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La teoría de la firma (página 3)

Enviado por Igor Colmenares


Partes: 1, 2, 3

El riesgo moral o acción oculta

Se produce cuando el empleador, una vez redactado el contrato, obtiene pérdidas en la satisfacción de su utilidad si el empleado actúa en su beneficio y no cumple con las obligaciones contractuales, resultándole al principal bastante costoso, por no decir imposible, controlar estas desviaciones en su comportamiento.

Este tipo de problemas se produce porque el decisor, en este caso trabajador, no suele sufrir las consecuencias de su actuación y, así, se llega a pérdidas de eficiencia; es decir, los costos ocasionados por estas desviaciones no son compensados por los beneficios particulares que consigue la parte que actúa en forma oportunista.

El mismo problema puede trasladarse al caso directivo donde éste, aprovechando el grado de discrecionalidad del que disfruta para gestionar ciertos recursos de la empresa, puede perseguir fines particulares que se desvían de sus obligaciones contractuales contraídas, con las consecuentes pérdidas de utilidad para los propietarios que le contrataron.

De acuerdo con Bianconi[24]el problema del riesgo moral tiene que ver con la información acerca de "que hace el agente: que decisión toma el agente". Esta acción puede encajar en el marco de la relación principal-agente pero con las siguientes calificaciones. El agente toma una "acción" (p.e. una actividad) que puede ser de carácter privada en razón a la falta de monitoreo. Esta acción puede tener una utilidad directo el agente, así como en la utilidad de principal que puede no haber observado la acción del Agente. La acción del agente produce un resultado que puede ser totalmente observado por el principal y por el agente. La clave para la solución al problema de riesgo moral es la relación entre la acción y el resultado. El principal solo puede observar la señal imperfecta y de ruidosa de la acción del agente basada en los resultados. La naturaleza del contrato ofrecido por el principal será en términos de una transferencia. Esta transferencia podrá ser positiva (un premio) o negativa (una penalidad); pero que dependerá del resultado observado y eventualmente de acuerdo al enlace entre la acción y el resultado.

En el modelo de selección adversa, el principal ofrece un contrato que incluye incentivos al agente para que revele la información que este posea de carácter privado. En este caso la fuente de la asimetría de la información ocurre al momento de la firma del contrato; por ejemplo al momento en que ocurre el intercambio de un bien o producto. En el caso del riesgo moral, el incentivo proviene del principal al hacer que la transferencia solo ocurra dependiendo del resultado observado. En este sentido el problema de riesgo moral saca a la luz la situación de tensión existente, ante la posibilidad de que los riesgos puedan ser compartidos entre el principal y el agente. Además esta acción ocurrirá solo después de la oferta del contrato por lo que el principal tendrá un interés para garantizarse, a través de los incentivos adecuados, que el agente aborde la acción más conveniente.

Una de las calificaciones principales del problema del riesgo moral en el contexto de la relación principal-agente, es su conexión con la teoría de los juegos. El principal ofrece un contrato a un agente que este aceptara o no aceptara. Si el agente decide aceptar el contrato, este puede que luego tome sus propias acciones en base a la información privada en su poder. Cuando el agente acepta el contrato, el lo recibe como le fue ofrecido y luego decide que acción tomara. Se asume que la acción optima será consistente con la estructura de incentivos del contrato propuesta por el principal. El concepto de equilibrio en este caso, estará enmarcado dentro en la teoría de Subjuego de equilibrio perfecto de Nash: La acción de un agente es la que está de acuerdo con el esquema de incentivos propuestos por el principal en el contrato, garantizando que la acción y la decisión del agente son consistente con la estructura de incentivos.

Para concluir este aparte vale la pena citar un artículo de reciente data, que sobre los esquemas de compensaciones en la Agencia, publicado por IESE Insight, Revista de la Facultad de Negocios de la Universidad de Navarra en España, en el que se deja ver como los esquemas de compensaciones causaron parte de la crisis financiera global de 2008-2009.

"Los incentivos son la piedra angular de la vida corporativa. En este marco, Lehman Brothers, Bear Stearns y Goldman Sachs se enorgullecían de unos sistemas de compensación que hoy están sospechados de haber causado la crisis financiera global…"

"El sistema dominante en la fijación de incentivos para ejecutivos se basa en lo que se conoce como "teoría de la agencia", formalizada a principios de los años '70 del siglo pasado. El modelo asume que el "principal" (accionistas) delega tareas en "agentes" (gerentes) cuyos intereses divergen de los del primero. En efecto, el objetivo del accionista consiste en maximizar los beneficios. No obstante, los intereses de los gerentes pueden radicar en la obtención de mayor salario y prestigio. Y la divergencia de intereses se agrava por las asimetrías de información entre propietarios y administradores. Los gerentes, por su control de las operaciones cotidianas, disponen de mayor información que los accionistas y pueden utilizarla, con sentido oportunista, para servir a sus propios intereses.

Así, ¿cómo lograr que los gerentes ejecuten correctamente la tarea delegada por los accionistas?

Sobre la base de la teoría de la agencia, las organizaciones diseñaron contratos compensatorios para paliar la información asimétrica. En las relaciones contractuales, se establecieron una serie de "buenas prácticas" que incluían el uso de herramientas de compensación basadas en los resultados como las opciones sobre acciones (stock options) o las gratificaciones mediante valores de renta variable (equities). Estas medidas se han convertido en moneda corriente en el entorno empresarial hasta el punto de que, con frecuencia, se aplican simplemente para no quedarse atrás respecto a la competencia.

