"La vida es una cosa fenomenal, lo mismo pal de alfrente que pal de atrás"(Sánchez 1)1.
El tema de la enajenación en La guaracha del Macho Camacho es uno que se presenta de una manera muy compleja y por el toque de picardía, humorístico y de baile. No nos damos cuenta tan fácilmente que los personajes son conducidos a un ambiente hostil, rodeado de falsos valores como el placer sexual, la búsqueda de una imagen y la avaricia. Como consecuencia, cada uno de los personajes renuncia a la búsqueda de su felicidad y se mantienen fuera de su propia realidad.
Para descubrir de manera más formal la enajenación, comenzaremos discutiendo o ambientándonos en la época y estilo de Luis Rafael Sánchez. Luego, entraremos de lleno en la enajenación, la veremos en cada uno de los personajes y en qué ambiente de La guaracha del Macho Camacho se dan.
Empezando a entrar en La guaracha del Macho Camacho, Josefina Rivera de Álvarez nos introduce al ambiente de la novela y nos presenta algunas características de la manera de escribir de Luis Rafael Sánchez:
con dispocisiones de bárroco abultamiento, la letra de la referida guaracha -<<La vida es una cosa fenomenal / lo mismo pal de alfrente que pal de atrás, etc.>>- dibuja en exagerado optimismo e ilimitado entusiasmo de un vivir que se fundamenta en el incesante y frenético disfrute del placer sexual, igualador en su culto y ejercicios de las diferencias de casta social o de medios de fortuna, equiparados en la práctica de los conceptos de vida y guaracha (781).
Nosotros nos preguntamos por qué ese estilo de Luis Rafael Sánchez de irse por lo cultural y lo popular, pues él mismo citó: "Todo el mundo trabaja desde su clase y ese ha sido mi alimento, de modo que las formas culturales que llegaban a la casa eran ésas: el bolero, la radio, la canción popular" (citado en Alcántara 36). De hecho, Luis Rafael encontraba bellísimas explicaciones sobre la condición humana en esos boleros que la gente llamaba supersticiales. "A mi no me interesa la literatura monótona, el texto que está muerto en la página, sino la literatura que es capaz de estremecerse" (citado en Alcántara 37).
A Luis Rafael lo podemos ubicar con características del género literario de la novela hispanoamericana , pero específicamente hablando, se desenvolvió en la narrativa boricua producida en la década de 1970. Este se identificó mucho con el proletariado puertorriqueño y el empleo de las clases económicamente bajas. Estos son los rasgos predominantes de la obra de Luis Rafael Sánchez y que marcaron la producción literaria de lo que se considera la generación "de los sesentas y los setentas" en Puerto Rico. Estos rasgos hacían predominar la intelectualidad boricua que redefinió. Aún se sigue teniendo esto en cuenta, su lugar frente a problemas ya vueltos tradicionales como la enajenación, produciendo nuevas figuraciones de los sujetos emergentes en el proceso histórico de Puerto Rico.
Luis Rafael, en la novela, habla de él mismo e incluso entra en relación con los otros personajes. Un ejemplo de esto es cuando Sánchez le pide a Benny que recapacite ante las incoherencias de éste, intentando justificar su pereza (174). Pero también, la novela tiene un locutor que va a contar la historia de Macho Camacho y por supuesto, de su guaracha. Su forma de hablar determinará la acción de los personajes.
A la vez, la novela tiene al escritor, el escritor se va a ocupar de la vida privada de los personajes, especialmente del que es nuestro tema, la enajenación de éstos ante un mundo que se pone cada vez más difícil de comprender. Primero, vamos a ver las consecuencias de esta enajenación.
En la novela, Sánchez cita en las primeras páginas: "…aqui en Puerto Rico, colonia sucesiva de dos imperios e isla del Archipiélago de las Antillas" (13). Esta frase nos ubica de inmediato ante la realidad expuesta por la novela. Es en otras palabras el estatus colonial de la isla lo que se convierte en estructura significativa que da cuenta de la multiplicidad de estructuras de enajenación social y quizá, de lingüística que configuran el discurso novelado.
Todos sabemos que desde el primer momento de la invasión norteamericana en 1898, E.E.U.U. intenta transformar la isla al servicio de los intereses de la metrópolis mediante el acedio cultural, la impocisión del inglés pero sobre todo, el asedio económico. Según se iba adoptando el modelo económico, se iban adaptando los valores culturales. La clase media puetrorriqueña iba a imitar a la clase media norteamericana. Esto contribuyó a que se cumpliera el proceso del desconocimiento de la propia historia por parte de los habitantes de Puerto Rico, ya que el sistema educativo fue intervenido. La peor consecuencia de esto fue la negación de la historia, que es un síntoma más de una realidad totalizante en su destructividad. Esto lo podemos ver en las líneas de Memmi que leen de la siguiente forma:
El colonizador niega al colonizado el derecho más precioso, reconocido a la mayoría de los hombres: la libertad. Las condiciones de vida creadas por el colonizador para el colonizado ni la suponen ni la tienen en cuenta. El colonizado no tiene salida alguna para escapar a su estado de infelicidad: ni una salida jurdical (la nacionalización) ni una salida mística (la conversión religiosa). El colonizado no es libre de elegirse como colonizado o colonizador.¿Qué puede quedar al final de ese esfuerzo tenaz de desnaturalización? Ni mucho menos un alter ego del colonizador. Apenas un ser humano. Casi un objeto. En último término, tendría que, de acuerdo con la suprema ambición del colonizador, no existir sino en función de las necesidades del colonizador, es decir, debería haberse transformado en un colonizado puro (145-146).
El sistema que transfiere la metrópoli a la colonia no puede tener como objetivo la asimilación, según Memmi (192-193). La asimilación pone fin a la relación colonial y destruye a su vez al colonizador. Ya entendido el carácter manipulador de la relación asimilación-colonización es sencillo ver que la industrialización del Puerto Rico contemporáneo, junto con todas sus consecuencias, representa un medio más de dominación y opresión a través del cual se fortalece la relación colonial. Pero ahora vamos a ver más de cerca este problema en La guaracha del Macho Camacho. María Arrillaga nos presenta la enajenación lingüística de la novela que va a dar paso a la enajenación social que presenta Luis Rafael Sánchez:
El espectáculo representa, a pesar de su rapidez y variedad vertiginosas, un mundo estático puesto que representa una realidad objetivamente externa fuera del control del narrador y del lector. El narrador-lector reaccionará ante el espectáculo. Si el lector ha seguido fielmente las acotaciones del narrador, ambos asistirán como participantes al mundo de crítica, parodia, caricatura y censura que se presenta. De la realidad objetiva estática del espectáculo surge el movimento subjetivo, que lo niega, de las reacciones del narrador-lector. El tapón y el tiempo detenido son el andamiaje, estático también, que sostiene esta realidad. Mundo estático que considero representa la inmovilidad de la enajenación que significa, y de donde surgirá el movimento, negación de lo estático, del desenfrenado lenguaje reiterativo. Este lenguaje cumple dos funciones importantes: reitera lingüísticamente, a nivel de significante, las estructuras enajenadas del contenido como medio de desenmascararlas, contiene las reacciones del narrador-lector en calidad de enjuiciador de los contenidos enajenados (158).
En contraste con el ritmo contrario de negación salta a la vista la omnipresencia de la guaracha y la importancia que cobran la intervención del disc jockey dentro de la estructura de la obra. El ritmo de la guaracha presentado por el disc jockey desata la situación límite: la muerte del niño, situación que representa un cambio que en acuerdo a enajenación social y lingüística que se presenta, como resultado de la apretada tensión de la lucha de contrarios.
Ahora entramos en los personajes de la novela y veremos manifestaciones de enajenación que se presentan en éstos. La China Hereje representa en carne y hueso la tragedia del ser humano convertido en mercancía: "lo que bien se sabe es que a ella todo plin, a mí todo plin. Oigan esto otro: a mí todo me resbala. Oído a esto, oído presto: a mi todo me las menea: y en seguida arquea los nombres, tuerce la boca, avienta la nariz, apaga los ojos: clisés seriados del gentuzo a mí me importa todo un mojón de puta…" (Sánchez 77). La chica es cosa, penetera incluso su función maternal, dado que al ser humano enajenado se le hace difícil amar.
Su lenguaje poco sensible se caracteriza, por la frase cafre que según hemos visto, el narrador caracteriza como "clisés seriados del gentuzo". Esta forma de hablar de la China es síntoma de su desvalorización como ser humano de cómo ha convertido su cuerpo en mercancía. La China en sus horas libres disfruta de la actividad sexual. Y el tono único de Luis Rafael demuestra simpatía hacia este rasgo de la China. Por su parte, la China Hereje y Graciela Alcántara y López de Montefrío, dos personajes que presentan lo peor de dos mundos, tan radicalmente distintas en su sexualidad se unen según se nos van revelando. La frase clave de la China que la pone como cosa: "Pero Doña Chon es una derrotá igual que yo" (Sánchez 207).
En el caso de Graciela el narrador la zoologiza en calidad de enjuiciador. El lenguaje zoologístico se entiende en la novela como el lenguaje del colono:
Graciela Alcántara y López de Montefrío picada y picada por el placer punzante
de los piojos del placer tira al aire el Time, chilla dolida, chilla resentida,chilla
chillada : eso es vivir, eso es vivir, eso es vivir, Graciela Alcántara y López de
Montefrío da saltos de mona en celo o saltos gorilos,eso es vivir,eso es vivir, eso
es vivir (Sánchez 163).
Quizá, estas frases zoológicas emitidas por el narrador constituyan una parodia del lenguaje del colono, o de sus intermediarios locales, con la intención de desenmascarar un nuevo invento del colono para menospreciar al colonizado y utilizarlo como forma de opresión.
Pero vamos ahora con el típico caso del político en Puerto Rico, con el personaje de Vicente Reinosa. El mismo se caracteriza en la novela con la frase: "… la frase enjundiosa, la idea lírica,el estilo bordado de primores, la metáfora saltarina como aguacero mozo,la palabra moldeable,la oración corbachosa, la voz argentada,la zeta pronunciada como la zeta…" (85). Obviamente el habla de este personaje no se refiere al del Puerto Rico de hoy, sino que se remonta a nuestra situación colonial anterior a 1898. Esta lengua de Vicente parodia y a la vez denuncia, su adhesión lingüística a la colonia española desaparecida, dentro del contexto de su alianza total con el presente estatuto colonial.Reinosa es símbolo del colonizado más desarrollado de la época.
Todas las expresiones que bajo el disfraz de parodias de jingles políticos utiliza constantemente el narrador para caracterizar a Reinosa, denuncian la falsa conciencia donde lo que se dice es realmente lo contrario: " Vicente es decente y buena gente, Vicente es decente y su conciencia transparente, Vicente es decente y de la bondad paciente, Vicente es decente y con el pobre es condoliente, Vicente es decente y su talento es eminente, Vicente es decente y su idea es consecuente, Vicente es decente y nunca miente" (218).
Por su parte Benny,el hijo de Vicente, es la indiferencia y la antipatía en carne y hueso. Su indiferencia es resultado de la sociedad tan tecnológica que provoca que la persona tenga una pérdida de valores de tal magnitud que le niega a la persona la capacidad de poder demostrar su insatisfacción. Benny encontró dentro de la colonia industrializada, un escape idealista a su vacío mental y lingüístico: "la pista"(130). Le reza a su dios, el Ferrari y se masturba a nombre de este. Esta masturbación lo deja prácticamente mudo, o, por lo menos, le confiere, unido este aspecto de enajenación personal a todo su contexto de joven colonizado, el horrendo honor de convertirse en máximo exponente de la llamada "generación o sea,"generación lingüísticamente enajenada, estancada dentro de su enajenación.
Doña Chon, junto a Reinosa y Benny, plantea el problema de la religión en la colonia. El narrador rodea la figura de doña Chon de una serie de alusinaciones religiosas: " …clériga suma del arroz y la habichuela"(177), doña Chón le da: " pases brujeriles al mondongo"(178), doña Chon pone pan y agua a San Expedito(114) y reza: "ruega por nosotros los gordinflones" ( 179).
Cuando se enferntan al universo religioso,cuentan con dos recursos: la afirmación o la negación del principio religioso.
Reinosa es la negación total de la salida religiosa. Es como dijimos al principio la cita de Memmi: " El colonizador niega al colonizado el derecho más precioso, reconocido a la mayoría de los hombres: la libertad " (145-146). Benny,espejo de su padre, no puede menos que también negar lo religioso. Esto lo vemos cuando le reza el padre nuestro a su Ferrari: "FERRARI NUESTRO Que estás en la marquesina, santificado sea tu nombre"(132).
Los contenidos, en el sentido del Puerto Rico de los 70 y prácticamente de hoy que retrata La guaracha del Macho Camacho , sus personajes, situaciones, son, sin lugar a dudas,enajenados. No pueden ser más nada dentro de la realidad colonial. Por otra parte, la lengua de la novela, a pesar de reflejar perfectamente algunos rasgos del español de Puerto Rico que a menudo hacen que se dé la voz de alarma sobre el estado de nuestros usos lingüísticos, tales como los conocidos anglicismos, la impresición léxica entre otros, lengua que, además, puede parecer enajenada en cuanto refleja o satiriza los contenidos enajenados de la novela. En esta novela se percibe una riqueza de usos lingüísticos que entusiasman. María Arrillaga comenta:
Sospecho una liberación de lenguaje representada icónicamente dentro de la
estructura novelística por el omnipresente ritmo de la guaracha que al desatar la
situación límite, la muerte del niño,desata a la vez un cambio cualitativo donde se
inserta la toma de conciencia del intelectual de hoy ante una estructura social en
crisis y cuya respuesta a este hecho es precisamente el nacimiento de ese nuevo
lenguaje que cumple la función de desenmascarar los contenidos enajenados, es
posible que anticipe asimismo, la liberación de los contenidos(163).
Y nos preguntamos entonces, si la simpatía que demuestra el narrador hacia algunos rasgos de la China y doña Chon, al igual que los asomos de conciencia que tienen ambas en cuanto a su posición social no prefigurará la posibilidad de cambio.
En última instancia, el lenguaje de La guaracha del Macho Camacho, al desenmascarar la realidad puertorriqueña de hoy, se convierte en una especie de guerrilla, un arma de combate a lo puertorriqueño, según Arrillaga(164). Este combate se integra asimismo a la más alta calidad de literatura progresista hispanoamericana en la medida en que la producción literaria se constituye en contraparte de los movimientos progresistas sociales que se vienen experimentando a partir de la revolución cubana, de las revueltas estudiantiles y creación de focos de resistencia a los excesos del capitalismo en las décadas de los 60 y 80, así como la continuada insistencia de los pueblos de nuestra América Latina en busca definitiva de justicia e identidad.
Así que, como conclusión a nuestro trabajo, La Guaracha del Macho Camacho de Luis Rafael Sánchez nos empuja por el sendero de la risa por donde se absorben situaciones políticas y sociales que no tienen nada de graciosas. Como la rebaja a lo infrahumano en la China, la ignorancia en Graciela, la corrupción que tanto nos duele hoy día y que es un mal que viene desde mucho tiempo atrás, presentada en Vicente Reinosa, la idolatría en Benny solo por mencionar algunos. Aquí esta habiendo un problema cultural en el cual nos estamos dejando llevar por lo que nos impongan como hemos hablado anteriormente y no somos capaces de ver lo rico que hay en nuestra cultura. Después somos capaces de decir, nuestra cultura se está perdiendo, nuestra lengua, en fin todo está perdido pero nos convertimos en maquinas de destrucción de nuestra propia cultura y nuestras raíces, lo que somos. Como dice José Bezares en su artículo: " Todos somos en parte hombres enajenados desvinculados a nuestra realidad, que no nos damos cuenta que nos quieren mantener ajenos a nuestra problemática, aunque esto nos conlleve a la autodestrucción, a la pérdida de los valores reales, los que se deben cambiar por unos antivalores que adormecen las masas proletarias ,como ocurre con el opio"(A-1). Por eso recuerdo con gran entusiasmo una frase de la célebre escritora Julia de Burgos que decía que el individuo que niega a su patria, su cultura y sus raíces se estaba negando así mismo. Y este mensaje debe ser interpretado fuera de afiliaciones políticas ante una realidad caótica en nuestra cultura. Nos corresponde a cada uno cultivar un granito de lo que son nuestras raíces y ser prócer de esta, nos corresponde aceptarnos a todos como puertorriqueños que somos y que tenemos dignidad. Por eso no creí a otro escritor mejor capacitado que Luis Rafael Sánchez para describir la realidad que todos conciente o inconcientemente ignoramos.
Notas
1 Todas las citas de este texto pertenecen a la misma edición de la novela La guaracha del Macho Camacho de Luis Rafael Sánchez.
2 asimilación- incorporar un grupo social a otro
Lista de obras consultadas
Alcántara, José. " La guaracha del Macho Camacho y el Puerto Rico de hoy". Ahora.
Santo Domingo, R.D. 23 de diciembre de 1982, no.996. págs. 36-37.
Arrilaga, María. " Enajenación social y lingüística". Fispamérica. 1983, XII,
no. 34-35. págs. 155-164.
Bezares, José. " La enajenación en La guaracha del Macho Camacho".El diario.
22 de abril de 1995,sec. Detalles: pág. A-1.
Chávez Orellana, Loretto. " La transculturación en un cuento
puertorriqueño".Universidad de Chile: Online. Internet. 10 de febrero de 2002.
Memmi, Albert. Retrato del colonizado: precedido por Retrato del colonizador.2da.
edición, Paris,1966. págs. 190-195.
Rivera de Álvarez, Josefina. Literatura puertorriqueña: su proceso en el tiempo. Madrid:
Ediciones Partenón,1983. pág. 781.
Sánchez, Luis Rafael. La guaracha del Macho Camacho. 2da. Edición. Urugüay:
Ediciones de la flor,1976.
Sánchez, Luis Rafael. "Un silencio elocuente". Coquí metro educativo: Online.
Internet.10 de febrero de 2002.
Adrián Zayas Bruno – 22138
Doris González Ramírez
Español Avanzado – Sección 2
19 de abril de 2002.