El orden justo – la paz perpetua -como soñara Kant– si bien se encauza en la lucha frontal contra el terrorismo; pero nada tiene que ver la injustificada segunda guerra a Irak. No se encauza tal orden mediante las calificadas "guerras preventivas", que en los tiempos de la alta tecnología , la aviación "aliada" por error (¿) masacra hombres, mujeres y niños inocentes. En este aspecto, Tolstoy no pierde vista -como lo ocurrido en Medio Oriente- la tensión irresoluble entre poder y lucha por un lado y paz, orden y justicia por otro. El escritor y filósofo ruso se ubicó en el campo de los que movidos por valores trascendentes, continúan rechazando indignados, e camino imperfecto de la política; condenando de plano la guerra como el terrorismo y todas las formas ilegales de poder.
"Guerra y Paz", además de ser una de las más grandes obras de la literatura universal, puede ser considerada como una novela épica de extraordinaria riqueza artística por la caracterización dramática de los personajes y el dinamismo descriptivo de las acciones colectivas, se constituye también, como un tratado teórico sobre el fenómeno de la guerra.
Pero, además, y lo considero como lo más sustancial, contiene profundas reflexiones cuando llega la hora de tomar decisiones de política trascendente, donde la acción bélica es considerada como la "gran" solución para finalizar conflictos entre naciones. En ese aspecto, el pensamiento de Tolstoy se levanta sobre una filosofía de la historia, que evoluciona a través de una compleja y tortuosa reflexión ético-política hacia el pacifismo, actitud totalmente contraria a la que viene realizando el "establishment" de G.W. Bush, al continuar practicando su política internacional, conforme a los antiguos esquemas que emplearan, los mismos jerarcas (anteriormente integrantes del equipo de Bush padre) en el primera guerra del Golfo.
La teoría de los grandes hombres de la historia
En evento que sirve de panorama fundamental para la formulación de la filosofía de la actual administración G.W. Bush podría ser la invasión napoleónica a Rusia en 1812 (hoy a los Balcanes europeos, como paso para llegar a Oriente cercano). El blanco clave de los ataques que presenciamos, más que ataques genocidios, lo constituye lo que algunos denominan "la teoría de los grandes hombres de la historia", que fueron en siglos pasados plasmadas en las obras de Thiers, Mikhailovsky, Fouché, Talleyrand y otros historiadores "oficiales" del siglo XIX, quienes otorgaron una importancia desmesurada al papel del individuo en la generación y desarrollo de los acontecimientos históricos de sus tiempos.
"El hombre -escribe Tolstoi en "Guerra Paz"- vive conscientemente para sí mismo, pero es un instrumento inconsciente en el logro de propósitos universales e históricos de la humanidad".
Este pensamiento nunca lo profundizaron o concientizaron ni los terroristas de todos los tiempos (anarquistas, políticos, militares, inquisidores civiles y religiosos), ni en los siglos XX y XXI los líderes que provocaron las guerras mundiales; ni en esta lamentable y penosa situación que actualmente vive la sociedad mundial, por culpa de unos y otros; porque aquí no se trata de hablar solamente de inocentes que "dicen" actuar para establecer la paz , o culpables con ambiciones enfermizas de poder. Las mezquinas razones económicas de los "lobbies", lamentablemente pesan, también y mucho, en la balanza de poder mundial.
"Los así llamados "grandes hombres" no sólo rótulos que se dan a los eventos y como tales tienen la más pequeña conexión con los eventos mismos. Sus actos, que a ellos parecen el producto de su propia voluntad, son en un sentido histórico involuntarios, se relacionan con todo el curso de la historia y está predeterminados desde toda la eternidad."
El movimiento de las naciones no es causado por el poder de "grandes hombres", su actividad intelectual o -como suponen muchos historiadores- por una combinación de ambos factores, sino por la actividad de todos los que de una manera o otra participan en el quehacer pacífico nacional.
En síntesis, cuando someramente analicé el pensamiento de Tolstoi saqué como una primera conclusión que su "gran ilusión" ataca con la toda fuerza de sus convicciones, aquella que sostiene que los individuos pueden, con sus propios recursos, entender y controlar el curso de los eventos. Y así lo expresa: "El individuo que juega un papel en los acontecimientos históricos nunca entiende su significado, sólo la Providencia, independiente a todo, puede por su propia voluntad determinar la dirección del movimiento de la humanidad."
La guerra es totalmente contraria a la razón
Años después de concluir su novela, ya convertido al pacificismo, Tolstoi condenó la guerra y cualquier acto de violencia como moralmente indefendibles. Por un lado, él identifica el deseo de poder como factor que corrompe a los individuos y que colectivamente genera la guerra.
Esto es lo que viene sucediendo en Oriente Medio. Estados Unidos con la cumbre de su "establishment" , se viene preocupando tenazmente, más que derrotar al terrorismo -de por sí condenable- en obtener el control absoluto de las grandes reservas energéticas mundiales y las próximas del Mar Caspio. El fundamentalismo evangélico y la agresividad patriótica de los "grandes" de la Casa Blanca los lleva a defender a Washington como la capital del Imperio contemporáneo, donde se ubica y desarrolla el control de la sociedad global. "El mando imperial ya no se ejerce a través de las modalidades disciplinarias del Estado moderno, sino que se ejerce fundamentalmente a través de las modalidades del control biopolítico".
La firme protesta de grandes centros políticos y sociales mundiales y de Estados Unidos, contra el genocidio en Irak, como lo fue previamente en Kosovo y en Afganistán; la estrategia de la CIA en la década del ´70, a través del plan Cóndor, (base de las dictaduras en Argentina, Chile, Uruguay), me recordó el capítulo en que Tolstoi se dedicó a narrar la batalla de Borodino en su libro "Guerra y Paz". La descripción imaginada de las impactantes escenas del citado conflicto estremece al lector. Vencido en dicho conflicto, el príncipe Nicolás Andrés Bolkopnski reflexiona sobre el significado de la acción humana, el carácter trágico de la historia y la vanidad de los que pretenden dominar y dirigir eventos tan masivos plenos de crueldad y de imprevisibles consecuencias. Actualmente la sociedad mundial reflexiona sin poder encontrar válidas razones ante las sin-razones de la guerra en Medio Oriente , provocada por los modernos "cruzados".
Cuando expreso que Bush nunca leyó a Tolstoi me baso en que nuestro grado de conciencia sobre la libertad y la necesidad depende de tres factores, que el presidente de Estados Unidos no sabe interrelacionar pues su fatalismo le impide pensar que somos libres y sobre la base de esa toma de conciencia de libertad podremos vivir. No alcanza a equilibrar que la capacidad de poder depende de:
- La relación que tenga con el mundo exterior el individuo que actúa y de su equilibrada percepción sobre los vínculos que le unen a todo aquello que le rodea.
- Del mayor o menor tiempo que haya transcurrido entre el momento de actuar y del propio juicio que se tenga sobre la misma.
- Del concepto sobre la libertad y la necesidad, que dependen de la percepción de una infinita cadena de causas que forzosamente demanda la razón, por lo cual cada acción debe responder con relación a lo ocurrido anteriormente y como causa de lo que vendrá después.
- "De comprender que la guerra es una locura, o bien que los hombres que llevan a cabo esa locura no son los seres racionales que por alguna causa creemos que son. "
- De que un gran gobernante, máxime de una Nación con perfiles imperiales, está obligado a integrar la realidad y la experiencia y someterlas dentro de un marco rígido de inflexibles principios y rechazos totales.
La política como instrumento para construir un orden de convivencia
Existe en la política una inevitable dimensión polémica, que gira en torno a un poder siempre cuestionado. Pero el conflicto no agota la idea de la política, ya que ésta también incluye propósitos que trascienden los enfrentamientos y se dirigen a un fin superior.
La política se mueve entre dos polos: de un lado, la lucha y el conflicto; de otro, el orden, la armonía, la convivencia pacífica de la comunidad internacional.