Los riesgos de los sistemas de compensaciones de altos ejecutivos

Un ejecutivo recompensado con opciones sobre acciones obtiene beneficios cuando aumenta el valor de la compañía. En caso de un aumento de capitalización bursátil, la "stock-option" le otorga el derecho de comprar acciones a un precio más bajo prefijado y venderlas inmediatamente al valor de mercado, embolsando una jugosa diferencia. Sin embargo, la riqueza del ejecutivo no disminuye si cae el valor de mercado de la compañía. En este caso, el gerente no ejecutará su opción a comprar acciones. De esta forma, nos encontramos ante una curiosa paradoja: el agente, tradicionalmente considerado reacio al esfuerzo y al riesgo, reacciona arriesgando demasiado, pues no tiene nada que perder y sí mucho por ganar. Precisamente, en la investigación "Current global financial crisis: An incentive problem", el profesor del IESE Pascual Berrone señala que ésta es la razón principal por la que los altos directivos de entidades financieras se han atrevido a realizar inversiones inciertas como las relativas a títulos hipotecarios.

Los paracaídas de oro

La misma paradoja reside en cláusulas de cancelación contractual como los llamados "paracaídas de oro", que establecen para el ejecutivo determinados beneficios (en capital o en acciones) en caso de que la relación se dé por terminada (por adquisición, bancarrota o fin de contrato). Habitualmente, estos paracaídas se han justificado en el sentido de que protegen a los directivos de riesgos que están más allá de su control y les permiten concentrarse en la maximización de beneficios para los accionistas. No obstante, en ocasiones, los "paquetes de salida garantizados" son tan elevados que sencillamente parecen animar al fracaso. Al fin y al cabo, ¿los paracaídas dorados no recompensan al directivo en caso de quiebra?

Algunas lecciones para el futuro

El caso de la crisis financiera nos brinda dos lecciones importantes sobre los peligros de un sistema equivocado de incentivos.

1) ¿Qué sabemos de riesgos? En primer lugar, debemos tomar conciencia de lo poco que sabemos sobre riesgos. Las estrategias de retribución que animan a los ejecutivos a aventurarse sin evaluar las consecuencias pueden resultar fatales para la supervivencia de las compañías a largo plazo. Y, lo más grave, las actuales herramientas de "risk management" no captan enteramente las características del riesgo y la incertidumbre. Así, es crucial que sean revisadas, dada la naturaleza entrelazada del sistema financiero que puede conducir a conflictos en cadena.

2) Los riesgos de la opinión pública. En segundo lugar, desde el comienzo de la crisis, las prácticas de compensación han despertado airadas críticas en la opinión pública y los líderes políticos. El debate suscitado por actuaciones irresponsables, como la escapada de ejecutivos de la aseguradora estadounidense AIG a un complejo turístico de lujo menos de una semana después del plan de rescate aprobado para la firma por el gobierno federal, imposibilita aplazar por más tiempo el examen del actual sistema de incentivos. No existe una solución fácil para una ciencia tan inexacta como el diseño de compensaciones, tan ligada al método de prueba y error. Sin embargo, las carencias del modelo imperante animan a profesionales y académicos a unir fuerzas para repensarlo a fondo"

Los anteriores obstáculos y buen término del contrato de empleo y directivo pueden tratar de atenuarse a través de mecanismos de diversa naturaleza, aunque en ningún caso se tiene asegurada la desaparición de todas las conductas desviadas de alguno de los participantes.

  • 1. El problema de selección adversa o información oculta o conducta oportunista pre-contractual, puede reducirse con herramientas, tanto de naturaleza contractual (costos de formalización), como de naturaleza informativa (señales, filtración y mercados de trabajo).

Por un lado, el tiempo y recursos dedicados a formalizar el acuerdo contractual (costos de formalización) pueden reducir este problema en la medida que se consiga una manifestación más explícita en el contrato de las verdaderas expectativas e intereses que tiene cada parte.

Por otro, dado que el contexto que envuelve el proceso de negociación del contrato es muy incierto se pueden utilizar mecanismos que ofrezcan información adicional sobre el candidato al puesto de trabajo. Así, se pueden utilizar ciertas señales o variables que la empresa puede asociar al potencial productivo del individuo o futuro empleado o directivo de la empresa. Como destaca Spencer (1987) la contratación de personal es una inversión con incertidumbre para la empresa y, por eso, es necesario obtener la máxima información sobre el candidato en cuestión. Lo típicos ejemplos de indicadores de productividad son el nivel de educación o la experiencia profesional del individuo; sin embargo, no hay que olvidar que a éste le ha supuesto unos costos adquirir estas señales (ejemplo: viajes, pagos de cursos, horas adicionales de trabajo, asistencia a congresos, etc.) que espera compensar con los salarios que le ofrezcan las empresas; por ello, las retribuciones deberán ser lo suficientemente atractivas para cubrir los costos soportados por el empleado previamente. Este tipo de señales se emiten en el mercado de trabajo, pero suelen percibirse con más claridad para empleados de cierta posición en la empresa como los directivos.

Otra posibilidad para atenuar este problema pre-contractual es utilizar los sistemas de criba o auto-selección. En ellos la empresa oferta varias opciones retributivas para que el candidato elija la que más se adecue a sus necesidades. Ese menú de contratos tiene dos grandes extremos, el que retribuye exclusivamente los resultados obtenidos en el trabajo (totalmente variable) y el que sólo compensa el tiempo que el trabajador está a disposición de la empresa (totalmente fijo). Entre uno y otro tiene cabida todo un continuo de fórmulas retributivas mixtas. Las preferencias del individuo de una retribución más fija o más variable, le informa a la empresa sobre ciertas características de los candidatos, así como de su capacidad de riesgo, su necesidad de autonomía en el trabajo, etc. El uso de este mecanismo es más frecuente para el caso directivo donde se le ofrece la posibilidad de negociar su retribución y elegir entre varias opciones contractuales. Por último, también los mercados de trabajo pueden ser una fuente de información sobre los candidatos a un puesto de la empresa porque permite observar su trayectoria profesional en otras empresas -a las cuales se les puede solicitar referencias o antecedentes de los mismos De nuevo, este mecanismo suele utilizarse fundamentalmente para empleados que van a ocupar puestos de bastante responsabilidad en la empresa, como los de alta dirección.

El problema de riesgo moral también puede atenuarse con herramientas tanto de naturaleza contractual (costes de formalización, la supervisión y la retribución), como informativas (mercados, reputación y relaciones duraderas). Respecto al contenido del contrato debe diseñarse adecuadamente para incentivar al empleado a no desviarse, en exceso, de lo estipulado. En la medida que se incrementa la formalización del mismo (se cierra más el contenido) más difícil será para el agente incumplir sus tareas. Además, puede incluir aspectos relacionados con la supervisión de la actuación del empleado o del directivo (a través de controles mutuos entre individuos de un mismo rango en la empresa, control de supervisores, control del consejo de administración o control de accionistas mayoritarios).

Por otro lado, el contrato suele incluir una parte dedicada a la compensación económica de los empleados, de la que habrá que definir tanto la cantidad a pagar como el contenido. En principio, parece que incluir una parte variable en la retribución, es decir, una parte dependiente de los resultados que obtenga el individuo, podría mejorar su comportamiento como agente de los propietarios o empleador ya que su riqueza depende de los resultados que obtenga con su trabajo o, dicho de otro modo, podría reducir los posibles comportamientos oportunistas del agente en busca de satisfacer sus propios intereses. No obstante, antes de tomar la decisión de elegir una retribución de naturaleza contingente habrá que sopesar tanto sus ventajas como sus inconvenientes.

En lo relativo a la obtención de información adicional sobre el individuo en cuestión, se puede acudir tanto a los mercados, como a la reputación como a las relaciones contractuales de larga duración, sobre todo en el caso directivo, ya que para un empleado genérico los mercados no informan sobre su trayectoria profesional, ni se suele percibir su reputación en el exterior de la empresa, ni en todos los casos está vinculado a la empresa con contratos indefinidos.

La disciplina externa que pueden imponer los mercados se consigue a través de las señales que éstos emiten sobre la valía del directivo para gestionar la empresa. En particular, cabe destacar la influencia del mercado de capitales, del mercado de trabajo directivo y del mercado de tomas de control societario. Si el directivo está mal valorado en ellos – por una inadecuada gestión empresarial- su riqueza actual o futura podría verse perjudicada, y al contrario. Muy vinculado a los mecanismos de control anteriores, sobre todo al mercado directivo, se encuentra otro elemento de disciplina directiva conocido como reputación profesional. En tal sentido, un directivo con una mala reputación podría ver mermados sus ingresos futuros, ya sea en la empresa actual u en otras empresas. En la misma línea, se considera que la reputación puede actuar como un "guardián de los contratos", facilitando la buena actuación por parte del directivo.

Pero, además, para que el efecto de la reputación como elemento de disciplina directiva sea realmente efectivo el horizonte temporal del acuerdo contractual propietario-directivo debe de ser lo suficientemente largo como para comprobar los resultados obtenidos en varios períodos. Cuando existe información privada y, por tanto, asimetrías informativas entre las partes, las relaciones contractuales deben plantearse de larga duración. Este tipo de relaciones mejoran la implicación de éstas en el cumplimiento del contrato, facilitando la satisfacción de los objetivos de ambos. De igual manera, el uso de contratos de largo plazo reduce la posibilidad de aparición de problemas de riesgo moral. Tanto las relaciones laborales de larga duración como la reputación profesional juegan un papel importante en las relaciones cooperativas entre individuos, sobre todo, cuando los contratos son incompletos, con elementos implícitos, con conocimientos específicos de una de las partes, etc., como es el caso del acuerdo contractual directivo.

  • Conflictos en las Relaciones de Agencia

En los párrafos anteriores se han esbozados los aspectos relacionados a los contratos, a las relaciones principal-agente, a los costos de agencia e incluso a problemas y mecanismos de solución surgidos entre dichas relaciones; sin embargo, consideramos necesario señalar algunos conflictos que pueden emerger entre los diferentes elementos que componen la relación de agencia dentro de las organizaciones, tal como lo señala Pérez-Iñigo (1999).

Entre Directivos y Accionistas

Estos conflictos surgen dada las circunstancias del accionista (principal) para mantener controlado a los directivos (agente)., ya que este seguimiento es realizado a distancia y de forma incompleta a través de una variedad de fuentes de información (estados financieros, políticas financieras, información publicada). Entre los conflictos más frecuentes se tienen:

  • El Grado de Esfuerzo de los Empleados: es referido al grado en que el agente se esfuerza en cumplir los objetivos del principal, esperando siempre un pago adicional.

  • Los Beneficios Adicionales del Puesto de Trabajo: son las retribuciones que lleva implícitas el puesto de trabajo, y que incluyen beneficios directos e indirectos. Estas acciones proporcionan ganancias al directivo disminuyéndolas del valor de la empresa, y su costo está inversamente relacionado con la participación que tenga en el capital social de la misma. Los accionistas sufren una pérdida en sus derechos residuales sobre los flujos de caja de la empresa si los empleados están en disposición de aprovecharse excesivamente de esos beneficios implícitos.

  • La No Diversificabilidad del Capital Humano: debido a que los directivos tendrán ideas diferentes sobre que tipo de proyectos debe realizar la empresa al tener una actitud con respecto al riesgo muy distinta de la que tienen los accionistas. Estos últimos son casi indiferentes a las oscilaciones que se puedan producir en los resultados de las inversiones, puesto que su riesgo lo tendrán bien diversificado y tales oscilaciones tienden a contrarrestarse unas con otras a lo largo del tiempo. Por el contrario, los directivos pueden ser despedidos por una de esas oscilaciones. Si, por ejemplo, existe una amenaza real de quiebra, el impacto que ello provocará en los directivos y empleados será mucho mayor que el que causará en los accionistas. Esta situación predispondrá a los empleados contra aquellos proyectos de inversión que tengan una cantidad significativa de riesgo diversificable, aunque dichos proyectos tuvieren un valor presente neto positivo.

  • Los Productos o Servicios Específicos: cuando una empresa genera productos o servicios únicos, los accionistas deberán pagar un sueldo superior a los empleados en comparación con el que pagarían si éstos tuviesen un tipo de habilidades más genéricas y que pudiesen utilizarse en otras compañías. Esta prima a pagar es el costo de agencia necesario para inducir a los empleados a trabajar en un proyecto de inversión tan exclusivo como sería este tipo de compañía.

  • La Información Privilegiada: los directivos manejan toda la información de la empresa (son responsables de la gestión), por tal, los accionistas deben estar al pendiente de reducir la asimetría de información, interpretando toda aquella información que la empresa hace pública.

Entre Accionistas y Acreedores

Existen zonas donde se plantean conflictos de intereses entre accionistas-acreedores; en las que los acreedores actúan como principales y los accionistas toman el papel de agentes. Los primeros desean protegerse contra las acciones que toman los accionistas-agentes, quienes, a su vez, actúan a través de sus propios agentes, los directivos.

  • El Problema de la Sustitución de Activos: surge cuando los accionistas sustituyen los actuales activos de la empresa por otros más arriesgados con lo que sustraen valor a los acreedores. Esto puede realizarse a través de nuevas inversiones, o mediante la venta de unos activos y la subsiguiente compra de otros con mayor riesgo. Aunque el valor del mercado de la empresa varíe o se mantenga constante, el valor de las deudas descenderá debido al aumento del riesgo económico. El descenso del valor de las deudas causa un aumento en el valor de las acciones de la misma magnitud, debido a la condición del juego de suma cero existente entre ambas partes.

  • El Problema de la Subinversión: una empresa endeudada podría tener un incentivo para renunciar a la realización de proyectos de inversión poco arriesgados que aumentasen su valor de mercado (VAN>0). Si el riesgo económico se mantiene constante, cualquier aumento en el valor de mercado debe repartirse entre los accionistas y los acreedores. Este problema es, en cierta forma, el contrario al punto anterior, puesto que aquí los accionistas estarían menos predispuesto a realizar los proyectos menos arriesgados (Subinversión) porque ello redundaría en un aumento del valor de las deudas y en el consiguiente descenso del valor de las acciones.

  • La Dilución de los Derechos a través de la Nueva Deuda: un aumento sustancial del coeficiente de endeudamiento traerá como consecuencia un aumento del riesgo de insolvencia de la empresa, lo que implicará un descenso en su calificación crediticia y, por ende, una bajada del valor de mercado de su deuda. Esto se produce debido a la posibilidad de que la empresa declare la suspensión de pagos e, incluso, acabe entrando en quiebra. Si este fuese el caso, además de los previstos costos de quiebra, el valor de las obligaciones antiguas descenderá en el mercado debido a que los derechos sobre los activos que poseen los acreedores existentes podrían verse mermados al tener que compartirlos con los nuevos acreedores. Y, nuevamente, debido al juego de suma cero y a los derechos contingentes, los accionistas se beneficiarán de la pérdida de valor de las deudas. Es conveniente observar que mientras que una empresa puede cambiar deliberadamente su estructura de capital con objeto de diluir los derechos, un cambio en la misma puede ser una consecuencia obvia de las malas condiciones económicas imperantes en vez de una elección de la empresa, por ejemplo: el valor de mercado de las acciones suele oscilar más que el de las obligaciones, así que si se produce un descenso generalizado del mercado, el valor de las acciones caerá más rápido que el de las obligaciones y como sabemos que el coeficiente de endeudamiento se puede expresar como Deuda entre Acciones, éste aumentará al descender más rápido el denominador que el numerador.

  • La Dilución de los Derechos a través de la Política de Dividendos: los accionistas pueden reducir la riqueza de los acreedores al decidirse repartir suculentos dividendos. Esta situación se produciría si el valor de los dividendos repartidos fuese mayor que el descenso del valor de mercado de las acciones ordinarias de la empresa producido por dicho reparto. La razón de este menor descenso radicaría en que no sólo descendería el valor de las acciones sino que también lo haría el de la deuda y por ello el descenso del valor de las acciones no sería tan acusado.

  • Los Activos Únicos: una empresa que tenga activos muy especializados deberá pagar unos cupones superiores si quiere endeudarse utilizándolos como garantía con objeto de compensar el mayor riesgo de los acreedores.

Entre El Consumidor y La Empresa:

Esta relación bajo el esquema de principal-agente, en las que la empresa hace el papel del agente cuando se trata de ofrecer servicio y garantías, mientras que en el caso del imitador es el consumidor el que se convierte en agente, se tiene:

  • Servicio/Garantía: la consideración de la confianza introduce el papel de la reputación de la empresa en la propia decisión de compra del consumidor. Si el consumidor cree que la empresa está realmente comprometida con su misión en la sociedad, entonces la compañía verá aumentar el valor de sus productos y servicios.

  • El Problema del Imitador: surge cuando los consumidores pueden duplicar y vender los productos/servicios de la empresa sin un acuerdo previo. En esta situación es el consumidor quien hace de agente y la empresa ejerce el papel de principal.

Tal como se han descrito en los párrafos anteriores, los problemas financieros pueden animar a varios de los inversores de la empresa a coaligarse con objeto de conspirar contra otros grupos. De tal manera que cada grupo de inversores favorezca, o se oponga, a la liquidación de la empresa sobre la base del resultado que percibirá y no sobre la base de maximizar el valor total de la empresa.

En un ambiente de insolvencia financiera, los accionistas pueden tomar acciones que vayan en detrimento de los acreedores como pagarse grandes dividendos antes de que la deuda venza, con lo que se reducen los flujos de caja disponibles por los acreedores. Es importante tener en cuenta los altos costos que conlleva la quiebra. Los costos directos de la misma incluyen los costos judiciales, minuta de los abogados, gastos contables y otros gastos administrativos. Los costos indirectos se refieren a la pérdida de la clientela, la renuncia de los proveedores a conceder créditos de provisión, y la reducción de la productividad de los empleados. Las alternativas en el sistema de incentivos de los inversores, provocadas por la mala situación financiera de la empresa, se producen porque los derechos de opción (toma de decisiones) de las diversas partes intervinientes pierden valor, cuando no carecen totalmente de él.

La Gestión de los Contratos Financieros.

A lo largo de este capítulo, se ha señalado lo complejo que resulta un contrato financiero, así mismo, las diferentes alternativas que se presentan con el mismo, implicando para ello, la información imperfecta; por dicha razón se puede modelar como una relación principal-agente. Sin embargo, es importante resaltar que a pesar de la complejidad del mismo, existen una serie de alternativas de actuación de seguimiento con costos razonables, que pueden ser efectivos de cara a reducir el problema de la asimetría de la información. Entre dichas actuación, se pueden señalar:

  • 1. Los accionistas tienen el derecho a elegir a los directivos.

  • 2. Los planes de incentivos: bonificaciones, derecho de apreciación de las acciones, pagos en acciones, opciones sobre acciones, acciones gratuitas de venta restringida.

  • 3. Los accionistas pueden deshacerse de sus acciones.

  • 4. La competencia en el mercado del control corporativo.

Investigadores como Jorge Tarzijan y Marcelo Bianconi, mencionados por sus trabajos en los capítulos anteriores, han elaborado estudios en los que se resumen las conclusiones de investigaciones y trabajos que tratan de determinar la validez de las Teorías de la Firma, destacando que muchas de estas solo son de tipo teórico y su cantidad sobrepasa los esfuerzos de las investigaciones empíricas. Los conceptos que respaldan y dan origen a la teoría de la firma son muy importantes para la administración estratégica. La capacidad de entender la existencia y los límites de la firma ayuda a tomar decisiones tales como: cuándo abrir una firma y cuándo realizar ajustes a su límite y ámbito de acción. Así, cuando un empresario decide establecer una firma lo hace, porque estima que la producción interna de un bien o servicio puede ser más eficiente (principalmente en términos de costos) que la obtención de este bien o servicio a través del mercado. Un razonamiento similar surge cuando un empresario decide expandir o aminorar la integración vertical de su empresa o entrar en una nueva línea de negocio.

Los resultados de investigaciones empíricas que han tratado de determinar el poder explicativo de estas teorías están recopilados en el trabajo de Jorge Tarzijan[25]A continuación se mencionan los más destacados:

Poppo y Zenger (1998). Elaboran un estudio relacionado con el desempeño, tipo de gobierno de las actividades (donde los tipos corresponden a desarrollo interno o adquiridas en el mercado) y características de los servicios de información necesarios por la empresa ya sean producidos internamente o comprados en el mercado. Los resultados de este estudio sugieren que las firmas que usaron el mercado (proveedores externos a la organización) para obtener servicios e insumos que eran específicos a la empresa obtuvieron significativas pérdidas en desempeño, respaldando la explicación central de las teorías basadas en los costos de transacción. Al mismo tiempo, los resultados de esta investigación no apoyan la hipótesis de la teoría de la firma basada en el conocimiento, ya que, contrariamente a las predicciones de esa teoría, los efectos de una mayor especificidad de los servicios realizados internamente no tuvieron un efecto significativo en el desempeño de la firma, sino que más bien, cuando se encontró un efecto estadísticamente significativo, éste resultó ser negativo. Adicionalmente, encontraron que a medida que era más dificultoso evaluar el desempeño de una actividad realizada internamente, peor era el desempeño de esa actividad cuando se realizaba dentro de la organización. Este resultado está de acuerdo con las predicciones de modelos principal-agente, donde las dificultades para medir desempeño restringen la capacidad de los incentivos para premiar a los agentes, lo que consecuentemente limita su desempeño.

Shelanski y Klein (1995) realizan una revisión de la evidencia empírica de la teoría de la firma basada en los costos de transacción, encontrando amplio respaldo a la hipótesis de que la elección de los límites de la firma es determinada, en parte importante, por la especificidad de los activos involucrados en la transacción, donde una mayor especificidad muestra estar positivamente asociada con la mantención de ese activo dentro de los límites de la firma.

Woodruff (2002) evalúa empíricamente la teoría basada en los derechos de propiedad y en costos de transacción utilizando datos acerca de la integración entre manufactureros y distribuidores en la industria del calzado mexicana. El encuentra que, en general, los modelos de integración son consistentes con las predicciones, tanto de la hipótesis de los derechos de propiedad como de la teoría basada en los costos de transacción.

Baker y Hubbard (2003) investigan cómo los contratos inconclusos afectan la propiedad de los activos en el mercado de camiones de EE.UU. Los autores encuentran evidencia de que los choferes de camiones son más frecuentemente dueños de los camiones que manejan cuando sus posibilidades de búsqueda de rentas son mayores, lo que ocurre, por ejemplo, cuando pueden llevar y contratar carga tanto de ida como de vuelta. Estos autores concluyen que existe una mayor probabilidad de que los choferes sean los propietarios de los camiones que conducen cuando un manejo no óptimo, por ejemplo, en términos del cuidado y velocidad del camión, sea más difícil de detectar. Asimismo, la existencia de computadores a bordo incrementa los incentivos para que una firma (distinta del chofer) sea su dueño a través de la reducción, por un mejor monitoreo, del costo de agencia en la relación dueño-chofer. Las conclusiones a que llega este trabajo están de acuerdo a la visión que parte con Coase (1937) y que, de una manera u otra, siguen Williamson (1975, 1985), Klein, Crawford y Alchain (1978) y Grossman y Hart (1986).

Hubbard (2001) testea la teoría de los derechos de propiedad basada en Grossman y Hart (1986) y la teoría de la firma basada en su capacidad para otorgar incentivos (Holmstrom y Milgrom, 1994, y Holmstrom, 1999) utilizando datos acerca de la decisión de los contratantes de transporte para utilizar sus propios camiones para sus fletes o de contratar los fletes con terceros. Los resultados del estudio de Hubbard respaldan las principales conclusiones de ambas teorías. Se encontró que, consistente con el trabajo de Holmstrom y Milgrom (1994), el patrón de propiedad de los camiones refleja aspectos del diseño del trabajo, donde los camiones tienden a ser de propiedad de las empresas que tienen que transportar la carga cuando el transporte requiere, adicionalmente al solo traslado de la carga, altos niveles de servicio, y que las empresas contratantes de fletes tienden a subcontratar el servicio con terceros ("usar el mercado") cuando los niveles de servicio requeridos son menores. De acuerdo a este estudio, un mayor nivel de servicio dificulta el establecimiento de incentivos y el monitoreo, haciendo relativamente más atractiva la propiedad de los camiones. Asimismo, y de manera consistente con la teoría basada en los derechos de propiedad, se encontró que el patrón de propiedad influenciaba los incentivos para encontrar usos rentables para los camiones. Así, los camiones de terceros tienen una mayor tasa de utilización, en términos de frecuencia de viajes y nivel de carga por camión, y muestran más interés en la búsqueda de fletes complementarios a su carga.

La literatura de los problemas de agencia es muy extensa y ciertamente no fue un objetivo del trabajo de Tarzijan sin embargo cita los siguientes trabajos:

Shepard (1993) y Slade (1996) han estudiado el problema de agencia en la industria de venta de gasolina al detalle en EE.UU., donde hay estaciones de servicio que son de propiedad de la propia empresa refinadora de la gasolina y otras que son de propiedad de operadores individuales. Ambas autoras concluyen que la principal variable que explica la diferencia en la propiedad observada está en los servicios anexos que presta cada estación de servicio. Concluyen que el ámbito de la firma es menor cuando es más difícil monitorear el desempeño de los trabajadores y el nivel de esfuerzo que colocan los empleados en los diversos productos que venden, por lo que los límites de la firma se explican, al menos en parte, por el problema de agencia que existe entre el principal (en este caso el dueño de la franquicia) y el agente (en este caso, el que trabaja en la estación de servicios).

Holmstrom y Roberts (1998) subrayan la debilidad de las teorías de la firma existentes a través de un estudio de caso en que analizan la relación entre las empresas fabricantes de automóviles en Japón y sus proveedores. Los fabricantes de automóviles tienen relaciones de largo plazo con un número muy limitado de proveedores independientes. Los proveedores esperan recuperar los costos del diseño y de las inversiones específicas que realizan a través del precio que cobran por su producto al fabricante de automóviles. En estas relaciones entre fabricantes de autos y proveedores generalmente no existen contratos y, cuando existen, éstos son muy vagos y de corto plazo. Dada la inversión altamente específica de los proveedores se podría esperar, de acuerdo a las teorías basadas en los costos de transacción, que los fabricantes de automóviles tengan importantes incentivos para comportarse oportunísimamente con los proveedores una vez que las inversiones estén realizadas. Asimismo, dado el bajo número de proveedores entre los que pueden elegir los grandes fabricantes de automóviles japoneses, los proveedores también estarían en posición de intentar comportarse oportunísimamente con los fabricantes, amenazándolos con dejarlos sin las necesarias partes y piezas si no pagan un mayor precio por ellas. Sin embargo, la relación entre fabricantes y proveedores parece haber marchado adecuadamente. La clave de este éxito es, según Holmstrom y Roberts, la interacción repetida en el tiempo que existe entre los fabricantes de automóviles y los proveedores. Cada parte intenta cumplir su porción en el acuerdo, porque de otra manera existe la probabilidad de que las empresas no sigan realizando transacciones entre ellas. La situación planteada por Holmstrom y Roberts (1998) es equivalente a la de un juego relativamente tradicional, donde hay ciertos pagos esperados por seguir la cooperación y otros pagos esperados por desviarse, donde desviarse significa comportarse oportunísimamente con la contraparte. En un juego de este tipo se deben comparar los pagos que se obtienen por cooperar con los que se obtienen por desviarse, donde estos últimos se descomponen en los (mayores) pagos que se pueden obtener en el período de desviación y los (menores) pagos que se obtendrían a futuro por un menor nivel de negocios esperado con esa contraparte y con otras, en la medida que este quiebre del acuerdo influya negativamente en la reputación de la firma. En el caso de la relación proveedores-manufactureros en Japón el castigo por desviarse del acuerdo era muy importante, debido a que el gran crecimiento que experimentaba ese país hacía muy costoso perder el flujo futuro de negocios.

