limitación de posibles daños, se probabiliza también el desarrollo de una "coordinación positiva" de los actores vinculados en una red de políticas públicas. Esta idea suena poco probable en la praxis, ya que se necesitan establecer relaciones de confianza, autocompromiso, atención a intereses ajenos y una perspectiva por lo menos de mediano plazo, lo que precisamente constituye una excepción en la praxis de la política.

La generación de estos tipos de relaciones se realizaría si ambas partes fueran capaces de autolimitar sus libertades de acción, como dije antes, en vista a ese bien común. Una vez que se logre establecer, las descoordinaciones entre sistemas se reducirían, produciendo que los problemas ambientales no se agudizaran a la hora de plantearse la idea de su solución, como es el caso de Boyeco, que ahora que esta prácticamente listo su traslado, recién se han dado cuenta, si es que, que no esta solucionado y el vertedero se lleva el problema de equipaje.

Yo creo que la mejor opción para la solución del problema consiste en establecer una mesa de dialogo, en la que los temas a tratar sean relativos a la inversión en tecnología de tratamiento de la basura, y en la instauración de una planta de reciclaje en el mismo lugar en el que se emplace el vertedero. La comunidad plantee sus mas fuertes preocupaciones respecto al ambiente y a la calidad de vida, en cuanto a como les va a afectar el vertedero. Y que se le plantee un plan de accion acorde con sus preocupaciones. No que se les compre, ni se les traslade, excepto que sea eso lo que quieran, lo cual es dificil dada la relacion del mapuche con la tierra.

Con esto, se aseguraría un medioambiente contaminado solo en el recinto del vertedero, con el complemento de la planta de reciclaje, la cual reduciría la cantidad de basura por compactar. Esto ¿Por qué?, pues debido a que en este caso el problema es el tratamiento que se le da y que se le ha dado a la basura, a lo largo de la historia del vertedero, y es por dicha razón que se expandió tanto la contaminación del sector. Es ese mismo mal tratamiento, y deficiencias en los ámbitos de acceso y seguridad lo que ha contribuido a que la situación de Boyeco este cada vez mas caótica.

Ademas, la instauracion de una planta de reciclaje, institucionalizaria el trabajo que hacen los llamados "hombres pirañas", que son los recolectores de basura de los que hable en apartados anteriores. Ellos trabajan sin ningun tipo de seguridad, y si trabajaran para la planta, podrian otorgar su experiencia, pero esta vez de una forma que no atente contra su propia seguridad.

Para realizarlo se necesita inversion y una campaña informativa que no ofenda a los involucrados con mentiras. Hablar claramente que el terreno donde se ubique el vertedero se va a contaminar, pero asegurar que los alrededores no. Y demostrarlo con la accion del mismo vertedero, con una administracion responsable, que se haga cargo de verdad del vertedero, con una alcaldia y un servicio de salud y CONAMA fiscalizando constantemente, ojala una vez por semana, el funcionamiento del vertedero. Con estas medidas se generarian esos lazos de confianza tan necesarios en la actualidad.

Conclusiones

La urgencia de medidas en torno a la temática revisada es latente, y no acorde con su emergencia. Es a través de acciones conjuntas para satisfacer las necesidades de los individuos, variable clave que muchas veces es supeditada a otras clases de intereses, que se podría vislumbrar algún tipo de solución que salga del esquema paleativo; conjuntas entre las personas y los políticos, entre los necesitados, que somos todos, y quienes deben hacerse cargo de satisfacer dichas necesidades.

El ambiente esta cada vez mas deteriorado, y si en este ámbito particular no se empieza a trabajar desde adentro a afuera, de arriba a abajo, en otras palabras, de todas las formas posibles, siempre apelando a la inclusión de todos los involucrados, trabajando focalizadamente, su futuro no es muy prometedor. La valentía necesaria para innovar en este ámbito se marca ya no solo en escenarios como el presentado, sino a nivel de la vida cotidiana, por lo que su importancia no puede continuar desplazándose.

Bibliografía

  • 1 "Discursos Ambientales: Premisas Teóricas para el Dialogo en torno al Ambiente". Juan Le-Bert

  • 2 "La Transformación de la Democracia como Modelo de Orientación de Las Sociedades Complejas". Helmut Wilke.

  • 4 Historial del Conflicto basurales en Tierra Mapuche – Racismo Socioambiental: de 2000 al 2007. Ubicado en: http://www.mapuexpress.net/

 

 

 

 

Autor:

Juan Eduardo Herrera Poza

Partes: 1, 2
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