Descargar

Contribución de la modernización del riego por surcos a la sustentabilidad de las producciones tabacaleras (página 2)

Enviado por ricardo


Partes: 1, 2

Las perspectivas para el futuro son claras. La agricultura tendrá que responder a modelos cambiantes de demanda de alimentos y combatir la inseguridad alimentaria y la pobreza en las comunidades marginalizadas. Al hacer esto, la agricultura deberá competir por la escasa agua disponible con otros usuarios y al mismo tiempo reducir la presión sobre el ambiente. Las políticas y las inversiones en la agricultura necesitarán ser, por lo tanto, mucho más estratégicas. Deberán descubrir el potencial de las prácticas de manejo del agua para elevar la productividad, difundir un equitativo acceso al agua y conservar la productividad natural de la base de recursos hídricos.

La creciente preocupación por la sostenibilidad del consumo de agua desde el punto de vista social, ambiental y económico ha motivado la celebración en los últimos años de diversas reuniones internacionales que tratan de caracterizar la problemática global del agua y sus posibles soluciones. En el III Foro Mundial del Agua celebrado en Kyoto en el año 2003, la Unión Europea presentó la Iniciativa para el Agua (EU-WI), basada en asociaciones estratégicas en regiones específicas reuniendo a gobiernos, sociedad civil, sector privado y otros interesados para ayudar a lograr las metas relacionadas con el agua, contribuyendo además a la ejecución del programa de actuaciones de la Cumbre Mundial para el Desarrollo Sostenible (WSSD).

La variabilidad climática existente en nuestro país, que deriva en diferencias en la distribución de la precipitación y la disponibilidad de los recursos hídricos, condiciona en gran medida la práctica de la agricultura y la aplicación del riego. Existen áreas áridas y semiáridas donde la necesidad de riego y la escasa disponibilidad de agua favorecen la aplicación de sistemas tecnificados con eficiencias superiores, si bien, se producen en algunos casos problemas de salinización de suelos al utilizar aguas de baja calidad. En la mayor parte de la superficie bajo riego dominan los sistemas convencionales por superficie, aplicándose un elevado volumen de agua por hectárea, hecho que unido a la falta de mantenimiento e inadecuado manejo de infraestructuras de transporte y distribución, fundamentalmente pertenecientes al sector público, da lugar a eficiencias entre un 30% y un 40% y un creciente deterioro del suelo por la erosión hídrica. El uso en la agricultura de riego de mayores cantidades de insumos para aumentar la producción intensifica los efectos de la contaminación difusa. El riego ha sido desarrollado fundamentalmente por el sector privado en gran parte de los países, mostrando una mayor rentabilidad que las áreas desarrolladas y gestionadas por el sector público. En los últimos años se observa una tendencia hacia la transferencia de la administración, operación y mantenimiento de los sistemas de riego públicos a las Asociaciones de Usuarios, previa capacitación y rehabilitación de las infraestructuras, cobrando un canon de agua que no suele cubrir la inversión realizada.

Se han realizado en los últimos años importantes esfuerzos para la aceptación e incorporación de los criterios que fomentan la sostenibilidad en la normativa y planificación institucional, fundamentalmente en normativas y políticas de carácter medioambiental. En líneas generales la política agrícola carece de estrategias y programas que fomenten el uso sostenible del agua en la agricultura de forma explícita, quedando su normativa en muchos casos obsoleta. En algunos países se desarrollan programas dirigidos al incremento de la superficie de riego con el fin de mejorar la producción y la productividad, hecho que se refleja en la política agrícola, incorporando en algunos casos superficie tecnificada de riego que puede ser interpretada como una mejora de la sostenibilidad en el uso del agua. Dentro del contexto institucional se observa una estructura débil y desarticulada en las organizaciones responsables de la gestión del agua para su uso en el riego agrícola, en muchos casos con diversos organismos implicados. No obstante en prácticamente todos los países la tendencia se dirige hacia la gestión integrada de los recursos hídricos.

El desarrollo sustentable se puede definir como aquel que satisface las necesidades de las presentes generaciones sin comprometer la habilidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades (Reporte Brunttland, 1987).

La agricultura es una actividad que depende necesariamente de los recursos naturales y de los procesos ecológicos, igualmente que de los desarrollos técnicos y humanos del trabajo.

El diseño de tecnologías sustentables debe basarse en estudios integrados que incluyan tanto los factores naturales como los  socioeconómicos.

Las circunstancias naturales imponen restricciones biológicas al sistema de cultivo y los factores socioeconómicos afectan un ambiente externo en el que los productores toman sus decisiones (Altieri, 1987).

La sustentabilidad de un ecosistema tiene dos componentes: ambiental y social (Chambers et al, 2001).

La sustentabildad ambiental se refiere a los efectos del agro sistema sobre el medio ambiente y puede tener carácter  local y global.

La sustentabildad social  puede definirse como la capacidad de un agroecositema para mantener la productividad, sea un campo, en una explotación o en una nación cuando es sometido a una presión o una perturbación (Conway, 1997).

