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La Subcultura Marginal Pseudocientífica en Cuba y la Energía Piramidal

En los últimos años se ha hecho evidente en nuestro país la aparición de una subcultura médica pseudocientífica que coexiste con la ciencia nacional. A diferencia de otros países, donde esta subcultura se manifiesta mayoritariamente en el sector privado del ejercicio de la medicina, en nuestro país, donde casi la totalidad de la atención médica es estatal, la mayoría de las veces la pseudociencia se desenvuelve con el respaldo o la tolerancia de alguna institución oficial.

 

Figura 1. Inauguración (izq.) y clausura (der.) de Rationalis ’07.

Las memorias del 1er taller "Pensamiento Racional y Pseudociencia", efectuado en la Universidad de La Habana los días 17, 18 y 19 de diciembre de 2007 (figura 1), con la participación de matemáticos, ingenieros, médicos, físicos, dentistas, periodistas, veterinarios, farmacéuticos, biólogos, filósofos, psicólogos y colegas de otras especialidades de varias docenas de instituciones cubanas, menciona las "prácticas generalizadas en los centros de salud cubanos que no parecen estar avaladas por las instancias correspondientes, algunas de las cuales se basan en argumentos pseudocientíficos" . Entre esas prácticas se señala el uso de la denominada "terapia o energía piramidal", que consiste en suponer que al introducir un paciente, o el agua que éste consume, en una pirámide construida de casi cualquier material, éste obtendrá beneficios para su salud.

¿Por qué subcultura? ¿Por qué marginal?

Quienes comparten estas ideas usualmente voltean la espalda a la bibliografía científica, a la historia y a las evidencias inconvenientes, se desentienden del espíritu crítico y autocrítico de la ciencia, promueven sus creencias como si fueran evidencias, afirmando lo no demostrado, y se esconden tras terminologías científicas deformadas para tratar de lograr el reconocimiento social de sus ideas.

Con este fin hacen uso de todos los elementos divulgativos a los que logren acceder: periódicos, TV, Internet y revistas de todo tipo, tanto nacionales como extranjeras, escudándose para ello en el prestigio de que goza nuestra medicina y en el hecho de pertenecer a instituciones oficiales. Hay incluso sitios "amantes de la ciencia" que aceptan cualquier cosa supuestamente científica que se le envíe –a veces hasta con lenguaje ofensivo- sin ningún tipo de arbitraje y con fines aparentemente comerciales. Allí es posible encontrar afirmaciones entusiastas como la siguiente: "El libro Energía Piramidal Terapéutica, ¿Mito o Realidad?  Recoge la experiencia de un reconocido ortopédico cubano que ha dedicado gran parte de su vida al estudio de la terapia piramidal como proceder en el tratamiento de enfermedades ortopédicas, logrando magníficos resultados; por lo cual creemos que este libro será de mucha utilidad para los médicos cubanos. – Dr. Rodrigo Álvarez Cambra" . Sin embargo, en el libro en cuestión no aparece una sola referencia a una revista médica, arbitrada de acuerdo a los cánones internacionales de la investigación científica, que justifique sus proposiciones.

En las memorias del Taller Rationalis ’07 también aparece: "Es la opinión del Comité Organizador que estas manifestaciones minan los loables esfuerzos de los medios de difusión masiva por contribuir a la cultura de la ciudadanía, y desacreditan instituciones de nuestro país tales como el sistema educativo y la salud pública". En ellas "se destacan violaciones frontales de algunas leyes elementales de la física y de otras ciencias básicas".

Algunos de estos artículos e informes "científicos" aparecen en las referencias ,,, ,,,,,. También se muestran otros de carácter crítico, que nunca son mencionados por los pseudoterapeutas ,,, . En particular, la palabra "placebo" está erradicada de sus diccionarios. Muy lamentablemente, algunos de ellos involucran a alumnos de los primeros años de medicina y estomatología (ver ref. [3]) y, proporcionándoles ya desde los inicios de su carrera una imagen falseada de la ciencia y sus métodos, que posteriormente será difícil de reparar. Algunas revistas oficiales, como la Revista Cubana de Medicina General Integral, no aceptan rectificaciones ni artículos críticos sobre el tema, utilizando pretextos administrativos para rechazarlos, aunque en sus páginas sea posible encontrar, por ej., reportes acerca de como las fresas de dentista se autoafilan cuando se colocan en la pirámide, o como se puede ahorrar energía colocando el agua bajo una pirámide en vez de esterilizarla (ref. [10]). Otras, como la revista "16 de Abril" , de los estudiantes de Ciencias Médicas, ni siquiera respondieron la correspondencia crítica enviada, cerrando las puertas a toda posibilidad de debate científico y, de hecho, alineándose con la pseudociencia.

¿Por qué pseudociencia?

En el diccionario Oxford American aparece una definición breve y precisa. Pseudociencia: cualquier conjunto de conocimientos, métodos, creencias o prácticas que, alegando ser científicas, en realidad no se rigen por el método científico (y usualmente se encuentran en conflicto con el consenso tradicional de la ciencia, podríamos agregar).

En la figura 3 aparece un esquema comparativo mostrando, a grandes rasgos, en que consiste el método científico en las ciencias naturales, y la forma en que la pseudociencia lo transforma. Cuando tenemos nociones de determinado fenómeno (observación), usualmente se establece una suposición acerca de por qué ocurre y cuales son sus causas (hipótesis).

Es necesario entonces repetir el fenómeno – o parte de él- controladamente, (experimentación) con el fin de evitar la interferencia de agentes ajenos que afecten lo que se desea estudiar, para así obtener valores numéricos confiables y reproducibles. Esto último es de primordial importancia. Si los resultados de un experimento no son reproducibles en otros laboratorios, por otros operadores y utilizando otro instrumental, no se podrá afirmar absolutamente nada de los resultados obtenidos. La no reproducibilidad indica que el experimento no fue controlado lo suficiente y hubo factores ajenos, no identificados, que afectaron el resultado.

Figura 3. Ciencia y pseudociencia

Una vez que se tiene el resultado de un experimento, -que puede confirmar o negar la hipótesis– es necesario buscar alguna explicación racional basada en ese resultado (teoría).

Y cuando se posee una teoría, a partir de ésta siempre es posible tratar de predecir lo que ocurrirá en alguna otra situación parecida, e idear algún otro experimento que servirá de comprobación al anterior, y también a la teoría (de ahí la doble flecha en la figura 3). De esta forma se establece una interacción continua entre teoría y experimento, que constituye sin lugar a dudas el núcleo esencial y "fuerza motriz" del método científico.

Asociada a esta interacción hay todo un proceso de divulgación internacional de resultados a través de publicaciones en revistas científicas arbitradas, de críticas, errores y rectificaciones. Y no es raro que teorías muy bien establecidas deban ser reformadas, al detectarse algún nuevo fenómeno que la teoría existente no es capaz de explicar satisfactoriamente.

Cuando la teoría se hace suficientemente amplia y sólida, cuando es capaz de dar explicación a una gran cantidad de fenómenos y relaciones de causa-efecto y también de rebatir racionalmente cualquier crítica, se llega a la ley. Las leyes tampoco son eternas. Muchas veces se hace necesario generalizarlas para lograr explicar fenómenos no detectados hasta el momento. Hay muchísimas leyes físicas, químicas, biológicas y de otras ciencias: todas ellas provienen del proceso que acabamos de describir.

En algunas ciencias como la arqueología o la astronomía es materialmente imposible llevar a cabo experimentos controlados en relación a un fenómeno determinado. En esos casos la observación precisa y reproducible sustituye al experimento, y las teorías se consideran válidas cuando: a) son capaces asociar racionalmente muchos hechos en apariencia independientes y, b) logran predecir la existencia de relaciones y fenómenos no detectados hasta el momento.

Como sugiere el esquema a la derecha de la figura 3, la pseudociencia se las arregla para obviar la parte esencial del método científico, pasando directamente de la hipótesis a algún punto medio entre la teoría y la ley, obviando el experimento. Las suposiciones de algún "iluminado" y sus seguidores se convierten así en "leyes" sin pasar por el fino tamiz de la interacción teoría-experimento y publicaciones arbitradas. (Pero estas suposiciones, al hacer abundante uso de la terminología científica en sus descripciones, pueden engañar fácilmente a cualquiera no familiarizado con el quehacer científico).

La mayor parte de las veces la experimentación simplemente se omite. Se toma la hipótesis como una verdad absoluta. Otras veces se llevan a cabo unos pocos experimentos mal diseñados, y se propone una teoría desligada del experimento. Y cuando hay resultados experimentales aparentemente favorables, no son reproducibles. Como el motor de avance de la ciencia es precisamente la crítica y la interacción teoría-experimento, la pseudociencia no tiene forma de avanzar. Sus leyes y teorías están siempre dadas de una vez y para siempre.

La Tabla I recoge algunas características generales de la pseudociencia.

TABLA I

CIENCIA

PSEUDOCIENCIA

1

Incluye resultados favorables y desfavorables. Analiza argumentos a favor y en contra. Duda continuamente de sus propios logros.

Sólo toma en cuenta los resultados favorables. Cierra los ojos a la evidencia contraria. No duda.

2

La crítica es su forma normal de progresar.

Cuando se la critica, usualmente sus promotores lo asumen como un ataque personal.

3

La mayoría de las referencias provienen de revistas internacionales arbitradas, bien reconocidas.

No hay referencias, o provienen de libros, congresos, o incluso de revistas, usualmente del mismo círculo marginal pseudocientífico.

4

Utiliza conceptos y magnitudes bien definidas para describir y analizar los fenómenos.

Usa sus propios vagos conceptos, mezclándolos con conceptos de la ciencia.

5

Siempre hay resultados experimentales, reproducibilidad y estadísticas.

Se satisface con ejemplos anecdóticos aislados. Si hay experimentos, están mal diseñados.

6

Trata de encontrar mecanismos que expliquen los hechos, basándose en los experimentos y el conocimiento científico anterior.

No propone mecanismos. Cuando lo hace, no se basa en el conocimiento científico previo, sino que los inventa de la nada.

7

No depende para nada de la opinión de "personalidades".

Busca la aprobación de "personalidades" individuales, casi siempre ajenas al campo específico de que se trate.

8

Los conceptos cambian y mejoran para ajustarse a los nuevos avances, con la contribución de muchos.

Defiende ideas preconcebidas e invariables, usualmente "descubiertas" por una sola persona.

9

Rápida difusión y aplicación masiva de los nuevos descubrimientos prácticos.

Sus ideas no progresan porque "las grandes compañías perderían dinero si se aceptan".

10

Siempre toma en cuenta el efecto placebo (terapias y medicamentos).

El efecto placebo nunca se menciona.

Hay tres razones fundamentales para denunciar y condenar la pseudociencia:

1. Es falsa. Toda pseudociencia predica nociones contrarias a las impartidas diariamente en las aulas de cualquier universidad.

2. Constituye una pérdida de tiempo, esfuerzo, recursos, y algo similar a lo que los economistas llaman "costo de oportunidad". Es decir, no solo se pierde lo dicho anteriormente, también se pierde lo que se pudiera haber ganado de emplear esos recursos y esfuerzos en algo verdaderamente productivo.

3. Cuando la pseudociencia está ligada a una falsa terapia, el posible perjuicio para el paciente siempre está presente, ya bien sea por causa directa, o porque éste no logre atender a tiempo su dolencia, al entretenerse con la pseudoterapia sin someterse a un tratamiento verdaderamente eficaz. No es una suposición. Desafortunadamente hay evidencias muy concretas. En el taller Rationalis también se presentaron testimonios al respecto. Citamos: "Según referencias de algunos participantes, ciertos procederes "curativos" no aprobados por el sistema de salud pública han sido seleccionados por algunos pacientes en detrimento de terapias convencionales de probada eficacia (como, por ejemplo, la hemodiálisis ó una operación de vesícula), con las correspondientes consecuencias negativas para la salud, e incluso para la vida".

Información sobre otras manifestaciones pseudocientíficas en Cuba tales como la magnetoterapia –cuya comercialización constituye delito en los EE.UU.-, la homeopatía y la cromoterapia, aparecen en otras publicaciones,, ; algunas también se pueden descargar del sitio mencionado en la ref. [1].

 

 

Autor:

Dr. Arnaldo González Arias

Dpto. Física Aplicada, Facultad de Física, Universidad de La Habana

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