Las mandefueadas de Luis Arcadio Rivero "El Mono" en Piedra Azul de el rincón en la parroquia Maiquetía del Edo. Vargas
Luis Arcadio Rivero "El Mono", año 2014
Táriba, 27 de febrero del 2016.
Palabras sagradas: ¡Quién no tenga pecado, que lance la primera piedra!
Maestro Joshua Ben Jesús "El Cristo"
El escritor R. Frondizi en la "Introducción a los Problemas Fundamentales del Hombre" sobre la libertad nos refiere lo siguiente:
" En el mundo de la naturaleza, la moralidad no existe, porque todo está determinado. El fuego que destruye vidas y bienes, el rayo homicida, la bestia feroz que mata sin compasión, no cometen una inmoralidad; estaban condenadas a actuar como lo hicieron por ley de la naturaleza. La moralidad supone libertad ". (p.79). La Ley Moral a Priori.
Esta historia de vida está relacionada con uno de los personajes más populares que tuvo el Barrio "Piedra Azul" en El Rincón de Maiquetía en el Edo. Vargas, desde principio de los años sesenta del siglo XX, hasta que navegó como sombra viajera en la Barca de Isis, con rumbo a los umbrales de la Eternidad en el año 2.015 de esta era y que de hecho no ha sido muy cristiana, si se quiere.
Los miembros de El Palabreo Popular General en Jefe "Manuel Carlos Miguel Piar y Gómez" hemos considerado que personajes como Luis Arcadio Rivero "El Mono" tienen que ser revindicados en la historiografía nacional con sus errores y acertijos en pro de la sociedad en donde se desenvolvió durante toda su vida en este plano de la tridimensionalidad.
Luis Arcadio Rivero "El Mono" encerró las mismas virtudes que tuvo "Panchito Mandefuá" en la obra que escribió el eminente escritor venezolano don José Rafael Pocaterra y que tituló "De cómo Panchito Mandefuá cenó con el "Niño Jesús". Entre ambos personajes hay muchos símiles y actitudes que son dignas de apreciar dentro del seno de la sabiduría popular, que a bien resguardamos en la Memoria Popular y en la Oralidad, como herramientas de preservación de nuestras vidas cotidianas convertidas en nuestros imaginarios populares bajo las falsas historias recogidas como fabulas, mitos, cuentos y leyendas; las cuales encierran las grandes verdades que no se quieren dar a conocer y que bajo esas figuras literarias muchos falsos historiadores y cronistas llegan hasta poner en dudas las existencias de personajes, como al que hoy vamos a describir para la posteridad.
¿Quién fue en realidad Panchito Mandefuá?
Según su dador de vida en la obra literaria de nuestra patria: " granuja billetero, nacido de cualquiera con cualquiera en plena alcabala, chiquillo astroso a quien el Niño Dios invitó a cenar ".
En este relato podemos vislumbrar que Panchito Mandefuá es la representación del mismo Niño Dios hecho persona en la imagen señera de un niño de la calle que no se le conoce genealogía alguna, como lo ilustra el Volumen de la Ley Sagrada con Melquisedeck, el sacerdote del Dios Altísimo a quién el Patriarca Moisés le rindió tributo y respeto en las tierras de Canaán en la Palestina antigua; también el escritor Rómulo Gallegos en su obra "Canaima" habla de Juan Solito, a quien tampoco se le conoce ascendencia alguna, el guardián de la selva guayanesa a través de los tiempos y las edades.
Y más luego Pocaterra, lo describe de esta manera:
" Como una flor de callejón, por gracia de Dios no fue palúdico, ni zambo, ni triste; abrióse a correr un buen día calle abajo, calle arriba, con una desvergüenza fuerte de nueve años, un fajo de billetes aceitosos y paltó d casimir indefinible que le daba por las corvas y que era su magnífico macferland de profundos bolsillos, con un pequeño bolsillito para los cigarrillos, que era su orgullo, y que le abrigaba en las noches del enero frío y en los días de lluvias hasta cerca de la madrugada, cuando los puestos de los tostaderos son como faros bienhechores en el mar de niebla, de frio y de hambre que rodea por todas partes en la soledad de las calles, al pobre hamponcillo caraqueño ".
":.. Hasta cerca de media noche, después de hacer por la mañana la correría de San Jacinto y del Pasaje y el lance de doce a una en las puertas de los hoteles, frente a los teatros o por el boulevard del Capitolio, gritaba chillón, desvergonzado, optimista: – Aquí lo cargooo El tres mil seiscientos setenta y cuatro, el que no falla nunca ni fallando, ¡archipetaquiremandefuá!…".
¿Quién fue Luis Arcadio Rivero?