El enfoque de agencia aplicado al comportamiento de las organizaciones empresariales surge de una doble necesidad de orden externo e interno. El establecimiento conciso de sus fundamentos conceptuales puede ser utilizado atendiendo a la delimitación de los siguientes elementos: relación de agencia, tipos de costos, factores determinantes y proposición analítica básica. Es necesario seguir insistiendo en el conocimiento del complejo entramado humano de las organizaciones, en las relaciones contractuales entre agentes individuales, en los problemas informativos que dificultan su desarrollo y, sobre todo, en las diversas vías posibles que pueden aplicarse para favorecer la incentivación de los individuos para el desarrollo y buen término de los contratos de naturaleza laboral.

En las organizaciones actuales los individuos establecen diversas relaciones contractuales con el fin de cooperar y satisfacer sus respectivas funciones de utilidad. Ahora bien, el tipo de relación contractual diferirá dependiendo de las funciones que debe desempeñar en la empresa cada empleado. Podemos destacar un diferente perfil profesional del empleado y del directivo, lo que lleva a la definición de diversos acuerdos contractuales que permitan el intercambio de derechos de propiedad. Aunque en ambos casos pueden emerger problemas de agencia que obstaculicen su desarrollo, las consecuencias para la empresa son mucho más graves en el directivo. Esto supone que sea necesario contar con diversos mecanismos que atenúen la aparición de estos problemas, siendo mayores las alternativas disponibles para incentivar el comportamiento directivo.

Las organizaciones transformadoras que persiguen la calidad y la eficiencia, poseen completos cuadros de mando que les ayudan a maniobrar en el presente y les proporcionan una amplia información de cómo han de prepararse para competir en el futuro. Los indicadores concretos dependen de la estrategia, de las circunstancias e intereses de la organización. Enlazando con los controles de los profesionales en las relaciones de agencia, podemos concluir, que el control burocrático a través de los controles y encuestas del comportamiento, y el conocimiento específico invertido en un cliente, son aspectos novedosos en el cuadro de mandos. De esta forma las organizaciones relativizan su rendimiento y comprueban la adecuación de su misión a los requerimientos cambiantes del entorno, a la vez, que vigilan las relaciones de agencia internas en la organización. Por tanto, los cuadros de mando se caracterizan por su mayor amplitud (mayor número de indicadores, incluyendo los que miden el capital intelectual y las relaciones de agencia), su profundidad (comparaciones) y su dinamismo (cambian al cambiar los requerimientos del entorno).

Los modelos de información asimétrica constituyen una ruptura radical con la teoría neoclásica de los precios al postular microfundamentos de competencia imperfecta en donde otras funciones económicas determinan el resultado macroeconómico global. Lo anterior ocurre siempre que: (i) exista una fuerte relación entre la calidad y el precio de los bienes, el crédito y la tasa de interés, la productividad del trabajo y la tasa de salario real (salario de eficiencia); (ii) los incentivos y el proceso de screening influyen en las decisiones económicas; (iii) el papel de factores distintos del mecanismo de precios determina la asignación de los recursos productivos, particularmente capital y trabajo y, en general, (iv) cuando la determinación de la escasez y de la información relevante es ajena a los precios, salarios y tasas de interés porque depende de los contratos, la reputación y la ausencia de suficientes mercados de futuros. En todos estos casos, el mercado induce racionamiento de demanda en el mercado de bienes, de empleo en el mercado de trabajo (ésta es la verdadera explicación del desempleo involuntario) y de crédito en los mercados financieros.

  • 1. Akerlof, G. A., "The Market for Lemons", Qualitative uncertainty and the market mechanism". Quarterly Journal of Economics, N° 86. 1970.

  • 2. Bianconi, Marcelo. "Financial Economics, Risk and Information,: An Introduction to Methods and Models".2006.

  • 3. Bolton, P., y D. Scharftein, "Corporate Finance, The Theory of The Firm and organizations", The Journal of Economic Perspectives, 12:4, 1990.

  • 4. Coase, Ronald, "The Nature of the Firm", Económica, 4.1937.

  • 5. Holmstrom, B. "The Firm as a Subeconomy", Journal of Law, Economics and Organization, 15: 74-102.1999.

  • 6. Holmstrom B., y P. Milgrom. "The Firm as an Incentive System". American Economic Review, 84: 972-991.1994.

  • 7. Jensen, M. y W. Meckling, "The Theory of the Firm: Managerial Behavior. Agency Costs and Ownership Structure". Journal of Financial Economics. 3:305-360. 1976.

  • 8. Joskow, P. "Vertical Integration and Long Term Contracts: the case of coal burning electric generating plants", Journal of Law, Economics and Organization, 33, Fall.1985.

