Las teorías de Erik H. Erikson y sus aplicaciones en la terapia: La Cuarta Etapa
Enviado por Felix Larocca
- ¿Por qué preferir a Erikson y no alguien más como modelo a seguir?
- La cuarta etapa de Erikson: Laboriosidad vs inferioridad (desde los 5 a los 13 años de edad aproximadamente)
- Niños con necesidades especiales
- El caso de John S.
- En resumen
En el campo de la psiquiatría infantil uno de los trastornos más angustiante para ambos, el especialista, y los padres del niño afectado, es el retraso del desarrollo normal. FEFL en Retraso en el desarrollo infantil.Leer más: http://www.monografias.com/trabajos97/retraso-desarrollo-infantil-y-ataxia-telangiectasia/retraso-desarrollo-infantil-y-ataxia-telangiectasia#ixzz382fUwYs8
Para quienes han dirigido, como el presente autor ha hecho, un número considerable de programas de tratamiento para niños con trastornos emocionales y del desarrollo. Reconocemos que para lograr resultados terapéuticos se torna imperativo operar con una premisa en la mente: La de mantener vigilancia en las etapas del desarrollo tanto físico como emocional en la que el pequeño — y, a veces, quienes lo rodean — se encuentran.
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No sólo es considerar su condición en lo que respecta a su alimentación e higiene general, progreso neuromuscular, habilidades cognoscitivas, uso del lenguaje y la expresión; sino que asimismo es preciso conducir una determinación minuciosa de cómo las influencias del hogar y del entorno socioeconómico en que vive contribuyen a sus problemas — usualmente escolares.
Para nuestros equipos multidisciplinarios era rutina asignar cuidadosamente, y con toda la escrupulosidad que pudiéramos ejercer, la determinación de la etapa precisa en cada dimensión del desarrollo en la que el individuo estuviera, considerando igualmente las de todos quienes impactaran en su condición particular.
¿Por qué preferir a Erikson y no alguien más como modelo a seguir?
Las teorías de Erikson no fueron las únicas que utilizáramos, ya que nos asistiríamos con los pensamientos de otros de los muchos investigadores que habían contribuido al entendimiento de esas etapas de la vida que, como la niñez, la escolaridad y la adolescencia hacen de la nuestra una especie sui géneris.
En este respecto, sí por nada más, nos sentimos justificados en dedicar esta serie de artículos — con las debidas reservaciones — a las contribuciones que Erikson hiciera, ya que su pensamiento — con sus desperfectos admitidos — goza de la mayor difusión y aceptación general.
Prosiguiendo
La cuarta etapa de Erikson, reconocida por el psicoanálisis freudiano como el Período de Latencia, no es "latente" en el sentido de estar en estado de suspenso; ya que las fuerzas poderosas del desarrollo del chiquillo continúan operando con la energía singular conque la mecha encendida del petardo sigue su avance inexorable hacia su destino final: la culminación evolutiva de la persona en cuestión.
La cuarta etapa de Erikson: Laboriosidad vs inferioridad (desde los 5 a los 13 años de edad aproximadamente)
Esta es singularmente la etapa de la escolaridad, la de la socialización en progreso y la de conformar a las expectaciones académicas que todos, de una u otra manera, albergan, del niño.
Es la etapa en la que el jovenzuelo comienza su instrucción preescolar y escolar. Naturalmente, el niño está ansioso por hacer cosas junto con sus contemporáneos. De compartir tareas, de comenzar proyectos o de planearlos, sin interferir con los demás, incurriendo en su rechazo. Lógicamente, en sus inmadureces, el joven posee una manera cándida de comprender la experiencia social que requiere la experimentación, el planeamiento, y compartir con los demás. Si acaso no logra gozar de algún éxito derivado de sus acciones comienza a sentirse insatisfecho y descontento con la impresión de no ser capaz de hacer cosas que otros hacen, y de hacerlas bien y aún perfectas. Como resultado, sentimientos de inferioridad pueden florecer, los que le hacen sentir defectuoso y torpe psicológicamente, ya sea por su situación socioeconómica, por su falta de entendimiento académico, por el grupo étnico al que su familia pertenece o debido a la deficiente estimulación escolar (típica de planteles donde demasiado alumnos se hacinan en la misma clase). Pues es precisamente la institución educativa donde se asienta el establecimiento del sentimiento de laboriosidad, cuyo fallo conlleva a las ideas de inferioridad que Erikson señala son resultados del atasco en esta etapa.
Lo que no es "normal" de acuerdo a la teoría de la evolución. Porque los seres humanos, para adaptarse y sobrevivir, no tenían uso alguno para la escolaridad ¡PUNTO!
Es asimismo en esta fase cuando, de acuerdo a Erikson, las primeras indicaciones del acoso de primo inter pares, o bullying, hacen su aparición, a menudo con resultados adversos en la víctima.
Ni Erikson, ni la antropóloga Margaret Mead, ni otros investigadores que escribieron acerca del niño desarrollándose dentro de su entorno social se detuvieron a considerar la realidad de que la niñez, por nosotros conocida, carece de presencia universal y que — acompañada de su viandante compañera, la escolaridad — no siempre confieren ventajas adaptativas hacia la supervivencia en el sentido evolucionario del dicho.
Etapas del desarrollo psicosexual
De Margaret Mead hemos expresado lo siguiente, ya que esta antropóloga escribe acerca de esta misma etapa, encajándola dentro de la teoría freudiana del desarrollo psicosexual:
Para Freud, la universalidad del Complejo de Edipo era un fait accompli. Algo que, sus fervientes seguidores procuraron corroborar a todo costo. La famosa antropóloga Margaret Mead, fue, de entre todos sus prosélitos, quizás la más apasionada en este respecto, cuando escribiera, su obra — hoy puesta en duda — Coming of Age in Samoa. Libro que concibiera, como mujer recién graduada de 23 años y, que la propulsó en el mundo de la fama intelectual — para muchos exagerada o inmerecida — que adquiriera en su vida complicada.Leer más: http://www.monografias.com/trabajos72/maduracion-nino/maduracion-nino2#ixzz386NRsS1i
Entonces, tenemos la necesidad de admitir que, como hemos expresado en otro lugar, la escolaridad y la escuela presentan dilemas que resultan, con frecuencia, en situaciones nocivas para el jovenzuelo y sus familiares cercanos (léase "su entorno").
Niños con necesidades especiales
El niño con trastornos del desarrollo (TGD) o del aprendizaje puede integrarse y ser educado en el colegio normal, especialmente cuando donde vive no existen los recursos para enseñarlo.
Es axiomático que todo niño de edad escolar posee necesidades individuales en espera de ser determinadas diagnósticamente para asistirlo en adquirir conocimientos.
Para entender esas necesidades, se requiere un equipo de pedagogos entrenados, asistidos por profesionales auxiliares que les permitan descifrar el significado de los comportamientos cuando estos se apartan de la norma. Se entiende que el equipo multidisciplinario debe gozar de entrenamiento adecuado.
Soy diferente, muy diferente, y no sé qué hacer…
En el nivel del preescolar pueden existir una multitud de problemas latentes del desarrollo y aprendizaje que pueden acarrear futuras consecuencias adversas y que deben aclararse temprano.
Pensar en un niño durante el transcurso de su vida estudiantil, es reflexionar en un proyecto especial para el futuro. No importa si se trata de una escuela común o remedial. Lo importante es que el joven adquiera conocimientos, refuerce su autoestima, progrese socialmente, afiance su independencia y potencie su pensamiento.
En ciertos casos es posible la educación del niño especial en el aula común. Esto es factible cuando se goza de las consultas requeridas.
Cuando un niño con necesidades especiales es integrado en el plantel escolar normal se producen modificaciones necesarias para él y su familia sus compañeros, docentes, y dentro de la estructuración funcional del colegio.
Los niños educados de este modo requieren de un proyecto didáctico individualizado, fundado en sus necesidades.
Ya que, si un pequeño ha podido ir ensamblando un entendimiento subjetivo y una evolución cognitiva que le permitan vincularse con sus contemporáneos, compartir y disfrutar aprendiendo, el colegio común es lo apropiado.
Cuando esto último no da resultado; pensar en recurrir a la escuela especial es lo indicado ya que estas instituciones, idealmente, cuentan con equipos de trabajo interdisciplinarios y pedagogos especialistas que pueden sustentar los aprendizajes de estos alumnos.
Mientras que en la cercanía del Río Urubamba… podemos apreciar la cuarta etapa de Erikson
En nuestra considerable experiencia clínica, en muchos casos, la presencia del joven con necesidades especiales en el colegio normal, provee incentivos para el aprendizaje y crecimiento de todos.
Cuando se decide la escolaridad de niños especiales en el colegio normal, el consultante, asistido por el personal docente, debe orientar e instruir a la familia en el momento de tomar esta decisión elaborando proyectos particulares de aprendizaje siempre en colaboración con el equipo multidisciplinario. (Leer más:
http://www.bavaronews.com/semanal/index.php/variedades/salud/1053-fases-etapas-y-reflexiones-psicopedagogia-la-educacion-como-instrumento-diagnostico-y-terapeutico).
Hasta esta coyuntura, en esta tesis, hemos confiado en que el lector puede apreciar que no existen teorías que — a pesar de su popularidad y aceptación generalizada — pueden, como las de Erikson — que aquí estudiamos y aún aplicamos en nuestros modelos remediales — asistirnos en explicar el desarrollo de todos los niños residentes en todas las latitudes del globo terráqueo.
Habiendo satisfecho la obligación de no hacer de las etapas de Erikson un dogma que explica el desarrollo psicosocial del niño in toto, no importa donde quiera que éste resida; podemos proseguir con nuestra tesis.
El caso de John S.
John era miembro de una de las firmas más prestigiosas de contadores (certified accountants) de la ciudad de Saint Louis.
Hijo único, vivía con su madre sexagenaria, quien enviudara muy joven y quien dedicara su vida a darle compañía su único hijo a quien en verdad adoraba por su abnegación solícita.
El abogado por Honoré Daumier
De apenas 32 años, el joven profesional manejaba los clientes más prósperos de una firma que contaba entre ellos, "la flor y nata", económica y social de la urbe.
Todos sus clientes se sentían privilegiados por gozar de los servicios meticulosos y cordiales que el apreciado profesional les dispensara.
Nunca menos que puntual, John recordaba detalles personales acerca de sus clientes que le granjeara el alto estima en que todos lo tuvieran.
Como persona era muy conservador. Trajes de color negro o azul oscuro, camisa blanca almidonada, corbata negra y zapatos oscuros. Gafas de montura simple y una actitud respetuosa y cuasi tímida lo distinguían.
Compartía y permaneció viviendo con su madre, en el hogar escueto en que sus progenitores, permanecieran toda la vida. Graduándose del bachillerato de una escuela católica para varones, terminó su carrera profesional en Saint Louis University.
Cuando la mamá cayó víctima inesperada de un derrame cerebral el mundo se le desplomó a este hijo solícito y consecuente.
Procuró la terapia como instrumento para lograr disipar su tristeza y la desolación que — rayando en la depresión — sufriera.
Nos conocimos comenzando psicoterapia de tipo psicodinámica la cual prosiguió sin obstáculos, ya que el paciente se sumergió en la misma con tenacidad inusitada.
El diagnóstico básico fue el de una fijación en su desarrollo psicosocial — amén que psicosexual — en la cuarta etapa de Erikson y en la de latencia de Freud (véase la gráfica suministrada en previas páginas).
Con ello se exploran las fijaciones que hicieran de su vida una existencia monótona y subordinada, donde la expresión de emociones negativas (como suele ser la rabia) debiera soslayarse. (Continuar leyendo: /trabajos94/triangulo-relaciones-humanas-trigonometria-aplicada-del-destino/triangulo-relaciones-humanas-trigonometria-aplicada-del-destino2#enresumena).
En resumen
En esta lección hemos demostrado los efectos negativos que pueden impedir el proceso del desarrollo individual, sin que exista un trauma identificable, obstaculizándolo de manera imperceptible.
Creemos haber, asimismo señalado el valor relativo de la aplicación del entendimiento diagnóstico del desarrollo del ser humano en su niñez, mientras aplicamos en la terapia técnicas adaptadas del psicoanálisis freudiano.
Fin de la lección.
(Esta serie será continuada con la Quinta Etapa psicosocial de Erik H. Erikson).
Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca