Muchos filósofos se alejan de reflexionar acerca de la muerte porque los confunde, otros porque los hacen sentir impotentes, y nosotros los médicos, porque nos entrenamos para aliviar y sanar, y no para admitir derrota o para asistir a morir como Jack Kevorkian se ha empecinado en hacer con sus métodos de eutanasia asistida. FEFL en Elisabeth Kübler-Ross: La mujer que exorcizó de entre los seres humanos la sombra de la muerteLeer más: http://www.monografias.com/trabajos79/elisabeth-kubler-ross-exorcizo-muerte/elisabeth-kubler-ross-exorcizo-muerte#ixzz3Jsi0QhP2
Cerraron sus ojos que aún tenía abiertos, taparon su cara con un blanco lienzo, y unos sollozando, otros en silencio, de la triste alcoba todos se salieron. Rima LXXIII Gustavo Adolfo Bécquer.
Todos sabemos que el propósito de hacerse médico no es asistir al moribundo, sino curar al enfermo y, que, lanza en ristre, debemos enfrentar y vencer el enemigo de la vida: La muerte misma. Ya que no es airoso ni valeroso rendirse frente al adversario que — por lo menos, para los miembros de la Hermandad de Esculapio — la muerte representa y no como los genéticos la conciben, simplemente como proceso evolutivo inevitable que concluye el ciclo de la vida, siendo parte integral e inevitable del proceso de la misma.
En su extraordinario volumen premiado con el Premio Pulitzer, The Emperor of all Maladies: A biography of Cancer (Scribner), Siddharta Mukherjee, describe las vicisitudes de pacientes de todas las edades que confrontan las tragedias que acompañan en silencio a quienes contemplan la llegada del desenlace de una enfermedad terminal sin poder hacer nada para escapar su destino.
Muchos libros existen que nos iluminan este sendero y muchos filósofos de toda persuasión que nos asisten en esta labor que, algunos médicos evaden, por temor a confrontarla.
Quizás los mejores tratados al respecto toman forma de novelas o de meditaciones abstractas. Aquí creemos que citar Cancer Ward (Farrar, Straus, Giroux) por Alexander Solzhenitsin y The Cancer Chronicles: Unlocking Medicine"s Deepest Mystery (Vintage) por George Johnson van muy lejos en asistirnos al respecto.
Pero nuestro propósito al emprender esta lección no es producir otro artículo que dramatiza lo que otros ya hicieran — haciéndolo bien — sino cumplir con el objetivo de analizar una obra celebrada acerca de la muerte, las reflexiones que derivan del estado de mente de quien la escribiera y analizando la naturaleza del cuadro clínico, determinar cuál sería la causa más probable de la muerte de Iván Ilyich.
Primero, organicémonos, ¿quién fue (como si, casi todos no lo supieran) el autor de la misma?
Leo (Lev) Tolstoi
Nombre completo: Lev Nikoláievich Tolstói Lugar de nacimiento: Yasnaia Poliana, Rusia Fecha de nacimiento: 9 de septiembre de 1828 Murió: 20 de noviembre de 1910 en Astápovo, en la actualidad Lev Tolstói, provincia de Lípetsk Géneros literarios: Novelas Libros más destacados: Ana Karenina, Guerra y Paz La muerte de Iván Ilyich |
Fue hijo de un noble propietario y de una acaudalada princesa, María Volkonski. Tolstoi viviría siempre dividido entre esos dos espacios simbólicos que son la gran urbe y el campo, pues si el primero representaba para él el deleite, el derroche y el lujo de quienes ambicionaban brillar en sociedad, el segundo, por el que sintió devoción, era el lugar del laborioso alumbramiento de sus preclaros sueños literarios.
