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Juan Manuel de Rosas, sus dos gobiernos (página 2)

Enviado por Agust�n Garrido


Partes: 1, 2

De todas formas el ex gobernador emprendió camino hacia el sur, de donde regresó coronado con el doble éxito de asegurar la frontera y de alimentar una crisis política que haría luego más fácil su regreso al poder.

El general Martínez por su parte intentó, "mediante la intriga, desmantelar el aparato militar rosista precisamente donde es mas fuerte, en el sur de la provincia. Así le fue…". Tras estos fallidos intentos de volcar el aparato militar de la campaña a su favor, Martínez se vio obligado a renunciar el 30 de Octubre. Mientras que Balcarce sin un apoyo importante que sustentara su agónico gobierno debió renunciar el 3 de Noviembre de 1833. La Sala eligió entonces al general Viamonte como gobernador quien asumió el día siguiente. Durante su mandato llevó a cabo una política de conciliación que intentaba asegurar la estabilidad de la provincia relegando las diferencias entre las facciones. Rosas, si bien públicamente apoyaba al gobierno en lo privado se mostraba disconforme: lo que le molestaba principalmente era su política que buscaba la conciliación. Por esta razón el gobierno debió enfrentar los continuos ataques por parte de los rosistas encabezados por Encarnación Ezcurra. Este creciente clima de violencia provocó la emigración de los federales "lomos negros" hacia Uruguay y el Interior.

El gobierno atravesaba una grave crisis política, ante su incapacidad de hacer frente a los continuos hechos de violencia y a la caótica situación económica, Viamonte presento su renuncia.

La legislatura entonces, y ante la negativa de Rosas de aceptar el cargo sin las facultades extraordinarias, decidió nombrar como gobernador a Manuel Maza.

Ahora bien, los conflictos en la región del noroeste encabezados por el tucumano Heredia (que pretendía convertirse en figura dominante de la región para poder autonomizarse de la tutela de Buenos Aires) y el gobernador de Salta, de la Torre, y la muerte de Quiroga, significaron un duro golpe para el gobierno. La ola de temor que recorrió Buenos Aires fue aprovechada por Rosas quien obtuvo finalmente los instrumentos legales que exigía, los poderes extraordinarios, pero también la suma del poder publico.

Si durante el primer gobierno, el accionar de Rosas se orientó principalmente hacia la definitiva supresión de la oposición interna y externa en Buenos Aires, en su segundo mandato, la provincia comenzó a mostrarse, "monolíticamente federal hasta en sus mínimas, y no por eso menos importantes, expresiones". Bajo estas condiciones, Rosas dirigiría una política de expansión sobre el resto de las provincias rioplatenses.

Segunda Gobernación (1835-1852)

El 13 de abril Rosas prestó juramento ante la Legislatura y asumió el mando. Por mecanismos legales y con todo el ceremonial se estableció "un régimen republicano de excepción" un régimen que para garantizar el mantenimiento del sistema de representativo, concentró buena parte de las facultades de otros poderes y suspendió ciertas libertades individuales.

El orden instaurado en 1835 pretendía sostener el orden federal por encima de todo, "… y por medio de él la independencia de la Confederación, el gobierno republicano y la igualdad ante la ley", era republicano porque la legitimidad del gobierno estaba basada en la voluntad popular y había sido elegido dentro del marco institucional de la República. La opinión publica en este sentido, constituía la base de la legitimidad y poder del régimen.

La oposición y las críticas al gobierno de los llamados por Rosas "unitarios", "herejes", "impíos" etcétera, si bien no desaparecieron, la exclusión y la intolerancia política que formaba parte del "federalismo rosista", así como el terror tan característico de este régimen provocaron un importante debilitamiento de los mismos.

El terror que aparece y se afirma en la segunda parte de la década del 30 es un instrumento de disciplina nada desdeñable, un arma de lucha política utilizada a conciencia para amedrentar a los opositores y hacer gobernable a la provincia.

El uso mandatario de la divisa y del cintillo federal, así como la prohibición de expresar opiniones contrarias al rosismo, constituyeron otras formas de exclusión política.

La Sociedad Popular Restauradora, una organización para-policial estaba encargada de la identificación y separación de los unitarios del cuerpo de la República. Su fuerza de choque, la Mazorca, llevaba adelante los asesinatos y las intimidaciones.

El federalismo rosista pretendía restaurar el orden político, económico y social, este era vital para el sostenimiento de las instituciones republicanas. El orden federal era un orden de carácter coercitivo puesto que pretendía controlar a las provincias para encauzarlas hacia el federalismo, la tranquilidad social y el imperio de la ley. Las bases del discurso rosista se basaba en: una sociedad agraria estable, un americanismo moderno enfrentado a la tradicional Europa, la amenaza permanente de conspiradores unitarios y una "obsesión por el orden".

Rosas intentó proclamar la igualdad ante la ley como uno de los logros de su gobierno, pero esto es necesario matizarlo, ya que en la práctica, existieron importantes desigualdades. Las clases subalternas (principalmente los peones y jornaleros), por otra parte, las verdaderamente comprometidas con el régimen, fueron las proveedoras de hombres para los ejércitos de Rosas, era normal que los estancieros no cumplieran con los servicios que si llevaban a cabo estos sectores de la población, esto a largo plazo va a provocar importantes roces entre los diferentes sectores que de alguna manera, eran federales pero de diverso "grado".

Una de las medidas adoptadas en su primer año de gobierno fue promulgar la nueva Ley de Aduanas y la Ley Agraria.

Desde 1810 nuestro pais aplicaba el Sistema Librecambista, que al permitir la libre contratacion, beneficiaba a los comerciantes porteños y a sus proveedores extranjeros, pero perjudicaba a los productores del Interior.

La Ley de Aduanas de 1835, al gravar con mayores impuestos a los productos extranjeros inicio el Proteccionismo Economico que favorecio al interior sin por ello desproteger a los comerciantes porteños.

De esta forma se fortalecio la incipiente INDUSTRIA ARGENTINA: aparecieron las primeras fabricas que utilizaban maquinas a vapor, se abrieron talleres de tejidos e hilados y se multiplicaron las artesanias.

La Ley de Agraria fue aprobada por la Sala en 1836, y tuvo por finalidad expandir la colonizacion de las tierras publicas, divididas en parcelas entregadas en Propiedad.

Las tierras publicas continuaron afectadas al pago del Emprestito contraido con la Banca Baring, pero pasaron a ser propiedad de los colonos, con garantia del Estado, de no ser molestados en sus derechos.

Del mismo modo muchos latifundios no cultivados, al ser gravados con altos impuestos, fueron devueltos al gobierno, el cual procedió a venderlos o repartirlos gratuitamente entre los soldados y empleados publicos que se comprometian a trabajarlos.

La conspiracion unitaria aliada al extranjero había decidido el derrocamiento de Rosas sin escrupulos en los medios para lograrlo. Montevideo fue el centro de esa conspiracion, cuyos metodos eran el terrorismo, el asesinato, el fraude, la union con elextranjero, confiscaciones. Los opositores sentenciaron a Rosas a gobernar sin un dia de tranquilidad.

Los unitarios iniciaron una maniobra envolvente para sitiar a la Confederación desde el Uruguay y Bolivia, contando para ello con la ambiciosa política de la Confederación Peruano-boliviana en 1837 y antiguo apoyo unitario en el norte.

El 13 de febrero de 1837 Rosas cortaba toda comunicación con el gobierno de Santa Cruz y el 19 declaraba la guerra justificada en un extenso manifiesto.

La guerra fue deslucida. Las enormes distancias que separaban las provincias norteñas del teatro operativo, la falta de recursos, y luego, el conflicot con Francia, impidieron un accionar belico eficiente.

La derrota de Santa Cruz constituyo un fracaso de la política expansionista de Francia en America y la determino a intervenir en forma mas directa, iniciando su ataque contra nuestro pais mediante injustos reclamos diplomaticos.

Cuando estos reclamos fueron refutados, los franceses bloquearon el puerto de Buenos Aires con sus torpas. Si bien las perdidas economicas fueron enormes, en ciertos aspectos el bloqueo resulto beneficioso ya que contribuyo al desarrollo de las industrias locales que comenzaron a producir articulos que hasta entonces se importaban del exterior.

Se organizó entonces una conspiración general contra el rosismo, una coalición entre unitarios y franceses. La iniciativa surgió desde Corrientes. Luego de resivir varias presiones, el gobernador se vio obligado a ceder en muchos de los reclamos.

El tratado establecia el reconocimiento de " las indemnizaciones debidas a los franceses ", el levantamiento del bloqueo, la amnisitia a los enemigos o combatientes.

Ocupado por nuevos incidentes internacionales, Rosas consideraba la oportunidad de terminar con el problema uruguayo. Desde principios de 1841 había decretado, en represalia, el bloqueo del puerto montevideano y además busco controlar los rios interiores. Este sitio de Montevideo deterioro repentinamente las relaciones con Gran Bretaña.

Rivera y la comision de exiliados solicitaban una nueva intervencion europea, bajo el pretexto de la mediacion franco-inglesa para evitar la caida de Montevideo en manos oribistas y además inteligentemente se instrumento una campaña periodistica y literaria mundial, tendiente a demostrar la necesidad humanitaria de la intervencion contra la tirania.

Las acciones se iniciaron el 2 de agosto de 1845 con al captura de la flota argentina del almirante Brown, en el Río de la Plata, y el izamiento de las banderas de Francia y la de Inglaterra. El robo de la escuadra nacional dejo abierto el río Parana y facilito la penetracion militar y comercial de los barcos extranjeros.

Con toda prisa se armo una poderosa flota anglofrancesa seguida de 90 navios mercantes que una ve abierto el río Parana, llevaria los productos a Corrientes y Paraguay. Los navios zarparon en Noviembre confiados en su fuerza. Rosas dispuso la defensa fluvial y terrestre al mando del general Lucio V. Mansilla, alguno voluntarios y tropas populares.

La resistencia se mantuvo admirablemente. Las provincias suplieron a la importacion, y sus producciones artesanales crecieron en forma complemetaria con la economia bonaerense.

Al cabo del tiempo el bloqueo resultaba un fracaso político, militar y economico, por su costo y las continuas subvenciones dadas a Montevideo.

El repetido fracaso de los diplomaticos europeos agudizaba el problema y tenia visos de nunca acabar. Por ello, a comienzos de 1849, el Premier Palmerston envio a Buenos Aires a Henry Southern munido de especiales instrucciones, quien tras arduas negociaciones anuncio que su pais aceptaba la posicion defendiad por nuestro gobierno.

El peligro ahora no venia de Europa. Mejor dicho, ciertos intereses europeos se trasladaban a su tradicional enclave continental: el Brasil. Allí unian sus conveniencias contra la Confederación Argentina, cuya preeminencia americana, siempre desagrado a los lusitanos.

A comienzos de 1850 y culminando una larga serie de fricciones diplomaticas, la Confederación Argentina presento al gobierno de Río muy serias reclamaciones, fundadas entre otros motivos, en las correrías que bandaas armadas brasileñas, amparadas por la policia, hacian sobre el territorio del Uruguay, incluso en la zona ribereña correntina.

Brasil con graves problemas internos, y con un ejercito integrado en gran parte por mercenarios, tenia pocas probabilidades de éxito frente al poderío de la Confederación. Por ello su Ministro Paulino soares de Souza inicio un habilisimo operativo diplomatico para revertir la situación. Y en estas gestiones, pronto logro un inesperado éxito, al ganar para su causa al jefe del Ejercito Argentino de Operaciones, Justo J. de Urquiza y las fuerzas que el comandaba.

La actitud de Urquiza puede explicarse por razones economicas y politicas:

·                     El federalismo rosista en la practica, subordinaba la economia de las provincias a Buenos Aires, ya que su aduana percibia las rentas de todo lo que consumia el pais adquirido en el extranjero. Urquiza se oponia a estos terminos.

·                     El prolongado bloqueo perjudicaba a ciertas provincias, sobre todo las del litoral, que como Entre Ríos veian impedido su comercio con el exterior, que había sido su mayor fuente de recursos.

·                     El federalismo que sostenia Rosas era muy discutido, ya que aunque solo gobernador de Buenos Aires y Encargado de la representación Exterior de la Confederación, en realidad regia los destinos de todo el pais.

La alianza brasileña-entreriana-oriental fue firmada en secreto el 29 de mayo, y elejercito argentino de operaciones entregado de esta manera al enemigo.

Rosas menosprecio el poderío enemigo, creyó contrarrestarlo mediante propaganda y su conocida estrategia sociológica. El 9 de Julio presidio un imponente desfile militar y el 18 de agosto le declaro la guerra al Brasil.

Bajo estas circunstancias se firmo el tratado definitivo de alianza el 21 de Noviembre, una vez obtenida la capitulación de Oribe y de su gobierno del Cerrito. Entre Ríos, Corrientes, Uruguay y Brasil se comprometieron a " liberar al pueblo argentino de la opresión ".

Brasil contribuiría con su flota y una fuerte suma de dinero que le seria devuelto, con intereses, al finalizar la guerra..

Al constatar su derrota, Rosas abandono el campo y regreso a la ciudad acompañado de su asistente: en las afueras escribió la RENUNICA A SU CARGO, dirigida a la Legislatura. Luego, llego a la casa del cónsul británico y una fragata que quedo fondeada frente a Montevideo. Luego patrio para Gran Bretaña en calidad de aislado y se estableció en Southampton, alejado de toda actividad política, hasta su fallecimiento en 1877 a los 84 años de edad.

 

 

 

 

Autor:

Agustín Garrido

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