 Para saber con que se produce, es necesario conocer cuales son los recursos que se emplean en el proceso productivo agrícola, cual su naturaleza y cuales las leyes que rigen su disposición, y para el desarrollo rural sustentable precisamos saber como se produce, esto es, cuales son las tecnologías y conocimientos que se aplican, cual es la forma de adquirirlos y que incidencia tienen unas y otras tecnologías sobre la base de los recursos localmente disponibles.

Considerando que el proceso de  producción agrícola "una membrana a partir del cual las sociedades se apropian para si del flujo energético" y que el apoyo natural a los procesos productivos no depende de elementos o recursos aislados (suelo, animales, plantas, minerales, etc.), sino de unidades-totalidades relacionadas de esos elementos, (Toledo, V 1991). Cada ecosistema tiene una estructura y modelo de funcionamiento  y posee un limite teóricamente reconocible, para su adecuada apropiación, mas allá del cual se pone en peligro la existencia del propio ecosistema, sustrato en el cual descansa la producción (Toledo, 1991).

En consecuencia, la sostenibilidad ambiental local exige que reconozcamos las unidades naturales que vamos a manejar, los ecosistemas que son objeto de apropiación, y adaptemos la producción a las leyes ecológicas que informan y mantienen las capacidades de  los ecosistemas, es decir, es necesario diseñar sistemas de producción que se realicen en armonía y no en conflicto, con las leyes ecológicas (Simón, 1996).

Podemos afirmar que la sustentabilidad ambiental de un ecosistema esta asociada positivamente con el uso hecho de los recursos renovables.

La existencia local de los recursos y la capacidad de control que sobre los mismos ejerce la comunidad, determinan la capacidad de los agros sistemas para mantener su productividad por largo tiempo, en el análisis de las condiciones que facilitan o impiden la sustentabilidad resulta de interés clasificar los recursos en internos y externos (Francis et al, 1997).

Los recursos internos a diferencia de los externos no requieren de intermediarios, ni desembolso monetario alguno para su utilización. Algunos autores plantean que la mejora de la productividad y la sustentabilidad de los agro sistemas puede lograrse con la disminución de los recursos externos y  el amplio aprovechamiento de los internos, los cuales incluyen los procesos ecológicos disponibles para obtener energía y agua, especies de plantas, animales y materiales localmente disponibles, el trabajo familiar y el conocimiento tradicional.

De lo anterior se deriva el activo papel que  el conocimiento tradicional debe tener en el diseño de estrategias de producción que pretendan conservar la base de recursos existentes y exige una combinación de medios y conocimientos tradicionales y modernos sin que se parta de una superioridad por alguna de las formas de conocimiento existentes.

Loa s recursos localmente disponibles, las disponibilidades monetarias, la visión de los productores y los objetivos propuestos determinarán el patrón tecnológico adecuado. La falta de sustentabilidad ambiental en un ago ecosistema puede proceder a la destrucción de los  recursos renovables, pero puede, además, ser consecuencia de la utilización de tecnologías inadecuadas o de su inexistencia.

En todo caso las soluciones tecnológicas no pueden ser universales. Es necesario estudiar las condiciones y los recursos locales para determinar la mejor opción tecnológica.

El desarrollo agrario que considera que los agro ecosistemas tienen como primer objetivo el incremento de su valor social, entendido como la cantidad de bienes y servicios producidos, el nivel al que satisfacen las necesidades humanas y su asignación entre la población humana. (Conway, 1993)

Un sistema agrícola sustentable esta dotado de abundantes mecanismos internos para recuperar la senda del desarrollo anterior a la actuación de un factor distorsionador cualquiera. Contrariamente, un sistema agrícola que se caracteriza por la no disposición de mecanismos niveladores quedará sujeto a las distorsiones existentes y funcionará a un nivel de producción menor al existente antes de la distorsión.

Para la definición de desarrollo rural sustentable, utilizaremos cinco propiedades de los agros ecosistemas: productividad, la estabilidad, la sustentabilidad, la equidad y la autonomía. Estas propiedades pueden ser usadas de una forma normativa, como indicadoras del funcionamiento, para valorar su potencial simulando diferentes formas de asignar recursos o de introducción de nuevas tecnologías y finalmente, para enunciar la mayor o menor sustentabilidad social de un agro ecosistema para conocer el grado en que estos garantizan los objetos humanos. (Conway, 1986).

Por tanto, productividad, estabilidad, sustentabilidad, equidad y autonomía tienen una doble dimensión: son al mismo tiempo medios y fines, tienen un componente normativo, son un objeto deseable y un componente descriptivo, pueden ser empíricamente observables y medibles. (Simón, 1986).

La productividad la entendemos como la cantidad de un producto por unidad de entradas, incluyendo aquellos productos que tengan, directa o indirectamente, utilidad humana. Para medir la producción y los insumos es posible utilizar unidades distintas, pero, en general consideramos que el concepto de productividad que mejor transmite el  comportamiento de los agros ecosistemas es aquel que considera, tanto las entradas como la producción en unidades físicas.

La realización de balances energéticos o el cálculo del costo ecológico complementan la información necesaria para la toma de  decisiones que normalmente se reduce a la utilización de variables monetarias.

Es necesario  definir correctamente la productividad de los agros ecosistemas, pues las tres propiedades se derivan de ella.

