MASACRE EN UN COLEGIO DE ESTADOS UNIDOS: 25 MUERTOS Tres jóvenes entraron en un secundario de Denver, Colorado, y dispararon indiscriminadamente; dos de ellos murieron. DENVER (AP).- En lo que constituye la peor matanza estudiantil en la historia de los Estados Unidos, tres jóvenes asesinaron ayer a balazos a unas 25 personas en un colegio secundario cercano a Denver, Colorado. Los atacantes, vestidos con impermeables negros, ingresaron en el edificio del colegio Columbine, de Littleton, y abrieron fuego contra los estudiantes y profesores que estaban en la cafetería y en la biblioteca. La policía, que tomó por asalto el lugar, encontró los cuerpos de dos de los autores de la matanza en la biblioteca y la hipótesis que manejaban era que había sido una "misión suicida". El tercer agresor fue apresado y llevado para ser interrogado. Otros tres jóvenes, vestidos todos de negro, fueron detenidos en las inmediaciones del establecimiento y se sospecha que son amigos de los atacantes. El peor antecedente en los Estados Unidos de una matanza estudiantil ocurrió en marzo del año pasado, cuando dos menores mataron a cuatro estudiantes y a una maestra en Jonesboro, Arkansas. En la historia de EE.UU. es la peor masacre estudiantil Tres adolescentes dispararon dentro del colegio, donde hicieron estallar artefactos explosivos; sospechan de una pandilla y hay cuatro detenidos. DENVER.- Unas 25 personas habrían muerto cuando tres jóvenes ingresaron ayer en un colegio en las afueras de Denver, Colorado, y dispararon indiscriminadamente contra los estudiantes. El ataque ha sido el incidente de este tipo de mayor gravedad en la historia de los Estados Unidos, que aún conserva fresca en la memoria la tragedia de marzo de 1998, en una escuela de Jonesboro, Arkansas, cuando dos menores mataron a una maestra y a cuatro alumnas. Tres adolescentes vestidos con uniformes de combate abrieron fuego en la cafetería y la biblioteca de la secundaria Columbine, causando pánico entre los estudiantes, informó el jefe de la policía del condado de Jefferson, John Stone. Horas después del ataque, dos sospechosos fueron hallados muertos en la biblioteca del colegio, en lo que aparenta ser un suicidio, y otro adolescente fue sacado del edificio esposado. "Es uno de los que nos dispararon", dijo Chris Wisher, un estudiante. No se aclaró si el resto de los muertos eran alumnos o profesores del colegio. Varios agentes especiales iniciaron un recorrido sala por sala del edificio, que alberga a 1800 estudiantes, el 13 por ciento hispanos. Todo apunta a que ha sido una misión suicida", indicó Stone, y además señaló que hubo algunas explosiones dentro del edificio y que se habían encontrado artefactos explosivos aún sin detonar. Algunos de los atacantes habrían ingresado en el colegio con explosivos adheridos al cuerpo. La policía continuaba buscando otras bombas escondidas, mientras la escuela era rodeada por ambulancias y patrulleros. Poco después de que la escuela fue asaltada por las fuerzas de seguridad, tres jóvenes vestidos de negro fueron detenidos por la policía en un terreno cercano al colegio". La Oficina de Investigaciones de Colorado dijo al canal de televisión KUSA-TV que eran amigos de los pistoleros y que fueron llevados a la comisaría para ser interrogados. Apenas se supo del tiroteo, algunos padres de alumnos se apresuraron a dirigirse al colegio. Se cree que los autores de la matanza pertenecían a una pandilla conocida como "La mafia de los impermeables negros". Bob Sapin, un estudiante, también dijo que los pistoleros vestían de negro, con impermeables y pasamontañas. Foco de atención Durante toda la tarde, las cadenas de televisión norteamericanas mostraron imágenes de autos policiales y ambulancias en torno del local escolar y de agentes con casco y uniforme de combate camuflado que se movían de un lugar a otro. Los informes sobre la matanza opacaron las noticias sobre la guerra en Yugoslavia y cambiaron el foco de atención del público de los Estados Unidos.
Columbine es un colegio en el suburbio de Littleton, una población de 35.000 habitantes al sudoeste de Denver, y fue fundado en 1973. El tiroteo empezó alrededor de las 11.30 de la mañana (hora local). Al parecer, algunos alumnos, que se escondieron en la sala del coro, tenían teléfonos celulares y avisaron a la policía. Poco después, miembros de la unidad de asalto policial ingresaron en el edificio y de 15 a 20 estudiantes salieron corriendo del inmueble. Los atemorizados estudiantes salieron con las manos en alto y eran cacheados por la policía. Otros grupos de jóvenes salieron también corriendo del complejo en las horas siguientes, luego de que un vehículo blindado fuera acercado a la entrada para protegerlos. Disparaban y reían Una alumna explicó sollozando que los atacantes se reían mientras disparaban y que a ella la apuntaron a la cara y pidió que no la matasen. Otro estudiante dijo que uno de los agresores disparaba con una escopeta recortada de doble cañón. Otros alumnos informaron haber escuchado cuatro o cinco explosiones. Miembros de la fuerza de armas y tácticas especiales de la policía (SWAT, por sus siglas en inglés) que registraban el edificio vieron a varios estudiantes heridos, pero no pudieron rescatarlos inmediatamente porque el área no había sido aún registrada, dijo Steve Davis, vocero de la Oficina del Alguacil del Condado de Jefferson. En un momento determinado, un joven ensangrentado se colgó de una ventana del segundo piso, con su brazo derecho inerte, y dos policías lo ayudaron a bajar. No se aclaró de inmediato el estado del joven. La policía señaló que se tardará bastante en identificar a los muertos porque la mayoría de ellos no llevaba un documento de identidad. Por lo menos 19 personas fueron trasladadas a los hospitales, incluso una niña que recibió nueve balazos en el pecho. Kari Mackecher, vocero de Healthone, la empresa que dirige el Swedish Hospital, señaló que cuatro estudiantes fueron llevados allí, todos en estado grave, pero conscientes, y que otro iba en camino. Otros cinco hospitales dijeron haber recibido a 14 personas, al menos una de ellas en estado crítico. La vigésima persona herida era el joven que fue sacado de la escuela por una ventana a mediados de la tarde. Mensaje presidencial Al enterarse de la noticia de la matanza en Colorado, el presidente Bill Clinton pidió a los norteamericanos rezar por las víctimas del tiroteo. "Aún desconocemos los cómo y los porqués de esta tragedia", añadió el presidente desde la sala de prensa de la Casa Blanca. "Tal vez ahora los Estados Unidos se despertarán ante el desafío que enfrentan los jóvenes en las escuelas de la nación", manifestó el mandatario, sin aludir a medidas específicas, aunque señaló que el gobierno federal ofrecerá asistencia a los familiares de las víctimas.
Agencias AP, Reuters, ANSA y EFE ROPAS NEGRAS DENVER (AP).- No es ésta la primera vez que se habla de "la mafia de los impermeables negros", pequeños grupos de jóvenes que asisten a colegios y universidades de los Estados Unidos vestidos con esas prendas Son considerados de extrema derecha y seguidores de Timoty McVeigh, condenado a la pena capital por el atentado de Oklahoma, en el que murieron 168 personas. Hasta ayer no habían protagonizado ningún hecho de violencia. En el caso de la escuela de las afueras de Denver, era un grupo de diez jóvenes. Anteayer se cumplieron cuatro años del atentado de Oklahoma.
La Nación, Martes 17 de abril de 2007 ANEXO 2
EL RECUERDO DEL HORROR EN CARMEN DE PATAGONES
Los alumnos aún tienen secuelas
El 28 de septiembre de 2004, un chico de 15 años que ingresó armado en el aula de la Escuela de Enseñanza Media N° 2 Islas Malvinas de Carmen de Patagones, Argentina; y mató a tres de sus compañeros e hirió a otros cinco se convirtió en el protagonista de la primera masacre escolar en la Argentina. Ocurrió en el aula en la que cursaba el 1° B de la escuela. Allí, con la pistola Browning 9 milímetros de su padre, un suboficial de Prefectura, Junior -apodo del menor, cuya identidad se reserva por razones legales- disparó a quemarropa contra sus compañeros y asesinó a Evangelina Miranda, Sandra Núñez y Federico Ponce. Todos, víctimas y victimario, tenían entonces 15 años. La tragedia se desencadenó minutos antes de las 8, cuando los alumnos ingresaban en el aula para cursar Derechos Humanos. Tras la masacre, esa habitación permaneció cerrada hasta fines del año último, cuando la promoción de los compañeros de Junior egresó del colegio.
Pese al tiempo transcurrido, los sobrevivientes de la masacre luchan contra fobias y otras secuelas, desde embarazos precoces hasta desarreglos hormonales, psiquiátricos y cognitivos. Según la última información conocida, el autor del crimen permanece, por orden de la titular del Juzgado de Menores N° 1 de Bahía Blanca, Alicia Ramallo, internado en una clínica neuropsiquiátrica. El 12 de junio de 2005, la jueza informó que había decidido archivar la causa abierta por el múltiple crimen y dictar el sobreseimiento definitivo del autor debido a que, por su edad, es inimputable para la ley.
Un mes antes, en mayo, la Dirección de Auditoría General de la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense dio por terminado el sumario institucional asignando responsabilidad por falencias en la conducción y en la actitud adoptada tras los hechos a ocho docentes, entre ellos la directora y el secretario, máximas autoridades del establecimiento, que fueron separados de sus cargos.
La Prefectura Naval, en tanto, sancionó al padre del precoz homicida con 45 días de arresto. Le reprochó no haber custodiado debidamente el arma con la que su hijo mató a tres compañeros. A poco del hecho, el suboficial fue trasladado a Ensenada, donde aún presta servicios administrativos.
La Nación. Martes 22 de marzo de 2005 ANEXO 3
EE.UU.: SON DIEZ LOS MUERTOS POR UNA MATANZA EN UN COLEGIO SECUNDARIO
Jeff Weise, que atacó en forma indiscriminada, pareció actuar por sí solo; el motivo de sus actos no había sido determinado aún
RED LAKE, Minesota.- Jeff Weise, el escolar acusado de balear a nueve personas en esta localidad mató primero a su abuelo y su compañera, y luego se dirigió a una escuela secundaria donde mató al azar a estudiantes y maestros, y luego se suicidó, dijeron hoy las autoridades. El agente del FBI Michael Tabman dijo que Weise pareció actuar por sí solo en su ataque de ayer, y que el motivo de sus actos no había sido determinado aún. Cuando terminó el ataque, diez personas habían muerto, incluyendo al propio Weise. Es el peor tiroteo de una escuela de los Estados Unidos desde la matanza de la escuela superior Columbine de Littleton, Colorado, registrada en abril de 1999, que arrojó un total de 12 estudiantes y un maestro muertos, aparte de los dos estudiantes que la ocasionaron. En rueda de prensa convocada hoy, Tabman dijo que no podía confirmar si Weise era el mismo individuo que había colocado mensajes en una página cibernética neonazi, en que afirmaba ser "el ángel de la muerte". Aparte del abuelo del joven, Daryl Lusier, y su compañera, Michelle Sigana, las demás víctimas del incidente parecieron haber sido escogidas al azar, dijo Tabman. Un guardia de seguridad desarmado y un maestro resultaron muertos.
Horror en la escuela de Minnesota
EE.UU.: REVELACIONES SOBRE UNA MATANZA
El asesino era un adolescente solitario que, supuestamente, admiraba a Hitler.
Jeff Weise, de 16 años, mató a varios de sus compañeros en su colegio antes de suicidarse.
Vestía siempre de negro, le gustaba escuchar a Marilyn Manson y era objeto de burlas.
REDBY, Minnesota.- Mientras Estados Unidos continuaba conmovida por la matanza ocurrida anteayer en un colegio de Minnesota, la peor en una escuela secundaria en el país desde la que se produjo en Columbine, en 1999, se supo ayer que el autor de la masacre tenía vinculación con un grupo neonazi. Jeff Weise, de 16 años y presunto admirador de Adolf Hitler, primero asesinó a su abuelo y a la pareja de éste en su casa en la reserva india chipeua de Red Lake, una localidad de Minnesota habitada por 5000 personas. Luego se dirigió en el auto de su abuelo a la escuela de Red Lake, a la cual concurría, donde mató a cinco de sus compañeros, una profesora y un guardia de seguridad.
Familiares de Weise dijeron al Pioneer que el adolescente, que siempre iba vestido con una campera negra y escuchaba la música del polémico Marilyn Manson, era objeto de burlas de sus compañeros en la escuela. Por otra parte, el diario informó que el joven manifestó su admiración por Hitler en foros de extrema derecha en Internet. En algunos foros Weise se presentaba con el nombre alemán de "Todesengel" (ángel de la muerte). "Creo que siempre he tenido una admiración natural por Hitler y sus ideales, y su coraje para apoderarse de naciones más grandes", escribió Weise en uno de ellos, según el periódico. Por otra parte, el Partido Verde Libertario Nacional Socialista confirma en su página web que Weise participó de sus foros. Se conjetura que su ideología lo llevó a desencadenar la masacre, considerada como la peor en una escuela de Estados Unidos desde la de Columbine, en Colorado, donde en abril de 1999 dos estudiantes mataron a 13 personas antes de suicidarse. Según informaron el FBI y testigos, Weise avanzó por un pasillo disparando, aparentemente al azar, y se tiroteó con policías que fueron alertados por estudiantes que llamaron desde sus teléfonos celulares. Entonces ingresó en un aula, mató a una profesora y a cinco compañeros, y finalmente se suicidó, minutos después de haber llegado a la escuela. Por lo menos 14 estudiantes resultaron heridos. Testigos afirmaron que "sonreía y saludaba con la mano" mientras disparaba con una pistola calibre 22 que habría obtenido de su abuelo, un ex oficial de policía. Las autoridades dijeron que llevaba consigo otras dos armas y un chaleco antibalas. Un estudiante, Reggie Graves, dijo haber oído desde su aula cuando Weise pasaba por el detector de metales en la entrada del colegio. Minutos más tarde oyó cómo asesinaba a su amigo Ryan. "[Weise] le preguntó a Ryan si creía en Dios -dijo-. Y luego le disparó." Otra estudiante, Sondra Hegstrom, dijo que también oyó el drama desde un aula contigua. "Oí a una chica decir: «No, Jeff. ¡Vete, vete! Déjame…»" Entonces se oyeron disparos "y ya no se oyeron más súplicas", agregó.
La Nación, Martes 17 de abril de 2007 Anexo 4
Una matanza que conmueve al mundo.
MASACRE EN UNA UNIVERSIDAD DE LOS EE.UU.: 33 MUERTOS.
Un joven que aún no fue identificado atacó a profesores y estudiantes con dos pistolas, y se suicidó; hay 15 heridos; entre el primer ataque y el último pasaron dos horas y media. WASHINGTON.– Estados Unidos vivió ayer otro día de horror y locura cuando un joven de unos 20 años se paseó por la Universidad Politécnica de Virginia con dos pistolas y mató a lo largo de la mañana a 32 personas e hirió a otras 15, antes de suicidarse. Causó así el mayor baño de sangre de este tipo en la historia del país y uno de los peores en el mundo. Anoche, el gobierno declaró el estado de emergencia en Virginia. La masacre empezó cerca de las 7.15 de la mañana en Blacksburg, 420 kilómetros al sudoeste de esta capital. El joven asesinó primero a dos estudiantes en una residencia del campus de la universidad, que había recibido la semana pasada dos amenazas de bomba. Luego ocurrió lo inverosímil: mientras la policía y la universidad se ponían en alerta, cruzó el predio y, dos horas y media después, completó la tragedia. El asesino, que todavía no pudo ser identificado, cerró con cadenas las puertas de un edificio de la Facultad de Ingeniería para que no escaparan los estudiantes ni entrara la policía. Después hirió o mató a otros 46 estudiantes y profesores. A algunos de ellos literalmente los fusiló, según relataron los sobrevivientes. Los episodios en Virginia Tech –como se conoce a esta prestigiosa universidad– crecieron hasta adquirir dimensiones insospechadas. Justo cuando este viernes se cumplirán ocho años de la tragedia que vivió el colegio Columbine, en Colorado, donde dos chicos mataron a 12 compañeros y una maestra antes de suicidarse. La nueva tragedia provocó la congoja de un país que no comprende aún por qué se repiten estos raptos sociales de desprecio por la vida. También reavivó el debate político sobre la necesidad de controlar la venta de armas, uno de los ejes más divisivos entre republicanos -que se oponen- y demócratas (ver aparte). Los grupos que abogan por mayores controles a la venta de armas reanudaron sus reclamos para que se reforme el sistema. Pero la vocera de la Casa Blanca Dana Perino dijo que "el presidente cree que existe un derecho de la gente a portar armas, aunque todas las leyes deben ser acatadas". Lejos del debate político en Washington, los sobrevivientes de la masacre comenzaron a relatar lo que vivieron. Testigos describieron escenas de horror y caos. Entre otras, sobre estudiantes obligados a formar contra una pared y fusilados, sin más. O de los intentos del asesino por volver a una de las aulas para que no quedara nadie vivo. Todo, según sobrevivientes, sin pronunciar una sola palabra. "Nos dijo «al suelo». Nada más", afirmó Troy Perkins, uno de los que se salvaron de milagro dos veces: cuando el pistolero entró en el aula y mató de un tiro a la cabeza al profesor y luego disparó a los alumnos, y cuando intentó volver minutos después y él y otros trabaron la puerta con sus pies. "Empezó a disparar a través de la puerta", relató Perkins, de 19 años. Pero esa segunda vez el asesino no logró herir a nadie. "Me tiré al piso y pensé «no hay forma de que vaya a sobrevivir a esto».Todo lo que podía pensar era en mi mamá." Poco después, mientras la policía barría las 1052 hectáreas del campus con fusiles automáticos, el protagonista terminó el drama por sí mismo. Se apuntó una pistola a la cabeza, según algunos relatos, y se disparó Hasta anoche, los investigadores aún no podían determinar su identidad. No tenía documentos de identidad ni teléfono celular, su rostro quedó desfigurado al suicidarse y sus huellas dactilares no aparecían en los archivos de antecedentes penales. ¿En busca de su novia? Los testigos lo describieron como un joven de unos 20 años, con rasgos asiáticos, lo que no fue confirmado por la policía. Pronto comenzaron a rodar los rumores de que buscaba a su novia para ejecutarla. Tampoco fue confirmado por las autoridades. La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) evitó inclinarse por una sospecha en particular. "Todas las avenidas de investigación serán exploradas", dijo uno de sus voceros, incluyendo la muy improbable opción de un ataque terrorista. La investigación también buscará determinar si la universidad cometió un error después del primer tiroteo. Su servicio de seguridad sólo difundió un e-mail entre sus 26.000 estudiantes y su profesorado, muy cauto, cuando la matanza comenzaba a completarse en el edificio encadenado. "Un tiroteo ocurrió en [el edificio] Amber Johnston más temprano esta mañana", informó ese e-mail, a las 9.26 de la mañana. "La policía está en la escena investigando", abundó, además de pedirles cautela a los estudiantes y que contactaran a seguridad si veían algo sospechoso. Es decir, lo que ya estaba comenzando a ocurrir en la otra punta del campus. Ya por la tarde, el presidente de la universidad, Charles Steger, defendió aquella primera reacción. "Sólo pudimos tomar decisiones basados en la información que había en ese momento. No teníamos horas para reflexionar", recordó.
La locura llegó a tal punto que mientras se desencadenaba el último tiroteo varios alumnos optaron por saltar al vacío desde el cuarto piso del Norris Hall. En total, 15 fueron internados por heridas de bala o provocadas por el feroz impacto con el suelo. Hasta anoche, la lista de muertos y heridos no había sido difundida, pero se creía que no había estudiantes argentinos entre las víctimas, según dijeron a LA NACION profesores y alumnos contactados. La universidad retenía esa lista hasta contactar a los familiares de todos los afectados. Dentro del edificio, los peritos comenzaron a recopilar rastros y a deslizar los primeros retratos del horror, con manchas de sangre en las paredes y casquillos desperdigados por el piso de aulas y pasillos. Hasta ayer, la peor masacre dentro de un establecimiento educativo había ocurrido en 1966 en la Universidad de Texas, con 16 víctimas. Pero la irrupción de George Hennard con su camioneta en una cafetería, también en Texas, era la más sangrienta, sin importar dónde haya ocurrido. Fue en 1991 y Hennard mató a 22 personas, antes de suicidarse. La universidad más grande de Virginia
• Fundada en 1872, la Universidad Politécnica de Virginia es el establecimiento educativo más grande de ese estado, con 1052 hectáreas que conforman su campus, ubicado en el condado de Montgomery, 60 kilómetros al sudoeste de Roanoke, en el New River Valley. Actualmente, 28.469 alumnos, entre ellos 2000 extranjeros, estudian en alguna de las ocho facultades que tiene la entidad. La universidad, que maneja un presupuesto de 900 millones de dólares anuales, también tiene sedes en seis regiones de Estados Unidos y una en Suiza, y cuenta en su campus con un aeropuerto privado.
Publicado en La Nación. 11 de octubre de 2007 ANEXO 5
Ataque en Cleveland, Ohio
CONMOCIÓN EN EE.UU. POR OTRO TIROTEO ESCOLAR
Un estudiante de 14 años hirió a cinco personas y se suicidó
| CHICAGO.- A seis meses de la matanza en la Universidad Politécnica de Virginia, donde el estudiante surcoreano Cho Seung Hui asesinó a 32 personas, Estados Unidos se vio sacudido ayer por otro tiroteo protagonizado por un joven irascible, que ingresó en la Success Tech Academy, de Ohio, con dos pistolas. El estudiante, de 14 años, disparó a mansalva en los pasillos del colegio secundario e hirió a dos jóvenes y dos adultos. Al verse rodeado por la policía de Cleveland, se suicidó. "El tirador es un estudiante de 14 años de la escuela. Luego del ataque, se suicidó", dijo en una conferencia de prensa el alcalde de Cleveland, Frank Jackson. Mientras varias ambulancias y patrulleros rodeaban el colegio, el funcionario dijo que el estado de dos profesores, de 42 y 57 años, que se cree eran los blancos primarios del atacante, revisten mayor gravedad que el resto. Dos de los estudiantes, un joven de 17 y otro de 14, también resultaron heridos por los disparos, mientras que una adolescente de 14 años se lastimó la rodilla al huir. Considerado un alumno "difícil", que había provocado problemas en el pasado, el estudiante había sido suspendido hace unos días por problemas de conducta, y ayer se presentó, enfurecido, para protestar por la medida. "Estuvo a punto de dispararme. Me tenía en la mira, pero escapé justo a tiempo", dijo Ronnell Jackson, de 15 años, que se encontró de frente con el atacante. Doneisha Le Vert, otra alumna, dijo que el director del colegio emitió por el sistema de comunicación interno el "Código Azul", la alarma de evacuación, y los estudiantes comenzaron a correr desesperados por los pasillos. Le Vert optó por esconderse en un armario junto con algunas de sus amigas. La madre de uno de los estudiantes heridos, Tammy Mundy, relató al The Plain Dealer , de Cleveland, que había llamado al celular de su hijo, Darnell Rodgers, que había sido herido minutos antes. "Lo llamé y me dijo: «Mamá, me dispararon»", contó Mundy. El colegio, que está en el centro de la ciudad y frente a las oficinas del FBI, es un instituto profesional definido como "alternativo", que alberga a unos 240 estudiantes, en gran parte negros y de bajos recursos, financiada con aportes de la fundación Bill y Melinda Gates. Con pocos incidentes violentos, Success Tech Academy no contaba con detectores de metales. El tiroteo de ayer es el último de una serie de episodios violentos en escuelas norteamericanas. En abril, Cho, un estudiante perturbado, disparó y mató a 32 personas en la Universidad Politécnica de Virginia antes de suicidarse. Fue la peor matanza cometida por una sola persona en la historia norteamericana. En 1999, dos estudiantes mataron a 12 de sus compañeros y a un docente en la Columbine High School, en el distrito de Jefferson, Colorado, antes de suicidarse. Desde ese ataque, un total de 65 personas han muerto en tiroteos en establecimientos escolares en Estados Unidos.
En las escuelas se han registrado en los últimos años episodios de violencia sin antecedentes históricos, como las agresiones a los docentes, que en algunas ocasiones terminaron en muertes, o los arrebatos demenciales de chicos que atacaron con armas de fuego a sus compañeros, de los cuales uno de los casos más tremendos se produjo en una escuela de Carmen de Patagones.
Los adolescentes ven la violencia como algo natural, según la investigación, lo cual refleja inquietantes signos de machismo y xenofobia, particularmente contra los gitanos, los judíos y los orientales.
Otra señal preocupante es la discriminación contra inmigrantes latinoamericanos entre los cuales, como índice curioso e increíble, están incluidos los uruguayos, pocas veces mencionados antes del conflicto generado por la instalación de las pasteras.
Las rivalidades entre colegios físicamente cercanos, como sucede en varios establecimientos de nuestra ciudad, vienen manifestándose desde hace largo tiempo. En otras épocas no pasaban de desafíos que no iban más allá del deseo de demostrar superioridades o delimitar territorios. Lo que se puede ver hoy es una actitud basada específicamente en la agresión, que parece participar de los mismos niveles de agresividad de la sociedad entera y a la cual se han sumado las mujeres, que tradicionalmente no participaban de esas demostraciones.
Por cierto, una sociedad desquiciada en muchos aspectos no puede pretender adolescentes bien centrados ni influidos por los mejores valores. El informe de estos investigadores es, de todos modos, optimista, y pone el acento sobre la necesidad de modificar los climas escolares. En una escuela cuyo divorcio con la realidad alcanza picos peligrosos se trata de una recomendación muy positiva.
La realidad, empero, demanda un cambio profundo en materia de prevención de este tipo de actitudes. Si más de la mitad de los jóvenes ha ejercido o ha sufrido episodios de violencia, la tendencia no parece ser declinante, sino inquietante. Frente a ello, nada sería mejor que reformular el mensaje que los mayores estamos transmitiéndoles a las nuevas generaciones, de modo de no echarles a ellos
Monografía realizada por las alumnas de Ciencias Básica de Formación Docente Inicial y en Servicio Nivel Medio Julio/2011.
Enviado por:
Fidelina Brizuela
CENTRO REGIONAL DE EDUCACIÓN GRAL. PATRICIO ESCOBAR
VIOLENCIA ESCOLAR
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