Quedó huérfano muy joven y pasó a vivir luego con dos tías. En 1843 ingresó en la Facultad de letras de la Universidad de Kazán, pero terminó por abandonar la carrera para cursar Derecho. En sus años de universidad obtuvo buenos resultados, probablemente gracias a que sus examinadores atendieran al alto rango de su familia ya que el joven Tolstoi se entregaba con mucha facilidad a la ociosidad, según cuenta en su obra Adolescencia.
Allí conoció los escritos del filósofo francés Jean Jacques Rousseau, que tanta influencia ejercería sobre él. Decepcionado por la enseñanza oficial, abandonó sus estudios en 1847. Después de un breve y fútil intento por mejorar las condiciones de vida de los siervos de sus tierras, se metió de lleno en la disipada vida de la alta sociedad aristocrática moscovita, a la que en sus diarios prometió cándidamente reformar.
Tolstoi regresó a San Petersburgo en 1856. Posteriormente realizaría una serie de viajes por el extranjero (en 1857 y 1861), durante los cuales visitaría escuelas alemanas y francesas para, más tarde, abrir en Yásnaia Poliana una escuela para niños campesinos en la que aplicó sus métodos educativos, que anticipaban la educación progresista moderna. En 1862 se casó con Sonia Andréievna Bers, miembro de una culta familia de Moscú. Durante los siguientes quince años formó una extensa familia, administró con éxito sus propiedades y escribió sus dos novelas principales, Guerra y paz (1863-1869) y Ana Karénina (1873-1877).
A los 82 años, y cada vez más atormentado por la disparidad entre sus criterios morales y su riqueza material, y por las continuas disputas con su mujer, que se oponía a deshacerse de sus posesiones, el 10 de noviembre de 1910, con un pequeño baúl en el que metió su ropa blanca y unos pocos libros, Tolstoi, acompañado por su médico y la menor de sus hijas, se marcha de casa a escondidas en medio de la noche.
Durante algunos días nada se supo de ellos, pero el 14 Tolstoi fue víctima de un grave ataque pulmonar que lo obligó a detenerse y a buscar refugio en la casa del jefe de estación de Astapovo, donde recibió los cuidados solícitos de la familia de éste. Sofía llegó antes de que falleciera, pero no quiso turbar la paz del moribundo y no entró en la alcoba hasta después del final.
(Seguir leyendo:
http://www.elresumen.com/biografias/leon_tolstoi.htm).
La muerte de Iván Ilyich
Iván Ilyich y su muerte es una obra que el famoso autor escribe en medio de su propia lucha con la realidad percibida de la muerte.
No extraño a la muerte de seres queridos, y, desencantado por el contraste entre los éxitos obtenidos en su carrera literaria, Tolstoi se sume en la tristeza y el desconsuelo que resultan cuando confronta en su vida verdades que le son amargas y duras de aceptar.
Ilyich tiene cuarenta y cinco años de edad, un magistrado de poca importancia cuya vida se revuelve alrededor de asuntos de estado social en una sociedad de individuos mediocres durante las eras postrimeras de la Rusia zarista.
El enfermo imaginario de Molière
Un día se cae de una escalera de pie y desarrolla un dolor en el costado izquierdo. Dolor, que, en lugar de disminuir, continuamente empeora, rindiéndolo incapaz de trabajar.
Anteriormente una persona inteligente, culta, vivaz de buena disposición natural Ilyich se transforma en un hombre deprimido y debilitado.
Amigos y colegas lo evitan.
Su esposa llama una serie de médicos que son cada vez más famosos y caros.
Ninguno puede llegar a un diagnóstico, y los remedios que le recetan no dan resultados.
Para el desafortunado magistrado, todo es una tortura indescifrable, mientras hierve en ciega furia a su situación.
Lo que más atormentara a Ilyich, de acuerdo a Henri Troyat, el biógrafo oficial de Tolstoi, era "la decepción, la mentira, que todos parecieran aceptar, de que él no estaba muriendo, sino que estaba simplemente enfermo y que, todo lo que necesitara era permanecer tranquilo, siguiendo su tratamiento para que todo resultara bien".
