Breve reseña de los compositores oaxaqueños más destacados en nuestro Estado (página 2)
Enviado por Benjam�n Montero
Rodolfo Villegas Bolaños
(1950 – 2004)
Heredero de la afición por la música, desde muy temprana edad, Rodolfo Villegas Bolaños aprendió los primeros acordes en la guitarra y el violín y compuso su primera canción "Me paseo por el Mundo".
Compartió escenarios con Ramiro Zamora García y Pastor Pérez Ignacio con quienes integró el Trío Emperador, popularizando temas como: "Mujer Oaxaqueña", "Que Fácil", "Yo le canto a la Mujer", "El Necio", "Todo por servir se acaba", "Quiero que sepas", "El pueblo del beso" y muchas más.
Héctor Martell y su Trío Santo Domingo
(1934 – .)
A sus 75 años, Héctor Martell se conserva activo, vivaz, muy consiente y apasionado; con un lenguaje corporal tremendo, se alegra de la visita de DESPERTAR a su hábitat. A pregunta específica, responde a carcajadas: "Yo no tengo años; los vivo y los dejo que se vayan". Y en efecto, el prolífico compositor aparenta menos años de los que después confesó tener, en un desliz de la amena conversación.Considerado un icono de la música romántica, enfila la charla al amor, pero sin un plan premeditado; simplemente hablando con pasión, inicia: "Yo le pregunto a la gente y ahorita te lo pregunto a ti: ¿Qué es primero, la inteligencia o la conciencia?". Al responderle que la conciencia, dice: "Claro. Yo digo que la conciencia. Cuando fui una semilla de tres micras, tuve la conciencia de querer vivir. Y de la cantidad enorme de semillas que venían conmigo, yo pude llegar a vencer para fecundar el óvulo de mi madre."Yo tenía la conciencia de querer vivir, pero no la inteligencia, porque de haberla tenido, no nazco", apunta entre grandes carcajadas, "ahí tienes, primero es la conciencia". Y abunda: "La mayoría de la gente que habitamos en esta tierra, no sabemos mucho de nada. Por ejemplo, hablamos del amor y no tenemos ni idea de lo que realmente es.
El amor hay que entenderlo
"Hay gente que se contrapone conmigo y me dice: "Tú escribes mucho sobre el amor". Sí, pero el amor hay que entenderlo. El amor no es lo vulgar. No es cosa de abrasarse; de besuquearse, de manosearse y de terminar en la cama, eso no es el amor. Eso se llama celo, estamos encelados con el sexo opuesto y eso es bellísimo, pero no es el amor", ilustra el maestro. "El amor puede nacer de una relación entre dos personas. El amor es la conciencia de querer y saber darle a la vida su verdadero valor. Eso es el amor para mí. El amor es conciencia de querer estar en paz; de querer vivir en paz". En este momento ésa es la definición del compositor, pero debe de tener otras más.Artista, sin escenario "Desgraciadamente estamos muy atrasados en todo. Seguido me han preguntado: ¿Qué apoyos reciben los artistas de Oaxaca? Pero no se requieren apoyos económicos. Se requieren empresarios valientes que quieran contribuir para el crecimiento de los artistas oaxaqueños. Porque no tenemos una plaza donde trabajar. No hay foros y los pocos que hay, los maneja la Secretaría de Cultura de mala manera.Pareciera que el compositor salta de un tema a otro, pero no, es el mismo del amor. Amor por la vida, amor a sí mismo, amor a sus semejantes, al entorno, al medio ambiente. Y es que desde el inicio de la "entrevista", a manera de presentación, sin hacerle ninguna pregunta, soltó: "Desde niño me enseñaron a amar a mi país. Nací en el Distrito Federal, pero hace 45 años que estoy en Oaxaca, por accidente, por calentura, no sé, pero amo esta tierra".
