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Jesús la obra de Creador

Enviado por Joise MORILLO


  1. Introducción
  2. Creador
  3. Dios es inmediato
  4. Creador, Dios, ¡No es de este ni de aquel!
  5. ¡Algún día "el diablo" pedirá perdón a Dios! (Poema)
  6. Conclusión
  7. Bibliografia

Introducción

Iniciar un dialogo acerca de Jesús el nazareno no es fácil, una de las interrogantes más preciosas ha sido a través de 2017 años, es la siguiente: ¿Es el nazareno hijo de Dios? Los más avezados darían su respuesta en base a la especulación científica o metafísica en el campo de la filosofía los teólogos, expondrían sus teorías medias, como fruto de la reflexión y la abstracción filosófica, los religiosos (fanáticos o moderados) valgan los términos expondrían la fe, ante todo sin explicación ni marco de apreciaciones teóricas ni filosóficas sino en al ámbito de lo sublime como, algo que es y no puede por necesidad, no ser, sin embargo sin desembarazarse de lo metafísico y en el preámbulo de la razón como plantearían Kant, Einstein o Karol Wojtyla, sn descartar a Tomas de Aquino, una magnitud elevada, una inteligencia superior o Dios deben haber hecho esto que gozamos y padecemos el universo, el mundo y todo lo que hay en él, ese es creador.

Sin embargo, los dizques ateos se jactan en especular que Dios es la creación del hombre, de su genio, en la búsqueda de algo que justifique nuestra estancia en el Universo y, que, imposibilitado de concebirle evidentemente, de conocer la verdad de esta diatriba ha hecho del mito un modo de concebir tranquilidad espiritual, un porque de lo que no puede determinar cómo verdad. Los más audaces, se centran en un patrón desesperado y concluyente en función de enfocar sus apreciaciones patéticas y desmedidas, en algo que como no se puede discernir ni comprobar entonces es producto de la nada (nihilismo).

El "leitmotiv" de este trabajo tiene como tendencia, definir una explicación de, porque siendo todas las creaciones creador Dios, Jesús es su hijo y, que lo único que debería aprehenderse de este dilema resuelto es que para saberle es necesario concebirse profundamente como su creación, de modo que quede claro en la consciencia la obra del creador, que debería conocer, porque y de que fue creado el hijo de Dios, o sea definitivamente está en nuestra conciencia y esta, la puso dios en la especie humana, la especie de Jesús, la obra de Dios.

Creador

Al referirse a lo que hace, ejerce, ejecuta una acción, una actividad, se está refiriendo a algo, alguien, cosa o ser. Por ende, debe tener una presencia evidente ante verdad del mundo o lo que se considera la verdad, lo cotidiano y, por supuesto, lo que el hombre puede captar, sea fenómeno o la representación de ello.

En tal sentido, toda evidencia de existencia, está, necesariamente justificada por la sensación y la constante inteligible que se conoce de tal entidad. En otras palabras, sin querer justificar, la razón cartesiana, el mundo, además de lo que se ve de él, es lo que se piensa de él. Entonces, todo lo creado, tiene en su perspectiva una virtud y es la de reflejar su imagen en la consciencia. Y, ¿Dónde radica esa conciencia?, ¿no es en el cerebro humano?, ¿Quién le ha puesto nombre a todas las cosas que se conocen, no es acaso el hombre?

Pero ¿cuál es el acto sublime que ha dado al hombre la autoridad de ponerle nombre a las cosas? He ahí, "en verdad os digo el verbo se hizo carne".

Empero, no ha sido de un día para otro, sino en la medida de desarrollar sus conocimientos como acto de consciencia, caso que, el verbo ofrece la capacidad al individuo humano de conocer las cosas, darlas a conocer y conocerse a sí mismo mediante la deducción en sus pensamientos, por ello cada ser es el acto de Dios y en esto no se puede descartar la divinidad humana.

Cada vez que muere un ser humano muere el acto de Dios y, resucita, en la medida de su inmortalidad como acto y no en presencia, pero si en la consciencia de quienes tienen en su haber vida, No es que Dios es el producto de la imaginación del hombre, sino la imaginación del hombre es producto de Dios (Creador).

Aun cuando el sofisma y la falacia haya repercutido en las esferas de poder para imponerse ante la necesidad de paz y armonía, considerando un liderazgo como solución, las mismas tienen un estigma inocultable y es precisamente la inteligencia que lo sublime de Creador puso en la fisonomía humana. Es pues, Moisés quien concibió un liderazgo en función de la necesidad de un pueblo. El verbo se hizo carne en Exodo 3:14 “El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros (…) YO SOY me ha enviado a vosotros". Muchos siglos después políticamente, el florentino diabólico -según Savonarola- Maquiavelo, diría exaltando el poder, el éxito, la imagen y la eficiencia por encima de la lealtad, la fe y la honestidad, mentir está bien si logra un fin político.

Pero concebir a Creador no es un fin político, sino aprehender que lo creado, y lo que le conoce –el individuo humano- es su producto. Y, no es ni ser, ni cosa, ni ente ni nada que a ciencia cierta (valga lo simplista de una supuesta metodología) tenga la potestad de definir, ponerle un concepto, de lo que según la conciencia humana podría ser o es.

Por eso, es, que se debe observar la conciencia clara de Jesús de Nazaret al decir, "yo soy el que soy", "Yo SOY la resurrección y la vida (…) El que cree en mí vivirá, aunque muera".

Devenido de lo anterior expuesto, Pilatos le define con justicia terrenal "ecce homo" (Juan 19:15) pues, Jesús conocedor de sí mismo, como obra o producto de creador, conocía la verdad que es el hombre, que hasta ahora con toda la ciencia, la tecnología y las más excelsas de las civilizaciones no se ha podido concebir universalmente como obra de la omnipotencia de creador, como consecuencia quizá de la vanidad y el antropocentrismo del hombre, al considerar, la necesidad de una explicación, que si se quiere se tiene y es única, todos los seres son obra de Dios (creador), su producto, por lo tanto, sus hijos, y que como consecuencia la especie humana le habrá algún día de aceptar.

Quien es el que capta a través de lo sensitivo y lo inteligible ¿no es la especie humana? He ahí la respuesta a una posible pregunta a la declaración de Jesús: "Yo SOY la luz del mundo", por tanto, el hombre al ser la luz del mundo tiene la potestad de entender lo sublime de la obra de Creador, es una absoluta verdad, por ello "Yo soy la verdad". Es la conciencia de lo que sensual e inteligible en el ámbito de la razón se entiende como necesario (el bien, la armonía, la paz). En pocas palabras, amor. Por ello al conocerse a sí mismo, refiere lo que debería ser común a todo ser humano "Nadie llega al Padre sino por mí" es una exhortación a concebirse como obra de Dios, el padre, Creador.

Aun cuando se critique a Jesús como que no podía ser un maestro moral, su obra transformó la perversidad humana en virtud de la coexistencia para bien universal, Amor. Ni un demente, ni mentiroso, ni tenía complejo de Dios. Sencillamente, al ser la obra de Creador (Dios) es como somos todos, la representación de Creador en el Universo. ¡No contemplando los postulados de la filosofía de Jenófanes, quien declara, como virtud del hombre hacer dioses a su imagen y semejanza! Sino aceptar una verdad universal como obra sublime de creador, sin ser, ni ente sino su sola presencia en el mundo, lo noúmeno, la consciencia humana.

edu.red

Dios es inmediato

Dios inmediato y nosotros su creación, más, el infinito Universo, no son límites para la virtud pues, creador (Dios) otorga a la maravilla llamada hombre, "genio". Aun cuando alguna obnubila tenga en su haber, en muchos, su nido o aposento.

Para esos bendecidos el lumen alcanza más allá de las tasas comunes. Ese hombre, esa especie humana, no importa el género atiende a la saga de quienes también aman lo no humano, lo sublime, a esa, la naturaleza que describe con esplendida nitidez, impoluta, diáfana y, que hace sentir, incluso las vibraciones de las ondas del color, desdeñando la nada, y la opacidad por no ser cónsona –aun cuando no le desprecie con la belleza.

Ese es y será el genio de Jesús de Nazaret su sangre en la potencia del vino, comulgó con la sangre que debía profesar su genio piadoso y benévolo, la Santa Cena, su cuerpo, en la potencia del pan, concentra la carne, quedando pura por la bendición de Dios invocada por Jesús

Creador, Dios, ¡No es de este ni de aquel!

Es de todos y cada uno de sus creaciones, el universo entero con todos sus elementos son su creación, de modo que la especie humana, bendecida por él; le concibe en la conciencia del espíritu santo del nazareno para bienestar y perdón del hombre por sus desmanes y defectos, que es caso de la miseria humana. He ahí el nazareno impoluto, sublime, único conocedor de sí mismo como la creación directa de Dios creador, si Jesús el único hijo de Dios, hasta ahora iluminado, con esta esencia que le falta al resto de las consciencias humanas.

Últimamente, pareciera que: muchos de los intelectuales, políticos e, incluso, filósofos y gente común, se han pronunciado por un sendero del politeísmo arcaico o de la índole de la más rancia teología griega. El motivo de esta apreciación se funda en ciertas declaraciones expresadas por gente de la vida pública de América y Venezuela "para muestra un botón"

"¡Que al menos hasta noviembre, Dios se acuerde que alguna vez fue argentino y abra pronto los ojos de los esclavos para que éstos dejen de hacer tiranos!" Avogadro.

Lo antes dicho obedece a la desesperación de un intelectual argentino criticando la razia corrupta del gobierno de la Kirchner, presidenta de su país. El siguiente, lo profirió un colombiano también preocupado por la situación de guerra que ha sufrido por más de 50 años su país y que de ideológico se ha desdoblado en un negocio de –narco guerrilla- terror y lucro, cito.

"En el día de la patria invoco al Dios de Colombia para que este encuentro traiga pronto para este pueblo la paz y el progreso. Que no se prolongue en el tiempo un diálogo estéril y que el cese bilateral del fuego sea ahora y para siempre." Alvarado

Por Dios, señores, la interpretación acerca de Dios es diversa, no obstante, hay que definirse "o se es creyente" o ateo, Dios es uno solo –el creador del universo y todo lo que contiene-. Para los orientales es sencillo, pues, su creencia se funda en una teología ancestral y su espíritu se apoya en la divinidad del que muere, para los indios no existe Dios, sin embargo, tienen deidades que les "otorgan" apoyo espiritual consistente. El cristianismo, judaísmo e islamismo tienen el mismo espíritu, la diferencia es su apostolado.

El colmo es del Nihilistas, ateos y otros como: santeros, paleros, babalaos, etc. Que, de repente salen con que: "Dios proveerá" Si Nicolás. O "El Molino de los dioses muele lento, pero muele". H. Chávez. Frase con sesgo de odio en contra de quien se oponía a su megalomanía. Toda una blasfemia.

Nuestro libertador, cristiano de abolengo comprobado, Simón José Antonio de la santísima Trinidad; al estilo de lo más puro de la dialéctica platónica, dijo, durante el momento aciago del terremoto de Caracas del 26 de marzo de 1812 (jueves santo) lo siguiente:

"Si la naturaleza se opone a nuestros designios, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca".

Con estas palabras solo difundió su deseo heroico de libertar a nuestro país del yugo imperialista hispánico, único imperio que nuestro libertador reconoció pues, ni al pueblo, ni al gobierno de Norte América les consideró como enemigos. Y no renegó de la providencia de Dios como quisieron imputarle sus opositores criollos y realistas abanderados en la iglesia católica para tildarle de ateo.

En todo caso, Dios, ¡No existe porque creamos en él! Si no, porque fue quien nos creó y nos puso mente para creer; ¡aunque no fuera en el!

¡Algún día "el diablo" pedirá perdón a Dios! (Poema)

¿Cuándo será?

¿Será cuando los ricos no deseen ser más ricos?

¿Cuándo los pobres no denigren de serlo?

O ¿Será cuando los viejos vivan más y los jóvenes sepan vivir?

Seguro será cuando; ¡el hombre consiga aprender!

Y como aprender que es la creación de Dios

Pueda ver con claridad lo que ha vivido y obrado

Mejorar la vida, liquidar lo que ha hecho mal al mundo.

De éste modo; Dios perdonará su vanidad, egoísmo

Su pretensión de hacerlo a su imagen y semejanza

Y por haber destruido, lo que se ha construido con su magnificencia

Para el hombre mismo.

Despierte de la ignorancia, adormecida, y obnubilada que le atañe

Y observe que la verdad es "el amor"

El amor es la sabiduría, la virtud

La panacea que calma la desarmonía humana.

Conclusión

Creador, puso en la consciencia del individuo humano una característica que le hacia saber de él y, que se aprehendía conociéndose a si mismo, como obra de creador, el único hasta ahora ha sido Jesús.

"Yo SOY la luz del mundo", por tanto, el hombre al ser la luz del mundo tiene la potestad de entender lo sublime de la obra de Creador, es una absoluta verdad, por ello "Yo soy la verdad". Es la conciencia de lo que sensual e inteligible en el ámbito de la razón se entiende como necesario (el bien, la armonía, la paz). En pocas palabras, amor. Por ello al conocerse a sí mismo, refiere lo que debería ser común a todo ser humano "Nadie llega al Padre sino por mí" es una exhortación a concebirse como obra de Dios, el padre, Creador.

Jesús, conocedor de sí mismo, murió en la cruz para enseñarnos que debíamos concebir tal consciencia, para entender que éramos lo sublime, la creación de dios, Creador, Bondadoso, piadoso, benévolo omnipotente, toda la sabiduría, la verdad.

Platón hablando de justicia, explica una alegoría que se compara a como actuó Jesús.

"No obstante, como las sensaciones son el producto de lo que afecta al interior y la razón es parte de la constitución interna del individuo y todo conocimiento es almacenado internamente "La razón" (ratio) es sin lugar a dudas el grado superior del conocimiento, por tanto, la razón, el espíritu, es lo más elevado que hallamos en el hombre. Pero ese espíritu al ser de uno, y de otros, la suma de todos esos espíritus, de esas razones en un mismo sentido, son la suma de lo que se conoce, lo que se obtiene del exterior, es la suma de conocer, es un conocer colectivo, que genera un solo y mismo conocimiento, pues entonces es la verdad, por tal motivo no puede haber injusticia donde se conoce una sola verdad que apoya al espíritu colectivo que clama por justicia.

La idea de justicia es terrenal y cotidiana, aun cuando lo divino sea de importancia capital; desembarazarse de lo que lo que atañe al mundo con excusas etéreas, es totalmente absurdo, la maldad no es de Dios el creador, es del hombre, la inteligencia que el creador nos dio es la que debemos manejar para neutralizar esto -la injusticia-que los filósofos clásicos estudiaban y trataban con ello desarrollar una solución y escudriñar el origen de la miseria humana y, con la bondad exacerbar la –la justicia- como virtud del hombre.

"Pongamos de frente al hombre de bien, cuyo carácter es franco y sencillo, en otras palabras; mas ansioso de ser bueno que de parecerlo, Quitémosle hasta la reputación de honrado, pues si por tal pasa pronto estará colmado de loas y bienes por sus aduladores, esto, para poder juzgar si ama la justicia por sí misma o a causa de los bienes y honores que ella le proporciona. Despojémosle de todo, menos de la Justicia, y para que haya entre él y el injusto una completa oposición, que pase por el mas malvado de los hombres sin que haya cometido jamás una injusticia, de suerte que su virtud se vea sometida a las más duras pruebas, sin que se conmueva, ni por la infamia ni por malos tratos, sino que marche con paso firme por el sendero de la justicia hasta la muerte (…) El justo dicen, el que es tal como yo lo he pintado, será azotado, atormentado, encadenado, se le quemaran los ojos y en fin después de sufrir toda clase de males será crucificado.

No os parece que con la diferencia de que no le quemaron los ojos, por culpa de la calumnia del Sanedrín, fue lo que le paso a nuestro hermano Jesucristo, quien con su pasión murió en la Cruz para enseñar" terrenalmente" a nuestro pueblo, la bondad de la justicia y con ello pagar por nuestros pecados.

Bibliografia

Platón, 1989, libro II de "la república o el estado" análisis de Justicia segun Glaucón (uno de los filósofos amigos de Sócrates), Pág. 69, Ed. Espasa, España,

Morillo, J, 2016, La concepción clásica de justicia en filosofía, monografías.com.

 

 

 

Autor:

Joise Morillo.