La última década del siglo pasado estuvo marcada por el surgimiento en México de un nuevo interés del gobierno y de la sociedad civil por el potencial de los pequeños negocios industriales. No obstante y a pesar de que éstos son tan antiguos como el capitalismo contemporáneo al aparecer junto con la primeras grandes fábricas de los albores del siglo XIX, en muchas ocasiones tan sólo como el vestigio del taller artesanal, predominó hasta entonces la idea del desarrollo industrial ineludiblemente asociada a las grandes empresas manufactureras; por ello, no es sino hasta la década de los noventa cuando se da una revaloración de lo pequeño por su enorme contribución a la reorganización de la producción y, sobre todo, por su impacto en el empleo y en la equidad, así como por su capacidad para incorporarse de manera innovadora al proceso de globalización creciente con sus esquemas de flexibilidad productiva.
Con el renovado interés por las "firmas pequeñas" y con la creciente cantidad de investigaciones y publicaciones en torno a éstas, se ha puesto de manifiesto que frente a las gigantes de las modernas manufacturas que disponen de millones de pesos (vía créditos o recursos propios) y dan ocupación a miles de trabajadores, existen empresas con recursos bien modestos, con limitadas capacidades productivas y, en general, con escasos medios financieros. Esta situación ha provocado una elevada tasa de mortalidad en las industrias pequeñas, siendo posible ubicar como uno de los aspectos más vulnerables que enfrentan y que más limitan su desarrollo o provocan su desaparición, el difícil acceso al crédito y todos aquellos aspectos que se relacionan con su financiamiento.
Las micro, pequeñas y medianas empresas industriales son parte esencial de la planta productiva nacional y de la economía en su conjunto al representar más del 95% de los establecimientos industriales del país, al aportar más del 40% del Producto Interno Bruto Manufacturero y al generar 60% del total del empleo del sector manufacturero. Estas empresas se encuentran localizadas en casi todo el territorio nacional y prácticamente en todas las actividades productivas, además de que por apuntar hacia un mercado local y regional pueden convertirse en la fuente de un desarrollo regional más equilibrado, de más polos de desarrollo, más empleo productivo y una mejor distribución del ingreso. Además, es necesario reconocer que han representado una opción de abasto "suficiente y barato" para millones de familias que no cuentan con la capacidad para acceder a los productos elaborados por las grandes compañías y que también desempeñan el papel de proveedores de aquellos mercados que las mega industrias ven antieconómicos.
Asimismo, un aspecto más que realza la importancia de esta investigación es que, ante una intensa competencia e interdependencia que existen en todos los ámbitos derivada del proceso de globalización, se requiere dejar en claro que necesitamos nuevas estrategias industriales y financieras que conjuntamente impulsen el desarrollo de las "firmas pequeñas". En este sentido, el argumento que se esgrime nos indica que el financiamiento proporcionado por diversas instituciones públicas y privadas al sector industrial es de vital importancia para que éste, en general, y el sector de las Pymes en particular, sigan realizando sus actividades y estén en posibilidades de impulsar y consolidar su modernización y desarrollo; en éste mismo orden de ideas, se procurará comprobar que el financiamiento no se dirige equitativa ni oportunamente a todos los sectores, y que en muchas ocasiones su orientación no es completamente eficiente pues cada sector tiene problemas y objetivos diferentes. También es importante porque se intentará conocer las causas de esa diferenciada asignación de los recursos, cuáles son los problemas que enfrentan en torno al financiamiento, cuáles son los programas públicos y los apoyos privados con los que cuentan y cuáles son las nuevas alternativas que se les presentan para resolver su problema del financiamiento.
Particularmente se parte del hecho de que es importante el estudio del sector industrial de las "empresas pequeñas" debido a que en la realidad el crecimiento real de la economía del país depende del esfuerzo productivo en la industria de la transformación o en otros sectores que producen otros bienes. Todas estas actividades son clave para el desarrollo nacional, especialmente cuando incorporan a sus productos valor agregado, es decir, al existir procesos de transformación industrial. Así pues, el objetivo general es llevar a cabo un trabajo de investigación en base a la información disponible respecto a la existencia y a la importancia de algunos de los esquemas de financiamiento en la promoción del desarrollo de las micro, pequeñas y medianas empresas industriales en México, así como localizar algunas alternativas posibles que permitan revalorar e impulsar el papel que juega este estrato de industrias en la actividad económica nacional; lo importante es descubrir lo fundamental que resulta para las Pymes industriales resolver su problema del financiamiento para que puedan desarrollar con celeridad y eficiencia todas sus potencialidades hasta ahora poco aprovechadas.
