Tupac Amarú II: El Proyecto Nacional Andino del siglo XVIII (página 2)
Enviado por Mario Humberto Ortiz Nishihara
Coinciden plenamente en que las finalidades políticas de la guerra de los Tupac Amaru, eran acabar con la dominación española y establecer en su lugar un régimen monárquico encabezado por José Gabriel Túpac Amaru. Por ejemplo, el partícipe directo de los hechos, obispo del Cusco: JUAN MANUEL MOSCOSO, en una carta que remite al Virrey el 21 de noviembre de 1780, apenas 17 días después de que las acciones se iniciaran, señala que José Gabriel es: "indio rebelde a la Corona" y denuncia: "las tórridas intenciones del amotinado, al logro de la Corona que imagina suya" (3). Se debe tener en cuenta, que esta carta emite juicios que corresponden apenas a los primeros quince días de la rebelión; posteriormente, en otra misiva dirigida igualmente al Virrey, el obispo del Cusco nos brinda la clave para entender un asunto que aún hoy constituye un punto de discrepancia entre los investigadores de la gran rebelión, pues señala: que, aunque "algunos" edictos y convocatorias de TUPAC AMARU aparentan fidelidad al rey y amor a la religión, esto no es sino una hipocresía para tomar fuerza y "hacerse absoluto dueño de los individuos y sus haciendas"(4). El coronel español PEDRO DE LA VALLINA, un testigo de excepción de los hechos, pues fue prisionero de José Gabriel Túpac Amaru y estuvo recluido en la casa del inca, en una carta dirigida al Corregidor de La Paz afirma: "El principal fin de este indio José Tupamaro es coronarse."(5). La Relación del Corregidor de Puno, relata un episodio frecuente en la gran rebelión: " Adelantose a responder por todos los otros un yndio con bastón en la mano y …dijo resueltamente que no necesitaban aquél indulto, ni reconocían por Soberano al Rey de España, sino a su Ynca Túpac Amaru…"(6). Otro funcionario realista, contemporáneo de los hechos, el Corregidor de Arequipa, Balthasar de Semanat señala que: Túpac Amaru se había rebelado con el fin de: "despojar a su Majestad de estos reinos"(7)
En suma, hace 229 años, todo el sur peruano, el Alto Perú (actual Bolivia) y las provincias del norte argentino, estaban conmocionadas: se acababa de iniciar la terrible guerra encabezada por la familia Túpac Amaru, contra el sistema colonial hispánico, en pos del poder.
La fecha del inicio de esta guerra, comúnmente se sitúa en el 4 de noviembre de 1780, día que los rebeldes apresan al corregidor español Antonio de Arriaga, al que después ejecutan. Las acciones se prolongarían hasta 1783, cuando es detenido y asesinado el último gran líder: Diego Cristóbal Túpac Amaru, el mismo que solamente pudo ser aprisionado mediante la traición, ya que las autoridades virreynales firmaron un tratado de paz con los rebeldes, que no respetaron.
II. BREVE EXPOSICION DE HECHOS Y PROYECCIONES DE LA GUERRA
Estallada en lugares altos del Cusco y Puno, aproximadamente 250 años después de la conquista española; la guerra de los Tupac Amaru, se expandió vertiginosamente por las comunidades quechuas y aymaras, que se aliaron contra los colonialistas. Los caudillos de la rebelión pertenecían a una familia de curacas locales, que pregonaban ser descendientes de los INCAS; su grito llamando a la lucha contra el régimen colonial, causó una conmoción política y social, sin precedentes para su época. Ningún pueblo indígena de la América colonial, ni los aztecas, ni los mayas, ni los araucanos, fueron capaces de vertebrar un movimiento de tal magnitud y con tales ambiciones políticas.Bástenos citar algunos párrafos, de los muchos bandos, edictos y proclamas, que los Tupac Amaru hicieron llegar al pueblo por estos días. No nos referiremos al famoso BANDO DE LA CORONACION DE TUPAC AMARU, harto conocido; mencionaremos otros: por ejemplo, el EDICTO A LOS CRIOLLOS DE CHICHAS, del 23 de diciembre de 1780; cuyos párrafos más importantes, sintetizan claramente el proyecto nacional al que los líderes se orientaban y nos demuestran que los TUPAC AMARU pretendían asumir el poder, invocando fundamentos políticos y jurídicos: los derechos que consideraban que les correspondían en razón a SU ESTIRPE INCA y a la búsqueda del BIEN COMUN:
UN EJEMPLO DE LAS PROCLAMAS TUPACAMARISTAS
El Edicto a los Criollos de Chichas.