Así como Panchito Mandefuá expresaba para todos los actos de su vida en la Caracas de los techos rojos y de los tranvías eléctricos bajo las palabras de ¡archipetaquiremandefuá! Luis Arcadio Rivero en la Maiquetía de las grandes procesiones y de vistosidad señorial con arraigo colonial y bajo grandes cocoteros y dentro de las casillas estacionarias la vía crucis de El Pasaje de El Cristo, se hizo famoso con esta expresión: ¡Cuidado te agarra el abrazo del oso!
Ambos personajes eran de orígenes campesinos en tierras equidistantes, Panchito Mandefuá provenía desde las tierras indígenas de Petáquire, como lo enmarca en su famoso vocablo ¡archipetaquiremandefuá! Las crónicas refieren que era un zambo y eso nos hace pensar que su madre era una labradora de la zona fría de Carayaca, con claros indicios de tener raza blanca e indígena; mientras que su padre pudo haber sido un afro-venezolano que seguramente estaba pagando servicio en una de esas alcabalas que apostaba el Ejército Nacional en unos de esos claros matorrales entre las tierras de Carayaca y la Caracas pérdida en el tiempo y en el espacio.
Por la forma como José Rafael Pocaterra Mac Pherson nos narra dicho cuento, nos hace pensar que Panchito Mandefuá fue un personaje real y verdadero en el seno de su propia familia y que tiene que ver con la esposa del General en Jefe Joaquín Crespo Torres, doña Jacinta Parejo de Torres, quien era hija natural del ilustre General Mac Pherson, quién combatió en la guerra de la independencia como plaza de La Legión Británica.
¿No sería que Panchito Mandefuá era familia de Pocaterra?
¿No sería que era uno de esos hijos naturales descendientes de ese ilustre prócer de la guerra de independencia?
Claro está, Luis Arcadio Rivero no era hijo de una cualquiera, ya que su madre era una dama muy humilde y de origen campesino con rostro bien marcado en la herencia canaria e indígena de origen cumanagoto, a pesar de ser natural de una zona barloventeña del Edo. Miranda; que representaba lo terrenal de la creación divina; siendo la emulación de un hijo de CAIN y de un padre al cual desconocemos su nombre y sus orígenes mundanos y terrenales; pero presumimos que fue un viejo labrador mirandino y una persona de raza blanca; tal vez haya sido unos de los hacendados o hijo de algún influente personaje del pueblo de Chuspita en la vía hacia el oriente del país y que según palabras de su hermano Eddy Rivero, en una ocasión su madre doña Cristina Rivero le reveló que su padre fue un labrador de la tierra y de raza blanca, quien también era natural de su pueblo natal; cuyo verdadero nombre era Encarnación Belisario.
Don Encarnación Belisario fue un hombre fuerte y de ojos verdes, quizás de orígenes españoles o canarios aposentados en esas tierras, quienes con gran cantidad de italianos poblaron esas comarcas mirandinas en las cercanías del pueblo de Araira. El pueblo de Chuspita es parte de la Parroquia Guatire del Municipio Zamora del Edo. Miranda en los antiguos Estados Unidos de Venezuela, ahora República Bolivariana de Venezuela.
Luis Arcadio Rivero nació en el pueblo de Chuspita el 19 de diciembre de 1.950. Siendo el 6º hijo de la mirandina Cristina Rivero, quien era natural del pueblo de Chuspita–Edo. Miranda. Dicho parto fue realizado por una comadrona en un rancho de paja y bahareque de vara en tierra en Boca de Chuspita, a orillas del río que lleva el mismo nombre y en donde hace varios siglos atrás estuvieron apostados los indígenas caribes de origen cumanagotos conocidos como "Los Chuspas".
Los hijos e hijas de la señora Cristina Rivero fueron los siguientes:
Nombre y apellido | Lugar de Nacimiento | Observación | |
Elías Rivero | Chuspita-Edo. Miranda | Murió alcoholizado. | |
Encarnación Rivero | Chuspita -Edo. Miranda | Murió en Caracas. | |
Ana Rivero | Chuspita -Edo. Miranda | Vive en Catia de La Mar, tiene 72 años de edad. | |
Argelia Rivero | Chuspita -Edo. Miranda | Murió en La Guaira. | |
Eddy Rivero | Chuspita -Edo. Miranda | Ex-marino mercante, vive en Maiquetía. | |
Luis Arcadio Rivero | Chuspita -Edo. Miranda | Murió en El Rincón en Maiquetía, año 2.015. | |
Arelys Rivero | La Guaira-Edo. Vargas | Vive en Catia de La Mar. | |
Lourdes Rivero | La Guaira-Edo. Vargas | Aún vive en la casa familiar en Piedra Azul. | |
Miguel Marval Rivero | La Guaira-Edo. Vargas | Vive en el Edo. Aragua. | |
Israel Marval Rivero | La Guaira-Edo. Vargas | Vive en el Edo. Aragua. | |
Jesús Marval Rivero | Maiquetía-Edo. Vargas | Nació a través de una partera en su casa en Piedra Azul. Ahora vive en el Edo. Aragua. |
Doña Cristina Rivero a raíz de lo acaecido con el asesinato del Coronel (Ej.) Carlos Delgado Chalbaud, Presidente de la Junta de Gobierno Provisional en 1.950 y debido a la crisis que se vivió en su lar natal y en la pobreza en que se encontraba sumergida; abandonó para siempre su tierra y a sus familiares; y con tres hijos y tres hijas a cuestas se dirigió hacia el pueblo de San Sebastián de Maiquetía, arribando a la casa de una señora que se llamaba Francisca o Pancha en la boca del Río Piedra Azul, quien le dio grata hospitalidad en esos difíciles momentos y a quien sus muchachos y muchachas les dieron el tratamiento de tía "Pancha" en el año 1.951, a los pocos meses de nacido Luis Arcadio Rivero.