 La estabilidad, en primer lugar podemos definirla como la constancia de la producción bajo un conjunto de condiciones económicas, ambientales y de gestión y se entiende  como el grado al que la productividad permanece constante frente a las fluctuaciones normales y en pequeña escala de esas variables. (Conway, 1986)

La distinción entre la estabilidad y la sustentabilidad tiene que ver con las fuerzas actuantes. En el primer caso son relativamente pequeñas y ordinarias (variación normal de los precios, variaciones climáticas ordinarias, etc.) y son distorsiones cuyo impacto es pequeño, pues los agro ecosistemas han desarrollado defensas adecuadas. En el caso de la sustentabilidad son fuerzas raras, menos esperadas, para cuya superación el agro ecosistema no ha desarrollado defensa alguna.

Finalmente, podemos decir que la estabilidad de los agro ecosistemas puede ser obtenida mediante las tecnologías mejor adaptadas a las necesidades y recursos de los agricultores (estabilidad de gestión), mediante la utilización de estrategias productivas, a una correcta previsión de la evolución del mercado (Estabilidad económica), o bien, mediante la toma en consideración de las estructuras organizativas y contexto sociocultural existente (estabilidad cultural). (Altieri, 1987)

La equidad es la propiedad de los agros ecosistemas que indica como de justa es distribuida la producción entre los beneficiarios humanos. De una forma más amplia, la equidad implica una menos desigual distribución de activos, capacidades y oportunidades, especialmente el incremento de los activos y oportunidades de los mas privados. Definida   de esa forma, podemos entender la equidad como aquella situación  en la que se pone fin a   la discriminación de las mujeres, de las minorías y  de los más desposeídos, situación en la que desaparece la pobreza rural y urbana.

La autonomía, finalmente,  tiene que ver con el grado de interrogación o control de los agro ecosistemas, reflejado en el movimiento de  materiales, energía e información entre sus partes componentes y entre el agro ecosistema y el  ambiente externo. (Marten, 1988). La autosuficiencia de un sistema de producción se relaciona con la capacidad interna para suministrar los flujos necesarios para la producción, es decir, la economía de un agro ecosistema descenderá a medida que se incremente la necesidad de acudir la mercado para continuar la producción. (Bown, 1987).

Si un agro ecosistema esta bien explicado por las propiedades antes relacionadas, podremos afirmar que ese agro ecosistema es sustentable.

La FAO ha definido la modernización como «un proceso de mejoramiento técnico y de gestión de los esquemas de riego combinados con reformas institucionales, si fueran necesarias, con el objetivo de mejorar la utilización de los recursos y del servicio de entrega de agua a las fincas» (Facón y Renault, 1999). En este sentido, la modernización ofrece un medio para reformas institucionales con un objetivo definido y no por el simple hecho de hacer alguna reforma. La modernización se realiza en forma sistemática y práctica sin necesidad de que ocurran los cambios institucionales y debe ser aplicada donde el riego en la agricultura ofrece claras ventajas competitivas.

Las instituciones de riego deben adoptar una orientación de servicio y mejorar sus resultados en términos económicos y ambientales. Esto presupone la adopción de nuevas tecnologías, la modernización de la infraestructura, la aplicación de técnicas y principios administrativos mejorados y la promoción de la participación de los usuarios del agua. Las instituciones del sector de riego deben relacionar su tarea central de provisión de servicios de riego para la producción agrícola e integrar la demanda y el uso del agua con otros usuarios a nivel de cuenca.

 Dado que la modernización es considerada por lo general como un proyecto de ingeniería, su planificación típica se enfoca obviamente en temas de ingeniería y macroeconómicos con solo algunas suposiciones sobre como pueden ser manejados los sistemas de entrega de agua y de riego en el campo. Si el sistema modernizado resulta ser incompatible con las prácticas de manejo existentes o si son necesarios cambios extensivos no anticipados en esas prácticas de manejo para aprovechar el potencial del sistema modernizado, es probable que el proceso de modernización fracase.

Además, también es probable que fracase si la organización pública del sistema de riego continúa como antes sin la participación de los usuarios del agua en la operación y manejo del sistema. Solo la participación de los agricultores desde el inicio del proceso del proyecto de modernización puede desarrollar en ellos un sentido de propiedad que genere el cuidado del sistema.

Dado que la demanda de alimentos no es negociable, el único objetivo del mejoramiento del manejo del agua dependerá del continuo mejoramiento de la productividad del agua en los sistemas agrícolas existentes, tanto de secano como bajo riego. Por lo tanto, las inversiones deben ser un complejo que combine: inversiones en la investigación para desarrollar materiales biológicos más productivos; mejores prácticas agrícolas; desarrollo de la capacidad técnica de los agricultores y los usuarios; promoción del comercio de los productos agrícolas para mejorar la productividad global y desarrollo de nuevos recursos cuando sea necesario.