El corazón nunca muere
También habla sobre su salud y aborda el tema de la muerte. "He tenido cinco o seis infartos, el último muy fuerte. Ya no me vuelve a dar porque tomé las medidas necesarias". Héctor fue sometido a una intervención quirúrgica a corazón abierto en su último infarto y actualmente tiene una coronaria obstruida al 50 por ciento. "No me vuelve a dar porque no voy a morirme del corazón. Yo prefiero morirme de cualquier cosa, menos del corazón."Mi corazón me ha sido muy leal; ha estimulado mi cerebro para escribir las canciones que he escrito. Ah, y el corazón no tiene nada que ver con el amor. Hablamos del amor y decimos: "te quiero con todo el corazón", nada de eso, en el cerebro es en donde se genera todo", afirma el poeta.
Víctima de la piratería Héctor habló de la influenza, de la inseguridad, de la política, del turismo, de los derechos humanos, del sistema carcelario, de la corrupción, de la injusticia, de los abusos y de muchas cosas más, como de la piratería, "de la cual soy una víctima más".Al mencionar víctima llegó otro recuerdo: "Un chileno, Gigi Rivera se presentaba en sus actuaciones en Sudamérica, como compositor de Amor Añejo; lo descubro en el Internet, pero también el licenciado Ildefonso Zorrilla Cuevas, lo descubre en Colombia y habla con él, le dice: "usted no es el compositor de esa canción, yo conozco al verdadero compositor, es Héctor Martell de Oaxaca y es mi amigo", el licenciado me lo contó personalmente", agrega entre risas.
El andar de Héctor MartellY sin más preámbulo, dice: "yo empecé a escribir a los 12 años, a escribir, no a componer. Porque ser compositor fue mi sueño de toda la vida y no lo logré. Para ser compositor se necesitan muchos conocimientos musicales. Soy más escritor de letras que cantor", reconoce el maestro sin falsa humildad.Así, de improviso también, se le escapa otra definición del amor: "El amor es el conductor de todos nuestros actos. Pero como estamos sin conciencia, no es así. Por eso hay tantos divorcios". Y abunda: "Un matrimonio debería de ser: masculino más femenino, igual a dos conciencias que se unen y el pegamento sería el amor".Héctor vive el presente intensamente, del pasado, bueno o malo, casi no se acuerda. No sabe con exactitud cuántas canciones ha compuesto. Hurga con detenimiento en su memoria y dice: "ponle 80 o 90, no sé". Recuerda la letra de las más conocidas; las tararea y recuerda la fecha en que compuso el tema que le ha dado la vuelta al mundo: Amor Añejo, 1978.Pero para Héctor su bebé preferida en estos momentos es Señora de señoras que escribió hace dos meses, título de su última producción discográfica que saldrá al mercado dentro de dos meses y que consta de 12 canciones, tres de ellas de su autoría. Y tararea parte de la letra: "Señora de mis noches, señora de mis días. Señora de señoras, no hay nada más que hablar". El compositor integró el Trío Santo Domingo hace 15 años, sus compañeros son: José Luis Carballo Pineda, requinto, y su hijo Enrique Martell, primera voz.
De despedida, nos regala otras palabras acerca del amor: "Muchas veces le cantaron al amor. Casi siempre lo confunden sin saber, porque a nadie le interesa establecer lo que es amar, lo que es desear, lo que es placer. El amor, hay que saber, es algo más que hacer nacer y mucho más que acariciar a una mujer. El amor es la unión de dos conciencias".
Jesús "Chuy" Rasgado
(1907 – 1948)
Nació este compositor istmeño en la población de Ixtaltepec, ex -distrito de Juchitán, del Estado de Oaxaca, el día 7 de enero del año de 1907.
Sus padres fueron doña Mónica Rasgado, originaria del mismo pueblo descendiente de una familia de músicos y, del español Cayetano Irigoyen, procedente de una familia de bohemios, que allá en la madre patria se destacaron por las bellas letras.
Ambos se conocieron en la Ciudad de Acayucan del estado de Veracruz, cuando ella hacia sus viajes llevando mercancía de la región a dicho estado, tal como se acostumbra en la actualidad, fruto de aquel cariño entre una zapoteca y un español es nuestro gran compositor.