"Don José Gabriel Tupac Amaru, indio de la sangre real y tronco principal: Hago saber a los paisanos criollos, moradores de la provincia de Chichas y sus inmediaciones, que viendo el yugo fuerte que nos oprime con tanto pecho, y la tiranía de los que corren con este cargo, sin tener conmiseración de nuestras desdichas y exasperado de ellas y de su impiedad, he determinado sacudir este yugo insoportable y contener el mal gobierno que experimentamos de los jefes que componen estos cuerpos. Sólo siento, de los paisanos criollos, a quienes ha sido mi ánimo (que) no se les siga algún perjuicio, sino que vivamos como hermanos y congregados en un cuerpo, destruyendo a los europeos… para el amparo, protección y conservación de los españoles criollos, de los mestizos, zambos e indios, y su tranquilidad, por ser todos paisanos y compatriotas, como nacidos en nuestras tierras, y de un mismo origen de los naturales, y haber padecido todos igualmente dichas opresiones y tiranías de los europeos. Si eligen este dictamen no se les seguirá perjuicio ni en vidas ni en haciendas, pero si despreciando esta mi advertencia hicieren lo contrario, experimentarán su ruina, convirtiendo mi mansedumbre en saña y furia… y así no estimen en poco esta mi advertencia , que es nacida de mi amor y clemencia, que propende al bien común de nuestro reino, pues se termina a a sacar a todos los paisanos españoles y naturales de la injusta servidumbre que han padecido.
Y para que así tengan entendido se fijarán ejemplares de este edicto, en los lugares que se tenga por conveniente, en dicha provincia, en donde sabré quienes siguen este dictamen, premiando a los leales y castigando a los rebeldes, que conoceréis vuestro beneficio y después no alegaréis ignorancia. Es cuanto puedo deciros. Lampa y diciembre 23 de 1780.
D. José Gabriel Tupac-Amaru, Inca" (8)
La lucha que siguió y se desarrolló, sería aterradora, para ambos bandos. En la fase inicial, dirigida por José Gabriel Túpac Amaru, los incas derrotan en SANGARARÁ, a la primera expedición enviada para reprimirlos, donde perecen 576 soldados y oficiales colonialistas, solamente contando a criollos y españoles, como lo recuerda LEWIN(9); luego lograrían el control de gran parte de la meseta del Collao – el Altiplano, liberan Ayaviri, Lampa, Azángaro y los altos espacios cusqueños, consiguiendo la adhesión de muchas comunidades quechuas y de la vigorosa etnia aymara; derrotan al ejército conjunto de los corregidores de Lampa, Puno y Chucuito(10), para seguidamente atacar al Cusco durante 8 días, tras los cuales el caudillo José Gabriel Tupac Amaru ordena la retirada hacia sus bastiones de Tinta, al ver que los españoles habían impuesto el terror en esa ciudad y los indios nobles de aquella urbe le daban la espalda.
Hacia marzo de 1781, mientras la rebelión crece en el Alto Perú, donde el común de los aymaras había elegido como máximo jefe (APU MALLKU) de los ayllus o markas a JULIAN APAZA TUPAC KATARI, quien pone cerco a La Paz; los realistas contratacan en el Cusco, con un ejército compuesto por más de 17,000 hombres(11); y Jose Gabriel en lugar de dirigirse hacia los altos espacios andinos de Puno y el Alto Perú, donde contaba con grandes fuerzas, decide resistir en Tinta, en las heredades ancestrales de la familia Condorcanqui, a cuyo linaje también pertenecía. Tras dividir por razones tácticas sus fuerzas, los Tupac Amaru logran vencer a los realistas y sus servidores indios en Pucacasa, Cusipata y Lauramarca(12); pero sufren una importante derrota en SALCA, donde según testimonios de la época, citados por VEGA, hubo una carnicería que horrorizó a Túpac Amaru: "cuyo asombro creció viendo que le tomaron sus cañones, pertrechos, municipios, equipajes…"(13). Recién entonces, JOSE GABRIEL decide replegarse al Collao (actual Puno) y al Alto Perú (actual Bolivia) donde la llama de la guerra convocada por los TUPAC AMARU contra España, había prendido en las poblaciones quechuas y aymaras de la zona; más en este intento, el caudillo es apresado, por traidores al servicio de los colonialistas, cuando se dirigía a Ayaviri, a revienta caballo (14).
