Luego de decenios de intentar resolver el misterio que se planteaba en el interior de Núcleo, donde desafiando la conocida ley de Atracción y
Repulsión de cargas, los Protones confraternizaban entre sí, lo que obligó a inventar una llamada Fuerza Fuerte.
Que puso de cabezas hasta el mismo Einstein, que nunca imaginó estar buscando la solución a la Teoría del Campo Unificado partiendo de una premisa falsa, la de la existencia de cuatro fuerzas fundamentales.
Como veremos en el desarrollo e este estudio, dos de ellas, la Fuerte y la Débil, que se introdujeron ante la imposibilidad de resolver problemas de la teoría del Átomo, pueden considerase inexistentes.
La propuesta de un Protón Multianular saca de la galera la posible solución, con una simpleza que nos motiva a seguir por este camino.
La clave reside en que la atracción magnética polarizada permite a los Protones unirse entre sí, superando sus cargas de igual signo.
Como se verá al estudiar el Neutrón, este juega un importante papel en dicho proceso, como intermediario.
Postulado: no existe la llamada fuerza Fuerte. Su lugar en la teoría será tomado por la atracción magnética entre Protones Multianulares, con Neutrones intermediarios
Recordemos que con este, ya son dos temas claves de la Física abordados y descartados: el giro orbital para evitar que el electrón sea absorbido por Protón y la necesidad de inventar una fuerza inexistente para explicar porque no se repelen estos en el Núcleo, en proximidad.
Debemos agregar otro elemento clave en el desarrollo de nuestro modelo
Postulado: como consecuencia del giro del Protón Multianular el campo magnético presenta un eje con polos definidos: el Espín Protónico
Otro enigma aclarado. Volveremos a él más adelante.
Una vez que se posee una explicación razonable acerca del mecanismo que permite convivir a los Protones en los limitados espacios del Núcleo, debemos dirigirnos, por el momento, a la otra partícula del mismo.
El Neutrón.
El Neutrón es en realidad una partícula combinada: Protón y Electrón, en este caso Protón Multianular y Electrón Anular.
En nuestro planteo, a diferencia del punto de vista ortodoxo, que al considerar al electrón más pequeño que el Protón, teoriza al Neutrón como un Protón en cuyo interior se encuentra el electrón, el Electrón Anular, 600 mayor en diámetro que el Protón, necesariamente debe estar ligado de una forma diferente, que explique al mismo tiempo una de las particularidades de esta combinación: su tendencia a la disociación, que se produce en situación de Neutrón libre, con período de vida media, al término de la cual se divide en un Electrón y un Protón; y la disociación en el interior del Núcleo, con emisión espontánea de partículas Beta, electrones.
Debe recordarse que la necesidad de explicar este comportamiento dio origen a la postulación de nuevas partículas, lógicamente en forma teórica primero y experimental luego, las primeras de una serie interminable, que aumenta en forma cuadrática con las potencias de los aceleradores y que ha dado esperanzas, a sus seguidores, de poder arribar a una teoría completa del modelo Estándar y sus sucesores.
La postulación de la llamada Fuerza Nuclear Débil ha sido un intento de poder explicar esta disociación del Neutrón en el Núcleo, en el marco de los modelos admitidos.
En el caso del Electrón Anular, el panorama es totalmente distinto.
En primer lugar, dadas las diferencias de diámetro, la única posibilidad de combinación está dada por un contacto tangencial, Electrón Anular/ Protón Multianular, a partir del cual se produce la anulación de carga eléctrica y la aparición de una partícula neutra.
Este contacto y la consecuente anulación de cargas se establecen entre dos estructuras muy diferentes. El electrón solo puede conjugar un sector de su anillo con el Protón.
Esta conformación logra mantenerse estable dentro de la estructura del Núcleo, pero en cuanto lo abandona, la tendencia de cada partícula componente de volver a su estado original, lleva a la disociación.
Lo que confirma dos cosas: el Neutrón no es una verdadera partícula elemental y como veremos, su Electrón Anular fue capturado por un Protón Multianular en el momento de conformar al Átomo.
Llamaremos a los electrones que se combinan con los protones, para dar lugar al Neutrón: Electrones Nucleares.
Postulado: en la combinación Electrón Anular/Protón Multianular, que conocemos como Neutrón, participan un tipo de electrones que está ligados al Núcleo: los Electrones Nucleares
Ignoramos si este contacto es realmente tangencial; si el anillo atraviesa el cuerpo del Protón, entrando por uno de sus polos; si toma contacto con una o más de una de los anillos/espiras del Protón, si participa en el arrollamiento multianular del Protón, etc.
En cuanto al Protón simple, su relación Electrón Anular/Protón se establece de tal manera que el electrón intenta situar su anillo de forma compensada con el Protón, con el mismo en su centro, pero tal situación, por la existencia de otros anillos/espiras y protones, y sus campos eléctricos y magnéticos, obliga a adoptar formas elipsoides, que se reparten el volumen disponible entre sí y con los electrones nucleares, integrantes de los neutrones.
Esta situación se mantiene bajo control en los núcleos simples, pero a medida que la cantidad de nucleones aumenta, la asociación se vuelve inestable, llegando en los últimos elementos de la tabla periódica, a encontrarse emisión espontánea de partículas.
Postulado: el Neutrón es una combinación forzada de un Electrón Anular y un Protón Multianular, con contacto tangencial forzado que no perdura fuera del Núcleo.
Es una partícula de compromiso e inestable.
Postulado: no existe la llamada Fuerza Nuclear Débil. El mecanismo de esta supuesta fuerza puede ser reemplazado perfectamente, como se visualiza en la descripción del Neutrón como compuesto de un Electrón Anular y un Protón Multianular
Uno de los interrogantes actualmente sin respuesta definida es la función del Neutrón en el interior del Núcleo.
Debe necesariamente existir una razón y muy importante para que la cantidad de Neutrones pase de igualar a los Protones, en los primeros elementos, a casi triplicarlos en los últimos.
Situación a que se agrega el hecho que el Electrón Anular del Neutrón debe necesariamente emerger del Núcleo y compartir, de una manera todavía no precisada, la configuración electrónica del átomo con el resto de los electrones atómicos.
Lo que nos pone en necesidad de revisar la cantidad de electrones y protones que posee un elemento determinado.
A la cantidad de electrones y protones de un elemento determinado, se le debe sumar un electrón y un protón por cada neutrón del núcleo.
Por ejemplo, el Oxigeno tendría 16 electrones y 16 protones, de los cuales 8 pares se presentan combinados como neutrones y otros 8 pares de electrones y protones libres.
Cuando se analice el Átomo, veremos que esta circunstancia, la existencia de electrones que emergen del Núcleo, que no participan del intercambio molecular o químico, se transforma en herramienta decisiva para comprender no solo la estabilidad atómica, sino su capacidad de formar estructuras sólidas con otros átomos, en el caso molecular y de redes cristalinas.
Los electrones nucleares, son los responsables, en su calidad de estables, de la arquitectura integral de Átomos, Moléculas y redes cristalinas.
Postulado: la arquitectura del Átomo, las Moléculas y las redes cristalinas están basadas en la malla electro-magnética que producen los Electrones Nucleares.
Estas mallas son reales y están originadas en los campos electromagnéticos de los anillos de los Electrones Anulares Nucleares, que no se apartan del Núcleo, y tienen cierta similitud, superficial por supuesto, en cuanto a su mecanismo de acople, con los llamados "cierres abrojos o Velcro"
Examinado de cerca la forma en que podrían agruparse y mantenerse reunidos en un pequeño espacio los nucleones, logramos advertir que la cantidad de Neutrones, es con la excepción del Hidrógeno, igual a la de Protones, hasta el elemento Cloro, donde la proporción comienza a aumentar aún más.
Lo que sin ninguna duda lleva a la conclusión que su función principal es la de contribuir a mantener la estructura del Núcleo.
Como se ha indicado, la misma se logra a través de la unión de los nucleones por sus polos magnéticos.
Es decir, por ejemplo, un Protón une su polo positivo con el polo negativo de otro.
El hecho que tengamos una cantidad, por lo menos, igual de Neutrones que de Protones, nos indica dos cosas.
La primera que el Neutrón interviene en el proceso, intercalándose entre Protón y Protón, seguramente para aislar la carga eléctrica de los mismos y mejorar la eficiencia de la unión, a través de la participación de su Electrón, que siendo de carga inversa, colabora en la compensación de cargas nucleónicas.
Postulado: el Neutrón, a través de su Electrón, participa decididamente en la unión de los nucleones, anulando total o parcialmente la carga positiva del Protón
La secuencia sería entonces: un Protón, un Neutrón, un Protón, otro Neutrón y así hasta agotar la cantidad de nucleones del Átomo en particular.
A partir del Cloro, se comienza a verificar cierta inestabilidad nuclear, que es compensada por neutrones adicionales, hasta que en los últimos elementos, esta ventaja comienza a mostrar debilidad, que se manifiesta en la emisión espontánea de las partículas Beta.
El segundo hecho observable es que, la tan repetida cuestión de justificar los orbitales electrónicos, según las teorías de la época, para evitar la caída del Electrón al Protón o al Núcleo y su consecuente absorción, esta solo se verifica en la mitad de los electrones, con excepción del Hidrógeno
Postulado: el hecho que en realidad los Neutrones son una combinación de Electrón y Protón, nos indica que la mitad, como mínimo, de los electrones del Átomo son absorbidos y neutralizados por el Núcleo, a través de sus protones.
Lo que nos lleva a la conclusión, una vez más, que mirar con un solo ojo la realidad, conduce a conclusiones erróneas.
Si después de tantos años y tantas miradas, esta circunstancia, la de absorción de electrones por el Núcleo no fue observada, muestra, por lo menos un condicionamiento mental o lo que es peor, un ocultamiento deliberado, para mantener las formas de la teoría.
Hemos estado aplicando una teoría, la de los Orbitales, claro que ahora muy oculta en una conveniente Nube Electrónica o Cuántica, que solo funciona para la mitad de los electrones de un átomo cualquiera, excepto para el Hidrógeno, pero no para isótopos del mismo.
El descubrimiento de este hecho no hace más que confirmar que toda la teoría del Átomo esta viciada y que debe reformularse.
Antes de abandonar al Neutrón nos referiremos a otra cuestión: la diferencia de Masa entre Protón y Neutrón.
El Neutrón tiene una masa ligeramente inferior al Protón, llamada Defecto de Masa, circunstancia que fue supuestamente aclarada por la teorización de otra partícula, el Neutrino.
En realidad la diferencia de masa es explicable utilizando la misma postulación dada al origen de la Masa: el giro del Electrón Anular y del Protón Multianular.
Tanto el Electrón Anular como el Protón Multianular tienen su velocidad de giro propia: C, en estado libre.
Al reunirse tangencialmente, ambas velocidades se ven afectadas y provocan una disminución de la masa del conjunto.
Postulado: la masa del Neutrón, que difiere de la del Electrón y la del Protón sumadas, es consecuencia de la disminución de la velocidad de giro de la partículas que lo conforman: Electrón Anular y Protón Multianular, al combinarse ambas partículas.
Es este defecto de masa justamente, el que provoca la tendencia a la separación cuando el Neutrón está en estado libre.
Postulado: la tendencia a la disociación en el Neutrón está originada en la necesidad de sus partículas componentes de retornar a su estado original, en cuanto a la velocidad de sus anillos respectivos
Esta tendencia al retorno de la velocidad límite, C, nos enfrenta con la necesidad de reconocer que en la nube Cuántica original, imperan dos condiciones básicas: la existencia de los Cuantos, ya aborda, y su movimiento caótico, que deviene en organizado en el primer escalón de la constitución de la Materia.
Este movimiento caótico es la reserva universal de la Energía, que solo pasa a ser tal en el momento de la constitución de los anillos electrónicos y protónicos.
Postulado: lo que llamamos Energía, es el resultado de plasmar el movimiento caótico de los Cuantos de Planck, en formaciones anulares, que se encargan de organizarla y manifestarla.
Ahora debemos regresar al Protón para complementar nuestra investigación sobre su forma y funcionamiento.
Tal como se postuló, su diseño Multianular de 600 anillos/espiras que giran sobre sí mismas, en un volumen espacial 600 menor al del electrón, generan un potente campo magnético, con polos diferenciados que le permiten atraer a otro Protón similar, de tal manera de conformar combinaciones entre sí, anulando la tendencia a repelerse por igualdad de cargas.
De esta manera podemos ir armando combinaciones nucleares, donde también intervienen indirectamente los electrones superficiales, con su red de campos eléctricos y los Neutrones, que pueden compartir con ambas configuraciones, de acuerdo a las distintas necesidades del entramado.
Todo dentro de las teorías convencionales de cargas, campos, atracción y repulsión.
Como se observa, se ha prescindido del aporte de neo partículas, con extraños nombres y cualidades, nacidas de una necesidad teórica circunstancial, que luego devino en establecida. Insistimos: a nuestro criterio existen solo dos partículas elementales: Electrón y Protón.
El resto, como veremos en su momento, son configuraciones de partículas o segmentos de ellas obligados a recombinarse bajo la fuerza de los impactos en los aceleradores y colisionadores.
Postulado: todas las partículas inestables salidas de los procesos de choque en los aceleradores no deben ser consideradas legítimas y no pueden ser utilizadas para construir teorías acerca de la materia estable
Todas sin excepción, son de corta vida, manifiestamente artificiales y que han sido forzadas a intervenir en las teorías vigentes, obviamente sin alcanzar resultado final que no se contradiga a sí mismo y con otros procesos similares.
Cuando se habla de partículas relacionadas entre sí, en realidad se está hablando de relaciones de campos, estructuras eléctricas y magnéticas, las únicas con capacidad de ir construyendo configuraciones en lo que será Núcleos, Átomos, Moléculas y Cristales.
La moderna tendencia a adjudicarles esta capacidad a supuestas partículas de intercambio, ha obligado a idear recurrentemente otras novísimas, para cubrir los huecos de la teoría.
Esta situación perdura todavía en estos momentos, donde se han puesto todas las esperanzas en una búsqueda específica, que todavía sin terminar, ya anuncia la necesidad de otras exploraciones y la postulación de otros campos y dimensiones también novísimos y múltiples.
Vemos que lo que en principio era una solución manejable, la de no ocuparse de la real forma de las partículas básicas, que llevó a buscar fuera de ellas, en otras partículas teorizadas, funciones que solo competían a las primeras, nos ha llevado a este camino sin salida.
Es una situación idéntica al deudor de un crédito, que recurre a otro crédito y luego a un tercero y así hasta el infinito, cuando debió revisar a tiempo las razones de su primer conflicto.
Cuando se examinan las teorías vigentes de conformación de Núcleos y Átomos, vemos que se ha relegado o negado, la participación de los campos eléctricos y magnéticos propios de las partículas, lo que sería el equivalente a intentar armar un mueble complejo sin pegamento, clavos o tornillos.
Postulado: los Núcleos y Átomos dependen exclusivamente de los campos eléctricos y magnéticos de Electrones y Protones, para estructurar, consolidar y mantener sus configuraciones.
Postulado: estas configuraciones son estables en condiciones de ausencia de radiación exterior o choques energéticos y en sus combinaciones no intervienen fuerzas o partículas de intercambio
Entre Electrón Anular y Protón Multianular existen diferencias de grado que intentaremos analizar:
Diámetro
Conformación de anillos/espiras
Campos eléctricos y magnéticos
Masa y Gravedad propia
Eje de giro. Espín
Diámetro
La relación de diámetro entre ambos es de 600, lo que en principio define su posición en el átomo. El electrón en la periferia y el protón en el núcleo.
Al mismo tiempo, esta diferencia determina la preponderancia de uno u otro campo.
En el electrón predomina el campo eléctrico, necesario para establecer configuraciones dentro del átomo y fuera de él.
En el Protón, es el campo magnético el que toma preponderancia.
Estas diferencias resultan de la forma desplegada o concentrada de sus anillos/espiras y determina básicamente el comportamiento de una u otra partícula.
Campo eléctrico y magnético
Estas dos propiedades inseparables de las partículas elementales, fueron declaradas "intrínsecas", al resultar imposible revelar su procedencia.
De acuerdo con las convenciones establecidas, el movimiento electrónico en los conductores, con sus campos respectivos, es lo que denominamos electricidad, denominación que no aclara mucho.
Si a esta indefinición se le agrega que, en el caso del Electrón Anular y Protón Multianular, estos campos ya aparecen, en ausencia de desplazamiento vectorial de la partícula y como consecuencia del giro del anillo, tenemos entre las manos que, en realidad esta denominada electricidad es producto del movimiento de los cuantos, en forma coordinada y anular.
Nuestra investigación debe detenerse en este punto, hasta tanto surja la eventualidad de precisar la naturaleza del cuanto, que como se indicó, constituye la frontera entre la nube básica potencial y la materia.
Pero no lo declaremos "Intrínseco", siguiendo la premisa que más temprano o más tarde, encontraremos una vía para aclarar el dilema.
Hemos visto las consecuencias negativas de poner sellos a las cuestiones sin definir.
Masa y gravedad en Electrón y Protón
Como se vio, la masa del electrón está determinada por el giro de su anillo, de única espira, velocidad C
En el Protón, por el giro del conjunto de sus múltiples anillos/espiras
Ambas masas responden a sus respectivos diámetros y cantidad de anillos/espiras.
Resulta evidente que este nuevo concepto acerca de la generación de Masas y Gravedad, por medio de las partículas elementales, deberá ser sometido a un riguroso análisis, aún cuando su comparación con otras propuestas existentes, de estructura formal y sin adecuación a la realidad física, lo colocan en una situación de privilegio.
Ya hemos visto como se aclara la diferencia de masa entre el Neutrón y la sumatoria de Electrón- Protón en relación a las velocidades de giro de las partículas y que constituye en sí misma una prueba de la postulación de Masa Inercial presentada.
Y en cierta manera, replantearán las discusiones que ya llevan casi dos siglos acerca de las propiedades inusuales de los giróscopos, aún los macro giróscopos.
Con mayor razón en este caso, donde la materia está en el punto primero de manifestación y sin pérdidas de eficiencia, por ejemplo, a causa de pérdidas físicas que retarden sus movimientos.
Postulado: el efecto giróscopo de las partículas elementales, Electrón Anular y Protón Multianular, es el origen de la formación de Masa Inercial y Gravedad parcializada
Postulado: tanto la Masa Inercial como la Gravedad, son en su origen, manifestaciones individuales del Átomo, que por sumatoria forman los campos de fuerzas conocidos
Postulado: La Masa Inercial está íntimamente asociada al giro de los anillos, tanto del Electrón Anular, como del Protón Multianular.
No hay Masa cuando este movimiento cesa, por expulsión de segmentos, en los mismos, o por impacto de partículas en los aceleradores
Postulado: la inexistencia, disminución o excesos de Masa Inercial en las partículas que se originan en los aceleradores, es consecuencia de los impactos recibidos pos las mismas y por lo tanto efímera
Casi desde el descubrimiento del giróscopo, este extraño mecanismo ha suscitado controversias, dado que su comportamiento excede las leyes físicas aceptadas.
Los datos experimentales han demostrado disminución de peso y dificultades para sacarlo de su eje de giro, al cual vuelve recurrentemente.
Los teóricos han negado, teóricamente, por supuesto y han arrinconado en un desván estas inusuales propiedades, que por otra parte, se usan regularmente en dispositivos de todo tipo, incluidos juguetes.
Es que hay algo allí que desafía la compresión analítica convencional.
Cuando el giróscopo es, como en nuestro caso, una partícula elemental, allí se manifiesta en toda su potencia y brotan de su galera de mago la Masa y la Gravedad.
En este caso, al igual que en el fenómeno de Resonancia Eléctrica aplicado a las partículas elementales, es evidente que entran en juego comportamientos inviables a escala macroscópica.
De allí que se requiera un profundo cambio en la orientación de la investigación, a los efectos de reconocer adecuadamente estas inusuales propiedades.
Por otra parte, la posibilidad de resolver estas cuestiones decisivas para la correcta comprensión de la Energía y Materia, motiva al investigador que desea realmente arribar a soluciones que reúnan elegancia, simplicidad y consistencia en sus logros.
El Espín
Este concepto que comenzó como un resultado abstracto de una formulación matemática y cuyo carácter se acentuó al utilizarse expresiones tales como Epsín ½, por ej., ha entrado sin embargo dentro del terreno material al recurrir al modelo de las partículas anulares rotativas, cuyo eje de giro define la posición del Espín y sus campos magnéticos le otorgan su perfil de indicador de polaridad en tal sentido.
La contradicción existente en ser resistida su interpretación como entidad real y su utilización de carácter práctico en dispositivos que utilizan su capacidad de orientación magnética, ha llegado a su fin.
El Espín tiene existencia física.
Su introducción en la teoría de orbitales para admitir dos electrones por órbita, ha perdido su razón de ser, pero no por ello cesará su empleo en otros terrenos.
A su vez, admitida la realidad física del Espín, esta puede utilizarse como evidencia para confirmar las teorías presentadas del Electrón Anular y Protón Multianular giratorios, dado que un argumento es inseparable del otro.
Postulado: el Espín es un efecto real, que responde al giro de las partículas elementales sobre su eje y está definido por la convergencia del campo magnético de dichas partículas sobre dicho eje.
El Protón Multianular tiene su Espín mucho más concentrado, definido e intenso que el electrón Anular y ha posibilitado su empleo en sofisticados dispositivos, tanto en investigación como en usos cotidianos, en medicina nuclear y la industria.
Ambos espines, cuya existencia material se negaba, debido a las dificultades para incluirlo en la teoría del electrón y protón puntuales, obtienen así su reconocimiento como ente material, parte indisoluble del concepto de Electrón Anular y Protón Multianular.
A su vez, debe incorporarse esta existencia física en el estudio de la comprensión de las propiedades magnéticas de los elementos, tanto diamagnéticos como paramagnéticos, que están basadas en la alineación o no de dichos espines, dentro del material.
Tenemos entonces otra consecuencia derivada de este proceso deductivo: el Espín es la causa subyacente en la generación de las cualidades magnéticas de los elementos y su diferenciación.
El Núcleo
Acostumbrados como estamos analizar por separado los elementos integrantes del átomo, hemos perdido de vista al conjunto, y con el, su rol en la construcción de la materia.
Cuando decimos, por ejemplo, que cada átomo está muy separado físicamente de otros similares, en realidad estamos negando implícitamente su conexión, que existe sin ninguna duda, cualquiera que su forma y cualidades.
La naturaleza, en su complejísimo desarrollo, presenta particularidades, como es el caso del conjunto atómico, al que la investigación humana no ha hecho, por el momento, otra cosa que inspeccionar desde la superficie.
Es cierto que solo ha pasado un poco más de un siglo desde el momento en que comenzó el impetuoso desarrollo nuclear y atómico.
Pero es real que este progreso indefectiblemente ha ido derivando por caminos diversos, con distinto grado de suerte; acumulando detritus y material que ha perdido vigencia y que requiere de un plan adecuado para llevar a cabo tareas de reordenamiento y limpieza.
Esta es la tarea que nos hemos impuesto.
En este momento, no existe tal plan al no existir una teoría de conjunto válida, universal, simple y libre de contradicciones.
Tenemos que admitirlo. Estamos ante el mismo panorama que enfrentó Copérnico.
Los cielos estaban allí, la descripción de las razones por las cuales ejecutaban su danza eterna, establecidas en teorías a lo largo de 1400 años, desde Ptolomeo, ya parecían inconmovibles a los ojos de la ortodoxia, hasta que la visión de un pequeño conjunto de hombres, dio al traste con la seguridad científica, que por supuesto no era tal.
Para poder llevar a cabo lo antedicho, nos tenemos que ocupar en este apartado, del Núcleo y su complejidad.
El Núcleo contiene las partículas pesadas, destinadas a ejercer una función de contrapeso del sistema, un ancla que, a través de sus propiedades: Masa, Carga, Campo eléctrico y Magnético, Espín, Gravedad, etc., y su relación con sus electrones, externos y nucleares, comisionados para el enlace con otras partículas, forme la trama de la materia.
En este punto conviene retomar algo ya planteado, considerando que a nuestro juicio podrá promover la reconsideración de la Tabla Periódica.
Nos referimos a que la postulación del Electrón Anular modifica necesariamente la descripción del Núcleo.
Como se dijo, el Neutrón está compuesto de dos partículas, el Protón Multianular y el Electrón Anular. Esto ya ha sido admitido y estudiado en Física Cuántica, con relación al protón y electrón puntual.
La novedad es que siendo el Electrón Anular, de diámetro 600 mayor al Protón, obviamente es exterior a él y se extiende fuera del Núcleo, entrando en la zona de los Electrones Anulares periféricos y compartiendo con estos la estructura electromagnética responsable de las propiedades físico-químicas del Átomo y de su relación con otros átomos,
Para cualquiera que intente responder a algunas particularidades de la ordenación de los elementos de la Tabla Periódica, como por ejemplo, la dificultad de entender como la diferencia de un solo electrón entre elementos adyacentes produce comportamientos tan disímiles, la incorporación del postulado de la existencia de electrones adicionales, puede colaborar con esta explicación, toda vez que ahora el ordenamiento encontraría una diferencia mayor y un mecanismo no contemplado hasta el momento, producto de la sumatoria de electrones que integran la combinación neutrónica.
Conviene destacar que el comportamiento químico no se vería alterado, pues los electrones nucleares no pueden abandonar la estructura del átomo, excepto en los casos de emisión espontánea, o compartir estructura con otros átomos, a diferencia de los tradicionales, que sí lo hacen.
En este mismo camino, introduciremos otro elemento de análisis.
Dado que esta nueva interpretación de la estructura electrónica obliga a estudiar nuevamente la Tabla Periódica, que a primera vista está firmemente establecida como pilar de la comprensión atómica, debemos preguntarnos si es real que los distintos elementos, siguiendo al Hidrógeno, tengan la cantidad de electrones y nucleones que hemos admitido.
Sabemos que la relación entre ellos sigue una escala progresiva, pero tal escala puede ser de más de un escalón.
No existe ningún impedimento a la admisión de la existencia de más de un electrón y un protón en el Hidrógeno y las consecuencias que se derivan de ello en el resto de la tabla.
Solo debemos mantener la escala, que por otra parte tiene irregularidades, que no por admitidas son explicables coherentemente en el actual ordenamiento.
Postulado: el actual ordenamiento de la Tabla Periódica de los Elementos debe ser revisado a la luz de la nueva interpretación del Neutrón y su Electrón Anular acompañante
Postulado: el actual ordenamiento que admite su inicio en el Hidrógeno y su único electrón y protón, debe ser analizado a los efectos de definir si este primer elemento consta de más componentes
En realidad, la diferencia entre elementos podría ser de uno, dos, seis, dieciocho electrones y sus correspondientes protones.
En principio, la nueva interpretación de los electrones neutrónicos introducirá cambios.
Volviendo a nuestro ejemplo del Oxígeno, tendríamos ahora 16 Electrones y 16 Protones y comparado con su vecino el Nitrógeno, de 14 Electrones y 14 Protones, la diferencia vendría a ser de 2 Electrones y 2 Protones.
Si añadimos la reconocida tendencia a forma moléculas dobles, tanto en el Oxígeno, como en otros elementos, la diferencia aumentaría a cuatro, pues esta predisposición quizás indique algo más importante que un comportamiento ocasional.
Dejamos el interrogante abierto, a la espera que provoque el suficiente malestar en la aceptación de la Tabla Periódica y que obligue a revisarla, para convalidar o no, una modificación de la estructura y ordenamiento de la misma.
La Naturaleza está lejos de entregarnos sus secretos.
Es una petulancia de nuestra parte pretender adjudicarle leyes que son producto de las ideas predominantes de una época, que dejarán de serlo a la vuelta de los años.
Es por ello decisivo tratar de interpretar a conciencia sus reglas y no las leyes que nosotros hemos creados en su lugar, intentando descifrarla, sospechosas de parcialidad.
El Núcleo quizás no sea lo que nosotros damos por supuesto en estos momentos.
Quizás tenga alguna dosis de lo que se admite como conciencia.
Su constitución solo ha sido puesta a prueba por medio de impactos que obligan a responder en consecuencia.
No hay ninguna sutileza en el interrogatorio físico.
Quizás exista otro medio.
Un mecanismo de observación de lo infinitamente pequeño adecuado a la sutileza de la investigación.
Esta tendencia a buscar la comprensión de los mecanismos elementales empleando cañones cada vez más potentes debe cesar en algún momento.
Mantengamos abierta nuestra mente, pues las respuestas, lógicamente parciales, pueden acudir sorpresivamente, pero solo serán aprovechables si mantenemos un enfoque y vigilia adecuados.
En este punto debemos referirnos a un par de hechos que sorprenden al observador crítico.
Después de renegar de corrientes filosóficas tales como el Pitagorismo y Platonismo, en aras de una supuesta modernidad, una ligera inspección de nuestros tratados de Física Cuántica, muestran, sin duda alguna, que estas dominan a sus anchas esta ciencia
Los esquemas platónicos y pitagóricos, basados en los sólidos regulares y el poder del número, son la base de la Física Cuántica.
Es más, no podría existir sin ellos.
En los últimos años, con el desarrollo de modernos métodos de microscopía directa y computarizada, se han encontrado cada vez más evidencias que las formas reales de las moléculas distan mucho de ser lo que convencionalmente se ha admitido.
Sus formas se alejan de lo geométrico y se acercan a lo biológico.
El lenguaje críptico de los físicos abunda en casos donde los fenómenos son definidos por números, como si los mismos tuvieran entidad propia, olvidando que en definitiva son convenciones adoptadas para facilitar la comunicación.
Y que una vez convertidos en moneda corriente, se pierde de vista que fueron solo un recurso y no un concepto.
Y un concepto deformante, pues ha llevado a suplantar la descripción de la naturaleza por entidades abstractas.
En particular, esta situación toma estado crítico en las nuevas hornadas de estudiantes, a los que se les transfieren los códigos, sin referencia a su carácter de meras herramientas.
Con lo que se limita la posibilidad de jerarquizar el pensamiento, en detrimento del desarrollo de la propia Física.
Aún reconociendo que el aumento exponencial de los conocimientos obliga, en cierta manera a recurrir a atajos y simplificaciones, deberíamos tener presente la deformación intelectual que se produce y alertar sobre sus consecuencias.
Efecto similar pero más complejo aún nos sucede con el Tiempo.
La mejor definición de este, es que es solo el punto de encuentro entre el pasado y el futuro.
No existe el Tiempo como entidad real, física. Es solo una medida de un suceso. Y una medida convencional, humana.
Sin embargo, desde los desarrollos de la Relatividad, se ha hecho norma considerarlo como algo tangible, una nueva dimensión.
Incorporado a las expresiones matemáticas, como un auxiliar que define situaciones, se convirtió, por uso y costumbre, en algo corpóreo y sustancial.
Hasta hubo astrofísico de renombre que plantó la teoría que la Materia podía provenir del Tiempo.
Y las consecuencias están a la vista. Ya es un lugar común mencionar al Espacio Tiempo como categoría natural.
O poblar el Universo de multitud de Espacios y Tiempos, a criterio del teórico de turno.
Será difícil revertir este escenario, aún cuando se tenga conciencia del problema a corregir.
Seguramente los hipotéticos lectores de este trabajo encontrarán en él numerosos elementos de desconcierto y confusión, dado el criterio reinante de aceptar sin crítica toda teoría, por absurda que sea, que respalde la orientación actual de la Física Cuántica.
Creemos, sin embargo, que contribuirá, en alguna medida, a generar conciencia del punto de transición en que nos encontramos, para evitar, si ello es posible, que ocurra en Física lo que está aconteciendo con la Economía Mundial.
Resumiendo:
Esta somera descripción de algunas de las cuestiones fundamentales relacionadas con el Protón, Neutrón, Núcleo y Átomo, que será ampliada y fundada en próximos trabajos, unida al ya presentado sobre el Electrón Anular, muestra, a nuestro juicio, que existe otro camino de interpretación de los fenómenos básicos de Naturaleza.
Recordemos el resumen del artículo anterior:
El Cuanto de Planck, el Electrón Anular y Fotones.
La verdadera conformación de la primera partícula elemental
La realidad física del Cuanto de Planck
El origen del Fotón
La realidad material del Espín
El origen de la Masa Inercial
El origen de la Gravedad
Los mecanismos de emisión y absorción de energía por el Electrón Anular
La determinación del campo de actuación de los fotones dividido en Alta y Baja energía
La relación inversa entre energía y Cuantos de Planck: a mayor cantidad de cuantos, menor energía.
El proceso de formación de irradiaciones de Baja frecuencia a partir de radiaciones de Alta frecuencia
La relación Electrón Anular / Protón
La llamada dualidad de las partículas
El mecanismo de creación de las partículas artificiales
La quimera de la Antimateria
A lo que agregamos en esta 2da parte
La forma del Protón Multianular
El reconocimiento de la realidad del Epsín Protónico
El mecanismo de anulación del rechazo de cargas en los Protones
La explicación del defecto de Masa del Neutrón
La irrealidad de la llamada Fuerza Fuerte Nuclear
La irrealidad de la llamada Fuerza Débil Nuclear
La existencia de los Electrones Anulares Nucleares
El origen de la Energía
La necesidad de reformular la Tabla Periódica de los elementos
El error de interpretación de las partículas artificiales que emergen de los aceleradores
La errónea interpretación del concepto del Tiempo
El mecanismo de disociación del Neutrón y la emisión de partículas Beta
El efecto Giróscopo en las partículas elementales
La intervención de los Electrones Nucleares en el tramado de la Materia
Con la idea de destacar adecuadamente el cambio de escenario que propone esta presentación, volveremos a puntualizar el origen del cual partimos.
En la actualidad la Física Cuántica ha decidido describir como intrínsecas las propiedades básicas del Electrón y el Protón, ante su impotencia por resolver estos enigmas.
Cuestiones tales como campos eléctricos y magnéticos, Espín, Carga, Masa, tamaño, etc., que existen en el origen de las partículas, no pueden ser deducidas de las fórmulas pertinentes y de allí la tendencia a ser declaradas como aparecidas de la nada.
Como contrapartida, todas esta propiedades han podido ser derivadas en pasos sucesivos, a partir de aceptar la nueva forma del Electrón Anular y el Protón Multianular.
Con excepción de la primera postulación: la constitución del anillo electrónico, compuesto por Cuantos de Planck, entidad todavía de origen nebuloso, el resto puede ser analizado y probado utilizando los mecanismos existentes tanto en Física Clásica como Cuántica, en preferencia la primera.
Por primera vez en casi un siglo se presenta un desarrollo que sugiere con gran fuerza volver a los orígenes de la Física, para encontrar allí las claves perdidas.
Somos conscientes de nuestra audacia en pretender que nuestros argumentos puedan perforar la cerrada defensa que de la Física Cuántica llevan adelante la casi totalidad de los físicos contemporáneos.
Sin embargo estamos absolutamente convencidos que esta se encuentra, en lo que a teoría básica de las partículas elementales se refiere, en un callejón sin salida.
En breve se presentará la 3ra parte: El Átomo, la Energía, la Materia
Este trabajo se difunde bajo los términos de
Creative Commos Attribution 3.0
Representación esquemática del Protón Multianular y Neutrón.
Solo está representada una espira, con su correspondiente Campo Magnético y Eléctrico, el Epsín, con un sentido de giro arbitrario y los correspondientes electrones. En este caso el Electrón Nuclear pasa a través de la concentración de los campos magnéticos.
No poseemos, por ahora, indicio de su ubicación correcta.
Representación posible de un Átomo de Oxígeno, del cual solo se muestra la mitad, un solo anillo, por simplificación esquemática. Aquí se puede ver la forma en que se intercalan los Neutrones entre los Protones, para compensar las cargas de los mismos y asegurar la debida fortaleza al conjunto. Como se puede observar, se muestran los electrones Nucleares, pasando por un lugar central del Neutrón, no precisado.
No están indicados los campos eléctricos de los Protones y Neutrones, ni los Espines.
Recordemos que de acuerdo a nuestra teoría, el Oxígeno tiene 16 Protones Multianulares y 16 Electrones Anulares, organizados en dos anillos.
El diagrama esquemático que se muestra intenta explicar una de las posibles combinaciones entre Protón y Neutrón, dentro del Núcleo.
Como se ha indicado, los polos de los Protones se alinean en función de sus orientaciones magnéticas complementarias.
La existencia de por lo menos una cantidad igual de Protones y Neutrones indica que estos juegan un papel decisivo en la estructuración y consolidación del Núcleo.
La interposición del Neutrón entre dos Protones permitiría mejorar esta organización, toda vez que por el medio del mismo debe pasar el Electrón Nuclear que lo acompaña, y que neutraliza la carga del Neutrón.
De la misma manera contribuye a eliminar o disminuir la carga eléctrica entre Protones.
No están indicados los Espines, que siguen la línea de concentración de los campos magnéticos.
Autor:
Juan Carlos Bianchi
Investigador
Mar del Plata, Argentina
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |