Indice1. Introducción 2. Desarrollo del tema 3. Conclusión 4. Bibliografía
"Una de las funciones más nobles de la razón consiste en saber si es o no, tiempo de irse de este mundo". Marco Aurelio, Libro III. El presente trabajo es un análisis sobre la eutanasia, en donde se tratará de exponer los argumentos a favor de esta, primeramente se comenzara dando una breve explicación de su significado, para después explicar por que se debe morir dignamente. Elegí hablar de la eutanasia ya que es un tema actual que ha causada mucha controversia y prejuicios a nivel mundial. El objetivo de este trabajó es apoyar la practica de la eutanasia ya que considero que todo ser humano, tiene el derecho a que se le reconozca la posibilidad de disponer de su propia vida en situaciones especiales simplemente por la dignidad que éste puede tener, el reconocerle a un ser humano la posibilidad de definir que hacer con su vida es respetar la humanidad del otro (su humanidad), es el respeto de la libertad y de la vida propia, y esto nos ayuda a definir lo que es una vida digna, se puede argumentar desde este punto de vista, de la dignidad humana, la exigencia de instaurar la eutanasia (bajo ciertas condiciones) como una lucha por el reconocimiento del derecho a la muerte digna, entendiendo por muerte indigna aquella que prolonga inmisericordemente la vida por medios artificiales, en la que la vida se escapa lentamente y se da un apego puramente al cuerpo físico.
2. Desarrollo del tema
El principal derecho que tiene todo ser humano es el de la vida, pero cuando esta se ve gravemente afectada por unas condiciones de salud lamentables y horribles, que llevan a quien las padece a verse en una situación de cuidados intensivos, de la cual no se sabe si saldrá, donde su existencia esta en la cuerda floja, donde puede existir una salida irreversible, donde la existencia dependerá en el futuro de medios extraordinarios, conectado a maquinas como el respirador artificial, cabe preguntarse si se esta cuidando la vida o prolongando la agonía que nos puede llevar a la muerte. En un momento así por que no pensar en la EUTANASIA muerte. Por lo que significa: buena muerte, dulce y libre de sufrimientos. La palabra eutanasia deriva del griego eu bien y thánatos La empleó por primera vez Francisco Bacon en el siglo XVII. Para poder desarrollar apropiadamente el tema, es necesario conceptuar desde un principio los siguientes términos: Muerte y Dignidad. La muerte es la terminación de la vida, la desaparición física del escenario terrenal donde hemos venido actuando y viene a ser, por lo tanto, él ultimo e inevitable acto de nuestra existencia. Sencillamente, es él precio usual que pagamos por haber vivido. Es que como dijera el famoso anatomista francés Xavier Bichat "la vida no es otra cosa que el conjunto de funciones que resisten a la muerte". resistencia que irremediablemente es vulnerable, es decir tiene un límite. La vida, por otra lado, nos pertenece; es algo personal e intransferible. De igual manera la muerte es también algo personal e intransferible. Por eso realmente creo que puede afirmarse con propiedad qué el individuo muere su propia vida y vive su propia muerte. Los seres humanos transitan sus propias vidas alentados o estimulados por pequeñas o grandes aspiraciones, que algunos llaman los "acicates", es decir los incentivos para vivir. Pero de estos los que menos desea cualquier individuo son: la miseria y el dolor. El hecho de aspirar a no vernos colocados en circunstancias que inspiren lástima y compasión ante los ojos de los demás, establece una actitud frente a la vida, a la que se le llama dignidad. Dignidad es, como dice el Diccionario de la Lengua Española. Un comportamiento con gravedad y decoro, una "cualidad que enriquece o mantiene la propia estima y la de los demás". Si en verdad nos estimamos a nosotros mismos no iremos a aspirar jamás a que se nos compadezca por nuestro estado de miseria y de dolor. Es así que tenemos el derecho de vivir con dignidad y por lo tanto se asume que también tenemos el derecho de morir con dignidad. La muerte de Sócrates, tal como la describe Platón en Faidón y Alain de Botton en Las consolaciones de la Filosofía, es él más precioso ejemplo de muerte con dignidad. El filósofo Sócrates, modelo de templanza y de moralidad, poco antes de emprender el viaje sin retorno creyó prudente ir a bañarse para evitar con ello que las mujeres como era costumbre, tuvieran, luego de muerto, que lavar su cadáver. Una vez limpio bebió el veneno, hasta la, última gota, y cuando sintió sus piernas ya pesadas, se acostó dignamente sobre sus espaldas sin quejarse ni mostrando sufrimiento alguno, si no al contrario él era la persona más optimista que se encontraba en ese lugar ya que toda la demás gente sufría al saber que Sócrates iba a morir, con esto despertó la admiración de cuantos lo rodeaban. En cambio, el gran poeta Porfirio Barba Jacob de miseria y de dolor, físico y moral, exclamó poco antes: "Presento disculpas por esta agonía tan poco gallarda" habiendo perdido su propia estima y la de los demás, no le restaba al célebre poeta sino ofrecer excusas por la muerte nada digna que estaba viviendo. La eutanasia ha sido entendida como la ayuda a morir o la asistencia al suicidio de quien no puede hacerlo por sí mismo, es éticamente legítima. Existen dos clases de eutanasia la pasiva que consiste en dejar morir a la persona, suspender un tratamiento médico, o no mantenerla artificialmente con vida. Y también existe la eutanasia activa que consiste en hacer algo para que la persona muera, como la administración de un veneno o droga letal. Todos los seres humanos tenemos el derecho a la libertad propia que implica la tolerancia, la aceptación de la libertad de los demás incluso cuando no nos gusta lo que hacen. Obligar a vivir en sufrimiento es peor que permitir morir en paz. Prohibir la eutanasia es legislar en contra del más débil, del que quiere morir pero no puede suicidarse, y provoca la continuación del sufrimiento. La penalización de está castiga severamente a quien hace un gran bien según la valoración subjetiva relevante de la persona que recibe el alivio de la muerte. Los que están en contra de la legalización de la eutanasia tal vez cambiarían de opinión si se vieran en una situación desesperada y necesitaran a alguien que les ayudara a morir. Participar en una eutanasia puede ser un acto de piedad. Como ya lo mencione al principio, la vida es un derecho pero no un deber u obligación. Cada persona tiene derecho exclusivo a su vida porque ésta no puede traspasarse a ningún otro, pero puede disponer de ella y extinguirla según su voluntad. La vida no es un deber. La práctica de la eutanasia ha sido tanto apoyada como rechazada desde los principios de la humanidad, ya que muchos consideran que es ponerse en el lugar de Dios, cuando no lo es ya que Dios nos dio la capacidad de disponer de lo que hacemos incluyendo nuestra vida, y si dicen que Dios quiere siempre lo mejor para nosotros no creo que quiera vernos en un estado de sufrimiento deplorable. A la vez han habido muchas personas que han apoyado esta práctica utilizando diversos argumentos que yo considero muy validos. Los estoicos, (Séneca, Epícteto y Marco Aurelio) ven la Eutanasia así: Séneca dice que: "Es preferible quitarse la vida, a una vida sin sentido y con sufrimiento". Epícteto predica la muerte como una afirmación de la libre voluntad. Es decir la vida así no tiene rumbo alguno y solo provoca sufrimiento tanto para el enfermo como para los familiares de él, por lo que el enfermo tiene el derecho a decidir. También ha sido apoyada por Platón ya que él dice que "es mejor dejar morir a quienes no sean sanos de cuerpo". Aunque creo que esto no se aplica en general, ya que hay mucha gente que puede no estar totalmente sana pero que es útil y feliz como esta. Ahora bien los utilitaristas dicen que cualquier acción es moralmente buena cuando produce mayores beneficios que perjuicios y un mejor balance de buenas consecuencias respecto de cualquier otra acción alternativa. Bentham identifica el "bien" en cuestión con el placer o la felicidad, y el mal con el dolor o la infelicidad. Por lo tanto los utilitaristas apoyan "El mayor bien para el mayor número". Creo definitivamente que no causara mayor bien tener a una persona agonizando, que a una persona muerta que murió en un buen estado, sin sufrir mucho y en una forma digna. Dicen los utilitaristas que el mayor bien para el mayor numero, entonces considero que habrá mayor bien y felicidad tanto para el enfermo como para su familia si se le ayuda a morir en una forma digna, y habrá un mayor mal y dolor si le ayuda a prolongar el sufrimiento. Por lo tanto la eutanasia es buena, dados los dolores que se le quitan a quien los está sufriendo, se disminuyen los daños a la sociedad y se termina con una "carga" para la familia. Quien se retira de la vida no le produce daño a la sociedad, a lo sumo deja de producirle un bien. Otro defensor de la eutanasia es Tomas Moro, quien dice que: "Cuando a los males incurables se les añaden sufrimientos atroces, los magistrados y sacerdotes, se presentan al paciente para exhortarle y tratan de hacerle ver que está ya privado de los bienes y funciones vitales y puesto que la vida es un puro tormento, no debe dudar en aceptar la muerte, no debe dudar en liberarse a sí mismo o permitir que otros le liberen esto es, la muerte no le apartará de las dulzuras de la vida sino del suplicio y se realiza una obra piadosa y santa, este tipo de muerte se considera algo honorable". Aunque mi postura es a favor de la práctica de la eutanasia también reconozco que existen varios motivos validos en contra de esta como que al aceptar la eutanasia es entregar la libertad y al mismo tiempo acabar con ella. Así como podrían aumentar el número de eliminaciones a débiles y personas subnormales si se aplica de una manera poco ética la eutanasia, así mismo, aumentarían las presiones sobre el ejecutante (medico) del acto por parte de la familia. Y también podrían existir homicidios con mascara de eutanasia para cobrar talvez una herencia. Como se ve, el mar de preguntas que nos arrastra aún es grande, sin embargo, ya existe una cierta conciencia en nuestro tiempo para que ella sea aceptada de alguna manera, los valores se han ido transformando poco a poco y ya se está llegando, a que algún día, no muy lejano, se apruebe el derecho a una muerte realmente justa. Los individuos están tomando más en serio su papel dentro de este momento histórico y se comienzan a preguntar sobre aspectos trascendentales en la existencia del ser.
Después de analizar un poco este controversial tema llego a la conclusión de que la vida es un fenómeno natural, y no un misterio trascendente ni un regalo de la divinidad como lo han hecho creer algunas religiones. La terminación de la vida puede suceder por algún accidente, por alguna enfermedad mortal, por agotamiento, o por la voluntad del mismo ser vivo. Si el hombre no decide el momento y las circunstancias de su muerte, entonces son el azar o las circunstancias incontrolables los que la determinan, y no una entidad divina imaginaria. Argumentar éticamente acerca de la vida supone estar vivo, pero no implica desear estar vivo. Una persona viva puede discutir con interés acerca de la vida porque desea obtener ayuda o permiso, para sí o para otra persona, para dejar de existir. Que no nos hayamos dado la vida a nosotros mismos no implica que no tengamos la potestad de quitárnosla. El ser humano es dueño pleno de su vida, no es un simple administrador, y no tiene que dar cuentas a nadie del uso que haga de ella. El morir dignamente sería entonces el morir libre de dolor, con los analgésicos y tranquilizantes necesarios para el desasosiego y con el suministro de medicamentos que se requieran contra las incomodidades que se puedan presentar, eliminando en lo posible el sufrimiento de morir en vida. Aunque no solamente reduciendo el dolor, lo que vale es una vida con cierta autonomía y libertad. El morir dignamente es que se respete la dignidad del moribundo, hay casos en que el paciente anhela de alguna manera la muerte, pero por causa de la intromisión médica, protegida en un deber moral, el paciente debe soportar una degradación tan grande que no la iguala lo terrible que podría ser el camino hacia la muerte, destruyéndose la dignidad de la persona, por lo cual éstas medidas ya no conservan un ser humano. Lo que debe preservar el médico es al ser humano integral y no solamente una mera existencia vegetativa. En nuestra época actual, con intereses diferentes, con ritmos de vida distintos, con horizontes de vida mucho mayores, con una sociedad más evolucionada, con mayores avances tecnológicos ya podría pensarse en ir reconociendo la eutanasia. También creo que se debe entender que la a eutanasia y el asesinato son esencialmente diferentes. La eutanasia no equivale a la eliminación de los ancianos inútiles o gravosos, de los disminuidos psíquicos y de los miembros indeseables de una sociedad. Legalizar la eutanasia no equivale a decidir quién puede vivir y quién no. Tener derecho a ayudar a alguien a morir según su voluntad no implica poder asesinarlo en contra de su voluntad. El miedo al peligro de los abusos, a que la legislación evolucione de tal modo que el médico pueda matar al paciente en contra de su voluntad, es equivalente a creer que legalizar las relaciones sexuales o la prostitución fuera a llevar a legalizar las violaciones. La confusión entre eutanasia y asesinato en algunos debates parece provocada a conciencia como distracción ante la falta de argumentos de los que la prohíben. Además no se debe confundir a un médico y a un asesino. Ya que un asesino es un profesional que mata a una persona en contra de la voluntad de la víctima, y en la eutanasia la víctima desea morir. La profesión médica no tiene misiones inmutables fijadas por un juramento hipocrático, sino que tiene unos conocimientos que pueden ser útiles para otras personas: la mayoría de los pacientes quieren conservar la salud y seguir vivos, unos pocos quieren que les ayuden a morir de forma digna. No parece sensato temer a un médico porque haya ayudado a morir a otras personas. Los médicos siempre han tenido conocimientos que les dan poder para matar, pero que se legalice la eutanasia no implica que tengan más fácil el asesinato de sus pacientes. Para finalizar en un país como México, podría ser la eutanasia causa más de perjuicios que de beneficios, dado que no están dadas las condiciones de conciencia, de legislación, y de cubrimiento necesarias para que se pueda tener de alguna manera en cuenta en éste país pero actualmente ya se legalizo en Holanda y esto podría ser un aliciente para que se legalizara en un futuro en otros países.
- GUTIERREZ, Sáenz Raúl "Introducción a la ética" Editorial. Esfinger, México 1998
En internet:
- http://www.libertaddigital.com/ilustracion_liberal/n9/a05.htm
- http://www.encolombia.com/etica-medica-capitulo-XV.htm
- http://www.monografias.com/trabajos/eutanasia2/eutanasia2
Autor:
Escalante García María Guadalupe Materia: Filosofía II findel84[arroba]yahoo.com.mx Trabajo: Eutanasia Profesor: Jesús Reyes Pérez