- Adónde conduce la ausencia de límites para la juventud
- La "rebelión de las moscas" llega a los noticieros locales
- Los Niños sin límites señalados: Un nuevo orden social como propósito de esta lección
- Entra, como siempre, la entropía…
- En resumen
- La moraleja
- Bibliografía
"En teoría, tanto como en la práctica, sería espurio esperar que los seres humanos estarían dispuestos a sacrificar el Placer inmediato, si este sacrificio no fuese debido a alguna razón de orden ético superior. He aquí donde se pueden encontrar los motivos para explicar el hecho aparente, de que en toda sociedad o grupo humano, existen principios sagrados y "leyes naturales", que tienen como propósito delinear los derechos y los deberes de todo miembro de cada agrupación." FEFL en La Ley Natural y los Principios Básicos de Nuestras Actividades Mentales, Lógicas y Emotivas.
El ser humano, individuo dotado con la capacidad de abstracción, e imbuido con un sentido filosófico/ético/moral, durante el curso de su desarrollo, requiere, que desde muy temprano, se le inculque el respeto de los límites que la vida en sociedad le impondrá.
La ley de la calle…
Elefantes, simios, y otras especies animales enseñan a sus retoños reglas de conducta por las que deben vivir.
Los mismos niños, se ha establecido científicamente, que desde los primeros años de sus vidas aplican los principios de lo justo y lo injusto de manera instintiva.
En esas premisas restan las bases de la Ley Natural. Ley que muchos jueces, conocidos, desconocen.
Pero, muy a menudo, algunos de entre nosotros — quienes tienen el deber de enseñar al joven con los ejemplos propios — optan por adoptar los principios de A. S. Neill, fundador de la controvertida Escuela (británica) Summerhill que, en lo siguiente, se resume como: laissez-faire para todos.
Adónde conduce la ausencia de límites para la juventud
Para nuestros propósitos, recurriremos al beneficio provisto por el relato de un evento de la vida real que ocurrió hace algunos años.
El lugar, el Youth Center of S. L. State Hospital.
El paciente, Donald, ("Don") había asumido el rol de fungir como protagonista principal de un estruendoso motín.
La situación era caótica.
Don y sus compinches habían sellado con barricadas una nave del edificio de la sección para adolescentes agresivos, tomando como rehenes varias enfermeras— a quienes amenazaban con hacer daño — si sus demandas por prerrogativas, en adición a las recientes concedidas por el Dr. A. P., no se cumplían.
El matón
El Dr. A. P. director del Youth Center, era médico de ascendencia persa y miembro de la Fe Baha"i.
Persona joven y liberal que profesaba un desdén altanero por todo lo que significara establecer límites a los adolescentes del mundo — especialmente a los que estaban bajo su supervisión y cuidado.
Cuando A. P. ocupó su cargo, dos semanas antes del incidente al que aquí hago referencia, el Dr. O. H. mantuvo — por muchos años — el orden en el mismo lugar por medio de un diálogo amistoso, pero firme, con los pacientes.
Diálogo que delineaba en detalle lo esperado de todos, trazando demarcaciones precisas entre personal y pacientes.
A. P., en cambio, cuando asumiera su posición, informaría a los jóvenes reclusos, que ellos eran "seres humanos tan libres como el que más" y que, aunque estaban en esa institución por haber cometido una variedad de infracciones contra el orden social establecido, que el personal clínico carecía del derecho moral para imponer límites, que contradijeran el agrado y albedrío de los pacientes.
Cuando A. P., en su desvarío, anunció su declaración, lo hizo públicamente, durante una reunión del personal que, de manera inapropiada, incluyera los pacientes, mientras que exhortaba a los últimos a mofarse de quienes a él lo habían precedido en su cargo.
Así se fomenta la violencia
La "rebelión de las moscas" llega a los noticieros locales
Las cámaras y los reporteros usuales, siempre en búsqueda de noticias — y actuando con el arrebato de pirañas, listas para disfrutar del alimento producto del padecer ajeno — tornaron esta rebelión de las moscas en un espectáculo de proporciones inmerecidas.
Lo dramático atrae audiencias
Karen F. — reportera principal de una estación televisiva local — navegando en su elemento, e incitada a la vez, por la agitación y por el drama del momento, tuvo la audacia pueril de vaticinar que Don y sus "secuaces" iban a "asesinar" a sus rehenes.
Pensamiento ilusorio de su parte, pero algo que atrae la atención morbosa de los televidentes…
El domado de los toros por T. Géricault
Cuando, poco después, me enteré de lo que estaba sucediendo, me preocupé mucho porque predije que algo como lo que ocurría la tarde del motín podría suceder.
Lo importante entonces era impedir que alguien sufriera daño por la equivocada actitud del psiquiatra — mi colega.
Antes de que las autoridades llegaran a la escena, A. P. había comenzado a escuchar las nuevas exigencias de los amotinados:
No curfew (o toque de queda)
No límites para el uso de cigarrillos
No inspecciones, cacheos o censuras
Más televisores para disfrutarlos sin restricciones
Provisión, en demanda, de preservativos y anticonceptivos
Garantizar a ambos sexos el derecho de pasar juntos las noches compartiendo el mismo lecho
Reducir las horas de escolaridad
La terapia hacerla opcional o, simplemente, eliminarla del todo
Más fiestas y funciones sociales
Asignar, a cada paciente, una cuota semanal de dinero, para gastos personales
Y algunas otras demandas absurdas a las que A. P., en principio, accediera.
¡Aplauso!
Por supuesto, que, ahora, envalentonados con la consecución de poderes extravagantes e insólitos, que no merecieran, ni fueran apropiados, los amotinados rehusaban a poner en libertad sus rehenes, sin que antes les permitieran pensar en nuevas exigencias que obtener; en retorno por una conciliación.
Mientras tanto…
En la capital del estado, el gobernador había despegado en su avión oficial, para ofrecerse como negociador en este melodrama que estaba en plena evolución.
Loco por T. Géricault
El primer magistrado, habiéndose familiarizado con lo que estaba en proceso, siguió el consejo de conocidos mutuos, y me llamó a su lado — como Director que fuera de los Servicios Psiquiátricos Infantiles en otro hospital del estado — en la misma ciudad donde la farsa tuviera lugar.
Me propuso que asumiera la responsabilidad de A. P., al que había relevado de su cargo.
Acepté la posición ofrecida — aunque solo temporalmente — mientras que indicara al gobernador que, como la situación estaba fuera de control, que había que actuar decididamente y sin pérdida de tiempo, utilizando estrategias psicológicas y evitando la violencia…
Algo que aprendiera en mis años de oficial médico de la US Navy cuando confrontáramos una situación similar en un calabozo naval.
El gobernador actuó, y, el hospital fue rodeado en pocos minutos por un batallón de la Guardia Nacional del estado.
Esta demostración de poder se efectuó como una indicación a los amotinados, donde la fuerza justa, y la voluntad de utilizarla, residieran.
Jan Saudek
Entonces — por medio de un megáfono, les informé a los muchachos — que era lo que todos fueran, "muchachos jóvenes" — que el gobernador del estado, el jefe del batallón apostado frente al edificio, y yo, íbamos a entrar pacíficamente a su reducto, por la razón o la fuerza — como dice el lema en el emblema nacional de Chile — prefiriendo evitar el uso de la coerción.
Y, que si presentaban resistencia, que se haría uso de las autoridades públicas, se aprehenderían los responsables, especialmente Don, y que luego serían transferidos al hospital del estado donde los pacientes violentos son alojados.
Un prospecto horripilante.
La crisis se resolvió sin tropiezos.
Muchos de los "rebeldes", confiarían a sus terapeutas, más adelante, que, durante la confrontación sucumbían al miedo que nace de tener poder y autoridad — sin la capacidad de saber cómo usarlos.
Como tantos niños, sin límites, se conducen, y como describiera William Golding en su obra clásica: El Señor de las moscas. (Para leer más: http://www.monografias.com/trabajos90/totem-y-tabu-albor-historico-psiquiatria-antropologica/totem-y-tabu-albor-historico-psiquiatria-antropologica).La razón es muy simple: Todos necesitamos conocer nuestros lindes para reducir nuestras ansiedades y para sentirnos seguros.
Los Niños sin límites señalados: Un nuevo orden social como propósito de esta lección
Dionisio y Gertrudis se casaron muy jóvenes. Ella era un poco mayor que él, porque le llevaba dos ó tres años — algo que la joven mantuviera que fuera debatible.
Se enamoraron durante sus días de colegio y, pronto andaban juntos como novios. Eso significa que todas las cosas las hacían en conjunto y con el consentimiento total de ambas alcahuetas familias.
Y, ahora, ¿qué…?
Solían vivir como personas casadas, maduras, sin estarlo y, sin serlo.