Así vio la luz heredando las cualidades de sus progenitores, que se fusionaron en el: ¡la música y la inspiración…! que mas tarde lo llevaron a la gloria de la fama en nuestra región, y conforme se va conociendo por medio de sus canciones, su nombre y su figura se va agigantando hasta colocarse al igual que otros compositores que han dado gloria a nuestro país.
La fatalidad del destino hizo que al poco tiempo de nacido, su padre lo abandonara para no saberse más de él, quedó al cuidado de su madre. Así transcurrió su vida al lado de aquella mujer que lo mimaba con besos y lo acariciaba, él inocentemente, sin darse cuenta todavía de su existencia, de igual manera correspondía aquella caricia maternal, con sonrisas, agitando levemente las manos, tal parecía que aquella mujer presentía que al niño que quería entrañablemente, tenía con el tiempo que ser un gran personaje.
Personas supersticiosas que lo conocieron de niño, llegaron a decir que no iba a lograr porque veían en sus manifestaciones sosas sobresalientes. La madre desde aquellos momentos le prodigó más cuidado para que no sufriera nada en su infancia.
En plena revolución su madre unió su vida al señor Mateo Castillo, y debido disturbios políticos, abandonaron el pueblo de Ixtaltepec y fueron a establecerse en el pueblo de Santo Domingo Petapa, llevando nuestro compositor de escasos 4 años.
A la edad de ocho años lo enviaron a la escuela del lugar, en donde aprendió a leer y a escribir, formaban juntamente con otros niños de su edad un grupo que alegremente cantaba rimas en sus juegos y canciones infantiles, solamente estudió hasta el segundo año de primaria, por la muerte de su padre adoptivo; su madre quedó sin recursos, por lo que se dedicó a ayudar a su madre para el sostenimiento de la casa, por medio de trabajos que él podía hacer.
Conforme iba creciendo, y en los momentos de descanso después del trabajo, hacía con ayuda de algún utensilio cajitas de madera, flautas de carrizo o de higuerilla y cuernos, sencillos instrumentos que tocaba frecuentemente entonando una canción, no había pieza nueva que no aprendía con sólo oírla una o dos veces. Un selor le regaló un cilindro de boca y con él hacía maravillas ejecutando piezas de moda, así como sones regionales.
En las noches estrelladas y debido al calor del trópico, toda su familia salía a descansar en el patio de la casa bajo los árboles. Jesús entonces tocaba sus sencillos instrumentos con más alegría, que se oían en la vecindad y todos repetían : "Ese niño con el tiempo tendrá que ser un buen músico".
Cuando había fiestas, concurría a ellas, no como los demás niños a correr y jugar entre la muchedumbre y hacer mil travesuras, sino que gran parte lo dedicaba a oír la música que ejecutaba la banda o marimba del lugar. La música lo llamaba y Jesús poco a poco se iba acercando para dar una sorpresa y consagrarse como músico auténtico.
A la edad de doce años, viendo los componentes de la banda de músicos del lugar que le gustaba estar entre ellos, le ofrecieron trabajo y así tocó sus primeros instrumentos: la tambora y los platillos. Su primera actuación fue magnífica, dejando sorprendidos a sus compañeros.
A los quince años, pensando en su madre y en la mujer amada y por las vicisitudes que pasan a los jóvenes en sus innumerables aventuras amorosas, escribió la letra y música de su primera canción, nacida del corazón para aquella mujer que le embriagó de besos, de esos besos que se reciben llenos de promesas, llenos de miel, y que más tarde se esfuman en la nada, en el olvido. Naila se titula esta canción.
Su primera canción Naila pronto se difundió en la región, las renombradas marimbas y orquestas la tocaron, llegaron a afirmarla como la canción de la época, a él acudieron muchos directores de orquesta para comprar piezas y ofrecerle que los dirigiera, pero de Santo Domingo Petapa, pueblo que él quería nunca quiso separarse.
Ante la insistencia de sus amigos, emprendió varias giras por diferentes pueblos, y puede decirse que no hubo pueblo por más pequeño que fuere, que no visitara. Siempre llegaba de incógnito, vestía con sencillez, y cuando alguien lo descubría, él siempre respondía que no era Jesús Rasgado. Al poco tiempo entraba entre los músicos de la banda y tocaba las bellas canciones, como él sabía hacerlo; al momento se ponía en pie y lo aplaudían con delirio, formaban a su alrededor una muchedumbre ansiosa de conocer al hombre que era para el Istmo algo grande por su música. Le estimaban mucho y le ofrecían terminada la fiesta, descansar en la casa de algún amigo, él siempre rehusaba, y sin que se dieran cuenta se ausentaba, para ir a otro pueblo, siempre solo, sin instrumento, no le importaban las caminatas ni las inclemencias del tiempo, así recorría los pueblos sucesivamente.
Pero siempre regresaba a Santo Domingo Petapa, es que aquí había dos seres que le atraían, su madre y la mujer de sus sueños.
Sus giras no solo las realizó en las ciudades y pueblecillos, sino que se interno en las cumbres de las montañas, allí donde vive el indio que por herencia es artista, donde durante quince años formó y dirigió las bandas de música de la región mixe: Totontepec, Juquila, Yalalag, Malacatepec, Zacatepec, Izcuintepec, Tutla, Santa Catarina, Mazatlán, Camotlán y Cacalotepec.
Esta banda que él enseño, en el año de 1938 en la feria indígena del estado, ocupó el primer lugar. El ciudadano gobernador constitucional del estado, general Vicente González Fernández, lo felicitó y le dijo que quería para sí por su gran labor, él siempre humilde, como Bartolomé de las Casas, respondió: "Mejor vida para los indios del Zempoaltepec, destrucción del caciquismo en aquella región, más escuelas y maestros."
Era humilde, no quería para él nada, solamente quería para los indios, a los hermanos a quien él quiso levantar en alto, para que vieran el horizonte, incorporarse a la cultura y contribuir con su arte a aumentar el folklor mexicano.
Los mixes, aquella raza indómita que nunca se sometieron a los conquistadores, lo querían y lo consideraban como su guía y su protector; Jesús Rasgado cumplía con sus hermanos y no hubo un momento que no saliera a la defensa del indio y, en fin, de la clase humilde.
Al que esto escribe le dijo un día: "Profesor, usted que me conoce y sabe de mi trabajo, lo que he hecho en la región mixe, no habrá otro que lo haga." Tal parece que lo veo con aquella frente despejada, los ojos vivaces, referirse de su trabajo y de sus amigos los mixes, a quienes quiso hasta los últimos momentos de su vida.
El licenciado Juan Solorza, paisano suyo, en un artículo de la prensa lo declaró "misionero de las cumbres del Zempoaltepec y del Suchiate", refiriendose a la gran obra que realizó entre los mixes, entre los zapotecas y entre los pueblos del estado de Chiapas.
Se ausentaba de Santo Domingo Petapa durante dos o tres meses pero regresaba, para ver a su madre, a sus hermanas y amigos; era una alegría contarlo entre ellos; un día, los miembros de la banda de música del lugar, lo invitaron para que bajo su dirección dieran una audición en la población de Guevea de Humboldt, vecina población de Santo Domingo Petapa, enclavada entre la sierra, entre árboles y bosques, donde con motivo de la fiesta titular del lugar concurría una caravana de muchachas, él rehusaba y ante su negativa rotunda, consiguieron que la mujer que quería lo convenciera. Para ir juntos a aquella fiesta. Ante la súplica de aquella mujer, accedió nuestro compositor, y el día señalado, salieron para aquella población. Iba un poco cansado por el calor sofocante, en el primer arroyuelo del camino se dio un baño, al mismo tiempo que su hermano Armando mataba una paloma, la novia hizo con este animalito una comida que almorzó. Este fue el momento decisivo en que él vio la bondad de aquella mujer a quien el destino le tenía reservada.