En este sentido, la Hipótesis central que se ensaya en esta investigación es que ante las nuevas condiciones a las cuales se enfrenta la economía mexicana es necesario realizar nuevos diagnósticos y análisis para establecer políticas de apoyo a sectores específicos, como lo es el caso de las micro, pequeñas y medianas empresas industriales, puesto que las políticas globales no han sido suficientes para impulsar el desarrollo de este grupo de empresas. Asimismo, se considera que la escasez en el financiamiento a éstas industrias constituye un obstáculo para su desarrollo, derivado de varios factores, entre otros de la falta de un amplio esquema institucional de apoyo y de financiamiento (público y privado), su limitada oportunidad que les impone su propio tamaño para aprovechar los recursos de intermediarios financieros bancarios y no bancarios, todo lo cual reduce su posibilidad de acceso al mercado formal del crédito. Por lo tanto, realizando de manera adecuada profundas modificaciones a los diversos esquemas de financiamiento existentes se traería como consecuencia la consolidación y creación de una amplia red de financiamiento, conformada por todo tipo de intermediarios, lo cual redundaría en más créditos, de mejor calidad y a menores costos, y que estarían disponibles con esquemas flexibles para las "firmas pequeñas". Por otro lado, la apertura de la economía mexicana impone nuevas formas o vías de financiamiento a éste estrato de empresas y, es entonces, donde el financiamiento externo es cada vez más importante, por lo cual la hipótesis argumenta que se hace necesario realizar una reforma financiera que desarrolle los instrumentos adecuados que beneficien a éstas empresas para que junto con las modificaciones antes mencionadas puedan acceder a mejores estándares de desarrollo y financiamiento para su expansión.
A efecto de comprobar la hipótesis planteada en la presente tesis, se decidió dividir la investigación en cuatro capítulos principales. Después del Índice y ésta Introducción se aborda el Capítulo I, en el cual se da una exposición general de los principales aspectos y enfoques teóricos que, a nivel agregado, hay que tener presentes para el estudio del financiamiento de las micro, pequeñas y medianas empresas industriales. Se aborda desde el punto de vista de la demanda efectiva, a cuyo efecto se toman las aportaciones de autores como Keynes, Minsky y Kalecki; en seguida se plantean los antecedentes y concepto de la empresa, para después arribar a la clasificación específica por tamaño de empresa.
En el Capítulo II se describen someramente los antecedentes históricos del desarrollo industrial en México y, consecuentemente, se hace referencia de cuándo surge el renovado interés por los "pequeños negocios". Asimismo, se plantea en qué radica la importancia y cuáles son las características principales de las "firmas pequeñas" en nuestro país, mostrando su conformación estructural de acuerdo a las ramas y subsectores industriales; se da una exposición muy breve de su situación a nivel regional y, de manera especial al final del capítulo, se plasman los principales problemas a que se enfrentan las "empresas pequeñas" industriales, finalizando con un subapartado que trata exclusivamente el problema del financiamiento que presenta el citado estrato industrial.
El Capítulo III está dedicado al financiamiento de la micro, pequeña y mediana empresa industrial en México, enfocándose a considerar diversas opciones que tienen estas empresas para acceder al financiamiento que les brindan las instituciones de carácter público, esencialmente. Para ello se optó, primero, por dar una definición de lo que es el sistema financiero mexicano y conocer su estructura organizativa, después se da una semblanza del mismo en su conjunto y, en particular, de las instituciones públicas de fomento más importantes de México (Nafin y Bancomext). En segunda instancia se hace una somera revisión de diversos programas de fomento industrial y de apoyo crediticio que se han venido aplicando a lo largo de los años, desde la década de los cincuenta del siglo pasado hasta nuestros días. En este capítulo se presenta, también, un análisis de algunas alternativas de financiamiento diferentes a las planteadas por la banca de desarrollo, como es el caso de la ofrecida por el mercado de valores y los intentos por conformar redes de producción a través de programas que impulsan las llamadas empresas integradoras. Finaliza el capítulo con las consideraciones generales en torno a los temas aquí abordados y en referencia específica al papel que debe jugar en la actualidad la banca de fomento.
Los pequeños negocios en otros países es el tema central del Capítulo IV, por lo cual se empieza planteando la importancia y las características que presentan las micro, pequeñas y medianas empresas industriales en diferentes latitudes; lo anterior desemboca en la descripción que se hace de diversos esquemas de fomento existentes, para este estrato de empresas, en otros países; se hace mención especial del caso japonés, que por varias circunstancias se ha convertido en el prototipo seguido exitosamente por otros países y que puede ser una opción más para la construcción de una nueva estrategia de fomento y financiamiento para estas empresas en nuestro país. Concluye el capítulo con el análisis de algunas alternativas "actuales" de fomento a las "firmas pequeñas", tal es el caso de la subcontratación y las alianzas estratégicas que han comenzado a cobrar fuerza en nuestro país y que han sido muestra de grandes alcances y éxitos en otras naciones, experiencias que se abordan en el último subapartado del capítulo.