Iván Ilyich tiene destellos de esperanza de que tal vez todo resultará bien, pero a medida que continúa sintiéndose más débil y más emaciado, entiende lo que le sucede. Viviendo en angustia creciente y miedo de morir.
Pero la muerte es algo que sus médicos y su familia no pueden admitir como posibilidad remota.
Ésta se convierte en la causa de su dolor más profundo.
"""Nadie le tuvo pena en la manera que él deseaba", escribe Tolstoi. "En ciertas ocasiones, luego de sufrimientos prolongados, él deseaba más que nada que alguien le tuviera lástima y que lo consolara en la manera en la que un niño enfermo lo es. Ansiaba ser acariciado y confortado.
Reconocía que era un funcionario importante, que lucía una barba canosa, y que lo que anhelaba era absurdo, pero que lo deseaba de todas maneras".
A medida que su condición empeoraba y que su comportamiento en las cortes se volvería más errático y descuidado todos — incluyéndose a sí mismo — daban muestras de preocupación genuina. Lo que disminuía su auto estima.
La situación con una esposa irritable y dos hijos ignorantes hacía de su existencia una miseria intolerable.
Pausa
Una vez, durante la terapia de un joven llamado Robbie, yo le prometí que haría un examen de esta obra de Tolstoi y que trataría de determinar el misterio de la causa de la muerte de Iván Ilyich.
He aquí mis conclusiones, de acuerdo a la somera historia que Tolstoi y los médicos ofrecen en la novela.
Caída brusca
Golpe en el costado izquierdo de la pared abdominal
Síntomas crecientes de deterioro físico de naturalezas vagas, sugestivos de un riñón despegado o de trastornos del colon
Debilidad progresiva
Muerte.
A continuación ofrecemos una sinopsis de esta condición accidental:
Rotura de bazo
El bazo es un órgano situado dentro del abdomen, en su lado izquierdo, y en contacto con el páncreas, el diafragma y el riñón izquierdo. Tiene forma alargada, siendo sus medidas aproximadas 14 cm de longitud, 10 cm de ancho y unos 4 cm de grosor; su peso es de unos 200 gramos.
Forma parte del sistema linfático y su función es la de mantener una reserva de sangre. Su función principal en una persona es la de madurar los glóbulos rojos de la sangre, así como destruir los glóbulos rojos viejos o los anómalos. En el bazo también se producen anticuerpos y ayuda a destruir bacterias.
¿Cómo se produce una rotura de bazo?
El abdomen, en cuyo interior se encuentra el bazo, no tiene una protección ósea, como ocurre en el tórax, el cuál tiene la parrilla ósea costal que protege a sus órganos internos.
Ante un traumatismo abdominal se puede producir una rotura del bazo, sin que exista una herida abierta en la piel del abdomen; la causa más frecuente de los traumatismos abdominales son los accidentes de tráfico.
Al romperse el bazo, se produce un sangrado de este órgano, con la consiguiente hemorragia interna. En algunas ocasiones, en el momento del traumatismo puede no ocurrir una rotura completa del bazo, si no una laceración o una rotura pequeña, que produzca un pequeño sangrado.
Hay otras causas de rotura de bazo que no sea el traumatismo; esto puede ocurrir en enfermedades que produzcan una inflamación importante del bazo, de manera que se rompa la membrana que rodea al bazo, y por consiguiente aparece su hemorragia. Una de las enfermedades que puede inflamar el bazo es la mononucleosis infecciosa.
¿Qué síntomas se dan en la rotura de bazo?
Al romperse el bazo, se produce una hemorragia dentro del abdomen, es decir, dentro de una cavidad cerrada, por lo que el paciente tendrá dolor abdominal; el abdomen se palpará endurecido y con dolor en su parte izquierda. Si el sangrado es importante, puede aparecer signos de pérdida severa de sangre, como por ejemplo el mareo, la sudoración fría, la disminución del nivel de conciencia; en los casos más graves, puede ser mortal.
