Lamentablemente en este gran camino nos encontramos con personas carentes en valores, en competencias sociales y afectivas, sin personalidad formada, en los cuales hay que poner gran esfuerzo y derivar a una red de profesionales, para que no abandonen en el camino, lo único que quizás, tendrán en su futuro. Actualmente la mayoría de las carreras, se han modificado, para ser dictadas en competencias, lo que ha requerido, reforzar lo actitudinal, incluyendo, en la malla curricular, asignaturas sello o de formación general, como: ética, desarrollo personal y una buena cantidad de talleres relacionados.
Trabajamos bajo la enseñanza de Santo Tomás, por tanto a todos los valores antes mencionamos, a demás, debemos tratar de encaminar a nuestros alumnos, hacia la fe, caridad y esperanza, tres virtudes de Santo Tomás, impresas en la misión institucional.
Son muchas las definiciones que se pueden mencionar, relacionadas hacia los valores y virtudes; el valor correspondería a una cualidad o conjunto de cualidades por las que una persona es apreciada o bien considerada. Desde un punto de vista socio-educativo, los valores son considerados referentes, pautas que orientan el comportamiento humano hacia la transformación social y la realización de la persona. También, encontramos que, valor es otro nombre que se le da al Bien, algo más filosófico, dice: los valores valen pero no son; ¿con esta definición en algo discrepamos ya que, como los evaluamos? Si no son. Esta pregunta que se mantienen en la incógnita y es trabajo para muchos educadores hoy en día.
Los valores como lo vimos en los módulos anteriores, van impresos incluso en la definición que se entrega a Educación; proceso bidireccional donde se transmiten no tan solo conocimientos, si no a demás valores y costumbres, la educación no solo se demuestra a través de las palabras, si no que esta presente en las acciones y actitudes, como vemos es todo un proceso de vinculación y concientización conductual, moral y cultural, las personas asimilamos y aprendemos los conocimientos y las normas de conducta.
Por otro lado, la virtud expresa la idea de perfección, merito o cualidad que hacen a la persona digno de gloria. También, podríamos decir que es una cualidad que es permanente en el alma. Es aquí donde se encuentra la diferencia con los valores, pues la virtud va más allá de un acto bueno. Es por esto, que podríamos decir, como han dicho Santo Tomás y otros autores. "La virtud es un habito operativo bueno", por lo tanto, las virtudes son un tipo de cualidad estable, y por eso son hábitos y no meras disposiciones o cualidades transeúntes. Crear hábitos positivos es muy importante en la moral porque se ocupa no sólo de hacer o no hacer ciertas cosas, sino también del "hacerse o deshacerse" en las personas".
Una de las tareas de los docentes es identificar las virtudes, valores o actitudes básicas a formar en sus alumnos de acuerdo a la naturaleza de las materias que imparten. Según Ruiz H., hemos de proponernos algo más que educar en valores, también, estamos llamados a educar en virtudes.
Con los nuevos requerimientos de esta sociedad, medida básicamente en calidad, se hace importante educar en valores, planteándonos con urgencia, la necesidad de encontrar medios adecuados para llevar adelante este objetivo fundamental del quehacer educativo. Desde la perspectiva de la educación de los valores nos parece un aspecto que hay que recuperar y potenciar, pues sin duda todo el proceso de valoración implica el desarrollo de este ámbito afectivo, tratamos de internalizar los valores de manera progresiva y definitiva en la vida de nuestros alumnos.
Tenemos claro como educadores, que no solo en la familia es donde se debe cumplir esta tarea y se educa en valores, pero notamos que es el lugar de mas proximidad hacia la persona, por tanto donde este proceso se hará mas eficaz.
Como lo describe en su trabajo María Luján , la familia es el primer contexto del aprendizaje… contribuye a la socialización de los hijos en relación a los valores socialmente aceptados… acompañan la evolución del niño, en el proceso de escolarización, donde se educa a demás a éstos, para ser autónomos, emocionalmente equilibrados, capaces de establecer vínculos afectivos satisfactorios. Santa María y Rosselot hacen referencia a que para hablar de valores en la educación necesariamente, debemos ver el contexto sociocultural donde está inserta la persona, y así poder abordar los valores en el proceso de aprendizaje. Tal como comentamos anteriormente, los valores, las reglas, los ritos familiares, funcionan como sello de identidad para las distintas familias y los conflictos, las crisis serán los agentes de cambio. Son muchos los colegios o escuelas que trabajan en base a los proyectos educativos familiares, entregando las pautas necesarias, de la organización, entrega de tareas dentro de los miembros y sus expectativas. Este verdadero " currículo hogareño" , servirá de gran apoyo hacia el desarrollo de valores en la educación. La educación trata de contribuir a desarrollo global o integral de cada persona, mente, cuerpo, espíritu.
Isaacs D., también comenta en su libro que es importante tener en cuenta que en el desarrollo de cada virtud debe corresponder a su justo medio y que cada alumno tiene una mayor o menor facilidad para desarrollar cada virtud, al igual que es como lo vemos en base de integrar el conocimiento, todos tenemos diferentes formas de aprender.
Sabemos que muchos de nuestros alumnos, viene de familias no constituidas, padres que viven en crisis o conflictos, en donde, su gran pilar de observación de conductas nunca existió, donde no se educaron los valores necesarios para una convivencia… por esta causa, ponemos de nuestra parte y nos involucramos gratamente en este desarrollo, apoyándonos en otros profesionales, para hacer surgir a nuestros alumnos, y darles quizás la única oportunidad de salir adelante con una formación personal mínima para enfrentar en buena forma un futuro laboral. Además notamos que para los jóvenes actuales es muy difícil formarse en el mundo de los valores e involucrarse o motivarse por éstos.
La educación de una persona debe tratar todos los aspectos y dimensiones que conforman al ser humano, de manera integral, por tanto, los valores forman parte de la educación. De lo anterior Vega, P. cita a Lucini (1997), que " la escuela es un agente socializador y reproductor de valores presentes en las sociedades y que debe destinar un espacio para la educación en valores" . La autora continúa señalando, que los valores deben estar presentes en el aula mediante temas transversales, y que respondan a realidades o necesidades con especial relevancia para la vida de las personas y la sociedad.
Sin embargo, no debemos olvidar que los valores también se deben mostrar en los contenidos actitudinales (saber ser), debiéndose encontrar en cada sesión de aprendizaje.
La educación de los valores es actualmente una de las áreas educativas más interesantes y conflictivas; es un campo que exige una profunda reflexión y discusión. Como respuesta a esta necesidad percibida con urgencia por algunos educadores, han surgido diversas corrientes y métodos bajo el nombre genérico de "educación humanista". Este tema ha atraído el interés de profesores, alumnos, psicólogos, sociólogos, filósofos y expertos en política científica. A pesar de esta enorme corriente de búsqueda en amplios sectores educacionales, tenemos que reconocer que el tema está en período de gestación, y aún los mismos términos "valores" y "valoración" están en proceso de ser clarificados para llegar a un lenguaje común más o menos aceptado de manera universal.
Un aspecto de gran interés, es el hecho de que aunque se demuestre que están las habilidades de comunicación y conducción de grupos por parte de los docentes, así como los elementos esenciales para impartir bien una clase, en función de los propósitos u objetivos establecidos, las herramientas necesarias para lograr una adecuada motivación, no tendrá sentido sin el enfoque y fundamento de una educación que no está basada en el desarrollo de valores y virtudes, que permitan a los docentes ayudar a sus alumnos a forjarse una personalidad y carácter propios en el alumno, tanto individual como socialmente considerados.
En cuanto a la transversalidad, nuestra institución en los últimos años ha integrado al plan curricular específico de las carreras no solo privilegiar el contenido sino que también reforzar e incrementar los valores, actitudes, habilidades y comportamientos que se espera que los estudiantes desarrollen en el plano personal, intelectual, moral y social.
A lo anterior, no debemos olvidar que la tarea de educar, con ello, la de educar en los valores, no queda circunscrita al ámbito educacional en las instituciones, familia y sociedad son espacios sociales fuertemente comprometidos en esta responsabilidad.
Una vez adquiridas las habilidades, valores, actitudes y comportamientos, aparece el concepto de la evaluación del aprendizaje, es decir, constatación o verificación del grado de avance y rendimiento de los alumnos en términos del nivel de calidad educativa en relación a los resultados esperados. De ahí la importancia de diseñar diversas actividades y/o instrumentos de evaluación de aprendizajes de tipo cognoscitivo, de habilidades así como actitudinales.
La internalización puede presentarse en grados muy diversos, según la intensidad con que se aceptan los valores de los demás. Este proceso constituye una ininterrumpida modificación de la conducta. A lo largo del proceso de internalización, el sujeto va logrando captar los fenómenos, reaccionar ante ellos, evaluarlos y conceptuarlos. Simultáneamente, estructura sus valores dentro de un sistema que llegará a modelar su vida entera.
CONCLUSIÓN
La principal conclusión que podemos mencionar en nuestro trabajo, es que los valores y virtudes deben ser trabajados con los padres, en la familia y en la comunidad en la que este inserta la persona, luego corresponderá a las instituciones educacionales poder hacer relucir y reforzar los valores y las virtudes que se han creado, reforzar las que no se han adquirido.
La formación integral de las nuevas generaciones de niños y jóvenes propios de nuestra sociedad sólo se puede lograr sobre la base de una estrategia teórica que posibilite un enfoque realista, ya que, la formación de valores es un proceso sistémico profundo. El profesor como representante de la sociedad debe dirigir las acciones del Proceso Docente Educativo hacia el fin propuesto, para ello necesita una orientación en el contenido especifico de esta actividad y en la metodología para su aplicación partiendo de que la educación en valores es la aspiración más trascendente que necesitamos lograr en los estudiantes, él mismo por su parte debe estar motivado, es decir, estar preparado para la selección del problema en forma activa, consciente y creadora. Los valores pueden ser realizados, descubiertos e incorporados por las personas y es aquí la importancia de la tarea educativa, que requiere de un trabajo sistemático que apunte a establecer guías y pautas de conductas.
La educación en valores es una instancia de crecimiento personal que permite reforzar o incorporar las cualidades que lograrán desarrollar personas, únicas y responsables de su propia vida. Por otro lado, considera educar a nuestros alumnos, para que se orienten y reconozcan, el valor real de las cosas, una vida con sentido y respeten la dignidad de todos los seres.
En nuestro caso, cuando los jóvenes llegan a nuestras manos, lo hacen con grandes deficiencias valóricas, por tanto siempre estaremos dispuestos a servir de tutores. Es la tarea que todos los educativos trabajamos actualmente, ya que si pensamos que formamos en base a competencias, las actitudes no pueden ser dejadas de lado, tenemos bastante trabajo aún por delante, formar alumnos íntegros, para desenvolverse sin problemas en su mundo laboral. Quedarán muchas dudas aún, ¿qué esperamos trabajar en nuestros próximos trabajos, por ejemplo, como evaluar? Como medir estos valores, conductas, virtudes o actitudes, que son la base en las relaciones dentro de una sociedad.
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11. Vega L., Patricia. Educación y Valores. Extraído, 01 Octubre 2007, en www.rmm.cl
Autores
Rene Miranda Silva
Marcela Ragni Vargas
Oscar Salas Arellano
UNIVERSIDAD DE LA REPÚBLICA
ESCUELA DE EDUCACIÓN
PROGRAMA DE MAGÍSTER EN EDUCACIÓN
MENCIÓN POLÍTICA Y GESTIÓN EDUCACIONAL
Rancagua, Noviembre, 2007
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