Agotados los puntos a tratar en los cuatro capítulos, se plasman las Conclusiones de todo el trabajo de investigación, donde se podrá verificar sí la hipótesis principal planteada aquí es ratificada o rechazada, arguyendo las razones por las cuales se llegó a esa calificación. Asimismo, se vierten algunas ideas respecto a la conveniencia o no de seguir aplicando los programas hasta ahora vigentes y sobre cuál debería ser la nueva estrategia a seguir, así como el papel que deben jugar cada uno de los actores involucrados, tomando como referencia las experiencias de otros países y adecuándolas a las características propias de nuestro país. Posteriormente, se enlista la Bibliografía completa de la investigación, donde se encuentran todas las referencias del material bibliográfico y hemerográfico ocupado, pudiendo servir como base para otras investigaciones y para profundizar sobre temas específicos que aquí se han tratado de forma un tanto superficial. Finalmente, se encuentra un Anexo Estadístico con el fin de apoyar las aseveraciones, los argumentos y las consideraciones teóricas planteadas a lo largo de la investigación.
Esperando que esta tesis sea de utilidad, invito a los interesados a consultarla, así como a retomar y profundizar sobre el tema, pues es un elemento de vital importancia que puede ayudar al crecimiento económico de nuestro país y redundar en la tan ansiada mejor calidad de vida y en una mayor equidad de todos los mexicanos. Agradezco nuevamente a todos aquellos que han hecho posible la consecución de un objetivo esencial en mi formación: la presentación de ésta tesis en el examen profesional.
Javier Del Castillo Solis
Enero de 2001
1. Introducción
Elaborar una investigación en torno al financiamiento de cualquier tipo de empresa industrial no se da de manera independiente a otro tipo de cuestiones, pues en relación al financiamiento existe una amplia gama de temas que llegan a incidir sobre su comportamiento y determinación. Con lo anterior me refiero a que el hablar de financiamiento está vinculado de forma casi inevitable al concepto de inversión, la cual aunque no es la única variable importante, si es la que nos ocupará en las próximas páginas más tiempo, por las razones que más adelante aduciremos.
El financiamiento que se le otorga a una empresa se destina, salvo algunas excepciones, a cubrir sus necesidades de inversión para establecer una planta industrial, ampliar sus instalaciones, comprar insumos, adquirir maquinaria y equipo, etcétera, buscando reiniciar o comenzar un ciclo productivo, ampliar su capacidad de producción, exportar, innovar productos o procesos de producción, incorporar nueva tecnología, etcétera, es decir, en general lo que se busca con el financiamiento de la inversión de una empresa es poder llevar a cabo su modernización y desarrollo para que logre ser más competitiva en el mercado y aprovechar las oportunidades que este ofrece. Por lo tanto, el financiamiento a empresas se puede considerar finalmente como una inversión que genera en el corto y largo plazo efectos diversificados sobre la producción, el ingreso y el empleo, entre otros.
Ahora se busca responder a la pregunta: ¿Cómo se financia la inversión?. La respuesta se abocará de manera casi exclusiva al financiamiento de las empresas industriales, para simplificar y delimitar así el tema de investigación.
El financiamiento de la inversión es un problema cada vez más complejo que resolver, y esta dificultad se presenta tanto a nivel micro como a nivel macroeconómico. En la práctica observamos que existen dos formas de financiar la inversión, las cuales tienen implicaciones distintas para la empresa o cualquier otro agente económico, dependiendo también del contexto en que se presente. La primera forma consiste en que la misma empresa o agente económico genere o aporte los recursos financieros suficientes para llevar a cabo la inversión deseada, en tal caso no existe un vínculo tan inminente con la tasa de interés a menos que se considere lo que se llama costo de oportunidad por invertir y no ahorrar (que en este caso sería la tasa de interés vigente en el mercado comparándola con el nivel de utilidades que se espera genere la inversión en un tiempo determinado).
La segunda forma de financiar la inversión se presenta cuando un agente económico no es capaz de generar los recursos financieros suficientes para cubrir sus necesidades de inversión, en tal situación la inversión se financia recurriendo al mercado (de agentes públicos y privados) a solicitar un préstamo, es decir, la falta de recursos financieros se cubre endeudándose. Esta segunda forma de financiar la inversión se relaciona directamente con la tasa de interés, ya que por el préstamo se tiene que cubrir su costo que es precisamente la tasa de interés.
