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La agresividad (página 2)


Partes: 1, 2

*            "Una conducta perjudicial y destructiva que socialmente es definida como agresiva"[2].

*            "Un evento aversivo dispensando a las conductas de otra persona"[3].

*            "Es una conducta cuyo objetivo es dañar a una persona o aun objeto"[4].

TEORÍAS EXPLICATIVAS DEL COMPORTAMIENTO AGRESIVO

"De acuerdo a Ballesteros (1983), las teorías que se han formulado para explicar la agresión, pueden dividirse en:

*            Teorías Activas:

Son aquellas que ponen el origen de la agresión en los impulsos internos, lo cual vendría a significar que la agresividad es innata, por cuanto viene con el individuo en el momento del nacimiento y es consustancial con la especie humana.

Estas teorías son las llamadas teorías biológicas. Pertenecen a este grupo las Psicoanalíticas (Freud) y las Etológicas (Lorenz, store, Tinbergen, Hinde) principalmente.

La teoría Psicoanalítica: postula que la agresión se produce como un resultado del "instinto de muerte", y en ese sentido la agresividad es una manera de dirigir el instinto hacia afuera, hacia los demás, en lugar de dirigirlo hacia uno mismo. La expresión de la agresión se llama catarsis, y la disminución a la tendencia a agredir, como consecuencia de la expresión de la agresión, efecto catártico.

Los Etólogos: por su parte han utilizado sus observaciones y conocimientos sobre la conducta animal y han intentado generalizar sus conclusiones al hombre. Con el conocimiento de que, en los animales, la agresividad es un instinto indispensable para la supervivencia, apoyan la idea de que la agresividad en el hombre es innata y pude darse sin que exista provocación previa, ya que la energía se acumula y suele descargarse de forma regular.

*            Teorías Reactivas:

Son teorías que ponen el origen de la agresión en el medio ambiente que rodea al individuo, y percibe dicha agresión como una reacción de emergencia frente a los sucesos ambientales. A su vez las teorías reactivas podemos clasificarlas en teorías del Impulso y teoría del Aprendizaje Social.

Las teorías del Impulso comenzaron con la hipótesis de la frustración-agresión de Dollar y Millar (1939) y posteriormente han sido desarrolladas por Berkoviitz (1962) y Feshbach (1970) entre otros.

Según esta hipótesis, la agresión es una respuesta muy probable a una situación frustrante, es la respuesta natural predominante a la frustración.

La hipótesis afirma que la frustración activa un impulso agresivo que solo se reduce mediante alguna forma de respuesta agresiva. Sin embargo, cada vez se ha hecho más evidente que la hipótesis de la frustración-agresión no puede explicar todas las conductas agresivas. De modo que parece ser que la que la frustración facilita la agresión, pero no es una condición necesaria para ella. La frustración es solo un factor; y no necesariamente el mas importante que afecta la a la expresión de la agresión (Bandura, 1973)"[5].

"La teoría del aprendizaje social: afirma que las conductas agresivas pueden aprenderse por imitación u observación de la conducta de modelos agresivos. Enfatiza aspectos tales como aprendizaje observacional, reforzamiento de la agresión y generalización de la agresión.

El Aprendizaje Social considera la frustración como una condición facilitadota, no necesaria, de la agresión. Es decir la frustración produce un estado general de de activación emocional que puede conducir a una variedad de respuestas, según los tipos de reacciones ante la frustración que se hayan aprendido previamente, y según las consecuencias reforzantes típicamente asociadas a diferentes tipos de acción.

Para explicar el proceso de aprendizaje del comportamiento agresivo se recurre a las siguientes variables:

Modelado: La imitación tiene un papel fundamental en la adquisición y el mantenimiento de las conductas agresivas en los niños. Según la teoría del Aprendizaje social, la exposición a modelos agresivos debe conducir a comportamientos agresivos por parte de los niños. Esta opinión esta respaldada por diversos estudios que muestran que se producen aumentos de la agresión después de la exposición a modelos agresivos, aun cuando el individuo puede o no sufrir frustraciones. Congruentemente con esta teoría, los niño de clases inferiores manifiestan mas agresiones físicas manifiestas que los niños de clase media, debido probablemente, a que el modelo de las clases inferiores típicamente mas agresivo directa y manifiestamente.