(Leer más:
http://www.mapfre.es/salud/es/cinformativo/rotura-bazo).
En seguida ilustramos la manera cómo otros confrontan su destino frente a la llegada, siempre inoportuna de Tánatos.
Danza macabra
El caso de Ignaz
El joven especialista en el mercadeo de instrumentos quirúrgicos no había disfrutado de mucho éxito en su primer matrimonio, el cual terminara cuando la esposa escapó para tener una relación romántica y fugaz con la dama de honor de su boda, y esposa de su mejor amigo.
Cuando el drama desagradable del divorcio concluyera, Ignaz quedaría en el borde de la bancarrota financiera.
Repetía con amargura, "Shakespeare tenía razón cuando expresara (VI II): La primera cosa que hacemos es matar todos los abogados".
Ignaz cumplía 48 años cuando conoció a Melba, quien era soltera, vicepresidenta de un banco mayor y quien le aventajara en edad por seis años.
El de ellos fue romance de enamorados felices (por descripción propia). Gozaron de viajar, lo que a ambos le atrajera, de cocinar juntos y de deportes acuáticos, de nieve y de hielo.
Adquirieron una cabina cerca de un lago cercano al lugar donde vivieran, donde pasaban los fines de semanas dedicados a estar juntos.
Por decisión mutua no tuvieron hijos. Algo que al fin de la jornada fue una genuina bienaventuranza.
"En lugar, adoptaríamos tres gatos", como Melba (voluntaria dedicada a la Sociedad Protectora de Animales) admitiera.
El drama que, negativamente afectaría la vida de los jóvenes esposos, haría sus indicaciones, cuando Ignaz viajara a Wisconsin en una misión rutinaria.
"
El abogado "defensor" por Honoré Daumier
Dejemos que Ignaz sea el cronista de sus días finales
"Un día comencé a notar que los utensilios, cuando comía, se me escapaban de la mano". "Que me era difícil cortar la carne y que estaba sin coordinación".
"Traté de resolverlo por mí mismo, sin poder lograrlo".
"Mi madre me dijo que no existían trastornos de ese tipo en nuestras familias".
"¿Qué será? Me preguntaba".
"Luego de muchas pruebas y análisis de laboratorio, los médicos, finalmente me dieron su veredicto, haciéndolo en forma directa, como si no quisieran tener nada que ver conmigo": "Ignaz, tú sufres de la esclerosis lateral amiotrófica y te quedan escasamente, 2 ó tres años de vida".
"Lo que te queda de vida, va a ser miserable y doloroso". "Indicando que, además, los facultativos, harían todo lo necesario para que lo que, de vida me restara, fuera tolerable para mí y para mi esposa".
"Lo que significara en la espantosa realidad de que yo sería hombre joven e inválido antes de confrontar mi muerte prematura".
¡Mierda! "Y, ¡al infierno con Dios! Me dije a mí mismo…"
"La muerte, es lo último que yo espero en la vida, dijo Benjamín Franklin". "Y, para Melba y para mí, era muy temprano tener que confrontarla y, mucho menos, tener que resignarnos a aceptarla".
"¡Yo no voy a morir!" "me repetía a solas, sabiendo que iba a morir, y muy pronto".
"Melba y yo decidimos aprovechar la contingencia afortunada de que mi empleo garantizaba mi posición hasta la muerte, para decidir que yo viajaría (solo o acompañado por ella o por amigos) a visitar todos los lugares que hubiese deseado ver y que nunca viera durante el transcurso de mi existencia, ahora en su fase terminal".
"Así me lancé en un programa febril de viajes por todas partes".
"Siempre pensando: ¿Cómo será todo cuando muera?"
"Mientras esto transcurría, la enfermedad progresaba de manera inexorable".
"Nuestra casa se transformó en una unidad para el inválido. Escaleras especiales, sistemas de alarmas para emergencias imprevistas y gastos inmensos para hacer de mi vida algo tolerable".
"A pesar del tumulto, los gatos eran pacientes".
"El amor y la fidelidad mutua de que gozáramos nos darían a mí y a mi esposa la fortaleza para sortear nuestros amargos sentimientos dentro de esta conmoción emocional".
"Gozamos del soporte de mi único hermano, a quien el segundo esposo de mi madre, conmigo adoptara, luego de la muerte prematura de nuestro padre en un accidente de caza, lo que sucediera cuando éramos muy jóvenes".
"Los dos años sucesivos fueron testigos de mi deterioro físico y emocional, cuando fuera incapaz de moverme, de hablar, de respirar, de tragar y de alimentarme normalmente".
"Entonces fue cuando decidiéramos que mi muerte por eutanasia sería el único desenlace final promisorio de alguna dignidad, por ello la optamos".
"Decidimos que moriría — rodeado de Melba, nuestros gatos y seres queridos — al terminar las celebraciones pascuales del año, hambreándome hasta el final, sin que estuviera consciente".
Y, así fue.
"Hoy solamente permanecen las memorias que sobreviven en quienes, hasta el final me acompañaran y me amaran".
Poder morir con dignidad y pundonor
En resumen
En esta lección hemos explorado el proceso de una enfermedad sin explicación y un proceso de deterioro de salud que culmina en una muerte resistida por un paciente víctima de un rechazo afectivo y social, tanto por parte de sus médicos y por parte de sus familiares hastiados de la carga que éste les impusiera.
En otras ocasiones hemos hablado de la muerte asistida y de sus complicaciones morales, psicológicas y sociales.
No existe consenso acerca de la misma y, por lo tanto, nuestra posición queda abierta hasta que lleguemos a un entendimiento mejor de la misma. (Leer más:
http://www.monografias.com/trabajos101/teorias-erik-h-erikson-y-sus-aplicaciones-terapia-octava-etapa/teorias-erik-h-erikson-y-sus-aplicaciones-terapia-octava-etapa).
Mientras tanto creo haber establecido la causa posible de muerte para Iván Ilyich como prometiera a Robbin y de haber iniciado a otros en la obra literaria del genio de Lev Tolstoi.
Fin de la lección.
Bibliografía
Larocca, FEF: Elisabeth Kübler-Ross: La mujer que exorcizó de entre los seres humanos la sombra de la muerte en monografías.com, academiaedu.com y researchgate.net
Larocca, FEF: Las teorías de Erik H. Erikson y sus aplicaciones en la terapia: La Octava Etapa en monografías.com, academiaedu.com y researchgate.net
Larocca, FEF: (2007) La Obesidad: Indefensión ¿Aprendida o Innata? en monografías.com, academiaedu.com y researchgate.net
Larocca, FEF: (2007) La vejez y el sexo en monografías.com, academiaedu.com y researchgate.net
Larocca, FEF: (2007) Depresión en niños y adolescentes en monografías.com, academiaedu.com y researchgate.net
Larocca, FEF: (2007) Adolescencia: Quo vadis? en monografías.com, academiaedu.com y researchgate.net
Larocca, FEF: (2008) La serendipia revisitada en monografías.com, academiaedu.com y researchgate.net
Larocca, FEF: (2008) La neurobiología de la psicoterapia en monografías.com, academiaedu.com y researchgate.net
Ridley, M: (2000) Genome: The autobiography of a species in 23 chapters (Harper Perennial)
Tolstoi, L: (1981) The death of Ivan Ilyich (Bantam Classic)
Además, extensivos enlaces (links), bibliografía adicional y referencias de contribuciones a este tema y otros temas mencionados por este mismo autor, pueden obtenerse en los siguientes portales:
Academia.Edu
ResearchGate.net y
Monografías.com
Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca