El Teatro Casablanca como institución cultural representativa del patrimonio camagüeyano.
Enviado por Arletis Gutiérrez Obregón
- Resumen
- Introducción
- Métodos utilizados
- Resultados y discusión
- Descripción de las principales actividades sociales y culturales que acontecieron en el Teatro Casablanca
- Recomendaciones
- Bibliografía
Resumen
La presente investigación aborda el Teatro Casablanca como institución cultural representativa en el contexto camagüeyano de 1948 a 1961. Para ello se realiza una disertación de conceptos, funciones, problemas y principales características de las instituciones culturales como entes significativos dentro del proceso de revitalización cultural. Además se realiza un profundo estudio de los antecedentes del Teatro así como diversos propietarios, memoria constructiva y contexto fundacional.
En el proceso de recogida de información los principales métodos utilizados fueron las entrevistas a especialista y experto y el análisis de contenido. Este último constituyó la fuente fundamental debido a que fue el que mayor cantidad de información brindó de los indicadores: tipos de actividades, objetivos, manifestaciones artísticas, presentaciones y precios. Lo que permitió deducir que el Teatro Casablanca fue de gran representatividad en la sociedad y la cultura camagüeyana en los años que refiere la investigación.
Es de gran importancia realizar estudios relacionados con la revitalización de la historia regional y prestar especial atención a las instituciones culturales y recreativas, pues constituyen eslabones significativos dentro del complejo sistema de la cultura. Por otra parte, el estudio de estas instituciones permiten conocer el alcance de la vida cultural; no solo a un nivel micro, sino también macro.
Habría que añadir entonces, que cuando se habla de instituciones culturales y recreativas se tiene en cuenta lo que hoy denominan los estudios culturológicos por instituciones de ocio. Es de crucial relevancia, porque dichas instituciones brindan una información fundamental acerca de: grupos sociales, gustos estéticos, relaciones con el entorno, proyectos ejecutados que tuvieron un determinado impacto en la población, modas, cocina, etc. Todo lo que conlleva a la reconstrucción de segmentos de representación de la vida social.
Por lo que el estudio de las instituciones culturales constituye, una necesidad para el profesional de Estudios Socioculturales, porque permite conocer, como ya se ha apuntado antes, a la vida cultural de una región. Por supuesto, que también lleva al investigador a adentrarse en el conocimiento del complejo y difícil mundo de la cultura. Entendida esta como una categoría fundamental que se muestra a través de redes y estructuras marcadas geográficamente y sociológicamente, entre otras cosas, a una región y/o país determinado.
Un concepto muy acertado que define la institución cultural es el propuesto por Fichter (1993):
Establecimiento o fundación que constituye un elemento de la superestructura de una sociedad dada. Una ordenación parcial de la vida social apta para algunos cometidos y llegada a un desarrollo autónomo, que constituye la imagen en que toma forma la actividad de las generaciones al cabo del tiempo. Trátese de una suma de relaciones y reglas que tienen un centro y una finalidad común, y radicadas sólidamente en la vida de la comunidad, atraen continuamente como formas típicas, las fuerzas vivas en la esfera de acción, en este caso, la cultura en sus formas de objetivación social. (Fichter, 1993, p.15)
El valor teórico de la investigación está dado en la producción de un documento científico con un marcado carácter testimonial que constituye un material de necesaria consulta para los investigadores a la hora de abordar estudios relacionados con la temática que se presenta. También se justifica su uso, por parte de los estudiantes en formación de la Licenciatura de Estudios Socioculturales y de Historia, como documento de apoyo bibliográfico. Asimismo puede ser extensivo al resto de las especialidades afines con el tema y de otros centros educacionales; los datos anexos y materiales gráficos que apoyan el texto científico complementan este valor.
Desde el punto de vista práctico, su valor se sustenta en la posibilidad de implementar la investigación en otras instituciones similares del país. Al mismo tiempo estos resultados ofrecen la oportunidad de emprender la propuesta de un plan de acciones en estudios posteriores con la intención de estimular las actividades que desarrolla esta institución, y en aras de lograr un mayor impacto sociocultural en el territorio.
Para la conformación de este material de apoyo a la docencia se utilizaron métodos teóricos y empíricos.
Del nivel teórico:
Análisis-síntesis: El análisis descompone, la síntesis integra.
Histórico-lógico: Facilita el seguimiento evolutivo del problema desde su surgimiento, y se logró a la vez, que su solución se corresponda con las necesidades actuales del contexto en que se desarrolla.
Inducción-deducción: La inducción parte de lo particular a lo general y la deducción parte de lo general a lo particular.
Del nivel empírico:
Entrevista en profundidad: Juan Antonio García Borrero
Entrevista semiestructurada: Carlos López
Análisis de contenido: Periódico: El Camagüeyano (1948-febrero 1959).
Periódico: Adelante (marzo1951-1960).
Archivo Histórico Provincial (Fondo de Ayuntamiento / Legajo 100 / Expediente 20)
Registro de la Propiedad Estatal (Teatro Casablanca: Finca 1474 / Tomo 35 / Folio 197 / Registro de la Propiedad).
El Circuito Teatral de Armando Garrido. Génesis y desarrollo para la construcción del Teatro Casablanca
En el siglo XX, una serie de comerciantes se inspiraron en la construcción de un gran número de instituciones dedicadas al espectáculo público. Así gradualmente en Camagüey surgieron nombres de espacios dedicados al cine y al teatro como: Apolo, Avellaneda, Social, Encanto, Casablanca, Guerrero, Alkázar, América y el Camagüey. Otros nombres como el Alhambra, cine Vigía, cine Garrido, han pasado sin mucha trascendencia; quizás por lo efímero de su vida o porque eran cines teatros de barrio sin mucha concurrencia. Hubo en Camagüey un cine nombrado Amalia Simoni; este pertenecía al ejército de Batista y otro a las FAR llamado Capitán Ulloa, ubicados ambos en las postrimerías del Reparto Lenin.
Los teatros de la ciudad se encontraban divididos en circuitos; de esta forma, Avellaneda, Alkázar, Guerrero y América eran propiedad del circuito teatral de los hermanos Mola Marín. Por otra parte: Principal, Apolo, Encanto, Social, Camagüey y el Casablanca fueron administrados por Manuel Fernández Barreto y pertenecían en propiedad al circuito de Armando Garrido.
Asimismo, el Teatro Casablanca, propiedad del señor Armando Garrido, fue uno de los más representativos y populares; no solo en la provincia sino en el país, debido a la calidad de los servicios que prestaban.
Esta importante institución cultural tuvo su origen primero en una casa marcada con el número 12. Ubicada en la calle de la Soledad que colindaba por la derecha con los números 10 y medio, de los herederos de Don Esteban de la Cane; por la izquierda con la casa número 14, de Doña Juana Rodríguez y por el fondo con la número 1 y medio de la calle de la Merced de Don José Agustín Recios. La vivienda contaba con una propiedad bajo crédito hipotecario de 1932 pesos con 32 centavos. En sus orígenes fue propiedad de Doña Catalina Rodríguez (viuda de Don Celestino Rodríguez y Fernández) y Don Rafael Fernández Rodríguez. Posteriormente fue dada en arrendamiento varias veces hasta pasar del mismo modo a Manuel Ramón Fernández Barreto arrendatario del empresario teatral Armando Garrido, quien fue el fundador de la institución.
El Teatro Casablanca quedó oficialmente inaugurado el miércoles 4 de febrero de 1948, en la calle Estrada Palma. Constituyó en este momento un eslabón más de la cadena de teatros-cines que formaban el Circuito Teatral Garrido. Este último tenía bajo su administración, los teatros: Encanto, Apolo, Principal y Social. Casablanca fue indiscutiblemente uno de los teatros más lujosos y favoritos de la sociedad camagüeyana.
El Casablanca fue un espacio en el que convergieron a la misma vez, casi todas las manifestaciones artísticas. Pues acogió en su escenario a los más diversos artistas, tanto nacionales como internacionales. Esto hizo del teatro un lugar popular entre lo mejor de la sociedad con un marcado carácter sociocultural.
Después de su popular inauguración el Casablanca mantuvo una diversa programación, en la que siempre se tuvo en cuenta los diferentes tipos de público para la que estaba dirigida. El señor Armando Garrido mantuvo gran empeño en ofrecer las funciones con una aptitud que satisficiera los gustos de la sociedad asidua al Teatro.
La proyección de filmes fue uno de los espacios que contó con más público, dada la calidad de las cintas que se exhibían. Es importante subrayar, que la mayoría de las cintas que se exhibían eran estrenos que luego de proyectarse en la pantalla del Casablanca eran distribuidas por el resto del circuito. Cabe destacar, que además de caracterizarse por los estrenos, otros de los factores que influían en la popularidad de las proyecciones eran la variedad de géneros y el reparto, que casi siempre estaba conformado por los más reconocidos actores y actrices del mundo cinematográfico.
La década del "50 exhibió una programación de lujo integrada por lo mejor en cuanto a premieres cinematográficas. Se comenzó el ciclo del decenio en febrero de dicho año con la presentación de premier de La Traviata, (finísima versión cinematográfica de la famosa opereta musical del mismo nombre). Es importante aclarar que se mantuvo anunciada, por lo menos un mes antes, en la sesión: Mundo Social del periódico El camagüeyano.
Otra premier que tuvo gran popularidad fue la superproducción: Un tranvía llamado deseo (Hambre de amor) basada en la obra del mismo nombre que ganó el premio Pulitzer. Este era el más valioso galardón que se concedía a una obra teatral. Se exhibió una sola vez a las 9 p.m. del 27 de noviembre.
Corazón profanado, fue otra de las premieres de la década. Su trama está centrada en un violento drama interpretado por Anita Ekberk, (actriz y modelo reina de belleza) y el gran actor Sterling Hayden.
Uno de los espacios dentro del Casablanca que hizo suyo la apreciación del séptimo arte fueron las funciones del Cine Club, surgido en los primeros años de la década del "50. Cabe destacar que fue el primero del país. Estas funciones estaban coligadas con una asociación de la dirección del Teatro con la Iglesia Católica. Además se contaba con especialistas de cine y con la crítica especializada. Uno de los críticos más asiduos era el señor Wilfredo Piñera.
Acerca del cine de esta época Revelo (2009), refirió que:
Las décadas del "40 y del "50 marcan pautas en cuanto a variedad de subgéneros (noir, western, policíaco, acción, terror ), y el cine hollywoodense se presenta con una explosión de muestras (…) Se realizaron diversas coproducciones con Méjico, por el bajo costo de los filmes, la ausencia de suficiente presupuesto y la inclusión de artistas y locaciones de la isla. A pesar de estos intentos la producción – distribución– exhibición seguía dominada por la industria estadounidense (Revelo, 2009, p.47)
Dentro de las múltiples funciones culturales del moderno y elegante Teatro Casablanca, la música también encontró un espacio que degustó con gran popularidad. En consecuencia, la reconocida Sociedad de Conciertos establece una estrecha alianza con la dirección del Teatro. Cada año se anunciaban las regias temporadas de conciertos auspiciadas por dichas instituciones que traían a la provincia a los mejores músicos, no solo del país sino del mundo entero, con una variedad de géneros musicales; acertaban en los gustos de todo público.
Se dierón cita en el espacio los diferentes géneros de la música tal es el caso de la de cámara con: el Cuarteto de Cuerdas de Londres, Orfeón Infantil Mexicano, Los Chavales de España, La Cámara de Stugartt. Igualmente instrumentistas como: Alexander Uninsky, Yehudi Menuhim, Ernesto Lecuona. También cancionistas como Victoria de los Ángeles, Ester Borja, Rosaura Biada. Asimismo agrupaciones de gran prestigio popular como: el Mariachi Vargas junto a Pedro infante, el Trío Cubaney y la Sonora Matancera agrupación en la que hiciera su debut la famosa Celia Cruz.
De Igual forma hubo otras manifestaciones artísticas que desempeñaron un gran papel en la vida cultural y social del Casablanca. El baile, por ejemplo, se unió a las programaciones más aceptadas; pues la seriedad de la empresa, la calidad de los programas y la profesionalidad de los artistas no exigían menos.
No se hizo diferencia en la diversidad de géneros de baile; pues los directivos de la empresa Garrido ponían empeño en llegar a los gustos y preferencias del público asiduo al Teatro. Evidencia de ello es la presentación con Juancito y Meche Montané, catalogada como una de las mejores parejas de rumba de ese momento. Igualmente se destaca, la presentación de Mirian Mola, que a pesar de su corta edad contaba con reconocidos triunfos en los bailes españoles, populares y clásicos. El joven compositor Jorge González Allué, acompañándola al piano, se sumó a esta presentación.
La literatura también se sumó al escenario con los más diversos poetas e intérpretes tales como: Humberto Estenoz, Nenita Cruz, Dalia Iñiguez y Luis Carbonell, por citar algunos ejemplos.
El Teatro tuvo un amplio carácter multifacético debido a la diversidad de sus funciones que incluían en diferentes asociaciones sociales como la Iglesia que ofrecía presentaciones fílmicas así como sociedades con la dirección del Teatro en otros tipos de funciones; las Escuelas además tenían sus espacios casi siempre dirigidos a actos sociales.
Las manifestaciones artísticas glorificaron la vida y trascendencia del Casablanca. Del mismo modo existieron funciones de otras índoles que realzaron su notoriedad dentro de la sociedad de la época. Lo que demuestra su carácter multifacético cuando se constata además, que a él se vieron ligadas instituciones culturales, sociales, y religiosas. Por lo que se puede decir que se está en presencia de una institución de la sociedad, con el fin de satisfacer sus necesidades esencialmente espirituales y culturales.
Asimismo dentro de las funciones del Teatro se programaron funciones benéficas y de caridad como una forma de cooperar con la sociedad, específicamente con los más necesitados. Por lo que se congeniaban grandes espectáculos, anunciados con gran tiempo de anterioridad y con el propósito de lograr así una considerable asistencia del público y mayor recaudación de fondos. Las mismas estuvieron en su mayoría destinadas a las instituciones de salud así como los museos y diversas instituciones de la provincia.
Después del triunfo de la Revolución, la programación del Teatro disminuyó un poco pero no cesó. No obstante, los primeros años del triunfo alcanzaron una gran proyección fílmica, que como se dijo anteriormente, fue propiciada por el surgimiento del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica.
Durante esos trece años, el público camagüeyano se ilustró con lo más reciente e importante que se producía en el mundo del espectáculo musical, bailable, literario o cinematográfico; como había ocurrido en el pasado. A pesar de la distancia y la aparente incomunicación que separaba a Camagüey de La Habana, como capital y centro de la cultura de la Isla y de otros lugares del planeta, esto no influyó negativamente en el progreso cultural. En este sentido se dotó al público de imágenes culturales y de exposiciones variadas y enriquecedoras.
El Teatro Casablanca le permitió al público actuar o reflexionar sobre su realidad como medio de comunicación cultural y como ente de presentación de una realidad social en mensajes directos o entre líneas.
Utilizar este material de apoyo a la docencia como base para realizar posteriores estudios acerca de las diferentes instituciones culturales.
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Autor:
Arletis Gutiérrez Obregón