A esa altura y a orillas del Rio Piedra Azul levantó su modestica casa para poder albergar a sus niños y niñas de las lluvias y el calor caribeño de inmenso Mar Caribe que daba a través de la antigua Hacienda "Los Cocoteros" y la desembocadura de dicho río, el cual pasaba por un borde de los antiguos baños de Maiquetía y la vieja Escuela Naval de Venezuela en la Calle "Los Baños".
Pero, luego vino la vaguada que en ese año destruyó todas las casas que bordeaban el Río Piedra Azul, destruyéndole su guarida familiar y teniendo nuevamente que moverse con su prole á finales de la década de los años cincuenta del siglo XX, hacia los lados donde construyó su casa en donde moró con su familia hasta los momentos finales de su existencia terrenal.
La señora Cristina Rivero con su arreo de muchachos y muchachas arribó al Barrio Piedra Azul y se encontró con un terreno por donde pasaba una antigua quebrada que venía de La Casa Grande, en la cual los ingleses tuvieron sus oficinas cuando construyeron y colocaron los rieles por donde transitaron los vagones del antiguo tren de Caracas a La Guaira, desde la época del Liberalismo Amarillo presidido por el General en Jefe Antonio Guzmán Blanco en 1.876. Hay que destacar que es quebrada confluía con una que venía desde las montañas de El Guarapo y pasaba por los lados del 13 de Febrero en la parte alta de la Urb. "El Rincón"; pasando lateralmente en su cauce entre las casa de los carupaneros don Antonio Márquez y Renato Díaz Márquez, Miguel Cobos Navarro, las familias Spinola, Gallegos y Erazo, hasta desembocar en donde estaban las cas de los barquisimetanos que eran familias del esposo de Antonia de Gutiérrez.
El terreno donde construyó la señora Cristina Rivero era por la parte de atrás de la casa del ingeniero de vuelos peruano José Antonio Negrillo Márquez "Pepe, quien era natural de Puno en la república de Perú y estaba casado con doña María Lourdes delgado, hija de los descendientes de canarios don Indalecio delgado y doña Gregoria de Delgado.
El señor Pepe Negrillo llegó como mecánico de aviación a Venezuela a finales de la década de los años cuarenta del siglo pasado y construyó dicha casa en donde anteriormente hubo un basurero de basura y escombros. Dicha familia Negrillo Delgado pretendió tomar las tierras que estaban por la parte de atrás y justamente donde la señora Cristina Delgado estuvo construyendo su vivienda para ella y sus hijos e hijas, que ahora eran son más numerosos que las espigas de maíz en esa porción del litoral maiquetieño.
Las malas lenguas del Barrio "Piedra Azul" manifestaron en esos años, que fueron muchísimas las maldiciones que le tiraron a don Pepe Negrillo, debido a su jactancia con las personas más débiles y quien poco a poco se fue trayendo a sus hermanos y hermanas desde su amada patria, quienes fueron odontólogos reconocidos en todo el viejo Depto. Vargas del Dtto. Federal. Sin embargo, hay que reconocer que ese finado trabajador de la aviación venezolana, trabajó por varios años como piloto en un avión ejecutivo en la Empresa Siderúrgica del Orinoco (SIDOR) en Ciudad Guayana– Edo. Bolívar. En su historial hay que mencionar que siendo mecánico y estando volando en un avión comercial peruano en la selva amazónica de su país, se fueron a tierra en 1.947.
La prensa peruana en esos días los dieron por perdido y de esa manera fueron pasando los meses, y como al año de la tragedia fueron rescatados por unos indígenas y campesinos; con el aval de que una dama dio a luz una niña durante los malos momentos que vivieron dentro de los infortunios que les deparó la selva misma a sus intrusos. Entre sus hermanos estuvieron los famosos dentistas Dr. Víctor Negrillo Márquez (egresado de la Universidad de San Marcos de Lima, la más antigua de América) casado con una prima hermana de la señora María Lourdes Delgado de Negrillo y el Dr. Ronald Negrillo Márquez quien cursó primeramente estudios de medicina que no culminó en la novel Universidad de Loa Andes (ULA) en la ciudad de Mérida y finalmente se graduó como odontólogo en la Universidad Central de Venezuela (UCV) en Caracas. Hay que recordar con grata satisfacción a su hermana Hugolina Márquez Pérez.
Otro de los detalles característicos de don Pepe Negrillo, fue que en su amistad con los primeros moradores de "Piedra Azul", lo unió a través del compadrazgo; donde muchos niños y niñas fueron bautizados por él y su señora esposa; y que tengo constancia desde el año 1.955, cuando le conocí siendo un imberbe niño recién llegado a esa comunidad; donde fueron muchos los partidos de dominó donde estuvieron sus compadres Jesús Rivero (chofer en la Electricidad de Caracas en Guanape), Antonio Spinola (trabajador del MOP), José Antonio Garrido Manzano (umpire de béisbol amasteur y chofer de gandolas de agua en el INOS) y Carlos José Hostos "Carlucho" (obrero del MOP), entre otros.
Miguel "Macanao" Narváez
Cabe destacar, que el señor Pepe Negrillo tuvo muchas influencias con personajes que ocuparon puestos importantes en el mundo político, económico y social en nuestro país, como fue el caso del Dr. Walter Dupuy, padrino de bautizo de uno de sus hijos; quienes iban a su casa a jugar dominó durante horas y bajo amenas tertulias. En esa casa velaron a la joven estudiante Ángela Gertrudis Garrido Sánchez el 17 de septiembre de 1.959, quien murió a causa de una viga de ferrocarril que le cayó encima por los lados donde el lusitano Álvaro Camara tuvo su ferretería y bodega de expedición de vivieres y carnes, viviendo al frente el difunto marino mercante margariteño Miguel Narváez "Macanao". Un poco más allá vivía la curiosa Angelina.
Lo cierto del caso, es que en las pretensiones de desalojar a la señora Cristina Rivero de ese lugar por parte de la familia antes descrita, dicha dama mirandina y sin pelo en la lengua flameó un machete y gritó estas palabras: " A mí nadie me va a sacar de aquí, quien venga hacerlo le bajo la cabeza de un solo tajo ".
La familia Rivero llegó allí a raíz del Plan de Emergencia que ejecutó el Vicealmirante Wolfang Larrazábal Ugueto cuando presidía la Junta de Gobierno que tumbo al General de División (Ej.) Marcos Evangelista Pérez Jiménez. Sin embargo, el ingeniero de vuelos Pepe Negrillo en esos años trabajó con las empresas aéreas TACA y RAMSA, y de tanto darle al merequetengue se tomó una cuchilla de tierras para alargar más aún su casa; que es la misma donde actualmente vive el comerciante canario a quien cariñosamente conocíamos como Goyo, natural de la Isla de Tenerife.
Ciertamente, donde vivía la familia Rodríguez hubo una laguna de agua; muchas familias se fueron a vivir a Piedra Azul porque fue el lugar que era ameno tanto en temperatura como en su ambiento agro-ecológico en esos años. Muchísimos años atrás esas tierras fueron la Hacienda "Piedra Azul" y era propiedad de los padres de la escritora nacida en Francia y que conocemos como Teresa de La Parra Sanojo, descendiente por línea directa del Libertador Simón Bolívar y Palacios, a través de una de las Nueve Musas de Caracas de la familia Aristigüieta y Xeréz.
La Casa de la Hacienda quedaba donde estaba el Plan de Petrubia, frente al Bloque 1 en la Urb. "El Rincón", justamente en donde estaba la parada de los autobuses y más arriba se encontraba la Escuela "Manuel Segundo Sánchez". Allí Teresa de La Parra escribió un libro que originariamente denominó "El Diario de una chica que se fastidiaba" y que luego le cambió el título por "Ifigenia". Allí en esa casa su anterior dueño fue el francmasón holandés General Carlos Engelke, perteneciente a La Logia "Unanimidad" Nº 3 en El Cardonal de La Guaira; donde prepararon la primera batalla de la Guerra Federal, la cual conocimos como "La Galipanada" en 1.858.
Doña Cristina Rivero fabricó su ranchito con tablas y planchas de cincs y allí honradamente levantó a toda su familia, siendo padre y madre a la vez de todos ellos. Nosotros habíamos vivido allí en Piedra Azul entre los años 1.955 y 1.956, y una vez que nos fuimos a vivir en Pariata con nuestra abuela María Catalina de Sena Aranguren Bravo de Sánchez, hija del ilustre prócer de la Guerra Federal General en Jefe Lino Aranguren Castro, natural de El Hoyo de La Cumbre.
Sin embargo, nuestra tía Angelina Sánchez Aranguren de Garrido se quedó viviendo en Piedra Azul con su esposo José Antonio Garrido Manzano y sus hijos e hijas, hasta que mi tío José Antonio falleció a causa de cáncer en el esófago en el Hospital Vargas de La Guaira, el 17 de marzo de 1.959 y seis meses después murió mi prima Ángela Gertrudis Garrido Sánchez a causa de una caída de una viga de ferrocarril cerca de la antigua bodega del portugués Álvaro Camara en el paso que daba al 13 de Febrero, cerca de la casa de la señora Angelina, difunta curiosa que habitaba en ese lugar en aquellos tiempos.
Después de una estadía en la Urb. Páez de Catia de La Mar entre los años 1.959 y 1.965, decidimos regresar a nuestras casas en Piedra Azul y nos encontramos que la comunidad había crecido grandemente, ya no eran aquellas siete familias que la conformábamos en 1.955. A partir de esa época, fue cuando conocimos al joven Luis Arcadio Rivero; cabe decir, que era un muchacho muy despierto y avispado y si se quiere en muchos casos era muy ingenuo, de gran nobleza como ser humano y colaborador con la gente de nuestra comunidad.
De dónde le vino el sobre nombre del "Monito" Luis Arcadio?
Eso acaeció cuando un día nos encontrábamos frente a una alta mata de coco que había frente al negocio de encurtidos que tenía el difunto carupanero Antonio Márquez en Piedra Azul. No sabíamos cómo subir ese árbol cargado de cocos y necesitábamos tumbarlos para sacarlos y usarlos para jugar en Semana Santa de ese año.
Luis Arcadio Rivero con sus pies descalzos que siempre fue un símbolo durante su juventud, ya que poseía tremendos callos en los mismos y con su pantalón color caqui con una cabuya como corra y una sucia camisa blanca que nunca le faltaba, como un mono trepó la mata de cocos y nos lanzó desde esa altura un ramo del mismo.
Desde ese mismo tiempo lo llamamos Luis "El Mono". Así como a mí me llamaban "El Loco" Leo y de esa manera hubo muchas personas que fueron conocidos bajo los seudónimos de "Metralleta" (un oriental que andaba con una guitarra que no sabía tocar y hacía el papel de mariachi mejicano), "El Gordo" Sojo, "Checha", "El Indio", "Tucuso" Garrido, y así sucesivamente.
Lo relevante de Luis Arcadio "El Mono" es que trabajó bien duro para ayudar a su mamá en los quehaceres diarios en la Universidad de La Vida; ya que eran muchas personas y su madre tuvo sus últimos tres hermanitos que eran hijos de un señor de apellido Marval y de origen cubano, quien trabajaba en la Fábrica de Vidrios en Maiquetía y después en la misma cuando la cambiaron al pueblo de Cagua.
No hay que descartar que su hermano Eddy Rivero trabajó como un burro para ayudar a su madre doña Cristina Rivero, primeramente con Goyo el isleño de Canarias y después con el lusitano Álvaro Camara en su bodega y ferretería, ambos comercios ubicados en Piedra Azul y equidistante el uno del otro. Más luego Eddy se fue a trabajar en un buque que tenía ruta al puerto de El Callao en El Perú, donde se desempeñó como ayudante de cocina y finalmente como maestro de cocina en las unidades flotantes de ultramar en la ahora extinta Compañía Anónima Venezolana de Navegación (CAVN), donde laboró por muchísimos años.
El Mono Luis Arcadio trabajó por años en el área de la construcción en las cercanías de su casa, era tanto la fuerza que tenía, que tomaba en cada uno de sus brazos un saco de cemento de 42 kilos cada uno y avanzaba hacia el lugar de construcción, de esa manera se ganaba la vida y así colaboraba a su progenitora con los menesteres del hogar.
Es de notoria recordación, cuando Luis Arcadio Rivero en una de esas pruebas de aguante del abrazo del oso, el joven aristocrático Rómulo Cobos Navarro perteneciente a la familia de La Madrid, dueños de un haras de caballos en los valles de Aragua y de aquel legendario caballo llamado Hypocrite, se le ocurrió a tan pendejo muchacho decir estas palabras: ¿A qué te aguanto el abrazo del oso, "Monito"?
Luis Arcadio, le contestó: ¡Ven acá, pá ver si lo aguanta, nojoda!
El gafo de Rómulo Cobos Navarro en sus echonerías avanzó hacia donde estaba el "Monito" y de pronto Luis Arcadio lo apretó salvajemente por la cintura y le metió su maxilar a la altura del corazón; doblándose de tal manera Rómulo, que entre convulsiones y malestares cayó al piso, allí frente al negocio de la familia Márquez Pérez en Piedra Azul.
Quienes estuvimos presente ante esa situación creímos que Rómulo Cobos Navarro podía fallecer en esos instantes; hasta que al fin se recuperó de la misma. Allí se nota la diferencia de clases que había entre uno y el otro; ya que su padre el adeco caraqueño don Miguel Cobos era el jefe del Telégrafo de La Guaira en esos equidistantes días de nuestra añorada juventud. Mientras que el Telégrafo de Maiquetía era dirigido por el señor Gallegos, quien era primo hermano del maestro don Rómulo Gallegos y era vecino de la familia Cobos Navarro en Piedra Azul; ya que ellos tenías sus casas de veraneo en ese lugar desde años atrás.
La madre del "Monito" Luis Arcadio Rivero fue una gran mujer en Piedra Azul; ya que en muchísimas ocasiones mi hermano el Ing. Juan Francisco Morales "Frank" y yo en más de una ocasión comimos en su casa. Debo destacar, que en esos tiempos no existía la Harina "Pan". La señora Cristina Rivero hacía muchísimas hallaquitas de maíz blanco y luego las colocabas guindadas en un cordel en el patio de su ranchito y allí Luis Arcadio nos servía con caraotas negras y espagueti o en otros casos con arroz blanco y nos daban de comer; siempre acompañado por cambures maduro y un vaso de agua cristalina que venía desde la catarata del Río "Piedra Azul".
Esas son actitudes que nos tienen que ser de grata recordación en nuestra historia y vivencia familiar; la bondad en ese amigo de la infancia pasaba los límites de su propia grandeza como ser humano. En otras ocasiones "El Mono" venía con los pocos bolívares que ganaba en sus faenas diarias y comenzaban a contar los realitos y mediecito, sin escaparse las lochitas; y como nosotros estudiábamos en el Liceo "José María Vargas" o en la Escuela Técnica Industrial (ETI) del Oeste en Caracas, de sus menudencias nos daba para el pasaje o cuando necesitábamos algo para completar y de esa manera poder ir al Cine "Tropical" en Maiquetía, que era descubierto en su casi totalidad y de hecho era el más barato entre los que circundaban a La Plaza "Lourdes", como el Teatro "Royal" y el Cine "Paramaout", sin dejarse atrás al Teatro "Libertador" y al viejo Cine "Vargas"; los cuales rivalizaban con el Teatro "Lamas" en La Guaira y "El Excélsior" en la Av. "El Ejército" en Catia de La Mar.
Otros de los detalles en Luis Arcadio Rivero fue sus dones altruistas con la gente que venía con sus bolsas cargadas de alimentos comprados en los viejos mercados municipales de La Guaira y Maiquetía los días viernes de cada semana; él salí corriendo y por su fuerza tomabas los sacos de cabuyas con el peso contentivo de las compras y las llevaba hasta las casas de su legítimos dueños. Allí le daban algo de dinero o en su caso les daban las gracias por el servicio prestado.
También recordamos cuando el construyó su cajita de limpiar zapatos y lo abastecía con cepillos, cremas de diferentes tonalidades, agua y lanillas para pulir cualquier tipo de zapatos; con su característica forma de caminar y con su caja debajo de su brazo izquierdo se iba caminando hasta la Plaza "Lourdes" y allí se instalaba hasta que algún cliente se sentaba en unos de los muros y él les limpiaba sus calzados.
Siempre con la plata llegaba ayudar a su madre, a pesar de que su hermana Argelia y Eddy trabajaban y eso ayudaba a solventar la situación económica en el seno de la familia. Muchas navidades y fines de años compartimos con él, que de hecho fueron muy agradables; ya que nos identificábamos en nuestra condición social, y que pese a los avatares de la vida no nos dejábamos apilatar por nadie, fuera quien fuera.
Yo recuerdo que estando en 2º año de bachillerato en el Liceo "Vargas" de Maiquetía, tuve un impasse con el jovencito Gustavo Márquez Pérez y casi le meto en machetazo en su casa; desde allí fue que me provino el nombre de Leo "El Loco", hoy en día esos adultos son mis amigos personales, a pesar de que en esa época nos enfrentamos en diversas ocasiones.
Quiero señalar que eso sucedió a comienzos del año lectivo 1.965-1.966, y a pesar de que los hermanos Márquez Pérez quieren desmentirlo, yo mantengo que esa hegemonía que ellos mantuvieron en nuestra comunidad en Piedra Azul, se les acabó a raíz de esas confrontaciones que vivimos y que quedaron selladas cuando "El Monito" Luis Arcadio Rivero agarró en esos tiempos al ahora empresario Antonio Márquez Pérez y le metió su bendita llave del oso alrededor de un frondoso albor de mangos que estaba frente al negocio de su difunto padre, poniéndole al borde de la muerte misma.
Yo entiendo que no quieran recordar aquellos sucesos, pero yo los vi y pude presenciar con mis propios ojos, ya que aprendí en el seno de mi familia atener excelente memoria, y nada tengo que rebobinar en mi CPU, como han pretendido hacérmelo ver por Facebook en días pasados.
Lastimosamente, éramos jóvenes en aquellos tiempos y teníamos nuestros propios clanes y grupos donde compartíamos nuestras alegrías, emociones y tristezas; cada quien fue buscando su propio horizonte; unos nos fuimos al Ejército con la intención de estudiar para Sargento Técnico de 3ª en la vieja Escuela de Transmisiones de las Fuerzas Armadas Nacionales (ESCUTRANSFA) en Fuerte Tiuna en Caracas y en los cuales destaco a los siguientes compañeros de crianza y juventud en el sitio de Piedra Azul en El Rincón de Maiquetía:
Grado o Jerarquía | Nombre y apellido | Contingente | |
Maestro Técnico 1ª | Miguel Cobos Navarro | Julio 1.968. | |
Sargento 2º | Juan Méndez Velasco | Julio 1.968. | |
Cabo 1º | Víctor Hugo Pérez | Enero 1.969. | |
Cabo 2º | León Manuel Morales | Enero 1.969. | |
Cabo 1º | Oscar Rafael Peña González | Julio 1.969. |
¿Pero cual sería nuestra sorpresa?
Realmente, no sabemos si el afro-guaireño "El Gordo" Sojo y "El Monito" Luis Arcadio Rivero fueron reclutados en Maiquetía a mediados del año 1.969. Pero, su hermano Eddy Rivero nos señaló que su hermano "El Monito" no fue reclutado por ningún organismo policial ni militar en ese año. Sino en vista a que había tomado unos extraños caminos que tienen que ver con las desviaciones que sufren los seres humanos cuando se unen a personas con criterios delincuenciales.
Eddy Rivero nos contó que Luis Arcadio Rivero en ese año se estaba portando muy mal en el seno de su familia; ya que estaba sumergido en el aguardiente, el cigarrillo y la marihuana. Su madre Cristina Rivero ante tal situación optó por presentarlo personalmente en la Jefatura Civil de Maiquetía y allí lo mandaron al conscripto en Conejo Blanco. Siendo enviado como plaza a una Compañía en el Centro de Adiestramiento y Reemplazos de Cazadores "Sucre" (CAC-Sucre) del Ejército en el sitio de El Rastro; donde anteriormente hubo una zona de explotación petrolera norteamericana; siendo el agua salobre y algo desagradable para su consume, donde el calor era devastador en esa inmensa llanura guariqueña. Ese centro militar esta adscrita al Comandado de la 1ª División de Caballería del Ejército (CODICAB 1) en San Juan de Los Morros, al mando de los ciudadanos coroneles Víctor Manuel Molina Vargas y Solís Antonio Martínez, pertenecientes a la Promoción "Caracas" de la vieja Escuela Militar de Venezuela en "La Planicie" en 1.947.
Parada militar en la vieja Escuela Militar de La Planicie
A los soldados, suboficiales y oficiales no les gustaba que los enviaran a esa región llanera por nada del mundo; ya que esa unidad de combate anteriormente estuvo ubicada en la ciudad de Valencia. Los echadores de bromas en el ejército decían estas palabras: " Por allí pasó un viento y dejó una huella, EL RASTRO ".
Doña Cristina Rivero pensó que su hijo "El Mono" se iba acomodar en el ejército y no fue así; ya que las Fuerzas Armadas Nacionales (FFAANN) tuvieron que reducir las tropas en sus unidades de combates, debido a que se estaban acabando los reductos guerrilleros y no se justificaba la presencia de tantos soldados en nuestros cuarteles en esos tiempos; ya que hubo que reducir los costos tanto en logística como en entrenamientos.
Lo interesante en los caso de "El Gordo" Sojo y Luis Arcadio Rivero es que fueron licenciados en el Contingente de "Julio – 1.970", bajo el perfil de haber cumplido el servicio militar obligatorio; saliendo con la conducta" MALA". Estos dos personajes solamente pagaron un año de servicio militar. El regreso de "El Mono" al Barrio "Piedra Azul" fue eminente, donde fue nuevamente recibido por su familia; su hermano Eddy Rivero compartió con él su cuarto, sus enseres personales, ropa y hasta su propia cama en aras de que se sintiera bien entre ellos y ellas.
Su vida fue como el zamuro cuando revoletea en busca de la carroña y después de haber satisfecho su apetito y hambre, vuela nuevamente en busca de nuevos horizontes, hasta que la carroña vuelve aparecer y así sucesivamente. Según su hermano Eddy, así era "El Monito", una vez vuelto a casa. Luis Arcadio no se mataba por nada del mundo, solo se rebuscaba y trabajaba para el estreno de fin de año.
Eddy Rivero, nos comentó telefónicamente el 28 de febrero del 2.016:
"Mi hermano Luis Arcadio se dedicó a hacerle mandados a la gente del barrio; además trabajo recogiendo basura en el Aseo Urbano e hizo 40.000 cosas para sobrevivir en esa sociedad de nuestra juventud; que estuvo signada por la influencia del hipismo, las drogas y el malévolo cuento de paz y amor".
"Lo que si es cierto, es que al "Mono" Luis Arcadio todo el mundo lo quería en nuestro barrio y en sus periferias. Yo recuerdo que La Social lo fue a buscar en una ocasión y la gente de "Piedra Azul" se opuso tenazmente a que no se lo llevaran del barrio; intercediendo por él la esposa del Sargento Mayor (GN) Salinas".
"Esa señora era nativa de un pueblo de la costa, yo creo que era del pueblo de San José de La Sabana. Ellos fallecieron también y dejaron unas hijas que son excelentes personas; ya que ellos vivieron en La Casa Grande".
"Lo que sí puedo decir con la mayor alegría y cariño hacia mi difunto hermano Luis Arcadio, es que a pesar de las cosas que hizo en su vida en "El Rincón" y en especial en "Piedra Azul" es que fue una persona honrada. Con mucha nostalgia recuerdo estas palabras que él mencionaba en aquellos años en donde se convirtió en un atorrante solitario en su propio lugar de crianza: ¡Yo tengo que cuidar a mi gente en "Piedra Azul", porque no quiero que los nuevos muchachos sean como yo!".
"Quiero manifestar que un día encontré a "El Mono" casi muerto, sin aspaviento ni miseria alguna, lo agarré con mis manos y lo bañé, lo vestí y me lo llevé al Periférico de Pariata para que lo viera un médico. Lo vi casi muerto ese día; ya que no se podía parar y mucho menos aguantar; no recuerdo bien cuando fue ese día del año 2.014".
"El médico que lo vio ese día, me preguntó que si yo era familia de él y le respondí que sí. El facultativo me respondió que con la contextura y fortaleza de Luis Arcadio, no se iba a morir en esos momentos; que no me preocupara por él, que saldría de esa situación".
¿Cuál sería mi sorpresa?
"Nuevamente me lo lleve a la casa en "Piedra Azul" y le suministramos los medicamentos que le mandaron para su restablecimiento; cuando a los dos días notamos que se paró de la cama como un rayo; se bañó y se vistió y nuevamente tomó el camino de la calle, que era el mundo donde tuvo toda su vida y que por nada del mundo pudimos hacerle desistir de esa situación".
"La verdad es que mis hermanas y hermanos comenzaron a preocuparse por su salud y en nuestras conversaciones con él le manifestamos la necesidad de recluirlo en un ancianato en algún lugar de nuestro estado o en Caracas".
Yo le pregunté: ¿Por qué no aceptas lo que te estamos diciendo, Luis Arcadio?
Contestándome, lo siguiente:
" Eddy, yo no quiero ir a ninguna de esas cosas, mi mundo y mi vida está en estos rincones de Piedra Azul. Yo no tengo nada que buscar en un ancianato, ni en ninguna cosa parecida a eso ".
Sin embargo, viendo a mi hermano salir hacia ese inframundo de su vida mundana y profana, recuerdo que le dije estas palabras: " Si te pasa cualquier cosa "Mono", me llamas ".
Él ante de salir a sus andanzas, me señaló estas palabras: ¡Cuando un árbol torcido se va a caer, no lo para nadie, Eddy!
Y le pregunté: ¿Por qué me dices eso, Luis Arcadio?
Inmediatamente, con su voz agotada por el transcurrir del tiempo y de las edades, me respondió: ¡Cuando uno va a caer, haga lo que uno haga, no lo para nadie, Eddy!
"Eso es lo que quiero que me entienda, Eddy".
"Ahora que mi hermano Luis Arcadio Rivero no está en el mundo de los mortales, tengo que manifestar que esas palabras encierran una gran sabiduría. Que Dios se apiade de él y lo tenga en su reino con mi madre Cristina Rivero, y en la unión de mi hermano Elías Rivero y mis hermanas Encarnación Rivero y Argelia Rivero".
"La verdad es que todos los borrachitos que andaban con mi hermano Luis Arcadio, pasaron el páramo primero que él; yo creo que muy pocos son los que pudieran quedar por ahí".
¡Qué tiempos aquellos para recordar, no teníamos plata, pero abundaba la comida!
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