Iban a conciertos, veían películas, salían con sus amigos íntimos, con quienes gozaran el volibol y algunos videojuegos. Pero, siempre eran inseparables.
La vida les parecía placentera.
Entra, como siempre, la entropía…
Una noche oscura… lo que hacen las oportunidades…
Dionisio y Gertrudis se encontraron solos en casa de la abuela de la joven mujer.
Llovía. Aun para los trópicos, la noche era fría. Rentaron una película "inocente". La acción era lenta, por lo tanto, no les agradó.
Después de compartir un par de porros de marihuana, Gertrudis encontró unas cervezas en la nevera, y, ambos decidieron beberlas y actuar su propio filme de amor.
No fue muy fácil — aunque los detalles no importan — al fin lo lograron, jurándose amor mutuo por una eternidad.
Cuando — de manera imprudente — siguieran teniendo sexo desprotegido, Gertrudis se preocupaba, pero no se atrevía a pedir a su madre que autorizara el uso de contraceptivos.
Una vez decidió tomar la iniciativa de hacerlo, cuando se enterara de que una de sus primas tomaba la píldora con consentimiento materno.
La madre respondió: ¡NO! No voy a dejar que te vuelvas promiscua…
Estrógenos vs testosterona…
So much for that!
El bebé muy vivaz y saludable nació pocos meses después.
El matrimonio ha perdurado.
Pero, matrimonio feliz, no lo ha sido.
Dionisio se graduó de ingeniero civil y encontró empleo en la firma de su padre.
Ella tuvo tres hijas más y una pérdida.
Son infelices, ambos son obesos. Pero la comida les brinda solaz.
Otra historia triste con desenlace evitable para todos.
En resumen
Imponer límites y estructurar la vida de sus niños y adolescentes es un ejercicio que muchos padres soslayan por temor.
Existe una tendencia, entre estos progenitores, a querer evadir conflictos con los hijos, y a procurar que ellos, en turno, los "adoren" por ser "razonables".
Lo que, en muchos casos significa en comprometer los valores propios — fundados en la Ley Natural — para que los retoños sean "felices".
No muy buena idea…
Mientras tanto, y retornando al barullo, descrito al principio de esta ponencia.
A palabras necias, oídos sordos (piensa el hijo)
Don expresó, cuando el episodio de la "rebelión" en el Youth Center fue traído bajo control: "Yo sí que estaba asustado, porque no sabía cómo esto iba a terminar".
La moraleja
Como repitiera Bruno Bettelheim: "Vale más que nuestros adolescentes nos odien por ser justos, que, que nos amen por ser débiles".
Fin de la lección.
Bibliografía
Larocca, FEF: La Ley Natural y los Principios Básicos de Nuestras Actividades Mentales, Lógicas y Emotivas en monografías.com
Larocca, FEF: Antisocial, Psicópata, Sociópata: Las Tres Caras de Narciso (Una Síntesis Adaptativa y Axiológica) en monografías.com
Lorenz, K: (1982) The Foundations of Ethology Touchstone
Larocca, FEF: El Escotoma Moral y el Enjuiciamiento de los Jueces en monografías.com
Wright, R: (1994) The Moral Animal Pantheon
Cronin, H: (1991) The Aunt and the Peacock Cambridge
Lemonick, M: (1997) Young, single and out of control. Time 150-68
Larocca, FEF: Tótem y Tabú: El Albor Histórico de la Psiquiatría Antropológica en monografías.com
Larocca, FEF: Abecedario "N" es por Niños Malcriados en monografías.com
Larocca, FEF: (2007) El temor al castigo corporal — El caso difícil Número 11 en monografías.com
Patrick, C: (2006) Handbook of Psychopathy Guilford
Larocca, FEF: (2007) La obesidad juvenil en monografías.com
Larocca, FEF: (1984) Gilles de la Tourette"s (the movement disorder): The asociation with a case of anorexia nervosa in a boy. Int. J. Eating Dis. No. 3 89-932
Larocca, FEF: (2007) Donde se aprende de la hiperactividad. La dieta paleolítica, los luchadores sumo y otros asuntos en monografías.com
Larocca, FEF: Omnipotencia Infantil: Neurociencia (2/2) en mailxmail.com
Larocca, FEF: Educación con el Ejemplo: Eficaz en mailxmail.com
Para abundantes trabajos acerca de este tema por el mismo autor: http://www.monografias.com/cgi-bin/search.cgi?query=adolescencia%20larocca
La vida por Pablo Ruiz Picasso
Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca