- María madre de Jesús
- Situación social de la mujer judía en tiempos de Jesús
- José de Nazaret padre de Jesús
- Hermanos y hermanas de Jesús
- José de Arimatea
- María Magdalena
- Fuentes
Para adelantar cualquier investigación bibliográfica se debe preferir los textos históricos a los textos religiosos. Los textos históricos serán siempre más fiables que los religiosos porque no están deformados por la fe y el afán proselitista. Cuando sobre un tema existe y sólo se usa información religiosa es conveniente advertirlo.
María madre de Jesús
El evangelio según Lucas es el que más datos da sobre María: la Anunciación, la Visita a Isabel, el Nacimiento de Jesús, la Presentación de Jesús y la pérdida de Jesús y su hallazgo en el templo. En el evangelio según Juan, Jesús hace su primer milagro a petición de ella, en Caná. Y en la cruz, la entrega como madre al discípulo amado, y él es entregado a María como hijo. La tradición cristiana ha considerado a Joaquín y Ana como los progenitores de María. No se tiene seguridad de si María tuvo hermanas. Los evangelios de Juan y Mateo mencionan a una hermana, María de Cleofás, esposa de Cleofás, hermano de José. La mayoría de las confesiones protestantes, con excepciones entre los luteranos, dicen que María, después de la concepción virginal, tuvo otros hijos
Los evangelios hacen aparecer a María como prometida de José de Nazaret cuando narran la concepción de Jesús. Según la tradición judía de aquel momento, los jóvenes varones se desposaban entre los dieciocho y veinticuatro años, mientras que las jóvenes mujeres a partir de los doce años. El matrimonio judío tenía dos momentos, desposorio y matrimonio propiamente dicho: el primero era celebrado en la casa de la novia y traía consigo acuerdos y obligaciones, aunque la vida en común era posterior. Si la novia no había estado casada antes se esperaba un año después del desposorio para llegar a la segunda parte, el matrimonio propiamente dicho, donde el novio llevaba solemnemente a la novia desde la casa de sus padres a la de él.
Desde el momento de la Anunciación comienza María una secuencia de riesgos y de inseguridades señalada por los evangelios de Lucas y de Mateo:
– La incertidumbre de su prometido José, y su intención de repudiarla en secreto para no ponerla en evidencia, sin embargo José decide coparticipar de los riesgos que se presentan en la vida de María.
– Emprender la travesía con José, desde Nazaret en Galilea hasta Belén en Judea, ante un edicto de César Augusto que ordena un censo, cuando ella estaba por dar a luz.
– Como no hubo sitio para hospedarse en el pueblo, tuvo que dar a luz en una pesebrera..
– La pérdida y búsqueda de su hijo en el Templo durante tres días, con motivo de la presentación de Jesús, para dar cumplimiento a la ley que ordenaba que todo varón primogénito debía de ser consagrado al Señor.
– Un hombre justo y piadoso llamado Simeón, dijo a María: ¡una espada te atravesará el alma!
– La huída con José y el niño a Egipto y su permanencia allí hasta la muerte de Herodes. Debido a la matanza de los niños de Belén y toda su comarca ordenada por Herodes
– A su regreso el retiro clandestino a Nazaret de Galilea, con José y el niño, porque Arquelao hijo de Herodes reinaba en Judea.
– La respuesta de Jesús a la voz entre la muchedumbre que exclamó: Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron, a lo que respondió: Dichosos más bien los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.
– En la cruz María el llamado por Jesús "Mujer", y la encomienda de que sea "Madre" del discípulo Juan que está con ella.
Situación social de la mujer judía en tiempos de Jesús
El papel de la mujer en el mundo oriental de aquella época y en particular en Israel era mucho más oprobioso de lo que hoy se puede pensar. El desprecio de los hombres de aquellos días por sus mujeres era algo que hoy resulta difícil de comprender:
– Cuando la mujer judía salía de su casa, no importaba para qué, tenía que llevar siempre la cara cubierta con un tocado.
– La mujer que salía de su casa sin llevar la cabeza cubierta ofendía hasta tal punto las buenas costumbres, que su marido tenía el derecho y hasta el deber de despedirla, sin estar obligado a pagarle la suma estipulada para el caso de divorcio. Sólo el día de la boda, y si la mujer era virgen y no viuda, podía aparecer en el cortejo con la cabeza descubierta.
– Según las reglas judaicas de entonces era preferible no hablar con las mujeres en público para el bien del alma. Prohibían, incluso, encontrarse a solas con una hebrea, y mirar a una casada, o saludarla. Era un deshonor para un alumno de los escribas hablar con una mujer en la calle. La judía que se entretenía con todo el mundo en la calle o que hilaba a la puerta de su casa podía ser repudiada, sin recibir el pago estipulado en el contrato matrimonial.
– Estas reglas eran tenidas muy en cuenta entre los más puritanos, especialmente los fariseos. Sin embargo dos veces al año, el 15 de abril y el día de la expiación, había danzas en las viñas de los campos, y las muchachas podían descubrir sus cabezas ante los jóvenes.
En las familias populares, tampoco se cumplía tan rigurosamente la costumbre de taparse la cabeza porque razones económicas lo impedían: la mujer tenía que ayudar a su marido muchas veces en el trabajo, ir a la fuente por agua, unirse al trabajo de los hombres en el campo, vender productos de la cosecha, etc.
– La situación de la mujer en la casa no mejoraba. Las hijas debían ceder siempre los primeros puestos, e incluso el paso por las puertas, a los muchachos. Su formación se limitaba estrictamente a las labores domésticas, así como a coser y tejer. Tenían que cuidar de los hermanos más pequeños y, respecto del padre, tenían la obligación de alimentarlo, darle de beber, vestirlo, cubrirlo, ayudarlo en sus desplazamientos cuando era anciano, lavarle la cara, las manos y los pies. Sus derechos, en lo que se refiere a la herencia, no estaban en igualdad de condiciones con los de los varones.
– La sociedad judía de aquel tiempo distinguía tres edades: la menor hasta la edad de doce años, la joven hasta los doce años y la mayor después de los doce. Hasta esta última edad, el cabeza de la familia tenía toda la potestad, las hijas:
no tenían derecho a poseer absolutamente nada: ni el fruto de su trabajo ni lo que pudiese encontrar, por ejemplo, en la calle. Todo era del padre.
no podía rechazar un matrimonio impuesto por el padre. El padre podía vender a su hija como esclava, siempre que no hubiera cumplido los doce años.
Los esponsales solían celebrarse muy temprano. Al año de ser mayor, la hija celebraba la boda, y pasaba entonces de la potestad del padre a la del marido.
Después del contrato de compra-venta, pues eso era en realidad la ceremonia de esponsales y matrimonio, la mujer iba a vivir a la casa del esposo. Esto, generalmente, ocasionaba enfrentamiento con las familias polígamas, ya posesionadas, a la recién llegada, a la que casi siempre se manifestaba una abierta hostilidad.
– La diferencia entre la esposa y la esclava o una concubina era que aquella disponía de un contrato matrimonial y las últimas no. A cambio de muy pocos derechos, la esposa se encontraba cargada de deberes: tenía que moler el grano, coser, lavar, cocinar, amamantar a los niños, hacer la cama del marido y, en compensación por su sustento, hilar y tejer. Otros añadían incluso a estas obligaciones las de lavar la cara, manos y pies, y preparar la copa del marido. En caso de peligro de muerte, había que salvar antes al marido.
– Al estar permitida la poligamia, la esposa tenía que soportar la presencia y las constantes afrentas de o de las concubinas. Pero la poligamia sólo podía ser asumida por la gente pudiente y no era habitual.
– En cuanto al divorcio, que estaba admitido según la Ley mosaica, el derecho estaba única y exclusivamente de parte del marido. Sólo él podía iniciar el trámite. Esto daba lugar, lógicamente, a constantes abusos.
– Había dos factores que tenían especial importancia para la vida conyugal de la mujer: encontrar apoyo en sus parientes de sangre, especialmente en sus hermanos; por otra parte, tener niños, especialmente varones. La carencia de hijos era considerada como una gran desgracia, incluso como un castigo divino. La mujer, al ser madre de un hijo varón daba a su marido el regalo más precioso.
– La mujer viuda quedaba vinculada a su marido cuando éste moría sin hijos. En este caso debía esperar, que el hermano o los hermanos de su difunto marido contrajesen con ella matrimonio levirático o manifestasen su negativa, sin la cual no podía ella volver a casarse.
– Desde el punto de vista religioso, la mujer israelita se veía sometida a todas las prescripciones de la Torá y al rigor de las leyes civiles y penales, incluida la pena de muerte, y no tenía acceso a ningún tipo de enseñanza religiosa. Una sentencia del Rabí Eliezer, por ejemplo, decía que "quien enseña la Torá a su hija, le enseña el libertinaje", y otra decía: "Vale más quemar la Torá que transmitirla a las mujeres".
– Los derechos religiosos de las mujeres, lo mismo que los deberes, estaban limitados:
Las mujeres sólo podían entrar en el templo al atrio de los gentiles y al de las mujeres.
Durante los días de la purificación mensual y durante un período de 40 días después del nacimiento de un varón y 80 del de una niña no podían entrar siquiera al atrio de los gentiles.
Durante este período se consideraba a las mujeres fuentes de impureza y debían mantenerse alejadas de los lugares de culto.
Las mujeres podían entrar en la parte de la sinagoga utilizada para el culto; pero había unas barreras y un enrejado que separaban el lugar destinado a las mujeres. Más tarde se llegó incluso a construir para ellas una entrada particular. En el servicio litúrgico, las mujeres se limitaban únicamente a escuchar. No podían hacer la lectura porque era rarísimo que supieran leer y mucho menos se esperaba de ellas que pudieran hacer una enseñanza pública.
La mujer no pronunciar la bendición tras la comida y tampoco tenía el derecho a prestar testimonio en un juicio. Sencillamente, era considerada mentirosa por naturaleza.
Para concluir, era muy significativo que el nacimiento de un varón era motivo de alegría, y el de una niña se veía acompañado de la indiferencia, e incluso de la tristeza. Los escritos rabínicos llegaban a proclamar: "¡Desdichado de aquel cuyos hijos son niñas!".
Teniendo en cuenta la situación de la mujer, en aquel tiempo, se puede valorar en su justa medida el valor de Jesús para rodease también de mujeres, conversar tan libremente con ellas como con los hombres, e infundir esos nuevos pensamientos y sentimientos en la mente de los hombres que le conocían. En una acción inédita para la época, llegó hasta a nombrar a un grupo de mujeres como predicadoras. Esta actitud ocasionó a Jesús críticas y rechazos y los primeros cristianos no tardaron en silenciar estas posturas.
José de Nazaret padre de Jesús
Al decir José de Nazaret se está indicando que José había nacido en Nazaret. Los padres de José fueron Santiago y Juana. José tenía un primo hermano, de nombre Cleofás, que fue padre de Santiago el Menor, José Barsabás, Simón El Celote, Judas Tadeo, Lidia y Lisia, todo ellos conocidos como hermanos de Jesús.
José de Nazaret fue según diversos textos cristianos, el esposo de María, la madre de Jesús de Nazaret y, por tanto, padre terrenal de Jesús. De oficio artesano carpintero, profesión que habría enseñado a su hijo. De condición humilde, aunque perteneciente a la estirpe del rey David. Se acepta que murió cuando Jesucristo tenía ya más de 12 años pero antes del inicio de su predicación. No se menciona a José de Nazaret en los Evangelios durante el ministerio público de Jesús. Las Escrituras señalan a José como justo, lo que implica su fidelidad a la Ley.
El evangelio de Mateo muestra parte del drama que vivió José de Nazaret al saber que María estaba embarazada. Iba a repudiarla, en secreto porque no quería que fuera apedreada según lo dispuesto en la Ley. Luego, antes que Herodes el Grande ordenara matar a los niños menores de dos años de Belén y de toda la comarca, José con el niño Jesús y su madre y huyó a Egipto. Al morir Herodes, José con el niño y su madre regresó a Nazaret, que había sido el lugar de residencia de María, desposada con José, cuando acaeció la concepción.
Posible padre carnal de Jesús. Durante las colonizaciones griegas y romanas las mujeres de los pueblos y campos colonizados se consideraban prácticamente como botín de guerra para los soldados colonizadores. En base de esta costumbre un historiador pagano Celso sugiere que probablemente el padre de Jesús fue un soldado romano llamado Pantera.
Celso, fue un intelectual pagano, filósofo griego que sobre el año 178 publicó su obra "El discurso verdadero" o "Sobre la verdadera doctrina". Celso, aunque su nombre es romano, escribió su obra en griego y conocía muy bien las obras de Platón. El trabajo de Celso destaca sobre otros autores paganos por su gran ilustración, pues había leído los Libros del Antiguo Testamento, los evangelios de Mateo, Lucas y Marcos, así como las Epístolas de Pablo. También conoce de la existencia del evangelio de Juan y apócrifos. Sabe de las principales disputas entre judíos y cristianos y desde luego conoce a la perfección las diferencias entre cristianos y paganos. Viajó a Egipto y Palestina, y ello sin duda alguna, condicionó también el contenido de su obra.
Celso conocía bien las obras de Homero, y otros autores de la literatura clásica tanto romanos como griegos. Su ataque contra el cristianismo es serio, metódico, mostrándose bien informado y haciendo un alegato final a favor del Imperio Romano.
El filósofo griego trató numerosos puntos del cristianismo y de las escrituras. El rechazo a la virginidad de María puede leerse del siguiente párrafo: para acallar los rumores acerca de las verdaderas circunstancias de su origen, se inventó el nacimiento de Jesús de una virgen, en una aldea judaica Belén, la ciudad de David, y de una mujer lugareña y mísera que se ganaba la vida hilando; mujer que en realidad era una convicta de adulterio, echada de casa por su marido, carpintero de oficio. Tras quedar preñada de un soldado romano llamado Pantera, anduvo ignominiosamente errante y, a la sombra de un tejado, dio a luz a Jesús. En cuanto a Jesús, apremiado por la necesidad, se fue a trabajar de jornalero a Egipto, y allí se ejercitó en ciertas habilidades de magia y hechicería; vuelto a su patria, hizo alarde de esas mismas habilidades, y por ellas se proclamó a sí mismo Dios, (Cels. Ap Oríg. Lib. 1. nn, 28.32).
Por extraño que parezca la acusación de Celso probablemente se fundamenta indirectamente en el Evangelio de Mateo el cual había leído.
Lo cierto es que Mateo es el primero que plantea la cuestión del adulterio. En Mateo 1:18-25 puede leerse: El origen de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, que era justo, pero no quería infamarla, resolvió repudiarla en privado.
José de Nazaret padre de Jesús.
Hermanos y hermanas de Jesús
Según la Biblia, Santiago (o Jacobo), que escribió el libro del mismo nombre, que se encuentra en el Nuevo Testamento, era hermano de Jesucristo. Marcos 6:2-3 dice: "Y llegado el día de reposo, comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, se admiraban, y decían: ¿De dónde tiene éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es esta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son hechos? ¿No es este el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón?¿No están también aquí con nosotros sus hermanas?" Evidentemente después del nacimiento virginal de Jesús, José y María tuvieron sus propios hijos e hijas: El apóstol Pablo se refiere también a Jacobo, como el hermano de Jesús, en Gálatas 1:19: "Pero no vi a ningún otro, sino a Jacobo el hermano del Señor."
En los evangelios y en otros libros del Nuevo testamento, se mencionan los nombres de los cuatro hermanos varones de Jesús y la existencia de dos hermanas: José Barsabás, Simón El Celote, Judas Tadeo, Lidia y Lisia,
La mayoría de las confesiones protestantes afirman, basadas en textos bíblicos, que María fuera de Jesús tuvo otros hijos.
Jesús fue judío. Jesús nació como judío de padre y madre judíos, fue circuncidado como judío, presentado en el Templo de Jerusalén como judío, predicador judío, todos sus discípulos fueron judíos y murió como judío. De los 27 libros del Nuevo Testamento 25 fueron escritos por judíos.
José de Arimatea
José de Arimatea fue hermano menor de Joaquín, padre de María, o sea, tío-abuelo de Jesús. Se convirtió en tutor del nazareno después de la temprana muerte de José, el esposo de María.
Miembro del Sanedrín, del tribunal supremo de los judíos, y decurión del Imperio Romano, una especie de ministro, encargado de las explotaciones de plomo y estaño.
Los cuatro evangelistas coinciden en contar el mismo episodio donde intervino José de Arimatea. Cuando Jesús murió en la cruz, los apóstoles se dispersaron, pero José de Arimatea solicitó al procurador romano Poncio Pilatos que le permitiera dar sepultura al cuerpo de Jesús. Con la ayuda de Nicodemo, desclavaron el cuerpo de la cruz y lo sepultaron en la propia tumba de José de Arimatea, excavada en una roca, donde ahora se encuentra la basílica del Santo Sepulcro. Lo envolvieron en lienzos de lino y lo colocaron en la tumba con una gran piedra en la entrada.
María Magdalena
María Magdalena fue una mujer que acompañó a Jesús antes, durante, y después de la crucifixión. Es mencionada como una distinguida discípula, como el discípulo amado de Jesús de Nazaret. Su nombre hace referencia a su lugar de procedencia Magdala, localidad situada en Galilea en la costa occidental de lago de Tiberíades.
Según Lucas María Magdalena alojó y proveyó materialmente a Jesús y sus discípulos durante su predicación en Galilea.
En el evangelio apócrifo de Felipe se considera la compañera o esposa de Jesús.
Del evangelio de María Magdalena, se conservan sólo dos fragmentos griegos del siglo III y otro, más extensos, en copto, del siglo V.
Según la tradición ortodoxa, María Magdalena se retiró a Éfeso con la Virgen María y el apóstol Juan, y murió allí. En 886 sus reliquias fueron trasladadas a Constantinopla, donde se conservan en la actualidad.
Según una tradición del mundo católico María Magdalena, María de Betania, su hermano Lázaro y Maximino, uno de los setenta y dos discípulos de Jesús, así como algunos compañeros, viajaron en barca por el Mar Mediterráneo huyendo de las persecuciones en Tierra Santa y desembarcaron finalmente en el lugar llamado Saintes Maries de la Mer, cerca de Arlés. Posteriormente, María Magdalena viajó hasta Marsella, desde donde emprendió, supuestamente, la evangelización de Provenza. Su cuerpo fue sepultado en un oratorio construido por Maximino en Villa Lata, conocido desde entonces como St. Maximin.
Esposa de Jesús. Algunos autores recientes han puesto en circulación una hipótesis según la cual María Magdalena habría sido la esposa, o la compañera sentimental, de Jesús de Nazaret.
Los partidarios de esta idea, se apoyan en tres argumentos:
1. En varios textos gnósticos, como el evangelio de Felipe, se muestra que Jesús tenía con María Magdalena una relación de mayor cercanía que con el resto de sus discípulos, incluidos los apóstoles. En concreto, el evangelio de Felipe habla de María Magdalena como "compañera" de Jesús.
2. En los evangelios canónicos María Magdalena, después de la madre de Jesús es la mujer que más veces aparece junto a Jesús, y como seguidora cercana de Jesús. Su presencia en los momentos cruciales de la muerte y resurrección de Jesús puede sugerir que estaba ligada a él por lazos conyugales.
3. Otro argumento que esgrimen los defensores de la teoría del matrimonio entre Jesús y María Magdalena es que en la Palestina de la época era raro que un varón judío de la edad de Jesús (unos treinta años) permaneciese soltero, especialmente si se dedicaba a enseñar como rabino. Sin embargo, además de Jesús, está atestiguada la existencia de maestros religiosos solteros, en los círculos esenios, como Juan el Bautista y Pablo de Tarso.
Autora de un Evangelio. Leonardo Da Vinci y Ramón K. Jusino han propuesto la teoría de que María Magdalena pudo ser el discípulo amado Jesús, que se presenta como autor del evangelio de Juan y que es tradicionalmente identificado con el apóstol Juan. Jusino se basa en el hecho de que en varios textos apócrifos, se dice que hubo una relación de especial cercanía entre Jesús y María Magdalena.
Fuentes
Wikipedia.
http://buscandoajesus.files.wordpress.com/2009/04/mujer.pdf
http://centros4.pntic.mec.es/~praxedes/filosofia/filosofia_2/unidad_03_cristianismo_filosofia.pdf
Autor:
Rafael Bolívar Grimaldos.