Los futuros requerimientos de agua, sobre todo en el caso en que se anticipa una población mundial estabilizada en alrededor de 8 000 millones de habitantes, no son fáciles de predecir. Las cantidades precisas de agua que deben estar disponibles en localidades específicas para una producción agrícola sostenible son difícilmente conocidas y tienen indudablemente variabilidad temporal y espacial. El problema es aún más complejo ya que no existe certeza sobre las cantidades de agua que se precisarán para las necesidades ecológicas aguas abajo y para la recarga de los acuíferos sobreexplotados. Finalmente, el impacto del cambio climático sobre el abastecimiento y la demanda de agua para uso agrícola, continúa siendo una conjetura. Considerando todos estos elementos desconocidos, proporcionar volúmenes suficientes de agua para la producción global de cantidades adecuadas de alimentos, representa un desafío enorme, sobre todo en regiones y países en los cuales el agua es ya escasa. La incertidumbre acerca del futuro abastecimiento de agua y demanda de agua para apoyar la seguridad alimentaria puede frustrar la toma decisiones sobre inversiones estratégicas.

1.3.  Situación actual del riego del  tabaco en Pinar del Río

La provincia de Pinar del Río al igual que nuestro país se vio afectada por  el colapso del sistema socialista europeo  y en particular las crecientes inversiones que se estaban realizando en la agricultura relacionada con el proceso de riego. En general a partir del año 1990 comenzaron a decrecer significativamente las áreas bajo riego y esta tendencia se mantiene, en el informe elaborado por el MINAG al cierre del año 2003 se observa una reducción de las áreas bajo riego en nuestra provincia. (MINAG, 2004)

El riego, si bien es una labor importante en el mejoramiento agrícola de los suelos, demanda para su ejecución de importantes gastos anuales, gastos fijos que responden a mantenimiento y conservación de las inversiones realizadas y que se ejecutan anualmente, y otros variables que serán mayores en la medida en que se requiere de una mayor cantidad de riegos durante el ciclo vegetativo de los cultivos, estos son los gastos de explotación. (Sanz, 1998)

En la provincia se plantan anualmente alrededor de 31986 ha de  este cultivo. Con el desarrollo tecnológico que se ha alcanzado en nuestra agricultura, se ha convertido en práctica habitual el regadío, con el fin de garantizar la obtención de altos y estables rendimientos, es por ello que en la actualidad la totalidad de las áreas tabacaleras dispone de sistemas de riego, con los cuales se satisface total o parcialmente la demanda del cultivo.

La superficie cultivada desglosada por técnicas de riego muestra un predominio de la técnica de riego por surcos con 24298,25 ha para un  78 % del total, seguida por la aspersión portátil en unas 5503,54 ha, que representan un 17,6 % del total, las restantes con  técnicas de riego mecanizadas,  correspondiendo estas dos  últimas al sector estatal. (Informe Minagri, 2005).

La explotación de estos sistemas de riego, sin considerar los gastos en que se incurre con el personal representa para la provincia un gasto anual de 5,8 millones de pesos, de los cuales el 21,3 % se corresponden a gastos de salario y seguridad social, el 44,8 % a gastos de amortización, el 8, 0 % a gastos de combustibles, un 5 ,0 % a gastos de materiales y un  4 ,5 % a consumo de agua.

Dentro de las desventajas fundamentales del riego por surcos tradicional se señalan:

v    Baja eficiencia de aprovechamiento de agua.

v    Elevada incidencia de la erosión hídrica del suelo.

v    Baja productividad de trabajo del regador.

v    Gastos operacionales elevados.

Las deficiencias antes señaladas hacen ineludible  la modernización de la técnica de riego tradicional a otras mas avanzadas dentro del mismo método para garantizar la sostenibilidad de las producciones tabacaleras a corto plazo con el aprovechamiento de la base de recursos creadas y así incurrir en un mínimo  de inversiones.

1.4. Perspectiva a corto plazo del  riego en la provincia de Pinar del Río

La necesidad de incrementar los rendimientos agrícolas nos obliga a  realizar inversiones en la agricultura;  dadas las condiciones del clima la implementación del riego es un recurso obligado. En el estudio realizado por el MINAG (2003) se hizo un levantamiento de las áreas con potencialidades para  ser regadas, el criterio adoptado en lo fundamental fue seleccionar aquellas áreas con valor agrícola y  que requirieran el mínimo de inversión, es decir, que posean fuentes de abasto aseguradas, así como, sistemas para entregar el área a los cultivos. En el sector estatal  existen mayores potencialidades de incremento de áreas bajo riego con total de 12438,41 ha, en el caso del sector cooperativo y campesinos  es posible incrementar  2976.55 ha… Es significativo señalar que en ambos sectores la técnica superficial es la propuesta mayoritariamente para el crecimiento perspectivo de las áreas de riego en nuestra provincia.

3.1. Algunos aspectos económicos del riego por surcos.

El costo promedio de la actividad de riego asciende a 21, 16 pesos/ha /riego, l que representan 264,85 pesos/ha en todo el ciclo de desarrollo vegetativo cuando se emplea el riego por surcos, que se considera elevado si lo comparamos con otros cultivos en que se emplean técnicas de riego mas avanzadas, en los cuales los gastos de operación del riego promedian 9,51 pesos /ha / riego.

La eficiencia de aplicación del agua tiene valores aproximados en esta técnica de 60 %, valor este que se considera bajo si se tiene en cuenta que pérdidas mayores del 15 % requiere  de un  rediseño de la surquería del sistema de Riego ( Dehoguez, 1991) y además,  se considera que la eficiencia de entrega del agua en surcos bien manejados puede alcanzar valores del 90 % (Kay, 1996).

Esta eficiencia de aprovechamiento del agua se ve grandemente influida por la pericia y destreza con que los regadores manejan el agua en los surcos, tanto durante la construcción  de las represas como en el control de los drenajes, elementos que en definitiva se encuentran muy estrechamente ligados l las características de la técnica y que en nuestro caso la hacen de hecho poco eficientes.

Otro aspecto vinculado a la habilidad y el conocimiento de la labor que tenga el obrero es la productividad del trabajo,  para cada técnica estas presentan un rango de variación cuya amplitud disminuye en la medida que son mas avanzadas.

Los gastos de salario ascienden al 57, 7 % del total del invertido en la actividad del riego cuando se emplea el riego por surcos, de ahí la importancia que adquiere la productividad del trabajo que en estos momentos es de 0,36 /ha/hombre/ turno. (Sanz, 2004)

3.2    La erosión de los suelos tabacaleros.

Uno de los aspectos negativos del riego cuando es mal empleado lo es sin duda su contribución a la degradación de los suelos,  un manejo ineficiente del riego  incrementa significativamente la erosión hídrica.

La erosión laminar es mucho menos espectacular que la erosión por cárcavas o por deslizamientos, pero la misma contribuye al truncamiento de los suelos años tras años y causa así pérdidas considerables de capa arable. Para entender los mecanismos involucrados en la erosión laminar y evaluar la magnitud de la pérdida de suelo que ocasiona, un buen enfoque consiste en caracterizar el comportamiento del suelo en pequeñas parcelas experimentales sometidas a lluvia artificial. Esto permite medir con precisión la contribución de la saltación pluvial y del escurrimiento superficial, respectivamente, a la producción de sedimentos. Los resultados así obtenidos pueden extrapolarse a la totalidad de una cuenca hidrográfica en base a un mapa de suelos. (Mainam y Zinck, 1998; Mainam, 1999; Mainam et al., 2002).

Los enfoques pueden cambiar con el tiempo conforme incremente el entendimiento de los problemas ambientales y conforme los valores sociales evolucionen. Uno de los enfoques ampliamente utilizados por lo inmediato de su comprensión es en el que trabaja la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD). Se trata del sistema presión-estado-respuesta, el cual se basa en una cadena de causalidades donde se entiende que las actividades humanas originan presiones sobre el ambiente (indicadores de presión) que modifican la calidad y cantidad de los recursos naturales (indicadores de estado) en virtud de lo cual se produce una respuesta que tiende a modular la presión (indicadores de respuesta). Dentro del enfoque presión-estado-respuesta, la OECD (1991, 1993, 2003) ha propuesto algunos indicadores ambientales que se relacionan con la calidad del suelo. Dos de ellos son indicadores para el riesgo de erosión hídrica

El concepto de degradación de suelos y el de degradación de tierras no son sinónimos, pero el primero es indudablemente el componente más importante del segundo. Existen algunas aproximaciones cuantitativas de la degradación de suelos a nivel global y continental, pero resulta frecuentemente difícil comparar datos provenientes de fuentes diferentes porque no se utilizaron los mismos criterios en la evaluación de la degradación.

A escala global, la erosión hídrica es el proceso dominante en la degradación de suelos inducida por intervenciones humanas, el cual afecta cerca de 11 millones de km2 (= 8.5% de los 130 millones km2 de de tierras en la superficie del globo terráqueo). En conjunto, la erosión por agua (10.94 millones de) km2, la erosión por viento (5.49 millones de km2), la degradación química (2.39 millones de km2) y la degradación física (0.83 millón de km2) afectan, en diferentes niveles de gravedad, casi 20 millones de km2, representando 15% de la superficie global de tierras, lo que es aproximadamente 66% de las tierras potencialmente arables a nivel mundial (Oldeman, 1994). Estas cifras, muy posiblemente, están por debajo de la extensión real de tierras degradadas. A escalas más grandes, los datos son más precisos, revelando proporciones mayores de degradación.

En las regiones secas del mundo, los suelos son particularmente vulnerables al uso y, como consecuencia, cerca del 70% de los 52 millones de km2 de su extensión se encuentra afectado por algún tipo de degradación o por una combinación de procesos de degradación (Dregne & Chou, 1994). En las mismas regiones secas, cerca de 10 millones de km2 corresponden a suelos afectados por salinidad primaria en condiciones naturales, en una extensión que representa el 7.7% de la superficie global de tierras, o sea 20 veces la superficie de un país como Francia, y que equivale a 33% de las tierras potencialmente arables a nivel mundial. En adición, 0.8 millón de km2 sufre de salinización secundaria causada por el manejo inadecuado de tierras agrícolas, con el 58% de éstas en áreas de regadío. Aproximadamente el 20% de todas las tierras regadas se encuentra afectado por sales, y esta cifra incrementa constantemente (Ghassemi et al., 1995). En algunas regiones de África, expuestas a erosión de suelos y desertificación, la productividad de las tierras ha mermado por tanto como 50% (Dregne, 1990).

Las prácticas agrícolas desarrolladas por el hombre han deteriorado en gran medida el ecosistema, produciendo recursos renovables (alimentos) con la utilización exponencial de los recursos no renovables (combustibles fósiles) degradando así la fertilidad de la tierra y poniendo en peligro la reproducción de los sistemas agrarios. (Simón 1996). Este mismo autor citando a Papendik, plantea que el principal problema ambiental es la erosión del suelo causada por la agricultura.

La erosión de los suelos es un fenómeno muy preocupante, en el mundo se pierden alrededor de 25 400 millones de toneladas de suelo anualmente por este concepto. Al aumentar la demanda de alimentos, el hombre ha dañado los suelos, convirtiendo  en recurso renovable uno que no lo es. (Brown, 1984).

Estas palabras reflejan el pensamiento de los productores de tabaco en nuestra provincia, donde debido al mal manejo del riego superficial los suelos se ven seriamente afectados por la erosión hídrica y cada año se ven  obligados a transportar miles de toneladas de relleno para restaurar en alguna medida las pérdidas sufridas por el suelo, además de los altos volúmenes de fertilizantes que deben ser aplicados y que influyen en los costos y por tanto en la sostenibilidad de las producciones tabacaleras.

En nuestra provincia se produce una pérdida de suelo como promedio de alrededor de 91 m3/ha debido a la erosión hídrica producida por el mal manejo del riego por surcos. (Sanz, 2003)

El fenómeno de la erosión constituye una seria limitación de la técnica de riego por surcos, pero la aplicación correcta de la misma, nos permitirá resolver esta problemática o disminuirla a valores despreciables.

3.3 Gestión del riego agrícola. Regulación legal de la sostenibilidad

3.3.1. Organizaciones responsables de la gestión del riego

En Cuba el Instituto Nacional de Recursos Hídricos, creado en 1989, es la institución encargada de dirigir, ejecutar y controlar la aplicación de la política del Estado y el Gobierno relativa a los recursos hidráulicos en Cuba.

El Ministerio de Agricultura (MINAG) tiene entre sus funciones dirigir, gestionar y ejecutar la aplicación de la política en cuanto a la mecanización y el riego vinculado con los programas de producción de todos los cultivos salvo la caña de azúcar, siendo en este caso el Ministerio del Azúcar (MINAZ) el que asume esta responsabilidad.

Otros organismos son el Instituto de Investigaciones de Riego y Drenaje, perteneciente al Ministerio de Agricultura, y la Dirección Nacional de Riego y Drenaje, perteneciente al MINAZ (FAO; 2000).

3.3.1.2  Integración del concepto de sostenibilidad en la legislación

La Constitución de la República incorpora en su Art. 27 la responsabilidad del Estado en la protección del medio ambiente y los recursos naturales del país, reconociendo la vinculación del medio ambiente con el desarrollo económico y social sostenible. Añade que los ciudadanos tienen la obligación de contribuir a su protección.

La Ley Nº 33 de 10 de enero de 1981 establece los principios básicos para la protección del medio ambiente y el uso racional de los recursos naturales, disponiendo en su Art. 36 "Los sistemas de regadíos, que incluyen las obras de drenaje correspondientes y la utilización de aguas de escurrimiento, se establecen sobre bases científicas que tienen en cuenta el uso racional de las aguas y la conservación de la calidad de los suelos".

La Ley Nº 81 del Medio Ambiente, de 11 de julio de 1997, tiene por objeto establecer los principios de la política ambiental y las normas que regulan su gestión en Cuba, contribuyendo a la protección del medio ambiente y al logro de los objetivos del desarrollo sostenible del país.

3.3.1.3  Problemática ambiental derivada del uso del agua en la agricultura

La agricultura de riego en Cuba genera problemas ambientales similares a los de otros países de la región asociados a la utilización de aguas con alto contenido en sales. La utilización inadecuada de los sistemas de riego da lugar a suelos sobrehumedecidos o con drenajes bloqueados, que generan escorrentía superficial, erosión, dispersión de partículas de agroquímicos, e incremento de la sedimentación en cursos de agua anexos.

Los efectos más notables de un mal uso del agua de riego son la salinización y sodificación de los suelos que pierden su estructura y la capacidad para soportar nuevos ciclos agrícolas. La compactación y la contaminación difusa asociada a una gestión incorrecta del riego se consideran problemas secundarios (FAO; 2000).

3.4. Fomento de la sostenibilidad del riego en la agricultura

3.4.1  Planes y Estrategias de desarrollo

En la Estrategia Nacional Ambiental se proponen diferentes medidas para la minimización de los problemas ambientales planteando una gestión racional de los recursos naturales. Entre los problemas ambientales se menciona la degradación del suelo derivada de diferentes actividades que incluyen la agricultura de riego. La estrategia propone como una de las medidas de actuación la necesidad de desarrollar un control de la cantidad y calidad del agua, así como de acentuar esfuerzos en obras de drenaje y fomentar la reutilización de aguas residuales en la agricultura (MAinfo; 2004).