  • 9. Perrontini, Ignacio, "La economía de la información asimétrica: microfundamentos de competencia imperfecta". Revista de la Facultad de Economía-BUAP. Año VII. N°.19.

  • 10. Poppo, L., y T. Zenger. "Testing Alternative Theories of the Firm: Transaction Cost, Knowledge Based, and Measurement Explanations for Make or Buy Decisions in Information Services", Strategic Management Journal, 19: 853-877. 1998.

  • 11. Shelanski, H., y P. Klein. "Empirical Research in Transaction Cost Economics: a Review and Assessment", Journal of Law, Economics and Organization, 11(2): 335-361. 1995.

  • 12. Baker, G. y T. Hubbard. "Contractability and asset ownership: on board computers and governance in U.S. Trucking", American Economic Review, 93: 3, 551-572. 2003.

  • 13. Shepard, A. "Contractual Form, Retail Price, and Asset Characteristics", Rand Journalof Economics, 24: 58-77.1993.

  • 14. Slade, M.. "Multitask Agency and Contract Choice: An Empirical Assessment", International Economic Review, 37: 465-86. 1996

  • 15. Tarzijan, Jorge, en "Revisando la Teoría de la Firma", ABANTE, Vol. 6, N° 2, 2003.

 

 

 

 

 

 

 

Autor:

Ing. Igor José Colmenares

Febrero 2009

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS Y SOCIALES

DOCTORADO EN GERENCIA

[1] Coase, Ronald, "The Nature of the Firm", Económica, 4. 386-405.

[2] Tarzijan, Jorge, en "Revisando la Teoría de la Firma", ABANTE, Vol. 6, N° 2, 2003,pag.150

[3] Tarzijan, Jorge. Profesor, Escuela de Administración, Pontificia Universidad Católica de Chile.

[4] Jensen, M. y W. Meckling, "The Theory of the Firm: Managerial Behavior. Agency Costs and Ownership Structure". Journal of Financial Economics. 3:305-360.

[5] Por ejemplo, en el caso de un insumo muy específico que deba ser hecho a la medida, los costos de encontrar y negociar con un proveedor pueden llegar a ser tan altos, que finalmente convenga más fabricar el insumo internamente

[6] La imposibilidad de tener contratos completos surge a partir de que no es posible que los agentes económicos sean capaces de anticipar todos los posibles estados futuros de la naturaleza, y los derechos y obligaciones de cada una de las partes en cada uno de estos posibles estados, por último, debido a que la mente humana posee límites en su conocimiento y capacidad de predicción (concepto de racionalidad limitada, Williamson, 1975).

[7] Tarzijan, J. Op. Cite.

[8] Cuando en la inversión está involucrado un comprador C y un vendedor S, las cuasi rentas totales creadas por esta relación son iguales a V €“ VC €“ VS, donde V es el valor presente de la inversión controlada conjuntamente por ambas partes en una relación continua y VC y VS son los valores de la inversión controlada individualmente, en el caso de que el comprador y el vendedor estén separados. Por ejemplo, si una de las partes es dueña de una planta generadora de electricidad y la otra parte es dueña de una mina que requiere electricidad para operar, entonces la relación entre ambas partes generará cuasi rentas si es que el valor de la mina y la generadora eléctrica, operadas en conjunto, genera un mayor valor que la suma del valor que genera la mina y la generadora de electricidad operadas independientemente.

[9] Como lo hizo notar un árbitro de este artículo, esta argumentación presupone la existencia de un mercado que permita el traspaso del activo hacia el agente que más lo valore.

[10] Tarzijan, J., Op cite.155.

[11] Joskow (1985) provee un muy buen ejemplo acerca de los arreglos contractuales entre empresas generadoras de electricidad que se ubican cerca de las minas de carbón, donde se tienden a confirmar las teorías de la firma basadas en los derechos de propiedad.

[12] La desintegración de los conglomerados altamente diversificados puede ser un interesante ejemplo en esta dirección.

[13] Holmstrom, B., "The Firm as a Subeconomy", Journal of Law, Economic and Organization, 17, Págs. 74-102.

[14] Holmstrom, B., y P. Milgrom, "The Firm as an Incentive System", American Economic Review, 84, Págs. 972-991.

[15] Tarzijan, J., Op Cite. Pag.158.

[16] Bolton, P., y D. Scharftein, "Corporate Finance, The Theory of The Firm and organizations", The Journal of Economic Perspectives, 12:4, 95-114. 1990.

[17] Traducción libre con algún énfasis del autor de este artículo, Jorge Tarzijan.

[18] Perrontini, Ignacio, La economía de la información asimétrica: microfundamentos de competencia imperfecta. Revista de la Facultad de Economía-BUAP. Año VII. Num.19.Pag. 59 a 67.

[19] Akerlof, G. A., "The Market for Lemons", Qualitative uncertainty and the market mechanism". Quarterly Journal of Economics, 86, Págs. 488-500. 1970.

[20] Perrontini,I.,Op cite.62.

[21] Jensen, M., y W. Meckling, "Theory of the Firm: Managerial Behavior, Agency Costs, and Ownership Structure. Journal of Financial Economics, 3: 305-360. 1976.

[22] Bianconi, Marcelo. Financial Economics, Risk and Information,: An Introduction to Methods and Models. Págs. , 241 a 243.

[23] Bianconi, Marcelo, Op cite. Pag.243

[24] Bianconi, M. Op cite. Pág. 244.

[25] Tarzijan, J. Op cite. Pág. 168.

Partes: 1, 2, 3
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