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Las minas de la buena señora en el valle de Petáquire, Carayaca (Venezuela) (página 4)

Enviado por León Morales


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  • La gran tragedia de siempre, ya que sobrevino el exterminio de muchos poblados de la Gran Confederación de Los Taramaquas o Tarmas (Taramas), donde sucumbieron los Mariches, Teques, Cumanagotos, Tacariguas, Quiriquires, Arahuacos, entre otros. Hay que imaginarse como esos capitanes echaron tantas bromas a los indígenas, que tuvieron que ser expulsados de las villas de El Collado en el litoral central y de San Francisco en el valle de Los Caracas en 1.560. Me refiero a Francisco Fajardo y a Pedro Miranda.

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Vieja Jefatura Civil de Carayaca en 1.938

La difunta señora Amada Yépez Pedrón, quien fue por muchos años dirigente de Copey en el pueblo de San José de Carayaca y se desempeñó como Secretaria de la Jefatura Civil, sobre esas tierras que tienen que ver con Las Minas de Oro de Guaicaipuro en La Laguneta de Petáquire, nos señaló en el año 2.006, que hubo una familia liderada por el maquiavélico General Narciso Ramírez, quienes fueron unos hermanos criminales en potencia y anduvieron echando vainas en la zona fría de Carayaca, en los tiempos de las guerras civiles de finales del siglo XIX y en los primeros años del siglo XX. Siendo estas sus palabras en esa oportunidad:

– En verdad, el General Narciso Ramírez no es que era malo del todo; lo que pasaba era que él no se dejaba apilatar con nadie, y si veía a alguien tratando de meterse con una persona más débil, entonces salía en su defensa, y lo más seguro es que le diese muerte a la persona que andaba buscando líos. Por allá en donde están Las Minas de Petáquire dejaron un cementerio, de tanta gente que mataron.

¿O es que acaso esa misma vaina no sucedió en ese lugar con el Grupo "Gato" del CPTJ en tiempos del primer gobierno del Presidente Carlos Andrés Pérez Rodríguez?

La verdad es que viendo en estos tiempos, en que han sobrevenido los gobiernos del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías y Nicolás Maduro Moros, yo recuerdo que trabajando en el Programa "Historias Locales", en el canal televisivo Visión Venezolana (VIVE), nosotros hicimos una realización sobre el pueblo de Caraballeda en 2.007. Donde pudimos precisar que en un colegio privado regentado por unas religiosas en esa parroquia del Edo. Vargas, nos encontramos con un inmenso cuadro de La Virgen de Las Mercedes, que fue pintado en la época colonial y perteneció al Convento de La Merced, que existió donde justamente está levantado el busto del Capitán Francisco Fajardo.

Las personas del lugar, nos comentaron que cuando echaron a pique las estatuas del Almirante Cristóbal Colón en Caracas, también trataron de hacerlo con la estatua de Fajardo en Caraballeda, a las doce de la noche, en donde le colocaron una guaya y la jalaron con un vehículo, pero del fondo del piso salió un tremendo y tétrico gemido, como si hubiese salido de ultratumba, que le dio un inmenso miedo a quienes hicieron esas cosas. La estatua no se movió por nada del mundo, indicando que ese personaje como que tuvo pacto con el mismísimo demonio.

Por estas tierras tarmeñas se aparecieron en son de conquista los capitanes y adelantados Cristóbal Cobos y Antonio Acosta, bajo las órdenes del parricida Capitán Diego de Losada, quién conquistó el valle de Los Caracas, en tiempos del sifilítico Rey Felipe II. Ese asesino extremeño fue quien mató al guerrero tarmeño Chaima, Señor de las aldeas de Los Taramaquas o Tarmas de las rancherías de Guaca y Las Adjuntas.

Sus secuaces portando reales cédulas y títulos de encomenderos y repartidores de tierras, se convirtieron en unos vulgares "beneméritos ladrones de las tierras de los aborígenes en nuestras antiguas posesiones". Los dopootos o jefes de la Gran Confederación de Los Taramaquas o Tarmas enfrentaron con heroísmo a las avanzadas de aquel otrora Rey español, en nuestras tierras caribeñas, en pleno centro de la Civilización KATUGUA, donde se destacaron los siguientes jefes tarmeños:

Charaima, Catia, Amanaure, Paramaconi, Mayupán, Guariquimare (Guaricuay), Sepe, Carapaica, Poro, Guareguare, Parmanacay, Aramaypuro, Urimare (guerrera), Chaima, Araguayre, Prepocumate, Guanauguta, Querequemare, Mamacuri, Francisco Tarma y Juan Araguaytán, entre otros y otras.

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Muerte de Guaicaipuro o "Púa Ardiente"

¿Qué nos puede contar señor Ángel Herrera Guevara, sobre esas incursiones españolas a Las Minas de Guaicaipuro?

– Uno de esos terribles bandidos, fue el Capitán Juan Rodríguez Suárez, quien jodió a esos indios andinos cristianizando una aldea de los TimotesCuicas que llamó Santiago de Los Caballeros de Mérida, preciosamente en el año 1.560. ese gran carajo avanzó hacia el centro de la Provincia de Venezuela y logró meterse por el Rio San Pedro del Guayro (Los Altos), cerca de la aldea tarmeña de Los Teques. Allí fue cuando ese asesino se apoderó de las minas que habían cerca de Los Teques, Carrizal y las de Petáquire.

Ese hombre fue liquidado por el propio Jefe Guaicaipuro, ya que se enfrentaron en varios combates. Esa vaina se dio cuando "Púa Ardiente" atacó las minas de su propiedad y mató a todos esos grandes carajos que estaban allí explotando esos lugares, dándoles muerte a los hijos del Capitán Juan Rodríguez Suárez.

Hay que imaginarse la cantidad de aborígenes que fueron esclavizados por esos bastardos españoles para explotar esas minas, donde tuvieron que combatir importantes jefes indígenas como Yoraco. La muerte del adelantado Juan Rodríguez Suarez puso en estado de alerta a los jefes Catia y Paramaconi (Padre del Caimán), ambos señores de las tierras de Carayaca, Caracas y Catia de La Mar, abarcando toda el abra de Catia en las riberas del Río Tacaguaricane (Tacagua), en honor a un sobrino de Guaicaipuro. Así fue como demolieron esas rancherías que habían formado en la Villa de San Francisco (Caracas). Saliéndoles al paso a esos forajidos hispánicos y lusitanos por las montañas de Los Teques, nada más y nada menos que el valeroso y temible Jefe Terepaima.

¿Cuándo es que aparece en escena en Cacique Guaicaipuro, Dr. Alfonzo Vaz?

  • El Jefe Guaicaipuro nació aproximadamente en 1.530 y murió en 1.568. Eso nos indica que luchó por varios años en contra de esos invasores hispánicos. La muerte de Guaicaipuro fue a causa de la traición de uno de sus guerreros, cuando se encontraba reunido con 23 jefes de su entera confianza, en las cercanías de la aldea de Paracotos, en donde fue sorprendido por el Capitán Francisco Infante, quien le dio muerte.

Por otro lado, el Jefe Paramaconi fue derrotado en combate por el Capitán Garcí González de Silva, quien lo cristianizó y lo casó con una de sus hermanas, contribuyendo dicho guerrero de los Taramaquas o Taramaynas (Taramas-Tarmas), en traducir el "Padre Nuestro" de su lengua original, a la lengua castellana del siglo XVI, en donde se observan claros vocablos que aún persisten en la legua de los Kari´ñas de nuestro tiempo, tanto en las regiones de los estados Bolívar, Anzoátegui, Monagas y Sucre, como en la Guayana holandesa, descendientes directos de aquellas castas de guerreros quienes fueron los que más armas hicieron en contra de esos invasores enviados por los asesinos de la Casa de Habsburgo, que gobernaron a España, después de los viajes geográficos.

Yo recuerdo que en esa ocasión les conté estas palabras a tan eminentes venezolanos, sobre Las Minas de Guaicaipuro:

  • Yo estudié 4º grado en La Escuela Granja Experimental de Carrizal en 1.961. Ese instituto era un internado que fue una casa de un viejo militar perejimenista, la cual fue cedida por el gobierno del Presidente Rómulo Betancourt, para formar niños y jóvenes, que se capacitaran en las manualidades, agricultura y ganadería, desde la primera escuela y dentro del modelo de la escuela Simplificada alemana de 11 años de estudios, como lo estableció el francmasón y maestro Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa en su Proyecto Educativo denominado "El Estado Docente" en 1.937, quien de paso fue iniciado en la francmasonería en la Respetable Logia Simbólica "Dios y Patria" Nº 67, en el pueblo de Tumeremo, Municipio Sifontes del Edo. Bolívar, habiendo sido Secretario de la misma, y en donde logró alcanzar el Grado 9º o "Maestro Elegido de los 9".

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Logia "Dios y Patria" Nº 67

El orejón Prieto Figueroa en una oportunidad, nos dijo estas palabras en el Auditórium del Liceo "Fermín Toro", en la Caracas de 1.984:

– Un buen profesor universitario, es aquel que ha sido maestro en la instrucción primaria, bien sea en la urbana, como en la rural, y tiene que ser egresado de una de nuestras escuelas normales, cuya misión es contribuir en formar el carácter en sus educandos y de conminarlos hacia donde debe formarse en la educación secundaria.

Luego ese preceptor público debe con los años, ser un verdadero pedagogo formado en un Instituto Pedagógico para dar clases en bachillerato, tanto en las ramas de las humanidades, como en las ciencias o en el mundo de las escuelas técnicas, y su más grande aval tiene que ser el de investigador. Una vez que ha alcanzado esa fase dentro del ámbito de la educación, es cuando debe formarse para ser profesor universitario, y yo les auguro que quien pase por esos estadios de la enseñanza, tiene que ser un buen profesional de la educación.

Luego entre los presentes, el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, le hizo la siguiente pregunta al profesor Aristóbulo Isturíz Almeida: – ¿De qué eres tú profesor, Aristóbulo?

Aristóbulo Isturíz Almeida se desempeñaba en esos días como directivo de SumaMagisterio en Caracas, quien le respondió con estas palabras, a tan brillante educador margariteño: – "… Yo soy profesor de historia, maestro Prieto…".

El maestro Prieto Figueroa, lo abordó con estas palabras:

  • Entonces, tú eres un mal profesor de historia; porque un profesor de historia, tiene que ser profesor de geografía, porque los hechos históricos se dan en espacios geográficos, cuyo sujeto histórico es el ser humano.

Retomando nuevamente las conversaciones con el Dr. Carlos Alfonzo Vaz, sobre La Minas de Guaicaipuro, y dándole a conocer el tiempo en que estuve estudiando en Carrizal, le seguí conversando sobre lo siguiente:

  • El Director de la Escuela Granja Experimental de Carrizal en esa época, fue el Prof. Gustavo Adolfo Jaime, y en algunas ocasiones un grupo pequeño de alumnos que estudiábamos en dicho instituto escolar, nos jubilábamos para ir a comprar pan-proote, en una zona donde lo hacían en el viejo camino que nos conducía a las Cuevas de Guaicaipuro, en esa zona fría y montañosa de los altos mirandinos.

Esa fue la escuela modelo y piloto para formar a nuestros niños y jóvenes en el arte del trabajo agrícola y pecuario en Venezuela, en donde muchos de nosotros salimos bien formados y preparados en el trabajo, para luego ingresar en las escuelas técnicas industriales o de prácticos cacaoteros, cafetaleros o pesqueros. Sin obviarse a las escuelas de peritos agropecuarios que fueron diseminadas por toda nuestra amplia geografía nacional.

Las mismas se unían a las escuelas de artes y oficios, al INCE y a los institutos que formaban peritos y técnicos en bachillerato comercial en seis años, como fue el caso del Licenciado "Aranda" en la Calle "Los Baños" en Maiquetía o la Escuela Técnica Industrial de Los Teques o la de Los Chaguaramos en Caracas, las escuelas normales que formaban maestros rurales y urbanos y el Instituto Pedagógico de Caracas (IPC) que formaban profesores y no los licenciados en educación que luego se fueron adueñando de la educación venezolana, en donde contribuyeron a desmejorarla, ya que dejaron de planificar y de crear mejores diseños curriculares, poniendo la educación venezolana al servicio de los mercaderes que privatizaron todos los estratos educativos del pueblo venezolano, desde la primera escuela, hasta la instrucción universitaria.

Los ancianos nos contaban que allí en esas cuevas estaban las minas de Guaicaipuro, y yo recuerdo que una vez nos adentramos como unos 15 metros en su interior, y sentimos mucho miedo. Al fin decidimos no hacerlo nunca más, ya que temíamos que podíamos ser picados por alguna serpiente, o quizás nos resbaláramos adentro, y pudiéramos ser víctimas de algún imprevisto al respecto.

Inmediatamente tomó la palabra el Dr. Carlos Alfonzo Vaz, y le realizó la siguiente pregunta al historiador local León Manuel Morales: – ¿Qué nos puede contar sobre lo que estamos conversando amigo León Manuel?

  • Lo que estamos hablando aquí es muy interesante, ya que hay muchos elementos que son desconocidos por muchas personas en nuestra parroquia, y ni hablar en todo este Departamento Vargas. Lo que más me llama la atención es el periodo indígena que estamos tocando y que vamos poco a poco resaltando y que rompe con todos los cánones conocidos y que de una u otra forma fueron escritos por historiados como Oviedo y Baños en forma de prosa poética, al estilo de los juglares o cantadores de gestas en los tiempos del Cid Campeador en la España bajo dominación morisca islámica.

Yo quisiera dar un aporte que es muy interesante y en la gran confusión que se ha generado con los nombres de esas tribus aborígenes que hubo en toda la región central de nuestro país, donde hay nombres parecidos y resulta que son las mismas aldeas descritas por los conquistadores españoles en su tiempo, de acuerdo a las regiones de su tierra natal, de donde ellos vinieron y que a "pacificar" estas tierras en nombre del Rey de España y después del Dios que mandaba en El Vaticano en Roma.

El historiador don Pedro Díaz Seijas nos describe un pasaje que está enteramente en la verdad histórica, donde podemos ver que los valles de Aragua, Caracas, Carayaca, Tarmas, Mamo y El Tuy estuvieron bajo la jurisdicción del Doopoto Paramaconi y de la Gran Confederación de Los Taramaquas o Tarmas, como guardián de Las Minas del Doopotorü Guaicaipuro. He aquí su relato:

– "… con asiduidad moraban en las riberas del Guaire tribus como la de los Taramaynas, cuyo cacique era Paramaconi…". (p.6), El Valle de Caracas, "Caracas, la Gentil. Biografía de una Ciudad".

¿Qué quiere decir usted con esos criterios, estimado amigo León Manuel?

  • Si es cierto lo que en su obra narra el Dr. Pedro Díaz Seijas, eso nos indicaría que Los Taramaynas

son los mismos Taramaquas (Taramas-Tarmas). Los cuales podemos describir de esta manera:

Familia

Expresión Común

Voz

Significado

Arawaca

Tarama=Guerrero

Ynas=Sitios

Sitio de Guerreros.

Caribe Cumanagoto

Tarama=Guerrero

Quas=Sitios

Sitio de Guerreros.

Según el difunto afro-tarmeño don Nicanor León Mayora, la expresión TARAMA fue la que dio origen a la voz TARMA, que desde los tiempos de los Taramaquas fue un arma de uso personal en cada guerrero tarmeño. La cual consistía en una lanza o guaica pequeña de buena madera, que llevaba un orificio, y por su interior pasaba un rebenque o pedazo de cuero, que le permitía el combatiente tener asida su arma de guerra a sus brazos, fuera al lado izquierdo, como al derecho, la cual nunca abandonaba en tiempos de guerra o de wazabaras.

El Tarma fue usada en la lucha cuerpo a cuerpo, con el correr de los años fue cambiando de forma, dándosele forma metálica para ser utilizada en el sometimiento de quienes infringieran las leyes coloniales, y después en el periodo post independentista fue usada en los cuarteles del Ejército Nacional para maltratar a los soldados que contravinieran la disciplina militar, por parte de los jefes y oficiales.

El Tarma dio paso a la famosa PEINILLA, que aún se usan en los cuerpos policiales y en la Guardia Nacional (GN) a nivel nacional. El Tarma entró en desuso en los cuarteles militares en la época del Gral. Eleazar López Contreras.

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Maestro Alexi José Rojas en la Hacienda "Curiana" con gente de PROHITA, 1.980

En eso intervino el indigenista guaireño de origen margariteño guaiquerí maestro Alexi José Rojas, y en relación a lo antes descrito señaló lo siguiente:

  • Cuando fundamos hace pocas semanas atrás el Grupo de Protección Histórica Tármense (PROHITA), les dije a nuestros compañeros que la forma de escribir del amigo León Manuel Morales, es muy parecida a la que usó el cronista don Diego de Oviedo y Baños, y quienes han leído las descripciones que él ha hecho a pluma y lápiz sobre los levantamientos que hemos hecho sobre las haciendas tarmeñas de Guare, Curiana, Guasca, Anare, El Güire y Guaricuay así lo reflejan, a quien le auguramos éxitos con el devenir de los años, ya que conocemos su capacidad para describir los hechos y los momentos históricos que en este momento estamos describiendo para las futuras generaciones de carayaqueros y tarmeños.

¿Cuál es su opinión sobre el Jefe Paramaconi, señor Herrera Guevara?

  • Ese jefe indígena tarmeño tuvo su asentamiento en donde ahora está el pueblo de San José de Carayaca. Yo creo que más bien fue por los lados en donde está el Hospital Dr. "Eudoro González", ya que desde allí se puede precisar la vida de ese pueblo. Paramaconi se batió como los buenos en contra de los españoles, hasta que fue vencido por Garcí González de Silva, quien lo bautizó como católico, y si más no recuerdo le puso el nombre de JUAN.

Contaban las malas lenguas de esos tiempos y la mía que no es muy bendita, como ya te dije que el Jefe Paramaconi fue quien tradujo el PADRE NUESTRO a la lengua Kari´ña que se hablaba entre los Tarmas en tiempos de la conquista española, al igual que las Guaiquerí y la Cumanagota, debido a que fueron CaribesCiparacotos mezclados con las oleadas migratoria de los arawacos y caribes que arribaron a nuestros llanos, selvas, montañas, mares, ríos y lagos desde el lejano mundo de los TupicGuaraní en el Paraguay, y que de hecho dio origen a la Civilización KATUGUA, que muy poco conocen hoy en día, ya que solamente hablamos de los mundos Maya, Chichimeca, Tolteca, Azteca, Muisca, Chibcha, Inca y desconocemos a quienes se movieron por estas tierras por más de treinta mil años atrás.

Hay un viaje misterioso que hizo el Almirante Cristóbal Colón a nuestras tierras en la región de Chichiribichi en 1.496, y sabemos del mismo a través del piloto desconocido Capitán Sánchez de Huelva, quien describió que ante de los viajes colombinos él venía a este mundo desconocido por muchos y tenía intercambio con los naturales que poblaron estas tierras, donde hacía referencia a sus negocios con los indígenas guaiqueries de la Isla de Margarita, y en uno de esos encuentros que sostuvieron ambos capitanes y adelantados, se negó a darle el diezmo a Colón, según los establecido en el Tratado de Tordesillas.

Sin embargo, cuando Cristóbal Colón arriba a la Tierra de Gracia en Macuro, al oriente de nuestra patria, se encontró con unos pobladores que denominó Guarahunos, que son los mismos aborígenes Waraos, cuya palabra significa "hombres de agua" y quienes por más de treinta milenios están aún establecidos en todas esas tierras deitanas, que mil milenariamente son bañadas por el soberbio Orinoco, como lo ejemplariza el escritor francés Julio Verne, en una de sus obras literarias.

Habiendo oído las palabras de esos viejos amigos y compañeros de luchas, en esa zona al oeste del Edo. Vargas, deducimos que el Jefe Paramaconi, fue la mano derecha del Doopotorü Guaicaipuro Lancero de La Montaña). De esa forma deducimos, lo que en cierto momento, nos refirió el venerable y difunto anciano José Félix Tortoza Castillo, quien nos deleitó con estas palabras, dentro de su ascendencia indígena tarmeña, justamente en la casa de su hija Jovita Bello de Kienzler, la cual está ubicada en el glorioso pueblo de Ntra. Sra. de La Candelaria de Tarmas, a comienzos de 1.980:

– Mi abuelo José María Tortoza Ochoa, quien era hijo del Cacique Hilario de La Caridad Tortoza Rodríguez y Juana Pascuala Ochoa, me contó que los indios Tarmas en la antigüedad se reunían en Punta de Tarma, que fue en donde estuvo el pueblo antiguo, el cual fue destruido por un terremoto que se dio aproximadamente en 1.641.

Si revisamos los documentos antiguos que sobre historia del pueblo de tarmas tiene Sebastián Kienzler Tortoza, les diré que en uno de ellos aparece casi en los tiempos en que nació mi bisabuelo Hilario Tortoza, el 15 de diciembre de 1.797, donde me han dicho los que saben leer y

escribir, que hay unas letras buriladas en pluma de ave y en tinta antigua, que dice así: – "… Donde está el pueblo nuevo de Tarmas…".

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Paramaconi

Pero hubo ancianos que ya no están dentro de nosotros, que ubican ese desaparecido poblado en donde está establecida la inoperativa hacienda de "Tarma Abajo". Ambas versiones deben ser sometidas a una exhaustiva investigación al respecto, porque cuando nos encontramos con La Cruz de Guardia, podemos notar que hay un trayecto que va a esa zona y a la costa de Uricaro (Uricao), o a El Güire.

Mi padre Narciso del Carmen Tortoza Saniel me contó que todas las aldeas de Los Tarmas o Taramas, se reunían para discutir sus asuntos en Consejos de Familias o para entrar en la guerra, en donde aún están los morichales de Punta de Tarma, porque era un lugar sagrado para ellos. Allí les rendían culto al Gran Karai y a su hijo SEPE, quienes fueron sobrevivientes del Gran Diluvio que inundó de agua a toda la Tierra, de las cuales no se salvaron estos terrenos de su creación.

Por eso es que tenemos ese gran problemón con la gente de Carayaca, de cuál de los dos pueblos fue primero, si Tarmas o Carayaca. Lo que sí

sabemos es que Carayaca es una palabra muy parecida a Karai-Aká, que significa que ese lugar es la sede del Dios de nuestros antepasados. Pero Tarmas es el lugar donde estuvieron establecidos los grandes jefes tarmeños, antes de que los españoles llegaran a territorio venezolano.

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Punta de Tarma, año 2.005

En esos morichales de Punta de Tarma nuestros primeros padres adoraron a sus dioses al compás de su música, ofrendas y cantos, donde tomaban una bebida alcohólica hecha a base del fruto del cacao y en la cual fumaban tabacos para poder comunicarse y hablar con ellos, como con nuestros muertos, que regresaban en una época del año a compartir con todos nosotros. Desde ese lugar ellos podían mirar mucho más allá de ese inmenso mar que ahora llamamos Mar Caribe, y allí venían los que eran dueños de las montañas y mucho más allá de ellas, igual los que cuidaban nuestras costas, y tal vez venían algunos de esas islas, que están por ahí y muy cerquita de nosotros.

Los indios Tarmas que había por aquí, son los mismos que se fueron hacia el oriente y los llanos del país, esos son los mismos, vale. Ellos se fueron tan lejos, como se van los animales de la selva cuando comenzamos a construir nuestros ranchos en sus terrenos. Siendo esa una forma de sobrevivir ante las vainas que echan los llamados "civilizados", que de eso no tienen un coño de madre, ja, ja, ja.

Es bueno decirles a los muchachos, que ahora viajan en carros y no en mulas o en burros, que los caminos de antes eran diferentes, a los de ahora. Los españoles jodieron a los indios Tarmas, porque se les metieron por esos lados del Puerto de Cagua y que desde muchísimos años conocemos como Puerto Cruz.

Si se sigue ese camino nos encontramos con cualquier cantidad de piedras grabadas que indican los caminos que siguieron nuestros abuelos desde el mismo momento en que llegaron a estas tierras. Fíjate las piedras marcadas que hay en El Limón, Limoncito, El Güire y las que hay aquí mismo en Tarmas, y que se encuentran en esas tierras que tienen la familia Pedrón en la Hacienda "El Mamón", donde está la Quebrada de Cuaro y hay en una piedra la cara marcada de ese jefe Tarmeño, que es muy conocida por todos nosotros, ya que a esa quebrada le pusieron el nombre de "Buenavista".

¿Qué les parecen esos relatos del señor José Félix Tortoza Castillo en el pueblo de Tarmas?

Estimados amigos, en esa misma ocasión tan recordado bisabuelo de mis hijos e hijas Leiditz Ilich, Yonerlin Roquelina, Yaileth Andreina y Yorman Leomar Morales Kienzler, me dio una buena repuesta a esta pregunta que le realicé en esas aciagas horas, donde le dimos vida a una buena metodología para la reconstrucción histórica del pueblo de Tarmas, como a las familias que hicieron posible la sobrevivencia de ese bastión norte costeño donde nació el afro-tarmeño caribeño Sargento Mayor de Milicias de Carayaca,

Lorenzo Acosta, héroe de la conspiración del Teniente de Justicia José María España y Rodríguez y del Capitán de Milicias Manuel Gual y Curbelo en 1.797.

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Petroglifo de Cuaro en Tarmas, año 1.980

He aquí la pregunta: – ¿Cómo se dio el reclamo de las tierras del Resguardo Indígena de

Tarmas en 1.837-1.841, señor José Félix?

– Los Tarmas rasparon al Capitán Diego García de Paredes, por los lados del territorio del Cacique Mamacuri, en las riberas del Río Mamo en 1.570. Ese sinvergüenza había jodido a muchos indios en los Andes de Trujillo, hasta que se encontró con el Cacique Guanauguta, quien lo mandó para el otro lado del páramo, después de haberlo sabaneado por los lados de Catia de La Mar. Hasta hace muy pocos años atrás, los viejos tarmeños contaban todas esas historias. Esos españoles con sus indios jala mecates, no se quedaron con esa vaina, hasta que le dieron muerte al Cacique Prepocumate, quien fue el jefe de toda esa indiada, que se alzó en las rancherías de Maiquetía, Pariata, Mare, Guaracarumbo y en toda la zona fría de Petáquire en Carayaca.

Una de las vainas que salvó a muchos carajos de esos, fue que en esas guerras con los españoles, mi antepasado Francisco Tarmas se convirtió en católico. Él fue el dueño de las tierras de Anarigua (sitio de Anare) en las cercanías del pueblo de Tarmas y fue quien creó la devoción a La Santísima Virgen de La Candelaria.

El Cacique Juan Araguaytán comenzó a levantar a sus indios reclamando nuestras tierras en 1.691. Pero las vainas hay que decirlas como son, vale. Quien le echó una carreta de cojones al reclamo de esas tierras, fue mi bisabuelo Hilario Tortoza, quien estuvo acompañado por una gran cantidad de indígenas y mestizos del pueblo de Tarmas, y sus cercanías en el año 1.837.

Al principal tarmeño Juan Araguaytán en sus justos reclamos sobre las tierras del antiguo Resguardo Indígena de Los Tarmas, le tocó enfrentar a los capitanes españoles don Lucas Lovera y Otáñez y a don Pedro de Porres y Toledo. Mi abuelito José María Tortoza Ochoa me dijo que ese tal bandido de Lucas Lovera y Otáñez, era familia del Libertador Simón Bolívar, y de casi todos esos hacendados de mierda, que hubo por estas tierras de Carayaca y Tarmas.

En esa misma vaina o litigio de tierra, a mi bisabuelo Hilario de La Caridad Tortoza Rodríguez le acompañaron a Caracas, los siguientes naturales del pueblo de Ntra. Sra. de La Candelaria de Tarmas (1.837-1.841): – "… Feliciano León, Josefa León, Martina León, Anacleta León, Blacina León, Olaya León, Isidora León, José María Ochoa, Salvador Ochoa, Balbino Tortoza, Cándido Tortoza, Vicente Tortoza, Eustaquia Tortoza, Margarita Tortoza, Alexandra Tortoza, María Eladia Tortoza, Isabel Tortoza, José Eustaquio Tortoza, Jesús María Tortoza, Antonio Acosta, Ángela Acosta, Ignacio Acosta, Blasina Acosta, Micaela Acosta, Zeferina Sánchez, Ramón Sánchez…".

Esa pelea duro como cuatro años en la ciudad de Caracas, hasta que el Juez Vicente Isidro Osío nos entregó la mayor parte de nuestras tierras en 1.841, que fueron las mismas que poseyeron todos nuestros antepasados, desde que los días y las noches se contaban como soles y lunas.

¿Qué nos puede contar sobre las gestas de la señora Cayetana Barrios de Gil en Petáquire en 1.842, señor Herrera Guevara?

– Las investigaciones sobre tenencia d tierras en esta jurisdicción es el terreno en donde yo me desenvuelvo muy bien. Claro está, siempre he contado con la inminente ayuda de nuestro amigo León Manuel Morales, cuando tenemos que investigar en los documentos de La Diócesis de La Guaira, en los Registros Principales en Macuto y Caracas, o en la Jefatura Civil y Juzgado de Parroquia de Carayaca. Con toda la sinceridad que me caracteriza, debo decir que León Manuel se desenvuelve muy bien en esa materia y conoce lo que está haciendo en las investigaciones que hacemos en ese sentido, donde ha sido una ayuda encomiable dentro de lo que es la investigación sucesoral y documental.

Desde tiempos muy remotos debemos entender que todos esos ríos que caen a La Laguneta de Petáquire conforman la confluencia del Río Mamo, el cual desemboca en el valle del mismo nombre y en donde hoy se encuentra El Club Militar de Mamo en Catia de La Mar. En esa vertiente caen los ríos Yaguara, Cataure, Caoma y Marapa. Las tierras del valle de Petáquire siempre tuvieron divididas, de un lado para pastar anímales, y al pasar el Río Petáquire fueron siempre tierras aptar para los sembradíos de las familias españolas y canarias, que luego se mezclaron con las indígenas en esta zona fría, y que en la práctica es una zona muy productiva, la cual fue declarada Zona Protectora del Distrito Federal en el primer gobierno del Dr. Rafael Caldera Rodríguez, según Decreto 1.062.

Cayetana Barrios de Gil, simplemente continuó las luchas del mestizo tarmeño Hilario Tortoza, y de esa manera lograron preservar un inmenso territorio que es un pulmón que fue protegido en antaño por Los Tarmas y que ahora nos toca a nosotros preservarlo a como dé lugar. Yo cambié lo que tenía en Caracas, por estar viviendo y produciendo en estas tierras, donde su gente es muy buena, de verdad, verdad.

Sobre esas investigaciones he avanzado muchísimo y siempre les digo a sus descendientes que ellos no tienen un "derechito" en esas tierras de Petáquire, sino que en un "derecho" a continuar ejerciendo la posesión de lo que heredaron a través de las luchas de Los Comuneros Blancos de Petáquire liderados por Cayetana Barrios de Gil en 1.842.

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Ruinas antiguas de la casa de Cayetana Barrios en Petáquire, año 2.010

¿Qué les parece si hacemos una breve parada sobre Las Minas de Guaicaipuro y comenzamos a conversar sobre la construcción del Dique de Petáquire, Dr. Alfonzo Vaz?

  • Eso me parece muy bien, ya que si hablamos sobre la construcción del Dique y de la Represa Hidroeléctrica de Petáquire, podremos entender más adelante que fue lo que pasó con las minas que allí explotaron en los tiempos del Cacique Guaicaipuro.

¿Qué nos puede usted contar acerca de los motivos y antecedentes que conllevaron al Ing. Ricardo Zuloaga y al Dr. Oscar Machado Zuloaga a construir dicho complejo hidroeléctrico en la región de Petáquire, señor Angel Herrera Guevara?

  • Esa gente conocían muy bien el territorio de Carayaca y sabían que las aguas de sus ríos y riachuelos servían para ser usados en la producción de energía eléctrica, que tan necesaria era para esos tiempos cuando la electricidad comenzó a acabar con los fantasmas en la ciudad de Caracas y sus zonas circunvecinas. Yo creo que es necesario que el amigo León Manuel Morales nos haga una referencia histórica sobre los orígenes de Petáquire y las familias que fueron dueños de estas tierras desde casi lo tiempos de la conquista hasta el presente.

El cronista popular León Manuel Morales ante las personas presentes en tan grata tertulia, nos hizo referencia a lo siguiente:

  • Ustedes tienen sobradas razones para sugerir lo que han planteado en este instante, ciertamente que esa región carayaquera juega un papel de vital importancia para toda la Parroquia Carayaca y es necesario señalar que desde tiempos muy remotos y desde cuando aparecieron los españoles con sus hordas de forajidos por estas tierras, fue cuando se establecieron infinidades de familias españolas y canarias que se aposentaron en las mismas.

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Mapa del siglo XVI, sobre la costa caribeña y atlántica de Venezuela

Lo podemos dar a conocer a través de esta exposición, que tiene carácter cuantitativo y cualitativo y damos a conocer a continuación.

La Real Compañía Guipuzcoana y de Ultramar desarrolló una factoría en el sitio de San Miguel, cerca de Petáquirito y Chichiriviche de la costa; en donde bajaban todos los productos procedentes del valle Petáquire y las zonas aledañas. Específicamente, el cacao, café y añil, que después fueron conducidos en veleros y balandras a velas hasta el puerto de La Guaira, y de allí al puerto de La Habana, finalmente a la metrópoli en España. Este tipo de economía portuaria fue desarrollada por el mercader vasco don Pedro José de Olavarriaga, a partir de 1.728.

Sin embargo, sobre el establecimiento de familias en Petáquire, tenemos la información de que hubo dos casas y dos familias en 1.772. Luego en el informe que presenta don José Antonio Sabino Gómez, Cura Doctrinero en las iglesias de los pueblos del patriarca San José de Carayaca y de Ntra. Sra. de La Candelaria de Tarmas, sobre la matrícula de la feligresía de su Curato, nos indicó que en el sitio de Petáquire, solo hubo 14 personas, el 11 de mayo de 1.758, quienes estuvieron distribuidos en 2 casas de habitación:

Jefe de Familia

Santo Patrón

Observación

Luis Martínez

San Agustín

Bernardo Urbina

Nuestra Señora de

Belén

Vivía con su mujer María Petronila y un hijo

El sacerdote Antonio José Callejón Vélez realizó un censo en 1.785, y sobre la Fundación Petáquire

señaló lo siguiente:

Hacienda

Santo Patrón

Dueño

Esclavizados

Libres

Fundación Petáquire

San Bartolomé

Herederos de Luis Ladera

– Don Vicente Pérez fue Cura Provisor y Vicario General de la Diócesis de Caracas y quien actuando a nombre del Obispo Mariano Martí y Estadella, generó vicios en las apropiaciones indebidas de las tierras de los indígenas de los pueblos de Tarmas y Carayaca, realizando el siguiente deslinde del Curato del pueblo de Carayaca, el 20 de septiembre de 1.785:

Oriente: "… Haciendas del Río Mamo, que dividen al Curato de Maiquetía".

Poniente: "… Las cuchillas o cerros que dividen las tierras de Mayupán de los indios del pueblo de Tarmas; cómo también el camino que atraviesa de un pueblo a otro y que va por cuchilla a los poteros, salinas y conucos de Petáquire…".

Norte: "… El mar…".

Sur: "… La cumbre que llaman el Tibrón, hasta vista Agua Negra, que divide el Curato de

Macarao…".

El padre Josef Antonio Chirinos quién fue el Cura Propio de la Iglesia Parroquial de Carayaca, manifestó que su feligresía para el 12 de noviembre de 1.786, quien dio a conocer lo siguiente: Valle de Petáquire; "… Donde hubo 13 casas y 74 almas, y estaban establecidas las familias Castillo, Martínez, Armas, del Barrio, Peñavera, Lozano, Suárez, Jiménez, Orta, Trejo, González, Ibarra, Rivero, Díaz, Mújica, Flores e Ibáñez…".

Pero como las castas dominantes hacían con estas tierras, lo que en ganas les venía a esos degenerados grandes cacaos de mierda. El Corregidor de Carayaca, don Francisco Alonso, como era tan "buenote" el muy muégano, y siguiendo instrucciones del gobernador, le regaló unas tierras que no eran suyas a don Manuel Rodríguez de La Madrid, quién era su buen amigote y familia a la vez. Las cuales fueron tierras de sabana, desde la cumbre del cerro de La Loma, llamado también de "El Pericoco", con vertientes al Río Mamo. Siendo las mismas trácalas de siempre, y teniendo claridad ese maldito sinvergüenza, que el factor básico de toda sociedad es la tenencia de la tierra.

La distancia existente de Caracas y Carayaca por Catia era de 7 1/6 leguas en el año 1.835, y de Carayaca a Caracas por Agua Negra, era de 6 ¾ de leguas; por Macarao 7 1/6 leguas; y de Carayaca a San Pedro, eran 4 3/6 leguas. Esos caminos eran cubiertos por los arrieros desde los tiempos de los Taramaquas o Tarmas, y así lo reflejaron los difuntos José Félix Tortoza Catillo y mi abuelo Manuel Morales, quienes a pie cubrieron esas rutas en infinidades de ocasiones y en diferentes épocas de sus vidas mundanas.

En fecha 22 de septiembre del año 1.846, aparece registrado un documento al Folio 4°, Vuelto al 5°, del Protocolo Duplicado 12, Tomo 1°, entre 1.844-1.846, registrado de la Oficina Subalterna del Registro del Distrito Federal, donde doña María Josefa Apestequía le vende al Dr. José Reyes las posesiones de "Caoma" y "La Auyama" en jurisdicción de Carayaca. Incluyendo en esta venta la Posesión del "Pericoco" o "Loma Larga". Además de la esclavizada Rosa. Cómo doña María Josefa Apestequía era viuda y descendiente del Gral. Juan Bautista Arismendi Subero y de doña Luisa Cáceres de Arismendi, le dio plenos poderes al Dr. Manuel Garrote, quién fue un connotado miembro del comercio guaireño.

En eso intervino el amigo Víctor González "Vitico" y le preguntó a Angel Herrera Guevara: –

¿Cómo fue que entró en acción la familia Zuloaga en el valle de Petáquire, cojo Herrera?

– Muchas de esas historias más recientes las conozco muy bien, porque he sido amigo del Dr. Pedro Miguel Reyes, quien es un gran abogado venezolano y estaba casado con una hija del Gral. Ignacio Andrade Troconis. De igual forma soy amigo de su hijo Antonio Reyes Andrade, quien también ejerce el derecho en Caracas.

El Gral. Cipriano Castro fue conminado a adquirir un lote de tierras que se encontraban en la confluencia de los ríos Yaguara y Petáquire, los cuales dan hacia las tierras de la vieja Hacienda "Cataure". Lo cierto es que esos dos ríos contribuyen a formar el Río Mamo en toda su trayectoria hasta desembocar en el Mar Caribe en las costas de Catia de La Mar.

Lo que no había percibido el Gral. Cipriano Castro es que había sido engañado por las empresas transnacionales de la industria eléctrica de la época y que entraron con él en ese negocio de tierras. La trampa fue bien montada por la empresa roba bancos y correos de la Wells Fargo y que conocemos como la Trust Morgan Guaranty, dueña del 55 % de la industria eléctrica a nivel mundial en los actuales momentos, y por algunas empresas alemanes que se vieron involucradas en el bloqueo naval que le hicieron a nuestras costas y puertos en 1.902.

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Víctor González en la Hacienda Guare, año 1.980

Los siguices de esos ladrones extranjeros en nuestra patria, fueron el Ing. Ricardo Zuloaga y el arrastrado alemán W. Jagember. La gran cagada es que esos tipos formaron parte con el Gral. Dr. Juan PietriPietri, en el golpe de estado que se dio en contra de "El Cabito" Castro en 1.908. De esa forma fue como las tierras del valle de Petáquire y cercanas a la Hacienda "Cataure" cayeron en manos de esos bandidos, a pesar de que el asesor legal del Presidente Cipriano castro fue el Dr. Pedro Miguel Reyes, quien también estuvo enredado en esa vaina.

Los usureros Ricardo Zuloaga y W. Jagember, al caer el gobierno del Gral. Cipriano Castro, se adueñaron de todas esas tierras en Carayaca, y así fue como se decidieron a construir la primera Represa Hidroeléctrica en la cuenca del Río Mamo y que se construyó en Venezuela, cuyo epicentro fue La Laguneta de Petáquire, dando origen a la Empresa de Alumbrado de Caracas, y que hoy se traduce en La Electricidad de Caracas, a cuyos dueños vive demandando mi amigo cumanés y abogado Dr. Silverio González, quien siempre dice "los demando cada vez que me dan la oportunidad los trabajadores de esa empresa eléctrica, porque viven aumentándome la tarifa de luz, en mi casa en La Pastora en Caracas".

La realidad es que el Teniente Coronel Ignacio Andrade era hijo del Gral. Ignacio Andrade Troconis y era el esposo de Belén Gómez Bello, quien era hija del Gral. Juan Vicente Gómez Chacón y la malévola señora andina Regina Bello.

¿Y dónde estuvo la trampa en contra del Gral. Cipriano Castro, Herrera Guevara?

– Esos golpistas jodieron bien jodido al Gral. Cipriano Castro, con las tierras que él también adquirió mal habidamente, y que fueron las de la Hacienda "Cataure", ya que el Dr. Pedro Miguel Reyes estuvo montado en la jugada en su contra, debido a que sabían que "El Cabito", como lo calificó el francmasón tachirense Dr. Pedro María Morantes "Pío Gil", él mismo que le hizo la proclama cuando las potencias europeas osaron hollar el suelo sagrado de la patria en 1.902, se dieron cuentas que el hijo de "Capacho Viejo" no podía asistir a la demanda que le habían incoado en su contra, a raíz de los sucesos políticos que se vivieron después de la conjura en su contra y la caída de su nefasto régimen con ciertos aires autárquicos.

A ese guebón y mal parido tachirense le aplicaron una demanda por incumplimiento, donde algunos miembros de la godarría carayaquera quienes fueron aliados a los liberales amarillos de tradición guzmancista, se fueron adueñando de todas esas tierras que hoy conforman el valle de Petáquire. La familia del hacendado canario Eduardo Padilla tuvo mucho que ver con esas vainas, ya que esos carajos crearon un parapeto que llamaron "Sociedad de Plantaciones de Carayaca". Así fue como la Hacienda Cataure cayó en manos de esa gente.

¿Que nos puede conversar sobre la Hacienda Cataure, amigo Víctor González?

– Sobre lo que nos ha arrojado las investigaciones que hemos hecho en el Grupo PROHITA en relación a la Hacienda Cataure, nos hemos encontrado con una información que es muy interesante al respecto. La Hacienda Cataure se encuentra entre la confluencia de los ríos Yaguara y Petáquire, ambos forman el Río Mamo; toponímico que en lengua tarmeña significa: –

"… Ataúd para Dopooto o Cacique…".

La palabra Cataure está relacionada con un cesto funerario, en las cuales enterraban a los jefes de la Gran Confederación de los Taramaquas o Tarmas, y que se recoge en la siguiente Crónica de Indias escrita por Joan de Amezaga y que fue titulada "Relación de Caracas, año 1.567": – "… Entiérranse en pie o sentados en un hoyo redondo y con ellos su arco y flechas y macanas y hamacas comida y bebida para el camino. Y si son mujeres, con sus husos cataures, que es un cesto en que meten su ajuar que es su huso y pampanillas, cuentas, y algunas joyas de oro y otras cosas y sus comidas y bebidas…".

El castellano Andrés Rodríguez de la Madrid y doña Germana Ignacia de Liendo, marido y mujer, le compran a Gaspar Francisco Pérez Estévez, una hacienda de trapiche en el valle de Cataure en 1.734.

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Hacienda Cataure en Carayaca

Dicha hacienda en esos tiempos constaba de 27 tablones de caña dulce y 37 bestias mulares, una yunta de bueyes, 3 fondos de cobre y herramientas y demás aperos de beneficio de la hacienda, sus tierras, acequias, corrientes, y 11 piezas de esclavos, de diferentes edades y naciones.

Don Juan García Abodían, Obispo de la Diócesis de Venezuela designó como Teniente de Cura en las iglesias de Carayaca y Tarmas, al fraile Juan Ramón de Ulloa, quién fue miembro de la Orden de los Mínimos de San Francisco de Paula, recibiendo dicha Parroquia Eclesiástica, el 20 de enero de 1.744. Según el censo que se realizó en esos tiempos, la Hacienda Cataure perteneció a don Bartolomé Naranjo, quién tuvo 8 esclavos adultos (11 libres y 3 niños).

Don José Antonio Sabino Gómez fue el Cura Doctrinero en las iglesias de Carayaca y Tarmas, realizó la matrícula de la feligresía de su Curato, el 11 de mayo de 1.758. Indicando en su informe, que la Hacienda Cataure continuaba en propiedad de don Bartolomé Naranjo, quién tuvo como mayordomo a Eugenio, con 18 personas más, de las cuales 10 eran esclavizados.

Lo más curioso es que aparece en este territorio un familiar del Libertador Simón Bolívar y Palacios llamado don Miguel Antonio del Toro. Los hacendados de Carayaca fueron obligados a pagar estipendios para el mantenimiento y sostenimiento de los sacerdotes, de manera arbitraria y bajo amenazas de aplicarles los cánones establecidos por el Santo Oficio de la Inquisición, si no acataban las órdenes y dictámenes emanados del Obispado en Caracas, el 13 de septiembre de 1.785. En donde don Miguel Antonio del Toro, quién era familia del Libertador Simón Bolívar, fue estipendiado con 23 pesos.

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Ruinas de la Hacienda Cataure en Carayaca

El padre Josef Antonio Chirinos era el Cura Propio de la Iglesia de Carayaca, y dirigiéndose a los hacendados de su parroquia eclesiástica el 3 de marzo de 1.786, les manifestó la necesidad de prorratearle los estipendios en 268 pesos y 7 reales que tenían que pagar a la iglesia para la manutención del cura y la iglesia, teniendo don Miguel Antonio del Toro que cancelar 38 maravedíes de la época.

El mismo sacerdote manifestó el 12 de noviembre del mismo año, que su feligresía en la Hacienda Cataure era de 58 esclavos, cuyo dueño era don Miguel Antonio del Toro, siendo su santa patrona Nuestra Señora del Buen Suceso.

Ciertamente, el General Cipriano Castro Ruiz, en su condición de dueño de la Hacienda "Cataure", al serle confiscada su propiedad, a causa de la demanda que en su contra fue incoada en los tribunales de la República, es necesario decir, que perdió más de 100 metros cuadrados en esa hacienda, ya que lo demandaron por el orden de los 47.625 marcos alemanes, que en dinero venezolano de esa época, redundaba por el orden de los 59. 531 bolívares.

Con el correr de los años, la Hacienda Cataure se convirtió en un Asentamiento Campesino del Instituto Agrario Nacional (IAN), y hoy en día ha pasado por las fases de Núcleo de Desarrollo Endógeno, hasta tratar de consolidarse como una Comuna productiva al servició de sus pobladores. Allí murió el zambo y curandero Adelo Rafael Morales (Manuel Morales), el 10 de noviembre de 1.972, abuelo de nuestro compatriota León Manuel Morales, y quien está sepultado en el Cementerio Municipal del pueblo de Carayaca. Esas tierras siempre han sido aptas para el cultivo del cacao y el café, quedando dichos rubros abandonados, a pesar de que el bandido pesuveco de Manuel Grillo Aguilar, en una ocasión le dijo al Presidente Hugo Rafael Chávez Frías en el Palacio de Miraflores en Caracas, que se estaban recuperando 5 mil hectáreas de café que estaban abandonadas en esas tierras, no siendo ciertas sus aseveraciones, ya que ese artífice en la corrupción varguista fue Director del INDER en dicho estado, y quien con su carita de "agueboneado estranochao", más bien contribuyó a incrementar el burocratismo, el clientelismo y la corruptela desmedida con sus camarillas de sinvergüenzas en toda la Parroquia Carayaca, como en otros lugares del Municipio Vargas.

En eso interviene Angel Herrera Guevara y le pregunta al trabajador eléctrico León Manuel Morales: – Si tú trabajas en La Electricidad de Caracas como Operador de Plantas Térmicas, ¿qué pienses sobre la construcción de la Represa Hidroeléctrica de Petáquire, león Manuel?

– Excelente pregunta, Angel Herrera. La aparición de la Empresa C.A La Electricidad de Caracas en esa zona de la Parroquia Carayaca, específicamente en la construcción de la Represa de Petáquire, para producir energía hidroeléctrica, no fue con el ánimo de suministrarle dicha energía a la ciudad de Caracas, ya que la producción de la misma no era suficiente para los caraqueños de esos tiempos, debido que la producción de esas plantas hidroeléctricas no daban abasto para darle alumbramiento ni siquiera a una valla de nuestros días.

Los bandidos de la familia Zuloaga, sabían de la presencia de material aurífero, en esa zona de Petáquire, ellos lo sabían ya que hubo antecedentes históricos sobre algunos técnicos mejicanos que vinieron a esas tierras a finales del siglo XVIII e hicieron estudios sobre las vetas de oro de aluvión que se podían explotar en esas comarcas de la zona fría de Carayaca. La presencia que se dio a principio del siglo XX, por expertos en materia aurífera, en La Laguneta de Petáquire, fue con el único fin de explotar el oro que allí existía o aún se encuentra en sus fondos cenagosos.

En las conversaciones que el historiador local León Manuel Morales sostuvo con la señora Isnarda Yépez Pedrón en su casa en Guanasnal en Carayaca, el 6 de mayo del 2.012, sobre la presencia de la familia Zuloaga en Carayaca, nos narró lo siguiente: – ¿Qué me puede usted contar sobre la presencia de la familia Machado Zuloaga en la Parroquia Carayaca, señora Isnarda?

  • Yo recuerdo como si fuera ayer, que cuando era niña en esta Carayaca, de mi infancia, mi papá le trabajaba a los Machado Zuloaga, antiguos dueños de la empresa La Electricidad de Caracas; quienes permitieron que nosotros viviéramos en sus posesiones, y en las instalaciones de la casa de la antigua Hacienda "El Añil", que en tiempos de la colonia fue de la familia canaria de apellido Tadino.

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Isnarda Yépez Pedrón

¿Cómo era esa familia y la Hacienda "El Añil" en esos tiempos, señora Isnarda?

  • En esos tiempos en la casa de la Hacienda "El Añil" había unos muebles y armarios de madera, los cuales eran muy antiguos, y se encontraban para esa entonces, muy bien conservados, ya que allí siempre venían los doctores Carlos Anglade y Oscar Augusto Machado Zuloaga. Ellos en esos tiempos eran jóvenes y muy bien parecidos.

¿Y qué recuerda de ellos, señora Isnarda?

  • Mi mamá les hacía las comidas, cuando ellos venían a dirigir o a inspeccionar los trabajos de su empresa en estas tierras, y en otras que habían comprado o adquiridos en la Parroquia Carayaca. Ellos traían sus alimentos desde Caracas, y mi madre les hacía las comidas durante el tiempo en que se encontraban en sus posesiones y propiedades en estas tierras, ya que ellos tenían unos cuartos que siempre estaban arreglados, en donde se quedaban para dormir, después de esas duras jornadas de trabajos que desarrollaban cuando estaban desarrollando su empresa eléctrica.

¿Qué más nos puede decir de la Hacienda "El Añil", señora Isnarda?

  • En la Hacienda "El Añil" había sifones para sacar aguardiente, ya que había un gran cañaveral. Igualmente había café sembrado. Allí fue adonde llevaron las turbinas y paletas de las maquinas que luego fueron colocadas en las plantas eléctricas de Caoma, Cataure y Marapa. Sin embargo, primero tuvieron que construir el Dique de Petáquire.

¿Qué nos puede contar sobre el alumbrado en la Parroquia Carayaca por parte de la Electricidad de Caracas, señora Isnarda?

  • Los primeros bombillos fueron colocados bajando desde El Pardillo o

Carayaca Arriba, y de esa manera los fueron metiendo energía eléctrica por todo el pueblo, ya que el pueblo de San José de Carayaca era más chiquitico que el pueblo de Ntra. Sra. de La Candelaria de Tarmas, desatándose una gran rivalidad entre ambos pueblos.

¿Usted fuera de su padre tuvo otros familiares que le trabajaron a la Electricidad de Caracas en eso tiempos, señora Isnarda?

  • Por supuesto, vale. Mi hermano Rafael Yépez Pedrón, le trabajó a esa empresa eléctrica, hasta que se murió; en realidad la Electricidad de Caracas hizo más próspero al pueblo de Carayaca, que al de Tarmas, de eso no hay dudas algunas. Debido a que la gran mayoría de los hombres carayaqueros trabajaron allí, como operarios, otros limpiando esos campos, por donde pasaban los tendidos de las líneas de alta tensión, y que fue creciendo cuando construyeron

  • las plantas eléctricas de Arrecifes y Tacoa. de Carayaca

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Iglesia colonial de San José

¿Qué nos puede contar de su madre cuando se estaban construyendo o ampliando esa empresa eléctrica en tierras de Carayaca o en la costa de la mar abajo, señora Isnarda?

– Yo sé que cuando esa gente trabajaba en esos duros y difíciles menesteres, para ampliar esa empresa eléctrica, mi mamá les enviaba las comidas y

muchas hallaquitas, que se las comían todas, toditas. Y les enviaba café, ya preparado, y papelón para endulzarlo. Claro está, siempre quedaba algo de café sembrado, el cual colindaba con las tierras, en

donde hoy está el Hospital "Eudoro González", que fue en donde antiguamente estuvo la demolida Iglesia de San José de Carayaca, desde los tiempos de la colonia y que el Obispo Mariano Martí describió muy bien en su visita episcopal a estas tierras en 1.771-1.772.

Nuevamente, nos remontamos a los tiempos en que se construyó el Dique de Petáquire y lo hacemos con la pregunta que León Manuel Morales le realizó al Dr. Carlos Alfonzo Vaz: -¿Cómo fue el proceso de construcción de la Represa de Petáquire, para poder entender lo que en realidad fue la explotación aurífera en la cuenca del Río Petáquire y el valle que lleva su mismo nombre desde los tiempos de la conquista española?

– La construcción de la Represa de Petáquire fue una gran obra de ingeniería en su época, porque dio comienzo a la construcción estructural dentro del marco de la ingeniera civil, mecánica y eléctrica en nuestro país. Nosotros conocíamos el trabajo hidráulico que producían las ruedas movidas por agua, que eran usadas para mover

pesadas masas en las moliendas de caña de azúcar en todas estas haciendas que habían en ese sentido en tierras de la Parroquia Carayaca, y que en algunos casos fueron suplantadas por maquinas a vapor, dejándose en el pasado el uso de bestias y de esclavos africanos y sus descendientes para ejecutar tan dura faena.

Dicha obra sirvió también para fomentar el sistema de riegos en las tierras de esa vasta zona fría de nuestra parroquia foránea, y que permitió la construcción de todas esas plantas hidroeléctricas que se construyeron aguas abajo, como fueron las plantas de Cataure, Caoma y Marapa.

¿Cómo se construyó esa obra en Petáquire y cómo fue su comienzo, Dr. Alfonzo Vaz?

– Devastar una montaña y un valle para construir una represa, significa que la vida de ese lugar cambia, al igual que su ecosistema. Esa construcción duró aproximadamente como sus 10 años, ejecutándose entre los años 1.919 y 1.929. hay quienes sostienen que los ingenieros que trabajaron en ese megaproyecto hidroeléctrico, utilizaron y emplearon los procedimientos más avanzados y conocidos de su época.

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Grabación en Petáquire en 1.923

Ese valle y La Laguneta de Petáquire tuvieron que ser dinamitados para poder represar la mayor cantidad de agua posible, y de esa manera poner a rodar las maquinas que luego fueron instaladas en las antes mencionadas plantas eléctricas. Allí se hizo un relleno hidráulico que alcanzó como sus 50 metros de altura y como unos 300 metros de longitud en la cresta, eso nos puede indicar la capacidad de agua allí almacenada; construyéndose un túnel de desviación, como de 400 metros de largo y 2.5 metros de diámetro.

El artífice de la obra fue el Ing. Ricardo Zuloaga, quien estuvo acompañado por mi viejo amigo el Dr. Oscar Augusto Machado Zuloaga, Oscar Zuloaga, Pedro J. Azpúrua y el caballito de batalla Ing. Carlos Anglade.

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Construcción del Dique de Petáquire, año 1.923

Lo que si es cierto es que esa obra entró en servicio fue en 1.929 y fue todo un acontecimiento nacional, yo la recuerdo, porque era un jovencito con los pantalones muy cortos aún, ya que era la usanza de la época, que te los iban bajando hasta alcanzar la mayoría de edad, que en un principio fue a los 25 años y después a los 21 años de edad. Esas conversaciones fueron muy comunes en mi familia, ya que éramos parte de todas estas familias, que de una u otra forma estuvieron involucradas en muchas cosas que se hicieron en Venezuela en tiempos del Gral. Gómez y del Gral. López Contreras.

Yo recuerdo que en esa conversación les conversé sobre un libro que había escrito el Dr. Juan Röhl sobre la vida del Ing. Ricardo Zuloaga que fue publicado por la empresa La Electricidad de Caracas, C.A., en el año 1.977, y el cual me fue obsequiado por el difunto Hugo Narváez, Jefe de Personal en las instalaciones de ArrecifesTacoa en el año 1.980.

Yo tuve la dicha de contribuir desde mi Madre Logia "Salmo 133" Nº 209, con la aprobación de la iniciación masónica del Dr. Nicomedes Zuloaga, nieto del Ing. Ricardo Zuloaga, cuando se hicieron las indagaciones respectivas ante las logias confederadas a la Muy Respetable Gran Logia de la República de Venezuela, Constitución 1.924, quien fue iniciado en nuestros augustos misterios en la Respetable Logia Simbólica "Esperanza" Nº 7 del Este, en la ciudad de Caracas en 1.997, cuyo acto masónico fue presidido por nuestro Past Gran Maestro General de División (Ej.) Víctor José Higuera Castellanos (Past Master Grado 33º).

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Don Agustín Peinate, año 1.949

Sin embargo, el viejo panadero tarmeño Agustín Peinate, nacido en el sitio de Bachaquero en las cercanías del pueblo de Tarmas en 1.916, sobre la construcción de la Presa de Petáquire, nos ilustró con lo siguiente:

– El Dique de Petáquire fue construido a 1.300 metros al nivel del mar, en el valle de Petáquire, por la empresa eléctrica, que nos es muy conocida por todos, como es La Electricidad de Caracas, entre 1.917 y 1.929. Esos movimientos de tierras y los terraplenes, se hicieron en base a barro templado y cocido, siendo única en ese estilo, en casi toda América Latina.

Allí estuvieron establecidos los indios Petáquires, que fueron una rama de la Gran Familia de Los Tarmas, que son los indígenas que hubo en mi tierra natal, Tarmas, y quienes fueron los guardianes y señores de todas zonas comarcas que ahora conforman la zona fría de

Carayaca, Miranda y Aragua. La Laguneta de Petáquire siempre encerró grandes misterios y gracias al General Elbano Mibelli Lobo, cuando fue Prefecto del Depto. Vargas en 1.912, es cuando más renombre agarró esas tierras frías, de mí amada Parroquia Carayaca.

En su construcción trabajaron muchos obreros echando pico y pala, hasta más no dar. La presa la fueron reforzando, hasta que al fin construyeron la Planta Eléctrica de "El Peñón". Ese territorio siempre fue muy bonito, y era camino obligado para ir a Caracas, El Junquito, La Colonia Tovar, El Jarillo o a La Victoria en Aragua. A ese dique le caen las aguas del Río Jeremba, que nace en las montañas del Parque Coronel "Agustín Codazzi", entre La Colonia Tovar o Palmar del Tuy, además de las aguas del Río Petáquire y la Quebrada de Tiburoncito.

¿Dónde se encuentra realmente ubicado el Dique de Petáquire, señor Peinate?

  • El Dique de Petáquire, geográficamente está ubicado por el norte, con "La Peña", por el sur, con "Petáquire", propiamente dicho, por el este, con "El Pericoco", y por el oeste, con "Los Pozuelos". Yo recuerdo como si fuera ayer mismo, que en esos tiempos hubo un muchacho llamado Domingo Navarro, quién tenía entre 50 o 50 mulas y burros de cargas y era el encargado de recolectar los cogollos de caña de azúcar en los trapiches o ingenios, para darles de comer a las bestias y de esa manera transportar el material pesado y la logística que se usó en la construcción de la Presa de Petáquire y las plantas eléctricas que le precedieron después en esa región montañosa, como en toda la cuenca hidrográfica del Río Petáquire.

¿Qué más nos puede decir sobre la expansión de ese complejo hidroeléctrico, señor Peinate?

– La Planta Hidroeléctrica de Marapa se construyó en 1.933. Esa tecnología fue de gran ayuda para la expansión de la energía eléctrica en toda el área central de Venezuela. Después construyeron la Planta de Mamo. Allí trabajaron los negros tarmeños Justo León (padre de Epifanía Mayora), Mercedes León (familia de Nicanor León Mayora) y los Mayora.

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Atrás, José de La Cruz Hügle, José Ramos, Teodoro Ramos, Francisco Sánchez Jiménez, sin identificar. Adelante, sin identificar, Jesús "Chucho Padilla Rodríguez, Julián Sandoval. Iglesia de San José de Carayaca, año 1.940

¿Y esas tierras de Petáquire no eran productivas, señor Peinate?

  • Siempre han sido tierras productivas, muy buenas para el café. Yo recuerdo que Indalecio Padilla Rodríguez y su padre el isleño canario don Eduardo Padilla, conjuntamente con el pulpero canario Florencio Hernández (padre de Hermenegildo Hernández) en el sitio de Boquerón, José del Carmen Suárez y Tomás Hügle en Petáquire, fueron los pioneros en la producción, recolección, compra y venta del café, en esa zona agrícola en nuestra parroquia.

Yo conocí a mucha de esa gente en el valle de Petáquire y en el sitio de "El Pericoco". Entre ellos al difunto José de La Cruz Hügle, ya que ellos eran 5 hermanos, quienes eran los legítimos dueños de Petáquire. Entre ellos estuvo Emiliano Hügle, y ahora recuerdo que Bernardino Hügle era primo hermano de esa gente. Los Hügle era una familia alemana que tenía muchos años establecida en Petáquire, y quienes con el correr de los años fueron vendiendo sus posesiones en "El Pericoco" y se vinieron a vivir al pueblo de Carayaca.

José de La Cruz Hügle era hijo de Maximiliano Hügle, con doña Ángela Torres, y era hermano de Julián Sandoval, por parte de madre. Maximiliano Hügle era hermano de Justina Hügle. Yo recuerdo que el señor Bernardino Arrieta era el matarife de ganado en Petáquire.

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Indalecio Padilla Rodríguez

¿Qué nos puede comentar sobre la producción cafetalera en esos tiempos en el valle de

Petáquire, señor Agustín Peinate?

– Don Eduardo Padilla y su hijo Indalecio Padilla Rodríguez en La "Marisela", La "Macanilla" y en la Hacienda "Curiana", producían un buen café. Pero ellos les compraban a otros productores en Carayaca, el café a precios muy baratos. En el sitio en donde estuvo establecido el comerciante isleño canario Machín, se sacaban dos cosechas al año, en esos años de la época gomecista y del gobierno del Gral. López Contreras hubo un fuerte movimiento entre los hacendados y sus trabajadores, en la recolección y medición del café en almud, en todas las tierras de Carayaca.

Esa situación fue muy precaria en esos días, porque había que vivir en los caneyes, y los cafeteros tenían que ir en la tarde, a realizar la receptoría o tener que ir a las torvas adonde se llevaba el café, el cual era medido en una caja, cuya capacidad era algo más de una lata de café.

Eso era un almud y costaba dos bolívares, y cuando estaba en cama o café en baba, lo pagaba el hacendado, a dos bolívares o a tres reales, máximo cinco reales, y más si se conseguía en Sabana de Matías (Matías Blanco), El Güire y Petáquire, en donde llovía mucho.

En la medida en que nos vayamos metiendo en el mundo desconocido del valle de Petáquire por parte de muchos de nuestros lectores (a) a nivel regional y nacional, vamos a ir dando a conocer el verdadero origen de Las Minas del Jefe de Jefes Guaicaipuro en esa vitar región carayaquera: – ¿Qué nos puede contar al respecto, señor Herrera Guevara?

– Yo tengo en mi biblioteca personal en mi casa en el pueblo de Tarmas, la cual fue conocida como "La Casa del Níspero" en los tiempos de los generales López Contreras y Medina Angarita, ya que había un frondoso árbol frutal de ese mismo nombre y fue una escuela de niñas hasta el 4º grado de educación primaria rural. Ese libro es muy grande y voluminoso en información sobre "Las Minas de Guaicaipuro", ya que fue nuevamente publicado en tiempos del primer gobierno de Carlos Andrés Pérez Rodríguez, y cuyo autor fue el francmasón y General de Brigada Manuel Landaeta Rosales, miembro de la Logia "Sol de América" Nº 37 en Caracas, conjuntamente con el músico guaireño y francmasón don Pedro Elías Gutiérrez.

Manuel Landaeta Rosales escribió sobre esas minas de oro, debido a que se vio involucrado en un litigio de tierras, en esa abandonaba zona aurífera, desde hacía algunas centurias atrás, en nuestra historia nacional.

¿Qué fue lo más importante que usted notó en esos trabajos escritos y dados a conocer por el Gral. Manuel Landaeta Rosales, señor Angel Herrera?

– Ese viejo militar venezolano señaló en sus investigaciones que Las Minas de Petáquire son las mismas que pertenecieron al Cacique Guacaipuro, y que fueron conocidas también como las de "Nuestra Señora", desde el año 1.560 y que luego fueron abandonadas en el año 1.580. Su hipótesis fue de gran trascendencia, porque determinó para siempre que la única Gran Confederación Indígena, que hubo por estos lares y que llegó abarcar al valle de Caracas, fueron nuestros antepasados Los Taramaquas (Taramas- Tarmas).

Allí tumbaron también las hipótesis mantenidas por ese cronista español llamado don José de Oviedo y Baños, al quedar fuera de lugar la zona de Paracotos. Esas tales naciones aborígenes que mencionan los cronistas e historiadores en las etapas de la conquista y la colonización, no existieron en esas tierras, siendo lo más exacto lo que señaló el Dr. Pedro Díaz Seijas cuando expresó que esas minas estaban en tierra de Los Taramaynas, que son los mismos Tarmas, y no debemos olvidar que Paracotos estaba situado en territorio tarmeño, siendo necesario trasladar nuestras mentes a esas épocas, y no ver esas tierras con la distribución geográfica y política que tenemos ahora en este presente.

Los cronistas de los asesinos conquistadores del siglo XVI, señalaron en sus escritos en cantares de gestas o de juglares al estilo caballaresco del Capitán Andrea Alonso de Ledezma o de Alonso Quijano "El Quijote" escrita por el sifilítico "Mocho de Lepanto", don Miguel de Cervantes y Saavedra,

¿Usted cree que las minas de Guaicaipuro quedaron sin explotar por un periodo de más de dos centurias, señor Herrera Guevara?

  • No lo creo, ya que la confección del cáliz de la iglesia del pueblo de tarmas, nos corrobora que si siguió explotando oro en La Laguneta de Petáquire. Es probable que algunos buscadores de oro furtivos hayan quedados rezagados por ahí, y a lo mejor algunos aventureros encontraron material en pequeñas proporciones. La llegada de los técnicos mejicanos (1.787) a finales del siglo XVIII, es otro de los detalles, de que si estuvieron muy cerca de esas minas.

¿Por qué se conoció nuevamente sobre esas minas, Dr. Alfonzo Vaz?

  • Yo tengo entendido que por Petáquire anduvo el cónsul ingles Robert Syers, Santiago Morín, Tomás Henríquez y Eduard Stopford en 1.838, y es fue tan así que ese británico estuvo casado con la guaireña doña Carlota Piar, de quien decían era hija natural del Gral. Manuel Carlos Piar, el más victorioso de los generales en jefe de la guerra de independencia.

Robert Syers le compró la Hacienda "Curiana" a don Tomás Hernández y celebró en sus predios el último matrimonio de una esclavizada de su propiedad, con un esclavizado de apellido González, que era de Petáquire.

¿Cómo se dieron cuenta sobre la existencia de Las Minas de Guaicaipuro en Petáquire, Vitico?

– Lo que tengo entendido, es que esos carajos como que tuvieron acceso a algunos documentos antiguos del año 1.594. No es extraño que la familia Arismendi anduviera por las tierras de Carayaca y Tarmas, ya que en el pueblo de Tarmas adquirieron la Hacienda "El Mamón", que hasta hoy en día es de sus descendientes los Pedrón Vélez.

Esa vaina la redescubrieron esos tipos, fue a través del manganzón de don José Pablo Arismendi, y allí los carajos hicieron un análisis bien profundo sobre Las Minas de Nuestra Señora que daba a conocer el pajuísimo de Oviedo y baños, y notaron que eran Las Minas de La Laguneta de Petáquire, y que las informaciones orales indicaban que eran las minas del Cacique Guaicaipuro, que no estaban en ese valle mal llamado de Los Caracas.

En eso intervino el señor Angel Herrera Guevara, haciendo el siguiente aporte sobre Las

Minas de Guaicaipuro en Petáquire:

– Carajo, vale. Las descripciones que hizo el cronista Oviedo y Baños concuerdan con las coordenadas en donde se encuentras Las Minas del Jefe de Jefes Guaicaipuro, dentro de mis tierras en Petáquire. Cónchale, con razón tengo viendo cerca de allí a Chelique Sarabia, el compositor de "Ansiedad", y a un montón de militares, ya retirados, políticos, religiosos, diplomáticos y corruptos, latifundistas y terrófagos, ja, ja, ja.

Manuel Landaeta Rosales, la describió muy bien, ya que él estaba en la pomada, esa es la purita verdad, vale. Agueboneado que esta el niño en la época del Gral. Gómez, ja, ja, ja. El señor José Félix Tortoza Castillo y Sebastián Kienzler Tortoza fueron arrieros de burros y cargaron mucha mercancía hacia Maiquetía y Caracas, y conocían muy bien todos esos atajos y caminos reales antiguos.

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