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El campo murciano en la red global (España)


Partes: 1, 2

    El campo murciano en la red global – Monografias.com

    El campo murciano en la red global

    Resumen:

    En este trabajo el objeto de análisis es la composición y factores coadyuvantes de la agricultura intensiva en la Región de Murcia como parte de la ruralidad murciana. Se ponen en relación los fenómenos globales relacionados con la agricultura, con los procesos de cambio y adaptaciones que se producen en territorios concretos como Murcia. Comienzo exponiendo cuál era la situación de la agricultura murciana antes de la incorporación de España a la Unión Europea y de la adhesión a la PAC, a continuación hago un breve recorrido sobre las diferentes PAC implementadas a lo largo de los últimos cincuenta años, pongo sobre la mesa cuáles fueron las restricciones que sufrieron ciertos productos en la incorporación al mercado europeo, y cómo ésta marcó la tendencia comercial y por lo tanto productiva en el sector agrícola murciano.

    La parte central de este trabajo es el análisis del proceso de trabajo de la producción hortofrutícola, y del producto en fresco, así como el uso en dicho proceso de las divisiones que se fraguan en las relaciones sociales de sexo– género y de etnia, y su funcionalidad para abastecer a bajo coste a los mercados europeos de productos agrarios frescos.

    Palabras clave: Glocalización, división social del trabajo, postfordismo, economía informacional, PAC.

    ABSTRACT: In this paper is object of analysis the composition and contributing factors of intensive agriculture in the Region of Murcia as part of rurality. Are put in relation global phenomena related to agriculture, with the processes of change and adaptation that occur on specific areas such as Murcia. Start exposing what was the situation of agriculture in Murcia before incorporation of Spain into the European Union and the adherence to the CAP, then do a quick tour on the various CAP implemented over the last fifty years, I put on the table what were the restrictions suffered by certain products in the European market incorporation, and how it set the commercial trend and therefore productively in the agricultural sector .

    The central part of this work is the analysis of the working process of fruit and vegetable production, and fresh product, as well as use in the process of the divisions that are lurking in the social relations of sex, gender and ethnicity, its functionality to supply low cost to European markets fresh agricultural products.

    Keywords: Glocalization, social division of labor, postfordism, informational economy, PAC.

    1. Antecedentes.

    Para comprender cómo y porqué fue posible llegar a la intensificación de trabajo agrícola que ha marcado tanto la sociedad murciana, debemos remontarnos a la crisis de la vieja agricultura que comienza en los años 50 del siglo pasado con la modernización. En aquel momento la economía española se había empezado a abrir al mercado mundial, y el país jugó con el sector económico con el que se había sostenido hasta ese momento que era la agricultura, aunque aplicando una serie de transformaciones para hacer posible el desarrollo, que se asumió como ideal incuestionable.

    En primer lugar se introdujeron nuevas formas de producción que implicaban el uso de máquinas diversas, lo cual en muchos casos eliminó mano de obra campesina que tuvo que dedicarse a otros sectores en auge como la industria y el turismo. Con esta mecanización de las tareas agrícolas comenzó una nueva forma de articulación sectorial la cual situó a la agricultura en una situación de mayor dependencia respecto al resto de sectores económicos. Sin embargo éste sector continuaba siendo clave para la economía nacional y mucho más para la Región de Murcia.

    Todos estos elementos llevaron a la crisis de la sociedad agraria tradicional.

    La respuesta de la agricultura murciana a la crisis de la agricultura tradicional no fue homogénea ya que en esta región se practicaban muy diversos tipos de agricultura, por lo que López Ortiz la llama "La región promiscua". Esta diversidad se debe al acusado contraste entre los sistemas intensivos y extensivos que a su vez venían determinados por las posibilidades de riego los cuales, como veremos más adelante, tienen una importancia fundamental para comprender las diferencias entre la agricultura de este territorio y la de otros como Andalucía, así como las ventajas e inconvenientes que estas características particulares conllevan.

    Entre los años 50 y los 70 del siglo pasado se produjo una redistribución de la tierra según el régimen de tenencia. Muchos aparceros no pudieron hacer frente a los costes de la mecanización por lo que emigraron a la ciudad y empezaron a dedicarse a otros sectores, de esta forma comenzaron a predominar las tierras explotadas en régimen de propiedad, lo cual se produjo mayoritariamente en tierras de regadío ocupadas por cultivos intensivos. Las grandes explotaciones se parcelaron y constituyeron como explotaciones más pequeñas para intensificar y diversificar los cultivos.

    Hasta los años 70 se produjo un crecimiento lento de la población rural murciana que se aceleró a partir de esa época debido a un fuerte crecimiento vegetativo (altas tasas de natalidad, y bajas tasas de mortalidad). La emigración a la ciudad supuso en el ámbito rural un freno para el rápido auge demográfico. Esta emigración se debió sobre todo a la mejora del nivel de vida en las áreas industrializadas, y a la expulsión de población rural que la modernización tecnológica de la agricultura había inutilizado como mano de obra.

    De esta forma entre los años 50 y 70 se configuraron dos tipos de comarcas: aquellas que tenían altas expectativas de desarrollo económico y que por tanto atraían una mayor concentración poblacional, y aquellas otras que tenían menos expectativas de desarrollo económico y que sufrían una menor concentración poblacional. Observamos por lo tanto que el desarrollo económico estaba asociado a una actividad dinámica del sector industrial, así como a la parte del sector agrario que se dedicaba a la exportación agrícola y el que se estaba transformando en agroindustria.

    También empezaba a cobrar importancia en esta época el sector turístico, constituyéndose como un nuevo foco de ocupación laboral. Según la distribución e impacto de estos tres ejes de desarrollo articulados, se conformaban núcleos territoriales de mayor o menor crecimiento socioeconómico.

    En líneas generales podemos afirmar que se daba una primacía de la ciudad sobre el campo, del regadío sobre el secano y de las modernas actividades sobre los sectores tradicionales (López Ortiz, 1999).

    En cuanto al mercado de trabajo, aunque la población rural murciana disminuyó lo hizo en menor medida que la media nacional, ya que en esta región se produjo un grado medio de industrialización y existía la dificultad de mecanizar los cultivos de regadío, por lo que algunos seguían necesitando abundante mano de obra.

    La emigración del campo a la ciudad y el consiguiente traspaso de mano de obra a la industria provocó la pérdida de las formas tradicionales de producción agrícola y el encarecimiento del trabajo de aquellos que permanecieron en el campo. Este último hecho hacía que los productores prefirieran cada vez más y en la medida de lo posible mecanizar sus explotaciones, lo cual a la larga derivó en una dependencia cada vez mayor de gastos externos de energía, de materias primas y equipos de origen industrial.

    Los emigrantes eran jóvenes por lo que se produjo un envejecimiento de la población rural. También migraron más arrendatarios y aparceros que propietarios lo que condujo a un incremento del cultivo directo debido a que los mismos trabajadores eran a su vez propietarios de la tierra, así rentabilizaban más lo invertido, trabajando ellos mismos en cultivos intensivos y mecanizando aquellos cultivos en los que fuera posible tal aplicación. Las tierras de cultivo habían sido siempre minifundios, por lo que apenas existían grandes terratenientes como en Andalucía, lo cual evitaría más adelante tanta conflictividad como la que se dio en los campos andaluces.

    También se produjo una mayor migración de las comarcas de secano por la menor rentabilidad de estas tierras, y por la menor necesidad de mano de obra por ser cultivos extensivos, y que eran a su vez más fáciles de mecanizar.

    En las zonas de huerta, más que la mecanización, empezó a predominar la "agricultura a tiempo parcial".

    Los pequeños agricultores propietarios fueron el diferencial de la agricultura murciana con respecto a la andaluza, así como las estrategias que muchos de éstos adoptaron ante la crisis de la agricultura tradicional. Algunas de estas estrategias fueron la autoexplotación de la fuerza de trabajo sobre todo en zonas tradicionales de regadío donde predominaba el minifundio, la orientación productiva hacia la especialización hortofrutícola con una selección de cultivos de mayor rentabilidad, pluriactividad con dedicación a la agricultura a tiempo parcial, más otro trabajo en otros sectores, y/o trabajo agrario pero asalariado.

    Este trabajo asalariado produjo el paso del autoconsumo a la dependencia del mercado.

    Así todo el sector agrícola se convirtió en un eslabón imprescindible para el abastecimiento nacional, y cada vez más europeo, pero al mismo tiempo se estaba convirtiendo en un sector totalmente dependiente de otros. Lo cual como veremos más adelante deja a un sector, que es fundamental para la supervivencia, a merced de las mareas mercantiles. Lo cual se torna con el actual predominio de la economía financiera sobre la productiva en una crisis alimentaria a nivel mundial, y que a nivel local, y no sólo en esta región sino en otras regiones del mundo, conlleva que el trabajo en el campo se haya convertido en un trabajo precarizado tanto en condiciones laborales como salariales, estando así con medio cuerpo en la economía sumergida.

    A continuación explicaremos más detalladamente en qué consistió la modernización tecnológica que se dio sobre todo entre los años 60 y 70 del siglo pasado.

    La modernización consistió en la aplicación de la tecnología asociada a la Revolución Verde, lo que llevó al sector agrícola a ser dependiente del sector industrial. Se abrió una brecha entre aquellas explotaciones y cultivos que se mecanizaron y los que no, así como entre los territorios en los que estas se encontraban situados.

    La aplicación de nuevas técnicas no implicó el abandono de las tradicionales sino que éstas fueron complementadas por las nuevas, y sólo sustituidas de forma parcial. Esta nueva convivencia entre lo nuevo y lo viejo fue la base de la diversificación de la producción agraria que caracteriza al conjunto de la región.

    Se utilizaban de forma muy extendida los fertilizantes minerales con la intención doble de elevar constantemente los rendimientos unitarios, y forzar al máximo el ciclo vegetativo de los cultivos.

    También se hizo un uso abusivo de pesticidas e insecticidas.

    En Murcia la mecanización presentó un diferente ritmo e intensidad en función del tipo de agricultura practicada. En primer lugar se mecanizaron las zonas de regadío intensivo, pero no todas las actividades por lo que se siguió necesitando abundante mano de obra. En los secanos la mecanización fue más tardía y lenta pero se generalizó a todas las actividades del proceso productivo, aunque con la peculiaridad de que era mayor el alquiler de maquinaria que su compra.

    En las zonas donde el agua escaseaba se implantó el riego por goteo y la construcción de embalses y presas.

    Los objetivos del proceso de modernización técnica de la agricultura fueron básicamente el ahorro de mano de obra en el proceso productivo, y la consecución de mayores rendimientos. A partir de aquí el fenómeno de la modernización adquirió diferentes formas dependiendo de: las características del suelo agrario, del tipo de cultivo implantado, del tipo de empresario al frente de la explotación, y de la articulación diversa entre viejas y nuevas formas de producir.

    Los efectos de la mecanización fueron un aumento importante de la productividad, de los rendimientos y de la producción, así como de los gastos del sector. También se produjo un aumento de la dependencia de la industria y del sector financiero, un debilitamiento del carácter natural de la actividad agrícola, y pérdida de la eficiencia energética del proceso agrario.

    Después de analizar estos efectos, a finales de los años 70 se empieza a plantear la necesidad de reconvertir la moderna agricultura en una agricultura integrada con el entorno y los recursos naturales para que se desarrolle en un mejor equilibrio con los mismos.

    A continuación trataremos el tema de la ampliación del regadío, el uso del suelo y los cambios en la producción, de forma que nos permita reflejar cómo las decisiones que a este respecto se tomaron acarrearon consecuencias medioambientales y sociales que han marcado profundamente el curso de la intensificación agrícola, y de la situación actual de la Región de Murcia.

    Las ventajas del regadío eran, por un lado la posibilidad de cultivar con un valor añadido superior a los de secano, mientras que por otro ofrecer un mayor potencial de reacción a los cambios de la demanda.

    La ampliación del regadío en esta Región se llevó a cabo a través de la instalación de motores para elevar las aguas superficiales de la cuenca principalmente del Rio Segura, y de las obras de regulación realizadas por la Confederación Hidrográfica de la Cuenca del rio Segura. La explotación a gran escala de las aguas subterráneas fue posible gracias al mejor conocimiento del subsuelo, que estaba asociado al desarrollo tecnológico impuesto por el sector petrolífero.

    Otro factor importante para dicha ampliación fue la firma del trasvase Tajo-Segura.

    De esta manera la especialización hortofrutícola tenía el campo sembrado para triunfar. En las zonas de secano ganaron protagonismo los viñedos y los almendros frente a los cereales y los olivos. En las zonas de regadío predominaron las hortalizas (tomate, pimiento, melón), los frutales de hueso (albaricoqueros y melocotoneros) y los cítricos (con una disminución del limonero y un aumento del naranjo).

    En este momento el cultivo hortofrutícola había empezado a tener mucha demanda interna por el alza del nivel de vida que permitía una dieta más variada; al mismo tiempo este cultivo estaba adquiriendo una importante proyección en el comercio exterior.

    Para concluir tenemos que recordar que fue en la década de los años 60 cuando se desencadenó de forma definitiva la crisis de la agricultura tradicional y cobraron auge las modernas formas de producción, esto junto a la apertura en los años 50 a los mercados europeos supuso cambios en las estructuras agrarias, el uso del suelo, la estructura de la población activa, y las técnicas de cultivo.

    Los pilares fundamentales de la modernización fueron la intensificación del consumo de fertilizantes artificiales, la masiva introducción de tratamientos fitosanitarios, el incremento de los índices de mecanización, y la mejora de los sistemas de riego.

    2. Contexto.

    Los cambios que se han producido en el sector agrícola murciano en los últimos años han estado directamente relacionados con fenómenos que han tenido lugar fuera de la región. En este caso tomaremos como marco de referencia la incorporación de España a la CEE (Comunidad Económica Europea) y en concreto la creación dentro de este marco europeo de la PAC (Política Agraria Comunitaria), para poder enlazar los sucesos que ocurrían a nivel europeo con los que ocurrían a nivel regional. La primera PAC se implantó en los años 50 del siglo pasado, las bases sobre las que se asentó fueron: Conseguir proteger la agricultura europea, crear un fuerte sistema de apoyo a las rentas, así como un sistema de restituciones a la exportación para evitar tanta dependencia de Europa del exterior, y la aplicación de mecanismos de intervención en los precios.

    Estas medidas provocaron una serie de efectos externos. Los más importantes fueron la excesiva protección de fronteras lo que dificultaba la inserción de los productos de otros países exportadores, y la ventaja cuantitativa que las ayudas a las producciones europeas le dieron a los productos comunitarios, esto a su vez dio lugar a mayores ventajas competitivas en las exportaciones mundiales, lo cual hizo caer los precios mundiales de dichos productos.

    Debido a esta situación de tensión comercial entre países tuvo lugar la Ronda de Uruguay (1986-1994) en la cual se debatieron cuestiones fundamentales como la eliminación de los obstáculos a las importaciones, la aplicación de una mayor disciplina en la concesión de subvenciones a la agricultura, así como la reducción del uso de productos fitosanitarios por los efectos nocivos que estos generaban tanto a nivel medioambiental (suelos, cultivos, agua) como en la salud de los consumidores.

    Los resultados de esta reunión fueron fructíferos ya que condujeron a la Reforma Mc Sharry en 1992. Con esta reforma la PAC cambió el enfoque, pasando de la fijación productivista al énfasis ruralista y multifuncional, lo cual choca frontalmente con el objetivo que continuó siendo mejorar la competitividad del sector agrícola orientándolo hacia el mercado. Se apostó a partir de ese momento por potenciar el desarrollo del mundo rural, la protección del medio ambiente y la creación de ayudas a aquellos sectores agrarios que sufrieran problemas específicos.

    Para conseguir esto se tomaron medidas concretas como la reducción de los precios de mercado, el abandono parcial de tierras de cultivo eliminando las subvenciones a la producción y fijándolas a la superficie (lo cual a largo plazo trajo también inconvenientes como que dichas subvenciones recayeran en grandes terratenientes que en la mayoría de casos no reinvertían en mejorar las producciones), en último lugar se transformó el sistema de protección variable para las importaciones en un régimen de derechos de aduanas fijos.

    Los resultados de esta segunda reforma fueron diversos pero en líneas generales podemos apuntar que el proteccionismo europeo se siguió dando, aunque el sistema de ayudas no ligadas a la producción desembocó en la entrada en la UE (Unión Europea) de productos procedentes de terceros países.

    A pesar de todo, la presión exterior se sigue sintiendo debido a la situación de inseguridad alimentaria global, que se traduce en que muchos países necesitarían aumentar la producción para garantizar la alimentación básica para sobrevivir. Dicha presión se manifestó en la Ronda de Doha convocado por la OMC, aunque ésta no dio resultados concretos sí sirvió para poner sobre la mesa el problema de la inseguridad alimentaria global, que estaba mostrando su cara más dura en muchos países africano y en otros tantos latinoamericanos.

    En la actualidad y desde hace un par de años Dacian Ciolos, comisario europeo de agricultura, en colaboración con otros expertos, e incluso revisando informes de resultados del programa LEADER y por lo tanto, teniendo en cuenta, aunque de forma indirecta, las opiniones sobre resultados de los GAP (Grupos de Acción Local) y de los actores locales que en ellos participaron y participan, ha estado revisando la segunda PAC. Con la intención de mejorar los efectos indeseados de esta última se está elaborando la que se consagrará en 2013 como la tercera PAC, y que abarcará hasta 2020.

    Los objetivos principales de esta nueva PAC son conseguir una producción alimentaria viable, contribuyendo a mejorar la renta de los agricultores, la competitividad del sector, y compensando a las zonas agrarias más desfavorecidas.

    Por otro lado también se pretende un desarrollo territorial equilibrado a través de la creación de políticas de apoyo al empleo rural y al mantenimiento de la población rural, al mismo tiempo que se intentará mejorar la economía rural promocionando la diversificación sectorial y permitiendo la diversidad estructural de los sistemas agrícolas (y no forzando la intensificación de ciertos cultivos).

    En último término y transversalmente a los objetivos anteriores se luchará por una gestión sostenible de los recursos naturales con el fomento de la producción agroecológica y estableciendo acciones de combate contra el cambio climático.

    A través de este breve y conciso recorrido histórico de la PAC he pretendido conformar el marco contextual que facilite la comprensión de los fenómenos y medidas concretas adoptadas en la Región de Murcia, y los cuales explicitaré y explicaré a continuación.

    3. Aplicaciones de la 1ª y la 2ª PAC.

    La adhesión de España a la CEE supuso una gran oportunidad de desarrollo económico para la Región de Murcia ya que ésta contaba desde antes de 1986 con un fuerte sector agrario, y sobre todo una gran tradición en el subsector agrícola. Para las fechas de la incorporación Murcia ya destacaba en el conjunto nacional por tener un amplio beneficio con las exportaciones de aquellos cultivos en los que se había empezado a especializar, como era el sector de frutas, hortalizas y el de la ganadería de porcino.

    Martínez Fernández (1987) nos habla de que ya en aquel momento el estudio de las exportaciones de productos agrarios y alimentarios en Murcia presenta cuatro características fundamentales:

    – Mientras que el saldo de la balanza comercial exterior murciana global es deficitario, el relativo a estos productos es positivo.

    – Las exportaciones agroalimentarias suponen la mayor parte de las exportaciones totales de Murcia.

    – De estas exportaciones hay un predominio casi absoluto de productos hortofrutícolas en fresco y conservas vegetales.

    – El destino de las exportaciones agrarias y alimentarias muestra un elevado grado de concentración espacial hacia la CEE fundamentalmente a Francia, Alemania y Reino Unido.

    En 1985 se establecieron una serie de condiciones para la adhesión de España. En el caso de la Región de Murcia, y de los sectores en los que esta región estaba especializada se impusieron para frutas y hortalizas frescas un periodo de transición de diez años dividido en dos fases (Jiménez, M. 2002):

    – La primera denominada de verificación de convergencia comenzó el 1 de Marzo de 1986 y terminó el 31 de Diciembre de 1989.

    – La segunda estuvo comprendida entre el 1 de Enero de 1990 y el 31 de Diciembre de 1995.

    En este momento la PAC creó una serie de fondos como el FEOGA- sección garantía, el FEOGA- orientación, el FEDER y el FSE que tuvieron una importante influencia en el sector agrario murciano, y en el paso a una agricultura murciana competitiva, y capaz de adaptarse a las demandas de los consumidores; característica, esta última, que marcará el cambio tecnológico y organizacional de la agricultura industrial murciana (Pedreño, A. 1998), y la inserción en un tipo de economía postfordista e informacional (Pedreño, A. 2001).

    Éstas son algunas de las condiciones que tuvo que afrontar la agricultura intensiva murciana, que es el caso particular que aquí quiero tratar. A pesar de las barreras en las fases de incorporación, la agroindustria murciana supo sacar partido a la nueva situación y en pocas décadas creó un sistema empresarial en el sector hortícola que trajo grandes beneficios económicos a la vez que produjo el empeoramiento de las condiciones laborales de los trabajadores que se encuentran en las primeras fases de la producción.

    Las estrategias concretas que se tomaron frente a las medidas de las diferentes PAC, fueron diversas según sí la explotación era intensiva o extensiva, pero podemos decir que en aquel momento quienes más se beneficiaron de la incorporación fueron aquellos que se dedicaban a la agricultura intensiva. Dentro de éstos destacaron los que se especializaron en los productos perecederos o "en fresco" porque era y sigue siendo lo que mayor demanda tiene para el comercio exterior. Para poder realizar un análisis en profundidad de dichas estrategias tenemos que explicar primero qué tipo de proceso de trabajo se lleva a cabo en los campos murcianos, para poder justificar que ciertos productores sean más competitivos qué otros, y cómo aquellos que no son tan competitivos, bien porque no tienen una estructura empresarial como la de las grandes empresas productoras- comercializadoras, o bien porque se dedican a otro tipo de cultivo, han adoptado medidas alternativas como la producción de ecológico.

    En este artículo trataremos el "producto en fresco" porque este ha sido el polo innovador en el que se ha basado la agricultura industrial murciana para obtener una cuota en los mercados de exportación. Esta especialización de ciertos territorios es acorde totalmente con la lógica de la globalización y de la economía informacional, ya que esta creación de polos productivos en lo agrícola se produce en diferentes zonas del mundo, como por ejemplo Brasil.

    La producción agrícola se ha ido convirtiendo cada vez más en una actividad totalmente racionalizada y estandarizada, casi al modo fordista (Pedreño Cánovas, A. 1998). A pesar de todo, esta "nueva agricultura" reproduce las viejas pautas de eventualidad y máxima flexibilidad que han caracterizado a los mercados de trabajo agrícolas, lo cual demuestra que aunque se ha producido una profunda reestructuración productiva de la agricultura, ciertas prácticas laborales tradicionales permanecen, probablemente, por su funcionalidad para la satisfacción a bajo coste de las nuevas demandas de los consumidores, y de los mercados.

    Las formas de producción de la agricultura salarial murciana requieren de una abundante mano de obra, a la vez que se intentan reducir los costes laborales para ser más competitivas, y se produce con calidad. Esto es posible por el uso de una mano de obra socialmente vulnerable.

    Uno de los avances más importante que se han conseguido con la racionalización del trabajo agrícola es la creación de un ciclo anual. La estacionalidad no se ha eliminado por completo, lo que ahora sucede es que existen temporadas altas y otras bajas, y este continúa siendo el rasgo diferencial de este proceso de trabajo con respecto a una industria de automóviles o a una refinería.

    De esta manera se crea un proceso de trabajo en el que es necesaria una mano de obra que realice un trabajo jornalero intensivo (a jornal o a destajo según la época), y con bajos salarios. Para comprender las características de esta mano de obra es fundamental acudir al ámbito de la reproducción social como un proceso externo e independiente de la producción, que está articulado por el género y la etnia como relaciones sociales. (Pedreño Cánovas, A. 1998).

    A continuación explicaremos como se realiza el trabajo en el campo tomando como caso representativo para nuestra argumentación el de la horticultura intensiva estudiado por Andrés Pedreño Cánovas (1998).

    Es la cuadrilla o grupo de obreros quien lleva a cabo el trabajo agrícola en el campo. Cuando se introdujeron las tecnologías de carácter fordista durante el proceso de modernización al que ya hicimos mención en otro apartado se produce una transformación desde la cuadrilla manual "autoorganizada" y cuya cualificación depende de la capacidad grupal de sincronizar las diversas tareas al máximo, a la cuadrilla "mecanizada" donde la tecnología impone el ritmo de trabajo, descualifica las tareas y rompe las complejas tramas grupales que siempre han caracterizado a las cuadrillas "manuales" (Pedreño, 1998:27).

    La cualificación de la cuadrilla no depende de cada individuo sino que se construye grupalmente, a través de la sincronización que alcancen entre todos, para lo cual es imprescindible que entre los miembros exista una fuerte cohesión en el trabajo. El individuo aprende practicando en el grupo y a través de la transmisión oral de las destrezas, y así crean estrategias para ejercer el control sobre su trabajo y sobre la relación de empleo. Esta cualificación es fundamental cuando las empresas necesitan cuadrillas de destajistas para una recolección rápida, ya sea por exigencias del mercado o ya sea porque el cultivo ha madurado de golpe. En el trabajo "a destajo" el sueldo es más alto que "a jornal" y no se paga individualmente sino al conjunto de la cuadrilla.

    El capataz o "cabezalero" es quien dirige directamente el trabajo de la cuadrilla sobre todo cuando es "a jornal", porque en este caso el sueldo es individual, por horas y por lo tanto el interés porque el trabajo salga rápido es menor por parte de los trabajadores, ya que cuantas más horas echen más cobran. Este encargado o capataz funciona para la empresa como una subcontrata, lo cual supone una práctica de descentralización de las tareas manuales. Así los trabajadores tienen una relación muy débil e informal con la empresa para la que trabajan.

    Otra característica de la descentralización es el uso de las plataformas recolectoras- embolsadoras, que se constituyen como factorías ambulantes, dispersas y en movimiento por los campos.

    En el mismo sentido el autor apunta que: "La gestión empresarial del trabajo ha seguido una tendencia hacia el fomento del individualismo competitivo, sin tener en cuenta que la cuadrilla desarrolla grupalmente los ritmos de trabajo y la cualificación. De esta forma se ha buscado un orden productivo que no dependa de las capacidades autoorganizativas de los trabajadores, a través de salarios calculados en base a la hora trabajada y de técnicas de control de rendimientos de carácter tayloriano… (Pedreño, A. 1998:31-32).

    Las nuevas tecnologías de recolección y plantación que se están insertando en la horticultura intensiva están modificando las relaciones y formas de trabajo de las cuadrillas, en el sentido de una descualificación del trabajo. Con las maquinas cosechadoras- embolsadoras la lógica del fordismo se ha aplicado en la agricultura industrial, ya que estas tecnologías responden a una serie de principios organizativos como el de la determinación tecnológica del ritmo de trabajo, el trabajo repetitivo y monótono, la parcelación del trabajo, y el trabajo en línea. Gracias a estos principios organizacionales que subyacen a estas tecnologías, la mano de obra funciona como un apéndice mecánico de las mismas, y así empieza la descualificación.

    Pedreño trata en este artículo la influencia de la cuestión del género y la etnia en la organización social del trabajo de la agricultura industrial. Dichos factores me parecen esenciales para comprender fenómenos que vienen de la reproducción social y se perpetúan en otros ámbitos como el laboral. Citando a Narotzky (1988), este autor recuerda que el trabajo femenino desde la concepción patriarcal ha sido visto como una "ayuda familiar", y que guiadas por esta representación social muchas mujeres se han dedicado a sectores del mercado secundario, que implican empleos precarios, informales y estacionales. Las mujeres critican poco este tipo de empleos porque para ellas lo principal es que éstos les permitan seguir desarrollando el trabajo doméstico. A partir de aquí Pedreño afirma que: "Una mano de obra construida socialmente en función de las categorías de género se muestra altamente atractiva para las exigencias de flexibilidad que la agricultura industrial murciana requiere". (Pedreño, A. 1998:37).

    Las empresas agrícolas establecen una división funcional del trabajo entre las tareas de planificación, concepción, control y administración por un lado, y por otro el trabajo manual de campo (cultivo y recolección) y de manipulado. Las mujeres se concentran en la mayoría de casos en este último tipo de actividades que además se caracterizan por su eventualidad, flexibilidad contractual, salario a jornal, inestabilidad e intensa movilidad; mientras que en el primer tipo de actividades los contratos suelen ser fijos, los salarios más altos, y hay una mayor estabilidad ocupacional. Así, la empresa agrícola se sostiene sobre una discriminación de género derivada de una caracterización patriarcal de la organización funcional del trabajo, y sobre una diferenciación salarial que asume la concepción social del trabajo femenino como "ayuda familiar".

    Esta división social del trabajo es aceptada tanto por hombres como por mujeres, aunque estas últimas lo aceptan siempre que les sirve para consolidar su presencia en el mercado de trabajo frente a los hombres, como estrategia de definición de un espacio de trabajo que les sea propio.

    A continuación trataremos el papel fundamental que los inmigrantes cumplen al igual que las mujeres como mano de obra, muy productiva pero a bajo coste por las condiciones de precariedad laboral, en el proceso de la producción agrícola intensiva.

    El proceso de expansión de la agricultura industrial está íntimamente ligado a la llegada masiva de inmigrantes, sobre todo marroquís en el caso murciano, a partir de principios de los noventa. Se estaba construyendo un mercado de trabajadores inmigrantes. Dicha creación se nos presenta como la solución al proceso migratorio que es visto como anterior, aunque en realidad este proceso migratorio tiene unas condiciones causales previas.

    En primer lugar la agricultura industrial requiere una alta disponibilidad de fuerza de trabajo, lo que conduce a los trabajadores inmigrantes a un proceso de sedentarización en aquellas zonas agrarias donde las orientaciones productivas dominantes garantizan cierta estabilidad a lo largo del ciclo productivo, esto en palabras de Martínez Veiga ha generado "un mercado pseudointerno de trabajo" que excluye a otros trabajadores que no forman parte del grupo étnico dominante en dicho trabajo.

    En la Región de Murcia este fenómeno se dio en la comarca del Campo de Cartagena con la horticultura intensiva, en la comarca del Rio Segura y del Nordeste con los cítricos y los frutales de hueso, en el Valle del Guadalentín con la horticultura intensiva, y en la zona tomatera de Mazarrón y Águilas.

    En segundo lugar tenemos un factor histórico y causal que precipita la llegada de trabajadores inmigrantes a los campos murcianos, que es la enorme expansión que experimenta la horticultura en los años ochenta en Murcia. Dicha expansión se ve limitada por la falta de mano de obra autóctona ya que las condiciones laborales en aquel momento no incentivaban a la población local.

    Se produjo entonces un movimiento de los obreros del campo, con importantes movilizaciones para la consecución de incrementos salariales y derechos laborales. El uso que hicieron las empresas agrícolas de mano de obra marroquí paralizó el proceso, de esta forma las empresas estaban adoptando una estrategia para mantener los bajos costes de producción colaborando y haciendo más profunda la desregularización del trabajo agrícola.

    Sólo las grandes empresas que aseguraban cierta estabilidad y derechos laborales eran vistas como deseables por los trabajadores autóctonos, de tal forma que los inmigrantes empezaron a trabajar en explotaciones en régimen familiar donde la relación salarial estaba absolutamente desregularizada, lo cual transforma a este tipo de explotación en pequeña empresa capitalista con trabajadores asalariados.

    La regulación de las relaciones laborales que caracteriza a las grandes empresas cultivadoras-comercializadoras, y la necesidad de una cantidad abundante de mano de obra que no podría haberse suplido únicamente con trabajadores inmigrantes, han constituido las plantillas de estas empresas con mano de obra autóctona mayoritariamente, pero atravesado por la división social de género mencionada anteriormente. De esta manera las empresas se garantizan un suministro constante y seguro de mano de obra local y de los pueblos regionales a través de su sistema de movilidad en autobuses, siendo contratados inmigrantes cuando la mano de obra local no es suficiente para cubrir las necesidades productivas.

    En tercer lugar, dicha incorporación a las explotaciones familiares de mano de obra inmigrante genera un desplazamiento de las mujeres, pasando de realizar tareas como la plantación y la recolección a realizar labores de manipulado del producto en almacenes.

    En cuarto lugar hemos de advertir que toda esta desregularización y discriminación laboral no hubiera sido posible sin la legislación que en los ochenta facilitó que dichos inmigrantes solamente pudieran ser legales si tenían un contrato de trabajo, con lo cual el Estado en una de sus ya muchas donaciones de competencias y pérdidas de legitimidad, cede el control de un ámbito más a los poderes económicos, satisfaciendo así constantemente las necesidades del mercado. Así finalmente podemos decir que es la dinámica de mercado la que condiciona quién será y quién no, ciudadano.

    "La vulnerabilidad de la mano de obra inmigrante está marcada por su condición de ciudadanía débil y por la dependencia del empresario o encargado para la firma de precontratos. Por estos motivos los inmigrantes están, por un lado, desarrollando unas vigorosas cualificaciones en el trabajo agrícola, con cuadrillas bien organizadas y coordinadas que alcanzan ritmos ágiles de trabajo. Pero, por otro lado, su estatus vulnerable determina una mano de obra incapaz de valorizar esa cualificación para influir sobre sus condiciones de trabajo y empleo. De esta forma las unidades productivas están obteniendo una mano de obra cualificada, disciplinada y a bajo precio". (Pedreño, 1998).

    4. Murcia-Europa, carretera del fresco.

    La agricultura que predomina hoy en día es denominada por algunos autores como postfordista, y ésta además de usar nuevos productos agrícolas e innovaciones tecnológicas, se caracteriza por haber creado nuevas formas de organización de la producción. A continuación analizaremos las diferentes estrategias de competitividad de las empresas agrícolas frente a unos mercados en los que predomina cada vez más una fuerte segmentación e incertidumbre comercial, y cómo los territorios se han ido conectando hasta la interdependencia a través de un entramado de redes empresariales.

    El mundo empresarial murciano ha adoptado una serie de estrategias de dirección y organización empresarial que le han permitido integrarse en el nuevo orden global e informacional. La ruralidad agroindustrial murciana se configura según una lógica integración de lo global y lo local, y para ello ha desarrollado una serie de "nudos de la red", inéditos en el mundo rural hasta hoy. (Pedreño, 2001:3).

    Nos encontramos hoy en día en un contexto de integración acelerada entre la producción, la elaboración y la comercialización de alimentos, y es sólo dentro de éste donde podemos comprender las zonas rurales agroindustriales o agroalimentarias como unos espacios de concentración de los distintos tipos de producción agraria. Estas zonas rurales agroindustriales forman parte de entornos geográficos caracterizados por conglomerados de pequeñas ciudades rodeados de regiones rurales. Para Pedreño esta definición de zonas rurales agroindustriales sólo toma en cuenta los aspectos endógenos de las mismas, mientras que para él lo específico de un "territorio de producción en fresco" es que sólo se explica insertándolo en las redes globales de producción y distribución, momento en el cual aparecen los aspectos y elementos exógenos.

    De esta manera se observa que la ventaja competitiva en los mercados actuales ya no sólo se obtiene a través del doble juego territorial: de la multiplicación de filiales extranjeras y por tanto del crecimiento externo por un lado, mientras que por otro se establecen alianzas y subcontrataciones a nivel local. Sino que además, hay que tener en cuenta factores como la ventaja tecnológica, y la que otorga una variada capacidad de reacción que dependerá directamente del tipo de organización de la empresa. De este modo la "empresa-red" presentando las características de la economía informacional es la fórmula organizacional más competitiva actualmente. Flexibilidad e innovación son los elementos claves de este tipo de empresas.

    Partes: 1, 2
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