3.4.1.2  Programas y Actuaciones

El Programa Nacional de Medio Ambiente de Cuba establece una serie de líneas para la acción, algunas de ellas relacionadas con el uso sostenible del agua en la agricultura. En concreto, en la línea denominada Agua Para la Agricultura destacan varios objetivos, como consolidar el sistema de control de la calidad del agua de riego o la evaluación de las condiciones ambientales y técnicas de los regadíos para minimizar sus efectos ambientales. Se plantean en este caso acciones como la promoción de tecnologías apropiadas para el incremento de la eficiencia y productividad del agua en la agricultura, o el perfeccionamiento de estrategias y programas de uso del agua en el riego. La capacitación de los distintos agentes implicados en el riego, la asistencia técnica, investigación y transferencia de tecnología para un uso sostenible del agua también son aspectos que se pretenden fomentar (PNMAC; 1993).

El MINAZ desarrolla un programa de minimización y reciclaje de las aguas residuales derivadas de la transformación industrial de la caña de azúcar, siendo una de las vías el uso para el riego agrícola.

Dentro de los programas de investigación científica e innovación tecnológica se están ejecutando en la actualidad programas como el de Producción de Alimentos por Métodos Sostenibles. Uno de sus objetivos es desarrollar sistemas de riego que eviten la disminución del área de tierra cultivable incorporando además las alteradas por la salinidad, sequía y otros factores limitantes.

El MINAG también ejecuta programas denominados ramales como el de Riego y Drenaje en la Agricultura Cubana, que implementa nuevas técnicas para la mejora de la eficiencia del uso del agua en  la agricultura (MAinfo; 2004

1.5. Aportes sociales de la investigación

No existe razón para que la agricultura, encaminada a la sostenibilidad deba ser tradicionalmente primitiva, la introducción de mejoras en el manejo del riego superficial garantiza una vía para la conservación de los recursos y el aumento de la productividad del trabajo y además salvaguarda la riqueza del conocimiento agrícola rural que ha empleado por muchos siglos esta técnica de riego.

La modernización de la técnica de riegos por surcos no constituye un proceso traumático para los productores debido a que esta ha siso ampliamente usada por los mismos, además, las condiciones creadas para su aplicación no requiere de grandes cambios en la explotación  de los sistemas. Desde el punto de vista práctico, facilita la realización de la labor por lo que las condiciones de trabajo mejoran ostensiblemente.

Se revaloriza una técnica de riego de la que los productores tienen un amplio conocimiento, además de crear una cultura social preservativa del suelo y se valora en alto grado la importancia del conocimiento del agricultor tradicional.

La modernización de la técnica de riego por surcos incide en los siguientes aspectos:

  • Reducción de los gastos de salario por elevación de la productividad de los regadores.
  • La técnica de riego por surcos largos con sifones permite  elevar la eficiencia del trabajo del regador, pudiendo alcanzar hasta 1.2 ha/hombre/turno, esto permite reducir los gastos de operación a un 50 % de los incurridos durante la campaña para igual régimen de trabajo, además, esto puede representar solo para el sector estatal de la Provincia de Pinar del Río una disminución de la fuerza de trabajo diaria dedicada al riego durante la campaña de unos 800 obreros, así como la disminución de los costos de producción anuales de unos 70125.67 pesos solo por el aumento d la productividad del trabajo y la eficiencia del aprovechamiento del agua.
  • Eliminación de la erosión por concepto del mal manejo del riego, reduciendo los gastos de mejoramiento de suelos. La aplicación de las medidas de conservación de suelo, la ubicación de la surquería en el sentido de la menor pendiente y el manejo de los caudales        (gastos), permite reducir los efectos de la erosión hídrica por efecto del riego, lo0 que implica la eliminación o disminución de relleno que como enmienda se realiza anualmente para restituir la profundidad del suelo en las partes erosionadas y cuyos gastos recaen sobre los costos de producción, incrementándolos.
  • Reducción del consumo de agua por elevación de la eficiencia.
  • Reducción de los gastos de combustibles y lubricantes. En este aspecto es importante señalar que la actividad del riego es la mayor consumidora de combustibles y lubricantes en el proceso agrícola, por lo que la disminución del consumo de los mismos redundará en beneficio significativo para el sector productivo.

Mención aparte  merece la reducción del consumo de agua, si tenemos en cuenta que más del 50 % de las zonas tabacaleras se abastecen de aguas subterráneas y la sobreexplotación de los acuíferos ha traído serios problemas con la salinización de los mismos.

Por último, un aspecto de interés es el efecto positivo que provoca en  la producción el empleo de surcos largos, al incrementarse el aprovechamiento del área cultivable en casi un 5 %, lo que implicaría un incremento en la producción tabacalera.

Otro aporte social se relaciona con la "capacitación del agricultor", esta es sumamente importante y abarca todos los niveles de enseñanza. Sin embargo para ser eficiente debe estar basada en la utilización de métodos pedagógicos de demostración sobre la base del principio de aprendizaje  mediante la práctica, en la cual  los agricultores se transforman en autores de su propio desarrollo. (Altieri y Labrador, 1984).