Con lo anterior es posible observar que existe una relación muy fuerte y determinante entre los aspectos micro y macroeconómicos; la tasa de interés que se paga por un préstamo está determinada a nivel macroeconómico. Asimismo, los agentes económicos que se encargan de proporcionar el financiamiento a quien lo requiera, llamado sistema financiero, están vinculados con un conjunto de agentes que generan ahorros y generalmente actúan a nivel macroeconómico, pero además no sólo son parte de la iniciativa privada los que proporcionan dicho financiamiento, pues también existen instituciones públicas que lo hacen. Estas instituciones financieras, de ambos tipos, ocasionan, con sus decisiones y su actuación, efectos sobre la producción, el ingreso, etcétera, pero sobre todo incide sobre la inversión. Así, lo micro y macro se interrelacionan y determinan uno con otro.
En tal situación, el análisis macroeconómico del financiamiento de la inversión es análogo en muchos casos al análisis micro; por tanto, comenzaremos tomando en cuenta lo escrito hasta aquí.
La inversión es una variable de gran importancia al generar diversos efectos en el corto y largo plazo, incide y es una de las principales determinantes del nivel y las oscilaciones del producto e ingreso nacional de cualquier país, lo cual se da vía su impacto sobre la demanda efectiva a través de un mecanismo de transmisión dado. Es posible considerarla como la principal determinante del crecimiento económico al ocasionar una expansión de la capacidad de producción de la economía en su conjunto y de industrias y empresas en particular; el análisis de la inversión es complejo al adoptar diversas formas y por el hecho de que no es realizada, como hemos visto, por un agente único sino por distintos.
No existe una clasificación única de la inversión, pudiendo considerarse, entre otros, los siguientes tipos: inversión pública o privada, de acuerdo al agente económico que la realiza; nacional o extranjera, dependiendo del lugar de origen o procedencia; real, financiera o en capital humano, según la naturaleza de la misma; la inversión neta o de reposición, etcétera. Se puede decir que estos tipos de inversión no son excluyentes unos de otros, sino más bien son complementarios en la mayoría de los casos.
Para el análisis que se llevará a cabo se tomarán en cuenta prácticamente todos los tipos de inversión, pues una empresa va a requerir financiamiento sin que en muchas ocasiones importe el lugar de origen, la naturaleza de su procedencia o si proviene de instituciones públicas o privadas, ya que las necesidades de inversión se dan en el ámbito humano (mano de obra), para insumos, incorporación de tecnología, etcétera.
2. Enfoque de la Demanda Efectiva
2.1 Keynes
Existen diferentes enfoques teóricos que nos pueden explicar la naturaleza, comportamiento y determinantes de la inversión. Evidentemente no es posible ni adecuado abarcar dichas teorías en su totalidad, el objetivo es, más bien, llevar a cabo el análisis desde el enfoque de la llamada Demanda Efectiva. Existen varios autores que recurren a la mencionada corriente de pensamiento para explicar los determinantes de la inversión, pero aquí abordaremos el tema basándonos en los planteamientos teóricos de Keynes (expresados en su Teoría General) y de H.P. Minsky; y este último autor es quien precisamente otorga un mayor peso a las variables financieras en referencia a su incidencia sobre la inversión y por tanto del financiamiento.
El modelo keynesiano trata de explicar el comportamiento de una economía capitalista para situaciones específicas y propias de los ciclos económicos, y aunque no es una teoría dedicada al estudio de los ciclos en sí, Keynes otorga un papel fundamental en la economía a la inversión, pues para él tiene un efecto decisivo en el comportamiento del nivel de actividad económica; para ser más explícitos, sí la inversión (principalmente pública impulsada por la expansión del gasto público) aumentaba, por ejemplo en obras públicas, esto genera empleos y estos a su vez incrementan el nivel de ingreso, luego se incrementa el consumo y por tanto la demanda, y como el ajuste en este modelo se da a través de las cantidades de producción, ante incrementos en la demanda se incrementa la producción (oferta).
Es evidente que una caída en los niveles de inversión provocará efectos contrarios a los descritos anteriormente. Con ello es posible comprobar la importancia de la inversión en el comportamiento de la economía; pero dicha relación y los efectos correspondientes no se dan de una vez y para siempre, sino que se encuentran en un proceso continuo de cambio; sucede también que la relación de causalidad entre inversión y comportamiento de la actividad económica no se da en una sola dirección como hasta ahora se ha visto: de un cambio en la inversión a cambios en la actividad económica; existe también una influencia que va de una modificación de las condiciones de la economía a un cambio en el comportamiento de la inversión. De esta manera se demuestra que una economía tan compleja como la capitalista siempre va acompañada en su evolución por los ciclos económicos y se reconoce que aún en el caso de existir un equilibrio en la economía este va a ser transitorio, aunque dicha estabilidad es prácticamente inalcanzable como meta, al menos de manera empírica.
Las condiciones económicas nunca permanecen inmóviles, por lo cual una estrategia de promoción industrial (o cualquier otra) basada en una visión estática de antemano puede considerarse un fracaso; es decir, una época de prosperidad puede ir seguida de un periodo de crisis. Las expansiones económicas dejan paso a recesiones o viceversa, por lo tanto es indispensable tomar en consideración los ciclos económicos (definidos como una oscilación de la producción, la renta y el empleo en todo el país que no tiene una duración predecible; no hay dos ciclos económicos exactamente iguales pues no es posible utilizar una formula exacta).
En la teoría keynesiana la causa aproximada de la naturaleza cíclica de la economía es la inestabilidad de la inversión, lo cual finalmente va a afectar los procesos de financiamiento que aquí nos interesan. La inversión se ve afectada por el comportamiento de las complejas instituciones financieras y, por lo tanto, de los movimientos de la variables monetarias y financieras. Para Minsky son las mencionadas variables financieras quienes afectan el comportamiento de la inversión y de la economía.
Keynes deja entrever elementos que no trata con la profundidad necesaria y que son confusos por los propios argumentos keynesianos. Minsky reconoce dichas diferencias y menciona que las complejas instituciones financieras y, en general, todos aquellos elementos que tienen que ver con aspectos financieros son una muestra clara de lo mencionado.
Es importante hacer el señalamiento y subrayar que la teoría keynesiana incluye un aspecto central en el análisis de la inversión: la incertidumbre y las expectativas. Y es en su ecuación de la demanda de dinero en la cual incluye dichos elementos, pues esta integrada por los famosos motivos transaccionales (L1(Y)), precautorio y especulativos (L2 (r) ); M=L1(Y) + L2 (r), donde M es la demanda de dinero y L1 la función de liquidez correspondiente al ingreso y L2 la función de liquidez correspondiente a la tasa de interés que se vincula con el motivo especulativo. A pesar de ello no incorpora de manera importante al factor incertidumbre. Otro elemento que no incluye en su ecuación de M y que contribuye a explicarla es precisamente la inversión.
Cuando Keynes aborda el problema de la inversión toma en consideración los rendimientos actuales y los rendimientos futuros. Ante tal situación, existe una inclusión dentro del modelo de aspectos tan importantes para el presente análisis como son la ya mencionada incertidumbre y las expectativas. Pero en torno a la inversión incorpora un elemento que está íntimamente ligado con ella, a saber: la tasa de interés que juega un papel primordial como su determinante. La tasa de interés puede modificar los montos de inversión si se considera que en muchas ocasiones ésta se realiza en base a préstamos (financiamiento) y que, por ende, se debe pagar una tasa de interés determinada por el mercado y por el efecto que produce en los bienes de capital.
Es decir, la tasa de interés al modificar los montos de inversión, modifica la demanda de los bienes de capital (incluidos como variable importante en el análisis keynesiano) y por lo tanto los precios de los mismos. Aquí es posible considerar a la tasa de interés como un determinante de la inversión pero más de carácter monetario al estar prácticamente determinado en el mercado monetario, es decir, por la oferta y la demanda de dinero (Levy, N., 1992), lo que tiene relación directa con el motivo especulativo de la demanda de dinero. El movimiento especulativo tiene que ver con la compra y venta de bonos y la inversión en sí.
En su análisis sobre la inversión Keynes considera a los rendimientos futuros, a través de los cuales se incluyen las expectativas y la incertidumbre. Ambos elementos es posible considerarlos como los responsables de las fluctuaciones de la inversión, aunque no los únicos, pues hacen inestable el comportamiento de la que Keynes llamó Eficiencia Marginal del Capital. Es claro el hecho de que los rendimientos futuros se calculan o son el resultado de la resta de los costos probables a los ingresos probables, multiplicado todo esto por su periodo de vida útil; otra forma de obtenerlo es sumando a la utilidad neta la depreciación (Levy, N., 1992).
RF= (Ip – Cp) VU ó RF= UN + D
Así, para Keynes, los determinantes de la inversión son la Eficiencia Marginal del Capital (valor presente de los rendimientos futuros) o precio de la demanda y la tasa de interés o precio de oferta. La Eficiencia Marginal del Capital se define como la tasa de rendimiento interna que permite igualar los rendimientos esperados con el precio de oferta de la inversión. Los rendimientos esperados son aquellos que se esperan obtener a lo largo de la vida útil de la maquinaria; a su vez estos se calculan en base a previsiones sobre el ingreso que se espera obtener menos los costos probables considerados en el periodo de vida útil de la maquinaria; pero también influyen en los rendimientos futuros el valor residual que tienen los activos físicos al final de su periodo de vida económica útil.
El precio de oferta es el precio de producción de los bienes de capital real, que no siempre son iguales al precio de las acciones determinado en el mercado financiero, sino que son establecidos en el sector de bienes de capital (su elasticidad y productividad). La Eficiencia Marginal del Capital es susceptible de variaciones al existir cambios en el sector productor de bienes de capital (cambios en la oferta o demanda) y en los rendimientos futuros (modificación en las expectativas o incertidumbre, en la tecnología, en el mercado), por lo que son determinantes esenciales en el comportamiento de la inversión.
La tasa de interés afecta la forma de financiar a la inversión y por ello es capaz de determinarla; para Keynes es un premio por no atesorar y no un pago por posponer consumo presente, como en los neoclásicos. Esta tasa de interés se genera en el mercado de dinero dentro de las actividades especulativas (compra de bonos y de inversión), por lo que una variación en las expectativas y en la incertidumbre modifican a la tasa de interés (si la incertidumbre es menor la tasa de interés tiende a bajar y como existe una relación inversa entre la tasa de interés y los precios de los bonos, por lo tanto aumenta el precio de los bonos). Si partimos del hecho de que la tasa de interés baja y sube el precio de los bonos, entonces eso alienta el crecimiento de la inversión (en activos como bienes de capital) provocando efectos positivos sobre la demanda efectiva finalmente.
En el modelo keynesiano los precios de los bienes de capital se vinculan directamente con el precio de los bonos, lo cual traerá importantes consecuencias en el tema central de este trabajo: sobre el financiamiento a las empresas. También observamos el hecho de que las variables monetarias afectan al monto de inversión y que la tasa de interés al provocar variaciones en la Eficiencia Marginal del Capital determinará el monto de inversión, pues el dinero si no se atesora tiene otras formas de emplearse: se presta a una tasa de interés vigente, se compran bienes de capital (se invierte) o se emplea para el consumo. Esto es lo que finalmente determinará el monto de inversión al ver en que dirección se ofrece un mayor rendimiento. Esta es la visión de Keynes en torno al análisis de la inversión y que, a su vez, la demanda de inversión determinará los montos y las condiciones en que se dará su financiamiento.
2.2 Minsky
Existe otro planteamiento referente al análisis de la inversión, es un planteamiento complementario más que alterno; dicho enfoque es el presentado por Minsky que hace una adecuación de la teoría keynesiana y aclara algunos puntos oscuros en los argumentos keynesianos. La perspectiva de éste autor nos conduce a comprender las fluctuaciones de los volúmenes de inversión en base a la inestabilidad de las variables financieras, lo cual afecta a la demanda efectiva. Este autor parte de la hipótesis de que existe inestabilidad financiera dentro del sistema económico y es recurrente. Ello se aclara si observamos su siguiente afirmación:
"En la teoría de Keynes, la causa aproximada de la naturaleza transitoria de cada estado cíclico es la inestabilidad de la inversión, pero la causa más profunda de ese estado cíclico en una economía con instituciones financieras capitalistas es la inestabilidad de las carteras y de las interrelaciones financieras" (Minsky, 1975, Pág. 67).
Por tanto, son los aspectos monetarios y financieros los que tienen un alto grado de incidencia sobre los movimientos de la inversión y que en consecuencia cada una de las fases del ciclo económico sólo es transitorio.
Los planteamientos de Keynes y de Minsky en torno a que los precios básicos para determinar la inversión son los de oferta y demanda son, en apariencia, similares, pero cuando Minsky comienza a desarrollar su hipótesis de la inestabilidad financiera, es posible darse cuenta que se inclina a favor de las determinantes del sector financiero en mayor medida que Keynes, quien otorga un mayor énfasis a las variables productivas.
Como es de esperarse, las variables financieras van a tener un mayor efecto sobre la inversión que lo vislumbrado por Keynes, pero al igual que en éste último, la inversión y la economía se analizan con base en los flujos de efectivo que se esperan obtener y los compromisos de pago que se deben hacer. Y son precisamente estos elementos los que influyen sobre las necesidades y las decisiones de inversión y financiamiento.
Para Minsky el precio de la demanda de inversión es determinado por el valor presente de los ingresos futuros (en Keynes rendimientos futuros actualizados) y por el precio de dichos rendimientos (precio de las acciones). Los rendimientos futuros se evalúan en base a dos tipos de flujos: el resultante de la producción de los bienes de inversión y el segundo proviene de la liquidez que tengan los activos (facilidad de venta, hipoteca, etcétera) y que esto se refleja en el precio de las acciones. Como veremos en un capítulo próximo, las acciones pueden convertirse en una fuente de financiamiento para las empresas, por ello la importancia de este enfoque.
Minsky afirma que el precio de oferta de los bienes de inversión esta determinado por el mercado productivo y es función de las características del sector productivo de bienes de inversión. Así el precio de oferta es determinado en el sector productivo y el precio de demanda en el sector financiero. Para dicho autor son tan importantes las variables financieras que afirma que:
"…las expectativas cambiantes afectan a las variables financieras, como son el precio de los activos de capital, el precio de los activos financieros y el comportamiento de la estructura de las obligaciones." (Minsky ,1987, p.p. 60-61).
Lo anterior muestra que este autor también toma en cuenta la incertidumbre y las expectativas, pero la diferencia con Keynes es que mientras éste último planteaba que dicha inestabilidad se reflejaba en los rendimientos futuros, para Minsky la incertidumbre y las expectativas se reflejan en el comportamiento de las variables financieras.
Las expectativas cambiantes que provocan lo que él llama inestabilidad financiera generan riesgos. Por una parte existe un riesgo del prestamista y por otra existe el del prestatario. Por supuesto que estos riesgos se presentan cuando las necesidades de inversión son cubiertas con financiamiento externo (para fines del análisis es aquel que se obtiene por un préstamo y no con recursos propios). En caso de que el financiamiento de la inversión se de a través de recursos propios, los riesgos a asumir son los de la no viabilidad del proyecto, baja tasa de retorno y otros. Cuando el prestamista percibe un alto riesgo debido a variadas circunstancias que afectan la estabilidad financiera, tiende a incrementarse el costo financiero del préstamo y se eleva el precio de oferta. Ahora, cuando un prestatario asume que existe un alto riesgo en su inversión, digamos que por existir una caída de sus ventas en un futuro, se reduce el precio de demanda. De esta manera se observa que el precio de demanda de inversión está determinado por el precio de los activos de capital (acciones), en tanto el precio de oferta se determina en el mercado productivo.
Los rendimientos futuros actualizados, según Minsky, son afectados solamente por alteraciones de las condiciones de los mercados financieros y no por variaciones en otros mercados, como el productivo o el laboral. Es decir, que si en la práctica existiera una estabilidad de las variables financieras no tendría razón de existir ni el riesgo del prestamista ni el del prestatario, y el financiamiento de la inversión sería prácticamente ilimitado. Debido a la inexistencia empírica de tal situación, existe inestabilidad financiera, consecuentemente se generan riesgos y esto provoca fluctuaciones de la inversión. Las oscilaciones en la inversión impactan a la demanda y eso a la producción; con lo anterior queremos abordar el tema de los ciclos y como afecta a la inversión.
El planteamiento de Minsky en torno a los ciclos y la inversión es que durante la fase de crecimiento se da también una sana estructura financiera (existen deudas pero coexisten con ganancias por lo cual no causan desequilibrios) acompañada de expectativas positivas y poca incertidumbre; ante esto existe un reducido riesgo, tanto del prestamista como del prestatario, la oferta de financiamiento es mayor, y consecuentemente se presenta la posibilidad de incrementar el monto de las inversiones y las utilidades de los agentes económicos crecen, en mayor proporción a las anticipadas. Ante un mayor monto de utilidades se reduce la necesidad de financiamiento externo proporcionado por agentes económicos localizados fuera de la empresa, pues se incrementan los fondos internos retenidos, al menos teóricamente. La innovación financiera, dada una tasa de interés, causa un incremento en el precio de las acciones y transforma un crecimiento estable de la inversión en un crecimiento inestable.
Asimismo, es necesario subrayar que existe un rezago o desfase entre las decisiones y la realización de la inversión y que esto provoca desequilibrios en las variables financieras, lo cual impacta a los precios de demanda y oferta. En otras palabras, cuando existe un periodo de innovación financiera las utilidades resultan ser menores a las necesidades internas de financiamiento y en consecuencia existe una mayor demanda de créditos o fondos prestables, ante tal situación se presenta una incertidumbre acerca del comportamiento de la economía y principalmente por una creciente inestabilidad financiera que se ve reflejada en el aumento del riesgo, la inversión adquiere una tendencia decreciente y se profundiza la caída de las utilidades. Todo el anterior proceso trae consecuencias negativas para el ámbito del financiamiento de la inversión.
En la práctica estos procesos se dan con regularidad, pero desgraciadamente el proceso de efectos negativos es más profunda y persistente que la fase virtuosa del ciclo. En un entorno negativo, un incremento en la demanda de financiamiento para pagar deudas contraídas con anterioridad incrementa los riesgos del prestamista y del prestatario, por lo cual la tasa de interés no es suficiente para expresar dicho riesgo y es explicado, por tanto, por la brecha observada entre la deuda observada y la deseada. Este último elemento muestra que en los primeros momentos del ciclo ascendente las deudas pueden generar, casi de manera global, efectos positivos sobre la inversión; sin embargo, dado el rezago que se presenta entre la decisión y la realización de las inversiones, se origina una caída en las utilidades previstas y aumenta la demanda de financiamiento; dicha demanda de más créditos y las deudas ya contraídas llega a alcanzar niveles muy altos, con esto se presenta un alto riego de incumplimiento del pago de las obligaciones (esto se agrava cuando al aumentar la demanda de financiamiento para pagar deudas anteriores existe una reducción de la oferta monetaria debido a las autoridades monetarias y a las propias instituciones financieras) y esto conlleva a tener efectos negativos sobre los niveles de inversión.
Retomando la idea anterior de la reducción de la oferta monetaria, cuando se presenta dicho fenómeno, por una lógica propia de la teoría económica, se da un incremento de la tasa de interés y ello genera cuellos de botella dentro de los procesos de financiamiento al elevarse inevitablemente el costo del financiamiento mismo. A pesar de todo lo expresado, para Minsky no es suficiente la presencia de la tasa de interés para explicar los efectos de las relaciones financieras en la inversión, sino que es necesario incluir la variable de las obligaciones existentes, pudiéndose considerar en este caso como las deudas contraídas anteriormente por requerimientos de financiamiento para la inversión.
2.3 Kalecki
Existen otros planteamientos que tratan de explicar la inversión y sus determinantes y por tanto tratan el problema del financiamiento. Uno de dichos enfoques es el de Kalecki, el cual basa su análisis de la inversión privilegiando a las determinantes existentes en el sector productivo, relegando un tanto a las variables financieras. Es precisamente en este aspecto donde se presenta la diferencia sustancial entre los planteamientos keynesiano, el de Minsky y el de Kalecki.
Para Kalecki los determinantes del corto plazo de la inversión son: la tasa de ganancia y el financiamiento de la inversión; sustituye la incertidumbre y las expectativas por elementos más objetivos, sin que deje de considerar los elementos de incertidumbre. Al igual que Minsky defiende la idea de que existe un rezago entre las decisiones de invertir, el gasto para inversión y la realización misma de la inversión.
Según este autor, el financiamiento de la inversión (ahorro corporativo) esta determinado principalmente por la utilidades no distribuidas y la depreciación. Esto pone en claro que son primordialmente recursos propios de la empresa o lo que él llama fondos internos. Los fondos internos y el tamaño de la empresa determinan el monto requerido de financiamiento externo, dado que no existe competencia perfecta sino una economía oligopólica. En consecuencia, los recursos totales para la inversión es la suma de los fondos internos y los prestados, los primeros son una función directa de las ganancias e indirecta de la tasa de interés, sucediendo lo inverso con los prestados. Por su parte, los fondos prestados dependen de la rentabilidad de la empresa y de su tamaño, y su destino (de ambos tipos de fondos) depende de la relación entre el rendimiento de los activos financieros y el de los activos reales. Estas consideraciones generales son, para efectos del presente trabajo, de vital importancia para comprenderlo y pueden considerarse más como complementarios que como excluyentes unos de otros. Cada enfoque tiene su importancia en la vida práctica y puede ayudar a comprender de mejor manera las interrelaciones entre las distintas variables: productivas y financieras.
El análisis que se ha llevado a cabo hasta aquí es aplicable al caso mexicano, siempre y cuando se realicen las adecuaciones que exige la situación específica de nuestro país. Cada uno de los planteamientos tienen íntima vinculación con los esquemas de financiamiento, financiamiento destinado principalmente a la inversión dentro de una clase especial de empresas: las micro, pequeñas y medianas empresas industriales. El análisis se ha llevado de manera que se encuentre la relación entre financiamiento e inversión, que evidentemente son variables que se determinan entre sí. Sin embargo, no hay que olvidar que se trata de un caso particular y de características propias.
3. Concepto y Clasificación de las Empresas
3.1 Antecedentes y Concepto de Empresa
Hace ya muchos años que la empresa, y más concretamente las empresas industriales, se han convertido en la célula de la vida económica de la inmensa mayoría de los países. Además, es innegable que el avance económico de cualquier país está íntimamente ligado al de su sector industrial. Hoy en día la producción y la distribución de bienes recae principalmente en el sector privado más que en el público, aunque ello evidentemente no elimina la intervención del Estado por diferentes vías y objetivos.
Página siguiente |