Existe una cuestionabilidad originaria de la relación entre ética y política y, por tanto, la idea misma de política es problemática. J.L. Aranguren , en su libro "Etica y política", considera que esa cuestionabilidad puede ser vividas y pensada en dos modos fundamentales:
- a).- para el "realismo político" , moral y política son términos incompatibles y la intromisión del elemento ético dentro de, terreno político puede ser perturbador.,
- b).- para entender la relación entre ética y política es necesario poder superar el carácter antinómico de la idea política mediante el rechazo del poder. Pero, dado que no es posible eliminar de la política el elemento de poder, y que poder significa violencia abierta o velada , esta segunda postura repudia la política sobre la base de principios morales absolutos. Para Tolstoy -aunque Bush no se haya dado cuenta o lo disimula bien- la política "es un dominio de suciedad moral".
Los dilemas analizados por la literatura política contemporánea
Jean Paúl Sartre, a través de su personaje Hugo, en "Las manos sucias", describe al típico revolucionario lleno de ideales, que actúa ansioso por purificar el mundo, pero que a la hora de pasar a la acción se paraliza al constatar que las eficacia a veces exige comprometer la limpieza de los principios. Le hace expresar: "no todos los medios son buenos". Otro personaje de la misma obra -Hoederer, un político considerado "práctico" le responde a Hugo: "Todos los medios son buenos cuando son eficaces. ¿Qué miedo tienes de ensuciarte las manos?".
Si analizamos con seriedad, sin engaños, en la historia universal existieron "revolucionarios" , que han actuado -y actúan- procurando establecer una política que exige eficacia. Maurice Merleau-Ponty, en su libro "Humanismo y Terror" comparte la visión de Tolstoy: "La acción política es en sí impura, porque es acción de uno sobre otro y porque es acción entre varios . . . Nunca dijimos que toda política que triunfe fue buena. Hemos dicho que una política, para ser buena, tiene que triunfar. Nunca dijimos que el triunfo significase todo. Hemos dicho que el fracaso es una falta o que en política no existe el derecho a equivocarse y que sólo el éxito torna definitivamente razonable lo que al principio era audacia y fe. La maldición de la política consiste precisamente en esto: que debe traducir los valores en el orden de los hechos".
Desde 1991 , finalizada la "guerra fría", Estados Unidos al sentirse hiperpotencia única, marginó a las Naciones Unidas y, fundamentalmente a su Consejo de Seguridad. Alzando su voz al mundo, prometió instaurar un nuevo orden internacional más justo y para lograrlo , dirigió y ganó la primera guerra del Golfo contra Irak, defendiendo a Kuwait y ofreciendo una clara parcialidad a favor de Israel, en detrimento del pueblo palestino.
Pero es importante recordar que mientras se mantuvo la guerra fría entre 1948-1989, Estados Unidos practicó una intensa "cruzada" contra el "enemigo del momento": el comunismo. Fueron escenarios Guatemala, Indonesia, Afganistán Vietnam . "Apoyar a determinados terroristas no era necesariamente inmoral". "Los luchadores por la libertad estaban en Arabia Saudí y Pakistán en la zona de Oriente Medio.". Washington consideró como importantes aliados a favor de la "causa justa", a dirigentes que pocos meses antes los consideraba indeseables: el golpista Pervez Musharrad de Pakistán, al dictador Islam Karimov de Uzbekistán La CIA reclutó y entrenó en aquel entonces al hoy célebre Osama Bin Laden; apoyó y armó a Saddam Hussein como socio para luchar contra el gobierno de Moscú. en Afganistán Mundialmente, estos personajes , sus hechos, la amistad entre los mandatarios de Estados Unidos y los zares saudí del petróleo, (entre ellos la familia de Bin Laden) han sido fielmente documentados a través de la reciente película de Michael Moore: "Fahrenheit 9/11"
"Quien opera conforme a una ética de la convicción -dice Weber– no soporta la irracionalidad ética del mundo. ésta fue precisamente la tragedia íntima de Tolstoi, quien en su posterior libro "Confesión" –libro verdaderamente admirable por su sinceridad y poder expresivo, describe el camino que lo llevó a adoptar una férrea ética de la convicción.
Pero George Walker Bush no puede actuar como el filósofo ruso, o bien como Gandhi el más descollante discípulo de éste, pues no podrá jamás comprender que la política exige compromiso, aceptación de la diversidad del mundo; que la pretensión de verdad absoluta es un rechazo al fluir de las relaciones humanas y una simplificación de los procesos históricos.
Es así, que con tono que califico de cínico o de ignorante el presidente Bush, azorado ante el terrible e injustificable atentado del 11 de setiembre , que mató a inocentes como los que los que él y sus asesores han mandado matar en Irak, Kosovo, Afganistán, ancianos, mujeres, niños;
destruido edificios civiles, escuelas, templos; con el propósito de "instaurar un nuevo orden mundial más justo"; asombrado, llegó a declarar: "Me impresiona que exista tal desconocimiento respecto a lo que es nuestro país y que haya gente que pueda odiarnos. Soy como la mayoría de los norteamericanos, no puedo creerlo, porque sé que somos buenos".
Niebuhr -nos recuerda el profesor venezolano en Ciencias Políticas– La politica será hasta el fin de la historia un área de encuentro entre conciencia y poder, donde los factores éticos y coercitivos de la vida humana se interpretarán para producir sus difíciles y tentativos compromisos". A ello agrega Niebuhr: "la acción política, en el plano interno e internacional, debe asumir entonces un carácter diagonal y los fines éticos deben hacerse más ambiciosos a medida que se incrementa la capacidad política. Mientras mayor sea el poder del actor político, más elevada debe ser su conciencia moral".
G.W.Bush debería comprender que la política y la guerra no son solamente potencias destructivas, sino que son realidades históricas capaces de operar creativamente en determinadas condiciones. "Este hecho no debe idealizarse, ni convertirse en la base de una teoría belicista de la guerra como "partera de la historia", sino que debe ubicarse dentro de una visión política como resultado de un impulso de poder y un proyecto moral."
Similar observación se merece el premier inglés Tony Blair, pues resulta muy cínica su declaración ante el Congreso del Partido Laborista realizada en la ciudad de Brighton: "Las pruebas de que Sadamm Hussein tenía realmente armas biológicas y químicas en contraposición a la capacidad de desarrollarlas han resultado ser equivocadas. El problema es que no puedo pedir perdón por la información que terminó ser errónea; pero, sinceramente, no puedo pedir perdón por haber removido a Sadamm. El mundo está mejor con Sadamm en prisión y no en el poder. Los ataques del 11 de setiembre de 2001 contra Estados Unidos me cambiaron como líder".
El Secretario General de la ONU -Kofi Annan- al iniciarse el debate anual de la Asamblea General de la ONU (setiembre,2004) criticó la política hacia Irak practicada por el gobierno de Estados Unidos. Annan, defendiendo al multilateralismo y el imperio de la ley, entre otros conceptos recalcó: "En estos tiempos difíciles, las Naciones Unidas son el indispensable hogar común de toda la familia humana, por lo cual es necesario un mundo en el que, en lugar de que derecho se derive de la fuerza, la fuerza se derive de la ley". . . . . "Hoy el estado de derecho está en peligro en el mundo. En Irak son masacrados a sangre fría civiles, trabajadores humanitarios, periodistas y otros no combatientes son secuestrados y asesinados de manera bárbara. Prisioneros iraquíes se han visto convertirse en víctimas de abusos escandalosos" . . . "Es la ley, incluyendo las resoluciones del Consejo de Seguridad la que ofrece la mejor base para resolver loas conflictos prolongados, en Oriente Medio, en Irak y en todo el mundo".
Síntesis del pensamiento de Rousseau
Para Rousseau, los postulados generales en que se basa el derecho político , fundamentalmente se pueden resumir en tres:
- Ningún hombre puede ejercer sobre otro hombre autoridad alguna sin su consentimiento.
- Todo el pueblo es titular de la soberanía y tal derecho es indivisible y no puede ser cedido por el pueblo a ningún individuo.
- El ejercicio del poder ejecutivo por parte de los gobernantes legítimamente elegidos no es una delegación ni una cesión, sino una simple comisión, provisional y revocable".
Prof. Bernardo Quagliotti de Bellis
Secretario General de GEOSUR
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