Reforzamiento: El reforzamiento desempeña también un papel muy importante en la expresión de la agresión. SI u niño descubre que puede ponerse en primer lugar de la fila, mediante su comportamiento agresivo, o que l e agrada herir los sentimientos de los demás, es muy probable que siga utilizando los métodos agresivos, si no lo controlan otras personas.

Los Factores situacionales: También pueden controlar la expresión de los actos agresivos. La conducta agresiva varía con el ambiente social, los objetivos y el papel desempeñado por el agresor en potencia.

Los factores cognoscitivos: Desempeñan también un papel importante en la adquisición y mantenimiento de al conducta agresiva. Estos factores cognoscitivos pueden ayudar al niño a autorregularse. Por ejemplo, puede anticipar las consecuencias de alternativas a la agresión ante la situación problemática, o puede reinterpretar la conducta o las intenciones de los demás, o puede estar conciente de lo que se refuerza en otros ambientes o puede aprender a observar, recordar o ensayar mentalmente el modo en que otras personas se enfrentan a las situaciones difíciles"[6].

CARACTERÍSTICAS DE UN NIÑO AGRESIVO:

*            "A menudo se encoleriza e incurre en pataletas (en niños pequeños)

*            A menudo discute o pelea con sus compañeros

*            A menudo desafía activamente o rehúsa cumplir demandas

*            A menudo molesta deliberadamente a otras personas

*            A menudo es susceptible o fácilmente molestado por otros"[7]

CAUSAS Y FACTORES DE LA AGRESIVIDAD

*            CAUSAS:

"Por imitación: Cuando existe en la escuela, familia o entorno cercano, personas que agraden física o verbalmente, los niños copian modelos y erróneamente aprenden que ésta es la manera de resolver las cosas y conseguir lo que quieren.

Relaciones conflictivas en el ambiente familiar: Las peleas entre lo padres, un ambiente conflictivo, puede inducir al niño a comportarse agresivamente.

Inadecuados estilos de crianza: Cuando se deja hacer al niño lo que quiere y no se le enseña a no agredir a los demás, estará acostumbrado a no respetar normas.

Cuando existe incongruencia en el comportamiento de los padres, cuando los padres desaprueban la agresión castigándola con su propia agresión física o amenazante hacia el niño. Asimismo se da incongruencia cuando una misma conducta unas veces es castigada y otras ignorada, o bien, cuando el padre regaña al niño pero la madre no lo hace.

Falta de afecto hacia el niño: Cuando existe negligencia en la crianza de los padres, no se le brinda los cuidados, la educación que necesita, no se felicita sus buenas conductas o sus logros, el niño tratará de llamar la atención de sus progenitores de muchas formas y al no conseguirlo, reaccionará con la agresión como único recurso efectivo"[8].

*            FACTORES:

"Uno de los factores que influyen en la emisión de la conducta agresiva es el factor sociocultural del individuo, ya que es el responsable de los modelos a que haya sido expuesto, así como de los procesos de reforzamientos que haya sido sometido. Si en el abundan modelos agresivos, la adquisición de estos modelos desadaptados será muy fácil.

La familia es, durante la infancia, uno de los elementos más importantes del ámbito sociocultural del niño. Las interacciones entre padres e hijos van moldeando la conducta agresiva mediante las consecuencias reforzantes  inherentes a su conducta.

El niño probablemente, generalice lo que aprende acerca de la utilidad y beneficios de la agresión a otras situaciones,. En estas circunstancias, el pone a prueba las consecuencias de su conducta agresiva. Las familias que permiten el control de las conductas mediante el dolor, tienen una alta probabilidad de producir niños que muestren altas tasas de respuestas nocivas. La conducta agresiva del niño acaba con gran parte de la estimulación aversiva que recibe.

Dentro de la familia, además de los modelos y refuerzos, es responsable de la conducta agresiva el tipo de disciplina a que se le someta.

Se ha demostrado que una combinación de disciplinas relajadas y pocos exigentes con actitudes hostiles por parte de ambos padres fomenta el comportamiento agresivo en los hijos. El padre poco exigente es aquel que hace siempre lo que el niño quiere, accede a sus demandas, le permite una gran cantidad de libertad, y en casos extremos le descuidad y le abandona.

El padre que tiene actitudes hostiles, principalmente no acepta al niño y lo desaprueba, no suele darle afecto, comprensión o explicación y tiende a utilizar con frecuencia el castigo físico, al tiempo que no da razones cuando ejerce su autoridad. Incluso puede utilizar otras modalidades de agresión como la que ocurre cuando insultamos al niño por no hacer adecuadamente las cosas, o cuando lo comparamos con el amigo o con el hermano, etc. Tras un largo periodo de tiempo, esta combinación produce nuños rebeldes, irresponsables y agresivos.

Otro factor familiar influyente es la incongruencia en el comportamiento de los padres. Incongruencia en el comportamiento de los padres se da cuando los padres desaprueban la agresión y, cuando esta ocurre, la castigan con su propia agresión física o amenaza al niño. Los padres que desaprueban la agresión y que la detienen, pero con medios diferentes al castigo físico, tienen menos probabilidad de fomentar acciones agresivas posteriores.

Es decir una atmósfera tolerante en la que el niño sabe que la agresión es una estrategia poco apropiada para salirse con la suya, en la que ese le reprime con mano firme pero suave y es capas de establecer imites que no se puede en absoluto traspasar, proporción el mejor antídoto a largo plazo para un estilo agresivo de vida. Enseñarle al niño medios alternativos acabara también con la necesidad de recurrir a peleas.

La inconsistencia en el comportamiento de los padres no solo puede darse a nivel de comportamientos e instrucciones, sino también a nivel del mismo comportamiento. En este sentido puede ocurrir, que respecto del comportamiento agresivo del niño, los padres unas veces los castiguen por pegar a otro y otras veces le ignoren, por lo que no le dan pautas consistentes. Incluso a veces pude ocurrir que los padres entre si no sean consistentes, lo que ocurre cuando el padre regaña al niño pero no lo hace la madre.

De este modo, el niño experimenta una sensación de incoherencia acerca de lo que debe hacer y de lo que no debe hacer. Se ofrece incoherencia al niño, también cuando se le entrena en un proceso de discriminación en el sentido de que los padres castiguen consistentemente la agresión dirigida hacia ellos pero a la ves refuercen positivamente la conducta agresiva de sus hijos hacia personas ajenas a su hogar.

Las relaciones deterioradas entre los propios padres provocan tensiones que pueden inducir al niño a comportase agresivamente.

Otro factor reside en las restricciones inmediatas que los padres imponen a su hijo. Restricciones no razonables y excesivos "haz y no hagas" provocan una atmósfera opresiva que induce al niño a comportarse agresivamente. Por ultimo, en el ámbito familiar, puede fomentarse la agresividad con expresiones que la fomenten. Estas son expresiones del tipo "pero ¿pero no puede ser mas hombre?".

El ambiente mas amplio en que el niño vive también puede actuar como un poderoso reforzador de la conducta agresiva. El niño puede residir en un barrio donde la agresividad es vista como un atributo muy preciado. En tal ambiente el niño es apreciado cuando se le conoce como un luchador conocido y muy afortunado. Los agresores afortunados son modelos a quienes imitaran los compañeros.

Además de los factores socioculturales también influyen factores orgánicos en el comportamiento agresivo. En este sentido factores hormonales y mecanismos cerebrales influyen en la conducta agresiva. Estos mecanismos son activados y producen los cambios corporales cuando el individuo experimenta emociones como rabia, excitación miedo. Por tanto, factores físicos tales como una lesión cerebral o una disfunción también pueden provocar comportamientos agresivos.

También estados de mala nutrición o problemas de salud específicos pueden originar en el niño una menor tolerancia la frustración por no conseguir pequeñas metas, y por tanto pueden incrementarse las conductas agresivas.

Otro factor del comportamiento agresivo es el déficit de habilidades necesarias para afrontar situaciones frustrantes. Bandura (1973) indico que la ausencia de estrategias verbales para afrontar el estrés a menudo conduce a la agresión. Hay datos experimentales que muestran que las mediaciones cognitivas insuficientes pueden conducir a la agresión. Camp (1977) encontró que los chicos agresivos mostraban deficiencias en el empleo de de habilidades lingüísticas para controlar su conducta; responden impulsivamente en lugar de responder tras la reflexión"[9].

DIAGNÓSTICO

"Ante una conducta agresiva emitida por un niño lo primero que se hará será identificar los antecedentes y los consecuentes de dicho comportamiento. Los antecedentes nos dirán cómo el niño tolera la frustración, qué situaciones frustrantes soporta menos.  Las consecuencias nos dirán qué gana el niño con la conducta agresiva.

Pero sólo evaluando antecedentes y consecuentes no es suficiente para lograr una evaluación completa de la conducta agresiva que emite un niño, se debe también evaluar si el niño posee las habilidades cognitivas y conductuales necesarias para responder a las situaciones conflictivas que puedan presentársele. También es importante saber cómo interpreta el niño una situación, ya que un mismo tipo de situación puede provocar un comportamiento u otro en función de la intención que el niño le adjudique.

Evaluar así si el niño presenta deficiencias en el procesamiento de la información.

Para evaluar el comportamiento agresivo se puden utilizar técnicas directas como la observación natural o el autorregistro y técnicas indirectas como entrevistas, cuestionarios o autoinformes. Una vez determinado que el niño se comporta agresivamente es importante identificar las situaciones en las que el comportamiento del niño es agresivo. Para todos los pasos que comporta una correcta evaluación se pude disponer de múltiples instrumentos clínicos que deberán utilizarse correctamente por el experto para determinar la posterior terapéutica a seguir"[10].

"Algunas pautas para identificar un comportamiento agresivo son:

1 – Identificar el tipo de conducta, es decir, qué es lo que el niño está haciendo exactamente. Hay que ser objetivos y específicos en la respuesta. Si el niño patalea, grita, o de que forma expresa su agresividad.

2- Apuntar diariamente en una tabla, y durante una semana, cuantas veces el niño aplica la conducta de agresividad. Anotar qué es lo que provocó el comportamiento. Con lo cuál será necesario registrar los porques y las respuestas. Apuntar también en qué momentos los ataques agresivos es mas frecuentes.

3- Cuando esté determinado el procedimiento que utilizará, poner en práctica el plan. Debe continuar registrando la frecuencia con que su hijo emite la conducta agresiva para así comprobar si el procedimiento utilizado está sendo o no efectivo. Informar del plan elegido a todos los adultos que formen parte del entorno social del niño. Mantenga una actitud relajada y positiva y notarás los progresos. Al final, todos se sentirán mejor"[11].

TRATAMIENTO

*            no estimular la agresividad

"No agredir a los niños ni física, ni verbalmente.

 La agresividad de los niños no es ni no un reflejo de la que reciben o de la que visualizan. Se debe evitar los castigos físicos y las actitudes agresivas y culpantes a la hora de reconvenirles por sus actuaciones.

Tener en cuenta que al hablar de "no agredirles" se hace referencia gran cantidad de comportamientos, no solamente agresiones físicas.

 Si muchos nos apuran, las agresiones de tipo físico serían un mínimo porcentaje de las que reciben los niños.

*            El castigo físico debe quedar totalmente proscrito

  Si se castiga físicamente a un niño se le esta enseñando que es lícito pegar cuando estamos enfadados con alguien al menos, se corre el riesgo de que ellos lo interpreten así, con lo que no deberá extrañar sus respuestas de agresividad.

 Los padres que pegan a sus hijos pequeños, muchas veces lo hacen para descargar su propia agresividad y/o para afirmar su poder que no saben como demostrar, imponer).

*            Impedirle la visualización de escenas de agresividad.

Debe "censurar" la TV, el cine, etc. La visualización de escenas de agresividad aumenta, al menos temporalmente, la agresividad de quienes las contemplan.

Tratar la conducta agresiva no implica simplemente su reducción o eliminación, sino que también es necesario fortalecer comportamientos alternativos a la agresión. Por lo tanto hablar de cómo tratar la agresión, resulta imprescindible hablar también de cómo incrementar comportamientos alternativos. Son varios los procedimientos con que se cuenta para ambos objetivos, entre ellos tenemos a:

*            Procedimientos para controlar antecedentes

Los antecedentes se refieren a factores de la situación inmediata que se produce antes de que el niño emita la conducta agresiva. Controlamos los antecedentes manipulando los estímulos ambientales que elicitan la conducta agresiva, así como aquellos que elicitan conductas alternativas. Algunas formas de manipulación de antecedentes son las siguientes:

*            Reducción de estímulos discriminativos

Se puede controlar los antecedentes eliminando la presencia de estímulos discriminativos. Por ejemplo en casa, no dejando por mucho tiempo solos a dos hermanos cuando suele ocurrir que uno de ellos suele agredir al otro.

*            Modelamiento de comportamiento no agresivo

Se puede facilitar la emisión de comportamientos alternativos a la agresión exponiendo al niño a modelos que tengan prestigio para el, manifestando conductas alternativas a la agresión. Y no solo mostrando esas conductas alternativas sino mostrando también como dicho comportamiento es recompensado.

*            Reducir la exposición a modelos agresivos

Un procedimiento útil para reducir la frecuencia de emisiones agresivas consiste en que, especialmente, los padres y maestros no modelen este tipo de comportamiento. Así pues cunado intentamos regañar al niño por algo que ha hecho, intentaremos no modelar conductas agresivas.

*            Reducción se estimulación aversiva

Puesto que el comportamiento agresivo puede ser instigado por la presencia de diversos estímulos aversivos como conflictos, expresiones humillantes o carencia de cuidados necesarios durante la infancia, un modo de reducir el comportamiento agresivo consiste en reducir la presencia de este tipo de estimulación.

*            Procedimientos para controlar las consecuencias

Las consecuencias se refieren a lo que ocurre inmediatamente después de que el niño emita la conducta agresiva.

Para eliminar el comportamiento agresivo controlando las consecuencias que le siguen contamos con una serie de procedimientos que podríamos agrupar en: a) procedimientos de extinción; b) procedimiento de castigo, y c) procedimiento de conductas alternativas.

Los dos primeros tienen como objetivo reducir el comportamiento agresivo. El último tiene como objetivo incrementar comportamientos alternativos a la agresión. Los procedimientos de castigo pueden ser positivos o negativos.

Hablamos de castigo negativo cuando el individuo deja de estar en contacto con un evento positivo, tras haber emitido la conducta inadaptada. Puede tratarse del procedimiento de "Costo de respuesta" o del procedimiento de "Tiempo Fuera".

Hablamos de castigo positivo cuando aplicamos una consecuencia aversiva tras emitir la conducta agresiva. Son muchas las formas que puede tomar dicha consecuencia. Por ejemplo, puede tratarse de un azote o cualquier otro estimulo físico, o de una reprimenda o un grito, o de un gesto de desaprobación, etc.

Para eliminar el comportamiento agresivo controlando las consecuencias que le siguen se cuenta con los siguientes procedimientos:

*            Extinción

Se basa en la idea de que una conducta que se mantiene gracias a las recompensas que recibe, puede desaprenderse si deja de ser recompensada. Es decir, si una conducta dada ya no produce los efectos esperados, su influencia tiende a disminuir. Si el niño emite una conducta agresiva y no sucede nada, se dará cuenta de ello y abandonara ese modo de comportarse. Por tanto el procedimiento de extinción consiste simplemente en suprimir los reforzadores que mantienen la conducta agresiva.

*            Procedimientos de castigo

Castigamos una conducta aplicando consecuencias aversivas o eliminando eventos positivos una vez que el niño ha agredido. En el primer caso se trata de castigo positivo. En el segundo de castigo negativo. Son procedimiento de castigo negativo el procedimiento de Tiempo Fuera y el procedimiento de Costo de Respuesta.

*            Tiempo Fuera

Es un procedimiento mediante el cual el niño que se comporta de modo agresivo es apartado físicamente de todas o muchas de las fuentes de reforzamiento durante un periodo de tiempo. Igual que con la extinción, el propósito es reducir la conducta agresiva. Pero se diferencia en que la extinción supone la supresión del refuerzo, mientras que en el tiempo Fuera el niño es apartado de la situación reforzante.

*            Costo de respuesta

Consiste en retirar algún reforzador positivo contingentemente a la emisión de la conducta agresiva. Es especialmente eficaz cuando se combina con reforzamiento de conducta apropiada. De tal modo que lo que el niño pierde por omitir la conducta inapropiada es parte de lo conseguido por emitir la conducta apropiada. Por lo general se utiliza dentro de un contexto de economía de fichas, en el que se ganan puntos por emitir la conducta adecuada. También puede consistir el Coste de respuesta en perdida de privilegios como no ver televisión o no salir a recreo.

*            Castigo físico

Al aplicar el castigo físico tendríamos que dar, por ejemplo, un azote una vez que el niño se ha comportado agresivamente. Concretamente en el caso del comportamiento agresivo, es al técnica menos indicada por lo contraproducente que puede llegar a ser. Y es que ocurre que el castigo físico puede tener una serie de efectos colaterales que lo contraindican. De hecho, es el método menos afectivo para cambiar la conducta del niño.

Presentamos algunas de las razones por la no se aconseja el castigo físico para este trastorno:

Los métodos físicos de castigo suelen conducir a la hostilidad a muchos de los niños a quienes se les aplica.

Si son los padres quienes aplican castigo físico constantemente puede ocurrir que estén enseñando al niño a que les tema y le desagraden, ya que cualquier estimulo asociado con el castigo tiende a convertirse en algo desagradable.

El castigo puede suprimir momentáneamente la conducta agresiva, pero los efectos a largo plazo son menos atractivos. Se ha demostrado que los delincuentes han sido normalmente victimas de más ataques de adultos que los no delincuentes.

En definitiva, no es aconsejable la aplicación sistemática de castigo porque sus efectos son generalmente negativos; se imita la agresividad, aumenta la ansiedad del niño, y se incrementan las conductas de evitación, como minino.

*            Reprimendas

Otra forma menos contraproducente de aplicar castigo positivo es mediante estímulos verbales como reprimendas o gritos. Puesto que las reprimendas no causan daños físicos es un tipo castigo menos censurable que el castigo físico. Si se utiliza sistemáticamente puede resultar una técnica eficaz para reducir la conducta agresiva. Las reprimendas pueden consistir en un simple ¡No!. Para que resulte eficaz:

Debe darse cada vez que se emita la conducta agresiva.

La persona que suministra la reprimenda debe estar cerca físicamente del niño, y especificarle claramente cual es la conducta por la que se le reprende.

Debe mirar al niño a los ojos, emplear una voz firme y sujetarle firmemente mientras le reprende.

Debe ser seguida de elogios por comportarse adecuadamente después de la reprimenda.

*            Sobrecorrección

Esta técnica tiene como fin corregir las consecuencias de la conducta agresiva y facilitar que el agresor asuma al responsabilidad de tal conducta, Resulta útil en los casos en que ni la extinción, ni el costo de respuestas, ni el tiempo fuera, ni el reforzamiento de conductas incompatibles ha tenido afecto, La sobre corrección puede aplicarse en forma de sobre corrección restitutiva o en forma de practica positiva o en ambas juntas. Normalmente antes de aplicar la sobre corrección se da una reprimenda ("No pegues"), una descripción de la conducta inadaptada ("Estas insultando a tu hermana") o la manifestación de una regla ("No insultes a la gente").

Sobrecorrección restitutiva: Aquí se requiere que el niño restituya el daño que ha originado y sobrecorrija o mejore el estado original de las cosas. Por ejemplo, por pegar a alguien, se le puede exigir al niño que acaricie el área lastimada durante treinta segundos y que después pida disculpas diez veces después de cada incidente. Este modo de actuar ante la conducta agresiva se conoce también como entrenamiento en el respeto a otros.

Práctica positiva: Consiste en la repetición de una conducta deseable. Por ejemplo, si el niño ha dado patadas a los juguetes tendrá que colocar al juguete tirado en su lugar y, además, ordenar todos los juguetes presentes aunque no los haya tirado.

*            Reforzamiento diferencial

Consiste en reforzar otras conductas emitidas por el niño excepto la que deseamos eliminar, en este caso la conducta agresiva.

Son dos las modalidades de reforzamiento diferencial que resultan útiles para el tratamiento de la conducta agresiva:

Reforzamiento de omisión: Se refuerza al niño cuando lleva un tiempo sin emitir la conducta agresiva.

Reforzamiento de conductas alternativas o incompatibles: Se refuerza al niño por emitir precisamente una conducta incompatible con la agresión. Incompatible quiere decir que no puede darse al mismo tiempo que la conducta agresiva.

Una conducta incompatible a la agresión ante una situación conflictiva seria una conducta de cooperación, o asertiva, o cualquier otro tipo de interacción no agresiva.

Ambos procedimientos permiten superar algunas de las consecuencias negativas que podría tener el uso de la extinción. Puesto que con la extinción el niño deja de recibir la atención que hasta entonces recibía por la conducta agresiva, al aplicar el reforzamiento diferencial continuamos atendiendo al niño, solo que ahora lo hacemos por comportarse adecuadamente.

Además si combatimos el reforzamiento de conductas incompatibles con algunas de las técnicas anteriormente vistas, no solo el indicamos al niño lo que esta mal, sino que también el decimos que es lo que debe hacer, al tiempo que nos encargamos de incrementar la probabilidad de ocurrencia de la conducta adecuada"[12].

 CONCLUSIONES

*            La agresividad es cualquier forma de conducta que pretende causar daño físico o psicológico a alguien u objeto, ya sea este animado o inanimado.

*            Las conductas agresivas son conductas intencionadas, que pueden causar daño ya sea físico o psíquico. Conductas como pegar a otros, burlarse de ellos, ofenderlos tener rabietas o utilizar palabras inadecuadas para llamar a los demás.

*            La conducta agresiva es un comportamiento dependiente de factores situacionales y a nivel de organismo. Se acepta factores hereditarios, pero se da primordial importancia a factores ambientales.

*            Tratar la conducta agresiva no implica simplemente su reducción o eliminación, sino que también es necesario fortalecer comportamientos alternativos a la agresión. Por lo tanto hablar de cómo tratar la agresión, resulta imprescindible hablar también de cómo incrementar comportamientos alternativos.

*            Para prevenir el comportamiento agresivo la mejor estrategia consiste en disponer el ambiente de modo que el niño no aprenda a comportarse agresivamente, y por el contrario, si lo dispongamos de modo que le resulte asequible el aprendizaje de conductas alternativas a la agresión.

RECOMENDACIONES

*            ¿QUé PUEDEN HACER LOS PADRES Y LOS PROFESORES?

1. Definición de la conducta: Hay que preguntarse en primer lugar qué es lo que el niño está haciendo exactamente. Si la respuesta es confusa y vaga, será imposible lograr un cambio. Con ello se quiere decir que para que esta fase se resuelva correctamente es necesario que la respuesta sea específica. Esas serán entonces las conductas objetivo.

2. Frecuencia de la conducta: Confeccionar una tabla en la que anotar a diario cuantas veces el niño emite la conducta que hemos denominado globalmente agresiva. Hácerlo durante una semana.

3. Definición funcional de la conducta: Aquí se trata de anotar qué provocó la conducta para lo cual será necesario registrar los antecedentes y los consecuentes. Examinar también los datos específicos de los ataques. Por ejemplo, ¿en qué momentos son más frecuentes?

4. Procedimientos a utilizar para la modificación de la conducta: Plantearse en la elección dos objetivos: debilitar la conducta agresiva y reforzar respuestas alternativas deseables (si esta última no existe en el repertorio de conductas del niño, deberemos asimismo aplicar la enseñanza de habilidades sociales).

• Ciertas condiciones proporcionan al niño señales de que su conducta agresiva puede tener consecuencias gratificantes. Por ejemplo, si en el colegio a la hora del patio y no estando presente el profesor, el niño sabe que pegando a sus compañeros, éstos le cederán el balón, habrá que poner a alguien que controle el juego hasta que ya no sea preciso.

• Debemos reducir el contacto del niño con los modelos agresivos. Por el contrario, conviene suministrar al niño modelos de conducta no agresiva. Muéstrele al niño otras vías para solucionar los conflictos: el razonamiento, el diálogo, el establecimiento de unas normas. Si los niños ven que los adultos tratan de resolver los problemas de modo no agresivo, y con ello se obtienen unas consecuencias agradables, podrán imitar esta forma de actuar.

 • Reducir los estímulos que provocan la conducta. Enseñe al niño a permanecer en calma ante una provocación.

• Recompensar al niño cuando éste lleve a cabo un juego cooperativo y asertivo.

• Existe una cosa denominada "Contrato de contingencias" que tiene como finalidad comprometer al niño en el proyecto de modificación de conducta. Es un escrito en el que se indica qué conductas el niño deberá emitir ante las próximas situaciones conflictivas y que percibirá por el adulto a cambio.

Asimismo se indica qué coste tendrá la emisión de la conducta agresiva. El contrato deberá negociarse con el niño y revisarlo cada X tiempo y debe estar bien a la vista del niño. Se tiene que registrar a diario el nivel de comportamiento del niño porque la mera señal del registro ya actúa como reforzador.

5. Poner en práctica el plan: cuando ya se ha determinado qué procedimiento se utilizará, puede comenzar a ponerlo en funcionamiento. Debe continuar registrando la frecuencia con que el niño emite la conducta agresiva para así comprobar si el procedimiento utilizado está o no resultando efectivo. No olvide informar de la estrategia escogida a todos aquellos adultos que formen parte del entorno del niño. Mantenga una actitud positiva. Luche por lo que quiere conseguir, no se desmorone con facilidad. Por último, fíjese en los progresos que va haciendo el niño más que en los fallos que pueda tener.

6. Evaluar los resultados del programa: Junto con el tratamiento que se ha decidido para eliminar la conducta agresiva del niño, si ha planificado también reforzar las conductas alternativas de cooperación que simbolizan una adaptación al ambiente. Una vez transcurridas unas tres semanas siguiendo el procedimiento, deberá proceder a su evaluación. Si no ha obtenido ninguna mejora, por pequeña que sea, algo está fallando, así es que se deberá volver a analizar todos los pasos previos. La hoja de registro nos ayudará para la evaluación de resultados. Si ha llegado al objetivo previsto, es decir, reducción de la conducta agresiva, no se debe dejar drásticamente el programa que se efectúa, porque se debe preparar el terreno para que los resultados conseguidos se mantengan. Para asegurarse de que el cambio se mantendrá, elimine progresivamente los reforzadores materiales.

*            ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL CASTIGO

1. Debe utilizarse de manera racional y sistemática para hacer mejorar la conducta del niño. No debe depender del estado de ánimo, sino de la conducta emitida.

2. Al aplicar el castigo no hacerlo regañando o gritando, porque esto indica que la actitud es vengativa y con frecuencia refuerza las conductas inaceptables.

3. No se debe aceptar excusas o promesas por parte del niño.

4. Hay que dar al niño una advertencia o señal antes de que se le aplique el castigo.

5. El tipo de castigo y el modo de presentarlo debe evitar el fomento de respuestas emocionales fuertes en el niño castigado.

6. Cuando el castigo consista en una negación debe hacerse desde el principio de forma firme y definitiva.

7. Hay que combinar el castigo con reforzamiento de conductas alternativas que ayudarán al niño a distinguir las conductas aceptables ante una situación determinada.

8. No hay que esperar a que el niño emita toda la cadena de conductas agresivas para aplicar el castigo, debe hacerse al principio.

9. Cuando el niño es mayor, conviene utilizar el castigo en el contexto de un contrato conductual, puesto que ello ayuda a que desarrolle habilidades de autocontrol.

10. Es conveniente que la aplicación del castigo requiera poco tiempo, energía y molestias por parte del adulto que lo aplique.

BIBLIOGRAFÍA

*            "AGRESIVIDAD INFANTIL"

Isabel Serrano, Ed. Pirámide.

*            "INTRODUCCIÓN A LA PSICOPATOLOGÍA Y PSIQUIATRÍA",

 J. Vallejo y otros, Ed. Salvat.

*            "PREVENCIÓN PEDAGÓGICO SOCIAL DE LA AGRESIVIDAD"

 Arroyo M.,  Ed. Educadores.

*            "AGGRESSION: A SOCIAL LEARNING ANALYSIS"

Bandura A.,  Ronald Press N.Y.

*            "PSICOLOGÍAS SOCIALES"

  J.Mª Blanch, Ed. Hora.

 

 

 

 

Fajardo Ramos, Evelyn Liseth

González Rodríguez, Virginia Dinora

Hernández Orellana, Jorge Alberto

Lucha Ramírez, Elsa Esperanza

Lunes 17 de noviembre de 2008.

[1] "Agresividad infantil" Isabel Serrano, Ed. Pirámide.

[2] Bandura (1973)

[3] Patterson (1977)

[4] Dollar, Miller, Mowrer y Sear (1939)

[5] "Agresividad infantil" Isabel Serrano, Ed. Pirámide.

[6]  "Aggression: a social learning analysis"  Bandura A., Ronald Press N.Y.

[7] DSM- IV

[8] "Prevención pedagógico social de la agresividad"  Arroyo M.,  Ed. Educadores.

[9] "Prevención pedagógico social de la agresividad"  Arroyo M.,  Ed. Educadores.

[10] "Prevención pedagógico social de la agresividad"  Arroyo M.,  Ed. Educadores.

[11] "Recetas del psicólogo" Gloria Marsellach Umbert, (Psicóloga)

[12] "Introducción a la psicopatología y psiquiatría", J. Vallejo y otros, ed. Salvat.

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