Presentación
La visión es el ejercicio de la vista, que es la facultad de ver. El ser humano debe tener conciencia, desde sus primeros años de vida, por mantener la higiene y cuidado permanente de sus ojos. La mayoría de nosotros, después de prolongado descanso en cama, nos restregamos los ojos con los nudillos de las manos y seguidamente bostezamos para después realizar las actividades habituales. Este proceder debe eliminarse por completo, porque con el tiempo, la conjuntiva de los ojos se irrita y es cultivo para cualquier afección oftalmológica.
Es una preocupación, para cualquier persona sensata, padecer de una enfermedad o afección oftalmológica, sin embargo, la cirugía por cataratas, es la menos invasiva y de rápida recuperación; todo depende de los distintos factores que intervienen en el evento y con este trabajo divulgativo, pretendemos orientar a pacientes y acompañantes sobre la importancia en cumplir lo que indique el (Oft) en todas las etapas del proceso quirúrgico y el restablecimiento del paciente.
Este trabajo está libre de métodos literarios y de la rigurosidad de una investigación científica. Es más anecdótico-coloquial con el propósito de educar a pacientes y acompañantes para que cumplan sus deberes y obligaciones y coadyuven al éxito de la medicina en esta especialidad. Muchos pacientes y acompañantes, no valoran la responsabilidad del médico y el posible fracaso, en cualquier situación en la que intervienen, le es atribuido al profesional de la medicina, sin aceptar, que en el desenlace negativo, tuvo parte de responsabilidad el mismo paciente, por no cumplir las indicaciones del galeno. Errores y riesgos siempre habrán, y muchos de ellos les son comunicados a los interesados, pero las circunstancias negativas que impiden el mejor desenvolvimiento de la medicina, por lo general, no son por causas propias, sino externas, que no pueden solucionar los ejecutores que atienden a los pacientes afectados.
La referencia bibliográfica está limitada al Diccionario Terminológico de Ciencias Médicas (DTCM), obra que revisé una y otra vez, en sus extensivos dos tomos y obtuve parte de la información mínima sobre algunos términos médicos que no utilizamos en nuestra vida diaria; lo que sumado a mis anotaciones, al transitar durante cuatro meses por el proceso de la intervención quirúrgica, pude captar experiencias narradas al autor por distintas personas, que me permitió elaborar este material de interés para todos. No pude cumplir tampoco los rigurosos métodos de investigación de tipo social, pues solamente empleé la conversación coloquial con pacientes y familiares, lo que me permitió conocer el comportamiento humano, ante este deterioro físico de las personas que arriban a la tercera edad, a quienes, una vez solucionado el padecimiento, se les eleva la calidad de vida y motivos suficientes para seguir disfrutando su existencia física en este mundo.
Pretendí buscar información técnica general en la biblioteca de la Facultad de Ciencias Médicas de Cienfuegos, pero informó la técnica de referencia que no existen textos o trabajos teóricos sobre los deberes y obligaciones de pacientes con padecimiento de cataratas, pues las indicaciones profesionales que emiten los (Ofts) son de carácter individual, según la enfermedad y características personales del paciente. De esta manera solo contaba con el Diccionario Terminológico de Ciencias Médicas, como expresé al principio de este estudio, además un viejo libro de Anatomía Humana y un desactualizado Diccionario Larousse. No quise indagar sobre algún reglamento interno que regula el procedimiento sobre cirugía, porque no era mi objetivo. Quiero presentar la visión de un paciente desde afuera hacia dentro, que necesitó los servicios especializados en oftalmología. El lector podrá apreciar, que la narrativa pasa de primera a tercera persona en varios pasajes, ello ha sido intencional, para que se pueda conocer las sensaciones percibidas por el autor, por haber pasado por esa experiencia quirúrgica.
¿Qué son las cataratas? La palabra es de origen griego, significa: ¨ cargar de arriba abajo ¨. Es opacidad del cristalino o de la cápsula de este órgano, siendo la más común la catarata senil, que a los efectos de nuestros propósitos de información, es sobre la que vamos a exponer, por lo que no es procedente analizar la parte técnica de la cirugía de esa dolencia, ni de otras afecciones oftalmológicas.
Este padecimiento se manifiesta en las personas de forma inesperada. El deterioro es progresivo en uno o ambos cristalinos y algunas personas piensan que tienen necesidad de lentes externos con nueva graduación y solo se puede tener conocimiento del problema, cuando se realiza consulta oftalmológica en el área de salud a la que pertenece la persona afectada. El (Oft) a través de la lámpara de Gullstrand o de hendidura diagnostica el padecimiento y le extiende remisión al Hospital General Provincial Docente de su provincia, donde se le programará consulta externa con uno de los especialistas en la materia.
CONSULTA EXTERNA:
El paciente debe estar a la hora de la cita y en esta primera oportunidad, debe estar acompañado por un familiar o amistad de confianza. Debe impedirse el acompañamiento múltiple para un solo paciente, por cuyo motivo el personal administrativo de la consulta externa, puede requerir a los visitantes en exceso por la obligación de mantener el orden y la disciplina del área e impedir la aglomeración innecesaria de personas.
El (Oft) realiza una revisión visual a través de la lámpara de Gullstrand o de hendidura, para detectar las posibles afectaciones que presenta el paciente. En este momento nos limitamos al padecimiento de cataratas, pues no estamos haciendo un estudio general de enfermedades oftalmológicas. Después, el (Oft) le indica orden por escrito para dirigirse al local contiguo, donde las técnicas optometristas le realizan las mediciones antropométricas del centro de la acomodación del músculo ciliar en los globos oculares (centrometría y biometría), además la obtención de otros datos técnicos de interés. Generalmente son medidos ambos ojos del paciente, quien debe poner de su parte en la facilitación de la acción, pues se requiere una posición acostado de cubito supino, aplicándosele un colirio anestésico para insensibilizar las córneas y permitir el acercamiento del lector digital, con el fin obtener la lectura numérica que registrará el equipo y que definirá el tamaño del lente que sustituirá el opacado cristalino del paciente.
Con el resultado de las medidas antropométricas, el (Oft) extiende orden de intervención quirúrgica para el Centro de Cirugía Oftalmológica (CENCO) del centro hospitalario provincial de la ciudad. El paciente está obligado a presentarse con esa orden, primeramente ante la Oficina Administrativa de Registro de Historia Clínica del centro hospitalario, debiendo presentar su carné de identidad. Registrado de forma digital, se le extiende la tarjeta con la numeración de Hoja Clínica que tiene que preservar para todas las gestiones intrahospitalarias. Igualmente, el especialista le indica órdenes de análisis de sangre, que incluye examen de glucemia y electrocardiograma, los que efectuará en el área de salud al que pertenece o por cualquier otra policlínica. En la propia orden de intervención quirúrgica, se indica en letra pequeña y al final del documento: ¨cloranfenicol 1 gota cada 4 horas en ambos ojos, 5 días antes de la cirugía¨, facilitándole el facultativo la receta médica para su adquisición en farmacia y aplicación obligatoria en el paciente. Algunos obvian esta elemental medida preventiva, sobre la cual expondremos más adelante las consecuencias por su incumplimiento.
El paciente, para finalizar esta etapa, se dirige al CENCO, donde extenderá a la asistente de la recepción, la orden de intervención quirúrgica y en caso de existir en ese momento vía libre de admisión de pacientes, se anotará para que se le programe la posible fecha del evento, en caso negativo, se le aporta el número telefónico, para que se comunique y pueda recibir información de presentación e incluirlo en el listado para su cirugía y con los datos personales y su localización, se le avisa la fecha de presentación, debiendo cumplir las indicaciones expresadas anteriormente sobre el uso tópico del colirio Cloranfenicol como medida preventiva.
Como no sabía el tiempo que podía demorarse el aviso de cirugía, tuve la curiosidad de investigar las experiencias de pacientes operados y sus familiares. Le pregunté a un vecino sobre el particular y me expresó que había sido operada su progenitora, pero murió. ¿Cómo? ¿Se le presentó un infarto en el salón de operaciones? Le pregunté asombrado. No -me contestó- ella falleció dos años después. Fue tan conciso y que por su pesar, consideró que a su anciana madre la operaron innecesariamente, criterio que no comparto, pues ella debió ser muy feliz con sus nuevos lentes y pudo disfrutar de una visión nítida durante un tiempo, pero lamentablemente, le llegó el final de su vida.
ACOMPAÑANTES:
El acompañante es de libre determinación familiar. Puede ser hasta una amistad del paciente que se interese en cumplir ese cometido. La importancia del acompañante es primordial. Un paciente puede presentarse solo en la primera consulta externa, pero el proceso de la cirugía requiere una persona acompañante que sea persistente y que pueda influir sobre el paciente, para que la disciplina en el proceso quirúrgico sea cumplida eficazmente. El paciente puede ser muy independiente y con autocontrol, pero el problema se complica, a partir del propio día de la cirugía, pues el paciente entra sobrio y dispuesto al salón de operaciones, pero después de operado, sale algo desorientado. Por estas circunstancias, el acompañante tiene que recibir las indicaciones y recetario que le prescribe el (Oft) al paciente para su recuperación. Después viene el proceso de restablecimiento del que hablaremos más adelante.
El familiar acompañante tiene la obligación de preservar todos los documentos del paciente, para lo cual deberá habilitar un file (fail) de cartón u otro material sintético, dentro del cual guardará los modelos entregados y los resultados de los análisis indicados, que serán revisados posteriormente por la anestesista un día antes de la cirugía, además por el (Oft) y otros técnicos en el CENCO.
PACIENTES:
La Gerontología está dedicada al estudio científico de la vejez y de las cualidades y fenómenos propios de ella, cuyos elementos esenciales los (Ofts) dominan plenamente, incluyendo el estado psicológico particular de cualquier adulto mayor. Debe sumarse, la idiosincrasia del adulto cubano, su modo de actuar y expresarse, las ausencias de familiares por cualquier motivo, carencias afectivas y económicas y en muchos de ellos, falta de motivaciones por la pérdida de intereses elementales, que pueden llegar hasta el desaseo personal. Los (Ofts) tienen que lidiar, además, con adultos con caracteres psicológicos diversos, como puede ser los: irascibles, hiperquinéticos, voluntariosos, indisciplinados, etc. También están los que tienen retraso mental en sus diversos estados de manifestación, otros con ligeras alteraciones mentales; los que padecen de tics nerviosos, especialmente en la cabeza, o regiones orbitales y los que de una forma u otra actúan de forma caprichosa e indisciplinada que perjudican el desenvolvimiento del (Oft) en su labor profesional en general. Claro, no son la mayoría de los pacientes.
Está también el que padece de hipoacusia o sordera total. A este último, ni gritándole puede percibir sonidos, por lo que la comunicación en el quirófano es complicada. Muchos desconocen el sistema de señas y al menos el (Oft), con la ayuda del acompañante, puede indicarle previamente a este tipo de paciente, cuáles movimientos oculares deberá ejecutar en el momento de la intervención, para lo cual, creemos, que pueden convenir determinados contactos o toques, que le facilitaría cumplir su cometido, pues cuando está acostado en la mesa de operaciones, no puede tener contacto visual alguno, de manera que se requiere una previa explicación de lo que tendría que hacer el paciente. En tal sentido, el (Oft) podría tocarle el mentón para que baje los ojos, en la frente para que los suba y por cada lado de las sienes, para el movimiento de derecha o izquierda.
Los pacientes discapacitados que son transportados en sillas de ruedas propias, cuando se presenten al CENCO, tienen que tener limpias todas las partes metálicas del vehículo, especialmente las zonas de rodamiento.
SEMANA DE PREPARACIÓN PREVIA:
El familiar debe adquirir en farmacia el colirio Cloranfenicol indicado por el (Oft) para ser aplicado al paciente como medida preventiva 1 gota cada 4 horas en ambos ojos, 5 días antes de la cirugía¨.
No debe aplicarse el medicamento antes de cualquier aseo personal, sino después de la acción de lavado.
ASEO PERSONAL:
Evitar en todo momento la caída de agua directa hacia el rostro procedente de la ducha, especialmente sobre los ojos. Durante todo el tiempo previo y posterior a la intervención quirúrgica, se debe descartar esa perniciosa práctica de baño corporal hasta en personas sanas. La afectación contra las córneas puede ser muy alta a consecuencia de arenillas u otros objetos de ínfimo tamaño, incluyendo limaduras minúsculas presentes en las tuberías y arrastradas por el torrente de agua. También existe el peligro de penetración en la conjuntiva de los ojos de virus y bacterias que pueden producir infecciones de difícil eliminación sin los medicamentos adecuados, algunos de ellos, inexistentes en farmacias. Puede asearse el cuerpo en cualquier momento, pero las zonas orbitales se deben limpiar con agua filtrada y hervida en las cantidades que se requiera, preferiblemente, posterior al uso del baño corporal. Debe evitarse el uso de cloro y jabones muy cáusticos, pues alteran la conjuntiva de los ojos y pueden producir irritación con lagrimeo persistente. Las llamadas legañas se manifiestan generalmente en algunas personas, después de un prolongado descanso en cama, las que deben ser retiradas suavemente de los ojos con la utilización de algodón húmedo con agua filtrada, sin que tenga que utilizar apósitos, pañuelos u otros tejidos inadecuados que puedan producir alteraciones en la conjuntiva o en la región peri-orbitaria y convertirse en una indeseable conjuntivitis. Después de la limpieza, tiene que aplicarse una gota de Cloranfenicol en ambos ojos, como medida preventiva, aunque no le corresponda en el tiempo.
La apariencia higiénica de los ojos en el paciente, es fundamental para ser admitido el día de la intervención quirúrgica.
ENTREVISTA:
Es obligatorio cumplir la entrevista con la llamada ¨ anestesista¨, prevista un día antes de la intervención quirúrgica. Esta especialista tiene la misión de revisar los resultados de los análisis clínicos indicados por el (Oft); interrogar al paciente con asistencia del acompañante, para conocer sus enfermedades actuales; si ha tenido otras cirugías, medicamentos que consume y otros datos de interés. El documento que expide la anestesista tiene que ser conservado dentro de la Historia Clínica con los otros documentos recopilados que será entregado en el CENCO.
Se le indica al paciente que el propio día de la operación, debe desayunar entre las 06:00 Am y 06:30 Am horas, con alimentos ligeros propios de la mañana a libre elección y hábito del paciente. Se debe excluir el consumo de alimentos ricos en grasas y proteína animal, por ser de lenta digestión. Es recomendable que el acompañante porte un recipiente conservador con cierta cantidad de algún jugo natural, para facilitarlo al paciente, si es que padece de diabetes u otra situación personal, pues la espera para su cirugía, puede demorar toda una mañana y quizás parte de la tarde, según pacientes convocados.
Prohibido tomar ASPIRINA durante los cinco días previos a la intervención quirúrgica. Se sabe que muchas personas adultas son adictas al ácido acetilsalicílico. El efecto antineurálgico y antitérmico del medicamento, puede ocasionar problemas y perjudicar la salud del paciente con posibles situaciones adversas en el quirófano. El familiar o acompañante debe velar esta indicación.
DÍA DE LA CIRUGÍA OFTALMOLÓGICA:
1. SALÓN PRE-OPERATORIO (1):
El paciente es llamado a pasar al salón donde el especialista le examinará sus ojos con la lámpara de Gullstrand o de hendidura para comprobar la higiene que presenta en las regiones orbitarias. De tener legañas o algún tipo de secreción o irritación que pueda afectar la cirugía, se le suspende la cita de inmediato, sin que proceda reclamo alguno, como ocurrió a una paciente que tenía irritada la conjuntiva de sus ojos con cierta secreción y no fue admitida. El acompañante y el propio paciente, son responsables por no mantener la higiene durante los cinco días pre operatorio como se ha expresado en los aspectos anteriores.
El especialista si acepta las condiciones físicas del paciente, indica la entrega de la
indumentaria que utilizará el afectado, el que procederá al cambio de vestimenta en local contiguo en este propio lugar. Se retirará toda la ropa de calle, salvo la de uso interior, pudiendo mantener su calzado, el que será cubierto con telas en forma de bota, que amarrará alrededor del tercio inferior de las piernas próximo a los tobillos.
SALÓN PRE- OPERATORIO (2):
El paciente es invitado por una enfermera a pasar a un salón de espera amplio con sillas adecuadas para el descanso personal, lo que le permitirá relajarse en espera de su turno operatorio. Primeramente, tiene que lavarse toda la cara, manos y antebrazos con jabón y agua abundante, para retirar todas las impurezas de esas zonas provenientes del exterior. En el propio lavado, la enfermera le entrega un pequeño vaso que contiene una solución con halitol disuelto en agua, para realizar enjuague bucal, cuyo residual debe expulsar hacia el interior del lavabo. Se le facilita una toalla para el secado.
El aire acondicionado funciona a plenitud. Una enfermera se presenta delante de cada
paciente para medirle la presión arterial con su estetoscopio y esfigmomanómetro. Un paciente que estaba inmóvil y parecía una momia, al tomarle la presión arterial, la tenía elevadísima. Estuvo casi una hora en ese trance, hasta que se personó la (Oft) y con exquisita amabilidad, pero apenada, le tuvo que suspender la cita de cirugía, siendo conducido hacia el exterior para entregarlo a su acompañante.
Durante el tiempo de espera en este salón, otra enfermera realizó varias aplicaciones de
colirio, en cada uno de los pacientes, para dilatarles las pupilas del ojo que les sería operado. Esta acción la realizó, alrededor de cinco veces.
En un buró situado a la entrada y al costado del Salón de Cirugía, la enfermera o asistente
llama al paciente que le corresponde la intervención quirúrgica, donde entrega la hoja confeccionada por la Anestesista el día anterior. Seguidamente, revisa el resto de la Historia Clínica para buscar el número de lente que corresponde al paciente. Ya, es ese, 21 (en mi caso). Le facilita al camillero la caja contentiva del LENTE indicado y traslada al paciente en un sillón de ruedas hacia la siguiente etapa, que es la de la verdad.
SALÓN DE CIRUGÍA:
El (Oft), el instrumentista y una asistente, reciben al paciente en su área de trabajo expresando amablemente sus nombres y apellidos. Expresan que se sienten complacidos en prestar asistencia médica en su salón de operaciones. Todos en distintos momentos, manifiestan confianza sobre la seguridad del proceder quirúrgico, el que será rápido y con la disposición que mantenga el paciente, se lograrán resultados positivos. El camillero, hombre fuerte apropiado para esos menesteres, con mucha diligencia y cuidado, ayuda a subir al paciente a la alta cama, donde lo acuesta delicadamente; le indica, de ser necesario, el desplazamiento hacia arriba o abajo, para que un soporte existente en la cabecera, pueda acomodar la parte posterior e inferior de la cabeza e inmediatamente coloca encima del cuerpo una tela como cobertor, que permite tolerar el frio ambiental. El paciente debe tomar confianza, perder el miedo y eliminar de su mente preocupaciones propias y externas.
La posición de cubito supino es obligatoria y el cuerpo tiene que permanecer lo más relajado posible, pues así lo indica el instrumentista. Permanecer callado, debe colocar las manos en los laterales de las caderas para una mejor relajación. El paciente le puede pedir al (Oft) que tenga paciencia, pues podía darle una orden de movimiento ocular y quizás podría no escucharlo bien. El (Oft) acostumbrado a situaciones disímiles con pacientes en el salón, contesta que no se preocupe, que si no lo oye hará todo lo posible para que cumpla lo que le indique.
El instrumentista pregunta al paciente si es alérgico al yodo, Procede a limpiar con ese producto antiséptico toda la región orbital, párpado, entrecejo, cejas, la frente, parte anterior de la sien y pómulo de la zona sometida a cirugía. Seguidamente coloca un paño que cubre todo el rostro, a excepción del ojo previsto para la cirugía. Una ligera espera y una luz amarilla, algo pequeña, aparece sobre el ojo del paciente, como si estuviera en lo alto del local. El (Oft) y el instrumentista colocan un separador para inmovilizar los párpados e impedir el pestañeo involuntario. El (Oft) le indica al instrumentista la humectación del ojo con agua destilada y sin percibir el momento, se procede aplicar anestesia sobre toda la córnea del ojo que se intervendrá. Sin realizar movimiento alguno, estuve pendiente a todos los sonidos que surgían alrededor y escuché el funcionamiento de una autoclave que emitía sonidos acompasados suaves, como una pequeña alarma de seguridad, alternando con el sonido que produce la salida de vapor de agua, símil a una cafetera exprés. Esos sonidos me ayudaron, durante todo el proceso de la cirugía, a desconcentrarme de las manipulaciones que el (Oft) estaba ejecutando sobre la zona de intervención. Ese ambiente sonoro suave e intermitente ayuda psicológicamente al paciente a mantenerse relajado.
La intervención quirúrgica continúa su curso, hasta que el (Oft) toma con pinzas la cápsula del opacado cristalino, que al no tener adherencias es fácil su extracción. En este momento, en que se prepara el nuevo lente, tuve expuesto el interior del globo ocular y percibí sensaciones especiales. En épocas ya lejanas, alguien inventó un aparato llamado calidoscopio, símil a un pequeño telescopio o catalejo, que tenía en el interior distintas figuras planas de diversos colores que al mirar por el lente hacia el interior, permitía la percepción de figuras en movimiento. En verdad, el funcionamiento de ese aparato me permite describir lo visto por mí en el interior del ojo, que sería inverosímil para cualquiera, pero lo viví y que ahora explico. La córnea levantada y la ausencia del cristalino, pude observar con la retina, un mundo acuoso en el interior del ojo, con brillantes figuras diamantinas en movimiento constante, como gotas de agua circulares con bordes definidos que chocaban entre sí; otras se montaban, deteniéndose en el espacio brillante y estelar. La iluminación era exquisita, parecía una galaxia de diamantes sin colores primarios ni de sus combinaciones diversas. La luz amarilla que al principio emitía su haz de luz difusa, era un punto, aún del color original, pero como un sol solitario, rodeado de tanto brillo y figuras circulares blancas, muy blancas y cristalinas. Eso me hizo recordar, la frase que el escritor alemán Johann W. Goethe expresó en su lecho de muerte y que los historiadores no pueden afirmar que padeció de cataratas, pero que gritó con fuerza a todos los presentes en el estentóreo momento del último aliento: ¡¡Luz, más luz!!, y después silencio absoluto del creador de la obra Fausto. Esa gran luz es la que se percibe en el salón de cirugía oftalmológica.
El flamante LENTE es extraído de su guacal y se procede a eliminar las sustancias aislantes que lo preserva. Después, es colocado debidamente en posición convexa con respecto a la entrada de luz y el fondo del ojo, y con otras manipulaciones técnicas no descritas, por ser propias del (Oft), se procedió al cierre de la córnea y seguidamente colocaron sobre el ojo operado, un apósito, el que sentí algo húmedo.
El (Oft) me indicó levantarme hacia delante y con su ayuda, me elevó la espalda para situarme en posición de sentado. Está presente el camillero y con la ayuda de todos, me bajaron delicadamente de la alta cama y me colocaron en la silla de ruedas, en la que rápido y no furioso, fui trasladado hacia el salón de recuperación, quedando como un eventual discapacitado, con las sensaciones propias de haber sido manipulado en la zona orbitaria, no teniendo malestar alguno, pero sí algo confundido.
INDICACIONES POST- OPERATORIA:
El (Oft) se presenta momentos después en el Salón Pre-Operatorio (1), portando las recetas médicas para estos casos: colirios de Cloranfenicol y Prednisolona, tabletas de Dipirona, dos pastillas en caso de existir dolor. Extiende el método para la aplicación de los colirios. Puede bajar la cabeza y llevar una vida normal, pero con vigilancia las primeras 24 horas y cuando llegue al domicilio retirar el apósito colocado en el ojo intervenido quirúrgicamente. Tiene consulta externa programada para el día siguiente a la que no puede faltar. Mantener el aseo personal y cuidarse no recibir un golpe en la zona afectada. La alimentación libre e ingerir líquidos de todo tipo, excepto bebidas alcohólicas y sus variantes, lo cual es frecuente su consumo por algunos pacientes masculinos. Entregar la Historia Clínica en la Recepción del CENCO.
LAS PRIMERAS 24 HORAS:
Las primeras horas post-operatorias son extremadamente importantes para el éxito de la cirugía. La habitación destinada al paciente, debe estar limpia; los sistemas de climatización o de ventilación de mesa, deben estar igualmente limpios. Las fundas de las almohadas deben cambiarse diariamente y las sábanas cada dos días.
Es imprescindible la aplicación al paciente de los medicamentos indicados por el (Oft). El paciente que no quiera aplicarse las dosis de los colirios, en las cantidades y horarios expresados en el método del médico, está propenso a infecciones oculares en la zona intervenida quirúrgicamente y por consiguiente se le presentará adversas situaciones que requerirán tratamiento invasivo, con posible deterioro del estado físico del órgano operado y la pérdida de la visión.
Existen, además, los pacientes que son propensos a destruir lo realizado por el (Oft). Muy pocos adultos tienen autodisciplina, pues factores adversos de su personalidad, sin importar la edad, inciden en el descontrol de los reflejos incondicionados, que a consecuencia del dolor o escozor que sienten, se irritan y quieren de todas formas manipular la zona afectada. Algunos se han restregado los ojos con las manos para, supuestamente, calmar la picazón que sienten, lo que ha conllevado a lesiones de la córnea no restablecida, que requiere nueva asistencia y consecuentemente la destrucción del trabajo profesional realizado con esmero por el (Oft).
Más vigilancia al paciente, redundará en beneficios y resultados positivos. El lavado de ojos durante este primer día tiene que realizarse en la misma manera indicada en el punto ASEO PERSONAL.
PRIMERA SALIDA DEL DOMICILIO:
La intolerancia anormal a la luz (fotofobia), se presenta con extrema crueldad y exponerse a los rayos solares, puede afectar sensiblemente la visión. La brillantez ambiental es insoportable, por lo que se requiere el uso inmediato de gafas oscuras para impedir la incidencia de la iluminación solar directa o indirectamente. NO se debe mirar en ningún momento al Sol, ni cristales o espejos que lo reflejen. Mantener la vista hacia abajo y dejarse conducir por el acompañante, para presentarse en el centro hospitalario por citación expresa del (Oft).
El uso de gafas oscuras es de carácter obligatorio y permanente para toda persona operada de cualquier afección oftalmológica.
CONSULTA EXTERNA POST OPERATORIA:
El paciente tiene que presentarse a la mañana siguiente en la consulta externa, donde se encuentra previsto el listado de las personas operadas el día anterior, teniendo prioridad ante el resto de los turnos programados para ese día. El (Oft) revisa a golpe de vista en unos segundos, el estado físico general del paciente, para apreciar su comportamiento post operatorio, si presenta alguna dificultad psicosomática u alguna otra alteración negativa, determina más adelante la realización de un estudio más profundo, pero previo, lo invita a sentarse delante de la lámpara de Gullstrand o de hendidura para apreciar la evolución de la cirugía realizada. De ser positiva la apreciación médica, se le extiende otra consulta para la siguiente semana y se le programará otras revisiones, que irán alejándose en el tiempo progresivamente. En caso de existir en el paciente alguna dificultad física en la zona de cirugía, el (Oft) adoptará las medidas de índole técnica-profesional que proceda, así como la indicación de medicamentos apropiados.
El (Oft) le manifiesta al paciente, que no tendrá visión clara durante varios días, debiendo evitar el acercamiento y exposición visual a luces domésticas brillantes, incluyendo la luz exterior natural, debiendo utilizar gafas oscuras para evitar los golpes de luz intensa que provocan fotofobia y malestar en el ojo operado. El paciente cuando se encuentre en posición acostado, notará la presencia de pequeñas burbujas de aire, las que son absorbidas lentamente por el organismo, de manera que no debe desesperarse y darle tiempo al proceso de recuperación física del órgano operado.
APRECIACIÓN DE COLORES:
Las 12 personas operadas que entrevisté, en distintos tiempos, fundamentalmente del sexo femenino, no me refirieron nada sobre el cambio en la percepción de los colores ambientales. Fue un colega de profesión, que se operó ambos ojos hace pocos años, y que aún no se encuentra amilanado por la edad, quien me expresó que era increíble cómo podía distinguir los colores en las cosas y su luminiscencia cuando los rayos solares inciden sobre ellas.
Pude comprobar, en mi caso, esos particulares. Es más, no recuerdo que en plena adolescencia, tuviera mejor visión para la apreciación de los colores en la forma como los percibo ahora. La nitidez es indescriptible, todo tiene sus contornos bien definidos, desaparece la apariencia mustia, lo empercudido y la suciedad es más visible. El verdor de las plantas con sus matices más claros, son resaltados por el reflejo de los rayos solares. Los vivos y múltiples colores de las flores, son más reales que poéticos, como si estuviera en un jardín de delicias, es más, un verdadero paraíso terrenal. Todo lo verdaderamente blanco resplandece con un tono azulado, por reflejar el cielo en toda su extensión, especialmente en las prendas de vestir blancas. Los colores primarios son más acentuados y sus combinaciones bien definidas y diferenciadas. El cielo es más azul y las nubes parecen motas de algodón, más blancas que grises, y sus contornos irregulares son más distinguibles. Se puede decir, parafraseando una canción del compositor cubano Pablo Milanés que
¨ sus colores llenan ya mi soledad¨.
Lo que me pregunto es lo siguiente: ¿por qué los adultos de la tercera edad operados que entrevisté, fueron tan indiferentes ante la nueva visión de la vida y no fueron capaces de expresar esos sentimientos?. La amargura los envuelve, viven porque tienen que vivir. Carecen de motivaciones que ni siquiera, por el interés denodado y profesional de la oftalmología cubana, que trabaja bajo todo tipo de carencias materiales y técnicas, y con esfuerzo titánico luchan por devolverles la visión y consecuentemente, un cambio de sus vidas, todo ello, no les son suficientes a esas personas. Quiero resaltar que me he referido a las pacientes entrevistadas, pues existirán otros miles operados que están agradecidos por la nueva vida que llevan, algunos de ellos se han reincorporado al trabajo y tienen mayor libertad de movimiento y comunicación social e incluso, algunos pacientes masculinos, refirieron el despertar de otros ¨ intereses sensuales y libidinosos ¨, tema que no quise profundizar, por ser de carácter muy personal.
PACIENTES INCONSCIENTES:
Durante las indagaciones realizadas en la ciudad de Cienfuegos a personas intervenidas quirúrgicamente, además de cataratas, tuve oportunidad de conocer otros casos, que por su importancia deben ser conocidos los acontecimientos que protagonizaron los actores directos y pueda servir de experiencia a otros, para que no repitan las indisciplinas cometidas. Decirle a un paciente recién operado que PUEDE LLEVAR UNA VIDA NORMAL, siempre será interpretado de manera muy personal, pues si el (Oft) no conoce la vida del paciente, éste ejecutará todo lo que en su entorno ha realizado desde antes de la cirugía. ¿Podría imaginarse a un constructor que trabaja con un martillo neumático y se le exprese después de una cirugía que puede hacer una vida normal?. ¿Cuáles serían las consecuencias?. No todas las personas poseen el mínimo nivel de raciocinio y todas piensan diferente sobre conceptos de la vida misma, sin contar aquellos adultos con problemas de conducta, que por razón de su edad, hacen y ejecutan lo que estimen conveniente y les venga en ganas, sobre los cuales explicamos ampliamente en este trabajo.
(Caso 1) – Principio de voluntariedad. Ninguna persona con padecimiento de cataratas u otra afección oftalmológica, se le debe imponer una intervención quirúrgica por iniciativa de familiares. Las afectaciones oculares por accidente ocasional en cualquier persona, reciben asistencia médica por la vía de urgencia y la mayoría de los pacientes de la tercera edad accidentados, permiten ser curados en el centro hospitalario e incluso su posible cirugía rectificadora. Sin embargo, cuando la afección es interna por deterioro físico de la visión, sólo el paciente decidirá con su presencia en consulta, si quiere ser intervenido quirúrgicamente o no. Conocí de un paciente con preparación profesional, al que sus familiares lo acosaban constantemente para citas de cirugía, pero él las evadía una y otra vez, aduciendo compromisos de trabajo ineludibles, hasta que fue conducido al CENCO de forma obligada, pero insistió a sus familiares que tenía que cumplir compromisos fuera de la ciudad y aunque estuviera con un apósito en el ojo, él cumpliría con su trabajo. Los familiares reaccionaron contra ese voluntarismo y consecuentemente, el paciente se alteró y a pesar del éxito quirúrgico por carnosidad intraocular y transitar positivamente por el proceso operatorio, al segundo día de la cirugía, aún en recuperación física en su domicilio, se le presentó un accidente cerebro vascular, teniendo que ser trasladado con urgencia a terapia intermedia en el propio centro hospitalario, pues al parecer, mantenía fijación mental porque no cumpliría su compromiso de trabajo y como consecuencia se le elevó la presión arterial. Las afectaciones fueron obvias. Teniendo suficiente capacidad física, no pudo continuar su vida laboral activa. Ahora, se encuentra con limitaciones motoras y dificultades en el habla, mantiene una vida apacible y sin compromiso alguno. Este tipo de paciente renuente a la cirugía, se puede presentar en el quirófano, sin que tenga descompasada la presión arterial, pero el stress emocional acumulado es proclive a una exacerbación súbita (paroxismo) que puede comprometer el acto quirúrgico.
(Caso 2) – La costumbre es más fuerte, pero hace daño. Paciente que tenía la satisfacción personal de observar la caída de la tarde por el oeste, previo al atardecer, desde la terraza de su casa, en el barrio La Juanita, en esta ciudad. Siempre miraba el Sol, hasta que desaparecía en el horizonte. Ese hábito era sagrado para él, como si fuera un antiguo sacerdote egipcio devoto del Dios Ra. Operado de carnosidad intraocular con resultados positivos, tuvo la osadía de mantener esa dañina costumbre de observación solar y todavía en proceso de recuperación quirúrgica, sin protección alguna, mantuvo fijación visual al astro rey durante varios días. La culpa, dice ahora, es de la (Oft) que le dijo que podía hacer vida normal y para él lo más normal era su perniciosa y mala costumbre de astrónomo aficionado. Está ciego del ojo derecho.
(Caso 3) – La costumbre de trabajo en el campo. Paciente operado de carnosidad intraocular. El (Oft) le expresó que podía realizar su vida normal. Desde el portal de su casa en Palmira, observó la necesidad de arar su conuco y en los últimos días de la semana de recuperación quirúrgica, enyuntó sus bueyes que pesan más de mil libras y a surcar la sagrada tierra. No lo entrevisté personalmente, pero me informaron que perdió la visión por desprendimiento de la córnea a consecuencia del esfuerzo físico realizado. Caso similar, campesino de Trinidad, que pasó su proceso de recuperación quirúrgica en domicilio familiar en Cienfuegos, después de operación bilateral por carnosidad que le realizaron en La Habana, se retiró para su municipio de origen y al igual que anterior, procedió arar la tierra. Actualmente está ciego.
(Caso 4) La costumbre de socializar. Paciente operado de cataratas. Su afición a las discusiones bizantinas y beligerantes sobre beisbol que se generan en la esquina caliente de Prado y San Carlos, en esta ciudad, le es imprescindible para su satisfacción personal; es como descargar grandes dosis de adrenalina, sin destino particular. Durante los procesos de recuperación quirúrgica, ocurridos en dos tiempos distintos, por cirugía de cataratas bilateral, se aplicaba cabalmente las dosis de colirios indicados por el (Oft), pero con la diferencia, que lo hacía sentado en el quicio existente al lado del Teatro Guiñol y mientras recibía su dosis medicamentosa, también recibía chorros de gases contaminantes con combustible quemado, provenientes de los tubos de escape de los vehículos que circulaban por delante de él. Resultado, padece de irritación ocular constante y en ambos ojos. Ha tenido conjuntivitis en una u otra ocasión. Ahora depende absolutamente de los medicamentos que el (Oft) le indica, y el facultativo es desconocedor de la práctica negativa habitual de su paciente quien persiste en ello.
(Caso 5) La costumbre de ser el duro. Paciente operado de miopía. Su carácter machista e impulsivo no le permitía aguantar el escozor que sentía en la región orbitaria después de la intervención quirúrgica, porque él es un hombre a todo. Procedió entonces a rascarse con fuerza el ojo operado para su satisfacción personal, sin importarle un comino el trabajo profesional que le realizó el (Oft). Desprendimiento de córnea y larga recuperación con medicamentos, que tuvo que importar desde el exterior, fueron los resultados.
(Caso 6) El cuentapropista advenedizo: Paciente masculino arribado a la séptima década de vida y jubilado en fecha posterior al cambio de siglo. Constitución física delgada, con piel muy blanca y de ojos azules. Operado con éxito de cataratas. Terminado el proceso de recuperación quirúrgica, decidió ser cuentapropista como vendedor de pan ambulante en bicicleta. Varios días de trabajo bajo fuertes rayos solares que incidieron negativamente en sus ojos. No utilizaba gafas oscuras protectoras. Visita al (Oft), se le detectó máculas en la retina que le impide tener visión diáfana, como originalmente tuvo después de la cirugía. En la actualidad no sale de su casa.
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