La Unión Europea llama a revisión al Euro la casa está en llamas I (página 11)
Enviado por Ricardo Lomoro
La más grave, sin duda, es la evaporación de todo atisbo de responsabilidad fiscal en la zona euro. Por qué asumir más sacrificios que los meramente indispensables para salvar la cara, si sé que tarde o temprano contaré con un rescate, ante el pavor al efecto dominó de una quiebra, que arrastrará a mis vecinos y a más de un banco de los países a los que acudo en ayuda.
¿No hubiera sido más sensato facilitar a Grecia el recurso al FMI, fundado justamente para resolver este tipo de crisis de liquidez? Polonia y Letonia han emprendido tal camino con éxito, sin generar estridencia alguna, ni despertar estados de ánimo en los demás socios. Se nos dice que la pertenencia a la eurozona cambia las cosas, al suponer un reconocimiento de impotencia que fragilizaría al euro. Pero compartir el uso de una misma moneda no implica que mi vecino deba sufragar mis deudas.
Lo que de verdad afectaría irremediablemente a la eurozona es la percepción de que la ausencia de disciplina presupuestaria se salda con la impunidad, quebrando, por lo demás, uno de sus principios esenciales. Y si nos saltamos las reglas por un problema de refinanciación de 20.000 millones, qué no sucederá cuando la cuestión adquiera mayor gravedad.
Bien mirado, el problema griego es de baja intensidad. Pero si se cede para sacar a este socio del apuro de pagar un sobrecoste por endeudarse, se abrirán las puertas de la UVI a todo quien se resista a pagar la financiación al precio de mercado. Es un preludio de lo que puede acontecer si los mercados apuestan, como suele ocurrir, por poner a prueba los límites de este compromiso implícito.
Aunque Papandreu amague con dirigirse al FMI de no encontrar un eco positivo, da la sensación de que esa ventana de créditos al 4,25% se desaprovechó y, ahora, todo cuanto suponga defraudar las esperanzas de un rescate europeo creará las condiciones para un cataclismo. Han fabricado entre todos un falso problema que corre el riesgo de convertirse en uno bien real y duradero.
Por sembrar la idea de que Grecia era insolvente, en lugar de limitarse a constatar que pagará un tipo de interés más elevado por endeudarse (siempre que renuncie a las condiciones ventajosas que le ofrece el FMI), Europa se ha introducido en un laberinto de donde le resultará imposible salir indemne.
– Jim Rogers: "El euro dejará de existir a medio plazo" (El Economista – 18/3/10)
(Por Ainhoa Giménez, Bolságora) Lectura recomendada
El euro no seguirá existiendo como divisa a largo plazo, la libra se desplomará en los próximos años y las dos burbujas actuales en el mundo son las de los bonos de EEUU y el mercado inmobiliario chino. Éstas son las previsiones del legendario inversor Jim Rogers, que reveló ayer en una entrevista con la CNBC.
"El euro probablemente se romperá en los próximos 15 ó 20 años", aventuró. Aunque aseguró que está invertido en euros, recuerda que "hemos tenido otras uniones monetarias en la historia y no sobrevivieron, y esta tampoco lo hará".
Respecto a la actual crisis de la deuda de los países periféricos, Rogers opina que "si los países grandes ayudan a Grecia, eso debilitará los fundamentales del euro. Y cuando el siguiente gobierno con problemas venga pidiendo lo mismo, la divisa se debilitará aún más". "Yo dejaría quebrar a Grecia porque entonces todo el mundo se convencería de que el euro es una divisa seria", asegura tajantemente.
Respecto a la libra, recomienda salirse de la divisa británica por la enorme deuda y el déficit comercial del país. A su juicio, los dos pilares de la riqueza de Reino Unido, el petróleo del Mar del Norte y el centro financiero de Londres, están menguando y no se ve nada en el horizonte que pueda reemplazarlos. Sí le gusta el dólar, donde invirtió "porque todo el mundo, yo incluido, era bajista".
"Hay dos burbujas en el mundo: una está en los bonos de EEUU y la otra en el sector inmobiliario urbano y de la costa en China", afirma. Pero tampoco le gusta la bolsa, de la que se salió en noviembre de 2008, y se ha centrado en las materias primas desde entonces. Opina que muchos inversores son escépticos respecto al reciente rally de la renta variable y se encuentra mucho más cómodo con activos tangibles.
Así, pronostica que el oro alcanzará los 2.000 dólares en la próxima década por la "pérdida de credibilidad de las divisas de todo el mundo", y también confía en el petróleo porque se están acabando las reservas conocidas. Reconoce que "es probable que se forme una burbuja en las materias primas, pero probablemente no ocurrirá antes de 2019", añade.
Esta "alegría" también se extiende a la economía, pues Rogers considera inevitable una recaída en la recesión de aquí a 2012, y será peor que la de 2008-2009 "porque hemos gastado todas nuestras balas".
– La deuda soberana europea (Expansión – 18/3/10)
(Por Lex Column) Lectura recomendada
Echémonos a temblar: los burócratas de Bruselas han afilado sus lapiceros. La Comisión Europea quiere que varios países expliquen cómo se las van a arreglar para recortar sus déficits presupuestarios. Mientras, las capitales de la zona euro se plantean si acudir al rescate de Grecia o aceptar la intervención del Fondo Monetario Internacional. Los mercados extraen sus propias conclusiones.
La combinación del tipo de cambio fijo de la eurozona, de los enormes déficits y de los ansiosos mercados de capital parece contar con los ingredientes de una crisis de deuda de los mercados emergentes chapada a la antigua. Así las cosas, parece sensato echar un vistazo al clásico sensómetro de la vulnerabilidad de la deuda: el riesgo asociado a la refinanciación de la deuda en los mercados de capital.
Resulta inquietante que, desde 2007, los países de la UE casi hayan duplicado la cantidad de deuda a corto plazo, según Standard & Poor"s, hasta aproximadamente el 11% de las deudas pendientes totales. Evidentemente, desde el punto de vista estratégico, tiene sentido endeudarse cuando los tipos de interés rondan el cero. No obstante, refinanciar esa deuda, que este año supera los 800.000 millones de euros, también aumenta las posibilidades de que se produzca una catástrofe.
Por una vez, los más vulnerables no están en el punto de mira. Este año Reino Unido deberá financiar una deuda equivalente al 5% de su producción. En el caso de España, la cantidad asciende al 12% y, en el de Grecia, al 13%. Pero los más vulnerables serían Bélgica, Italia e Irlanda, con un 20%. Esto podría provocar una crisis de liquidez o que los compradores "se declaren en huelga". Hay varios motivos por los que esta situación podría evitarse. Los países de la eurozona no emiten deuda en moneda extranjera.
También parece que los gobiernos siguen dispuestos a pagar, a pesar de las huelgas esporádicas. Además, los gobiernos de la zona euro tienen acceso a los abundantes ahorros locales de la eurozona. Sin embargo, no se accede con la misma facilidad en todas partes. Los ahorradores alemanes, por ejemplo, no están dispuestos a financiar la deuda griega indefinidamente. De hecho, Berlín ya ha mostrado su oposición a un rescate europeo. Puede que pronto llegue la hora de que Atenas llame a la puerta del FMI. No sería la primera vez.
(The Financial Times Limited 2010. All Rights Reserved)
– El pesimismo sobre el euro (Expansión – 25/3/10)
(Por Lex Column) Lectura recomendada
Una economía débil puede tener una moneda sólida. Japón es un ejemplo y la eurozona, otro. De hecho, después de todos los lamentos sobre el modo en el que las divisiones en la zona euro han perjudicado a la moneda, el euro ponderado es sólo un 7% inferior a su máximo histórico.
Lo que ahora se percibe como un síntoma de debilidad, que el euro se sitúe en 1,33 dólares, hace seis años preocupaba por su excesiva fortaleza. En todo caso, el euro tendría que seguir devaluándose.
Mientras Europa no se ponga de acuerdo sobre cómo ayudar a Grecia, el euro seguirá perdiendo valor, como ya lo ha hecho frente al franco suizo.
El Banco Central Europeo también ha relajado la calidad de los activos elegibles griegos en las operaciones de venta con pacto de recompra (operaciones repos), una medida de relajación monetaria. Mientras, el resto del mundo comienza a aplicar ajustes, por lo que los arbitrajes de tipos de cambio podrían debilitar aún más al euro. Éste es un síntoma de que los mercados funcionan correctamente.
Por otra parte, el problema más inmediato es el calendario. No parece que Berlín vaya a mover ficha antes de las elecciones regionales del 9 de mayo, dado que las encuestas muestran la reticencia de los alemanes a ayudar a Atenas.
Aun así, Grecia debe refinanciar 12.000 millones de euros de deuda antes de esa fecha y otros 10.000 millones de euros a finales de mayo, motivo por el que es necesario encontrar otras fuentes de apoyo, como el Fondo Monetario Internacional. Sin duda, la intervención del FMI afectaría negativamente a la imagen de la eurozona, ya que quedaría en evidencia uno de sus mayores fallos: la falta de un organismo que haga cumplir los límites presupuestarios.
Ése es el motivo por el que Berlín pretende endurecer los límites dentro de un nuevo tratado. Imaginemos el peor de los escenarios. Los problemas de Grecia se trasladan a otros países; de hecho, la deuda de Portugal ya ha recibido una rebaja en su calificación y el FMI interviene para imponer una disciplina presupuestaria y las reformas estructurales que Bruselas no puede hacer cumplir.
Aunque el proceso fuera difícil, es uno de los principales requisitos que deben aplicarse mientras el proyecto de la eurozona siga en pie.
Autor:
Ricardo_Lomoro
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