Al regreso de aquella población, Jesús Rasgado contrajo matrimonio con aquella mujer, Elodia Sosa Celaya, hija de una familia honorable de la población de Santo Domingo Petapa.
Su matrimonio fue un acontecimiento social, a el concurrieron muchas marimbas y bandas de la región, principalmente indígenas del Zempoaltepec.
Nuevamente regreso al distrito mixe, pero esta vez acompañado de la mujer amada.
Por enfermedad de su señora madre requerían su presencia, lo que motivó a su hermano Armando lo fuera a traer; así bajó de las cumbres y siguiendo por los bosques y valles llegó la oscuridad, siguieron caminando los dos hermanos, el cielo despejado, miles de estrellas brillaban en el firmamento, la luna brillaba en su plenitud. En aquellas cumbres y en horas avanzadas de la noche se sentó bajo un árbol y sacando de su bolsillo un pedazo de papel, viendo las estrellas, escribió la letra y música de su canción éxito "La misma noche", que pronto se dio a conocer en la región, llegando a competir en un concurso raiofonico por una de las estaciones de la capital de la República, ocupando dicha canción el séptimo lugar. No fue firmada por nuestro compositor, sino como autor anónimo, saliendo en primer lugar en aquella ocasión la canción ""Palabras de mujer" del gran compositor Agustín Lara. Así paso a los cancioneros y se difundió por todo el país, muchas personas encontrándose ante una marimba piden la ejecución de la canción "La misma noche".
Estando de moda esta canción dirigió una marimba en la población de Santo Domingo Petapa, quien lo bautizó con el nombre de conjunto musical "La misma noche". Actualmente lo dirige su hermano Armando Rasgado, de igual manera músico excelente.
Así surgieron otras canciones, siempre llenas de emoción, ternura, alegría y dolor; en cada una de ellas imprimió un gran sentido de tristeza, en donde se nota que no canta por simple cantar, sino nacidas del fondo del corazón, ¡música sentimental que conmueve todo el ser! Sus canciones cumbres fueron un total de treinta y seis, además muchas fúnebres y misas cantadas a Santo Domingo de Guzmán y a San Juan Degollado. Aquí solamente se encuentran las principales: "Naila", "La misma noche", "Somos tres", "Cruel destino", "La vida es un momento", "Punto final", "Vida y amor", "Penúltimo beso", "Vuelve otra vez", "Altivez", "Emperatriz", "Renunciación", "Benita López Chente", "María Cristina", "Tehuanita".
Una semana antes de su muerte compuso la canción "Cruel destino", fue a cantarla a su esposa, tal parecía que nuestro gran compositor presentía que la muerte se le acercaba, así en aquella canción le anunciaba su despedida.
Algunas de estas canciones ya se encuentran grabadas por el Trío Montealbán de los hermanos Ordaz, que actualmente ocupan un lugar prominente.
De la parte norte del Istmo llegaron muchos elementos y llevaron a nuestro compositor por el estado de Veracruz y por el Distrito de Tuxtepec, donde enseñó a varias marimbas y orquestas; en este distrito es una hacienda, que se ignora su nombre, estrenó muchas canciones, unas conocidas y otras que se ignoran, entre éstas "Sinfonía oaxaqueña", inspirada en el árbol del tule, que lo describe así: "El corazón de Oaxaca es el centro del árbol, sus ramas las distintas regiones que la forman; en cada ramas pájaros que cantan y hablan el lenguaje de sus antepasados: los mixtecos, los zapotecos, los mixes, los zoques, los chontales, los chatinos, los triquis, los chocholtecas, los popolacos. De las glorias de Mitla, Montealbán y Guiengola, las maravilas de las cumbres y de las costas, acompañados de otros miles y miles de pajaritos del espacio, todos pidiendo al Creador, la abundancia de los campos y el triunfo de sus razas."
En el año de 1946 en sus frecuentes visitas al pueblo Ixtaltepec, en la fiesta pueblerina, descubrió un trío de jóvenes, que cantaban al público sus canciones favoritas, humildemente vestidos, que ejecutaban la guitarra con habilidad; descubrió en ellos aptitudes musicales, los ayudó. Así emprendieron giiras en todas las ferias de la región, poco a poco bajo su dirección se perfeccionaron tanto en la voz como en la parte instrumental.
Durante mucho tiempo cantaron sus canciones, así los llevó a la ciudad de México y con ayuda de algunos amigos de la región actuaron en teatros. Al poco tiempo nuestro compositor se enferma y se interna en un hospital y donde se recupera; siguieron actuando hasta que el licenciado Manuel R. Palacios, gerente de los Ferrocarriles Nacionales les extendió pasajes para efectuar una gira en la República. Regresaron al pueblo de Santo Domingo Petapa una semana justamente antes de su muerte, en la plaza pública del lugar cantaron, el pueblo entero aplaudió al director y al trío.
Para continuar el camino para el pueblo de Ixtaltepec, pasaron por la ciudad de Matías Romero, sus amigos le invitaron a permanecer en el lugar, para enseñar y tocar con las marimbas, lo llevaron al pueblo de Mogoñé, donde le hicieron un homenaje, al día siguiente se traslado por invitación de alguno de sus amigos al pueblo de San Juan Guidxicobi, al casamiento de uno de los componentes de la banda de música de aquel lugar, donde le sorprendió la muerte.
Murió el 28 de Septiembre de 1948 en la Villa de San Juan Guidxicobi, a consecuencia de una congestión cerebral. Al momento enviaron la noticia a Santo Domingo Petapa, donde radican sus hermanos Armando, Josué, Alicia y Dominga, así como su señora esposa, quienes al momento y acompañados por varios hombres lo trajeron para darle sepultura. Todos sus amigos, amistades y niños, pasaron por su capilla, y a las cinco horas del día 29 de septiembre, en imponente duelo, todo el pueblo lo acompañó al panteón del lugar. Al frente cien niños de la escuela con una gran corona de flores con la inscripción "Al compositor istmeño Jesús Rasgado". Dos bandas de músicos ejecutaban marchas fúnebres. Niños, mujeres y hombres lloraban, ¡lloraba un pueblo entero! Ante su tumba junto a la de su madrecita, su hermano Armando Rasgado habló: "Madre querida hoy venimos a dejar a tu lado al hijo que quisiste en tu vida, Jesús Rasgado. Tus hijos que aún quedamos seguiremos tus consejos, en ser buenos. Habló, habló, hasta que las lagrimas se lo impidieron.
En seguida el profesor Leopoldo Castillo Meneses, quien en brillante oración fúnebre arrancó lágrimas de la concurrencia. El pueblo lloraba, un silencio invadía después. Allá lejos del eco de las campanas de la iglesia del lugar redoblaron por muchas horas. El viento de vez en cuando rugía y llevaba la noticia a lo lejano.
La banda de música que él dirigió por un tiempo comenzó a tocar la canción titulada "La vida es un momento". Así poco a poco la caja se perdía en la fosa. La música cada vez mas triste, mas triste, mas triste y con pausa repetía: "Así es la vida, no hay que llorar, así es la vida, no hay que llorar. La vida es un momento y nada mas".
Nadie quería abandonar aquella tumba del compositor istmeño Jesús Rasgado, el pueblo no sabía que hacer, quería permanecer eternamente junto a él.
Allá en el poniente el sol ya no brillaba, una nube lo cubrió y quedó en tinieblas. Es que la tierra y con ella la noche recibían a nuestro gran compositor istmeño Chú rasgado.
Al escribir estas líneas, mi ser se oprime en tristeza y mis ojos dejan caer unas lágrimas por el amigo, por Chú Rasgado.
La noticia cundió a los cuatro vientos, el Istmo perdía uno de sus hijos predilectos, perdía a Chú Rasgado.
El profesor Cayetano González Santos, catedrático de literatura de la Escuela normal de Comitancillo, escribio un articulo dando a conocer la noticia al Istmo, diciendo que "Las marimbas lloran, que las marimbas están de luto. ¿por qué? Por que Jesús Rasgado ha muerto.
Todas las marimbas de la región estuvieron efectivamente de luto, colocaron crespones negros en sus portadas.
A los nueve días, tal como se acostumbra en la región, llego el Trio Montealban, fueron a llorarle a su tumba, cantaron sus canciones y juraron darlas a conocer al país. Hoy vemos que la mayoría de sus canciones se encuentran registradas en la Secretaria de Educación Publica. El Trio Montealban, que nuestro compositor formo, las ha grabado en discos y las cantan en teatros, radio y televisión. Así el Istmo, el Estado de Oaxaca y el país entero se está dando cuenta del gran compositor Jesús Rasgado.
Álvaro Carrillo Alarcón
(1919 – 1969)
Álvaro Carrillo Alarcón nace en el poblado de Cacahuatepec, Oaxaca, el 2 de Diciembre de 1919. Sus padres fueron: José María Carrillo Jiménez y Candelaria Morales de Carrillo, quiénes procrearon a cuatro hijos: Álvaro. Seledoneo, Porfirio y Rosa María, los cuales quedaron huérfanos de madre a muy temprana edad y fueron adoptados por la que fuera la segunda esposa de don José María, la Sra. Teodora Alarcón y de la cuál, el maestro Carrillo toma su segundo apellido, en agradecimiento por el cariño con que ella cuidó de él y de sus hermanos desde su infancia.Aunque no se conocen antecedentes de herencia musical entre los padres y abuelos del maestro Carrillo, él demostró a muy temprana edad su talento como compositor de canciones regionales, como la "Chilena", que es el tipo de música de la zona de la Costa Chica de Oaxaca, su tierra natal, en la cual ligan los versos de corte alegre y picaresco, con el sentir romántico y bravío de los costeños. También tuvo el don de la afinidad con el estudio, lo que lo llevó a recibirse de Ingeniero Agrónomo en la entonces, Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, universidad en la cual conoció y desarrolló el que en ese entonces se llamó Bolero Romántico Moderno y que le inspirara grandes canciones que han logrado mantenerse en el gusto popular a través de los años..
El amor, el sentimiento y la poética honestidad con que el maestro e ingeniero Álvaro Carrillo trató sus canciones, así como el gran conocimiento y talento musical con que fue dotado, provocaron que su música traspasara las fronteras, no sólo de su país, sino la de los cinco continentes, ya que sus canciones son escuchadas en todo el mundo y en casi todos los idiomas. Trágicamente, el 3 de Abril de 1969, el maestro Carrillo perdió la vida en un accidente automovilístico, acontecido en el kilómetro 19 de la autopista México-Cuernavaca, cuando regresaba de asistir a la toma de posesión, en Chilpancingo, del entonces gobernador del Estado de Guerrero, Caritino Maldonado. Junto con él, también perdió la vida su amada esposa Ana María Incháustegui de Carrillo y el chofer que les acompañaba..
Entre las canciones más conocidas del maestro Carrillo se recuerdan: Sabor a Mí, La Mentira (también conocida como "Se te Olvida"), Un Poco Más, El Andariego, Luz de Luna, orgullo, Dos Horas, Seguiré mi Viaje, Pinotepa, Amor Mío, Eso Merece un Trago, Cancionero, La Hierbabuena, Yo Después, Un Minuto de Amor, Diariamente, Puedo Fallar, Un Segundo Después, Ya No Estás, No Te Vayas…No… y muchas otras que fueron interpretadas, entre otros artistas, por: Marco Antonio Muñìz, Pedro Vargas, Frank Sinatra, Doris Day, Percy Faith, María Victoria, Linda Arce, Los Panchos, Los Duendes, Los Santos, Los Ases, Los Hermanos Reyes y Teresita, José José, étc… pero sobre todo por su inseparable amigo: Pepe Jara, "El Trovador Solitario".
Para finalizar, cabe remarcar, que le sobreviven sus hijos: Álvaro, Mario Alberto, Ena Marisa y Georgina Lorena
Autor:
Víctor Manuel Roldan Lorenzo
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