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Nociones de estado y los derechos fundamentales en los tipos de estado


Partes: 1, 2

  1. Ideas centrales de nociones de Estado
  2. Del proceso de formación del Estado
  3. Noción jurídica del Estado
  4. Pirámide de gobierno
  5. La soberanía del estado
  6. Características del poder del Estado
  7. Justificación y fines del estado
  8. Forma de Estado y de gobierno
  9. Crisis del Estado peruano
  10. Cuadro comparativo de los tipos de estado
  11. Qué tipo de Estado somos?
  12. Bibliografía

Un tributo al Maestro Alfredo Quispe Correa

09/12/2010

Dra. Lesly LLatas Ramírez

Diciembre 2010

Artículo dedicado al Maestro Alfredo Quispe Correa.

Un tributo al Maestro Alfredo Quispe Correa.

El presente discurso estuvo a cargo del Maestro Alfredo Quispe Correa, a quien tributo de ésta forma, transcribiendo su contenido respecto del valor de la Democracia y al Estado de Derecho, con motivo de la presentación del Libro "Hacia una Cultura de valores y de respeto por la democracia, los derechos humanos y el derecho internacional humanitario" elaborado por la Presidencia de la Comisión de Educación, Ciencia, Tecnología, Cultura, Patrimonio Cultural, Juventud y Deporte del Congreso de la República del Perú, 10 de Diciembre 2008, Sala Grau.

La democracia, en el planteamiento general de los estudiantes, más que una forma de gobierno por elección popular, la describía como un modo de vida, como un sistema participativo fundado en la dignidad del hombre y en el que las normas organizaban la vida social y política en detrimento de voluntades arbitrarias.

Un mundo ideal, qué duda cabe, pero es con ideales como esos como se renueva la vida, porque sirven como faros en los interminables quehaceres terrenales.

Ese es, desde otra perspectiva, el sentido renovado de la utopía. Ucrania es la historia que no fue. La utopía es el mundo que vendrá o el que ha convertido en realidad ideas arcanas, como advertía Marcusse en el "Fin de la Utopía". Lo soñado ayer era posible hoy gracias a la tecnología y a los descubrimientos científicos. ¿Por qué, entonces, la convivencia no es solidaria y hay pobreza, discriminación y desempleo? ¿Por qué no es posible la liberación de las opresiones y la consagración de una sociedad en que el prójimo sea, verdaderamente, un humano igual a mí, a ti?

La respuesta es simple: es el egoísmo, es la pretensión del poder por el poder mismo y es la idolatría por el consumo y por un mercado al que se le atribuye posibilidades milagrosas para resolver todos los males. Ese es el mundo que los jóvenes recusan. Ese es el mundo que no quieren. En las polémicas ardorosas, aceradas, renace el sueño que jóvenes de todos los tiempos forjaron en su momento.

El Estado de Derecho es el modelo aceptado por todos. Tiene una estructura sencilla: la libertad humana, piedra angular del sistema; la igualdad ante la ley, como rechazo a las desigualdades legales sostenidas en el Medioevo; la separación de funciones para que un hombre o un partido o grupo social no manejen la totalidad del poder y haya mutua supervisión entre los detentadores. Y el control constitucional, básico, para mantener el fundamento ético del sistema legal en un país.

La constitución, de la que derivan todas las leyes, es la estructura normativa. Debe encerrar un conjunto de valores compartidos por la sociedad como la libertad, la justicia, la dignidad humana y la participación, como un derecho a no ser excluido de las decisiones políticas, económicas, culturales. Porque hay constituciones autoritarias, autocráticas y hasta las que enmascaran formas de dominación bajo un lenguaje perverso y rimbombante. Lo sabía Loewenstein, lo sabía Sartori. El primer análisis pasa por determinar el contenido de una constitución.

Sin embargo la historia demuestra que la clave no siempre se esconde en la constitución. Ella puede ser humanista, no transpersonalista, pero los operadores son los que finalmente le dan dirección a una carta política. Es allí donde radica el secreto y donde tiene su origen el desencanto de los jóvenes. Si descreen de la democracia no es tanto por la constitución que rige, sino por la forma en que los "operadores" desvirtúan sus fines para enriquecerse y crear y mantener formas sutil de dominación.

Hay que estar alertas. La lucha por el derecho no es un acto súbito ni espontáneo. Hay que abrir los ojos. Salir al frente cuando se intenta desvirtuar los contenidos democráticos. Como hacen los jóvenes esta tarde en el debate académico, para perfilar una sociedad donde los derechos humanos se desarrollen sin otros límites que los del derecho ajeno. La convocatoria docente tiene la virtud de aclarar ideas y promover una voluntad juvenil para alcanzar ese orden justo que nosotros soñamos y se nos escapó entre las manos.

No es un reproche. Ni es un acto de contrición. A mi generación la asaltó iguales desazones e hizo propuestas para humanizar la vida. Esos esfuerzos fueron quedando en el camino, y hoy, otra generación, la de estos jóvenes, plantea críticas fundadas a un orden inequitativo con nuevos y mejores argumentos. Y hay que apoyarlos para que algún día esa vehemente, terca y rediviva actitud de Sísifo logre que la piedra quede en su cimiento para siempre. En el mito de Sísifo la condena es eterna. En la visión de estos jóvenes tiene un fin próximo.

Dr. Alfredo Quispe Correa[1]

(13 de Abril de 1936- 15 de Noviembre 2010). Descanse en Paz en la sublime contemplación de lo interminable, de lo inmortal.

NOCIONES DE ESTADO Y LOS DERECHOS FUNDAMENTALES EN LOS TIPOS DE ESTADO

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