En la segunda etapa de la guerra, los rebeldes, bajo el liderazgo de Diego Cristóbal Túpac Amaru, Andrés Túpac Amaru, Miguel Túpac Amaru, Julián Apaza – Túpac Katari, (gran caudillo aymara, aliado de los quechuas tupacamaristas) y de diversos comandantes y capitanes como Pedro Vilcapaza, toman bajo su control provincias enteras, centrando su capital en Azángaro(15) y ejerciendo dominio en grandes zonas que abarcaban Sicuani, Lampa, Ayaviri, Huancané, Carabaya, Yunguyo, Sandia y el Alto Perú (Bolivia), etc; asolando o sitiando ciudades colonialistas como Chucuito, Zepita, Juli, Sorata, Puno y La Paz. En aquellas provincias, el ejército colonialista no pudo repetir los éxitos obtenidos en la zona de Tinta: el Mariscal español José del Valle, comandante de la expedición virreinal pacificadora vio cómo su ejército de 17,000 hombres: criollos, indios, negros y "mestizos" era diezmado y dispersado, hasta que finalmente el máximo jefe militar español decide replegarse al Cusco, al que según fuentes de la época(16)regresó con solo 1,500 hombres de los 17,000 hombres con los que había partido.III. PUMACAHUA y OTROS CURACAS FRENTE AL PROYECTO TUPACAMARISTA
En este contexto crucial, del cual dependía la vigencia o no, del régimen español en el sur peruano, las autoridades virreinales lograron el apoyo de varios caciques como PUMACAHUA, quien al parecer por rivalidades personales no apoyó a los TUPAC AMARU, como se vislumbra en el hecho de que muchos años después, casi anciano, se lanzó a dirigir una nueva guerra contra los colonialistas hispanos, la misma que no llegó a tener ni la fuerza ni la organización que tuvo la guerra de los Túpac Amaru. Sin embargo, este tipo de disensiones no desmerece, ni reduce en nada el valor de la gesta de los Túpac Amaru; recordemos que este tipo de escisiones fueron comunes en el área andina, durante la invasión española, pues las panacas incas se encontraban divididas en una lucha por el poder y eso favoreció el triunfo paulatino de los invasores ibéricos. El mismo Manco Inca, al principio y según puede conjeturarse por razones tácticas, fue un aliado vital de la hueste de Pizarro, pues apoyó el aniquilamiento de los grandes sinchis (generales) que habían servido a Ataohuallpa y que eran sus enemigos: Quizquiz, Challcochimac y Rumiñahui, antes de iniciar su propia guerra contra los invasores. Por lo demás, en la historia universal, es común advertir que la acción de grandes líderes independendistas nacionales, muchas veces resultó desdeñada y hasta combatida por sectores de su propio pueblo y nación, como sucedió en la guerra de la independencia norteamericana contra la dominación inglesa; en las luchas por la emancipación sudamericana del yugo colonial, en las que estuvo comprometida solo una parte de la élite criolla; etc. Asimismo, en la historia de la humanidad abundan ejemplos de enfrentamientos fratricidas entre personas del mismo pueblo: en la batalla de los Campos Catalaunicos o de Chalons, también llamada de la llanura de Mauriac, lucharon del lado de las fuerzas romanas los VISIGODOS, mientras que en el bando contrario, del lado de Atila, gran jefe huno-mongol, lucharon sus hermanos de raza los OSTROGODOS(17); y en la batalla de las pampas de Ayacucho, al lado de las fuerzas españolas, lucharon denodadamente contra los batallones independendistas,codo a codo, las comunidades indias de Iquicha (Huanta), de lengua quechua.
IV. EL TERROR CONTRA EL PRIMER PROYECTO NACIONAL PERUANO
La guerra de liberación de los TUPAC AMARU, generó tal terror en los colonialistas, que las penas aplicadas por los jueces no tuvieron parangón en la historia del virreinato. Sólo en la época de la invasión y conquista española se había visto una crueldad semejante: En abril de 1781, José Gabriel Túpac Amaru fue condenado a morir descuartizado por cuatro caballos, (este tipo de condena, al parecer la habían aprendido los godos de los hunos-mongoles, cuando sus tierras natales en Germania, Panonia y otras, fueron invadidas por éstos, en la época final del Imperio Romano); como los corceles no pudieron seccionar el cuerpo del gran inca, terminaron con él a machetazos. La mujer del inca fue ahorcada y como no expiraba debido a la delgadez de su cuello, la acabaron a golpes y puntapiés. El gran caudillo aymara TUPAC KATARI, fue igualmente descuartizado por caballos y similar muerte le tocó a Pedro Vilcapaza, líder del altiplano. En marzo de 1783, Diego Cristobal Túpac Amaru, líder de tanta trascendencia como Jose Gabriel, fue ejecutado atenazado por hierros candentes al rojo vivo: salvaje suplicio que demuestra que las autoridades coloniales eran conscientes de que el proyecto de los incas alzados en armas había puesto en peligro la misma existencia del régimen virreinal y era necesario un extremo escarmiento.
Las comunidades que habían apoyado la guerra contra los colonialistas fueron masacradas. En la propia capital del mundo andino, el barrio de San Cristóbal en el Cusco, fue arrasado por los partidarios del régimen colonial hispano, como lo relata el mismo José Gabriel Túpac Amaru, en una carta:
"…la Parroquia de San Cristóbal que juzgaban estaba a mi disposición (porque cuando antes regresaba al Cusco me aposentaba en ella), los europeos herejes la asolaron, matando hombres y mujeres…" (18)
V. LA VIOLENCIA DE LAS MASAS TUPACAMARISTAS
Luego de la muerte de José Gabriel Túpac Amaru, el resto de los Túpac Amaru, sucesores en el comando, radicalizaron las acciones militares y las campañas contra las poblaciones pro-colonialistas y en otros casos las masas indígenas del pueblo llano, que seguía a los caciques rebeldes, rebasaron los límites que los caudillos vanamente trataban de imponer, para no atemorizar a los criollos. Veamos, lo que relata el comandante español Joaquín de Orellana, corregidor de Puno y tenaz defensor del orden colonial hispano:
"Entré a Chucuito y no encontré a persona alguna, a quien preguntar por los demás, me dirigí a la Plaza, donde hallé el mayor horror que en este reino se ha visto desde la conquista. Fuera de los enterrados, se hallaban más de 200 cadáveres en aquél lugar, pasé a la casa del cura y también se encontraron sus cuartos abarrotados de cuerpos muertos, de manera que no se escapó alma que tuviese rostro de español que no pereciere"(19).
VI. LOS ACUERDOS DE PAZ y LA FELONÍA COMETIDA CONTRA LA FAMILIA TUPAC AMARU
En la gran gesta de los TUPAC AMARU, hay un hecho trascendental que no se recuerda y resalta como se debe. Ese hecho, que constituye una verdad histórica, es que las autoridades españolas tuvieron que FIRMAR ACUERDOS DE PAZ con los líderes de la familia TUPAC AMARU, para poder pacificar el virreinato. Es decir: el movimiento rebelde no pudo ser derrotado por la fuerza de las armas; y se tuvo que recurrir a la diplomacia y luego a la felonía de la traición. Al respecto, escapa a los fines de este artículo divulgativo, detallar las circunstancias y negociaciones que se dieron entre las fuerzas pacificadoras españolas y los TUPAC AMARU desde fines de 1781 a enero de 1782(20); solo mencionaremos que las autoridades virreinales, primeramente decretaron el INDULTO general de todos los rebeldes, el perdón para todos los alzados, incluyendo expresamente a los caudillos; luego, como los rebeldes seguían levantados en armas, con la mediación de religiosos como el obispo del Cusco: JUAN MANUEL MOSCOSO, lograron firmar tratados de paz.
El primer Tratado de Paz, que suscribieron ambas partes, es el de PATAMANTA o LA PAZ (3 de noviembre de 1781) entre ANDRES TUPAC AMARU Inca en representación de su tío Diego Cristóbal Túpac Amaru y los virreinales representados por el comandante español JOSE DE RESEGUIN Teniente Coronel de los Reales ejércitos Comandante General de las fuerzas del Virreinato de Buenos Aires y Gobernador de Armas de la Audiencia de Charcas, en representación de su Católica y Real Majestad Carlos III(21).
Luego DIEGO CRISTOBAL TUPAC AMARU firma el Tratado de LAMPA (11 de diciembre de 1781), con el comandante de las fuerzas españolas Ramón Arias. Veamos como describen a Diego Cristobal Túpac Amaru, en tales tratativas, las crónicas de la época:
"..el Rebelde…bajó circulado de 15 granaderos con fusiles que le rodeaban a caballo, fuera de los indios lanceros que también lo rodeaban inmediatos a su mula. El Rebelde traía un vestido negro de terciopelo, chuspa de tisu de oro, espadín de oro, hebillas de lo mismo y bastón con puño de oro…y entraron a tratar sobre la pacificación y demás asuntos del día, acerca de los cuales (el Rebelde) hablaba con tanto denuedo e imperio que denotaba no venir de paz sino de guerra, pero nuestro comandante con mucha sagacidad procuraba contestarle…"(22)
Finalmente, se celebra el ARMISTICIO y ceremonia de paz de SICUANI ( 26 y 27 de enero de 1782), entre Diego Cristobal Túpac Amaru y el máximo jefe de los ejércitos del Rey en el Virreinato de Lima, el mariscal español JOSE DEL VALLE:
"Y en este estado se le aseguró a dicho Diego, bajo de palabra de honor, que ninguno de los subalternos que sirven a nuestras ordenes, ni persona alguna, de cuantas habitan en estos dominios, lo hostilizarán en lo más mínimo, ni perjudicará en esta causa a su persona, familia y hacienda, ni las de sus parientes y allegados, siempre que fieles, verdaderamente subordinados y rendidos a la protección del rey, nuestro señor, cumplan lo que tiene ofrecido bajo la religión del juramento.
Con lo expresado se concluyó este acto de satisfacción y lo firmamos con el expresado Diego Cristóbal Túpac Amaru y los oficiales de plana mayor."(23)
Los TUPAC AMARU deponen las armas en una posición de prestigio y reconocimiento de las masas indias, que los veían como sus líderes no vencidos, que venían de lejos a pedirles consejo, que los llamaban INCAS y los consideraban sus gobernantes(24). Ello no convenía en modo alguno a la corona española; unas semanas después de haber celebrado la paz, el rey de España daba instrucciones, acerca del fin que debía tener la familia Tupac Amaru; por Real Orden del 24 de mayo de 1782, el rey de España indica al Virrey del Perú acerca de: "la ninguna fe que se debe dar a las palabras y ofertas de los traidores Diego y Andrés Túpac Amaru…"(25), ordenando que con sagacidad el Virrey tome las medidas y previsiones posibles para aprehenderlos y formarles su causas.
Y en efecto, en marzo de 1783, sorpresivamente, en violación flagrante de los acuerdos pactados, todos los miembros de la familia Tupac Amaru fueron apresados. Más de un centenar de personas, entre los cuales estaban: Diego Cristobal, Andrés y Cecilia Tupac Amaru, sus familiares, allegados, amigos y hasta sus empleados y criados(26). Inventándosele nuevos cargos, Diego Cristobal fue procesado y condenado, acusado de estar promoviendo un nuevo levantamiento y de no acatar la paz firmada con las autoridades del Rey; como tal se le condenó a morir atenazado por fierros ardientes; la sentencia se cumplió el 18 de julio de 1783 en todas sus partes. Todos los miembros de la familia TUPAC AMARU fueron asesinados o deportados. Se les confiscó todas sus propiedades. Se ordenó eliminar todo rastro de los documentos que probaban la ascendencia inca de la familia rebelde y que se quemaran públicamente tales papeles en la Plaza de Armas de Lima(27). Se dispuso arrasar y salar las propiedades de los incas rebeldes. Se prohibió el uso del apelativo INCA, de los trajes de incas, de las trompetas quechuas llamadas PUTUTOS, de las comedias indígenas relativas a los incas, de los cuadros, retratos y murales alusivos a los incas, de los árboles geneológicos destinados a probar los entronques familiares de los incas y sus descendientes, se ordenó la requisa y quema del Libro del Inca Garcilazo de la Vega: Comentarios Reales de los Incas; se abolió los cargos de curacas; se dispuso castellanizar totalmente a la población indígena y anular todos los reconocimientos geneológicos habidos hasta entonces respecto a los descendientes de los incas. En suma, el conjunto de estas medidas, que constan en las sentencias dictadas por los jueces coloniales y que fueron luego ratificadas por reales órdenes(28), no hacen sino demostrar el terror que el movimiento nacional inca encabezado por la FAMILIA TUPAC AMARU había generado en el mundo colonial hispano y criollo. En respuesta a ello, el pueblo indígena colonial fue descabezado, perdió a su clase dirigente. Pocas veces en la historia humana se ha visto un genocidio y un etnocidio tan completo, como éste.
De esta forma, la guerra de los Túpac Amaru, tendría un terrible costo en vidas humanas: 100,000 a 140,000 muertos(29), la mayor parte, indios de las comunidades alzadas en armas contra el régimen colonial; saldo trágico de acciones de violencia política, cuya magnitud fue inusitada, en cuanto a la historia peruana y que precedió el camino de los futuros movimientos emancipadores criollos.
COLOFONFinalmente, cabe añadir, que para poder comprender este gran intento liberador anti-colonial, no se puede escindir la primera etapa de la guerra, que fuera dirigida por José Gabriel Túpac Amaru, de la segunda etapa de la misma, acaudillada por Diego Cristóbal Túpac Amaru y Julián Apaza Tupac Katari, como parecen sugerir algunos autores(30); ni tampoco se puede reducir el análisis de este gran movimiento a las declaraciones vertidas por los procesados bajo presión, a las autoridades coloniales(31). Un enfoque adecuado del gran intento nacional de los TUPAC AMARU debe ser integral, abarcando ambas fases de la guerra, como parte de un solo proyecto, largamente acariciado, en el seno de una familia de curacas que había crecido bajo el aura de los llamados Incas de Vilcabamba; asimismo se debe apreciar el conjunto de fenómenos aculturados de poder y autoridad inca que se patentizaron en el transcurso de la guerra; los vestuarios, símbolos, cartas, bandos, ordenanzas, edictos , proclamas, iconografía, recurrencias del ordenamiento inca, argumentos de legitimidad que levantaron los rebeldes para justificar sus acciones y las actitudes de las masas que siguieron ardorosamente a los Túpac Amaru.
Igualmente, es menester entender, que TUPAC AMARU II era un hombre del siglo XVIII, heredero de una historia familiar y étnica violenta; no era un liberal moderno, ni un guerrillero del siglo XX impregnado de ideas de igualdad social, ni un activista de derechos humanos, ni un anarquista: era un hijo de su tiempo y como tal su proyecto era elitista, monárquico y obviamente autoritario(32), pero con rotundo sesgo andino. No obstante ello, intentó -al menos en el texto– de sus bandos y proclamas: convocar y congregar a todas las castas en torno a su proyecto de liberación. Por otra parte, nadie puede negar las ambiciones políticas de Túpac Amaru II, ambiciones que de alguna u otra manera impregnaron también los proyectos de otros grandes hombres de la historia. El afán de poder es consustancial al hombre, pero cuando el afán de poder de un líder, se cohesiona con las aspiraciones y necesidades de las masas populares es que surgen los grandes movimientos sociales y los cambios en la historia humana; en tal sentido, sabido es el papel tremendamente positivo que han jugado en el desarrollo social personalidades carismáticas y con voluntad de poder como las de Tupac Amaru II, por consiguiente, ello tampoco puede servir de argumento para desmerecer la importancia de su gesta. Al contrario, quizás ya sea tiempo de reconocer su auténtico valor a TUPAC AMARU II, que es fundamentalmente político: el hecho de que líderes andinos lograran organizar y desarrollar una rebelión de tal magnitud, una guerra anti-colonial andina en el siglo XVIII, con resabios incaistas y fundamentos jurídicos y políticos, en pos del poder; tal cosa es suficiente para que ocupen el panteón eterno de los héroes e íconos de la patria peruana y andina en general.
Nuestra memoria histórica no puede olvidar tales hechos, que honran al pueblo andino, como protagonista de la historia peruana, posterior a la invasión y conquista española; ni el mensaje integrador propuesto a todas las castas que conformaban el Perú de aquél entonces, lanzado por aquellos que a sí mismos se reconocían como: indios, de la sangre real y tronco principal (de los incas): los Túpac Amaru.
NOTAS BIBLIOGRAFICAS
(1) Petición que presentó José Gabriel Túpac Amaru a la Real Audiencia de Lima en 1777; en GENEOLOGIA DE TUPAC AMARU- Colección Documental Loayza: LOS PEQUEÑOS GRANDES LIBROS DE LA HISTORIA AMERICANA, editor Francisco Loayza, Serie I, tomo X, Lima, 1946, pp. 9
(2) Sentencia contra JOSE GABRIEL TUPAC AMARU II. Entre otros, en: ANTOLOGIA DE LA INDEPENDENCIA DEL PERU, editada por Denegri Félix, Nieto S.J. Armando, Tauro Alberto y Durand Luis, Lima, 1972, pp.16.
(3) Carta del Obispo del Cusco al Virrey del Perú del 21-XI- 1780, en CDIP, II, Vol 2, pp.294-296. Del Archivo General de Indias, AUDIENCIA DEL Cusco, Legajo 76.
(4) Otra misiva del Obispo del Cusco al Virrey del Perú, en CDIP, Tomo II, Vol. 2, pp. 309.
(5) Durand Flores, Luis: INDEPENDENCIA e INTEGRACION en el PLAN POLITICO DE TUPAC AMARU, editorial PLV, Lima, 1973, pp. 132. También en Lewin, Boleslao: LA REBELION DE TUPAC AMARU y LOS ORIGENES DE LA INDEPENDENCIA AMERICANA; editorial SELA, Buenos Aires, 1967, pp. 855 a 857, donde se transcribe esta carta completamente.
(6)Relación del Corregidor de Puno 1781. En CDIP Tomo II, Vol. 2, pp. 407 – 412.
(7) Citado por VALCARCEL, Carlos Daniel: LA REBELION DE TUPAC AMARU, Peisa, Lima, 1973, pp.86.
(8) Colección Documental de la Independencia del Perú-CDIP, 1971, II, vol.2, pp.374. Esta Colección, que es la principal fuente de este artículo, transcribe Documentos del Archivo General de Indias-AGI y de las Colecciones del oidor Matalinares, Paz, Angelis, Odriozola y otras de la época, referidas a Túpac Amaru II. Editada por la Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú. Tomo II, volúmenes 1, 2 y 3; Lima, 1970-1972.
(9) Lewin, Boleslao: LA INSURRECION DE TUPAC AMARU, Eudeba, Buenos Aires, 1972, pp. 39.
(10) Valcarcel, Carlos Daniel: LA REBELION DE TUPAC AMARU, Peisa, Lima, 1973, pp. 90.
(11) Valcarcel, Carlos Daniel: 1973, op. cit. pp. 142. También: Vega Juan José: TUPAC AMARU Y SU TIEMPO- ALZAMIENTO Y CAMPAÑAS, en: Historia General del Ejército Peruano, tomo III, vol. 1, CPHEP, Ministerio de Guerra, Lima, 1981, pp. 421.
(12)Seraylán Leiva Alejandro: HISTORIA GENERAL DEL EJERCITO PERUANO, tomo III, vol. 2, CPHEP, Ministerio de Guerra, Lima, 1981, pp. 708-713. También: Vega, Juan José: TUPAC AMARU, Edit. Universo, Lima, 1969, pp. 151.
(13) Vega Juan José, en: Historia General del Ejército Peruano, tomo II, vol. 1, CPHEP, Ministerio de Guerra, Lima, 1981, pp. 426.
(14) Vega, Juan José: ibid, pp. 427.
(15)Tamayo Herrera, José: HISTORIA SOCIAL e INDIGENISMO en el ALTIPLANO, Ed, Treintitrés, Lima, 1982, pp.70.
(16) Valcarcel, Carlos Daniel; op.cit. 1973: 167. Vega, Juan José, op.cit. 1969:154.(17) Ferrill, Arther: LA CAIDA DEL IMPERIO ROMANO; biblioteca EDAF, España, Madrid, 1998, pp.232-247. También en: Fuller, J.E.C.: BATALLAS DECISIVAS DEL MUNDO OCCIDENTAL, Luis de Caralt editor, Barcelona, España, Segunda Edición, 1964, pp. 336-347.
(18)Carta de José Gabriel Túpac Amaru al canónigo de la catedral de La Paz: José Gabriel Paredes. Incluida en: ANTOLOGIA DE LA INDEPENDENCIA DEL PERU, por Félix Denegri, Armando Nieto SJ, Alberto Tauro y Luis Durand, Lima, 1972, pp. 11.
(19)Tamayo Herrera, José: HISTORIA SOCIAL e INDIGENISMO en el ALTIPLANO, Ed. Treintitrés, Lima, 1982, pp. 73.
(20) Ortiz Nishihara, Mario Humberto: PODER, LEGALIDAD y JUSTICIA EN LA REVOLUCION DE TUPAC AMARU II, Tesis para titularse de abogado, PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DEL PERU, 1993, 2 tomos. Hace un recuento de las negociaciones, de los tratados firmados y de los alcances de los mismos; aparte de los fundamentos político-jurídicos del movimiento.(21) Ver: TRATADO CELEBRADO CON MIGUEL TUPAC AMARU, en COLECCION DOCUMENTAL DE LA INDEPENDENCIA DEL PERU- CDIP, Editada por la Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú. Tomo II, volúmen 3; Lima, 1970-1972, pp. 143-145.
(22) Ver: RELACION DE LAS OPERACIONES DEL EJERCITO DE AREQUIPA AL MANDO DE DON RAMON ARIAS. Documento oficial de la época, en: COLECCION DOCUMENTAL DE LA INDEPENDENCIA DEL PERU- CDIP, Editada por la Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú. Tomo II, volúmen 3; Lima, 1970-1972, pp. 196-197.
(23)RELACION AL POR MENOR DE TODAS LAS ACTUACIONES OBRADAS POR EL ILUSTRISIMO SEÑOR OBISPO DEL CUSCO Y SEÑOR INSPECTOR GENERAL CON EL RENDIMIENTO DE DIEGO TUPAC AMARU Y SUS CAPITANES. En: COLECCION DOCUMENTAL DE LA INDEPENDENCIA DEL PERU- CDIP, Editada por la Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú. Tomo II, volúmen 3; Lima, 1970-1972, pp. 225 y 234-235.(24) INFORME RELACIONADO DEL CABILDO DEL CUSCO. CDIP, II, Vol. 1, pp.142. Cfr. SENTENCIA contra Diego Cristóbal Túpac Amaru, CDIP, II, Vol.3, pp. 411-417.
(25) Lewin, Boleslao; transcribe una copia de esta real orden en su obra: LA REBELION DE TUPAC AMARU y LOS ORIGENES DE LA INDEPENDENCIA AMERICANA. SELA, Buenos Aires, 1967, pp. 836-837.
(26) Sivirichi, Atilio: LA REVOLUCION SOCIAL DE LOS TUPAC AMARU, Editorial UNIVERSO, Lima, 1979, pp. 163. Sobre ello, como fuente de la época, también: EL INFORME RELACIONADO DEL CABILDO DEL CUSCO, en CDIP, Tomo II, Vol. 1. Cfr. Lewin 1967: pp.526. Cfr. Valcarcel Carlos 1973: 201.
(27) SENTENCIA,dictada por el Visitador José Antonio de Areche contra José Gabriel Túpac Amaru, en el Cusco, a 15 de mayo de 1781. En CDIP, Tomo II, Vol 2, pp. 765-774.
(28)Todas las medidas y disposiciones contra los INCAS y contra la cultura indígena, dadas por el Visitador JOSE ANTONIO DE ARECHE, fueron ratificadas por diversas órdenes o provisiones reales reservadas, como las del 21 de abril de 1782, la del 28 de abril de 1783 o la Real Orden del 09 de mayo de 1790, que transcribe LEWIN Boleslao, 1967: 806-808.
(29)CORNBLIT, Oscar: "Levantamientos de masas en Perú y Bolivia durante el siglo XVIII"; en: TUPAC AMARU II-1780- Compilación de FLORES GALINDO, Alberto; Retablo de Papel, Lima, 1976, pp. 180. VEGA, Juan José considera 100,000 muertos, en su obra:"José Gabriel Túpac Amaru", Universo, Lima, 1969, pp.6. GLAVE, Luis Miguel, coincide con esto en HISTORICA, Revista de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Vol XIV, N°01, Julio de 1990, pp. 27.(30) Nos referimos al interesante estudio de BOHUMIR ROEDL: "Causa Tupa Amaro. El proceso a los tupamaros en Cusco, abril-julio de 1781". REVISTA ANDINA Número 34. Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolomé de las Casas. Cusco, Perú.
(31)Ibid.(32) Sobre esto último, de la presunta personalidad autoritaria de TUPAC AMARU II, se explaya: CAHILL DAVID: Violencia, represión y rebelión en el sur andino: La Sublevación de Túpac Amaru y sus consecuencias.Instituto de Estudios Peruanos- IEP,Lima, octubre de 1999. Documento de Trabajo 105, Serie Historia 17.
FUENTES DOCUMENTALES
COLECCIÓN DOCUMENTAL DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ-CDIP, Editada por la Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú. Tomo II, volúmenes 1, 2 y 3; Lima, 1970-1971, 1972. Esta Colección, que es la principal fuente de este artículo, transcribe Documentos del Archivo General de Indias-AGI y de las Colecciones del oidor Matalinares, Paz, Angelis, Odriozola y otras de la época; referidas a Túpac Amaru II.
COLECCIÓN DOCUMENTAL DEL BICENTENARIO DE LA REVOLUCION EMANCIPADORA DE TUPAC AMARU II- CDBRTA. Tomo I: Documentos varios del Archivo General de Indias. Editada por la Comisión Nacional del Bicentenario de la Rev. de Túpac Amaru II, Lima, 1980.
FUENTES BIBLIOGRAFICAS y HEMEROGRAFICAS BASICAS.
BOHUMIR ROEDL: CAUSA TUPA AMARO. EL PROCESO A LOS TUPAMAROS EN CUSCO, ABRIL-JULIO DE 1781. REVISTA ANDINA Número 34. Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolomé de las Casas. Cusco, Perú.
CAHILL DAVID: VIOLENCIA, REPRESIÓN Y REBELIÓN EN EL SUR ANDINO: LA SUBLEVACIÓN DE TÚPAC AMARU Y SUS CONSECUENCIAS. Instituto de Estudios Peruanos- IEP, Lima, octubre de 1999. Documento de Trabajo 105 – Serie Historia 17.
CORNBLIT, Oscar: "Levantamientos de masas en Perú y Bolivia durante el siglo XVIII"; en: TUPAC AMARU II-1780 Compilación de FLORES GALINDO, Alberto; Retablo de Papel, Lima, 1976
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Autor:
Mario Humberto Ortiz Nishihara
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