En este aspecto el papel de la Universidad a través de las Unidades Docentes relacionados con la actividad agrícola es muy importante y debe poner en función de esta necesidad los objetivos en la práctica preprofesional de los estudiantes con el consecuente asesoramiento por parte de los docentes, y debe estar dirigida no solo a los productores, sino también al personal técnico que ha egresado de nuestras aulas con serias deficiencias en el enfoque agroambiental.

Ahora mas que nunca se hace necesario debido a que a aumentado considerablemente la producción de tabaco por parte de los campesinos independientes, que en su mayoría poseen pocos conocimientos incluso de la agricultura tradicional en la producción de este importante renglón económico.

1.6. CONCLUSIONES

La modernización de los sistemas de riego superficial en el cultivo del tabaco unido a medidas de conservación de los suelos posibilita un mejoramiento sustancial de varios indicadores económicos, lo que implica un ahorro solamente en el sector estatal considerable por concepto de salario, además,  y en algunos casos se reduce y en algunos casos se elimina la erosión de los suelos por concepto del riego.

Se  aprecian otros beneficios, como la reducción de los costos de producción por la disminución de relleno de los suelos y el aumento de la producción por el aumento del coeficiente de aprovechamiento del uso de  la tierra.

El Plan de estudios de la asignatura de Riego y Drenaje para Ingenieros agrónomos ha sido reorientado para darle un enfoque agroambiental y así contribuir a formar profesionales con una sólida base teórica práctica que propicien un mejoramiento productivo y ambiental de la aplicación del riego.

La Universidad tiene que garantizar a través de sus Unidades Docentes la elevación de la capacitación de los agricultores desde el punto de vista ambientalista y en la asimilación de la introducción de los adelantos tecnológicos en sus prácticas tradicionales.

1.7.  BIBLIOGRAFÍA

·         Altieri, M. (1987). Agroecology. The scientific Basic of alternative agricultura. Westiw Press, Boluder.

·         Altieri, M y Juana Labrador (1994). Manejo y diseño de sistemas agrícolas sustentables. Rivanadella S.A. Madrid.

·         Carruthers, I. (1985). Como cuidar la inversión del riego. Revista CERES. No 106.

·         Conway, G. R. (1986). Agroecosystem análisis of research and development. Winrock International, Bankok.

·         Dehoguez, J. (1991). Metodologías para el diseño de los sistemas de riego superficial. La Habana.

·         Espinosa, H . (1968). Levantamiento fisiográfico e inventario de las áreas erosionadas en el sur de Sinaloa. FAO.

·         FAO (2003). Uso y explotación de los suelos. Editorial La Habana

·         Francis, Ch. y King, J. M. (1988). Cropping system base don faro-derived, renewable resources, Agricultural System. No 27.

·         Kay, M. (1986). Surface Irrifation. System and Practiced. Oxford, Cotewold Press.

·         Marten, G. G. Productivity, stability, sustainability, equitability and autonomy as propierties of agroecosystem assessmen. Agricuotural System, No 28.

·         MINAGRI. (1973=. Método para determinar la productividad de los regadores. DGRD. La Habana.

·         Sanz, F. (1995). Situación del riego por gravedad en el cultivo del tabaco, Minagri, Pinar del Río.

·         Sanz, F. (2004). Situación del riego por gravedad en el cultivo del tabaco, Minagri, Pinar del Río.

·         Simón, X. (1996). El desarrollo rural sustentable, una perspectiva agro ecológica. No Publicado.

·         Soderbaum, P. (1987). Economía, ambiente y política de uso del suelo. CERES, No 106.

1.8.  GLOSARIO

Agricultura sostenible: Sistemas de producción agraria que persigue la conservación de los recursos, la mejora del medio y la viabilidad económica de las explotaciones, m4ediante aportes de agroquímicos de forma racionalizada, lucha integrada de plagas y enfermedades, laboreo y conservación del suelo y fomento de tecnologías de poca inversión del prisma.

Agricultura Tradicional: Sistema de conocimientos de un grupo étnico rural, originado de forma natural y con carácter local, de numerosas dimensiones y derivado fundamentalmente de la relación íntima de los seres humanos y el medio.

Desarrollo rural: Término que engloba los objetivos marcados por una política de adecuación de las estructuras agrarias que favorezca la diversidad de los productos.

Erosión: Término latino (Erode) que significa roer. Hace referencia al desgaste de la superficie terrestre bajo la acción de los agentes erosivos, siendo las principales en nuestras latitudes, el agua y el viento.

Erosión Hídrica: Desgaste de la superficie terrestre provoado por el agua.

Método de riego superficial: Método de riego que abarca aquellas técnicas en que utiliza el suelo como medio de transporte del agua durante la ejecución del riego.

Sifón: Aditamento utilizado en el riego para conducir el agua desde los canales a los surcos de riego.

 

 

 

 

 

Autor:

MSc. Ing. Ricardo Cruz Lazo

UNIVERSIDAD DE PINAR DEL RÍO.

"HNOS SAIZ MONTES DE OCA"

FACULTAD DE FORESTAL Y AGRONOMÍA.

DEPARTAMENTO AGROPECUARIO.

2008

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente